Cristina y los visitadores, capítulo 15 .

Don Paco es presa de múltiples cavilaciones y emociones contradictorias, conduciéndole a una serie de decisiones con un ¿ inesperado ? final....

Estaba Don Paco, tras la cena, tomando una copa con los médicos que su laboratorio había invitado al ágape, y además, alojados en su habitación, amén de  haberse inscrito al congreso a última hora , fuera de plazo, pero que había que tener contentos y satisfechos…no podía jugarse que la competencia se los llevase justo en ese instante, en que se había lanzado un producto en el mercado.

-          Joder, Paco, qué bien que hayáis podido acomodarnos al final…por un momento pensé que nos quedábamos fuera, y hubiera sido una lástima…

-          Si , ha sido un poco difícil, pero se ha conseguido- le respondió Don Paco, intentando mostrar satisfacción por lo ocurrido, aunque en el fondo le causaba cierta rabia por haber tenido que obligar a Don Rafael a marcharse y , consecuentemente, cargarse él de mas trabajo.

-          La verdad es que cuando Mariano nos llamó para confirmar que todo estaba arreglado, me puse como loco de contento. Por cierto, ¿Cuándo llega Mariano?  Tengo unas ganas de darle un abrazo….

-          Mañana, llega mañana… - contestó Don Paco, recordando la conversación que había mantenido con su jefe aquella misma tarde.

Un abrazo no, una patada en aquel culo que gustaba tanto de lucir (porque también montaba a caballo, y tenía a gala enfundarse en unos pantalones que parecía iba a reventar en cualquier momento) , era lo que le apetecía a Don Paco.

-          Joder, Mariano, no me hagas esto….que como se vaya Rafael tengo que trabajar el doble…y eso de compartir habitación a estas alturas…- recordó Don Paco en ese momento, mientras daba un trago a su Magno con Coca-cola.

-          A callar, Paco, que es nuestra obligación…y no se te va a caer ningún anillo por estar un par de noches con un estudiante de medicina…- le contestó su jefe , que parecía iba a salirse por el teléfono en ese instante.

Ahí Don Paco no le replicó nada, a pesar de que advirtió que su jefe no estaba al tanto del sexo del estudiante …aunque estaba seguro que de saberlo, le hubiese dado lo mismo, dada la urgencia del caso…y aquella pobre muchacha le daba pena, sin olvidar que era un compromiso de su amigo Rafael.

Desde que se había casado, con la única mujer que había compartido habitación era su esposa, ya que algunas veces, por una cuestión puramente económica del laboratorio, lo había hecho con su compañero Rafael, o su jefe, Mariano ; a éste se le había presentado alguna vez la ocasión de acostarse con una médico que estuviese dispuesta , y sabia que se ofrecían para acompañar a algún puticlub a algún doctor que precisase de esos servicios, pero a él no le iba aquel tipo de juergas.

Se consideraba un hombre del montón , muy típico macho español, ya maduro, peinando canas , con más de 50 años , bajito, gordito y con bastantes entradas, y para nada guapo ; eso no quitaba que le encantase admirar a un buen ejemplar del sexo opuesto, y hasta imaginarse algún buen revolcón con la admirada en cuestión , que terminaba normalmente en una buena paja ( si estaba lejos de casa ) , o en echarle un buen polvo a su señora esposa, si le pillaba a mano, mientras se imaginaba estar poseyendo a aquella que había despertado su libido hasta ese punto .

Se sonrió a sí mismo al recordar esas ocasiones, en las cuales la satisfacción era mutua :  la suya por el desahogo , y la de su mujer por el inesperado placer, que resultaba particularmente intenso , ya que Don Paco experimentaba un extra de potencia que aplicaba con frenesí en la conyugación…después se sentía un poco culpable, incluso a veces se le pasaba por la cabeza que igual su mujer sospechase algo, pero finalmente , ella , ahíta de placer, relajada y satisfecha, le miraba, sonriendo , y le decía:

-          Joder, Paco, hoy venias con ganas….

-          Es que…tenía muchas ganas de verte…- mentía, en parte, su fiel esposo , ya que realmente , no faltaba a la verdad, aunque el propósito fuese follarla para hacerlo mientras pensaba en la que le había hecho caer en la tentación.

-          Mmmmmm…- musitaba, tierna, su mujer, mientras se quedaba dormida, dejándose invadir por la relajación postcoital – me encanta que te vayas de congreso, porque sueles venir así de ardiente….

Y aquello finalmente le resultaba muy placentero, por el mismo placer físico realizado en el acto, y porque la mezcla de perversión por sentirse atraído por otra mujer , le producía una dulce atracción , que finalmente conseguía culminar satisfaciendo a su paciente esposa, cual Penélope que recibe por fin a Ulises, y se sentía victorioso por haber sido capaz de resistir aquella especie de prueba, que igual el mismo diablo le había puesto por delante….y por supuesto, su ego de macho español quedaba bien fortalecido por ser capaz de cumplir de aquella manera , a su edad ( que algunos compañeros, y médicos, ya comentaban ciertas dificultades en la consecución del marital cumplimiento ) .

Y  todas aquellas reflexiones se le vinieron a la cabeza , recordando  a  aquella estudiante , que él había visto crecer , ya que era compañera del hijo de Rafael, su subordinado pero amigo desde hacía muchos años.

Y se preguntó por aquella coincidencia del recuerdo justo en aquel momento, y no tuvo mas remedio que reconocer que Cristinita , que podía ser su hija, estaba bien buena….aquella certeza casi le mareó, ya que era la primera vez que el objeto de su deseo se encontraba ..

¡Compartiendo habitación…y de noche!

Y aquellas tetas…estaba seguro de haberle visto las tetas, aunque fuera de forma fugaz.

Su fiel y viril miembro respondió con una intensa y casi instantánea erección, aunque esta vez agradeció no estar vestido para montar, sino con su traje de faena (  con chaqueta y corbata ) , lo que permitió que su polla se expandiese a gusto bajo el holgado pantalón del traje; la caída de los faldones de la chaqueta favorecieron que aquella muestra de entusiasmo quedase bien disimulada, lo que de todas maneras comprobó con una disimulada mirada  a su entrepierna.

Después de alguna copa más, Don Paco regresó, un poco achispado tras la cena, a la habitación , y se reconoció nervioso al entrar ,pues aquello de compartirla con aquella estudiante le resultaba de lo más extraño.

Entró con sigilo, y vio que había hecho bien, ya que Cristinita dormía profundamente en su cama , de modo que no se atrevió  a encender la luz, ya que la penumbra que envolvía la pieza, resultado de la luz que entraba por la ventana , era suficiente para poder desenvolverse.

Se quitó la chaqueta, y , al sentarse en la cama para quitarse los zapatos, observó sorprendido que la cama estaba ocupada por un montón de ropa , que reconoció como su equipo para montar , ya que destacaban las botas …no recordaba haberla dejado allí, pero tampoco luchó más contra su memoria, algo afectada por la ingesta de alcohol, y sintiéndose  un poco azorado al compartir la habitación con Cristinita, decidió que era mejor mostrarse un poco más ordenado, así que tomó las botas y las dejó en el suelo, de pie, una junto a la otra , y dejó encima los pantalones.

Buscó los calzoncillos, y al no encontrarlos, pensó que igual estaban dentro de los pantalones ; viendo que tampoco estaban allí, por un momento pareció recordar que igual se los había vuelto a poner  , pero estaba casi seguro que se los había cambiado, pues la sudada al montar a caballo había sido tremenda .Así que se puso de pie , y se desabrochó el cinturón , el botón y se bajó la cremallera.

Antes de  quitarse los pantalones , fue a  comprobar  que su compañera de habitación estaba dormida , y entonces, ayudado porque sus ojos se habían adaptado a la penumbra , percibió la extraña postura en la que Cristinita estaba , efectivamente , dormida .

Allí estaba , echada sobre la cama, pero en el borde, con las piernas separadas, y los pies apoyados en el suelo …¡¡¡ Y las bragas bajadas!!!

Don Paco rápidamente se puso nervioso, primero porque no entendía la situación , y luego por sentirse terriblemente excitado ante aquella circunstancia ….pero…¿ Qué hacia aquella muchacha de aquella guisa? ¿ Cómo había llegado a quedarse dormida de aquella manera tan poco habitual?

Las bragas estaban posicionadas justo por debajo de las rodillas, y permanecían estiradas ante la separación de las piernas, demostrando que el tejido del cual estaban confeccionadas, era bastante elástico . Y su poseedora estaba allí, ante él, profundamente dormida, a juzgar por la profunda respiración que se podía oír.

Don Paco se sintió preso de emociones contradictorias : por un lado, su conciencia le pedía salir de aquella habitación y dejar tranquila a aquella estudiante de medicina con sus historias, y por el otro, una malsana curiosidad para ver lo que , a juzgar por la posición de las piernas de Cristinita,  podría admirar sin problemas , y que no era otra cosa que el tierno chochito que debía poseer su accidental compañera de habitación.

A ver cuándo iba a tener la oportunidad de ver aquella maravilla que aquella mujer ,que acababa de dejar atrás la adolescencia, poseía entre sus piernas.

Quizá el nivel de alcoholemia que un control de Tráfico podría determinar , fue lo que hizo que la balanza se decantase hacia el pecado, y , lleno de autoindulgencia, se dijo a si mismo que la Providencia le había puesto  aquella maravilla para compensar los sacrificios que su jefe le obligaba a hacer.

-          Bueno, no le hago daño a nadie echando un vistazo, y además quién va a enterarse…- se dijo , hablando muy bajito, para darse ánimos.

Así que , casi sin respirar, se acercó a la cama que ocupaba Cristinita, subiendo su mirada por las separadas piernas , advirtiendo cómo los muslos iban acercándose.

Y justo cuando esperaba encontrarse algo oscuro, denso , promesa de olores y texturas prohibidos, sus ojos se toparon con una blancura no esperada.

-           Pero, coño, ¿ Es que esta mujer usa dos bragas o qué ….? – casi gritó ante su desconcierto.

Y es que allí, donde esperaba ver el peludito coño de Cristinita, había otra prenda ; sus ojos se habían adaptado tanto a la escasa luz de la pieza, ayudados por la dilatación pupilar propia de la excitación de la que era preso, que advirtió, poco a poco, los detalles de aquella extraña situación.

Cristinita permanecía dormida boca arriba, transmitiendo una placidez total, y su rostro reflejaba una mezcla de relajación y satisfacción totales , recordándole a su esposa cuando se dormía tras echarle un buen polvo.

Su mano derecha descansaba cerca de su oculta entrepierna , en contacto con aquellas extrañas bragas que portaba ; el brazo izquierdo lo mantenía doblado , dándose entonces cuenta el abrumado Don Paco que la mano hacia pinza sobre el borde de la falda , que permanecía subida .

Don Paco no entendía nada, y cuando observó otro detalle, su desconcierto fue pleno : lo que Cristinita mantenía sobre su coño no era otra cosa que unos calzoncillos ….si , si , allí estaba la bragueta , perfectamente reconocible.

Y entonces cayó en que no eran unos calzoncillos cualquiera, sino ….aquel agujerito que tenía, justo debajo de la cinturilla….no podía ser, eran….

¡¡¡ Sus calzoncillos…los que había sudado montando a caballo !!!

Se quedó estupefacto …no era capaz de imaginar qué hacían sus calzoncillos usados de aquella manera …por un momento, incluso se sintió vejado….sus adorados calzoncillos, que guardaban las joyas de la corona, sus preciados atributos, puestos allí, como si fueran una compresa …

Y entonces, a la sensación de humillación , comenzó a unirse una deliciosa excitación , notando como su polla respondía con una tremenda erección.

Aquella desvergonzada estudiante de Medicina , se había estado restregando el coño con sus calzoncillos. Aquello no tenía otra explicación.

Se sintió tremendamente excitado , al ser consciente de cómo ella se había atrevido a coger sus calzoncillos y usarlos de aquella manera….y comenzó a pensar ( o mejor a sentir, porque la alcoholemia, la hora avanzada de la noche y la situación en que se encontraba, favorecía más la emoción que el pensamiento ) , que la Providencia le había puesto a aquella muchacha a su disposición.

Y se dejó llevar por aquella emoción , que lo arrastraba como una ola en la orilla de la playa.

Pero Don Paco , sintiéndose a la vez terriblemente culpable cuando su cerebro tomó las riendas en un atisbo de raciocinio, acordó un pacto entre la emoción y la razón: se conformaría con verle el coño a Cristinita….con eso sería suficiente.

Entusiasmado ante las pajas que se haría con semejante visión y su recuerdo , procedió a favorecer su deseo , encontrando como primer obstáculo sus propios calzoncillos….además , férreamente aplicados por la dueña de aquel ansiado chochito , sobre el objeto de su deseo.

Sin saber muy bien qué hacer para que la dormida estudiante no se despertase, a la vez  que pudiese retirar aquellos malditos calzoncillos , cuando la Suerte , que parecía estar de su parte esta extraña madrugada, de nuevo se puso de su parte : y es que su dormida y admirada Cristinita retiró la mano de sus apresados slips.

Al hacerlo, los calzoncillos de Don Paco quedaron a su disposición  ,  lo que rápidamente aprovechó su legitimo dueño para tomarlos.

Por fin, podía ver aquel tierno chochito a placer , así que , ni corto ni perezoso, se agachó , para tener una mejor perspectiva del tesoro que tenía su compañera de habitación entre sus piernas .

Casi jadeando , apreció la deliciosa oscuridad de su vello , allí donde se interrumpía la blancura de sus piernas …debía ser muy suave, casi como de terciopelo….

¿ Y si lo tocaba?

Tenía todo el derecho, se dijo Don Paco, después de la vergonzosa utilización a la que había sometido aquella desvergonzado a sus calzoncillos favoritos : precisamente los que dejaba para montar a caballo, porque no le rozaban sus delicados testículos.

Y para su deleite, la posición en la que dormía Cristina favoreció que llevase a buen puerto su lasciva intención, de modo que casi temblando, apoyó la mano sobre la totalidad del vello púbico de la estudiante de Medicina.

“ Mmmmmm……mejor que si fuese de terciopelo “ pensó Don Paco, que se sentía ebrio de placer.

Cristinita , para su sorpresa, seguía dormida, y pensó que igual estaba bajo los efectos  del alcohol, como  él .

Don Paco no se equivocaba : Cristina dormía profundamente en ese instante , y curiosamente estaba soñando que Don Paco jugaba con aquella manaza , fuerte y peluda, sobre su delicado e indefenso coño, mientras le hablaba de uno de sus productos farmacéuticos , como si tal cosa.

Y eso era lo que el protagonista de su  sueño estaba practicando en la realidad , ya que se había envalentonado y estaba comenzando a palpar los labios mayores .

De pronto, se detuvo  , al notar un rastro de humedad en sus dedos…¿ era posible que estuviese humedeciéndose aquel delicioso coño , aún estando su poseedora dormida?

Preso de una intensa excitación , se llevó los dedos a la nariz , y  se quedó atónito, percibiendo un olor totalmente voluptuoso .

“ Joder, si huele a marisquito fino….”  pensó el delegado , mareado ante aquellos vapuleos sexuales a los que estaba siendo sometido , de forma completamente involuntaria, por aquella inocente estudiante.

¿ Sería posible que aquel delicado coñito despidiera aquel olor?

Pues habría que olerlo …..ya que lo había visto y tocado, que más daba olerlo un poco , si además no iba a darse cuenta, ya que  Cristinita seguía dormida.

Y procedió a meter su cabeza entre las piernas de la expuesta jovencita , aspirando con fruición , sintiendo cómo se dilataban sus orificios nasales , dejándose invadir por aquel perfume que le estaba volviendo loco de deseo.

Chasqueó la lengua, pensando que ya que estaba allí , podría darle un lametoncito…si nadie se iba a enterar….qué rico debía estar …

Y si que estaba, tras atreverse a recorrer con su lengua toda la rajita, desde la base hasta arriba, recogiendo el delicioso aroma, que ahora se transformaba en sabor. Le pareció que Cristina respondía con un estremecimiento, y , asustado, abandonó aquel hermoso coño y se fijó en la cara de Cristina, pero comprobó, aliviado , que seguía dormida.

Así que decidió darle otro lametón…y esta vez, incluso meter un poco la lengua entre su rajita, seguro que ahí ese néctar estaría más delicioso….

Pero esta vez , Don Paco se equivocaba , ya que ,inadvertidamente, preso de su entusiasmo , había rozado con su barba la sensible parte interna de una de las piernas de Cristina, haciendo que ella se despertase de su húmedo sueño.

Cristina , mientras adaptaba su vista a la habitación en penumbra, sintió una corriente de aire que invadía su entrepierna, notando su coño húmedo y  fresco, como dispuesto a ser penetrado ; aquella sensación la perturbó, mientras iba percibiendo la postura en la cual se había quedado dormida .

Recordó el intenso orgasmo provocado por los calzoncillos de Don Paco, y le vino a la memoria el intenso sueño erótico que acababa de tener con el poseedor de aquella prenda : no le extrañaba, pues, que tuviese aquella humedad en su vagina.

Recordando cómo en su sueño , los dedos de Don Paco casi le provocaban un orgasmo, y pensó en lo agradable que sería que después, le diera un buen lametón….la boca de Don Paco presagiaba un delicioso cunnilingus.

Y entonces, sintió cómo aquel deseo llegaba a cumplirse….sintió , perpleja, la misma sensación de una lengua recorriendo de abajo arriba su húmeda rajita.

¿ Es que acaso todavía estaba dormida y soñando?

Y de nuevo notó, esta vez sin lugar a dudas, que una lengua recorría de nuevo la entrada de su vagina , haciendo que todo vestigio de sueño desapareciese, percibiendo entonces que alguien real estaba chupándole el coño. Y ese alguien no podía ser otro que Don Paco, su compañero de habitación.

Su primera reacción fue de rabia, pero una oleada de puro gusto la invadió, casi llevándole a un orgasmo ; recordó las  circunstancias en las que se había quedado dormida , con las bragas bajadas, abierta de piernas…obviamente, Don Paco se había dejado llevar por sus instintos, y tenía que reconocer que aquello le estaba gustando ….y mucho …..

Y , controlando el impulso de agarrar la cabeza de Don Paco , decidió seguir haciéndose la dormida, pues pensaba que si Don Paco la veía despierta, se asustaría y dejaría de llevar a la práctica aquella maravillosa lamida.

El ejecutor de aquellas maniobras, viendo que Cristina seguía dormida, continuaba lamiendo su coño sin parar , deleitándose en el sabor de sus jugos, del cual no se saciaba.

Su polla, a punto de reventar, le recordaba que estaba ahí, presta para usarla…y qué mejor manera de hacerlo , pensó, que haciéndose una buena paja ante la presencia de aquel tierno chochito que acababa de ver, tocar y saborear….total, nadie iba a enterarse….y se incorporó, desabrochándose los pantalones, dejándolos caer hasta los tobillos.

Cristina tuvo que aguantar no echarse a reír al ver a Don Paco de pie, con los pantalones bajados hasta los pies, los calcetines Ejecutivo cubriendo sus pantorrillas, dejando ver las peludas rodillas y sus muslos, cubiertos por los faldones de la camisa …

Y pudo vislumbrar, de forma inesperada, el paquete de Don Paco, emergiendo entre los faldones de su camisa ; debido a la  inevitable erección que el delegado estaba sintiendo ante aquellas circunstancias , sus livianos calzoncillos apenas podían sostener la empalmada polla , y casi la ofrecían a los lascivos ojos de la estudiante, para su deleite.

Cristina , admirando la manera en que el fabuloso miembro de Don Paco se adivinaba bajo el algodón del slip, se quedó anonadada, y su coño pareció revolcarse ante la posibilidad de que aquel miembro lo penetrase, al igual que había hecho el de Don Rafael anteriormente.

Y entonces, Don Paco se bajó los calzoncillos, dejando al aire aquella fabulosa polla, más gordita que la de Don Rafael, oscura, horadando el aire ….y vio, desconsolada, cómo Don Paco comenzaba a masajeársela : se estaba haciendo una paja, y la dejaba a ella sin participar en aquel juego.

Cristina, ebria de lascivia, solo quería ser penetrada por Don Paco : quería volver a sentir la deliciosa sensación de una polla en su coño, así que , desapareciendo la vergüenza que hasta ese momento sentía debido a como la había sorprendido Don Paco , pensó en cómo podría hacer que Don Paco la follase, pero continuando haciéndose la dormida, ya que pensaba que si el delegado la veía despierta, no sería capaz de hacerlo.

Y decidió , haciendo como si aun estuviese en sueños, moverse, separando un poco más las piernas ; las bragas , que aun permanecían bajo sus rodillas, se tensaron, pero con un hábil movimiento, consiguió que descendieran hasta sus tobillos.

Don Paco, al advertir aquella exposición del coño de Cristinita, no lo pensó dos veces ….total, si ya puestos, se la podría meter, aunque sólo fuera un poquito….qué agradable debía ser sentir que su polla se deslizaba por aquella suavidad de terciopelo, separaba sus labios, y entraba en aquella húmeda vagina ….sólo la puntita, y luego se la sacaría , sólo para ver qué se sentía….

Si nadie se iba a enterar, y su compañera de habitación igual se había puesto de cubatas hasta arriba……el Universo le ofrecía una recompensa deliciosa a su esfuerzo.

Y con ese pensamiento ,enfiló su cuerpo hasta posicionarse sobre Cristina , intentando no presionar mucho ….al sentir la suavidad de los muslos de la estudiante rozando los suyos, tuvo que contenerse para no  penetrarla a fondo.

E igualmente, Cristina, al percibir los peludos muslos del delegado ,tuvo que reprimirse para no agarrarlo del culo y obligarle a que se la metiera de una vez. Además, logró , con una hábil maniobra procedente de sus tiempos en los que practicaba gimnasia rítmica, que sus bragas descendiesen por su pierna derecha, hasta salir por el pie, de forma que sus piernas quedaron libres para poder albergar el corpachón de Don Paco entre ellas.

Así que ambos, reprimidos en sus pulsiones y expectantes, siguieron en sus maniobras : y mientras Don Paco iba separando lenta y delicadamente las piernas de Cristina moviendo su pelvis a un lado y otro, ella hacía lo propio , controlando los movimientos para que al visitador le siguiese pareciendo que seguía dormida, costándole un esfuerzo enorme no suspirar de gusto al sentir el delicioso roce del escroto de Don Paco sobre sus glúteos , y casi inmediatamente, la dureza de la punta de su polla sobre su rajita.

Don Paco, notando en aquella zona la humedad del ansiado coñito, se detuvo un momento, y cuando calculó donde debía estar la anhelada entrada, empujó un poco, introduciendo el glande , sintiendo como los labios mayores lo rodeaban , y como los menores lo acababan engullendo.

Cristina, que hacia un esfuerzo titánico por no gritar de placer , percibió la deliciosa invasión de su intimidad con alborozo , y lo que no pudo evitar fue comenzar a respirar más rápido; Don Paco, advirtiendo el incremento de la frecuencia respiratoria, se detuvo , para comprobar de nuevo, incrédulo y contento, que la victima de sus impúdicas maniobras seguía en los brazos de Morfeo….debía de estar disfrutando en sueños .

Ya le había metido la puntita, como se dijo anteriormente, así que tendría que sacarla…pero es que era deliciosa aquella sensación , el disponer de aquella jovencita borrachita , a su disposición …..total , nadie iba a enterarse.

Así que, loco de deseo, procedió a metérsela entera.

Cristina , esta vez, no pudo contenerse, y cedió a sus impulsos, al dejarse llevar por un enorme gustazo al distenderse su vagina ante el empuje de la polla de Don Paco, que era más gordita que la de Don Rafael…y al sentirse plenamente penetrada, los huevos del visitador chocaron con su periné , y como un resorte, sus brazos saltaron a rodear la espalda de aquel hombre , aun cubierta con la camisa.

Y como si aquello fuese la señal de salida, Don Paco comenzó con un rítmico mete – saca , primero lentamente , aumentando la velocidad poco a poco ; Cristina se sentía borracha pero de puro placer, percibiendo los peludos muslos haciéndole cosquillas en los suyos, la dureza de aquella tranca entrando y saliendo de su coño, los huevos chocando con sus glúteos…

Don Paco, que cada vez se relajaba más , terminó derrumbándose sobre ella, sintiendo ella el peso de aquel fabuloso macho a cada acometida , y se dejó llevar por la necesidad de acariciar su cabeza, gesto que produjo que Don Paco procediera a besarle el cuello con fruición .

El delegado farmacéutico , presa de su frenesí, todavía se permitió pensar con culpabilidad, y se dijo que era momento de sacársela, y no correrse dentro; pero al sentir los brazos de Cristinita por su espalda, su cabeza , y finalmente su culo, decidió que ya puestos, habría que llegar hasta el final, porque si no, aquello no tendría gracia…..la víctima de sus libidinosas maniobras ya estaba despierta, pero le daba a entender que estaba disfrutando con ellas.

Y es que , efectivamente, Cristina , loca de gusto , estaba disfrutando de lo lindo ; pudo ver , en el espejo de cuerpo entero que había en una de las puertas del armario de aquella erótica habitación, la posición de Don Paco, echado sobre ella, con su camisa aun puesta, los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos, sus calcetines ejecutivo que todavía cubrían sus peludas pantorrillas hasta las rodillas…y sus no menos peludos muslos, que se movían entre sus piernas abiertas, con las bragas colgando de su pie izquierdo , y que enmarcaban el culo de Don Paco, que podía vislumbrar sólo por la parte inferior , tapado por los faldones de la camisa ; procedió a levantar éstos , y dejó al descubierto la fantástica retaguardia de Don Paco, sus peludos glúteos que se contraían a cada metida de su polla, y que se relajaban al sacársela .

Extasiada podía ver en el espejo como la estaba follando Don Paco , y como sus manos agarraban y acariciaban aquel culazo que le mostraba el visitador en su furia folladora.

Don Paco seguía con su ritmo , resoplando de gusto , y aumentando la velocidad hasta que se quedó un instante quieto, con la polla metida hasta el fondo, y Cristina notó el enorme chorro de liquido tibio que invadió su vagina, signo inequívoco de que estaba comenzando a correrse.

Don Paco  metió y sacó su polla unas cuantas veces más, mientras casi bramaba de placer, con su cara enterrada en el cuello de Cristina , hasta que quedó rendido sobre ella, exhausto .

Cristina  , una vez que las acometidas de Don Paco cesaron ,  abandonó las caricias de sus glúteos por los de su cabeza , sintiéndose plena tras aquella fabulosa follada, y le plantó un beso en su calva.

Ambos se quedaron profundamente dormidos casi de forma inmediata, porque el gasto de energía había sido tremendo , más o menos en concordancia con el placer sentido : Don Paco no recordaba haber echado un polvo tan intenso como aquel , y Cristina comparaba, curiosa, la forma de follar de aquel hombre con Don Rafael, dándose cuenta de que cada uno lo hacia con un estilo diferente, y diferente era el placer que le habían hecho sentir.