Cristina & Marcos: Consecuencias

Aunque ya ha pasado un tiempo desde el boom de esta historia, en donde muchos habéis plasmado vuestro final. Yo quería aportar mi versión. Disfruten.

Marcos.

Me levanté nervioso, es sábado y hoy es un día especial. Fue al pasar por la nevera cuando me fijé en la fecha. Esa efeméride personal que por mucho tiempo que pasase jamás se me iría de la cabeza. Una terrible nostalgia me inundó. Y también tristeza. Y la certeza que había hecho lo correcto. Mi reacción fue la de toquetear con la alianza, tras ese tiempo me sorprendía el no tenerla, no solo eso, tampoco tenía la marca. El sol y la brisa marina poco a poco habían borrado esa marca así como el tiempo había hecho lo mismo con esa sensación de pérdida, sufrimiento y traición.

Seis años hace ya desde que tuve en mis manos esos cincuenta mil euros pensando que hacer. Varias ideas rondaron en su momento por mi cabeza; contratar a un asesino para eliminar a la X de la ecuación, osease Roberto, que ese asesino destapase los tejemanejes de esa familia publicando además los videos de mi mujer en mi casa, en mi cama con Roberto y mi querido amigo Paco, destrozandolos públicamente, pillar el dinero y desaparecer... muchas ideas. Pero tomé la decisión más correcta para mí, dejar el dinero en el mismo sitio donde lo encontré, coger la maleta y marcharme destino Barcelona. No pensaba condenar mi alma por culpa de ellos, no merecían la pena. Ordenar un asesinato... ni pensarlo. Lo de destapar la infidelidad de mi mujer con Roberto, ¿para que? No me iba a sentir mejor. Y los negocios de esa familia (nunca la había sentido mía) eran un secreto a voces. Tampoco me iba a meter en un lio por una estúpida venganza. Como decía Frank Castle : "La venganza no es un móvil válido, es una respuesta emocional".Tenía que ser más racional. Había decidido aceptar ese trabajo, tras ver que Cristina no cejaba en esos viajes a Córdoba, ese fin de semana que me prometió hace tiempo y que hasta ahora nunca me había concedido a sabiendas (eso creo yo) que jamás me concedería, los desplantes de la zorra de Gema a los que ella nunca ponía freno, pero lo que me decidió el aceptar ese trabajo fue el video en donde Cristina rompía las tres únicas reglas que había impuesto, muy a mi pesar.

1° Siempre con preservativo.

2° Nuestra casa es sagrada, nunca en casa.

3° Paco es intocable.

Y ella había, no roto, pulverizado las tres.

En ese vídeo vi como Cristina se entregaba a Paco y Roberto en nuestra cama sin protección alguna. Pero no estaba ellos tres solos. También estaba la artífice, eso lo tenía clarisimo, de todo: Gema.

Vi como Cristina felaba a Roberto mientras Paco recibía las mismas atenciones por parte de Gema. Para instantes después cambiarse. Cristina felaba a Paco y Gema a Roberto. Adelantando el vídeo vi como Cristina cabalgaba a Paco mientras Gema en cuatro recibía los embites de Roberto.

Fui avanzando el vídeo pero sin dejar durante mucho tiempo que fuese a velocidad normal. Vi a Gema siendo follada analmente por Paco, estando esa zorra recostada de espaldas sobre Paco, mientras Cristina la comía el coño al mismo tiempo que Roberto la daba por detrás, gracias a Dios que no veía, por la situación de la cámara porqué orificio lo hacía. Ví a esa zorra lamer el culo a Paco mientras este se follaba a Cristina y está mamaba la polla de Roberto como si le fuera la vida en ello.

Ví, con el corazón roto, como ambos se corrían en el interior de mi mujer y cuando se desacoplaron Gema se puso a lamer la esencia que esos dos habían depositado en su interior.

Las risas de los cuatro mientras se recuperaban aún retumban en mis oídos. El video continuaba pero yo ya no quise verlo. Descargué el archivo y colocándolo en un pendrive lo puse en bucle en la TV. Cambié la contraseña del acceso a los archivos en la nube de las cámaras de seguridad. Metí la ropa en las maletas, así como con todas mis pertenencias, no pensaba llevarme, nada que fuera de ambos o que ella me hubiese regalado. Sin recuerdos, solo los que por desgracia no podía deshacerme, los de mi memoria. Tampoco me llevé foto alguna en las que estuviésemos los dos. Y tras apenas cuatro horas de diferencia yo salí de esa casa, con la salvedad de que al contrario que ella no volvería el domingo a la hora de comer, o de cenar depende si Roberto no se la había follado lo suficiente durante el viernes, sábado y domingo por la mañana y que quisiera dejarla desfallecida durante el domingo con el fin de que al llegar a casa no tuviera ganas de nada.

Con gran pesar salí de casa no sin antes dejar el mando de la TV encima de la mesa junto a una nota que ponía un simple "ponme" y la alianza. Las llaves las deposité en el buzón.

Llamé a Lola para despedirme de ella.

Lola, que con tristeza me invitó a pasar una última noche con ella. Noche en la que por primera vez desde que nos conocimos prescindió del preservativo. Casi se me había olvidado la sensación de una vagina a pelo. Con Cristina hacia tiempo que ya no hacía nada. Primero por mí, me asqueaba el penetrar esa vagina en donde habían descargado otros; si, digo otros. ¿Quien me asegura que en sus escapadas con Gema, sus "firmas" de contratos sus amantes se ponían protección? y segundo por ella, ya venía satisfecha por su amo y por aquellos a los que la entregaba. Ella tampoco me solicitaba nada.

No follamos, hicimos el amor. Un acto que aún sabiendo que sería la última vez que nos veríamos, estuvo lleno de promesas, te quieros y besos apasionados. Todas las descargas fueron en el interior de su vagina.  Nos quedamos dormidos en la posición de la cucharita, con mi miembro dentro de ella.

Al día siguiente, sábado, fue un despertar como hacía tiempo que no tenía, abrazado a alguien que se frotaba contra mi. Ella despaldas a mi, gozando entre sueños de la dureza de mi miembro que colocado entre sus muslos y rozando su humedecida vagina pugnaba por volverse a colar en esa cavidad que tan gustosa le había recibido unas horas antes.

Con un leve movimiento ella permitió el paso y ahí comenzó un suave bombeo, ambos con los ojos cerrados mi mano se aferraba a su pecho acariciandolo, apretando lo justo para provocarla un dolor placentero. El orgasmo nos vino a los dos tras no se cuanto tiempo, descargando lo poco que había podido generar en esas horas de descanso. Besos en la ducha un desayuno con ella sentada sobre mis rodillas haciéndome mimos. Y una confesión.

  • Está noche Lola ha muerto, de hecho murió hace mucho. Sabía que tarde o temprano tu dejarías de verme, así que seguí siendo Lola pero solo para ti. Dejé la calle y las citas de sexo de pago. Tengo un trabajo "normal". Pensé no decirte nada, desaparecer, pero me pareció cruel. Sonia. Sonia es mi verdadero nombre. Y en este papel te doy mi número de teléfono. El nuevo. Me hace ilusión que seas tu el primero al que se lo doy. El viejo desaparecerá hoy mismo. Lola desaparecerá, pero Sonia estará para lo que necesites.

Con tristeza salí de esa casa y al mismo tiempo con la alegría de que Lola la prostituta haya desaparecido y que Sonia la auxiliar de enfermería haya aparecido.

Siguiente parada la casa de mis padres.

Mi madre lloraba de impotencia al terminar de contar ese último año. Mi padre no decía nada. Ese momento tenso quedó roto por el sonido del timbre.

Mi padre se levantó abrir; nos levantamos a la carrera cuando oímos un golpe seguido de un lamento. Y después otro golpe y otro lamento.

Cuando llegamos a la entrada vimos a mi padre con la mano abierta dándole de sopapos a un Paco que intentaba huir en vano ya que mi padre le tenía sujeto por la camisa.

  • Tu a esta casa no vuelves, desgraciao.

¿Como se te ha ocurrido hacerle eso a Marcos, que ha sido como un hermano para ti? Te hago la cruz. Tu ya no eres bienvenido, si se te ocurre cruzarte en nuestro camino, te mando directo al infierno. ¿Me has entendido?

  • Déjame explicarte - decía un quejumbroso Paco - verás Gema y Cristina se me acercaron y...

  • Como si se te aparecen desnudas montando en carreta de luces - interrumpió mi padre - tu deber como "hermano" era mandarlas a la mierda y hablar conmigo y entre los dos buscar una solución. No follartelas en su cama junto con ese otro desgraciado.

Mi padre soltó a Paco que sin esperarselo cayó al suelo, y arrastrándose hacia atrás se alejó de las manos de mi padre, de nuestra casa y de nuestras vidas para siempre, nunca volvimos a saber de él.

Sin más demora salí para Barcelona. No sin antes hacerles prometer que no dirían a nadie donde estaba ni comentaría con nadie lo ocurrido ese día en mi casa.

Cuando llegué a Barcelona lo primero que hice fue cambiar de numero, en la misma estación de tren me acerqué a una señorita en mostrador de un stand de mi compañía telefónica y solicité un cambio de número. Sabía que Cristina me llamaría al ver la sorpresa que había dejado en casa.

La búsqueda de un pequeño estudio (no necesitaba más) no me llevó mucho tiempo. Tampoco necesitaba más, una cocina, salón comedor, una cama y un baño. El armario empotrado del pasillo y el del dormitorio era suficiente. Ya habría tiempo de cambiar si era necesario. Gracias a la colaboración de mi superior que me facilitó varias direcciones en donde se alquilaban apartamentos y estudios, tal y como prometía en su carta. No preguntó el porqué aparecí solo, ya que la oferta era tanto para Cristina como para mí.

Comencé, para habituarme al nuevo trabajo, realizando trabajos pequeños. Remodelaciones de portales y fachadas. Con esos trabajos lejos de sentirme ninguneado, me sentí valorado porque no solo me dejaron total libertad a la hora de realizar los diseños, sino que pusieron a una jovencita (la sacaba seis años) para que me ayudase, y que me fuera metiendo en el ambiente de trabajo.

¿Porque? Porque cuando llegué no era la alegría de la huerta. Sólo trabajaba y me iba a casa. De casa al trabajo y del trabajo a casa. No me relacionaba, no quería contar la vergonzosa historia de mi vida. Y en casa seguía trabajando, no me podía permitir pensar en lo que dejé atrás y eso enseguida lo notó mi supervisor, y por eso puso a mi lado a Cathy. Catalina, es su verdadero nombre, la llamaban Cati, pero a la hora de poner el nombre en la placa de la mesa, el que recogía los nombres, que era de un pueblo de Texas, en vez de poner Cati puso Cathy. En vez de cabrearse dijo

  • Así tengo un "remombre" internacional.

Y con Cathy se quedó.

Es una jovencita que siempre está riéndose e intentando que los demás se contagiaran de esa alegría. Para ella todos los días son viernes. Menos los viernes. Los viernes sólo faltaba que tirara confeti y serpentinas y ponernos gorritos de papel.

Ella descubrió lo que hacía cuando llegaba a casa, tampoco era muy difícil ya que el trabajo estaba demasiado avanzado al llegar el lunes. Así que un sábado en el que estaba luchando como colocar la rampa de acceso de minusvalidos se plantó en mi casa, así sin avisar. Tras abroncarme me sometió a un tercer grado, en el cual le conté todo. Por primera vez en los tres meses que llevaba trabajando con ella mano a mano la vi llorar de pena.

Pero me estoy adelantando.

A la semana de empezar a trabajar, una bomba mediática hizo temblar el sector, Rafael Sánchez era detenido por prevaricación y fraude fiscal, su hija mayor Cristina también ya que descubrieron en el altillo de su casa un montón de dinero y diversa documentación. Roberto también apareció por televisión entrando en el coche patrulla esposado. Por lo que se ve llevaban tiempo detrás de él y de sus negocios.

Viéndolo venir y asesorado por los abogados del estudio, me presenté en comisaría, en Barcelona, para dar testimonio y presentar cierta prueba que podía liberar a Cristina. Si la quería, que le vamos hacer. La prueba, los vídeos que tenía guardados en los que se veía como Roberto y Cristina follaban de manera salvaje, y que aprovechando que Cristina iba al baño o a por una copa o agua, el muy cabrón escondía el dinero y los documentos en el altillo. Dinero que yo había encontrado y que había vuelto a dejar en su sitio.

Presenté toda la documentación que tenía preparado para presentar la demanda de divorcio.

Los videos de mi mujer haciendo lo que hacía con Roberto me dieron puntos para quedar libre de sospecha.

A las pocas semanas tenía firmado la demanda de divorcio, en medio de toda la vorágine informativa, concejales, empresarios, funcionarios, jueces, todos envueltos y mezclados y aderezados con putas de lujo, fiestas en donde las drogas campaban a sus anchas.

Y mi vida comenzaba de nuevo. Y como he dicho antes Cathy tuvo mucho no, todo que ver.

Ella me llevó a conocer Barcelona, a disfrutar de la playa, me llevó a ver Montserrat, incluso en un fin de semana largo nos fuimos a la Ciudad de las Artes y de las Ciencias pero no a disfrutar de la arquitectura sino a disfrutar de las actividades que ahí habían. Creo que me utilizo para poder ir ahí y disfrutar de la parte científica de los superheroes... Nunca la vi disfrutar tando como ese día. Imitando a Spiderman, colgada de los brazos de Hulk, (hasta ese día no había oído nunca hablar de esos tíos).

Las noticias sobre el juicio hacían temblar a todos los estudios de arquitectura del pais.

El ver a Cristina correr por la calle huyendo de los periodistas me dió pena. Tras eso desapareció, nadie supo donde encontrarla. Bueno si, estaba en casa de su madre, pero de ella ni una sola imagen.

Quien se volvió famosa fue Gema. La pillaron, no se como, en un parking de una sala de fiestas haciendo lo que debería hacer con su prometido, pero en vez de hacerlo con él, que estaba de gira taurina en Nevada, lo hacía con su entrenador personal. Durante semanas fueron saliendo amantes y vídeos, que hizo delicia de un famoso programa del corazón a nivel nacional.

Su prometido lanzó un comunicado rompiendo su compromiso y anunciando que se quedaba permanentemente en Las Vegas, con su espectáculo taurino, que dicho sea de paso sigue siendo un éxito. Hace poco se casaba con Miss Nevada, verle disfrazado de Elvis dando el si quiero a su mujer vestida de Marilyn, con lo serio que parecía cuando Gema nos lo presentó. Le deseo toda la felicidad del mundo.

El tiempo fue pasando y poco a poco me fui metiendo en el ambiente jovial de la empresa, en palabras de Cathy, me saqué el palo del culo. Esa era una broma de Cathy para disimular lo que realmente me pasaba. Salía a tomar algo con ellos, me iba a la máquina del café a cotillear en vez de quedarme en mi mesa. No me di cuenta hasta que fue demasiado tarde, en todas esas quedadas Cathy marcaba territorio. La verdad es que mirando atrás ¡la paciencia que tuvo la tía!

Hoy tras casi seis años me sentí preparado para una cita de verdad. Tenía preparado una sorpresa para ella, primero visita al Acuarium. Después iremos a ver una película de las nuestras (si al final me convirtió jeje) y después bueno, creo que esta claro después de las señales que me ha ido dejando los últimos meses. En mi mesilla apareció un lubricante del tipo sexual, puso un cepillo de dientes (con su envase intacto) en el baño, se dejó el pijama (si eso es un pijama yo soy Ant-Man) una de las veces que viendo una peli se hizo tarde y  se quedó a dormir. Ella en la cama y yo en el sofá.

Nervioso como nunca me dirijo hacia la puerta al sonar el timbre.

  • Hola, ¡por fin te he encontrado!

  • ¡Cristina! ¿Como... ? ¿Que...?

  • Dejame pasar y te cuento, necesito hablar contigo por favor.

Verla ahí, así me desarmé, todo lo que pensaba que ya no sentía, volvía a asomarse. Como un autómata la dejé entrar. Estaba distinta, más sufrida. Todo lo acontecido la había dejado huella. Pero igual de hermosa.

Dejó la maleta, la misma que se llevaba a sus viajes y quedadas de finde semana, en la salita. No había otra no, tenía que ser esa puta maleta. La maleta de los viajes de los cojones.

  • Que guapo estas amor. - me dijo Cristina sacandome de los recuerdos que me evocaba dicha maleta.

Se sentó en el sofá, dejando el móvil en una mesita que hay al lado. Respiró y se quedó mirándome sin saber como empezar.

  • Antes de empezar, voy al baño y te cuento todo. ¿Vale? Necesito explicártelo todo. Por favor. - su mirada me desarmaba.

No llevaba ni dos minutos en el baño cuando su móvil empezó a recibir mensajes. Un desasosiego recorrió mi espalda que me obligó a coger el móvil y mirar sus mensajes, o al menos lo que enunciaban. Tan sólo ver el emisario de los mensajes no me tembló el pulso ni la conciencia al abrir dichos mensajes.

Eran de Roberto, ¿pero como si estaba en la cárcel? Un tío como él podría escamotear un móvil en prisión. Lo tendría fácil.

"¿Que tal zorra?

¿Ya le has encontrado?

Estaba donde te dije ¿verdad?

¿Ya has engatusado al pichafloja?"

"Te recuerdo que eres y serás mi puta, así lo indica la marca que te hice.

Te permito estar con él por que soy así de bueno"

"Ya puedes inventarte una excusa para venir a verme una vez al mes para nuestro vis a vis"

"Ya tengo ganas de volverle hacer cornudo al gilipollas ese. Eso y romperte el culo, que seguro que lo echas de menos ¿verdad zorrita mía?"

Toda esa incertidumbre desapareció de golpe dando paso a una sombra que ni por asomo apareció en los peores momentos de nuestra relación.

De pie con el móvil en una mano y el asa del troley en la otra, así me encontró Cristina cuando salió del baño.

Sin dudarlo la entregué el móvil, la llevé hasta la puerta cogiéndole del brazo, la puse con la maleta en el descansillo y cerré la puerta. Durante los segundos que duró la acción no dijo nada.

Con todo mi corazón deseé que no volviera a tocar el timbre. Tenía miedo de soltar todo ese rencor que durante estos seis años y con ayuda logré diluir. Vi a través de la mirilla como entraba en el ascensor mirando el móvil sin entender lo que había podido ocurrir.

Volví al salón y me reí como un desquiciado. Ahora si me sentía libre.

Agarré el telefono y le di al uno en marcación rápida.

  • No te vas a creer lo que me acaba de ocurrir.

Cristina

El portazo sin ser excesivamente fuerte, ni siquiera fue un portazo, retumbó en mi alma. No entendí lo que había pasado. Vale que estaba en shock, no me esperaba. Llegué sin avisar. Pero conocía a mi marido, bueno exmarido. Solo cuando llegué a la calle y leí lo que hacía escasos cinco minutos había recibido lo entendí todo. Miré hacia arriba por última vez y me subí en un taxi rumbo a la estación de tren.

¿Como pude ser tan descuidada?

¿Porque no me deshice del teléfono cuando tuve la oportunidad o por lo menos cambiar de número?

Ya no había vuelta atrás, no había explicación posible. Por lo menos una que le convenciera. Con lo que he tenido que pasar para llegar aquí...

Ese fin de semana comenzó muy raro.

Desde que me metí el viernes en la ducha, sentí el impulso de quedarme en casa. No se como explicarlo pero al final el deseo prevaleció sobre la cordura. Me despedí de Marcos con un beso.

  • El domingo vengo a comer y soy toda tuya. - y cogiendo la maleta de siempre baje al portal en donde ya me estaba esperando Roberto.

  • Que te he dicho de llevar pantalones - ese fue su saludo.

  • Si quieres bajo desnuda - respondí mosqueada, estaba hasta arriba de sus exigencias absurdas. - y así ahorras tiempo.

Algo debió ver en mi mirada que le hizo callar, y no habló más que de trabajo hasta que llegamos a Córdoba.

En el hotel habíamos quedado con un concejal de Aragón, con el cual se iba a "negociar" un suculento contrato.

Durante toda la "negociación" mi mente no estaba donde tenía que estar, es decir, en vez de insinuarme e intentar seducirle (cosa absurda porque ya me lo había tirado más de una vez) mi parte racional luchaba por tomar el control y volver a casa. Pero la parte lujuriosa volvió a ganar la batalla.

No supe como pero de repente me encontré en la cama desnuda comiendole la micropolla al aragones.

Roberto se había ido a nuestra habitación con la secretaria. Si esa era una secretaria yo era virgen.

-Traga guarra, traga. Seguramente te llega hasta la garganta. - me decía mientras me apretaba la cabeza contra su pubis y yo fingía que me ahogaba.

Es lo que ocurre cuando te vas de putas toda tu vida, te hacen creer que esos doce centímetros escasos son un pollón descomunal.

Me mandó poner en cuatro. Casi de manera mecánica le di un preservativo. Mientras me chupaba y lamía mi vagina y ano volví a tener esa sensación extraña, como si hubiera perdido algo y no supiera lo que era. Levanté la cabeza y me dispuse a coger el móvil para llamar a Marcos o al menos enviarle un mensaje. Pero entonces el concejal me penetró, y comenzaba a bombearme. Apenas la notaba pero tenía que fingir que me estaba destrozando. Por unos instantes me acordé de Lola. ¿Cuántas veces ha tenido que fingir con micropenes? ¿En eso me había convertido? En una puta, en un mero trámite, en una cláusula más en el contrato.

"La parte contratante otorgará los derechos de construcción, bajo pago de xxxxxxx€ y una noche de sexo desenfrenado con Cristina Sánchez"

Una lágrima salió y recorrió mi rostro.

  • ¿Te hago daño? ¿O lloras de placer?

Menudo gilipollas, termina pronto que en cuanto acabes me vuelvo a casa.

Y acabó, y tanto que acabó. En mi ensimismamiento el capullo me la había metido y follado a pelo y claro para culminar por todo lo alto se había corrido dentro.

  • ¡Maldito cabrón! - le grité mientras con los dedos intentaba sacar el semen de mi interior - ¿de que coño vas?

  • Te pregunte si podía follarte a pelo y dijiste "Ahamm". También te grite que me corría y no te apartaste. - se disculpó el concejal. - te lo compensaré.

Mientras hacía una llamada yo me fui a la ducha para sacarme todo de dentro.

En eso estaba cuando oí la puerta y unas voces. Momentos después dos armarios roperos desnudos entraron en el baño con sus pollas enormes en erección.

Me avergüenzo ahora la manera en la que me olvidé de Marcos y todas esas malas sensaciones desaparecieron casi al mismo tiempo que esos dos sementales entraban en la ducha. También la forma en la que cuando salí de la ducha y fui a la cama donde estaban esperándome con los preservativos colocados se los quité.

Por Dios, lo que hice no tiene nombre, vale que ya había roto las reglas impuestas por Marcos al follarme a Paco en casa y a pelo junto con Gema y Roberto. Pero eso en su momento sería un secreto que me llevaría a la tumba.

El concejal se resarció de "su fallo" esos dos me dieron caña toda la noche, los orgasmos hacían cola para salir. Mi culo parecía una boca de metro ya que de lo cachonda que estaba me dieron los dos al mismo tiempo por ahí. Cuando desperté hacia las dos de la tarde del sábado, la boca me sabía a semen y mi coño y mi ano estaban repletos de su simiente.

Intenté abrir los ojos, pero algo me lo impedía, a tientas me fui a la ducha y con el agua caliente me pude quitar lo que me impedía abrirlos. Esos cabrones antes de marcharse por la mañana se habían corrido (seguramente me habrían follado mientras dormía) en mi cara dejándomela como la radio de un pintor.

Con dolor, me dirigí la alcachofa de la ducha hacia mis recovecos llenos de los restos de la noche anterior y fue ahí cuando el mundo se me cayó encima. Notaba como mi vagina estaba distendida al igual que mi ano. Poco a poco gracias al agua fría iban volviendo a su estado normal, pero el dolor continuaba.

No sólo el físico síno el moral.

Me había dado cuenta que había tocado fondo, me había dejado follar por una mierda de contrato, aunque  algo me dice que lo que menos le interesaba era el contrato. A Roberto lo que se la pone dura, a parte de cederme, era las influencias que le proporcionaban los contratos. Se acabó.

Marcos, mi querido Marcos. No te merezco. Pero se acabó, me voy a Granada. Que le den a Roberto, al tatuaje y a la madre que los parió a todos.

Como pude bajé a la recepción del hotel, la mirada del botones me hizo saber que medio hotel sabe lo ocurrido en la habitación. Alquilé un coche que puse en cargo a la habitación en la que estábamos nosotros (para el caso da igual ambas estaban a nombre de la empresa).

El viaje se me hizo eterno, no solo por la duración sino por el dolor increíble que tenía en mi vagina y trasero.

Durante el viaje recibí la llamada furibunda de Roberto.

  • ¿Donde estas zorra de mierda? ¿Me has dejado tirado en el hotel?

  • Mira gilipollas, mientras tu te divertías con esa puta, a mi me follaba un pichacorta, que me la ha metido a pelo y se ha corrido dentro y después a llamado a dos de sus guardaespaldas que me han follado de manera bestial. Tengo el culo desgarrado y el coño que ni lo siento. Estoy de camino a casa.

Se acabó lo dejo. El lunes encontrarás mi carta de dimisión. Como se te ocurra volver a llamarme o mencionar lo que ha ocurrido a mi marido. Te arruinó la vida ¿esta claro?.

  • Mira, tranquila, estas dolorida. Ese tío se va a enterar. Si quieres toda la comisión será integra para ti. Vete a casa descansa, os daré una semana de vacaciones para que descanses y os pongáis al día tu marido y tú y luego más calmadamente...

  • No ni calmada ni hostias. Lo-de-jo. - le interrumpí.- Recuerda lo que te he dicho. Recuerda quien es mi padre. Y recuerda quien soy yo.

Obtuve la callada por respuesta.

En cuanto llegué a casa estaba decidida a contárselo todo a Marcos. Todo. El sexo con Roberto (eso se lo imaginaba), el ofrecerme a los concejales, a los jueces y demás para favorecer los contratos. Las orgias en casa de Gema cuando él pensaba que estaba en Córdoba o en alguna reunión familiar a la que el no asistía por razones obvias.

Dejaríamos Granada, iríamos donde fuera, lejos de la influencia de Rafael. Pero primero, pedir que Marcos me quisiera lo suficiente tras mi confesión. Haría lo que fuese, si me pediría follarse a Gema yo misma se la traería de los pelos y haría de mamporrera.

No estaba en casa.  Quizá haya salido a tomar algo por ahí o estaría con sus padres. De todas formas no me esperaba hasta mañana. Me dispuse a deshacer la maleta y ponerme una crema antiinflamatoria en mi ano y vagina.

Fui abrir el armario y fue como si me apuñalaran el alma. Lo que vi o mejor dicho lo que no vi. No vi la ropa de Marcos, toda la ropa, no, toda la ropa no; colgada estaba esa cazadora que le regalé y que se la ponía siempre que podía. También estaban las camisas, corbatas...

Abrí los cajones, solo estaban las prendas que le había comprado. Solo faltaba la ropa que se había comprado él.

Tampoco estaba su portátil, ni su cartera, faltaban dos maletas, y las llaves de su coche tampoco.

Me fui al salón y en la mesa vi el mando de la tele con una nota, su caligrafía era la de mi marido. La nota solo ponía "ponme".

Y la puse.

Y entonces supe que todo se había acabado. En la TV aparecía un cuarteto en donde yo era la protagonista principal. Me vi a mi misma siendo follada por Paco, que me daba por el culo, mientras Roberto que estaba debajo me follaba el coño. Gema de cara a mí sentada sobre Roberto me ponía sus tetas en mi boca que yo chupaba y mordía. Todo eso en nuestro dormitorio, en nuestra cama.

El mando se me cayó de las manos de la impresión. El golpe debió acelerar la transmisión en un salto ya que de repente vi como Paco y Roberto se quedaban quietos, presa del orgasmo haciéndome gritar de placer. Mientras Gema miraba con una cara extraña. Vi como se salían de mí haciendo que su semen se escurriera de mi culo y de mi vagina. Oí las carcajadas de los cuatro, como si fueran de extraños. Vi como Gema salía de la habitación (fue a por agua, para comenzar su turno). La imagen cambió al pasillo ella se veía andar por el pasillo y entonces lo vi. Antes de entrar en la cocina miro a la cámara y lanzó un beso. No pude ver más.

Me tuve que sentar, podría jurar que había desconectado el sistema de vigilancia. No quería que se supiera que Roberto le ponía follarme en la cama matrimonial. No fueron muchas veces, cuatro o cinco a lo sumo. Pero esa última vez Gema apareció con Paco, me dijo que cada oveja con su pareja, pero insistió en que se la chupara, que ese pollón era cosa de otro mundo, Roberto también insistía y accedí para terminar no solo chupandosela sino follando con él, ni me planteé el uso de los condones. Fue apartir de ese día donde mi casa  se declaró zona inaccesible. Que ninguno de los tres hablase fue fácil, Gema me conocía a las malas, ella se encargaría de Paco, Roberto se mantendría callado por la cuenta que le trae. Mi padre le daba pavor.

¿Porque Gema la había conectado?, ¿Porque...?

  • ¡¡Hija de la gran puta!! ¡¡Zorra de mierda!! - grité golpeando la mesa. El sonido metálico me hizo mirar debajo de la mesa. La alianza. La alianza estaba debajo de la mesa. La agarré con las manos temblorosas. Marcos, mi Marcos. Me había dejado. Se había ido, nunca en la vida me había sentido tan furiosa. Me tuve que calmar.

Le llamé por teléfono una y otra vez solo para oír: "el número al que llama no existe"

  • No, no, no, no - mi ojos parecían una catarata - por Dios, no me hagas esto. Por favor, seré tu esclava sexual, haré que Laura te folle hasta que quedes exhausto, pero vuelve. ¡¡¡MARCOS!!!

Tras unos minutos logré senerarme. Y llamé de nuevo.

  • ¡Gema! - dije entre sollozos. - ¡Marcos se ha ido! ¡Se ha ido!

  • Tranquila, voy para allá - su voz se notaba de alegría.

Tardó en llegar treinta y siete minutos, los cuales no dejé de llamar una y otra vez a Marcos y siempre el mismo resultado "el número al que llama no existe"

El timbre sonó y sin mirar pulsé el botón de apertura del portal. Momentos después sonó el de la puerta. Abrí, y dejé pasar a Gema.

  • ¡Por fin eres libre! - dijo con júbilo - tu tranquila he llamado a unos amigos, tu te vienes a mi casa, veras que tras un par de follaaaggg.

Mi mano aferrando su garganta interrumpió su peyorata. Me miró asustada. Intenté sin lograrlo que se moviera. Un puñetazo en el bajo vientre la hizo arrodillarse. Mi mano la agarró del pelo retorciendoselo.

Y así la arrastré hasta la pantalla de televisión, sus manos se aferraban  a la mía para evitar de la arrancarse la melena de cuajó. La obligué a mirar la pantalla. Mientras la obligaba a arrodillarse.

  • ¡Dime que esto que estamos viendo no es lo que parece!. - la grité mientras en la pantalla aparecía ella andando por el pasillo, desnuda, y lanzando un beso a la pantalla con la mano mientras con la otra hacia el gesto de una L, claramente el signo de Loser (perdedor).

  • Yo, yo - era lo único que podía articular. - Hice lo que era mejor para tiiiiiiihhh

Tiré hacia arriba del penacho de pelo al mismo tiempo que pisaba los gemelos para evitar que se levantase.

  • ¿Quien te crees que eres para decidir lo que es mejor para mí? - la dije poniendo mi cara a pocos centímetros de la suya. - ¿mi padre?. No, tu no quieres lo mejor para mí, ni para mí ni para nadie. Tu quierés lo mejor para ti. Te asqueaba el zorrear por ahí sola, querías a alguien con quien hacerlo. Pero también querías lo que yo tenía una vida de ensueño al lado de un hombre que me adoraba y al que yo adoro. Pero tú eres incapaz de amar a otra persona que no seas tú misma.

¿Por eso sedujiste a ese torero? Querías tener a alguien con quien estar en casa abrazadita, y al mismo tiempo follarte a todo rabo que se pusiese a tu alcance.

Soltando su pelo, apagué la televisión.

  • Bajé la guardia, confíe en ti y en Roberto y en mi puto padre. Y entre los tres me liasteis. Mi padre al evitar que me fuera con él fuera de Granada y de su control. Por eso me colocó en su empresa. Estando tan preocupada intentando que a Marcos le dieran las responsabilidades que se merecían no me di cuenta que Roberto por un lado y tú por otro ibais minando mi voluntad. Hasta que lo conseguisteis. El uno el convertirme en su zorra particular, con la que se podía follar donde, cuando y por donde quisiese amen de cederla cualquiera para conseguir sus objetivos. Y tu conseguiste una compinche de tus zorrerias.

Pues bien, querida "amiga", te voy a dar dos semanas apartir de hoy. Follate a quien tengas que follarte, como si tienes que desenterrar a tu padre y follarte sus huesos, pero quiero que localices a mi marido. No hables con él, ni lo mires si quiera. Solo dime donde está y podrás pasar el resto de tu puta vida sin mirar hacia atrás.

  • Mira cielo ¡Ouh! - su intento de explicación fue interrumpido cuando mi puño golpeó su mejilla.

  • Ya sabes lo que tienes que hacer - dije señalando la puerta - como digas una sola palabra en vez de por la puerta sales por la ventana.

Fue la última vez que vi a Gema.

Saque el pincho de la tele y al tenerlo en mis manos vi que tenía mechones de pelo de Gema.

Me senté con las manos en la cabeza mientas en el suelo mis lágrimas empezaban a formar un pequeño lago.

El resto de la semana lo pasé básica y exclusivamente en la búsqueda de Marcos. Los padres, únicamente me dijeron que le dejase en paz, por lo que intuí que lo sabían todo, sino ellos me habrían ayudado, que bastante daño le había hecho. Localizar a Paco me costó bastante.

Estaba en Biarritz allí un conocido le había conseguido trabajo de portero en un edificio. Él era tan víctima como yo. A él le habían manipulado también. Me contó lo sucedido. Pero no supo decirme dónde estaba.

De vuelta a Granada pasando por la calle donde conocimos a Lola, se me encendió la bombilla. Ella se había acostado con Marcos mientras yo estaba en Córdoba. El me contó que pasaban a veces fines de semanas enteros juntos; no se pasarían de viernes a domingo por la mañana follando, hablarían. Ella sabría algo.

Nada más llegar me puse a buscar la tarjeta que nos dio por si queríamos repetir. Busqué en todos los cajones de la casa, en todos menos uno. El suyo. El de la mesilla. Ahí estaba junto a la libreta donde pegaba las entradas de los musicales a los que íbamos.

Sentada en la cama fui pasando la hojas recordando cada cita que tuvimos con solo ver cada resguardo de la entrada.

Hasta que llegué a una entrada de una película que no recordaba haber visto, y luego la de un musical, otra película, una obra de teatro, más películas...

¿Cuanto me había perdido, mientras yo me perdía en los miembros de otros hombres?

¿Hace cuanto, él y yo no íntimabamos?

No sexualmente, de esas ya hace demasiado. No, me refiero al salir a dar un paseo, ver una obra o ver una película. Casi desde..., no casi no, desde que comenzó esta locura con Roberto.

¡Aquí está!, si hubiese encontrado el Santo Grial dentro del Arca de la Alianza no hubiera gritado tanto.

"El número que ha marcado ya no existe"

Una idea cruzó mi mente ¿y si...? No, no imposible. Pero ambos teléfonos ya no existen.

No, no, es una coincidencia. No se han ido juntos. Por Dios espero que no. Tengo que seguir buscando.

Todo complicó, y la búsqueda se detuvo durante más de cinco años.

¿El motivo?

La investigación contra Don Rafael Sánchez, el todopoderoso no tenía ni puta idea de que estaba siendo investigado. Él y todos con los que se relacionaba.

Y misma fui detenida, mi casa registrada. Con estupor vi como del altillo sacaban un montón de dinero, dinero que nunca había visto, y un montón de papeles, papeles que estaban rubricados con mi nombre y apellidos, de una manera tan burda que era imposible que alguien pensase que esa era mi firma.

Como corríamos riesgo se fuga, nos denegaron la fianza y nos metieron en prisión a espera de juicio. Ahí me enteré que Roberto estaba también entre rejas.

Tras unas semanas, me llevaron a comisaría a declarar.

  • No se que hacía ese dinero en mi casa. Esos documentos no son míos ni esa mi firma.

  • Tranquila - dijo la fiscal en presencia de mi abogado y de otro abogado que no sabía a quien representaba - tenemos pruebas de que lo que dice es verdad. - Su cara denostraba asco. - Esto no es algo que se suele hacer, pero sin esta prueba, estaríamos dando vueltas sobre este caso durante bastante tiempo. Incluso dudo que llegaría a llegar a juicio. Además nuestro... informante nos ha pedido un favor.

Y me entregó un sobre. Cuando abrí el sobre vi lo que nunca pensé que vería en mi vida. Un documento de divorcio.

  • Firme, favor por favor - continuó el abogado con el beneplácito del mío. - Creo que es lo justo.

  • ¿Que prueba ha entregado para que le crean así por las buenas? - pregunte mientras garabateaba mi firma en cada folio que componía ese fatídico documento.

  • Véalo usted misma. - y apretando un botón vi a cámara rápida el comienzo de mis polvos con Roberto en mi casa por suerte la cinta estaba editada, para mi visionado, pero los abogados: el de Roberto, el de mi padre y el mío habían visto como me desenvolvía en la cama. También vieron como mientras me duchaba, preparaba algo de picoteo, dormía o follaba en el salón con el que era el mejor amigo de Marcos y Gema, Roberto se dedicaba a ocultar el dinero y los documentos que habían encontrado en mi casa. (un tiempo después descubrí que había sido cosa de Roberto para inculparme e irse de rositas).

  • Después de conocer TODA la historia, un hombre que presente estas pruebas para ponerla en libertad, a sabiendas lo que pensarían todos de él. En fin. Tiene que ser verdad.

El documento del divorcio se lo entregaré al abogado aquí presente que lo tramitará. No salga del país, se le retirará el pasaporte. Quizás tenga que declarar, aunque viendo los documentos, lo que tendría que hacer es poner una denuncia por abusos sexuales e inducción a la prostitución. Se puede marchar.

Y así sin más quedé libre. Libre, más me hubiese valido quedarme encerrada, los periodistas se agolpaban a la entrada de comisaría.

  • Sra Sánchez ¿Es cierto que mantenía un idilio con su cuñado?

  • Hay pruebas que tambien ha tenido sexo con el Juez instructor del caso, ahora retirado y detenido. ¿Que puede decir a eso?

-¿Se follaba a su padre también?

Todas esas preguntas me las hacían mientras corría calle arriba con una falda de tubo y unos zapatos con algo de tacón (la misma ropa que llevaba cuando me detuvieron) en busca de un taxi.

Una vez dentro de uno le dí la dirección de la casa de mi madre. No podía ir a mi casa, estaba precintada.

Mi madre me recibió fría y distante. Mi hermana que estaba allí me dio un guantazo me llamó puta y salió de casa con ni sobrino, la cara del chiquillo me dolió más que la bofetada de su madre.

Mi madre me dió alojamiento y comida pero en ningún momento me dirigió la palabra. Decenas de periodistas hacían guardia en frente de la casa. Hasta tal punto que teníamos que hacer el pedido del supermercado por Internet.

Una noticia eclipsó la mía. Resulta que como a mí persona no tenían acceso buscaron a alguien que supiera mis trapos sucios, y la encontraron pero en vez de mis trapos sucios sacaron los suyos. Resulta que una becaria de cierto programa del corazón a nivel nacional estaba de fiesta y reconoció a Gema que estaba bailando con un grupo de gente (así buscaba a Marcos la muy puta) y la estuvo marcando con el fin de pillarla a solas y conseguir unas palabras o imágenes en exclusiva. Vió como salía del pub y entre que hizo tiempo y salió del local lleno de gente la perdió. Por suerte fue al parking del local por si estaba allí. Y si que estaba. Estaba con la falda subida, el top bajado cabalgando como una loca sobre un tipo musculado (luego se supo que era su preparador físico) mientas él de deboraba sus tetas. Todo eso mientras su prometido estaba realizando un espectáculo taurino en Las Vegas. Disfrutaba como una loca viendo a la que fue mi mejor amiga, correr seguida de periodistas e incluso ser agredida por una mujer aludiendo que se había tirado a su marido. Cada día salía uno de sus amantes (alguno también me lo había follado yo, pero una llamada de mi abogado les hacía olvidar mi nombre rápidamente) en ese programa deseosos de sus quince minutos de fama o a posibilidad que les llamasen para ir a esa isla a pasar hambre y frío.

El prometido mandó un comunicado rompiendo el compromiso y tres días más tarde las cámaras en directo la sacaban arrastrando una maleta del chalet de su exprometido. Unos meses después ese chalet era puesto a la venta ya que el torero en cuestión se queda en Las Vegas con su espectáculo taurino.

Cuando creía que todo estaba terminando llego el juicio y otra vez confesiones, balones fuera, dimisiones, se echaban la culpa unos a otros. Mi nombre salía relucir cada dos por tres. Todo esto me enteraba por mi abogado.

Al final salió el vedericto.

Don Rafael Sánchez treinta años de cárcel por prevaricación, fraude a la hacienda pública, extorsión y amenazas (ahora sé por que ninguna otra empresa le hacía frente).

Roberto: Dos condenas. La primera: fraude documental, fraude a la hacienda pública, y cómplice en el entramado mafioso de Don Rafael Sánchez. Treinta años.

La segunda: abusos sexuales e inducción a la prostitución. Treinta años. Por lo visto Pamela y yo no eramos las únicas a las que había marcado con las letras P. R.

Tras calmarse las aguas, descubrí que había pasado casi seis años. Seis años en los que Marcos seguía desaparecido. No sabía por dónde buscar, ni sabía si tenía a alguien en su vida. Sólo me quedaba una salida. Tendría que pactar con el diablo. Pero esta vez sería yo quien le engañara.

Me presenté en el penal, en una zona de visitas, allí estaba él apoyado en una pared con un cristal separandonos y un teléfono como unica via de contacto.

  • Hola zorra, perdona que no me siente, pero no lo suelo hacer ante las zorras traidoras - parece que los casi seis años en prisión no le había endulzado el carácter.

  • Te vengo a ofrecer un trato - dije con la voz más seductora que me salía ante semejante payaso. - Vas a pasar muchos años aquí encerrado con única compañía de tu mano derecha. Yo podría venir a "visitarte" una vez cada dos meses y tu a cambio me dices donde esta mi marido.

  • Exmarido guapa - me dijo riendo - exmarido. Tu me visitas una vez al mes y a cambio mañana tienes la dirección de su casa. Una cosa. ¿Aún estas marcada verdad? Eres mi zorra y mis zorras deben estar marcadas.

Enséñame.

Con mucho cuidado me baje la parte delantera de la falda y el tanga para que viera las letras P. R. encima del pubis.

Y sin decir nada más colgó el auricular y se marcho, caminando raro. Podría ser de la postura al estar de pie apoyado contra la pared.

Una vez en el coche con una toallita desmaquillante me borré el "tatuaje".

Ese tatuaje fue lo segundo de lo que me deshice tras descubrir el abandono de Marcos. Lo primero fue Gema.

Tal y como prometió al día siguiente recibí en el mobil un sms de un número desconocido una dirección. Barcelona. Perfecto. Roberto había cumplido, guardé el número por si me estaba tomando el pelo. Me tuve que preparar. No podía entrar como un elefante en una cristalería. Tendría que ser sutil. No iba a dejar que hablase, primero hablaría yo y le contaría todo, sin omitir nada. Y que luego que sea lo que Dios quiera.

Ya veis el resultado en cuanto entré en esa casa tendría que haber apagado el mobil, bloquear a Roberto, o eliminar el contacto. Pero no, los nervios me pudieron. Y ahora estoy sentada en el tren de vuelta a Granada esperando a que salga, en donde no tengo nada, más que malos recuerdos.

Cierro los ojos. Agarro mi maleta con fuerza. Respiro y rompo a llorar. Mi primer pensamiento es salir del tren esperar a que salga y lanzarme a las vías. ¿Pero que Sánchez sería si hiciera eso?

Una Sánchez lucha, así que salgo del tren un minuto antes de que arranque. Subo a un taxi y le doy la dirección de la cual no hace ni tres horas salía con una patada en el culo.

Cuando llego a mi destino le lanzo un billete de cincuenta euros y sin esperar el cambio corro hacia el portal por cuya puerta sale una viejecita con su perro. Subo en el ascensor y toco el timbre. Me aparto de la mirilla y cuando abre me lanzó a su cuello besándole como hacia años que no le besaba. Durante unos segundos se queda quieto, para después responder a mi beso agarrándome por el culo con una mano y metiendo en casa la maleta con la otra. Dando una patada a la puerta la cierra y a trompicones se acerca al sofá y se deja caer.

Mis manos vuelan quitándole la ropa, las suyas hacen lo mismo con la mía. Me deslizó hacia el suelo colocandome de rodillas delante de él. Con pequeños tirones hago que sus pantalones terminen a mi lado, en el suelo, dejándome ver esa maravilla a la que he dejado abandonada y he echado de menos. Saco la lengua y la lamo. Desde los testiculos al glande. Una y otra vez. Para que al final me la introduzca entera en la boca. Levanto los ojos y veo en su rostro una mezcla de asombro, placer y desasosiego. Y es cuando caigo en la cuenta, antes de toda esa vorágine de sexo no era capaz de hacerlo, pero con la guía de Roberto y los kilómetros de polla que he chupado y tragado entre el "trabajo" y las escapadas con Gema era capaz de eso y más. Me quedé quieta sin saber qué hacer, y con mucho cariño me hizo levantar y me colocó encima suyo. Sentí como si perdiera de nuevo la virginidad. Casi seis años sin tener nada dentro. A ver claro que me había masturbado pero solo clitorialmente. Mi vagina se aferraba a su falo que se abría paso poco a poco. Cuando la tuve dentro empecé un suave movimiento, el placer me recorría toda la médula espinal. Ni todos esos polvos sin amor me habían hecho sentir eso. Placer si orgasmos desde luego. Pero esa espina de culpabilidad mientras lo hacía ahora no estaba. Bueno si, culpabilidad que después de lo que le había hecho pasar, después de todo el sufrimiento que padeció, ese "acepto pero no consiento" esas líneas que había franqueado y que ahora me haya perdonado sin dudarlo. Me desgarraba el alma. Las lágrimas afloraron de mis ojos mientras el orgasmo nubla a mi mente, como nunca antes lo había hecho.

  • Perdón, perdón - gimoteo una y otra vez - lo siento, lo siento.

Él sin decir nada limpia mis lágrimas con sus besos.

De repente un trayazo de calor intenso impactó contra la boca de mi útero. Y después otro y otro... Un nuevo orgasmo me hizo abrazarme a él con fuerza y así estuvimos hasta que deje de temblar y su miembro fue menguando en mi interior hasta salirse y con el la mezcla de nuestros fluidos.

No sé el tiempo que estuvimos así

Solo sé que cuando nos separamos para irnos a la ducha nuestra piel estaba endurecida del engrumo formado. Fue una ducha larga, en la que nos enjabonamos, aclaramos y secamos sin dejar de besarnos y acariciarnos.

Así fueron pasando los días, los meses y los años, tal y como le prometí me dediqué a servirle. No quise volver a trabajar, mi trabajo era en exclusiva hacerle feliz, demostrarle que era digna de su perdón. Le ofrecí mi culo, que aceptó sin dudarlo, me disfrazaba de sirvienta, enfermera, colegiala, le esperaba desnuda de rodillas como una esclava, incluso le propuse que contratara a una prostituta o que yo misma llamase a Pamela o a Laura y que se las follase mientras yo miraba atada a una silla, eso le enfureció y me dijo que si se lo volvía a proponer me ponía en la calle, esta vez de manera definitiva.

Ahí estábamos, viendo una peli de esas cutres, yo recostada sobre él mientras me acariciaba mi "barriguita" de siete meses. En donde un marinero corría detrás de la rubia tetona, candidata a ser devorada por el bichejo en cuestión, lamandola.

  • ¡Señorita, señorita!

  • Señorita - dijo el revisor - ¡¡señorita!!

La señorita con una sonrisa abrazaba su maleta mientras miraba sin ver por la ventana del tren. El tren hacía rato que había llegado la estación termino de Cordoba. Fue el revisor el que la encontró así con los ojos abiertos mirando por la ventana abrazando a su maletita.

Los servicios de emergencia la llevaron al hospital, en donde la policía localizó a su madre. Ella apareció en el hospital con la hija de la paciente.

  • No sabemos lo que pudo haber pasado. ¿Ha sufrido algun revés? ¿Algún golpe anímico? - dijo un joven doctor.

  • No lo sé - dijo Esther - han sido unos años difíciles. Tras seis años por fin pudo localizar a su ex marido y fue a recuperarlo. No sabemos más.

  • ¿Se recuperará? - dijo su madre.

  • La mente tiene formas de protegerse  y la catatonia es una de ellas. No sabemos lo que pasa por su cabeza sólo podemos mantener su cuerpo en la mejor forma posible.

Los tres se giraron para ver a Cristina tumbada, tapada con una sábana y monitorizada. En su rostro una ligera sonrisa daba a indicar que ese mundo en el estaba sumergida era un mundo feliz.

Gema

Me encontraba en la puerta de la habitación con la mano en alto apunto de tocar la puerta. No sabía el panorama que me iba a encontrar.

Mi mente se trasladó seis años atrás.

Con un miedo aterrador salí de esa casa. El cuello me dolía, el cuero cabelludo me sangraba, tenía ganas de vomitar debido al puñetazo y seguramente perdería un diente.

No recordaba a esa Cristina, la única vez que la vi fue en la universidad, estaba empezado a tontear con Marcos, pero no era la única, había otra chavala que andaba detras de él y por lo que podía ver estaba ganando terreno.

No fue hasta después de un fin de semana en el cual no salieron del cuarto (hasta los huevos de los gemiditos, que envidia), cuando parecía que Marcos y Cristina estaban destinados a estar juntos para siempre, en un principio me alegré por ella hasta que el monstruo de ojos verdes puso sus zarpas sobre mi. Entonces la adversaria de Cristina redobló su ataque pese a que Marcos no demostraba interés por ella. Él solo empezaba a tener ojos para ella. Entonces vi a una Cristina que no sabía que existiera, fue como si el gen Sanchez, se activara.

Estábamos en una discoteca yo con mi chulazo de turno, mucho músculo, mucha polla, poco cerebro. Y Cristina bailando con Marcos, si bailar se puede referir a restregarse como una striper en su barra. En un momento en que Marcos fue a por unas copas a la barra nos fijamos como ese putón se acercaba a Marcos y le ponía sus zarpas muy cerca de su entrepierna mientras tocaba su pierna y se acercaba su cara a la suya con la excusa de hablar con él debido al ruido.

  • Espera aquí - me dijo Cristina.

Y la siguió a los servicios cuando Marcos nos trajo las copas. Me acerqué a la zona de los baños, para descubrir con estupor como cuatro chicas salían de ahí a la carrera.

Minutos después salía Cristina, sus ojos estaban en llamas, me asomé al interior del baño y vi a la pobre muchacha sentada en el suelo blanca como el papel, con el pelo revuelto como si acabase de meter los dedos en un enchufe.

Nunca supe lo que ocurrió ahí dentro, por mucho que pregunté ninguna de las chicas que estaban dentro dijo nada.

Y la pobre muchacha, al terminar el semestre se cambió de universidad.

Ahora se lo que sintió la pobre, no fueron los golpes, ni las amenazas, fue la forma en como sucedió todo. Un ataque rápido, sin opción a defenderme. No se puede describir lo que irradiaba. ¿Sabéis cuando veis un callejón oscuro y todos vuestros sentidos gritan peligro? Pues algo asi. No pude averiguar nada de Marcos.

Sus padres me abrieron la puerta, su madre me escupió y su padre me cerró la puerta en las narices. No me dejaron abrir la boca. Con Paco no fue mejor. Quise disculparme y solo obtuve un:

  • Mira puta, con perdón de las putas. Me has jodido la vida, le has jodido la vida a tu "amiga", y le llevas jodiendo la vida a Marcos desde que le conociste. Enhorabuena. No, no sé donde está. Y aunque lo supiera tampoco te lo diría. Dejad a Marcos en paz. Olvídadlo. Si me entero que te acercas a él te mato. Si como lo oyes, te mato. A nadie le sorprenderá que una golfa que se folla a cualquiera acabe muerta en una cuneta. Estas advertida.

No me atrevía a contactar con Cristina para decirla que no sabía nada. Mi única opción era ir a pedirle a Don Rafael que me ayudase pero fue del todo imposible.

Estaba cerca de su casa cuando vi a un montón de policías en su casa, decenas de curiosos móviles en mano, y periodistas veían y grababan como Don Rafael Sánchez salía esposado. Y detrás de él una docenas de agentes encapuchados sacaban cajas y cajas me supongo de papeles, dinero y cosas así.

Decidí irme a casa con mi chico. Chico, ¡ja!, por cada polvo que había echado con él, me había follado a veinte. Pero él me aseguraba un estatus, dinero y lujos, además entre los entrenamientos, capeas y giras me daba el tempo para montar mis propias "corridas" en casa.

Pensé en salirme del radar durante algún tiempo, así que me fuí de gira con él por Latinoamerica. Quitando algún escarceo con algún turista o con el masajista del hotel fui bastante fiel.

Gracias a Internet me enteré que Cristina también había sido detenida pero tras encontrar pruebas que la exculpaban la pusieron en libertad.

Verla correr esquivando las preguntas de los periodistas me entristeció. Si no la hubiese liado no estaría ahí. Quienes no se libraron fueron Don Rafael y Roberto. Todos los días me conectaba para saber más de Cristina, que se encontraba recluida en casa de su madre. Cada pocos días recibían el pedido del super, la madre de Cristina salía de vez en cuando, pero Cristina no.

  • Cari - le dije a mi cornudito - me vuelvo a España. Cristina necesita mi apoyo.

  • Pero si nos vamos a Las Vegas - respondió él resignado.

-Solo será unos días luego vuelvo, ella me necesita.

Lo que necesitaba era un par de buenos rabos que me devolviesen a la vida, estar así en plena "monogamia" me estaba matando.

Yo sabía que Cristina, no querría verme, es más, sería capaz de enterrarme viva en el jardín, así que volví a mis habituales sitios de caza.

Si a los hombres se les dice que no piensan porqué la sangre les va a la entrepierna, a mi me pasa lo mismo. No pensé que me podrían relacionar con Cristina y menos que me buscasen intentando llegar a ella.

Me lo estaba pasando de puta madre con Juan Marco mi preparador físico.

Bailabamos, nos reíamos, todo desde la buena sintonia ya que al estar en público había que comportarse.

Más caliente que el asfalto en Agosto le dije al oído que ya era hora que me llevase a casa. Pero no llegamos ni arrancar el coche.

En menos que canta un gallo estábamos en el asiento trasero de su coche follando como locos. Mi tanga roto, el sujetador en el suelo del coche y su polla golpeando la entrada de mi útero como un pistón. Ni nos dimos cuenta de que había alguien. Nada más sentir su semen chocando y deslizándose por la vagina nos dirigimos a casa, en donde seguimos la fiesta hasta el día siguiente, que tras desayunar y realizando una llamada apareció por casa un compañero de trabajo. No hace falta que vaya al gimnasio ya hago "gimnasia" suficiente con mis preparadores. Menudo domingo, no quedo lugar de la casa donde esos dos no me hubiesen follado. Bueno en el cuarto de las escobas no pudo ser por el espacio.

El lunes, me levanté, me puse algo de crema hidratante en mis orificios, salí a comer para después dar un paseo por la calle más exclusiva de Granada.

  • Gema - me dijo de repente una reportera planteándome la alcachofa en la cara - ¿que tienes que decir respecto a esas imágenes en las que apareces en pleno acto sexual en el asiento trasero de un coche el sábado por la noche?

Me quedé blanca en cuanto miré a mi alrededor un montón de gente estaba teléfono en mano sacandome fotos.

Tapandome la cara salí corriendo, me subí a un taxi y fui para casa.

Una vez allí puse la tele. Las imágenes mías corriendo por la calle seguida de la reportera las repetían en bucle mientras según comentaba el presentador la línea de aludidos echaba humo.

Esa misma tarde Juan Marco entró por teléfono contando el tiempo que llevábamos "haciendo ejercicio" y en la recta final el chico que vino el domingo, estaba sentado mostrando a los colaboradores, que no a la pantalla, los videos y fotos que me había sacado dando fe de que lo que decía era verdad.

  • No, no, no, no, no - gritaba - joder, joder, joder.

Mi teléfono no dejaba de sonar, siempre los mismos. Programas del corazón que querían saber si mi relación estaba acabada. Y si quería aparecer en un especial del polígrafo. Si era verdad que estaba embarazada de unos de mis amantes y que pensaba abortar...

El jueves apareció mi prometido en una entrevista visiblemente disgustado, confirmando el cese de la relación, cosa que yo ya sabía dado que me encontraba recogiendo mis cosas por orden de un abogado. Sin saber dónde ir y con el dinero en metálico que logré sacar de la casa sin que ese chupoptero se diera cuenta, salí de ese palacete. Como no, ahí estaban los reporteros en primera fila inmortalizado el momento. Me fui a Biarritz, en donde sin tener conocimiento de oficio alguno me puse a ejercer de lo único que sabía: follar.

No cobraba mucho, tampoco escogía a mis clientes. Compartía casa con dos jovencitas. No recuerdo sus nombres una era francesa y la otra polaca o rumana no lo recuerdo. Todo me iba bien. Hasta que una de ellas se encontraba indispuesta y tenía que sustituirla en su cita. Cosa que solíamos hacer.

La sorpresa que me llevé al ver a Paco en pelotas con su pollón erecto tumbado en la cama. No había empezado a desvestrime cuando cogió la ropa y pidió a la otra chica, la francesa, si quería realizar con él el servicio. Me quedé en shock. No me dirigió la palabra en ningún momento.

Si es deprimente que te rechacen saliendo de fiesta, de puta lo es más.

Sobretodo al oír a esa chavalita gemir como una descosida, pidiendo más y más y ofreciéndole el culo (ella y la otra cobraban un extra por ese servicio y yo lo hacía incluido en el precio) gratis.

No hay que decir que esas dos se rifaban a Paco cada vez que venía. Llegando incluso a colarse en la habitación cuando estaba con la otra para montarse un trío. Y ni una sola vez me escogió a mi. Ni siquiera cuando me ofrecí gratis. Preferiría marcharse y volver otro día antes de estar conmigo.

Con el tiempo las chicas se fueron primero una, la francesa y luego la otra, pero otras llegaron.

No salía mucho, los domingos y poco más.

Así estuve cerca de seis años. Para hacerlo más llevadero empecé a consumir hachis. Pero me embotaba. No lubricaba. Así que dejé de consumirlo. Me imaginaba a los chulazos que me follaba en Granada y listo. Tuve que empezar ha realizar servicios sin, para mantener a la clientela dado que mis compañeras eran veinteañeras y de alguna forma tenía que competir con ellas.

Me enteré que mi ex prometido triunfaba en Las Vegas con su espectaculo taurino y que se había casado con Miss Nevada vestido de Elvis. Me sentí engañada. Que patética soy. Llevaba más cuernos que todos los astados que había toreado en su vida y ahora que rehace su vida la que se siente engañada soy yo.

El punto que me llevó volverme a Granada fue que en una de esas salidas dominicales, me encontré con Paco jugando con un niño rubito al que llamaba Marquitos. Desde lejos veía como jugaban a la pelota.

  • Queridos - sonó una voz con acento francés - la merienda.

Allí estaba la chica, aquella compañera de trabajo por la que Paco me cambió. ¿Tienen un hijo? ¿Pero como? ¿Desde cuando?

Se que él la escogía siempre, menos aquellas veces que se montaba aquellos trios con la otra.

Ella fue la que se marchó primero, casi sin avisar, solo dijo que era hora de cambiar el rumbo y que se marchaba.

No me di cuenta de que Paco dejó de venir al piso casi al mismo tiempo.

  • ¡Mierda!, ¡joder! - grité haciendo que la chica se girara mirándome. Todos han encontrado la felicidad menos yo.

-¡¡Gema, mom amì - gritó de alegría acercándose.

Salí corriendo, ¿que iba a decirla, si no me acordaba de como se llamaba?

Así que esta vez la que ha salido del piso fui yo.

Al llegar a Granada me busqué un piso en el extrarradio, me teñí el pelo, no quería que nadie me reconociera y despertar viejas heridas.

Y tras dejar pasar un par de semanas y hacerme unos cuantos clientes me dirigí a la casa donde vivía Cristina.

Sabía que las posibilidades de que me partiera la cara eran muy altas, pero tenía que cerrar el círculo.

No, Cristina no me partió la cara porque no estaba en casa.

Su madre me contó todo y donde estaba.

Y aquí me encuentro apunto de tocar la puerta.

  • ¿Que haces aquí? - tronó una voz a mis espaldas.

  • Hola Esther, yo... me acabo de enterar y quería...

  • ¿Querías que? - por un momento vi ese fuego que vi en los ojos de su hermana - Ella esta así por tu culpa, si no hubieses sido así con Marcos, si les hubieses apoyado en vez de meter cizaña, el cabrón de mi exmarido no hubiese puesto sus garras sobre ella, y todo lo que vino después.

¿Quieres ver el resultado de tu odio? Mira.

Me abrió la puerta, allí estaba ella, parecía dormida, podía ver incluso una semisonrisa en su boca. Me acerqué a la cama cuando mis pies tocaron algo. Dos bolsas colgaban al lateral de la cama. Una con un líquido amarillento y la otra con una especie de pasta marrón clarita.

  • No te cortes, mira. - mientras decía eso levantó la sabana y la manta que la tapaban para ver como de esas bolsas salían sendos tubos, uno hacia su entrepierna y otro a su abdomen. Por suerte tenía la famosa batita de hospital que impedía el ver más. De su pecho salían sendos cables que calibrabran sus latidos. En su brazo estaba conectada la vía donde recibía el suero y la medicación. Su dedo índice lo tenía aprisionado por una pinza que medía la saturación de oxígeno en sangre. Su rostro hermoso como siempre, salvo por un tubo que le salía por la nariz y que estaba sujeto a su rostro por unos espaladrapos. Por ahí debían darle el alimento. Tras mostrarmela volvió a tapar con delicadeza. Y se dirigió a la puerta de la habitación.

Bien, me tocaba irme. La di un beso en la frente, pude jurar que al dárselo el gesto se le torció. Con los ojos vidriosos, salimos de la habitación. Ya en el pasillo se giró y me habló con una voz rota y fría.

  • Está es mi penitencia por dejarla sola, si hubiese estado a su lado, le hubiese dado la localización de Marcos. Quizá me hubiese costado más que ese malnacido me hubiese firmado el divorcio pero ahora la tendría a mi lado. Si, yo sabía donde estaba desde el principio. Un novio mío del instituto fue al que le pedí el favor de que los contrataran a los dos; tiene un despacho de arquitectura en Barcelona. Quería que salieran de este entorno tóxico. Del de mi padre y del tuyo. Lo que no me imaginaba es que se estaría follando a mi marido. Sabía lo de Pamela, lo de Laura, lo tuyo y las otras. Pero que mi propia hermana...

Bueno, ya la has visto, ahora cumpliré con lo prometido, les voy a mantener lejos de las personas tóxicas que la han rondo dado en su vida y por lo que veo siguen haciéndolo.

Roberto y mi padre, bueno ellos están aislados de todos. Y estas tú, he dado orden de que te prohíban la entrada a esta habitación. Y si me entero de que te acercas a Cataluña filtrare a la prensa rosa a lo que te dedicas, precios, servicios, tu dirección, teléfono, incluso la talla y marca de ropa interior que usas. Te destrozaré ¿me has entendido?

¿Te sorprendes? Soy una Sánchez, puede que mis manos no abarquen a todos en Granada pero tengo bastante poder para saber los movimientos de aquellos a los que tengo que vigilar. Así que vuelve a tu barrio y no salgas de ahí, dedícate a lo único que sabes.

Salí del hospital y no paré hasta llegar a casa. Miré la agenda del día siguiente: trece servicios.

Bueno, es lo que me merezco, quise ser la reina del mambo y acabé por destrozar a la única amiga de verdad que tuve. Quizás si visitase a Marcos para disculparme... No, esos ojos de Esther ... Algo me dice que ella no vacilaría en hundirme la vida.

Espero que algún día en Otro Lugar pueda recibir su perdón.

Roberto

Tenía que morder la sábana para no gritar, no pensaba darle a ese cabrón el gusto de mis gritos. Esos embites nada cariñosos me destroza an por dentro ¿eso sentían las tías a las que me tiraba? Lo dudo, ellas me lo pedían. A Gema la follé el coño tres veces antes de follarla por el coño. Y Cristina, esa no podía ni imaginar en dejarla el culo sin follar en cada una de nuestras sesiones. Ni cuando se la cedía a los concejales y jueces y demás.

Tres empujones y una calided llena mi recto. Espero que esta vez no sea sangre.

  • ¡Venga zorra! - me grita M'Batu dándome un azote que me sacude de dolor desde el recto al cerebro - ahueca, que sabes que después de follar me gusta sobar. Te recuerdo que mañana tienes que visitar a los Selvas.

Como pude me subí los pantalones. Y renqueando salí de la celda. Cada paso era una tortura, me daban latigazos de dolor que me subían por la columna. Nauseas, me marea a y quería vomitar, por lo menos este no se corría en mi boca como otros. Llegado un momento me tuve que parar, no podía seguir, solo eran unos treinta metros hasta llegar a mi celda, peto me parecían trescientos kilómetros. Me asome a ver el follón que se había montado en el piso de abajo. En la puerta de la celda estaban reunídos el alcaide y cinco guardas.

El alcaide se encontraba nervioso, los guardas parecían pollos sin cabeza. Hasta que sacaron el cuerpo. El médico hablaba con el alcaide, que se mesaba el cabello con las manos. No se ponía así por una tontería. Que un preso se suicidara no era extraño, algo gordo había pasado.

  • El Rafa - me dijo el Muelas - se ha hecho una corbata.

  • ¿Don Rafael Sánchez?.

  • No, el cantante - dijo con sorna - ¿que pasa que la polla de M'Batu te llega al cerebro?. Si ese. Se ha suicidado. Por lo que se ve escamoteo unas cuerdas de los sacos de la lavandería. Estos pijos... mientras roban se creen los reyes de todo lo que ven pero cuando les trican en seguida se deprimen.

Al final tiró por la vía rapida. Te dejo colega.

Y se marchó dándome una palmada en la espalda que me termino de matar. Notaba como el semen de negro se me escurria por mis piernas. Mientras veía como se llevaban al viejo en una bolsa me puse a pensar.

Lo tenía todo. Una zorra que me follaba cuando, donde y por donde quería, una mujer tonta y panfila que me daba el estatus que necesitaba en mi trabajo y dinero mucho dinero.

Pero lo mejor, el placer de saber que ese desgraciado de Marcos tenía constancia que me follaba a su mujer sin que pudiese evitarlo. He de reconocer que la zorra de Gema hizo un buen trabajo lavando el tarro a Cristina. No se que me ponía más si romperla el culo o saber que Marcos era un cornudo no se si consentidor o no, pero que sabía lo que hacía yo con su mujercita si.

Un ataque de tos interrumpió mis pensamientos, cada tosido era como si me clavar an un hierro al rojo en mi recto, con tenerlo era peor. Tras recuperarme seguí rememorando.

Todo fue muy rápido. Primero a Cristina le entra cargo de conciencia y me deja, eso pensaba ella, de dejarme nada, lo iba a intentar, tenía sus firmas en unos documentos que si los veía la policía se pasaría en la cárcel toda la vida. Así que seguiría haciendo lo que mejor sabe, comer pollas y follarse a concejales y demás.

Pensaba darla un margen de tiempo, primero para que se recuperara del sábado. Y segundo para darla una falsa sensación de que ella tenía el control de su vida. ¡Joder, vaya mierda!

Después al gilipollas de Marcos le crecen los huevos y se pira. Y su mujer se pone a buscarlo. Ni si quiera su padre sabía donde estaba.

Estaba en mi casa intentando localizarle sin éxito, para tener algo con lo que negociar, cuando entraron dos agentes en mi despacho, me leyeron mis derechos me esposaron y empezaron a meter en cajas toda la documentación que tenía, amen de mi ordenador portátil y el de sobremesa. Mi esposa ponía cara de asombro y de incredulidad pero cuando salía por la puerta esposado vi como me sacaba el dedo corazón de su mano derecha a modo de saludo. Solo volví a verla una vez.

Hablé con mi abogado y le conté los papeles y el dinero que tenía Cristina en el altillo. Iba a usar mi As bajo la manga. Supe que Cris fue detenida, pero mi abogado me contó que una semana y pico después habían llegado unas pruebas que la exculpaban. Y también una bronca de aupa:

  • Vamos a ver, gilipollas, porque no tienes otro nombre. Me tienes que contar todo ¿entiendes? T-O-D-O. Si me omites algo mi defensa se va al cuerno.

Si te follas a tu cuñada me lo cuentas, si la usas como incentivo para cerrar un acuerdo me lo cuentas, si organizas una orgia con su mejor amiga y el amigo del marido de tu amante me lo cuentas, si escondes dinero en un altillo a espaldas de ella me lo cuentas, si falsificas su firma para enmarronarla me lo cuentas. Me lo cuentas todo, esto es como confesarse, no sale de aquí ¡JODER!

Yo le miraba alucinado ¿como es posible? ¿Esos videos existen? ¿Quien ha filtrado eso? Cristina no sería capaz ¿o si?

  • No me mires así, la fiscal, el abogado de Cristina, el de tu suegro y otro abogado hemos estado viendo esos videos, la parte pornografica, a cámara rápida, y hemos acordado que esa parte sea editada durante el juicio. No hay que ser muy listo quien ha sido el que ha sacado a la luz esos vídeos.

También he visto los documentos firmados por ella y los que "firmo" ella escondidos en el altillo. La firma se parece como un huevo a un melón.

  • ¡Ese cabrón! - sonreí - si sabía lo del dinero podemos hacerlo cómplice.

  • Escúchame gilipollas, una bobada más y me largo. Que te defienda otro. A ese ni lo toques, se ve en el vídeo como descubre el dinero ¡y lo deja en su sitio!. Para después hacer la maleta y largarse. Ha solicitado el divorcio. Por lo que se vé y la fiscal ha mencionado él es el único inocente. Y ella en parte. Toda mi defensa se ha ido a la mierda. Ni la libertad bajo fianza te han concedido. Ni a ti ni a tu suegro. Estaréis en prisión a la espera de juicio. Y viendo los implicados más de cuatro años van a tardar. El juicio durará al menos dos. Si te declaras culpable puede que todo se agilice, pero ya te advierto que tu suegro ha declinado está opción. Te lo comerás tu todo Tu verás.

Además tienes varias denuncias por inducción a la prostitución, esclavitud y mercadear con mujeres.

Solo a un gilipollas egocéntrico, que se cree que ha venido a este mundo para tener a toda mujer que el quiera a sus pies, se le ocurre marcar con sus iniciales en el coño a las idiotas que se tira. El tatuador ha confesado, se le ha cerrado el chiringuito y está siendo investigado por cómplice.

Dicho eso se marchó. Vaya mierda seis años para el fin de todo. Eso sin contar la condena.

Pues a esperar, mi único contacto con el exterior era para salir a declarar mientras esperaba que todos esos cómplices dejasen de echarse mierda unos a otros como los monos y que comenzase el juicio.

Don poderoso es el dinero, y una mierda. En cuanto me pusieron con los demás presos, no tarde ni tres minutos en recibir una paliza. El preso que estaba para cuidarme recibió cuatro cigarros, dos porros y una chocolatina de nueces por mirar a otro lado.

Una semana en la enfermería, mi abogado ni apareció.

Las duchas eran lo peor: "putita", "culito tierno" era lo más suave que me decían. Incluso al defenderme de un intento de agresión, la culpa la tuve yo. Un mes en aislamiento y un retraso de tres en los derechos de visitas, exceptuando los de mi abogado.

Palizas casi diarias, palizas no de enfermería, que eran peor, allí estaba a salvo.

A Don Rafael, incluso aquí donde todos lo llaman Rafa, yo seguía utilizando el Don, no lo veía más que alguna vez por los pasillos. Su mirada denotaba odio, mucho odio. Ahí supe que todo lo que me pasaba era cosa de él. Solo hablé una vez con él. Mejor dicho el hablo conmigo tras insistir mucho.

-Mira desgraciado, pase que le pongas los cuernos a tu mujer, que es mi hija pequeña por cierto. Yo también lo hago, así que no puedo repochártelo. Pase que te creas que eres algo más que un pintamonas en MI territorio. Pero que te folles a mi otra hija, por lo que he oído de manera muy pornográfica, cediendola como si fuese una puta a todo aquel con quien firmabas los contratos, que la marcaras como si fuese de tu propiedad y encima tuvieses los cojones de intentar inculparla; si estas vivo es por que yo lo deseo, matarte significaría que dejarías de sufrir y yo deseo que sufras. Me arrepiento mucho el no haber tratado mejor a su ex marido. Si me entero de que piensas ni siquiera en contactar con él para lo que sea, desearás morir, te lo juro por la Alhambra.

Él era el ancla, su mar calmado en la tormenta. ¿No sabes de su problema de ira? Tuve que pagar los estudios y un piso a pensión completa a una jovencita que osó poner las manos a Marcos en la universidad cuando aún estaba empezando con él. Cuando me metía con él, solo tenía que mirarme para hacerme saber que me estaba pasando. Fue un error el involucrarte en mi negocio, vi en ti lo que yo era de joven, pero no me equivoqué. Yo no era tan gilipollas. Si te vuelves acercar a mi, mando arrancarte los dientes. Así por lo menos la chupas mejor.

Y dicho esto se marchó, no he vuelto hablar con él.

¿Esa zorra problemas de ira? Problemas al no agacharse en cuanto ve una polla, ese es su único problema. En cuanto salga verá lo que son problemas, ella y el imbécil de Marcos. Averiguaré donde está y pienso emputecer tanto a su mujer, novia, amiga o lo que tenga, que sus cuernos se van a ver desde el espacio. Y a Cris la pienso follar hasta que me aburra la voy a llevar a Marruecos y la voy a cambiar por una cabra.

Las palizas, zancadillas mientras llevaba la bandeja de la comida, que tenía la consecuencia de que ese día no comía y tenía que esperar a la cena, se continuaban día si y día también. El acoso en las duchas lo mismo.

Mi ángel de la guarda llegó en forma de un negro enorme, M'Batu.

Estaba en el patio recuperandome, del último encontronazo, lease zancadilla y pisotones.

  • Tu y yo tenemos mucho en común - me dijo sin preámbulos - yo también tengo zorras. Pero al contrario yo no necesito marcarlas para que sepan que son mías. Un verdadero amo no le hace falta marcar a sus zorras, ellas saben aquien pertenecen.

  • ¿Y tus zorras, te visitan aquí? - Le dije con ritintin.

-Pues claro, y lo hacen con mucho gusto. Pero cambiemos de tema. ¿Te han dado otra vez, verdad? ¿No te gustaría poder estar en el patio sin encontronazos? ¿Poder comer sin interrupciones? ¿Ir a las duchas sin el temor de ser asaltado?

  • ¿Vas a ser mi guardaespaldas? ¿A cambio de qué? ¿Mi postre? ¿Un ingreso en la cuenta del colmado? - inquiri con sorna.

  • ¿Tu postre? ¡¡ HAHAHAH!! - esa risa aún retumba en mis oídos - y no tienes dinero, solo lo justo para pagar a ese abogado. No, es algo mucho más sencillo. Conviértete en mi zorra.

Giré la cabeza tan rápido que el cuello me estuvo doliendo una semana.

-¿Perdón? - Le dije con los ojos abiertos.

  • A mis zorras, nadie las toca a no ser que yo quiera, tienen ciertos privilegios que otros reclusos no tienen. Esta es una única oferta. Se que un "tío duro y macho" como tú necesita tiempo para pensarlo. Tienes una semana. Al cabo de ese tiempo me buscaré a otra zorrita.

Por cierto, por si te ayuda en algo a decidirse seis años son muchos años, sobretodo aquí dentro, sin contar la condena.

Le miré inquisidoramente y antes de que pudiese decir algo continuó.

  • Tu fuera lo controlabas todo, aquí el que lo controla todo soy yo. Fuera solo soy un negro más, un delincuente al que lo mismo le da vender droga que traficar con armas, pero aquí yo soy el rey. No tengo intención de salir y si salgo vuelvo a entrar. Tienes siete días.

¿Que fué lo que me ayudó a decidirme? ¿El empujón que necesitaba? Pues eso un empujón que me hizo rodar escaleras abajo golpeando a un guarda. Estaba jodido, todos los testigos aseguraron que no había sido un accidente que me había tirado a propósito contra él. La poca protección que me brindaba los guardas desaparecería en cuanto saldriera de aislamiento.

  • Acepto - dije resignado.

  • Dilo - sonrió M'Batu. Joder es lo que les decía a ellas antes de marcarlas.

  • Quiero ser tu zorra - fueron las cuatro palabras que más me costó decir en mi vida.

No puedo recordar como fueron las primeras veces, el cerebro tiende a bloquear los recuerdos traumáticos.

Pronto pasé de ser la novedad a cederme, por suerte, no quiere que "zorreemos" mucho, porque según el nos damos de sí y no disfruta.

Lo que es el karma. Gracias a eso puedo tener un teléfono en mi celda, los guardas si no lo ven no hacen nada, tampoco lo buscan.

El tiempo fue pasando, llego el juicio, nos condenaron aúna burrada de años a cada uno. A mi se me juzgo además por proxenetismo y trata de esclavas. ¡Serán putas! Con lo que disfrutaban enseñando el tatuaje y disfrutando de las fiestas y ahora todas dicen que fueron extorsionadas y amenazadas. Otros quince años más a cumplir cuando acabe la primera condena.

Mi mujer intentó por todos los medios que la firmará el divorcio. Lo llevaba claro, esa no se me escapaba, ademas ella tenía a su nombre ciertas cuentas cuyo dinero era mío y si se divorciaba ya no tendría acceso a él. Así que del divorcio nada de nada. Y si se la ocurría follarse a otro, si que me divorciaría y sería ella la que lo perdería todo.

Al poco de dictarse sentencia tuve mi primera visita en casi seis años, sin contar con las de mi abogado. Mi sorpresa fue mayúscula cuando la vi entrar. No me podía sentar dado que momentos antes estaba "pagando" un favor a M'Batu así que estaba apoyado en la pared al lado del cristal.

La visitante Cristina, que quería saber donde estaba su marido, disfruté mucho recordándola que de marido nada, exmarido. La muy guarra aún llevaba el tatuaje. Perfecto. Me la follaría una vez al mes y mientras la cedería a M'Batu a ver si rompiendo la el culo a ella dejaba el mío en paz.

Con mi estatus podría acercarme a Don Rafael sin problemas. El sabría donde estaría el memo ese.

  • No me das miedo payaso. Llama a mi hija, ella lo sabe. Por cierto - me dió un puñetazo en el estomago que hizo que literalmente me cagara encima. - ¿Quien crees que te empujó por las escaleras contra el guarda? Te dije que me las pagarías por lo que hiciste a mi hija.

Tras pasar por la ducha fuí a mi celda y llamé a mi mujer.

  • ¿Diga? - respondió, claro que no conocía el número.

  • Hola amorcito, ¿ya te has olvidado de tu marido?

  • ¿Que quieres? - me dijo con desdén - ¿La ubicación de Marcos? Antes que digas nada mi padre me avisó. Muy bien, te la doy a cambio de que firmes el divorcio. Sin peros, sin preguntar o revatirme en nada. Tu firmas y el abogado mandará la ubicación desde tu móvil y luego eliminará el mensaje. No quiero que sepas donde está.

Una cosita si por un milagro averiguas donde está si ni quiera se te pase por la cabeza hacerle algo. O que te follen en la cárcel será un paseo por la playa en comparación

  • Escúchame, puta de mierda voy a....

  • Vas hacer lo que te he dicho. Y por favor dale recuerdos a M'Batu. - y colgó

¿Que cojones acaba de pasar, desde cuando la pusilánime de mi mujer tenía los arrestos de contestarme? ¿Había mencionado lo de mis... y a M'Batu? ¿Como?

Si al final de todo Ester era una Sánchez. Todo nuestro matrimonio follandome todo lo que se menea, incluso en aquella noche que concebimos a Carlitos, no fui yo sino el ex concejal de urbanismo de ese momento el que preñó a mi mujer. Unas gotas de GHB y la muy zorra se  folló durante toda la noche a Carlos (de ahí el nombre del niño) mientras yo me follaba a su secretaria. En caso de divorcio solo tenía que presentar una prueba de adn y a tomar por culo todo. Yo era el engañado.

Tuve que aceptar, lleve el móvil a la reunión con el abogado. Firmé el divorcio y el abogado mandó la dirección a Cristina para luego borrar todo rastro de dicho mensaje.

Fue entonces cuando dejé pasar un tiempo prudencial y la mandé unos mensajes recordándole nuestro acuerdo, Esther se me había escurrido de mis manos Cristina no. Ella sería mía. Es más, aún lo era dado que todavía llevaba el tatuaje. Las otras habían corrido a quitárselo tras mi detención, pero ella no.

Eso hace casi un mes, y todavía no he obtenido respuesta alguna. El móvil ha sido dado de baja, como esa puta me la haya jugado, me da igual lo que haya dicho Esther. Ese Marcos se enterara de lo que vale un peine. Me pensó follar a esa zorra de Cristina en su puta cara, la pienso dar por el culo hasta dejárselo tan abierto que mirando por el se la vea las encías y pienso obligarle al tonto ese que me limpie la polla a lamentones.

Un nuevo ataque de tos me obliga a dejar de pensar en mi venganza. Joder no se me pasa, llevo casi con esta tos dos meses y no hay nada que me la quite y el cansancio que tengo tampoco es normal. Luego están estas manchas oscuras y duras que me están saliedo por el cuerpo*. Al final tendré que ir al medico. Bueno, voy a descansar que luego tengo faena.

Miré como el cuerpo metido en la bolsa negra desaparecía por una puerta mientras que un preso, encargado por el alcaide, precintaba y tomaba fotos bajo supervision de los guardas de la que había sido su celda hasta hace poco.

Preparándome para los latigazos que iba a ocasionar el dar los primeros pasos comencé a caminar a mi celda en donde sentado en el retrete me daría un agua en mi dolorido recto.

  • Vaya - pensé - cada vez duele menos.

No se si alegrarme o preocuparme.

*Sarcoma de Kaposi.

Cathy

Abro los ojos y me veo a mi misma reflejada en ese espejo que hace de puerta en el armario.

Veo mis pechos hinchados, y donde antes estaba mi vientre plano, ahora está una "barriguita" de donde a Arturo solo le faltan dos meses para salir.

Me incorporo con cuidado, no quiero despertarle. Entre mi embarazo y lo que lleva encima no ha descansado nada. Mañana es un día duro. Y pasado nos volvemos a Barcelona.

Mientras me siento en el retrete intentando orinar, viendo que va para largo, mi mente viaja cuatro años atrás. Tras recibir esa llamada.

  • No te vas a creer lo que me acaba de ocurrir.

  • ¿Pero pasa algo? - pregunte nerviosa pensando que esa sorpresa que me tenía preparada se iba al traste.

Llevaba cinco años y pico marcando territorio, poco a poco al principio y más acentuado al final y los últimos meses dejándole señales que serán claramente inequívocas. Que si me quedo a dormir con la excusa de que la peli ha terminado tarde y dejo un pijama y un cepillo de dientes, si que me mancho y me ducho y le pido una camiseta para seguir la velada, eso si sin ponerme ropa interior, pedirle que me acompañe a una exposición en Valencia para la cual me han regalado unas entradas en un concurso de radio para mí y para mi pareja, por lo que tendríamos que compartir habitación y cama, todo mentira, pillé una oferta por Internet. Me encantó verle viéndome como una quinceañera haciendo el tonto (aun lo hago pero ahora en su compañía) y explicándole cada uno de los orígenes de los superheroes que allí había, en fin cosas así. Tampoco quería atosigarle debido a lo que había sufrido, he de confesar que cuando me contó todo lloré y poco a poco le fuí animando; en cuanto estuviera listo ahí iba a estar yo. Hoy era el día, si o si, en el que le iba a dejar claro lo que quería de él. Aunque me tendría que poner desnuda, atarle a la cama y violarle.

Le veía alterado así que le dije que me esperara y salí zumbando para allí.

Ni me planteé en cambiarme, me puse unas playeras cogí las llaves y salí corriendo en dirección a su casa. ¿Y porqué no cogí un taxi o el bus? Sencillo, con las prisas salí dejándome la cartera en casa, así que me tocó correr. En cuanto llegué al portal toqué el telefonillo y al instante se abrió la puerta. Me metí en el ascensor me miré al espejo y descubrí las pintas que llevaba. Una camiseta de propaganda de Colacao de los Simpson la cual me quedaba pequeña (y estaba algo descosida) y hacía resaltar mis pezones ya que estaba empapada en sudor. Mi pelo parecía que no lo había tocado un peine en la vida, todo revuelto con los mechones empapados en sudor pegados a mi cara, mi pantalón de chándal que había visto épocas mejores con lamparones. Y así me iba a presentar ante el amor de mi vida.

  • ¿Pero que...? - atinó a decir al abrir la puerta y verme de esa guisa.

-¿Estas bien? - le interrumpí entrando en casa.

-Si, si estoy bien. ¿Pero así vas por la calle? - dijo con una sonrisa de asombro.

A ver, en casa me gusta ir cómoda pero por la calle voy hecha un pincel. Y él al verme así...

-Menos coñas que vengo muerta ¿que ha pasado?.

-Mira cielo - me lo suele decir mucho antes y ahora - en primer lugar, no puedes ir así por la calle. Así que vamos para tu casa, te cambias y yo te cuento todo. ¿Vale?

Durante el camino me fue contando todo, eso sí, con su ventanilla del coche bajada, porque olía a choto que no veas, como su ex había aparecido de repente pidiéndole la oportunidad de darle una explicación y la oportunidad de volver a intentarlo (vale eso último es cosa mía, pero nadie se hace esa burrada de kilómetros, para hablar) lo de los mensajes (menuda zorra) y como la puso de patitas en la calle.

También me explicó que no le dió tiempo a decir nada y pasó del asombro al odio en segundos.

  • ¿Y si vuelve? - pregunte yo asustada.

  • Lo dudo, pero si se pone en contacto conmigo la escucharé pero la diré que he conocido a una locuela que me ha llevado al lado tenebroso de la fuerza - y el muy capullo me hace el saludo vulcano mientras se descojonaba.

En ese momento casi me lanzó a por él. Y casi sufrimos un accidente por que al oír eso se me encendieron las largas, cosa que hizo que se saltara un stop al verlas y que casi nos llevara por delante un camión de reparto, yo me veía muerta entre litros de refresco de cola.

Ya en mi casa, y sin reparar en él, me fui desnudando dejando mi ropa por el pasillo de camino al baño. En la puerta me quité las bragas me di la vuelta mostrandole mi cuerpo desnudo, brillante por el sudor, y le dije coquetamente :

  • Que no te pille mirándome mientras me ducho.

Como respuesta cogió mi camiseta sudada y me la tiro a la cara mientras se reía.

No era la primera vez que me duchaba estando él en mi casa o yo en la suya, pero si la primera que me veía desnuda, así que envuelta en una toalla pasé por delante suyo con la excusa de recoger algo del tendedero y me fui a vestir. Señal enviada y espero que recibida.

Todavía recuerdo ese día como fuera ayer. Una visita al Acuarium inolvidable, fuimos al estreno de AntMan y después tras una cena estupenda me llevó a su casa donde, para dejarmelo claro, puso mi pijama y el suyo en la lavadora. Que bobo.

Ver ese cuerpo desnudo debajo de mi, abrazandome, sucionandome los pezones, bombeando en mi interior... para mí fue el culmen del placer. Mientras notaba las consecuencias de su orgasmo, es decir los trayazos de su semen en mi interior, recordé como le quite el presevativo de las manos y lo tire a un rincón del cuarto, no se muy bien donde.

  • Escúchame bien - le dije mientras frotaba mi sexo contra el suyo - ¿te piensas que tras todo este tiempo en donde solo mis dedos han entrado y el Satisfayer se ha acercado voy a dejar que una barrera de látex nos separe?

Tu tranqui que tengo el DIU y tomo la píldora y estoy sana y sé que tu también lo estás.

Y sin decir nada me empalé.

No sólo fué una noche, sexualmente hablando, genial. Sinola sensación de dormir abrazada a alguien, despertarme con un desayuno en la cama y no salir del cuarto hasta bien entrada la tarde del Domingo donde muy a mi pesar tuve que ir a casa a para poder ir al trabajo arreglada.

La cara, el lunes, del resto de nuestros compañeros de trabajo era normal. De hecho daban por hecho de que ya estábamos saliendo juntos. Que vergüenza Dios mío. Así que se sorprendieron cuando Marcos les contó que habíamos empezado a salir.

Durante los dos años siguientes fué la cosa bastante bien. Lo nuestro crecía a pasos agigantados. Pero como se suele decir la felicidad es efímera. A mi suegra, desde que me conoció me consideraba su nuera, la diagnosticaron leucemia; fue un palo muy duro. Nosotros en Barcelona y ellos campeando el temporal solos en Granada. Siempre que podíamos bajábamos a verles. Lo que menos sospechábamos es que un ángel guardián velaba por esa amable señora. Decidimos bajar a Granada para estar durante las primeras sesiones de quimio. Quedamos sorprendidos el que fuera a un hospital privado, el porqué nos quedó claro cuando vimos en sala de espera a su ex suegra y a su ex cuñada.

La explicación fue clara, el dinero que sus respectivos maridos pusieron a su nombre para escamotear a Hacienda decidieron usarlo para ayudar a esa mujer. Creo que por compensar lo que Cristina, Roberto y Rafael hicieron, cada uno a su manera, a Marcos.

También nos enteramos de que era Esther la que les estuvo llevando en coche al hospital al oncologo y no les dejó ni a sol ni a sombra.

También fue inevitable el que el nombre de su ex saldriera.

  • ¿Como está Cristina? - dijo Marcos.

Las miradas de incertidumbre entre madre e hija fueron interrumpidas por el padre.

  • Creo que es hora de que lo sepa.

Con un gesto de asientimiento Esther nos condujo hasta una habitación en ese mismo hospital. Nos abrió la puerta y nos invitó a pasar.

  • Creemos saber lo que pudo ocurrir. Su mente no lo soportó. La encontraron así al llegar a Granada. No hay cambios.

Dicho esto salió del cuarto dejándonos solos.

Marcos se sentó en la silla y la cogió de la mano y puedo jurar que el rostro de ella brillaba. Con lágrimas en los ojos Marcos le narraba todo lo que había sentido y vivido desde que llegó a Barcelona. Hasta llegar al día de hoy.

Durante cerca de una hora fue despidiéndose de ella. Creo que lo necesitaba, lo necesitaban ambos.

Cuando se despidió con un piquito en los labios, pude ver como una pequeña lágrima caía por el rostro de ella.

Cuando la agarré la mano para despedirme de ella no atisbé gesto alguno, parecía que estaba de acuerdo.

Fue la última vez que la vimos, pero nos mantienen al día con su no evolución.

Durante el tiempo que duró el tratamiento los viajes a Granada fueron constantes. A veces sin avisar. Sabíamos que el trance no lo pasaban solos dado que Esther y su madre no les dejaban a sol y a sombra.

Fue en uno de ellos que al llegar a casa de mis suegros, al abrir la puerta el padre de Marcos, nos miró serio.

Dentro de la casa se oía a mi madre reír, cosa que desde que le dieron la noticia no lo hacía, sonreía pero poco más. Con cara circunstancia le acompañamos al patio en donde ella reía mientras veía como un niño de unos cuatro cinco años hacía caras divertidas. A su lado Paco, nunca le había visto en persona solo en alguna foto que Marcos guardaba en su móvil. Y al lado de este, una rubia guapísima reía hasta saltarse las lágrimas.

  • Abu mira esta "Magcos". - dijo el niño  señalandonos.

Automáticamente Paco se puso en pie, con miedo en sus ojos.

  • Hola Marcos, ya se que no quieres verme pero...

  • Paco y su mujer Clarissa se enteraron hace algún tiempo de lo mío y no han dudado en venir desde Francia a verme cada cierto tiempo, y este hombrecito es Marquitos - replicó mi suegra. - Ya ha llovido desde ese día y el agua lo borra todo. Tu has perdonado a Cristina, la pobrecita. ¿No es hora de hacer lo mismo con tu "hermano"?

  • Hola, yo soy Clarissa - dijo la rubia con un acentuado acento francés dándome tres besos. - dejemos a los "hegmanos" hablar de lo suyo y te ayudo a deshacer las maletas.

No sé de lo que hablaron, pero al volver al patio Marquitos estaba en las rodillas de Marcos, contando como son las playas de Biarritz, lo difícil que es el cole y lo mucho que le gusta ver a los abuelos españoles, porque según el, aquí hace calor siempre.

Dejando al "sobrino" con los "abuelos" Clarissa tomó la decisión de salir a celebrar el encuentro cenando por ahí.

Fue un momento tenso lo de la cena. Ellos no sabían como comenzar la conversación. Ha sido muchos años.

  • Bueno, os contaré como nos conocimos Paco y yo... - empezó a decir Clarissa.

  • Deja amor deja - interrumpió Paco muy nervioso.

  • Él es familia, si sus padres lo saben el también.

Ahí nos enteramos de como se conocieron, como se enamoraron, como ella abandonó el piso, donde también trabajaba Gema, y se puso a limpiar las escaleras del bloque donde Paco curraba de conserje. Como se quedó embarazada y antes de que a sus padres les diera un mal se casaron.

De luna de miel vinieron a Granada. Ella quería conocer el lugar de nacimiento de su marido. No hace mucho se enteraron por "El Palillo", el dueño de la tasca donde solía tomarse algo, de la enfermedad de la madre de Marcos y no se lo pensó dos veces en acudir por si necesitaban ayuda económica. Allí se encontró de nuevo las puertas abiertas de aquella casa.

A la siguiente vez que volvieron trajeron a Marquitos.

  • Tu madre te lo ocultó porque bastantes problemas tenías encima con el trabajo y lo suyo como para preocuparte por mi. - dijo Paco

  • Mi madre tiene razón, si pude perdonar a Cristina, a ti también. - dijo un sentido Marcos.

Y hasta altas horas de la madrugada se fueron poniendo al día los dos "hermanos" mientras Clarissa y yo no íbamos conociendo más.

Pero hay cosas que ni siquiera los mejores cuidados pueden lograr y al final tras un largo tempo de lucha. Mi suegra acabó perdiendo. Si he puesto suegra sin entrecomillar, por que al quedarme embarazada, no buscado pero deseado, Marcos tardo menos es nada en hincar la rodilla y pedirme matrimonio. En la boda, que fue como no en Granada. A Esther y su madre las pusimos con mis suegros y mis padres, Paco y Clarissa con el resto de la familia y amigos. El vestido me quedaba de fábula, por suerte aún no se me notaba la tripita.

Ahí fue cuando nos entramos del fallecimiento de Rafael. Y de la enfermedad que le estaba devorando poco a poco a Roberto.

Como iba diciendo, la triste noticia de su partida nos llegó casi de repente, estábamos casi hechos a la idea pero fue tan rápido...

Ayer todos aquellos que nos daban la enhorabuena en ese combite nos dieron el pésame. Y hoy tocaba meter en el nicho familiar las cenizas de tan noble y buena mujer. Esther y su madre ya hacían planes para llevarse a mi suegro a su casa para que no estuviese solo.

Y los tres prometieron ir a vernos cuando naciera el peque, al igual que Clarissa y Paco y por supuesto Marquitos que ya está deseando que Arturo esté entre nosotros para jugar con él.

  • Cielo, ¿Estas bien? - dice un somnoliento Marcos asomándose por la puerta - llevas una eternidad en la taza.

  • Cari - respondo con sorna - cuando tengas que mear por dos me dices. Y ahora ya que estás aquí ayudame a levantarme y volver a la cama.

Nos acostamos y noto como me abraza y se pega a mi cuerpo por detrás notando su erección.

  • ¿En serio? - digo mirándole. - ¿No estabas dormido?

  • Sabes que este va a su bola, no le hagas caso. Descansa.

  • Ya verás tu cuando lleguemos a casa, el que no va a descansar va a ser tu.

  • Lo que tu digas, cielo.

Y eso es lo último que oí antes de oírle resoplar durmiendose.

En unas horas el último mal trago y pasado mañana vuelta a Barcelona en donde retomaremos nuestra vida cotidiana. Los que antes fueron amigos y luego se distanciaron ahora vuelven a serlo. Aquellos que le hicieron sufrir pagaron. Y aquella que fue víctima también pagó. Es ley de vida todo lo que lanzas vuelve y si no al tiempo.

* He publicado este relato, si alguno de los autores no no les parece bien, que me lo hagan saber y lo borraré. f