Cris, mi joven vecinita 4

Continúo maquinando mi plan para hacer de Suso un cornudito feliz...

Aunque mi polla solamente pensaba en buscar cualquier tonta excusa para llevarme a Cris entre las rocas, y pegarme el polvo del siglo, mi cerebro me aconsejaba cautela.

Suso era como un hermano pequeño par mí, y no quería que una chica, por mucho que me pusiese cachondo, rompiese la buena relación que habíamos tenido toda la vida.

Tenía que encontrar la fórmula para meter a Suso en nuestro excitante juego, y, estaba claro, que Cris era la llave, pero debía hacerse de una manera muy sutil, sin que Suso sospechase quién era el que movía los hilos de este guiñol. Así que,en lugar donde ellos estaban tumbados, me dirigí al bar de la playa, pedí una cerveza, encendí un cigarro, y me senté a maquinar la forma de que Suso me pidiese a gritos que me follase a Cris.

Mientras me tomaba la cerveza vi a Cris acercarse caminando. Solo con ver a aquella chica caminando lentamente, meneando su espectacular culito, y exhibiendo sus pequeños, pero perfectos pechos podía haber hecho que la mitad de los hombres de la playa se corriesen, incluido yo.

Se acerco lentamente a mi mesa,y agachándose sobre mi silla, acerco su cara a mi oreja, y me susurró suavemente:

-" Que tal lo he hecho Món, creo que bien, al menos eso me ha parecido, y Suso parece haber disfrutado, se ha dormido en la toalla nada más llegar. ¿No crees que me he ganado un pequeño premio?"

-"No ha estado mal, está claro que puedes ser bastante putita, y eso me complace, sigue obedeciendo, y te garantizo que disfrutarás como se merece una buena perrita como tu. Ahora sígueme sin rechistar, habrá que hacer algo con esa mancha de humedad que tienes en tu tanguita"

Terminé mi cerveza de un trago y me dirigí al agua, Cris caminaba a mi lado. Al ser de los primeros días de verano, el agua estaba realmente fría, pero caminé con decisión, y rápidamente me zambullí en el agua. Cris hizo lo mismo, y casi me derrito al ver el efecto que mi amigo el mar Cantábrico estaba haciendo en los espectaculares pezones de Cris . Eran como dos rocas desafiantes ante mis ojos. Por si fuera poco, el frío hacía que no hubiese casi nadie en el agua, dejándome campo libre para jugar con Cris tranquilamente.

Dejé que Cris caminase unos pasos delante de mí, de repente, la mande quedarse quieta y se girarse, de manera que se quedaba frente a mí, mirando a la playa. Nadé unos metros y me coloqué a su espalda. Puse mis manos en su cintura, y apreté su cuerpo contra el mio. El contacto de aquellas perfectas nalgas contra mi polla hizo que ambos soltásemos un pequeño gemido. Mis manos comenzaron a subir lentamente por su cuerpo hasta llegar a sus pechos. Los tomé en mis manos,masajeandolos despacio, pero con firmeza, acerqué mi boca a su cuello, y le dí un pequeño mordisco. Ella jadeaba, y yo estaba a punto de reventar. Fui mordisqueando lentamente hasta llegar a su orejita. Mi lengua la recorría con esmero , Cris se retorcía entre mis brazos, gimiendo, retorciéndose, y apretando su culito contra mi polla, que estaba a punto de reventar la tela de mi bañador.

Estaba claro que la tensión sexual acumulada, haría que nos corriésemos en poco tiempo, y mi intención era hacer sufrir un poco más a mi amiguita, así que le dije:

"Por ahora no está mal, pero, me apetece tomarme otra cervevita, así que ya sabes, sal del agua, y vete al bar, siéntate en un taburete de la barra y espérame allí. Pide un par de cervezas, que yo voy en un rato, y,si te portas bien, te daré tu premio"

Cris se quedó como paralizada, por lo que un fuerte pellizco en sus pezones la hizo volver a la realidad.

"Vamos perrita, no me hagas esperar"

Ella, de mala gana, aunque sin rechistar, comenzó a caminar hasta el chiringuito. Yo nadé unos metros hasta que el bulto de mi bañador se apaciguó un poco, salí del agua y caminé hasta la barra del bar. Allí me esperaba Cris, con dos cervevitas bien frías. Pagué y nos sentamos en la mesa más alejada de la barra, ella me miraba fijamente, aún podía escucharla jadear, di un trago a mi cerveza y le dije:

"Te estás portando muy bien, está claro que a ambos nos esta gustando este juego, pero, tengo muy claro que ningún chochito veinteañero va a hacer peligrar mi relación con Suso. Aún no se como, pero vas a tener que conseguir que él me pida a gritos que te folle, mientras tanto, no lo haré. Tendrás que convertirlo en un cornudito muy feliz. Para eso, seguirás mis instrucciones al pie de la letra. Por otro lado, creo que tu comportamiento de hoy te ha hecho merecedora de un premio. Voy a ir al lavabo de tíos, y tu esperarás aquí unos minutos. Entraré en la última de las puertas, si está ocupada, esperaré a que se vacié. Dentro de cinco minutos, tu entrarás tras de mí."

Diciendo esto me levanté de la mesa y entré en el lavabo de caballeros, la última de las puertas estaba abierta, entré, dejándola entreabierta, y esperé. Creo que fueron los cinco minutos más largos de mi vida.

De repente, vi como la puerta se abría lentamente, cogí a Cris del brazo y cerré con el cerrojo. Rápidamente la coloqué frente a mi, sentada en la taza, bajé mi bañador, y acerque mi polla a su boca, clavándosela en ella de un golpe. "Ahora hazme la mejor mamada que hayas hecho en tu vida, no uses las manos"

Ella comenzó a chupar mi polla con rapidez, tragándosela hasta el fondo. Por un momento creí que las arcadas que Cris tenía la harían detenerse, pero nada más lejos de su intención. Su lengua jugaba con mi capullo, moviéndose a una velocidad vertiginosa. Yo jadeaba mientras miraba aquella joven diosa tragarse mi rabo una y otra vez.

En ese instante fue como si una descarga de electricidad recorriese mi cuerpo desde la cabeza a los pies. Sujeté su cabeza entre mis manos, y los chorros de semen comenzaron a llenar la boca de Cris. Ella no hizo ningún ademan de detenerse, y continúo su trabajo, tragándose mi abundante corrida sin rechistar, para después recorrer mi polla con su lengua hasta dejarla limpia y reluciente.

Saque mi polla de su boca, y, con un rápido movimiento la puse de pie, de un fuerte empujón la aplasté contra la pared, le quite el tanguita, y mis dedos llegaron a su afeitado conejito. Sin miramientos, metí dos de mis dedos dentro de ella. Estaba encharcada. Comencé a meterlos y sacarlos tan rápido como podía, mientras con mi otro brazo aplastaba su cuerpo contra la pared. Sus fuertes gemidos, y como ella intentaba echar su culito hacía mi mano, tratando de hacer aún más profunda la penetración, hacían presagiar que el orgasmo era inminente, eso hizo que intensificase, aún más la velocidad de mi mano follando su chochito, y la presión que ejercía mi otro brazo, aplastando su cuerpo contra la pared.

"Ahora sí putita, ahora vas a correrte, y mientras lo haces, vas a decirme lo que quiero oír, ¿verdad?, ¿en que vas a convertir a Suso?

Ella gemía, mientras su cuerpo comenzaba a convulsionarse por la inminente corrida, cuerpo que mi brazo se encargaba de oprimir con fuerza contra la pared

-"Si por favor, sigue, necesito correrme, no pareeeesss..!!"

-"Si, si, ahora, ya ,ya "

  • En ese instante note como un mar de flujos empapaban mi mano, y arrollaban por sus piernas, mientras ella medio sollozando dijo:

"Haré de Suso, el cornudo más feliz del mundo, haré lo que sea, pero lograré que me pida a gritos que me partas el culito con tu rabo. Conseguiré que tenga más ganas de ser cornudo, que yo de ser tu puta, y eso ya es decir".

"Perfecto Cris, perfecto"

Me subí el bañador, y dejándola allí jadeante y empapada, salí del lavabo, eso sí, dejando la puerta abierta, por si alguien quería recrearse con las vistas.

Continuará.