Crema para el chocolate

Buscando donde festejar mi despedida de soltera

CREMA PARA EL CHOCOLATE

1ª  PARTE

Hola, mi nombre es Romina, Romy o Ro como mas les guste. Soy de piel blanca, cabello castaños claros hasta un poco mas de los hombros, ojos castaños. Mis medidas son 85-61-92 y hago gimnasio tres o cuatro veces por semana. Tengo 26 años y según dicen estoy a punto de caramelo. Me falta un año y medio para recibirme de contadora.

Perdí mi virginidad a los 17 años en manos de un hombre de 47 años. La verdad no me arrepiento porque supo como llevarme y tratarme. A los 22 años me puse de novia con Carlos, no casamos en un mes. El ya recibido de contador, soñábamos poner un estudio contable juntos. Estábamos casi en los últimos preparativos para la boda. Ya una amiga mía me había hecho el vestido de novia a mi gusto y me encantaba. Teníamos un departamentito alquilado a un tío de Carlos y lo habíamos amoblado con mucho amor. Nos faltaban muy pocas cosas para completarlo.

Carlos había mandado a hacer las invitaciones y teníamos reservado el civil y la iglesia.

Pensábamos ir de luna de miel solo una semana a la costa, para poder seguir luego nuestras tareas. Lógicamente en el departamentito íbamos y teníamos sexo.

Mis padres y los de él estaban felices por nuestra unión.

Tengo tres grandes amigas de la infancia. Hicimos primario y secundario juntas y luego cada una tomo la carrera que mas le gustaba. Raquel, la que me hizo el vestido, se había casado enseguida y tenía dos nenes hermosos. Mirta estaba estudiando medicina y Mabel abogacía. Las dos tenían novio y esperaban casarse pronto. Las cuatro juntas salíamos dos veces por semana a cenar, al cine o al teatro y de vez en cuando bailar un poco. Un día estábamos hablando adonde hacerme la despedida de soltera y Mabel dijo

MABEL: podemos ir a cenar algún lugar y después a bailar.

ROMINA: si pero me van a llevar hecha un asco con harina, huevos y otras cosas y con zanahorias colgando u otra cosas. Llévenme bien a cenar y después en el baile hagan lo que quieran.

RAQUEL: uds que son solteras piensen adonde ir a bailar, aunque me gustaría ir a uno de esos que hay, un show de hombres antes de bailar.

MIRTA: miren la casadita. Que pasa no te atiende tu amorcito

RAQUEL: si y muy bien atendida estoy, pero quisiera conocer.

MABEL: hoy que es viernes, podemos hacer esa rutina y vemos varios lugares de baile

Todas dijimos si.

MIRTA: Romy nos pasas a buscar como siempre no?

ROMINA: si a la 22 empiezo a buscarlas. Yo me voy a poner una pollera ancha por sobre la rodilla y una blusa blanca  Ah tacos bajos.

Todas dijeron su manera de vestir.

A las 22 horas las pase a buscar una por una. Cada una vino vestida como quiso. Yo me puse una pollera acampanada con una blusa blanca, tanga y sostén. Con zapatos de tacos bajos, tipo mocasines. Fuimos a cenar al mismo restaurante de siempre, muy bien atendidas y buena comida. Después todas, medio entre alegres y nerviosas fuimos a un lugar que hasta la una de la mañana haba strippers y después baile.

Entramos y había mucha gente no acercamos al escenario ubicado al fondo del salón a mirar el show.

Había cinco muchachos contorsionándose al compás de la música. Algunos de ellos ya habían tirado el slip y otros no. Las mujeres se los devoraban con la mirada gritando desaforadas. Muchos de ellos perdieron el slip por los manotazos de ellas. Después que termino el show fuimos a la barra y pedimos una mesa. El mozo no acomodo en un lindo lugar, que podíamos ver todo. Salvo Raquel y yo las otras estaban ya bailando. Uno se acerco a mí para sacarme a bailar y le agradecí pero no acepte. Charlando con Raquel, sentí que alguien me miraba, tenía la sensación de tener unos ojos clavados en mí.

Mire a mí alrededor y nada. Después recorrí la barra con mi mirada y vi. Que uno, levantando la copa como brindando conmigo. Era un hermoso ejemplar de hombre, negro bien africano, vestido íntegramente de blanco lo hacia resaltar mas. Físico de gimnasio, le desvíe la vista. Raquel salio a bailar y quede sola en la mesa. Busque con la mirada a ese hombre que me inspiraba misterio y no lo vi., cuando sentí a mi derecha

HOMBRE: y tu no bailas o no te gustan los hombres

ROMINA: si me gustan y ya tengo uno. Me caso en 40 días

HOMBRE: ah, entonces hay tiempo de sobra.

ROMINA: para que?

HOMBRE: para que conozcas otro y no te cases, ajajá

ROMINA: ya estoy convencida con él

HOMBRE: porque seguro no salistes con otros

Tenía una dentadura perfecta y blanca que sobresalía en la noche. Cuando se reía a carcajadas al abrir la boca se notaba su garganta de un rojo furioso.

Menos mal que volvieron las chicas y nos fuimos. El negro quería que me quedara y me negué. Quería el teléfono y no se lo día.

Fuimos al coche y salimos rumbo a casa. Se reían de mi, porque decían que hacia buena pareja con ese hombre de mirada fuerte. Me tuve que aguantarlas todos el camino, jodiendome con el negro. Una vez deje a la ultima, me dirigí a mi casa, pero dije primero voy a cargar nafta. Llegar a la estación de servicio y el empleado empezó a atenderme.

Yo me había bajado del coche y estaba un poco fresco ya. Iba gente a los distintos lugares e baile. Abrí el baúl y saque un pulóver finito que siempre llevo y me lo puse. Era de color celeste. Pague y subí al coche. Me sentía mojada y no podía dejar de pensar en ese hombre. Puse el coche en marcha y arranque. Pero en lugar de ir a casa fui para el centro. Llegue a la puerta del lugar y me dije

QUE HACES RO, ADONDE VAS

Baje y me metí, no podía pensar. Parecía que estaba guiada por una mente superior. Mire mi alianza y pensé “se merece esto Carlos”, pero estaba confusa. Pedí una mesa. Me sentaron con otras dos chicas. Estaba repleto. No se veía al negro por ningún lado.

Pedí una copa y al traérmela vino acompañada de una rosa roja. Lo mire al mozo y me indico con la vista la punta de la barra. Ahí estaba parado, charlando con otro hombre y con la copa en la mano. La levanto hacia mi como brindando y respondí.

Puse la rosa en la mesa y tome un poco. El seguía ahí. Bueno pensé, fue una pelotudeces lo que hice, tomo y me voy. Entonces lo vi. venir y se paro delante mío. Las dos chicas estaban bailando.

HOMBRE: hola me llamo Ewin, sabia que volverías.

ROMINA: porque sabias?

EWIN: creo que te guste

ROMINA: eres muy presumido, vine porque no tenía sueño

EWIN: ah si, que bien. Así que estas  comprometida

ROMINA: así es, esta es la alianza.

EWIN: vamos a bailar un rato

ROMINA: tengo que irme

EWIN: recién llegas, vamos bailemos.

Fuimos a la pista y comenzamos a bailar. Bailaba muy bien, tenia ese ritmo que solo los negros tienen. Terminaron las cumbias y salsas y me iba hacia la mesa, cuando me agarro de la muñeca, atrayéndome hacia él

EWIN: ven, viene lo mejor, lo lento

Efectivamente comenzó una ronda de lentos. Me apretó contra, estaba tan bien sujeta que apenas podía separarme. Mis pechos apretados al suyo, sintiendo los latidos de su corazón y mis genitales contra los suyos. Pensé debe ser muy armado. Quise zafar y no pude. Sentí calor y mi vulva mojada. Transpiraba. Me empezó a musitar cosas a mi oído y luego a morder el lóbulo de mí oreja. Comencé a perder la cabeza. Me beso en los labios y le respondí el beso al tiempo que acariciaba mi espalda.

Abrió su boca, saco su roja lengua y la introdujo en mi boca. Yo ya oponía resistencia.

Me todo del brazo llevándome

ROMINA: (ya deshecha) adonde me llevas

EWIN: a mi VIP.

Subimos el ascensor al primer piso a los besos y toqueteos. Ya no le quedaba lugar sin tocarme. Abrió la puerta del VIP y me empujo suavemente. Encendió la luz y vi. Por la ventana todo el salón. Fue un segundo por me agarro y desprendió mi camisa y mi sostén. Mis tetas quedaron al aire a merced de su boca. Él rápido empezó a succionarme y morderme los pezones. Yo estaba en una nube. Metió su mano debajo de mi pollera acampanada y recorrió con su mano mi concha y mi culo.

Cerre los ojos, ya me daba igual, quería que me poseyera, quería ser suya, sentir su pija dentro mío.

Desprendió la pollera y bajo su cabeza hasta mis genitales. Mientras besaba mi concha bajaba la tanga, hasta que quede totalmente, como nunca me lo hubiera imaginado desnuda ante él. En lugar de llevarme a la cama me dejo parada ante una mesa con el torso inclinado. Saco y no pude verlo su pene. Mantenía mi cabeza hacia abajo apretando mi nuca. Con su mano libre separo mis piernas y me reclino más.

Yo espere insertara su pija en mi concha mojada y el la introdujo en mi culo. Sentí un dolor tremendo, nunca me lo habían hecho. Lo putie mientras lo sacaba y ponía. Le dije de todo y no podía moverme. Sentí que era grande. En medio de mi dolor derramo su semen dentro de mi culo.

Mantuvo su pija adentro, como perro abotonado

ROMINA: hijo de puta porque hiciste eso, era virgen del culo y me hiciste sufrir. Porque?

EWIN: para que aprendas a saber quien manda de los dos.

ROMINA: Hijo de puta

EWIN: ahora voy abajo a ver las cajas y quédate descansando que cuando vuelva te voy a hacer gozar como nunca gozaste con nadie.

La saco y ahí si vi. La tremenda pija que tenía entre sus piernas. Como pude y con dolor de culo fui al baño y me senté en el bidet con agua fría y quede unos minutos.

Cuando Salí me tire nuevamente en la cama. Tenía impulsos de irme y otros de quedarme para gozar. Ganaron estos últimos.

No se, no pensé en nadie, nada mas el gozar con esa polla. Me olvide de todo y solo deseaba que volviera a despedazarme nuevamente