Cris, mi joven vecinita.
Tras un año fuera, regreso a mi pueblo y conozco a la novia de mi joven vecino
Cris.
Bueno, comenzaré este relato presentandome. Me llamo Ramon, tengo 42 años, y tras una separación, decidí aceptar una oferta de mi jefe para irme a trabajar fuera de España. No tengo hijos, mi ex se había quedado con mi piso en Oviedo, así que acepté sin pensarmelo, ya que nada me retenía aquí, la compensación económica era muy buena, y me apetecía embarcarme en una nueva aventura.
Tras un año trabajando en Londrés, llegaba el turno de mis vacaciones, y decidí pasarlas en el pequeño pueblo asturiano donde me había criado, ya que aún conservo la casa que había sido de mis abuelos maternos. Llegue a primera hora al aeropuerto de Asturias, tomé un autobus, y en poco más de media hora estaba en mi querida aldea asturiana.
Una vez en mi casa, bajé rápidamente al bajo a dedicarme a mi hobby, abandonado hacía un año, las motos. Allí me esperaban mis dos niñas, una Ducati de carretera, y una Suzuki de motocross, con la que había competido años atras. Me agradó verlas en perfecto estado, impolutas, y debidamente engrasadas. Le había dejado una copia de las llaves a Suso, el hijo de mis vecinos para que las usase cuando quisiera, con la condición de que las mantuviese como yo lo solía hacer.
Me puse mi ropa y las protecciones de motocross, pillé el casco y me subí a mi flamante Suzuki, que arrancó a la primera y salí a dar una vuelta por los montes cercanos. Tras una pequeña ruta por los alrededores, regresé a casa, lavé la moto, y me dispuse a darme una ducha en un pequeño cuarto de baño que tenía en el bajo.
La falta de costumbre, y el barro acumulado en los montes asturianos, debido a una primavera muy lluviosa, hizo que llegase a casa realmente cansado.
Tras una larga ducha, estaba secandome, sin darme cuenta que había dejado la puerta del lavabo abierta, cuando, de repente, senti una voz que decía:
-"Ya te vale exhibicionista, que esto no es Londres, aquí por mucho menos de esto las ancianas llaman a la guardía civil, y duermes en el cuartelillo"
Alce la cabeza y vi en el medio de mi garage a Suso, el hijo de mis vecinos de veinte años recién cumplidos,al que toda la vida había tratado como un hermano pequeño, metiéndole la aficción por las motos en la cabeza, enseñándole a pilotar tanto en carretera como por el monte. Pero no venía solo, le acompañaba una chica joven, morena, realmente guapa, delgadita, pero con unas formas realmente espectaculares.
Rápidamente cerré la puerta del baño y le dije:
-"Ya sabes que siempre me ha gustado darles de que hablar a las cotillas del pueblo, jajaja"
Rápidamente me puse el albornoz, y unas chanclas y salí al garage.
Allí me encontré a Suso, y a la chica que lo acompañaba vestidos con mono de cuero él, y ella con un pantalón de moto una chupa de cuero negra.
Le dí un abrazo a Suso y le dije:
-"Me alegro de verte enano, veo que vienes a profanar mi moto de carretera, jajajaa. No te preocupes, ya sabes que puedes hacerlo cuando quieras, me ha impresionado ver lo limpias y engrasaditas que las tenías"
A lo que Suso respondió:
"Jajaja, no te preocupes, ahora solo te gorroneo la moto de monte, me he comprado una vieja Kawa 600 de carretera, venía a ver si aún te quedan fuerzas para salir a dar una vuelta con nosotros".
-"Bueno, me parece bién pero antes ¿no crees que deberías presentarme a tu amiga?"
-"Mejor me presento yo, soy Cris, la novia de Suso, y tu debes ser el famoso Ramón, del que mi novio no deja de contarme cosas".
-"No te creas todo lo malo que dicen de mi, jajjaja".
Nos dimos dos besos. Al acercarme a ella, pude intuir, que bajo la ropa de motera, la novia de mi vecino poseia un cuerpo espectacular, propio de una chavalilla de veinte años, con unas formas realmente espectaculares.
- "En un minuto estoy listo pareja"
Subí a casa, saqué del armario mi mono de cuero, el casco, los guantes y las botas y baje rápidamente al garage. Suso y Cris me esperaban ya subidos en su moto, una vieja Kawa, con pinta de haber vivido ya sus mejores años, pero enfín, mi primera moto había sido bastante peor.
Con un gesto Suso me indico que fuese delante, marcando el camino y el ritmo. Cerré la visera de mi casco y comence una ruta por las típicas carreterillas serpenteantes de la costa asturiana. No quería ir demasiado rápido, aunque Suso era, a pesar de su edad, un buen piloto, no ser yo el responsable de que tuviesen un accidente. Cuando llevabamos unos 50 kilometros, en una curva con frenada pronunciada, vi como mi joven vecino, me adelantaba, y repentinamente aumentaba el ritmo.
Inmediatamente pensé que quería hacerse notar delante del pibón de su novia, así que decidí jugar un poco. A la salida de la curva, aprovechando la mayor potencia de mi moto, volví a adelantarle, y así unas cuantas veces, hasta que me di cuenta del increible culito de Cris. Los que hayan subido alguna vez en moto, sabrán que pocas cosas realzan más un buen culo, que un pantalón de cuero, y una moto deportiva.
Decidí continuar detrás, recreandome en las excitantes formas de mi "vecina" hasta llegar a Lastres, un pequeño pueblo marinero de la costa verde.
Nos detuvimos delante de una sidrería, y mientras me quitaba el casco, vi venir a Suso, sonriente diciéndome:
-"Parece que el tiempo británico te ha oxidado,creí que me darías mas guerra".
Encendí un cigarrillo, y riéndome le respondí:
-"Llevo un año sin montar en mi moto, te saco veinte años, y además no podía dejar mal a mi enano preferido delante de su novia, jajaja. Anda, vamos a tomar unas sidras"
Nos sentamos en una de las mesas de la terraza, aprovechando el sol del mediodía. Estuve a punto de quedarme sin respiración, cuando Cris, decidió quitarse la chupa de cuero, y descubrir una camiseta blanca superceñida, que dejaba poco a la imaginación. Sus pechos eran increibles, no excesivamente grandes, pero denotaban la dureza propia de sus veinte años. Su melena negra como el carbón, unos ojos verdes, y unos carnosos labios, la convertían en una diosa.
Tras una buena paella de marisco, y una agradable sobremesa, donde charlamos durante un par de horas, me enteré que llevaban saliendo seis meses, que Cris estudiaba Filología Inglesa, y que planeaban un viaje a Londres. Inmediatamente les ofrecí mi casa, a lo que Suso dijo.
-"Con eso contabamos, que la economía no esta para excesos, así que esperabamos que el hotel y el guia nos saliese gratis"
-"Vaya morro que tienes Suso", dijo Cris.
-"Le gorroneas las motos, y ahora te metes en su casa por la cara"
"No te preocupes Cris, llevo toda la vida atendiendo sus caprichitos, jaajajaja"
Nos dispusimos a regresar a casa, y, en ese momento, la vieja tartana de mi vecino se negó a arrancar. Tras media hora de intentos y empujones valdíos decidimos que Suso se quedase esperando a la grúa, y Cris regresase conmigo, ya que tenía que acercarse a la facultad antes de las nueve de la noche.
Durante el trayecto de vuelta, decidí ir a un ritmo más vivo que en el viaje de ida. Cris pegaba su cuerpo al mio como una lapa, pero en ningun momento me hizo ninguna seña para que fuese más despacio.
Al llegar a casa me dijo:
"Ahora veo que Suso no había exagerado al hablarme de tu forma de pilotar. !Que subidón de adrenalina!, !Esto ha sido mejor que un polvo!."
Mientras me quitaba el casco, entre carcajadas, le dije:
"Que triste es mi vida, las mujeres siempre me dicen que si follase la mitad de bien que piloto, sería la ostia, jajajajaj"
A lo que Cris, sin cortarse un pelo, me dijo:
"Ya veremos, ya veremos, por lo que he visto antes, no vas mal armado, ni mucho menos"
Y dándome un piquito, se subió en su coche, se fue.
Guarde mi moto en el garage, y acto seguido me tumbe en mi cama, y me hice una de las mejores pajas de mi vida a la salud de mi joven vecinita....
Continuara.