Cristina y Marcos/ Obsesión (3/ 12)

Adaptación del "clásico" que a nadie ha dejado indiferente y que ha animado a muchos lectores a escribir su propio final... ahora no es Marcos quien nos cuenta su versión de la historia... ahora alguien diferente nos cuenta cómo vivió toda la historia.

Capítulo 3

Tras aquel fin de semana mi relación con Marcos y Cristina mejoró ... quedábamos los tres juntos los fines de semana, especialmente los domingos, que yo no trabajaba... por trabajar ya sabéis que me refiero a cuando tenía que ir a poner el culo con algún ricachón para poder pagar mis vicios ... pero para mí gusto, seguíamos siendo demasiados, alguien sobraba y era él... ¡MARCOS!... ¡EL PUTO MARCOS!... ¡SIEMPRE MARCOS!

Inicialmente le propuse a Cristina que tuviera una aventura o algún tipo de relación extramatrimonial para cumplir sus fantasías... ya me encargaría yo luego, de alguna manera, de que Marcos se enterara de esa infidelidad para que todo acabara en divorcio... pero para mi desgracia, puso el grito en el cielo y me encontré con una negativa tajante de mi amiga... su frase no pudo ser más desalentadora para mis intenciones iniciales... me dijo que ella sin Marcos no hacía nada de nada, que si lo hacían, tenían que ir los dos juntos de la mano en esa nueva experiencia.

Tras el traspiés inicial, no me quedó mucha más opción que la idea de que pudieran abrir su vida marital a experiencias conjuntas con otras personas... algún trío, algún intercambio de parejas... sabía que una vez encendida la mecha, era cuestión de tiempo que esas experiencias acabaran desembocando en una infidelidad por parte de alguno de los dos y luego en divorcio... poco a poco, con el paso del tiempo, haciendo la presión justa y diciendo las palabras adecuadas en cada momento, esa segunda idea pareció ir tomando vida propia en la cabeza de mi amiga, hasta que casi un año después de aquella confesión inicial, Cristina me sorprendió mientras tomábamos un café preguntándome si tenía alguna idea de cómo ir convenciendo a Marcos para realizar lo que le proponía.

Le aconsejé que la primera vez fuera un trío con alguna mujer... ¿qué hombre se negaría a eso si se lo propone su mujer?... me alegró saber por boca de Cristina que había empezado a insinuarle la idea a Marcos, pero que no parecía muy entusiasmado y le decía que se sentía algo presionado por su insistencia... sin embargo, me horroricé al escuchar de boca de mi amiga que yo me encontraba entre la lista de candidatas... las cosas que hay que hacer por una buena amiga.

Mi plan iba viento en popa a toda vela, hasta que un cúmulo de mala suerte, hizo que los acontecimientos se precipitaran... conocí por casualidad al candidato ideal para sustituir a Marcos... alto, guapo, famoso, torero y muy rico... Manuel Enrique... sin embargo, apenas un par de días después de conocernos, el lunes, las revistas del corazón llevaban en portada una gran foto nuestra... ¿cómo lo habían descubierto?

Esa misma tarde recibí una llamada de Laura:

- Gemita ... prepárate a conciencia que el viernes hay que darlo todo.

  • ¿De qué me hablas Laura? – pregunté extrañada por su llamada, ya que hasta ese día siempre nos habíamos comunicado sólo por mensajes.

  • Este fin de semana hay un contrato tremendo en juego... te llevarás un bonus de un millón de euros si consigues convencer al cliente que se te asigne para que firme el contrato Gemita – estarán hasta los jefes.

  • Laura... no quiero conocer a los jefes... trato sólo contigo, eso ya lo habíamos hablado y lo sabes… cuanta menos gente me vea y sepa...

- Gemita, Gemita ... – me interrumpió – esto es así de simple princesita ... ¿quieres un millón de euros o no lo quieres?... si lo quieres te mando la dirección y si no lo quieres puedes quedarte en tu puta casa – dijo volviendo a usar aquel tono burlón que tanto me fastidiaba.

  • Acepto – dije casi sin dudar... ¿un millón de euros por follar una noche?... ¿quién habría podido negarse?

  • Vale Gemita ... ya te mando la dirección, espero que estés deslumbrante porque la ocasión lo merece... intentaré que el número de personas que te vean, sea el menor posible – me dijo.

  • Gracias... – y me mordí la lengua... ¿le estaba dando las gracias a Laura por prostituirme?

Cuando el día pactado, viernes, llegué al hotel en taxi me sorprendió el gran despliegue de seguridad y la cantidad enorme de vehículos de lujo que había en el aparcamiento... Laura me esperaba en la puerta junto a un tío trajeado que parecía un armario ropero, sus sonrisas al verme me confirmaron que había acertado con la elección de mi vestido... rápidamente me agarró del brazo y me llevó al servicio...

- Gemita ... tú también quieres ¿verdad? – me dijo mientras preparaba un par de rayas más largas y gruesas de lo habitual.

  • ¿Qué pasa hoy aquí Laura?... ¿por qué hay tantos coches?... hasta tú que normalmente eres de hielo, parece que hoy estás nerviosa – pregunté algo desubicada tomando el rulo que me ofrecía.

  • Hoy se firma un gran contrato Gemita ... Torrenueva... son muchos millones de euros y lo mejor de todo, es que si conseguimos que se firme todo hoy, acabamos definitivamente con la competencia de nuestro sector en la provincia de Granada – me dijo rascándose la nariz.

  • ¿Y el millón de euros? – pregunté nuevamente con dudas.

  • Tú eres la clave Gemita ... toma... métete al menos una rayas más, que estoy segura que la vas a necesitar – me dijo dándome nuevamente el rulo con el que esnifábamos y vertía más coca.

  • ¿Yo? – pregunté mientras esnifaba otra raya.

  • Tienes que convencer a la única persona que ahora mismo no quiere firmar los documentos... no nos puedes defraudar hoy Gemita , como te he dicho, han vendido hasta los jefes... pero tranquila, ya sólo queda tu cliente y una de las personas que te paga los vicios Gemita ... espero que le demuestres que su inversión contigo ha valido la pena... consigue que firme tu cliente y el millón de euros es todo tuyo – acompañó su frase introduciéndome una pastillita azul en el escote mientras me besaba en los labios, para luego, con una sonrisa, invitarme a salir antes que ella de aquel servicio.

  • Ya estamos aquí – dijo Laura cuando entramos en aquel salón.

  • ¡Por fin!... aquí la tiene señor alcalde... la diva de todas las portadas de las revistas del corazón de esta semana y la mejor puta de Granada... sólo tiene que firmar – dijo Roberto ofreciéndole un bolígrafo a un viejo gordo que aparentaba tener, al menos, setenta años.

¿¡ROBERTO!?... ¿el cuñado de Cristina era uno de los jefes de la empresa?... ¿eso quería decir que si aquel viejo firmaba mi amiga Cristina y el imbécil de su marido se quedaban sin trabajo?... la empresa donde trabajaban era la única que competía con la de Roberto en la provincia de Granada... en aquel momento no estaba para pensar si aquello podía ser bueno o podía ser malo, habría que dejarlo en manos del azar... ¿sería verdad que Marcos podía encontrar trabajo donde quisiera?

  • Tranquila Gemita – me dijo Roberto acercándose, para una vez situado de pie a mi lado, susurrarme en bajo al oído mientras me tocaba el culo – no te preocupes por tu amiga Cristina y su marido, mis cuñados siempre tendrán un puesto de trabajo en la empresa familiar... cada uno acorde a su valía, claro está – sonrió ampliamente tras aquella frase – son familia... ahora ponte de rodillas y haz bien tu trabajo, que para eso te pago... nuestro querido alcalde tiene que firmar los documentos y para eso nada mejor que desoxidar un poco su viejo bastón de mando .

A continuación, Roberto se dirigió a Laura y tras decirle que los demás invitados ya habían firmado y estaban en sus respectivas habitaciones disfrutando de la compañía, le dio un tremendo morreo y ambos se despidieron sonrientes de mí, agitando la mano.

Lo que vino a continuación fueron las dos horas más humillantes de toda mi vida, ni tan drogada como estaba fui capaz de sentir otra cosa que no fuera asco... asco de él y asco de mí misma por lo que estaba haciendo... pero la pastillita azul que me había dado Laura y mi boca hicieron un verdadero milagro... dos horas más tarde aquel viejo sacaba su polla de mi culo extenuado y con una sonrisa de oreja a oreja firmaba aquellos documentos jadeando por mi última mamada de la noche.

El domingo a media mañana Laura apareció por sorpresa en mi casa con un maletín cargado de dinero, felicitándome por mi trabajo y diciéndome que me lo había ganado.

  • ¿Qué coño hacía Roberto allí Laura?... ¿en qué habíamos quedado de que me viera con gente conocida de mi entorno? – le pregunte indignada.

  • Es uno de los que manda en la empresa Gemita , él es quien pone el dinero para que tú te pagues tus vicios... algún día tenía que pasar – me dijo Laura con una sonrisa burlona.

  • ¡Menos mal que no hemos follado!... ¡qué vergüenza! – suspiré aliviada.

  • Jajajaja... Gemita , a veces pareces de verdad completamente idiota... Roberto fue tu primer cliente... ¿ya no recuerdas aquel hombre con el que te acostaste la primera vez y que llevaba la cabeza cubierta para proteger su identidad? – me dijo Laura muerta de risa – y no fue una vez sólo.

  • ¡ERES UNA HIJA DE PUTA! – grité avergonzada.

  • Por cierto, Gemita ... ahora que ya conoces mejor nuestra empresa, va siendo hora de integrarte definitivamente en ella... mañana por la tarde tenemos una cita tú y yo en un salón de tatuajes que esta justo al lado del banco – me dijo mientras me guiñaba un ojo.

  • ¿Te vas a hacer un tatuaje? – pregunté.

  • El tatuaje te lo vas a hacer tu Gemita ... el logo de la empresa... todas las chicas de la empresa llevamos la misma marca... seguro que recuerdas el tatuaje PR que llevo en el pubis, te lo habrás aprendido de memoria de todas las veces que me has comido el coño, tan bien como tú sabes, a lo largo del último año – me dijo con su tono burlón habitual.

  • Yo no me pienso hacer un tatuaje con unas iniciales que me marquen como la puta de nadie, y menos con las iniciales de ese cabrón Laura... P de puta y R de Roberto ¿no? – dije indignada.

  • El tatuaje no significa eso Gemita ... P de puta, en tu caso SÍ... eso es lo que eres ahora Gemita y lo que siempre serás, una vulgar putabque no vale para nada... pero R de ¿Roberto?... jajajaja... ¡Roberto!... jajajaja – se carcajeó Laura – si tú supieras...

  • Porque ya es tarde, si no te diría que te tatuaras tú lo de... PUTA DE R ... – y me callé sin atreverme a decirlo en voz alta... si la R no significaba Roberto a juzgar por las carcajadas de Laura... ¿qué significaba la R?

  • Bueno Gemita , no me enrollo más que veo que tanta coca te está pudriendo el cerebro y ya ni eres capaz de acabar las frases... lo de hacerte o no el tatuaje es cosa tuya... pero te aseguro que si no te lo haces mañana, no volverás a encontrar un trabajo en toda Andalucía en tu puta vida... de eso me ocupo yo y te puedo dar ahora mi palabra – me dijo amenazante.

  • Me da igual Laura – dije sacándole la lengua.

  • Muy madura tu reacción princesita , no esperaba menos de ti... procura aparecer mañana por el banco y si decides que no quieres hacértelo... este consejo es gratis, intenta no meterte ese millón de euros por la nariz demasiado rápido – y sin más se giró y se dio media vuelta – lo olvidaba Gemita ... puedes quedarte con el móvil... chao.

Y sin tiempo todavía a asimilar lo que había pasado, nada más cerrar la puerta a Laura, una llamada de Cristina preguntándome el motivo de haberme callado lo mío con Manuel Enrique... que cuando cenábamos todos juntos... iba todo tan rápido.

Planeé una cena en el local más lujoso de la ciudad la semana siguiente y cuando llegó el día nos vestimos de punta en blanco, sólo había que hacer que el gusano se sintiera fuera de la manzana.

Sin embargo, aquello tampoco salió como yo esperaba... todo iba muy bien hasta que Cristina me echó una mirada de fuego por una discusión bastante tonta sobre la empresa familiar... se levantó de repente y me invitó con su mirada y un gesto discreto a acompañarla a ir al servicio...

  • ¿En qué habíamos quedado el otro día Gema? – me dijo nada más cerrar la puerta del servicio.

  • No sé de qué me hablas – dije haciéndome la tonta, claro que lo sabía, hasta yo sabía que me había pasado.

  • Una pullita más o una humillación más a mi marido y sintiéndolo por Manuel Enrique, nos levantamos de esa mesa y nos largamos... ¿te ha quedado claro?... no has parado un momento desde que ha llegado Marcos... ¡ya te vale Gema!... ¡ya te vale! – me dijo con tono autoritario.

Volví a la mesa fingiendo una sonrisa de oreja a oreja que hasta a Marcos le resultó extraña, y le tendí la mano como muestra de paz ante Cristina... yo particularmente hubiese preferido abofetearlo, pero era lo que había en aquel momento... la velada fue transcurriendo lentamente mientras miraba a Marcos y pensaba qué cara pondría cuando viese como se follaban a su mujer en su puta cara... pero cuando todo parecía ir muy bien encaminado para continuar aquella velada en un lugar más privado, Cristina dijo encontrarse mareada y se fueron solos a casa... mi gozo en un pozo, otro tremendo fiasco en mis planes.

No hay mal que por bien no venga... un tiempo después Manuel Enrique me dijo que le encantaba mi filosofía de vida libre y si nos casábamos... alto, guapo, famoso, torero y muy rico... lo tenía todo... así que me fue imposible negarme ante el tremendo atractivo que le veía, en especial claro, cuando abría su cartera... tardaría algún tiempo en descubrir que con nuestro compromiso, Manuel Enrique intentaba más bien realizar un pequeño engaño a la prensa del corazón... resulta que al final se descubrió que Manuel Enrique era más de comer carne que de degustar pescado.

Las aguas entre nosotras tardaron varios días en volver a su cauce tras aquella cena... hasta que un día por sorpresa Cristina me llamó muy frustrada... me explicó que sus progresos con Marcos habían sido casi nulos y que además estaban pasando una época de incertidumbre ante la perspectiva de perder ambos sus trabajos... incluso me comentó que estaban empezando a plantearse enviar CVs a empresas de arquitectura de otras ciudades... ¿qué tenía de malo trabajar en la empresa familiar?... estaba segura que si no fuera por él, Cristina lo haría encantada... ¡MARCOS!... ¡EL PUTO MARCOS!... ¡SIEMPRE MARCOS!...

Tenía que trazar otro plan y tenía que ser rápido... buscar algo o alguien que despertara el morbo de Cristina sin asustar demasiado al imbécil de Marcos, alguien que no le asustara en apariencia por su aspecto físico y no pudiera considerar inicialmente como una verdadera amenaza para su matrimonio... una especie de lobo con piel de cordero... me acordé de ellos, Pedro e Inés, los había conocido en Ibiza hacía dos o tres años, unos cincuentones de muy bien ver que hacían tríos e intercambios de parejas... además habían empezado en ese mundo de la misma manera, Inés se había tirado de cabeza a pesar de las reticencias de su marido Pedro... les llamé y dio la casualidad de que ya estaban de vacaciones por Andalucía... estaban encantados de saber de mí después de tanto tiempo y de la posibilidad de reencontrarnos para divertirnos, pero cuando les expliqué la situación con Cristina y Marcos no parecieron muy convencidos... pero cuando les envié una foto de la parejita y algo les hizo cambiar de opinión bastante rápido.

Ahora sólo me faltaba enredar la parejita ... convencí a Cristina de conocer a mis amigos y de que para intentar avanzar en sus pretensiones con Marcos, lo mejor que podía hacer era hablar con ellos que ya habían vivido esa experiencia... decidimos también que lo mejor era que fuéramos los tres juntos a una playa nudista, cuya ubicación enviaría también a mis amigos Pedro e Inés... ella seguía obsesionada con la idea que yo tuviera algo con Marcos y me propuso que coqueteara un poco con él el día que fuéramos a la playa... sólo de pensarlo ya me daban arcadas, pero algo tendría que jugar para que mi amiga no sospechara nada.

Cuando llegamos a la playa nos desnudamos... enseguida Cristina se puso muy pero que muy pesada, me parecía increíble que aquella fuera mi amiga, ni yo misma la reconocía en aquel estado, parecía en todo momento completamente desatada... miré por curiosidad, más que por interés, cuando Marcos se quedó completamente desnudo y para mi decepción, lo que vi no estaba mal... sinceramente nada, nada mal... sin duda superior a la media en grosor y quizá también en longitud, pero yo tenía un as de bastos guardado en la manga, tenía a Pedro.

Cristina hizo que Marcos se tumbase entre nosotras y empezó a jugar con su polla a mi lado, mientras me provocaba y me retaba a continuar el trabajo ... tuve con Marcos un duelo de miradas mientras ella le pajeaba a él y a mí me retaba mirándome... hubo un momento en que a mi amiga sólo le faltó agarrarme de los pelos y obligarme a lanzarme encima de Marcos para que me lo follara allí mismo... menos mal que logré escaparme aduciendo que una playa no era el mejor sitio para ponernos a follar y aprovechando la sonrisa victoriosa de Cristina me fui corriendo... aunque más que corriendo, salí huyendo, hacia el agua... desde el agua pude ver como la parejita discutía hasta que Marcos se puso el bañador y Cristina venía en mi dirección caminado hacia el agua algo decepcionada... cuando unos minutos más tarde vi aparecer en la playa a Pedro e Inés y suspiré aliviada.

Invité a Cristina a venir conmigo para que conociera en persona a los recién llegados y una vez a su altura, empezamos a presentarnos... más tarde se nos unió el imbécil de Marcos y tras una amena conversación sobre trabajo, aficiones y viajes, fue Inés quien se levantó y se dirigió corriendo al agua... todos la seguimos y observé cómo Marcos y Cristina agarrados de la mano nos seguían hablando... hasta que se detuvieron en seco y volvieron a discutir por algo... les observé atentamente hasta que vi como aquel imbécil regresaba a la zona de las toallas.

Me acerqué a ellos fingiendo una preocupación inexistente y aproveché el momento, porque no, para meter un poco más de cizaña en medio de aquella situación... en cuanto Marcos se marchó con intención clara de no volver no pude ocultar una pequeña sonrisa de satisfacción por el triunfo que rápidamente se me quitó de la cara al ver a mi amiga llorando sentada en la arena, de espaldas al agua – ¡CABRÓN! – mascullé entre dientes mientras miraba con rabia como mi amiga lloraba... acaricié levemente su espalda tratando de consolarla, pero me dijo que prefería quedarse un momento a solas... era el momento...

Le puse el pulgar hacia arriba a Pedro y éste empezó a caminar hacia nosotras, mientras yo miraba a Cristina para comenzar a caminar hacia el agua... cuando nos cruzamos se lo recordé – Pedro, tomar y no preguntar, pero sólo hasta donde ella te deje... si te dice que pares, paras – cuando me reuní con Inés en el agua estaba tan exultante por todo lo que había pasado, que lo primero que hice, sin pensar, fue lanzarme a comerle la boca mientras deslizaba mi mano entre sus piernas y ella me respondía metiendo la suya entre las mías.

Inés era muy dominante en el sexo, especialmente con mujeres, y rápidamente me giró para que pudiera mirar la escena de la playa, apretando sus pechos contra mi espalda mientras me besaba el cuello y dos de sus dedos me masturbaban con fuerza – ahora mi marido estará haciéndole lo mismo a tu amiga Gema – me susurró al oído, para luego chuparme el lóbulo de la oreja y acelerar el ritmo, hasta que logró que alcanzara un tremendo orgasmo... aquel pequeño juego entre nosotras finalizó con ella llevando a mi boca los dedos con los que me había masturbado y yo chupándolos satisfecha por cómo había sucedido todo y, naturalmente, por el orgasmo.

Al poco rato Pedro nos avisó, y para nuestra sorpresa, nos dijo que regresábamos inmediatamente todos a Granada, que había que acercar a Cristina urgentemente a su casa... mientras Pedro e Inés recogían sus cosas intenté hacerle ver a Cristina que lo que había hecho su marido dejándola allí tirada no tenía nombre, hasta que su mirada hacia mí irradiando fuego por los ojos hizo que me asustara y me callara... en medio de un silencio que sólo rompían pequeñas conversaciones entre los cincuentones, donde Pedro dejaba ver que estaba molesto por algo, dejamos a Cristina en su casa... apenas Cristina cerró la puerta, no puede aguantarme las ganas...

  • Bueno Pedro, cuéntanos... ¿qué ha pasado? – dije ansiosa.

  • ¡GEMA!... – me contestó Pedro – justamente eso queremos saber nosotros... ¿qué demonios ha pasado en esa playa?... ese pobre chico no tenía ni idea de lo que todo estaba planeado... ¿verdad?

  • Bueno... yo sólo intento ayudarlos a que den el primer paso en ese mundo, igual que hicisteis vosotros – dije con un hilillo de voz.

  • Entiendo – dijo Pedro negando la cabeza.

  • ¿Y no te parece Gema, que eso es algo que tienen que hacer ellos dos juntos a solas y con alguien que sea de su confianza?... no puede ser que lleguen un día dos desconocidos en medio de una playa nudista y porque tú les digas... ¡VENGA!... ellos lo hagan – me reprochó Inés.

  • Pero me ayudareis... me ayudareis a ayudarlos... he pensado que vosotros sois los más adecuados porque me contasteis vuestra historia... cómo comenzasteis... ellos también necesitan ese último empujón para dar el último salto – (y mejor si Marcos se mata) – pensé mientras sonreía ante mi propia ocurrencia.

  • No sé Gema, la verdad es que no lo sé... más tarde hablaremos Inés y yo a solas sobre el tema de tus amigos y ya te diremos algo sobre qué vamos a hacer al respecto... pero no me gusta – dijo Pedro.

  • Cambiando de tema Gema... ¿qué vamos a hacer ahora?... ¿dónde vamos por la tarde?... ¿qué nos quieres enseñar de tu Granada? – me preguntó Inés.

  • Yo os enseñaría mi cama... pero si queréis comer algo antes.

Fuimos a un buen restaurante y una hora después cuando acabamos de comer, ni a ver Granada ni a nada... directamente fuimos a mi casa y nos metimos los tres juntos en mi cama... un trio donde Pedro e Inés me regalaron todas sus atenciones... entre la tremenda polla de él y todas las caricias, los besos y las atenciones que me dedicó ella, puedo aseguraros que fue una tarde inolvidable y muy muy larga.

En medio de sus maravillosas atenciones recibía una llamada e Inés tuvo la amabilidad de acercarme el teléfono móvil mientras Pedro me follaba como una perra estando yo a cuatro patas... contesté porque quien me llamaba era Cristina, pero las acometidas de Pedro eran increíbles y me fue del todo imposible contener mis jadeos... Cristina entendió rápidamente lo que pasaba y tras excusarse por ser muy inoportuna, cortó su llamada.

Tras la llamada de Cristina la velada aun fue muy muy larga... tras una pausa para picar algo para cenar volvimos rápidamente los tres juntos para seguir con nuestros juegos en mi cama, ni siquiera recuerdo a qué hora nos quedamos todos dormidos aquella noche... juntos, extasiados, pegajosos y sobre todo muy muy sudados.

Varios mensajes a mi móvil me despertaron a la mañana siguiente como si se trataran de una alarma, todavía algo adormilada comprobé que eran de Cristina preguntándome si ya estaba levantada y diciéndome que quería verme urgentemente... ¿qué habría pasado?

Me vestí intentando hacer el menor ruido posible, pues Pedro e Inés seguían dormidos sobre mi cama, y tras dejarles una nota fui al encuentro de mi amiga Cristina... cuando me vio vino corriendo con una tremenda sonrisa en la cara y me abrazó con una efusividad que hacía años no recordaba...

  • ¡HA PASADO GEMA!... ¡HA PASADO!... ¡HA PASADO! – gritaba Cristina entusiasmada en medio de un parque de Granada.

  • ¡Tranquilízate Cristina!... joder, que no entiendo nada de lo que quieres decirme... ¿qué ha pasado? – pregunté intentando separarme del tremendo abrazo que me estaba dando mi amiga.

  • ¡HEMOS HECHO UN TRÍO! – gritaba mi amiga en mitad de aquel parque.

  • ¡CRISTINA JODER!... que estamos en medio de la calle y cualquiera puede oirnos – dije mirando a mi alrededor.

  • Ayer nos fuimos de putas Gema – susurró Cristina a mi oído – ¡QUÉ PASADA! – gritó todavía muy cerca de mi oído dejándome atolondrada.

Ya un poco más calmada y sin borrar en ningún momento la sonrisa de su cara, fue contándome todo lo sucedido aquella noche hasta el más mínimo detalle, mientras veía como sus ojos brillaban...

  • ¿Y eso es todo? – pregunté.

  • ¿Cómo que si eso es todo? – me dijo sorprendida y a la vez decepcionada por mi pregunta.

  • ¿Eso es lo que llamas tú hacer un trío?... jajajaja... eso es sólo un pequeño pasito, muy muy pequeño... ni si quiera creo que pueda considerarse como haber dado realmente el primer paso hacia nada – dije mientras me reía, intentando burlarme de mi amiga.

  • Fue maravilloso Gema... allí los dos juntos, besándonos, acariciándonos, agarrados de la mano mientras nos mirábamos a los ojos... ¡PERFECTO!... tal y como siempre lo quise, tal y como siempre lo había soñado... y luego la segunda parte nosotros solos en casa – dijo muy emocionada mientras me miraba fijamente, como si estuviera esperando mi aprobación.

Por supuesto que no iba a dársela... se trataba de que esas experiencias fueran maravillosas para ella, pero tenían que ser a la vez traumáticas para Marcos... ¿cómo iba a conseguir que se separaran si iban juntos también por ese camino?... encima el muy cabrón había disfrutado luego del postre, en casa a solas con Cristina toda la noche... ¡MARCOS!... ¡EL PUTO MARCOS!... ¡SIEMPRE MARCOS!...

Había que subir la apuesta, y había que hacerlo rápido, no podía consentir que la cosa se enfriara y que después de cumplir aquella fantasía, mi amiga Cristina decidiese, que con haber hecho aquello o con hacer cosas como aquella de vez en cuando se conformaba.

  • Cristina... pudo haber sido maravilloso para ti, eso no te lo niego... pero eso no es lo que querías conseguir, son sólo unas migajas – le dije a mi amiga con una sonrisa burlona.

  • ¡Gema! – exclamó claramente decepcionada por mi respuesta – hay que ver cómo eres de aguafiestas...

  • No puedes conformarte sólo con que una puta os haga a los dos sexo oral muy de cuando en cuando Cristina... tú querías mucho más que eso... has dado un primer llamémoslo pasito, pero ahora tienes que aprovechar lo sucedido y buscar más, sin perder el impulso que habéis tomado... no pienses que es precipitado, si te detienes ahora nunca cumplirás tus fantasías... ¿qué te parece si mañana cenamos los tres por ahí con Pedro e Inés, los conocéis mejor y veis de paso, si durante la velada, surge algo?