Crema para el chocolate 6

Mi primer cliente de viuda

CREMA PARA EL CHOCOLATE

6ª PARTE

Desperté temprano y Ewin se había ido. Me duche y vestí con una blusa blanca y un pantalón vaquero. Me puse zapatillas. Me prepare en café en saquitos con leche y una tostadas con mermelada.  Fui al baño me retoque el maquillaje y salí al pasillo. Fui al ascensor y baje a planta baja. Cuando yo bajaba subía otra. La salude y ni contesto.

Salí del pasillo de plata baja a la sala de juegos. Había mas de diez chicas que al verme entrar me miraron fijamente como estudiándome. Me acerque a ellas y las salude en general y me contestaron el saludo. Me senté en uno de los sillones que había a mirar como cuatro de ella jugaban pool. A mi lado se sentaron otras y se presentaron.

Hola, me llamo Mirta, esta es Marcela y ella Celia.

ROMINA: encantada soy Romina.

CELIA: te trajeron anoche no?

ROMINA: si, anoche

MARCELA: te trajo el negro ese?

ROMINA: si Ewin

MIRTA: es tu fiolo

ROMINA: (con vergüenza) si

CELIA: como te recluto. Te compro o caíste solita

ROMINA: desgraciadamente caí sola.

MARCELA: sabes que hay dos clases de chicas acá no?

ROMINA: si, por las puertas del departamento. Las amantes o mantenidas y las putas

CELIA: nosotras somos mantenidas, vos sos puta no

ROMINA: (roja de vergüenza) si

MIRTA: igual puedes ser nuestra amiga.

ROMINA: gracias.

En ese momento por el parlante del salón, me anunciaban que tenía teléfono. Que fuera a la cabina a atender la llamada. Mire y no vi. la cabina, cuando Mirta me la señala en donde estaba. Corrí hasta ella y levante el tubo

ROMINA: hola, soy Romina quien es?

EWIN: hola nena, quería saber como había amanecido en tu primera noche.

ROMINA: bien, estoy bien

EWIN: prepárate que hoy debutas de puta. Llame a distintos hoteles, cerca de 10, y hable con los conserjes. Todos dijeron que el Books tenía una buena acogida. Que te van recomendar mucho. También estas en el hotel gay inaugurado hace dos años. Hay que pensar en todo, vienen muchos cruceros gay a la ciudad. Bueno te dejo, pórtate bien

ROMINA: si, chau.

Seguí caminando sola por el salón y me invito una a jugar ping pong. Jugué un partido y lógicamente perdí, hace tantos años no lo jugaba. Nos sentamos, se llamaba Claudia, a tomar algo y charlar.

CLAUDIA: eres de las mías, una puta. Las otras mucho Bla Bla pero te discriminan. Claro ellas tienen otros motivos para estar acá.

ROMINA: si, estuve hablando con alguna y parece te miran de arriba.

CLAUDIA: no les des pelota. Lo que pasa que lo que ganan cojan o no lo guardan. Vos tenes chulo?

ROMINA (cada vez que me decían de chulo, fiolo, proxeneta, me agarraba vergüenza y me ponía colorada) si

CLAUDIA: te pusiste colorada. No te calientes te vas a costumbrar a tu nueva vida. Hoy podíamos salir un rato a la tarde a caminar por Santa Fe

ROMINA: no, no puedo salir. Solo los miércoles

CLAUDIA: un solo día, que hijo de puta. Yo durante el día hago lo que quiero pero a las 18 hs tengo que estar preparada. Mañana nos vemos si?

ROMINA: si

Quede sola y me puse a leer un diario del día. Teníamos diarios y revistas para leer. Sino era por lo que teníamos que hacer, llevaban una linda vida. Todas las comodidades.

Casi a medio día fui al departamento y prepare algo de comer. Comí y me senté el hall a seguir leyendo el diario. Me sobresalto el teléfono

CONSEJE: Srta. ROMINA:?

ROMINA: si quien es?

CONSEJE: acá de vigilancia. Llamo el Sr. Ewin que a las 16 hs, espere visitas vestida de viuda.

ROMINA: algo más?

CONSEJE: nada más

Mire la hora y faltaban tres horas. Me recosté en la cama y mire TV. A las tres de la tarde me bañe y empecé a vestirme. Saque el vestido de viuda. Era horrendo.

Me mire al espejo y no me reconocía, no era Romina la luchadora, feliz. Era otra Romina la puta, hoy disfrazada de viuda, ridículamente, porque a alguien quería cogerme así. No se que fantasía o realidad tendría con las viudas y no iba a preguntarlo tampoco. No me convenía jacer preguntas al fin y al cabo yo era una mina para usar, lamentablemente.

Para frente al espejo, como decía, con un vestido todo negro un poco ajustado, con una gorra también negra y zapatos agujas del mismo color. El vestido llegaba a la mitad de los muslo, bien corto era. A pedido también debía ir maquillada, bien delineadas las cejas, y especialmente los labios pintados con un rojo furioso. Debía llevar también un velo negro cubriendo mi cara y obedecer, solo eso, obedecer. De seguridad me informaron que tenia visita y me apure ponerme el sombrero y el velo

Timbrazo en la puerta y abrí. Me encontré con un hombre de mediana edad, lo hice pasar. El él estaba nervioso, no lo se, yo estaba temblando en mi primera oportunidad de puta.

Me saludo diciéndose llamarse Rafael.

RAFAEL; realmente eres mas hermosa que las fotos

ROMINA: gracias, quieres tomar algo?

RAFAEL: bueno un coñac

Le serví el coñac y espere sentada en un sillón del hall, lo que el decidiera. Yo la verdad no tenía muy en claro, aunque no lo crean, como debía comportarme. Se sentó a mi lado, bien pegado a mi y empezó a toquetearme, en especial metiendo la mano bajo el vestido y extrañado que no tenia ropa interior. Eso le gusto.

Me dijo al oído de ir a la habitación y me llevo de la mano. Al llegar ahí se desvistió completamente, haciendo una seña que yo esperara. Una ves termino él se acerco a mi y comenzó a desnudarme lentamente mientras hablaba

RAFAEL: mi tierna viudita, acá estoy yo para hacerte olvidar las penas. Bésame.

Lo tuve que besar en los labios y metió su lengua en mi boca. Luego me saco el sombrero y por último el velo.

Quede totalmente desnuda con los tacos aguja. Mordió y beso mis tetas y me llevo a la cama. Se tiro boca arriba indicándome comenzara a chuparme. Quiese sacarme el Russ y lo impidió. Tuve que chuparle con los labios pintados. Luego me indico que lo montara. Me metí sobre él y lentamente la fui metiendo en mi concha. Luego con golpes en mis glúteos me hacia cabalgar en él. Mientras mi concha entraba y salía de su pija, sentí algo en mi culo. Había insertado dos o tres dedos en mi culo. Me hizo repingar y aumentar mi velocidad. Trate no se diera cuenta pero acabe como una perra. Seguí con él hasta que lleno mi concha de semen.