Cris, mi joven vecinita 5

En la playa me encuentro una vieja amiga

Tras el ardiente encuentro con Cris en los retretes, caminé un rato sin rumbo por la playa, mientras, mentalmente ideaba la forma de llevar a cabo mi maquiavelico plan. Paseaba absorto en mis pensamientos cuando, recibí un golpe en la espalda. Me giré y combrobé que había sido un balonazo, al ver a un niño de unos siete u ocho años corriendo hacia mi. Tras el, una mujer de unos cuarenta y cinco años gritaba:

-"Sergio, te he dicho mil veces que no juegues al fútbol entre la gente!". Disculpa, es un demonio"

-"No te preocupes, no ha sido nada", respondí.

Era una mujer no muy alta, de ojos azules, cabello castaño, con mechas rubias,y unas rotundas formas. Tenía unos pechos considerables, una 100, como mínimo, que el minúsculo bikini que llevaba sufría para poder contener, quizás le sobraba algún kilillo, pero, he de reconocer que era una mujer con un morbo increíble. Lo que hoy en día se suele llamar una MILF.

Ella, se me quedó mirando fijamente, y me dijo:

"¿No me conoces?"

Me quede mirándola una rato de arriba a abajo, y le dije:

"Perdona, debes disculparme, soy un puto desastre para las caras, pero creo que me confundes con alguien, me parece rarísimo que me olvidase del nombre de una chica tan guapa como tu".

-"jajajaja, veo que no has cambiado Mon, sigues sabiendo como adular a las chicas, Soy Montse, la vecina de tu ex-mujer, perdimos el contacto hace años, cuando os fuisteis a vivir a Oviedo"

"Ostia!, perdona otra vez, pero te repito que soy un tipo muy despistado, además, hacía mucho tiempo que no nos veíamos, yo creo, que desde que nació el "futbolero", jajaja".

Nos dimos un par de besos, y le dije.

He venido con Suso, mi vecino y su novia, pero no quiero ser una carga para ellos, si quieres, te invito a tomar algo y nos ponemos al día. ¿No ha venido tu marido?.

Ella me miró, y con gesto triste, me comentó que ella también se había separado recientemente.

-"Entonces no tienes disculpa para no acompañarme".

Mon, no me apetece ir al bar, hay demasiada gente conocida, y no me apetece ser la comidilla de los vecinos, sabes como son los pueblos pequeños. A mi me da igual, pero mis padres son mayores y no tengo ganas de que se disgusten. No llevan nada bien lo de mi separación. Mejor, te acompaño un rato en tu paseo.

Caminamos durante un rato hasta llegar a la esquina menos concurrida de la playa, allí nos sentamos y estuvimos un buen rato charlando, contándonos lo que había sido de nuestras vidas en estos años. Mientras ella me contaba que había descubierto que su marido la engañaba con una compañera de trabajo más joven, y que se habían separado de no muy buenas maneras hacía tres meses,que seguía trabajando en el Corte Inglés en Avilés..

Yo me deleitaba observando aquella mujer de formas voluptuosas, aquellos pechos, que invitaban a perderse un buen rato entre ellos...

Montse creía que mi separación también había sido por terceras personas.

"No Montse, al menos por mi parte, no hubo otra persona, y creo que por parte de Inés, tampoco. Simplemente, se nos acabo el feeling, y antes de llegar a una situación insostenible decidimos ir cada uno por su lado. Ella se quedó con el piso de Oviedo y con el coche, me dio mi parte, y yo llevo un año trabajando fuera. Tuve la suerte de que mi empresa me ofreció irme a Londres y no me lo pensé, necesitaba un cambio".

"Osea, que estás de vacaciones,¿vienes para mucho tiempo?".

Llegué hace un par de días, y, en un principio me quedaré un mes, aunque, a lo mejor me pierdo unos días sin rumbo con mi moto.

"He de volver con el niño, me ha gustado mucho volver a verte, a ver si coincidimos otro día"

A mi también me ha encantado volver a verte Montse, si te apetece tomar algo un día de estos, dame un toque, sigo teniendo el mismo número de móvil.

Me dio dos besos, y comenzó a alejarse cuando le dije:

"Me estoy haciendo mayor Montse, hace unos años ni de coña se me hubiese olvidado el nombre de un bellezón como tú".

Ella se dio la vuelta y riendo me dijo:

  • "hay cosas que, como tu, no cambian con los años"

Yo le respondí.

"Y otras, que como tú Montse, mejoran..."

Nos vemos, respondió.

Volví al sitio donde teniamos las toallas, y allí me encontré a mis vecinitos tumbados al sol. Suso estaba sentado tomando una cerveza, y Cris, a su lado parecía dormida.

"Anda tomate una birrita abuelete, que, por lo que he podido ver, has tardado poco en pillar cacho. Un día en Asturias, y ya te veo paseando una mujer, ¿no sabía que te gustaban las mamás, jajajaa".

Estaba claro que Suso me había visto pasear con Montse.

"Esto es muy pequeño, y se conoce casi todo el mundo Suso, si te digo la verdad, no sabía quién era hasta que ella me lo dijo"

Entre carcajadas, Suso me dijo:

"Anda que no apuntas mal. Mira que le ha sentado bien a Montse separarse del gilipollas de su marido. Teniendo esa hembra en casa, le pillaron con una chica de prácticas de su oficina"

Al oír esto, Cris se desperezó, y dijo:

"Ehhh, par de salidorros, que estoy aquí!!!"

Riéndome, la miré fijamente, y le dije.

"Cris, tienes que entender, que a los hombres, sobre todo algunos, no podemos dejar de fijarnos en determinado tipo de mujeres, digamos, con formas"

Ella no quería dar su brazo a torcer:

"Está claro, veis un par de tetas grandes y os volvéis locos".

"No es eso Cris, no son las tetas, que, es cierto, las tiene grandes. Es otro tipo de mujer. Indudablemente, las chicas jóvenes y guapas como tu llaman la atención, pero, las mujeres un poco más maduras tienen otro encanto, y eso es indiscutible. Quizás sea que, para un abuelete como yo, las de veinte son demasiado para mi resistencia, jajaja. Ya no tengo el cuerpo para tanta máquina, jaajjaaa".

"¿Que dices?, si aquí, tu vecinito babea cada vez que la ve en el pueblo".

Suso se acercó a ella, le dio un beso en la mejilla, y le dijo:

"tranquila fierecilla, que yo tengo mucha mujer para mí, además, con los años, pillarás unos kilillos, y te pondrás jamona como ella, entonces, seré aún más feliz"

Cris se levantó como un resorte, le miro con ojos rabiosos, y le dijo:

"GILIPOLLAS"

Y se alejo caminando.

Suso y yo nos quedamos sentados en las toallas. Enendí un cigarrillo, y le dije:

"Vamos a ver animal. Nunca, pero nunca, le pongas a tu chica comparaciones entre ella y otra mujer. Además, sí es una chica de carácter, como Cris, mucho menos. Tengo claro que esta noche no mojas el churro, viendo como ha salido disparada, lo tienes negro. Así que te veo cascándotela toda la noche con la imagen de las tetas de Montse"

"Buff, no te creas Mon, las tetas de Montse han sido mi inspiración toda mi adolescencia, pero, ahora, no me hacen falta. No veas como está Cris. Si normalmente es "activa" en el tema sexual, hoy está desatada. Antes, sin comerlo ni beberlo, me ha llevado a la furgo y, de rodillas entre dos coches me ha hecho la mejor mamada de mi vida. Después me quede aquí dormido y ella ha venido, se ha sentado sobre mi sobre mi espalda, y ha comenzado a rozarse el coñito sobre mi.

Estaba empapada, pidiendo guerra como una loca, No se que le pasa, pero estoy encantado. Nada más llegar a casa, le voy a dar lo suyo"

"¿Estas seguro Suso?, te digo yo que no mojas. La has cagado, y me parece que te toca el sexo solitario, jajjajaja"

"Ya veremos, ¿a que vuelve pronto?"

Era una gran oportunidad para mí. Tenía a Suso donde quería, y no podía dejar pasar la oportunidad. Me levanté y fui a buscar a Cris.

La encontré sentada al borde del agua, puse mis manos sobre sus hombros diciéndole:

"Vamos a ver Cris, no me montes estos numeritos de niña celosa, no me gustan, tu no eres nadie para opinar. Tengo claro, que voy a follarte, también intentaré tirarme a Montse, y, si las cosas salen bien, le comerás el coño mientras te rompo el culito. ¿Está claro?. Por otro lado, tenemos a Suso más caliente que el palo de un churrero. Así que tendrás que portarte como una auténtica calientapollas con él. Pero no quiero que le dejes correrse. Calientalo todo lo que quieras, pero torturalo. Tienes la excusa perfecta para hacerlo, sigue haciéndote la ofendida con lo de Montse, échale en cara el numerito de los celos."

Y llevando mis manos a sus pechitos, y apretándolos con fuerza le dije:

¿Has comprendido?

Ella, me miró fijamente y bajando la mirada contestó:

Perfectamente Mon.