Cristina

Coincidir con una vieja amiga me reporto una nueva experiencia y conocer un sitio nuevo.

Cristina.

Siempre me pasa lo mismo, digo que bajo a tomar un café y al final me lío hasta las tantas, la pobre de mi mujer ya está acostumbrada y claro ya le da la risa cada vez que le digo que bajo un ratito.

El caso es que esa noche me encontraba bastante eufórico necesitaba salir a tomar unas copas, fumar unos porros y vacilar con alguna que otra chica.

La noche ya empezó fuerte, generalmente tomamos algún que otro carajillo tranquilos y a eso de la una nos tomamos la primera copa ,pero esta noche no fue así, fuimos al bareto de siempre y empezamos a tomar unas piscinas de cervezas junto a chupitos de agua ardiente por lo que cuando nos dimos cuenta ya estábamos vociferando y cantando.

Me había levantado para pedir otra ronda, y debido al balanceo que llevaba tropecé con una chica menuda de pelo rizado, al pedirle disculpas ella se dio la vuelta y sorpresa, era Cristina, fue una ex novia que tuve en la universidad que por diversos motivos la relación no cuajó. Estaba más delgada de lo normal, pero conservaba los rasgos orientales que siempre me atrajeron de ella y sobre todo la mirada que tenia con esos ojos verdes que parecía que te la quería chupar allí mismo, nunca tuvo muchas tetas pero si un buen culo y la muy cabrona besaba que tenias la sensación que te estaba devorando. Todo esto estaba pasando por mi cabeza, mientras la saludaba y le decía lo mucho que hacia que no nos veíamos, hacia mas de tres años y eso que la ciudad donde vivo es bastante pequeña, y claro entre el estado que me encontraba, bastante animado y viéndola a ella el calentón era bastante notorio, por lo que ella se percató y acercando sus labios a mi oreja y pegando todo su cuerpo contra el mío de forma que mi polla se apoyaba en su ombligo, me cito para dentro de una hora en otro sitio, con el fin de ser discretos. Ya que sabía que me había casado hace poco. Pedí otro ronda y al sentarme de nuevo no hacia mas que pensar en el momento que la tuviera entre mis brazos.

Diciendo a los amigos que me tenia que ir que le habia dicho a mi mujer que sólo había bajado un ratito, me dirigí hacia el sitio concertado. Yo no conocia el sitio, pero si la zona donde me había dicho, al entrar comprobé que se trataba de un pub-café bastante oscuro lleno de mesas y donde ponia música de los 70.Pensé que había llegado demasiado pronto así que me dirigí a la barra y me pedí como siempre mi Dyc con Cola, al hacer el amago de ir apagarlo la camarera que por cierto estaba cachondísima y solo bestía una minifalda a rallas que dejaba entrever sus nalgas y un sujetador negro que le levantaba las tetas hacia arriba, se acerco agachándose poniéndome casi las tetas en la cara y sonriéndome me dijo que ya la había pagado aquella chica del fondo.

Se trataba de Cristina, que se encontraba en una mesa en la esquina del local bastante escondida. Me acerque hasta la mesa y al llegar me dirigí directamente a darle un muerdo, ella me correspondio sacando su lengua y entrelazándola con la mia, al acabar me pidio que me sentase y sacando un porro del bolso me dijo " porque no te lo fumas y te relajas un poco", que más podía pedir, pues eso es lo que yo aún no sabía.

Me encontraba sentado con la cabeza hacia arriba y fumándome el porro, sabía que Cris me estaba diciendo algo al oído pero sinceramente no me estaba enterando de nada solo sentía que me encontraba cojonudo en ese sitio oscuro y con la música a todo volumen, fue la camarera la que hizo que despertara de mi atontamiento cuando al acercarse le guiño el ojo a Cris, fue entonces cuando me dí cuenta que me había sacado la polla del pantalón y me la estaba pajeando, sabía que no la podían ver porque estaba muy oscuro, de inmediato se metió un hielo pequeño en la boca se agacho y empezó a hacerme una mamada jugando en su boca con su hielo y mi capullo, notaba como poco a poco se iba derritiendo el hielo y como mi polla se iba hinchando cada vez mas hasta el punto de reventar pero antes de que me corriese sacó su boca y me besó entregándome el trozo de hielo que quedaba y así permanecimos hasta que el hielo se derritió completamente. Se volvió a agachar y con su lengua fría me lamío los huevos para seguir hasta mi capullo y volver a chuparmela a un ritmo desenfrenado la excitación estaba llegando al máximo eche mi cabeza hacia atrás y deje que mi leche se descargara en toda su boca, primero un chorro y luego otro, ella seguía no quería desperdiciar nada ni que me cayese nada al pantalón.

Cuando ya estaba otra vez volviendo en mi, siento un beso en mis labios al que correspondo y que luego me dice " espero que te haya gustado el ambiente del pub".

Abro los ojos y veo el culo de la camarera bamboneandose y guiñándome un ojo.

Saludos cordiales, comentarios al correo.