CRISTINA Y MARCOS Un nuevo comienzo 2
Continuación y final de esta versión alternativa.
CRISTINA
Granada viernes 26 de julio de 2019.
Aquella mañana había notado un escalofrío al bajarme del coche, Marcos se había comportado de una manera extraña, percibía que algo tenía que pasar, era culpa mía y lo sabía; la palabra compartir había quedado arrancada de nuestras vidas, tan cerca y a la vez tan lejos.
-¿Estás bien, preciosa?- preguntó Juan acariciando sus piernas.
-Si...vigila tus manos.- contesté algo tosca. Juan se comportaba como si ella fuera de su propiedad.- no es el momento ni el lugar.- si no fuera porque estábamos a punto de firmar la construcción de la nueva sede del partido, me hubiera levantado de la mesa, me daba cuenta que mi cuerpo, o mejor, mi mente estaba saturada, no podría aguantar mucho tiempo más, miré hacia la barra donde Roberto estaba pidiendo unas botellas de agua, cada vez que lo observaba me sentía dividida en dos; por un lado estaba aquel deseo de seguir junto a él, y por otro estaba mi marido; amor y lujuria, dos palabras que los separaba, los convertía en antagónicos, " te juro que yo nunca haré nada que te dañe" , mis propias palabras me escocieron como una herida abierta; Pedro, Inés, Roberto, Carlos, Juan, Antonio...me detuve al no poder recordar todos los nombres.
Recordé el fin de semana que le había prometido y que nunca le di. Quise llamarlo, estaba intranquila y presentía que algo malo iba a pasar.
Preferí mandarle un mensaje, no quería que Roberto escuchara la conversación.
* Hola cariño, ¿estás bien?, no sé qué te pasaba esta mañana, me tienes muy preocupada.
*Todo bien, tengo mucha faena..., ya hablamos.
Estaba esquivo.
*Si quieres cancelo lo del finde, nos vamos a casa y lo hablamos.., ¿quieres?
*No, no quiero que canceles nada, estoy bien, hablamos el domingo, te quiero.
*Yo también amor, diviértete.
*Tu también.
No, no estaba bien.
-Cristina, ¿Qué te pasa? Estás como ausente.
-Perdona Roberto, es Marcos, lo noto raro últimamente.
-Marcos siempre está raro, Cristina.
-Te estás pasando, Roberto, empieza a respetar a mi marido de una vez.
-Tranquila putita, que solo era una broma.
-¡Y no me vuelvas a llamar putita nunca más! Mira Roberto, necesito… necesitamos unos días de vacaciones, Marcos y yo, algo le pasa y necesito hablarlo con él. Por una vez podría no viajar a Córdoba y pasar el fin de semana con mi marido.
-No Cristina, Córdoba es innegociable, ya sabes que eso son negocios, y tú eres imprescindible.
-Negocios sí, claro. Pues por una vez podrías poner tú el culo. Iba a ser tu mano derecha y solo soy una más de tus putas. No Roberto, yo no puedo más, búscate otra para este fin de semana, mi marido es más importante que tus negocios. Y además…
Lo iba a decir mientras acariciaba mi barriguita, pero me callé, Marcos tenía que ser el primero en saberlo.
-Además ¿Qué?
-No, nada, una tontería.
-Esta semana no puede ser, ya estás comprometida, pero te prometo el siguiente fin de semana, ¿te vale así?
-De acuerdo, espero que no sea demasiado tarde. Y hablando de Marcos, sabes que el trabajo que hace está muy por debajo de su capacidad, ya es hora que le des un puesto acorde a su talento, me lo prometiste y me lo debes.
-Mira, el proyecto de Torrenueva está de momento paralizado. El informe de impacto medioambiental no es conforme, y a lo mejor hay que modificar el proyecto. Marcos estuvo trabajando en ese proyecto ¿no? En cuanto se vuelva a poner en marcha, te prometo que se lo daré a él. De momento es lo que te puedo ofrecer, ya sé que no es un proyecto importante pero si cumple con mis expectativas, le iré dando otros proyectos más ambiciosos.
Me alegré al oír eso. Seguro que Marcos se alegrará cuando se lo diga. Se lo diré el domingo cuando vuelva. Teníamos tantas cosas de que hablar y celebrar el domingo. Ya estaba más animada y de esa forma nos dirigimos a la oficina. Juan ya se había ido hacía rato después de llegar a un acuerdo a falta de la firma. Y por una vez no se la tuve que chupar.
Cuando llegamos a la oficina, mi cara reflejaba la alegría que sentía por dentro. Cuando llegué a mi mesa sonó mi teléfono, sonaron todos los teléfonos. Cogí el mío y vi que un número oculto me había enviado un video, lo abrí sin pensar y cuando se empezó a reproducir:
“¡Oh no! Pero ¿cómo? Busqué a Marcos con la mirada, asustada. Me estaba mirando, lo sabía, él lo sabía. No tiene el teléfono en la mano, no está viendo el video, ¿ya lo había visto antes? ¿Y qué significa esa sonrisa? Todos nos miran. No entendía nada.
Marcos coge sus cosas y se dirige hacia la puerta.
-¿Qué está pasando aquí? ¿Y dónde se va el inútil de tu marido?
-¡Vete a la mierda Roberto, ya déjanos en paz!
-Cristina, no te permi…
-¡QUE TE CALLES JODER, VETE A LA MIERDA TU Y TUS CHANCHULLOS!
Salí de la oficina corriendo, Marcos ya estaba entrando en el ascensor.
-¡Marcos espera, no te vayas así, tenemos que hablar!
Mientras se cerraban las puertas, levantó su brazo derecho hasta media altura y mientras cerraba el puño extendió el dedo corazón hacia arriba. Empezaba a sospechar quien había sido el responsable de la difusión de ese video. ¿Pero como se había enterado?
Entré de nuevo a la oficina con intención de coger mi bolso y largarme de ahí, tenía que solucionar esto a solas con Marcos, tenía que darle muchas explicaciones.
Roberto estaba hablando por teléfono de forma muy alterada.
Mi teléfono vuelve a sonar.
*Papá.
*Cristina, ¿Qué significa este video que he recibido? ¿Tú con Roberto? ¿Pero estáis locos?
*Papá lo siento, yo…
*¡No, Cristina, yo no te he educado para que fueras una puta. Para mí ya no formas parte de la familia, ni tú ni Roberto. No quiero verte más, habéis deshonrado a nuestra familia!
*¡No papá, por favor…
Colgó.
Me quedé desolada.
-Esther quiere divorciarse, dice que me va a hundir. No entiendo nada Cristina, ¿qué está pasando?
-¿No te ha llegado el video? Nos ha llegado a todos.
-¿Video? ¿Qué video?
Le mostré el video.
-¡Joder, joder, joder! ¿Y como se ha enterado tu hermana?
-Porque también se lo habrán mandado, como a mi padre. ¡Joder, Roberto, me aseguraste que lo habías borrado!
-Esto tiene que ser de alguien que me quiere hundir.
-¡Pues la lista es extensa! Pero si lo hubieras borrado como te pedí, nunca habría pasado esto.
-Marcos.
-¿Qué?
-Ha sido Marcos, seguro, no me fio nada de él. Nunca aceptó nuestra relación.
-Claro ¿Es que tú hubieras aceptado algo así de Esther?
-¡Con Esther no te metas. Ni ella es una puta como tú, ni yo soy un cornudo consentidor como tu marido!
La bofetada se oyó por toda la oficina. Todos nos estaban mirando. Menudo espectáculo estábamos dando. Roberto y sus ideas de una oficina sin tabiques.
-¿No tenéis nada que hacer que espiarnos a nosotros? ¡Poneros a trabajar coño!
Me dirigí a mi mesa para coger el bolso y largarme de ahí.
-Cristina, si te vas, estás despedida.
-¡Que te den, capullo!
-NO VOVERÁS A TRABAJAR EN TU PUTA VIDA, YO ME ENCARGARÉ DE ESO.
Las últimas palabras no las escuché debido al portazo que di.
Otra vez el puto móvil. ¿Será Marcos? Descuelgo sin mirar.
*PUTA.
*Esther, lo siento, lo siento de verdad…
*ZORRA.
*Esther por favor…
*SI PUTA, ZORRA, PORQUE ESO ES LO QUE ERES. HAS DESTRUIDO A MI FAMILIA POR PUTA, NUNCA TE PERDONARÉ. NO TE QUIERO VOLVER A VER EN LA VIDA. TE ODIO.
Joder.
Marcos no estaba en casa, ni tampoco había indicios de que hubiera estado. Me estaba empezando a preocupar. Le llamé por el móvil.
“El teléfono marcado no se encuentra disponible en este momento”
-Mierda.
¿Dónde estás Marcos? Con sus padres, seguro que se habrá ido a casa de sus padres. Pero no puedo llamarles, ¿Qué les digo si no está allí? Tal vez esté con Paco, pero tampoco le puedo llamar, desde ese día no lo he vuelto a ver, pero tampoco me atrevo ni a mirarlo a la cara, y menos después de ver este video. ¿Le habrá llegado a él también?
Me estoy volviendo loca, tengo que tranquilizarme y pensar, pensar. ¿Dónde estás amor mío? ¿Dónde estás?
Gema, ella me aconsejará.
*Hola Cristina, ¿Has cambiado de idea? ¿Podemos quedar el sábado?
*No Gema, ven a casa por favor, te necesito.
*¿Qué pasa Cristina? ¿Estás llorando?, ¿qué te ha hecho ese malnacido?
*¡GEMA, POR FAVOR! Déjalo, mejor no vengas.
*No, no, perdona, voy ahora mismo, en 15 minutos me tienes ahí.
-Que fuerte, al final te lo has hecho con Paco. Paco bien, ¿no? Menuda herramienta tiene el tío.
-No me siento orgullosa de eso, nunca tenía que haber ocurrido. Mi hermana se quiere divorciar, a mi me odia igual que mi padre y Marcos, no sé ni donde está.
-¿Pero Marcos lo sabe?
-No sé cómo se ha enterado pero sí, lo sabe. Se ha ido de la oficina no sé a dónde. Debe tener el teléfono apagado porque no recibe mis llamadas ni mis mensajes.
-Entiendo que estés preocupada Cristina, pero mira, si se va, mejor para ti. Ya te he dicho muchas veces que tú te mereces algo mejor. Además ahora podremos salir más a menudo sin dar explicaciones a nadie. Fíjate en mí, cuando me canso de uno, enseguida encuentro otro, sin compromisos Cristina, los hombres no se merecen que suframos por ellos. Esta noche me quedo contigo, y mañana sábado tú yo vamos a ir cerrando todos los bares de Granada uno tras otro, pero tú y yo solas, sin hombres. Ya verás cómo te sientes mejor y terminas agradeciéndomelo.
-No sé Gema, en estos momentos, solo puedo pensar en Marcos, me gustaría saber dónde está y cuál va a ser nuestro futuro. Tengo que hablarlo con él, pedirle perdón y seguramente irnos de Granada. Aquí ya no tengo trabajo ni familia.
-Me tienes a mí, cielo, y yo siempre voy a estar a tu lado, ya lo sabes.
-Eres una buena amiga Gema.
Me abrazó con cariño. Era lo que más necesitaba en ese momento.
Seguimos hablando en el mismo tono hasta que oímos a Marcos.
-Vaya, esto ya se parece una casa de putas.
-¡Marcos! ¿Dónde has estado? Estaba preocupada por ti- El tono de Marcos y la expresión de su cara no presagiaba nada bueno.
Gema, podrías hacer el puto favor de largarte, tengo cosas que hablar con mi mujer.
¡Marcos!- le grité, no me gustaba como se estaba dirigiendo a mi amiga.
- ¿Qué? ¿No puedo tener una conversación con mi querida mujer?
Y Gema saltó.
-¡Escucha cornudo, esta es la casa de Cristina y no pienso irme…!
Marcos cogió del cuello a Gema con una violencia que nunca le había visto, y la arrastró hasta la pared.
-Es la última vez que te aviso, ESTAS EN MI CASA Y AL MENOS HOY MANDO YO. Ya me he cansado de callar ante tus continuas humillaciones pero esto se ha acabado, no va a ocurrir nunca más porque como sigas por ese camino te arruinaré la vida.
Gema no podía hablar, le costaba respirar y las manos de Marcos se iban cerrando en la garganta cada vez con más fuerza.
-¡Marcos para, la estás ahogando!
Nunca había visto así a Marcos.
-Gema, es mejor que te vayas, ya hablaremos.
-Está loco Cristina, aléjate de él por tu vida.
-¡Ya, Gema, déjalo! Vete de una vez no lo estropees más.
-Y tú, ¿se puede saber qué te pasa?, parecía que querías matarla. No te conozco Marcos, tú no eres así.
-Llevo un día de perros, me voy a duchar.
-Vale, y luego hablamos cariño.
Cuando salió de la ducha estaba en la terraza, esperando nerviosa y asustada por la reacción de Marcos. Fui yo la que quiso empezar a hablar, necesitaba que me perdonara.
-Marcos, yo…
-No hables, no quiero oír excusas, solo escucha.
Me dejó el móvil en la mesa con un audio reproduciéndose, y se fue a la habitación.
Cuando volvió, el audio ya había terminado y yo estaba totalmente desolada y no paraba de llorar.
-No tengo ninguna excusa, Marcos, esto nunca debería haber ocurrido.
-Hay muchas cosas que nunca deberían haber ocurrido, pero ya no hay tiempo para lamentaciones. Me gustaría saber porque lo hiciste a pesar de las advertencias que te dije, que placer obtenías humillándome de esa manera.
-No voy a excusarme, la jodí y lo siento, pero fue Roberto el que me empujó. Lo que cuenta Paco es cierto. Cuando los presenté en la cafetería y le conté lo que Paco significaba para ti, que erais como hermanos, yo quería ensalzarte, demostrarle a Roberto que a pesar de que te menosprecia, tienes buenos amigos que darían la vida por ti. Mi intención era que él cambiara la opinión que tiene de ti pero el resultado fue todo lo contrario.
Cuando le expliqué lo importante que era vuestra amistad se le ocurrió una idea aberrante.
-¿Porque no invitamos a Paco a nuestros encuentros sexuales?
-¿Queeee? ¡No, no, eso ni se te ocurra, con Paco nunca, eso es una línea roja que no pienso traspasar!
Pero ni te imaginas lo insistente que es Roberto cuando tiene una fantasía, hasta que no la consigue no para. Estuvo todo el día dándome la lata. Pero poco a poco, me fue convenciendo, y al final cedí.
-Venga, anímate, llámalo y queda con él para mañana.
-Joder y ¿Qué le digo? “Hola Paco, ¿Podemos quedar mañana para follar? Es que a mi jefe le hace ilusión.”
-Eso estaría bien, pero igual lo asustas. Dile que le estás preparando una sorpresa a tu marido y que necesitas su ayuda.
-Vale, vale, ¿quedo con él en el hotel?
-¿Hotel? ¿Qué hotel? –preguntó Marcos, extrañado.
-Eso también te lo he ocultado, algunas veces, salíamos de la oficina con excusas de trabajo pero nos íbamos a un hotel a follar.
-¿No teníais bastante con los fines de semana de Córdoba? ¡Joder Cristina! ¿Cuántas cosas me ocultas? Es igual, ahora ya no tiene importancia, sigue.
Me dijo que no, que quedara mejor en nuestra casa, que lo haríamos en nuestra cama, que le daba más morbo que el hotel. Me iba a negar pero la mirada que me echó… Y así lo hicimos, tal como él quería.
Lo demás es tal y como te lo ha contado Paco, y bueno, lo que se ve en el video. Demasiado tarde me di cuenta que su intención era humillarte, que tu mejor amigo me follara delante de él y en nuestra cama, le daba mucho morbo y yo no pude frenarlo.
-¿Alguna vez pensaste en las líneas rojas que te estabas saltando?
-Continuamente. No hacía más que pensar que te estaba traicionando. Lo único que deseaba es que Paco no se fuera de la lengua y no llegaras a enterarte nunca.
A la semana siguiente Roberto quiso repetir, pero me negué rotundamente y le dije que si seguía insistiendo, abandonaba todo. A él y el trabajo. Me vio que lo decía muy en serio y nunca más me lo volvió a proponer.
Sobre el video, no sé cómo ha salido a la luz pero creo que algo has tenido que ver. Me aseguró que lo había borrado, pero ya veo que me mintió.
-Te seré sincero Cristina, no te voy a decir cómo pero sí, yo hice que ese video se distribuyera. Alguien me ayudó a investigar a Roberto para descubrir trapos sucios con los que meterlo en chirona o al menos, desprestigiarlo profesionalmente.
-¿Pero porqué? ¿Por qué odias tanto a Roberto?
-No es odio, pero además de que él no me soporta, me ha quitado a mi mujer.
-No es verdad, te he dicho siempre que lo de Roberto solo es sexo, pero a quien quiero de verdad es a ti. Soy solo tuya.
-Si Cristina ya me lo has dicho muchas veces, esto ya lo hemos hablado. Me quieres tanto que no puedes vivir sin mí, excepto los fines de semana claro, que los pasas con Roberto. Será solo sexo, pero también es verdad que el sexo con Roberto tiene más peso que todo el amor que me tienes. Tanto lo veneras, que hasta te has dejado marcar por él, como su propiedad. Mi intención era apartarlo de ti y luego con Roberto fuera de tu influencia, intentar restaurar nuestra relación, y para eso buscamos documentación comprometida y la encontramos. Pero no me esperaba encontrar esos videos.
-¿Esos? ¿Pero es que hay más?
-Tiene el móvil lleno de videos contigo y con Laura.
-¡Será capullo, tampoco esos los borró!
-Bueno, el caso es que esos videos no me mostraban nada que yo no imaginara. Pero el video con Paco, me hizo trizas el corazón y comprendí que lo nuestro ya se había acabado definitivamente. Que no tenía solución, que Roberto me había ganado.
-No digas eso cariño, Roberto no ha ganado. Hemos ganado nosotros, Roberto ya no es un problema. Lo he mandado a la mierda a él y al trabajo. Tú y yo vamos a empezar de nuevo, lejos de aquí y olvidaremos el pasado. Te prometo que esta vez no habrá terceras personas en nuestra relación.
-Ya basta Cristina, basta de promesas que no cumples, se acabó.
-Marcos yo… estoy… estoy embarazada.
Sé que no era el mejor momento pero era mi última baza.
-¿Queee? Y ¿Cuándo pensabas decírmelo?
-Tenía previsto decírtelo el domingo, pero te lo estoy diciendo ahora. Qué más da.
-Claro, antes se lo tenías que decir a Roberto porque seguramente será el padre. Aunque también es posible que sea Paco. O cualquier otro. ¿Con cuántos has follado sin protección? ¿Sabes de cuanto estás?
-Joder Marcos, tú eres el padre, de eso estoy segura.
-¿De cuánto estás, Cristina?
-Un mes.
-Vaya, un mes, pues coincide con la fecha del video. Estoy seguro que ese niño fue engendrado en nuestra cama, pero no por mí.
-Por favor, no digas eso cariño, no te atormentes. Te digo que el niño es tuyo, lo sé.
-¿Cómo puedes estar tan segura?
-Una madre sabe esas cosas. Confía en mí, te aseguro que tú eres el padre.
Marcos dudaba.
-Ya todo da igual, me voy Cristina.
-No, no, cariño no te vayas, solo te tengo a ti.
-Aún tienes a Roberto, y tu maldita familia, míralo por el lado positivo, ahora ya estás liberada del todo. Ah no, libre no puedes ser, que tienes la marca de tu amo.
-Esa marca no significa nada Marcos, solo es un tatuaje.
-¡Puta de Roberto!
-¿Qué?
-Eso es lo que significa ¿no?
-Si- dije en un tono casi inaudible.
-No te oigo, ¿cómo has dicho?
-¡He dicho que sí, joder!
-¡No, no lo oigo, dilo Cristina, que te oiga bien!
-PUTA DE ROBERTO, SÍ, ESO ES LO QUE ERA, LA PUTA DE ROBERTO, ERA SU PUTA, MARCOS. ¿ESO QUERÍAS OIR?
Por fin lo dije, y hasta yo me escandalicé de oírlo.
-No, nunca hubiera querido oírlo, nunca, pero ya era hora que me lo dijeras.
-Pero Roberto ya es historia y he dejado el trabajo, mi padre y mi hermana… ahora me odian y no quieren volver a verme. Solo te tengo a ti, Marcos, perdóname, amor mío, perdóname y no me dejes.
-Para pedir algo, antes hay que merecerlo. Y seguro encontrarás otros Robertos y otros Pacos, La puta Gema te ayudará con eso. Lo que no vas a encontrar es otro Marcos, porque nadie te amará tanto, como te he amado yo.
Cogió el equipaje y se dirigió hacia la puerta. Le alcancé cuando se disponía a abrirla.
-¡Marcos, Marcos! ¿Dónde vas? Llévame contigo, no me dejes sola
-Aquí ya no me queda nada. Voy a buscar algo de paz. ¿Sabes a lo que me refiero?
-Sólo sé que te amo con toda mi alma.
-Pues esa será tu desgracia.
Aún lo retuve con la puerta abierta.
-Si te vas, ¿Qué será de mí? ¿Qué voy a hacer?
La mirada de odio que vi en sus ojos me asustó.
-Francamente querida, me importa un bledo.
Perdóname
Si pido más de lo que puedo dar
Si grito cuando yo debo callar
Perdóname
Si los celos te han dañado alguna vez
Si alguna noche la pasé lejos de ti
En otros brazos, otro cuerpo y otra piel
Perdóname
Si no soy quien tú te mereces
Si no valgo el dolor que has pagado por mí
Y no busques un motivo o un porqué
Simplemente, yo me equivoqué
Perdóname
(Camilo Sesto)
Esa noche no pude dormir, tenía la cabeza echa un lío. Imágenes, frases, videos, Marcos, Roberto, Paco, todo me venía a la cabeza, en una mezcla ininteligible que impedían relajarme.
Granada, sábado 27 de julio de 2019
Amaneció en Granada sin apenas haber dormido. Me quedé tumbada en la cama. No tenía ningún motivo para levantarme, nadie me esperaba, nadie me iba dar los buenos días. Era la primera noche que dormía sola. ¿Cuántas noches había dormido Marcos solo en esta misma cama? ¿Cuántas veces se había despertado sin nadie que le diera los buenos días? He sido tan injusta con él. Sí, injusta, pero sería mejor decir cruel. Miré a su mesilla, esperaba ver la foto que tenía de nuestra boda, pero no la vi. Estaba el marco vacío junto al anillo y las llaves. Desperdigada en miles de trocitos en el suelo, ahí estaba la foto.
Con lágrimas en los ojos recogí todos los pedazos y me aseguré que no me dejaba ninguno. Sé que me iba a llevar tiempo, pero iba a reconstruir esa foto, iba a reconstruir mi matrimonio, aunque no sabía cómo.
Llamaron a la puerta.
“¡Marcos! Ha vuelto.”
Abrí la puerta esperando verlo ahí arrepentido.
-¡Ah! Hola Gema, te aseguro que no es buen momento.
-Y ¿Marcos? ¿Ya se ha ido?
-Se fue ayer.
-Pues mira, chica, que quieres que te diga, es lo mejor que te puede pasar…
-¡Gema, tengo que hablar contigo muy seriamente!
-¿Qué pasa Cristina? me estás asustando.
-Calla y escucha. Esta noche prácticamente no he dormido nada, no he hecho más que pensar en todo lo que ha pasado en estos años, y he llegado a la conclusión que la principal culpable de esto has sido tú.
-¿Pero qué dices? ¿Culpable de qué?
-Yo estaba bien con Marcos, tenía buen sexo con él y me amaba con locura, como yo a él, no necesitaba a nadie más en mi matrimonio, pero tú empezaste a meterme en la cabeza esas ideas de ser un matrimonio abierto y tanto insististe que al final quise probarlo y eso, nos ha llevado a la ruptura. Sin contar que no pierdes ocasión de meterte con él y humillarlo incluso delante de mí. No Gema, ya no más, no me has ayudado nada, y en estos momentos eres una persona tóxica. Te pido que abandones mi casa. No quiero volver a verte.
-No puedes decirlo en serio Cristina, se que estás afectada y que no piensas con claridad.
-¡Vete Gema y no vuelvas, vete ahora mismo de mi casa o te hecho a patadas!
-Vale me voy, pero algún día te arrepentirás de esto.
Ahora estaba más sola que el día anterior, tenía que pensar que hacer, como empezar.
El lunes debería empezar a buscar trabajo, era imprescindible conseguir ingresos, mis ahorros no durarían mucho.
Eso el lunes pero ¿qué hago ahora?
Otra vez la puerta. Joder, ¿quién coño es ahora? Ahora ya no pensaba que fuera Marcos.
Abrí y no, tampoco esta vez era Marcos, pero casi.
-¡Carmen! Pero ¿Qué haces aquí?
Carmen, la madre de Marcos, mi suegra. En ese momento era la persona que menos esperaba ver pero a partir de entonces se convirtió en mi ángel salvador.
-Sé como te sientes, y he venido a brindarte mi apoyo y mi ayuda, no pienses que estás sola, eres la mujer de mi hijo y no te voy a abandonar.
-Pero Marcos seguro que quiere divorciarse.
-Ah, seguro que lo hará, pero eso es solo un papel. Tú siempre será la mujer de mi hijo.
Me abracé a esa mujer con agradecimiento, no todo estaba perdido.
-¿Y Marcos, donde se ha ido? ¿Te ha contado algo?
-Se ha ido a Barcelona. Marcos solo me ha dicho que se iba por infidelidad. No me ha contado más y yo no le he preguntado.
-Yo se lo contaré algún día, ahora no puedo.
-Cariño, no es necesario, yo no te voy a juzgar. Eso es cosa de Marcos y tú. Yo no necesito saberlo.
-Pero sí quiero contarle algo, estoy embarazada de Marcos.
-¿Voy a ser abuela?
-Sí- le dije con una sonrisa.
-¿Y Marcos lo sabe?
-Se lo dije antes de abandonarme, pero no cree que sea suyo.
-¿Tú estás segura de que es suyo?
-Muy segura, Carmen, muy segura
-Pues si tú estás segura, es que es de él, una madre sabes esas cosas. Ahora ya no solo eres la mujer de mi hijo, ahora también vas a ser la madre de mi nieto. Mira, todos cometemos errores y yo creo en las segundas oportunidades. Ahora en este momento Marcos no puede perdonarte, no te lo mereces.
Mi cara se entristeció.
-¿Y tú? ¿Crees que te lo mereces? Tú puedes perdonarte?
-No, no puedo.
-Bien, pues empezaremos por ahí. Tendrás la oportunidad de pedirle perdón a Marcos pero ambos tenéis que estar preparados para ello, tu para pedirlo y él para conceder ese perdón. Va a ser un camino largo que nos va a llevar mucho tiempo pero yo te voy a acompañar en ese camino.
-Pero ¿es que has sido psicológica en otra vida?
-No, no, solo cajera de supermercado. Pero conozco una que nos puede ayudar.
-¿Y Marcos? ¿A él quien le va a ayudar?
-No te preocupes, ya me he encargado de eso. Ahora dúchate y vístete que te vienes conmigo.
-¿Contigo adónde?
-Te vienes conmigo a casa, no te voy a dejar sola en tu estado. El lunes ya empezaremos con tu recuperación.
Carmen y Pedro me acogieron en su casa y me dieron ese calor humano que necesitaba. Durante un mes viví con ellos en su casa y me cuidaron como si fuera su hija. Nunca me reprocharon nada, nunca me juzgaron, y respetaron siempre mis silencios, que eran muchos. Tenía tantas cosas que reflexionar.
La psicóloga, que era hija de una amiga de Carmen, me hizo ver los errores que había cometido y como asumirlos para superar esa crisis. Y hablamos de la empatía, un concepto nuevo para mí. Aprendí lo que significaba y como afectó a nuestra relación la falta de ella. Cuando empecé con esta vida de liberación sexual, sin darme cuenta me fui alejando de Marcos. Con Roberto aún fue más evidente. Ahora que ya ha pasado todo no dejo de pensar lo cruel que fui con él. Con la excusa de que Marcos aceptaba, entendí que tenía carta blanca y poco a poco me fui entregando más a Roberto y a sus caprichos sin pensar en el abandono al que estaba sometiendo a Marcos. Lo de Paco fue la puntilla que lo remató y esa puntilla se la di yo.
Cuando Roberto me hizo el tatuaje, lo acepté sin protestar, lo veía lógico, ya era su puta y me tenía que marcar, y yo estaba orgullosa de llevar su marca. Pero en mi relación con Marcos tuvo un efecto contrario. Cuando Marcos vio el tatuaje y el lugar en que me lo había hecho, para nada creyó mis explicaciones pero no protestó. Desde ese día cambió nuestra manera de follar. Dejó de hacerme sexo oral, y cuando me penetraba lo hacía por detrás y si hacíamos el misionero, siempre con la luz apagada. Incluso dejó de masturbarme. El día que discutimos por qué no acepté la oferta de trabajo en Barcelona, esa noche follamos por última vez, y lo hicimos de una forma mecánica, un mero trámite, sin pasión por parte de ninguno. Nunca más lo hicimos, yo no me ofrecía y él no me buscaba. Durante el último año, no supe ver las señales que Marcos me mandaba o directamente, las ignoraba. Siempre creí que Marcos algún día lo entendería. Ahora soy yo la que no entiende el comportamiento que tuve. Le amaba con locura, como le dije muchas ves, y le sigo amando, pero a veces,el amor no es suficiente. A mí me faltó empatía.
La última semana de agosto, mi semblante ya era otro, y Carmen, me ofreció que me fuera a Motril, yo sola, que me vendría bien estar unos días de relax. Y le hice caso, esos días me dediqué a relajarme y dejar de pensar en todo lo que me atormentaba.
Cuando volví a Granada me mude de nuevo a mi casa, ante las protestas de Carmen y Pedro, pero les aseguré que ya estaba mejor y que no quería ser más una molestia para ellos. Me dejaron ir a cambio de que comiera con ellos los domingos.
Cuando entré en la que había sido nuestro hogar, el de Marcos y mío, me volvieron a asaltar los fantasmas.
En septiembre, me llegó desde un despacho de abogados de Barcelona una demanda de divorcio iniciada por Marcos. No puedo negar que a pesar de que lo esperaba, me produjo mucho desasosiego.
Leí detenidamente las condiciones y me parecieron justas. Al estar en régimen de gananciales, todo se repartía al 50%. La casa se pondría en venta y el importe igualmente se repartiría por la mitad.
Firmé ese acuerdo y les devolví los papeles a los abogados, guardándome una copia.
Mi vida continuó entre visitas a la psicóloga, búsqueda de trabajo y domingos con Carmen y Pedro. Alguna vez les preguntaba si Marcos se interesaba por mí, pero me contestaban que no. Tampoco ellos le contaban nada sobre mí.
-Aún es pronto, cielo, dale más tiempo.
Granada, marzo de 2020
El 14 de marzo entró en vigor el Estado de Alarma decretado por el Gobierno de España. De nuevo volví a casa de Carmen y Pedro.
-A punto de dar a luz, estarás mejor con nosotros.
Diez días más tarde nacía en el Hospital Virgen de las Nieves, Marquitos, nuestro hijo, mío y de Marcos.
Durante el confinamiento, estuve con ellos en su casa, y en la desescalada, me mudé otra vez a mi casa.
En diciembre de ese año, mi padre fallecía por Coronavirus. Nadie de mi familia me avisó, pero mi suegra vio la esquela en la prensa. Fui a su funeral, pero me mantuve alejada. A pesar de llevar mascarilla y gafas oscuras, mi madre me reconoció y después de la ceremonia se acercó a mí y sin decirnos nada, y aunque las autoridades sanitarias lo desaconsejaban, me dio un abrazo mientras las dos lloramos. En mi cabeza aún sonaban las últimas palabras que me dijo mi padre. “¡No quiero verte más, habéis deshonrado a nuestra familia!”
-¿Puedo… podría ir a ver a mi nieto algún día?
-Por supuesto mamá, ven cuando quieras.
De reojo vi a mi hermana que nos miraba pero no se acercó.
Mi padre me había desheredado y ni siquiera me nombraba en el testamento.
Las visitas de mi madre se convirtieron en rutina mensual. Siempre le traía algo a Marquitos, y un sobre con dinero para mí,
-Mamá, de verdad que no me hace falta.
-No digas tonterías, hija. Claro que te hace falta, no tienes trabajo, esta casa lleva muchos gastos y no te cuento lo que cuesta criar un niño.
-Pero yo aún tengo dinero.
-Seguro que te queda poco, anda cógelo que yo tengo más de lo que necesito.
Granada 2021
En marzo celebramos el cumpleaños de Marcos, con mi madre y mis suegros. Cuando ellos se fueron llamaron a la puerta. Pensé que serían ellos, que se habían dejado algo, pero tras la puerta estaba quien menos esperaba.
-¡Gema!
-Hola Cristina… ¿Puedo pasar? Me gustaría conocer a tu niño.
-Sí, sí, claro, anda pasa.
Gema traía un envoltorio enorme. Cuando lo abrimos entre los tres, apareció un oso de peluche tan grande como Marquitos. Entre risas y besitos que le daba Marquitos al oso, pasamos un rato agradable.
Cuando acosté a Marcos, nos quedamos Gema y yo solas en la terraza con una copa de vino.
-Cristina, este tiempo he pensado mucho en lo que me dijiste la última vez que nos vimos.
-Perdona Gema, ese día te dije cosas horribles.
-Sí, pero tenías razón, en todo lo que dijiste. Te tenía envidia Cristina y por eso actué así.
-¿Pero envidia de qué?
-De ti, de Marcos, de vosotros dos. Joder, si es que erais la pareja perfecta. Y yo también deseaba un hombre así, que me amara tanto como te amaba Marcos a ti, pero solo encontraba mierdecillas de usar y tirar.
-No entiendo, y ¿entonces…?
-Pues que no me lo creía. No me creía que pudierais estar tan enamorados. Y me metía con Marcos, para provocarlo y que mostrara su parte más oscura que seguro tenía, y mientras, te contaba maravillas de mi estilo de vida. Quería demostrarme que un amor así como el vuestro no era de verdad. Que no existía el amor perfecto. Pero me equivoqué, si que existe el amor perfecto, y te lo habías quedado tu. Cuando fui consciente de lo que tuvo que aguantar Marcos cuando lo abandonabas para irte corriendo a que te empotrara Roberto, no sé… no creo que nadie pueda aguantar a no ser que se esté muy enamorado, y Marcos lo estaba. No sé si podrás perdonarme algún día, me siento responsable de vuestra separación.
- Claro que te perdono Gema, todos merecemos una segunda oportunidad. Yo pensaba que eras feliz en tu forma de vivir el sexo Gema, te veía siempre alegre y tan animada que yo también quise vivir esas experiencias. Y pensé que Marcos entendería mi inquietud y que incluso lo podríamos hacer juntos. Me equivoqué, Gema, quise tener las dos cosas, un marido que me amaba y al mismo tiempo tener esas experiencias que tu vivías. Pero no siempre se puede tener todo, a veces hay que elegir y yo no elegí bien. Por quererlo todo, lo he perdido todo. Ahora soy consciente de lo que le he hecho pasar. Y le echo muchísimo de menos. Pero si hay alguna responsable soy yo. En ningún momento escuché a Marcos, sus miedos, sus dudas sobre lo que le proponía, y me lancé a un estilo de vida que él no entendía. Pero lo aceptaba, sin entenderlo pero lo aceptaba, ¿No te parece eso una muestra de amor? Me lo dijo miles de veces “Acepto pero no consiento” Y yo solo escuchaba la primera parte. Tomé las decisiones equivocadas pero nadie me obligó, yo tome esas decisiones, aunque hay que reconocer que fuiste muy insistente. Y la traición con Paco, terminó de dinamitar nuestra relación. Eso es lo que más me duele y ni yo puedo perdonarme aún.
-Paco también está muy avergonzado y arrepentido.
-¿Es que sabes algo de él?
-Nos vemos de vez en cuando. Me llamó después de vuestra separación, quería saber sobre vosotros. No le pude contar mucho porque yo tampoco sabía. Pero empezamos a quedar y ahora tenemos una especie de relación.
-Vaya, que sorpresa. Si sientes algo por él, no cometas los errores que cometí yo Gema.
-Si, yo también ha aprendido la lección. ¡Me siento tan mal, Cristina! Siento que te he fallado y me gustaría poder hacer algo para solucionarlo pero no se qué. He llegado a pensar hasta ir a Barcelona a pedirle perdón a Marcos y traértelo de vuelta.
-¡No Gema! Eso lo tengo que hacer yo, pero aún no tengo fuerzas para ello.
Seguimos hablando durante más tiempo hasta que se nos hizo de noche y debido al toque de queda, se quedó a dormir en mi casa.
En mayo, terminó el estado de alarma, y los confinamientos. Las vacunaciones iban a buen ritmo y ya parecíamos vislumbrar una normalidad en nuestras vidas.
Ese mes recibí una oferta de trabajo, casualmente para “Directora de proyectos”, el mismo cargo que tenía en Robert&Company. Acudí el día citado mientras mi suegra se quedaba con Marquitos.
Le enseñé la cita a la recepcionista que me acompañó hasta el despacho y me abrió la puerta.
-Pase, le están esperando.
Cuando entre al despachó se me heló la sangre.
-¿Juan? ¿Roberto? ¿Qué significa esto?
-Tranquila Cristina, es solo una oferta de trabajo. Tenemos una propuesta para ti que seguro te interesará.
“El lunes siguiente después de la difusión del video, saltó la noticia. El famoso arquitecto Roberto…. De Robert&Company había falsificado su Máster de Arquitectura. El Máster Universitario en Arquitectura es el título oficial que habilita para el ejercicio de la profesión regulada de Arquitecto. Roberto había estado ejerciendo de arquitecto sin tener la titulación necesaria. Los días siguientes siguieron saliendo más informaciones sobre el asunto. Al parecer había obtenido su título de forma fraudulenta a través de la presunta comisión de varios delitos.
Dos asignaturas de este Máster quedaron calificadas como «no presentadas» en el expediente académico, 2 años más tarde, fueron modificadas irregularmente por una funcionaria, sin apertura de acta, a notable (7,5). Se le acusaba a Roberto de haber obtenido su título con notas «falsificadas». Nadie creyó las explicaciones que dio. Y el proyecto de final de Máster, nunca apareció.
El escándalo fue mayúsculo ya que todos los proyectos firmados por él, automáticamente quedaban invalidados. Además todos los proyectos que había en marcha, se fueron hacia otras firmas. Los afectados reclamaron indemnizaciones, cifras exorbitantes a las que Roberto no podía hacer frente. La empresa cerró y mis antiguos compañeros de trabajo se fueron al paro.
Pero no todo quedó ahí. Al lunes siguiente vieron la luz una serie de cuentas en Suiza y otros paraísos fiscales a nombre de Roberto y su padre, que no supieron justificar el origen de ese dinero. Ahora sí, fue a prisión provisional sin fianza, junto a su padre.
Y así, cada lunes, un nuevo caso aparecía que no hacía más que aumentar los cargos tanto a Roberto como a su padre”.
Y después de este tiempo, me lo encuentro en esta oficina, ofreciéndome un puesto de trabajo.
-¿Pero tú no tenías que estar en prisión?
-Pues sí, pero aquí estoy, libre a la espera de juicio. Al final el juez ha sabido ser agradecido y me ha concedido la libertad bajo fianza. Tengo amigos hasta en el infierno Cristina. Por cierto, te manda saludos.
Yo seguía de pie en la oficina con ganas de irme. Roberto se había oído moviendo hasta ponerse frente a mí.
-Queremos ofrecerte un puesto en nuestro nuevo proyecto. Juan y yo queremos volver a crear un nuevo negocio de arquitectura.
-Ninguno tenéis titulación para ejercer de arquitectos, no sé como lo queréis hacer.
-Es verdad, no había caído en ese detalle, pero se me ocurre que tú sí que tienes la titulación necesaria. Tú estarías al frente de esta nueva empresa, tú firmarías los proyectos, nosotros ponemos el capital.
-A ver si lo entiendo, sería como una especie de testaferro.
-Esa palabra es muy fea, Consejera delegada, estaría más acertado, y serías la máxima responsable. Además, aún tengo Córdoba, nadie sabe que lo tengo excepto tú. Ahora que los dos estamos solteros, volveremos a nuestro refugio, como antes. Seguro que lo hechas en falta.
Mientras hablaba se había puesto a mi lado y me estaba cogiendo por la cintura mientras me desabrochaba la blusa. Su cara se acercaba a la mía y yo notaba su olor embriagador, ese olor que hacía que me humedeciera solo con sentirlo. Sus labios se acercaban y estaba a punto de besarme, mi boca se abría para recibirlo mientras su mano derecha ya se había introducido dentro del sujetador y me estaba pellizcando el pezón.
-¿No te dije una vez que no quería verte con pantalones? Quiero tenerte siempre accesible, siempre serás mi puta, Cristina.
-Hay cosas que no se pueden hacer bien con faldas, amo.
-¿Cómo qué?
-Como esto.
Con toda la fuerza que pude le di con la rodilla en su entrepierna. Salí corriendo de esa oficina, mientras oía sus improperios e insultos.
Roberto tenía muchos amigos en puestos influyentes. Algunos de ellos en la propia judicatura y es posible que consiguiera influir en el tribunal para conseguir una condena mínima. Pero yo sabía cómo evitarlo. Sólo tenía que hacer una llamada
Mis sesiones con la psicóloga habían disminuido de frecuencia, y ahora me sentía más optimista. Aunque seguía sin trabajo, la casa no había manera de venderla, y de Marcos no sabía nada.
En septiembre el gobierno de España anuló la obligatoriedad de llevar mascarilla tanto en interior como en exterior, se había alcanzado el 70% de inmunidad y se habían levantado todas las restricciones.
Ese mes recibí la visita de mi hermana Esther. Le dejé pasar y nos quedamos en silencio unos segundos hasta que yo hablé.
-Lo siento Esther, nunca debió pasar, y no merezco tu perdón, pero lo lamento muchísimo de veras.
-Roberto es un hijo de puta.
-¿Qué?
-Lo que oyes, es un hijo de puta, yo sabía que me era infiel, que esos viajes a Córdoba no eran solo negocios, como decía, estaba segura que se iba con alguna de sus putitas, pero lo que nunca me imaginé que la putita que se llevaba era mi propia hermana.
-Lo siento de veras.
-Me hubiera querido divorciar antes, pero Roberto era el ojito derecho de papá, y además en nuestra familia estaban prohibidos los divorcios. Tú me brindaste la oportunidad de darle la patada y de paso exprimirle el bolsillo todo lo que pude. Sé que me enfadé mucho contigo y las cosas tan ofensivas que te dije. Pero ¿sabes lo que más me dolía? ¿Sabes porque me enfadé tanto? No era que te hubieras acostado con mi marido, que también, era lo que le habías hecho a Marcos.
-¿A Marcos?
-A pesar de lo que pensaba papá de Marcos, era el marido que yo hubiera querido para mí y no Roberto. Yo me fijada como te miraba Marcos, es que te adoraba Cristina, se le notaba en su mirada. Roberto nunca me ha mirado así. Y tú que tenías al marido ideal, le puteas de esa manera con tu propio cuñado y su mejor amigo. No podías humillarlo más. Te mereces estar sola Cristina, por no saber valorar lo que tenías.
-Lo sé, me lo merezco y me arrepiento cada día de lo que hice. Pero eso ya no lo puedo cambiar. Le necesito tanto a mi lado. Necesito sus abrazos, sus besos, sus caricias…
Las lágrimas no me dejaron continuar hablando y nos dimos un afectuoso abrazo.
-Y ahora, ¿puedo ver a mi sobrino?
-Claro.
En junio encontré trabajo en un hotel de recepcionista, gracias a mi perfecto inglés. No era gran cosa y era solo media jornada, pero me permitía estar más activa.
Las relaciones con mi familia se habían normalizado, había recuperado a Gema, y cada vez me sentía más esperanzada. Seguía comiendo los domingos en casa de Carmen, y seguían mis visitas a la psicóloga.
Y así pasaba el tiempo sin novedades de Marcos.
No sé lo que esperaba de él ¿Una llamada? ¿Encontrármelo un día al abrir la puerta? Yo hubiera querido ir Barcelona a suplicarle de rodillas si era necesario, pero Carmen siempre me lo impedía.
-Aún es pronto cielo. Todavía no está preparado.
Y de esa manera iban pasando los días y los meses.
Lo que yo no sabía entonces es el trabajo que hacía Lola con Marcos, que de una forma sutil, le iba introduciendo la idea de perdonar y recuperarme.
Granada 2024
El trabajo de Lola con Marcos, iba a dar pronto sus frutos.
En enero, durante el día de Reyes, Carmen me lo dijo.
-Ha preguntado por ti.
-¿Por mi? ¿Quién?
-Marcos, hablé anoche con él y se ha interesado por ti.
Se me empañaron los ojos de felicidad y no supe que decir.
-Le conté poco, que tenías trabajo y que estabas bien de salud, no le hablé de Marquitos.
-Gracias, Carmen.
Yo sé lo que eso significaba, que Marcos estaba pensando en mí. Que el odio que me tenía cuando se fue, había desaparecido. Se estaba abriendo una puerta, una rendija apenas, pero si los dos tiramos de esa puerta, estoy segura que la abriremos de par en par. Y yo estaba dispuesta a abrir esa puerta, pero tampoco quería precipitarme.
Barcelona marzo 2024
Marcos, en su despacho de la vivienda que compartía con Lola, miraba la foto de Cristina con los ojos vidriosos. Recorría el rostro de ella con el dedo mientras musitaba su nombre.
Cuando Lola abrió la puerta lo encontró así, absorto mirando esa foto. La foto que había guardado en un cajón cuando se instalaron y que hasta ahora, nunca la había vuelto a ver.
-¿Qué te pasa cariño?
-Necesito verla, Lola, solo una vez, pero necesito verla.
-Tranquilo cariño, podemos ir si quieres a Granada a pasar unos días, y puedes ir a verla.
-No sé Lola, me da miedo lo que me pueda encontrar. ¿Y si ella no quiere verme? ¿Y si está con alguien? Me arrepiento tanto de todo lo que le dije, que ahora me da miedo encontrarme con ella. Seguramente ya no me amará.
- Tú también estás con alguien ¿No? No te tortures Marcos. Estoy segura que Cristina te sigue amando. Podemos ir para el Corpus, seguro que tu madre se alegrará de verte y allí ya veremos. Pero tienes que salir de dudas Marcos. Te estás martirizando inútilmente y lo tienes que solucionar.
-Tienes razón, como siempre. ¿Que hubiera sido de mi sin ti?
-¿Y de mi sin ti? Aún seguiría en la calle y ahora ya ves, sub-directora de una sucursal bancaria, y todo te lo debo a ti, Marcos.
-Lola, ya sabes lo mucho que te amo y pase lo que pase no quiero que desaparezcas de mi vida.
-Y no desapareceré, mi amor. Eres lo mejor que me ha pasado en mi vida y nunca me alejaré de ti.
Esa misma tarde, Lola le mandó un escueto mensaje a Carmen.
*Está listo.
Granada marzo 2024
Celebrábamos el cuarto cumpleaños de Marquitos, mis suegros, mi madre, mi hermana mi sobrino y mi amiga Gema. Mientras Marquitos soplaba las velas, Carmen recibió un mensaje, pero no lo abrió hasta un rato después.
Cuando vi que lo abría se le dibujó una sonrisa enigmática mientras me miraba. No supe interpretar esa mirada, ni esa sonrisa.
Cuando ya se acabó la fiesta y todos se marchaban, Carmen que se había quedado la última me dice.
-Vas a tener que irte a Barcelona muy pronto, ¿Estás preparada?
-¿A Barcelona? ¿Preparada para qué?
-Preparada para recuperar a Marcos.
Me dejó muy intrigada. ¿Tendría algo que ver ese mensaje que recibió?
Me mentalicé para un encuentro con Marcos, pero antes tenía que dar un último paso.
Granada abril 2024
Un domingo en casa de mis suegros, con lágrimas en los ojos, me abrí en canal mi corazón, el inmenso daño que le hice a su hijo y el dolor tan difícil de cuantificar que sentía por haber perdido a la persona más importante en mi vida. Les debía una explicación. Ellos no me juzgaron, tan sólo se limitaron a secar las lágrimas de mis mejillas y a arroparme con sus brazos.
-Ahora entiendo porque Paco no ha vuelto por aquí.
-Me voy a Barcelona Carmen, necesito verlo y ganar su perdón. No sé lo que me voy a encontrar, si estará solo o con alguien, si querrá verme o no. Tal vez aún me odie y lo entendería. Si consigo que me perdone, le dejaré hacer su vida y yo estaré por fin en paz. Y si algún día me abre nuevamente su corazón, si lo hace, prometo hacerle la persona más feliz del mundo.
Barcelona 22 de abril 2024
C&M Arquitectos , pase sin llamar, es lo que ponía en la puerta de la oficina de Marcos. No entendía porque Carmen me dio la dirección del trabajo y no la del domicilio. Dentro una recepción con una chica peleándose con los cables del ordenador.
-¿Hola?
-Hola, pase, le advierto que aún no estamos abiertos pero si le puedo ayudar en algo.
-No… bueno si... no…, no sé, ¿está Marcos?
-Claro, ahora seguro que está desocupado. ¿A quién tengo que anunciar?
-Cris…, la Señora Sánchez.
-Marcos, una tal señora Sánchez quiere verle- mientras abría la puerta del despacho –puede entrar, está con una llamada pero ahora le atenderá.
-¿Se puede quedar el niño con usted, mientras tanto?
-Claro, me encantan los niños, ¿Cómo se llama?
-Marquitos, se llama Marquitos.
-Anda, Marquitos, como el jefe. Ven Marquitos, que tengo aquí algo que te va a gustar.
Entré al despacho, estaba de espaldas hablando por teléfono mirando por el ventanal. ¡Dios! Solo oír su voz se me erizó la piel. Se dio la vuelta y me vio.
-Luego te llamo- Colgó el teléfono.
Hoy la vi,
Y tenía un rostro ajeno al que yo amaba
El que dan
Unos años de no ser feliz.
(Pablo Milanés)
-¡Cristina!
-¡Marcos!
Una niña entró corriendo y se abrazó a Marcos.
-¡Papiiiii!
-¡Hola pequeña!
-¡Cristina!
Me volví hacia la puerta, pensando que alguien me llamaba. Vi a Lola entrar a por la niña.
-Cristina vamos, deja a papá tranquilo que está ocupado. Cuando se iban, Lola me miró y guiñó un ojo.
-¡Adiós Papá!
-Adiós cariño, nos vemos en casa.
¿Qué significaba todo esto? ¿Marcos y Lola? ¿Por qué no me lo advirtió Carmen? Y tiene una hija, con Lola claro, pero ¿Por qué se llama como yo?
-Marcos… yo… creo que ha sido un error… no debería haber venido- y me di la vuelta para irme.
-¡Cristina, espera, no te vayas!- Marcos me sujetó del brazo –no te vayas, sé el esfuerzo que has tenido que hacer para venir hasta aquí. Haz que valga la pena
-Pero tu… no sé… ¿estás con Lola?
-Sí, pero eso no nos impide que hablemos, ¿A qué has venido Cristina, a que te perdone? Pues hagamos que tu esfuerzo no haya sido en vano. Quédate y hablemos.
-Marcos, yo tampoco estoy sola.
-¿Tienes pareja? Perdona, no… no tienes que darme explicaciones.
-Sabes, sí que encontré otro Marcos. Espera, quiero que lo conozcas.
-¿Pero es que has venido con él?
-Claro, no sabía con quien dejarlo.
Salí del despacho y volví con Marquitos.
-Marcos, este es Marquitos, tu hijo. Mira hijo, ¿Te acuerdas de todo lo que te he contado sobre tú papá, y te prometí que un día lo conocerías? Pues este es tu papá, se llama Marcos como tú, anda cariño dale un besito a tu padre.
Marquitos se acercó a su padre y esté se agachó para recibirlo, con los ojos llorosos. Cuando se recuperó de la emoción Cristina le entregó un sobre.
-¿Qué es esto?
-Es el resultado del ADN que prueba que el hijo es tuyo, Marcos.
-Guárdatelo, no lo necesito.
-Pero dijiste que…
-Dije muchas cosas Cristina, de las cuales me arrepiento. Mira, tenemos mucho de qué hablar, y poner nuestros sentimientos en orden ¿Puedes quedarte unos días? ¿En qué hotel estás? Vamos por tus cosas y te vienes a casa, voy a hablar con Lola que te prepare una habitación.
-No sé si es buena idea, quedarme en tu casa, estando tú con Lola.
-Lola se enfadará si te dejo que vayas a un hotel. De verdad, estará encantada de que te quedes en casa. Y además, Cristina y Marquitos, se irán conociendo, después de todo son hermanos.
-Está bien, como quieras.
-Te he echado mucho en falta, Cristina.
-Y yo Marcos, y yo.
No hubo más palabras porque nos abrazamos con tanta fuerza que impedía que de nuestras bocas saliera cualquier lamento.
Mientras íbamos al hotel, mi cabeza no paraba de dar vueltas. No entendía porque Carmen no me habló de Lola ni de Cristina. Ahora me sentía algo frustrada, no era así como me lo había imaginado, pero estaba siendo un poco egoísta. ¿De verdad pensaba que Marcos no habría encontrado a alguien con el que rehacer su vida? ¿Pero Lola? Claro, Marcos no se vino solo cuando se fue de Granada, se vino con Lola. ¿Eso significaba que ya había surgido algo entre ellos? Tampoco podía reprocharle nada, yo fui la culpable, es normal que si te dejan solo, busques a alguien, como me dijo una vez, “Con Lola no es solo sexo” . ¿Y cuál es mi situación ahora? Podemos hablar, claro, pero ¿Y luego? ¿Quedamos como amigos, y cada uno a su casa? Pues tendrá que ser así, no tengo ningún derecho a romper esa relación. Lola se ha ganado ese puesto y no se lo voy a disputar.
En el trayecto hacia casa, Marcos me puso al día.
-Es increíble el dinamismo de esta ciudad, Cristina. Al poco de llegar aquí, Lola encontró trabajo en una entidad bancaria. Aunque tuvimos que mentir un poquillo en CV, hay experiencias que es preferible no poner ¿Te dije que era licenciada en económicas? Ahora es sub-directora de una sucursal, es muy buena en su trabajo. En el anterior también era muy buena, ¿Lo recuerdas?
Sonreí al recordar ese momento. Quien iba a pensar que esa idea tan loca y tan morbosa con una prostituta, ahora esa prostituta, fuera la pareja de Marcos. Se puede decir que fui yo quien les presenté.
-Yo también encontré trabajo enseguida. Barcelona en Arquitectura es una joya porque encuentras de todos los estilos. Te tengo que llevar al Parc Güell. Te va a encantar...
-¡Marcos!- tuve que interrumpirlo porque no paraba de hablar, pero yo quería saber de Lola.
-Te preocupa Lola, ¿verdad? Cuando me fui de Granada, no quería irme solo, me hubiera vuelto loco, y se lo propuse a la persona que más cerca tenía en ese momento que era Lola. Entonces no creía estar enamorado de ella, pero la quería como una buena amiga. Ella aceptó enseguida, porque creo, que ya entonces estaba enamorada de mí. Es muy fácil enamorarse de esa chica, en serio. En casa de mis padres les oí hablar, a ellas dos sobre nosotros, mi madre le decía a Lola que tenía que ser mi salvavidas y que ella sería el tuyo. No sé qué plan trazaron entre las dos, pero es cierto que Lola ha sido mi salvavidas en Barcelona, sin ella a mi lado secando mis lágrimas, no hubiera sobrevivido.
¡Carmen! cada vez me sorprendía más esa mujer.
-Sí Cristina, estoy muy enamorado de Lola y sé que eso te preocupa, pero como te dije una vez, a nadie podré querer nunca como te he querido a ti.
No sabía muy bien como tomarme eso. Tenía sentimientos encontraos. Por un lado reconocía que aunque amaba a Lola, no la amaba tanto como me había querido a mí, pero por otro lado que hablara en pasado “…como te he querido a ti”, me entristecía.
Cuando llegamos a su casa, Lola me recibió con una gran sonrisa, enseguida me llevó hasta mi habitación y luego me enseño la casa. Desde luego se notaba que les iba bien en sus respectivos trabajos. Marcos tenía razón sobre Lola, se le veía encantada con tenerme de invitada y se notaba que no fingía. A Marquitos le acomodamos en la habitación de Cristina.
Durante la cena no pararon de contarme las anécdotas que les habían pasado durante esos años en Barcelona. A mí me hacían reír y la verdad es que lo pasé realmente bien, como hacía tiempo que no lo hacía.
Se les veía tan unidos, con tanta complicidad.
Después de cenar, mientras tomábamos un café, me toco mi turno.
-Os dejo solos, tenéis muchas cosas de que hablar.
-No Lola, no te vayas, si ahora eres la pareja de Marcos, también tienes derecho a saberlo todo.
Durante las horas siguientes, les conté todo lo que había vivido desde que Marcos se fue. A Marcos se le veía afectado al saber que mi familia me había abandonado.
-Lo siento mucho Cristina, yo tampoco me porté bien. Cuando vi el video, me dominó la ira y quería destruirte, hacerte todo el daño que pudiera hacerte. Hice que mandaran el video también a tu padre y tu hermana y también a todos los compañeros del trabajo. Esa decisión provocó que te quedaras sin familia y sin trabajo. Me podía haber divorciado sin más, y tu familia nunca se hubiera enterado de los verdaderos motivos. El video nunca se debería haber difundido, espero que puedas perdonarme por eso.
-No te sientas mal, cariño, tenías muchos motivos para actuar de esa manera y no te lo voy a reprochar. Yo soy la única culpable. Antes culpaba a todo el mundo, incluso a ti. Me costó mucho asumir mi responsabilidad. Además tus padres se volcaron conmigo y durante mucho tiempo fue mi única familia.
Me salió llamarle cariño, de forma natural, sin pensarlo y nadie mostró incomodidad.
-¿Y qué pasó con Roberto?
-Aún sigue la instrucción. Entre él y su padre crearon un entramado de empresas fantasmas para desviar dinero público de las obras que le concedían y producto de sus extorsiones. Dinero que acababa en cuentas offshore en paraísos fiscales y a nombre de testaferros. Quien sea que te ayudó a sacar a la luz todo eso hizo un buen trabajo. Aunque yo también puse mi granito de arena.
-¿Tú?
-Después de que Juan y Roberto intentaran captarme otra vez para sus chanchullos, me di cuenta que teniendo amigos tan influyentes, tendría una condena muy suave y en poco años estaría en la calle y con mucho dinero aún. Pero yo sabía donde guardaba mucho dinero y mucha documentación inaccesible por internet porque solo existía en papel. En Córdoba, escondida detrás de un armario, había una pequeña habitación con un caja fuerte, que las pocas veces que la he visto abierta, he visto muchos fajos de billetes y carpetas con documentación.
Cuando salí de esa oficina, llamé a un abogado y a través de él, le hicimos llegar a la fiscalía anticorrupción, de forma anónima, la localización de esa vivienda y lo que podían encontrar en ella.
Además de una cantidad importante de dinero en metálico, encontraron en las carpetas un listado de todas las personas con lo que Roberto había hecho negocios nada limpios. Había empresarios, políticos y algunos jueces. Hubo dimisiones en masa y alguna detención. El juez instructor, que también aparecía en ese listado, lo retiraron del caso. De repente, Roberto se había quedado sin amigos en los puestos clave. Anularon su libertad bajo fianza y volvió a prisión. Y ahí sigue.
-Ahora ya ha pasado todo, Cristina, y no debemos torturarnos más.
-Marcos, vine aquí con la intención de conseguir tu perdón, recuperarte para comenzar de nuevo y por supuesto, para que conocieras a tu hijo, pero yo no sabía que ya tenías a alguien. No voy a entrometerme en vuestras vidas. Pero al menos me gustaría saber que ya no me odias, y que podemos ser amigos, aunque sea por el bien de nuestro hijo, Marquitos.
-No te odio Cristina.
-Espera, antes de decir nada, tienes que saberlo todo. No quiero ocultarte nada, nunca más.
-¿Qué pasa Cristina? ¿Aún hay más?
-Nunca te he contado cómo eran los fines de semana en Córdoba. Ahí yo era la puta de Roberto y así es como me conocían esas mismas personas que aparecen en esos listados de los que te he hablado. Roberto me utilizaba como elemento importante para cerrar negocios. Después de llegar a acuerdos, yo estaba disponible para que hicieran conmigo lo que quisieran. Nunca me he negado a nada. Obedecía a todo lo que me proponía Roberto como buena sumisa. Solo ponía dos condiciones, nada de fotos ni videos, por lo que en esa casa todos los móviles se guardaban en una caja de la que había una sola llave que guardaba yo. Y la otra condición, hacerlo siempre con preservativo. Sólo Roberto me lo hacía sin protección. En todo lo demás no había límite. Prefiero no entrar en detalles escabrosos, pero he hecho cosas horribles, Marcos. Y lo peor no es lo que haya hecho, es que lo deseaba y lo disfrutaba. Me gustaba sentirme usada, sentirme propiedad de Roberto, un objeto para disfrute sexual de los demás. Tenía unos orgasmos espectaculares. La coca ayudaba mucho, claro. Laura también participaba alguna vez, pero al parecer, yo era la preferida. Ahí no era Cristina, solo era la puta de Roberto. Cuando me marcó, me sentí la mujer más feliz del mundo. Laura también llevaba una marca igual. Una vez me dijiste que no merecía tu perdón, y tenías razón. Después de lo que te he contado seguramente lo mereceré aún menos, pero necesitaba contártelo para liberarme por fin de esa carga. Ahora ya conoces todos mis secretos. Me ha costado muchas horas de terapia superar esa etapa.
Marcos se levantó visiblemente afectado y se fue de la terraza. Lola fue detrás y los vi que hablaban en susurros. Yo estaba desolada, ya pensaba que lo había perdido definitivamente.
Volvieron a la terraza.
-Cristina, me alegra mucho que me lo hayas contado. No te voy a juzgar ni a reprocharte nada. Eso es cosa del pasado y debemos pensar en el futuro, me has hablado con sinceridad y con arrepentimiento y te lo agradezco. Pero es tarde y necesitamos descansar. Mañana es Sant Jordi y nos daremos un paseo por Las Ramblas. A todos no vendrá bien relajarnos un rato.
Barcelona 23 de abril de 2024
No dormí nada esa noche. Era una situación extraña. Yo, sola en una cama ajena, mientras el que había sido mi marido, dormía en una habitación cerca de la mía con su pareja. ¿Estarían casados? ¿Follarían esa noche? Agudicé el oído intentado escuchar algún movimiento, algún gemido, pero solo había silencio.
Me levanté cuando oí ruidos por la cocina. Lola estaba preparando café. Me abrazó cuando me vio.
-Buenos días Cristina, ¿Qué tal has dormido?
Ya hacía años que nadie me daba los buenos días al levantarme. Agradecí ese gesto tan afectuoso.
-No muy bien Lola, y no es por la cama, que es muy cómoda.
-Entiendo. Supongo que no esperabas encontrarme en Barcelona con Marcos.
-No sé lo que me esperaba, sé que podría encontrarme cualquier cosa, pero es verdad que no esperaba encontrarte a ti. Entiéndeme, no te estoy reprochando nada, Lola. Me alegro que Marcos haya rehecho su vida y yo no tengo ningún derecho a reclamar nada. Lo que no entiendo porque Carmen no me lo advirtió, porque ella lo sabía ¿No?
-Pues claro, pero pensamos que era mejor que vinieras sin saber nada. Contéstame con sinceridad, de haberlo sabido ¿Te hubieras atrevido a venir?
-No, seguramente no. Pero entonces ¿Por qué Carmen me empujo a que viniera sabiendo que ya tenía una familia? No lo entiendo.
-Porque Marcos te ama, Cristina, te sigue amando con locura, y te necesita. Carmen y yo llevamos mucho tiempo preparando a Marcos para este encuentro. Durante estos años lo he visto llorar muchas veces, cuando pensaba que no lo veía. Cuando Marcos vio tu video con Roberto y su amigo Paco, se transformó. Delante de mí apareció otro Marcos diferente, su expresión reflejaba el odio que sentía. Me dio miedo ese Marcos. Me propuso venirme a Barcelona con él, y acepté pero no solo porque me estaba enamorando de él, es que tampoco quería dejarlo solo. Temía por él, por lo que pudiera hacer o hacerse. Cuando salimos de Granada, Marcos estaba dominado por el odio y el rencor y quería alejarse de ti lo más lejos posible. Al salir de casa de sus padres, a última hora cogió una foto vuestra en La Alhambra, pero al instalarnos aquí, la metió en un cajón y no la volvió a sacar, hasta el mes pasado. Llorando delante de esa foto, me confesó que necesitaba verte, aunque solo fuera una sola vez. Ese mismo día le mandé un mensaje a Carmen. Y aquí estás.
-Hubiera querido venir antes pero Carmen siempre me decía lo mismo, “ Aún es pronto cielo, dale más tiempo”. Pero sigo sin entender, si Marcos me sigue amando como tú dices, ¿en qué situación te deja eso a ti? ¿Renunciará a ti por volver conmigo? Lola yo no quiero que por mi culpa se rompa lo vuestro. Mira, yo mañana me vuelvo a Granada y podéis seguir con vuestra vida, ya le hice bastante daño en el pasado y no quiero provocar vuestra ruptura.
-Le harás más daño si te vas. No puedes dejarlo otra vez, Cristina, ahora que está a punto de recuperarte, no puedes ni debes abandonarle. Marcos y yo nos amamos y no nos vamos a separar, pero Marcos tampoco quiere perderte otra vez, tiene sueños y proyectos de futuro contigo. Si le amas, no puedes irte. Le afectó mucho lo que le contaste anoche, pero él sabe que esa Cristina ya ha desaparecido. Te lo podías haber callado, y él nunca se habría enterado. Por eso valora mucho que se lo hayas contado. Ve en ti a la Cristina de antes, de la que aún sigue enamorado. Démonos una oportunidad, Cristina.
-Pero, ¿entonces?, ¿qué me estás pidiendo Lola?
-Que tenemos que compartirlo.
Marcos apareció en ese momento, dándonos un beso a cada una en los labios.
-Buenos días, princesas, ya está aquí el caballero que os va a rescatar del dragón.
Dejamos a los niños con la canguro y nos fuimos a pasear por las ramblas, recorriendo los puestos de libros.
Las Ramblas estaban abarrotadas de gente. Marcos y Lola iban de la mano, como dos enamorados, yo iba un poquito por detrás mirándolos, pensando en todo lo que me había dicho Lola. De repente Marcos se volvió, me miró y me ofreció su mano. La agarré con emoción.
-No te sueltes, no quiero perderte.
Así seguimos por los puestos las dos cogidas de la mano, del mismo hombre. ¿Así sería nuestra relación?
Siguiendo la tradición, Marcos nos regaló una rosa a cada una y nosotras le regalamos un libro. El mío era el betseller de moda “ Yo sobreviví al Covid 19. Crónica de una pandemia.”de Almudena Vallejo . Como no estaba la autora para firmarlo, le escribí una dedicatoria, “ Contigo haría leyendas dignas de escribir”.Lola le regaló otro libro también superventas“ La depresión post-covid, como superarla ”de **Carmen Rojas.
Antes de ir a comer, Marcos quería enseñarme algo.
-Cristina, vamos a mi oficina, tengo que enseñarte algo.
Un vez en le oficina.
-Cristina, quiero… queremos pedirte que te quedes con nosotros. Yo sé que aún me amas, y yo te sigo amando con locura. No quiero volver a perderte Cristina y tampoco quiero perder a Lola. Tal vez te suene raro lo que te estoy pidiendo, pero os quiero a las dos y no pienso renunciar a ninguna.
-Marcos…
-Espera, no digas nada aún, mira.
Me llevó hasta un despacho contiguo al suyo. En la puerta había una placa con mi nombre. CRISTINA SANCHEZ.
-¡Marcos…!
-Podemos trabajar juntos Cristina, en nuestro propio estudio, tú y yo, mano a mano. Era nuestro sueño ¿te acuerdas? Firmar nuestros propios diseños. ¿Qué me dices?
-¡MARCOS SÍ!
-Ya sé, a lo mejor me he precipitado un poco… ¿cómo… que has dicho?
-¡Que sí bobo, que sí, que te sigo amando con toda mi alma y que nunca te voy a abandonar! Le prometí a tu madre que te iba a hacer el hombre más feliz del mundo, y esta promesa, la voy a cumplir.
-Cristina.
Nos besamos con pasión fundiéndonos en un abrazo, al que también se unió Lola.
“ El que es incapaz de perdonar, es incapaz de amar ”. Martin Luther King
Marcos se fue a comer con un posible cliente. Era una cita que ya tenía agendada y no podía anularla.
Nosotras comimos en casa. Yo estaba muy ilusionada con todo, recuperar a Marcos y un nuevo proyecto. Pero aún sentía algo de temor. ¿Podría funcionar esta relación a tres? ¿Y si surgían celos, rencillas, envidias? Yo no conocía a Lola lo suficiente, pero Marcos sí, debería confiar en su criterio. Por otro lado, Lola lleva cinco años con él y en vez de convencerlo para que me olvidara, ha hecho todo lo contrario, propiciar este reencuentro.
-Estás muy pensativa Cristina.
-Perdona Lola, es que tengo aún muchas dudas. Os veo a los dos tan enamorados que tengo miedo de sentirme una intrusa ¿Tú crees que esto puede funcionar?
-Debemos confiar que sí, y yo estoy dispuesta a esforzarme para que esto funcione.
-Creo que ya te has esforzado suficiente, Lola. Yo no estaría aquí si no fuera por ti. No sé cómo te lo podre agradecer.
-¿No sabes? Pues a mí sí se me ocurre como.
Acercándome a mí me besó en la boca. Me cogió tan desprevenida que al principio no reaccioné, pero enseguida le correspondí, mientras ella bajaba su mano hasta acariciarme el culo. Acabamos en la cama dando rienda suelta a nuestros deseos. Y así nos encontró Marcos. Enseguida se desnudó y se unió a nosotras, se puso en medio de las dos y nos dedicamos a proporciónale placer. Extrañaba tanto el sexo con Marcos, pero ahí estaba, compartiéndolo. Quería que me penetrara, lo necesitaba pero también quería su lengua. Maniobré para tumbarme de espaldas y que él bajara a mi sexo, pero se resistía.
Le cogí la cara con ambas manos.
-Marcos, dejemos atrás el pasado, tenemos que superar esto, ya no soy esa Cristina que dejaste en Granada, soy tu Cristina, la de siempre, quiero que confíes en mí. ¿Confías en mí, Marcos?
-Sí… pero…
-Pues házmelo cariño, lo deseo tanto…
Marcos fue bajando mientras me daba besitos por el cuerpo hasta llegar a mi pubis. Ahí se paró.
-¡No está!
-No cariño, no está, no queda rastro de Roberto, es historia.
-¿Pero… cómo?
-Pues con láser, tonto. Anda comételo, que llevo muchos años deseando este momento.
Al día siguiente le enseñé a Marcos la foto de boda que él había roto en pedacitos.
-¡La has reconstruido! Pero, aún falta un trocito.
Saqué del sobre el trocito que faltaba y que correspondía a nuestras manos entrelazadas.
-Termínala Marcos.
-Se notan los daños.
-Sí, cicatrices que nunca se borrarán. Los que olvidan su pasado están condenados a repetirlo, Marcos. Tenemos que pensar en el futuro sin olvidar el pasado, y esas cicatrices nos lo recordarán.
Granada 30 mayo 2024
Venimos a Granada a pasar las fiestas del Corpus. Reunimos en una comida familiar en nuestra casa a las dos familias. Lola no tenía familia, pero eso es otra historia. También nuestros amigos, Gema y Paco que se fundió en un abrazo con Marcos y que todos celebramos. Por fin los amigos se habían reencontrado. Gema, estaba embarazada de Paco, parecía que la relación se afianzaba y Gema había dejado ya su vida “libertina”.
Mientras tomábamos café en un ambiente cordial, Carmen y Lola hablaban aparte.
Lola : Lo hemos conseguido Carmen, vuelven a estar juntos.
Carmen: ¿Y tú Lola, como estás al tener que compartir a Marcos?
Lola: Cristina y yo hemos congeniado muy bien y se les ve muy felices juntos, y eso a mí también me hace feliz. ¿Crees que de no haber intervenido nosotras, habrían llegado a reencontrarse de nuevo?
Carmen. Es tanto el amor que se tienen que sin duda habrían encontrado la manera, pero les hubiera costado más tiempo, no menos de 10 años. Nosotras hemos reducido ese tiempo.
Lola: Que sabia eres Carmen, ¿Tú en otra vida anterior no habrás sido psicóloga?
Carmen: Jaja, no eres la primera que me lo preguntan, pero solo he sido cajera de supermercado.
Después de que se hubieran ido todos, nos relajamos los tres tomando una copa en la terraza, con vistas a La Alhambra.
-Sabes Cristina, siempre he tenido una duda.
-¿Hay algo que te atormente?
-En realidad no, es solo curiosidad. Me dijiste que estabas segura que el hijo que esperabas era mío, que las madres saben esas cosas, pero ya sabes que yo no creo en superpoderes. La última vez que follamos tu y yo, ese mismo día, también estuviste con Roberto y Paco, los tres te follamos sin preservativo. ¿Cómo podías estar tan segura de que el hijo era mío? ¿Por qué no de Roberto o de Paco?
-Ellos no podían embarazarme. Cuando mi hermana Esther di a luz a Carlos, tuvo un parto complicado y los médicos llegaron a temer por su vida. Decidieron no volver a tener más hijos y Roberto se hizo la vasectomía.
-Vaya, eso no lo sabía, pero ¿Y Paco? Él sí que podría haberte embarazado, por lo que he visto en Gema.
-No, tampoco. Parece mentira que siendo tu amigo del alma no lo sepas. A mí me lo contó Gema. Paco tiene una patología que hace que su sistema inmunológico, identifique a los espermatozoides como elementos hostiles y los ataca, de tal manera que aunque eyacule en el interior de la vagina, sus espermatozoides no alcanzan el óvulo.
-¿Y entonces, el embarazo de Gema?
-Los espermatozoides de Paco están sanos y pueden fecundar un óvulo, solo que hay que ayudarles. Gema se ha embarazado por inseminación artificial con esperma de Paco.
-Vaya. Creo que Paco me lo contó hace mucho, pero lo había olvidado. ¿Porque no me lo explicaste entonces?
-Porque esperaba que confiaras en mí. Fui una ilusa al pedir tu confianza después de cómo te había traicionado.
-Eso está muy bien tortolitos, pero yo me voy a llevar a la cama a esta zorrita que me la quiero comer enterita.
Lola me cogió de la mano y me llevó hacia el dormitorio.
-¡Hey! Deja algo para mí.
-Pues date prisa, amor, o no te dejo nada.
-No discutáis, que aquí hay zorrita para los dos. A ver si podéis conmigo, que cuando quiero puedo ser muy puta.
-Ya veremos quién es más puta de las dos, que estás hablando con una profesional- dijo Lola mientras me daba una palmada en el culo.
Y nos dieron las diez y las once
Las doce y la una, y las dos y las tres
Y desnudos al anochecer nos encontró la luna
(Joaquín Sabina)
Granada, muchos años después.
Cristina y Marcos, recorrían con la vista la colección de fotos que ocupaban varias estanterías. Toda una vida reflejada en esas fotos. Entre ellas destacaban la foto de la Alhambra ellos dos solos, otra foto también en La Alhambra, pero esta vez con Lola. Un foto con el ministro, recibiendo el Premio Nacional de Arquitectura. La foto de la boda, llena de cicatrices. Cuando ellos se jubilaron, otra generación tomó el relevo, otra Cristina y otro Marcos ocuparon su lugar. Y otra Cristina y otro Marcos, los nietos, estaban ya preparados para coger el mando. Los éxitos habían sido numerosos, no había ciudad que se considerara importante que no quisiera tener una obra diseñada por C&M.
Marcos cumplía ese día 80 años. Se sentaron en la terraza a descansar, después de un día agotador. Lola ya no estaba con ellos, un ictus se la llevó hacía unos 10 años.
-Marcos, siempre he querido preguntarte. Hace años, le prometí a tu madre, que te haría el hombre más feliz del mundo. ¿Lo he conseguido, Marcos? ¿Has sido feliz conmigo?
-He sido y soy muy feliz contigo, Cristina, contigo y con Lola, y espero que tu lo haya sido conmigo.
-Si Marcos, los dos me habéis hecho muy feliz. Tenías razón sobre Lola, cuando dijiste que era muy fácil enamorarse de ella.
-¿En serio? ¿Es que te enamoraste de Lola?
-Es complicado Marcos. Al principio pensé que con Lola solo era sexo, y yo nunca he tenido problemas en follar con otra mujer. Pero sentía algo más que me resistía a reconocer. En mi esquema mental, no concebía que pudiera estar tan enamorada de ti y al mismo tiempo también de Lola, que era una mujer. Al final tuve que admitirlo aunque por vergüenza nunca se lo dije, y ahora me arrepiento de no habérselo confesado.
-Si te hubieras enamorado de otro hombre, de la misma manera que yo estoy enamorado de dos mujeres ¿lo hubieras visto más normal?
-Al menos creo que lo hubiera aceptado antes, porque yo no me considero lesbiana.
-No Cristina, sin etiquetas, somos personas que nos enamoramos de personas, independientemente del sexo.
-¿Y qué me dices de ti? ¿Te podrías haber enamorado de otro hombre?
-No lo sé, a lo mejor aún no ha aparecido el hombre de mi vida. Pero aún estoy a tiempo, tengo toda una vida por delante.
-¿Estás hablando en serio?
-Jaja. Por supuesto que no, Cristina, estoy con quien quiero estar y aunque echo mucho en falta a Lola, no necesito a nadie más.
-Lola era una mujer magnífica. Le debemos mucho.
-Mucho sí, pero dejemos el pasado. Tú prepárate, veras que cositas te hago luego en la cama.
-Ya, ya, no te emociones que te va a subir la tensión. Anda calla y disfrutemos de este atardecer único.
Granada es como una rosa más bonita
Que ninguna que se duerme con el Sol
Y florece con la Luna.
Enamorada del agua, flor de la brisa,
Que vive sola por culpa de las espinas.
Rosa de melancolía, los ruiseñores le cantan
Y ella, como es flor de olvido,
Con el silencio les paga.
Granada vive en sí misma tan prisionera,
Que sólo tiene salida por las estrellas.
(Carlos Cano)
FIN