Crecer y cambiar (3: Iniciación profesional)

Cuento la segunda parte de mi primer fin de semana "trans". como me acepto mi ser y mi primer "contrato" profesional.

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En la pernera del pijama de Paco asomaba su pene relajado. Estaba cerca. Me arrodille y comencé a besarlo. Lo cogí con ternura. Lo saboree. Lo mame con vicio. No cabía duda, morbosa y puta. No mirar atrás, y taconear "pa lante".

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Tras "desayunar" con Paco quede dormida. Me despertó Amber cerca del mediodía, "vente a la piscina"-. Taconeando salí al jardín. Amber tomaba el sol en top less, Me tumbe junto a ella. La miraba, la deseaba y la envidiaba. Calle y contemple mi cuerpo tumbado.

Mis piernas depiladas, la cintura rematada por el bikini de lazos, el ombligo en mi vientre plano. Giraba mi tronco y mis caderas buscando la pose más femenina. No hacía falta mucho, era cuerpo de mujer, el contorno de las nalgas me excitaba. Mis pezones, duros, dolorosos, rasgaban la tela del sostén sin terminar de llenarlo. Girando los hombros conseguía mostrar unos pechos púberes, de niña haciéndose mujer. Estaba excitada, me recosté, el pene entre las piernas, el recuerdo de la noche y el deseo de más. Volver a dormir y ensoñarme en fantasías prohibidas. Muy lejos en la memoria, el recuerdo de la ciudad, del instituto, de las convenciones

Bueno día sita "Amber"

Raisa!!!!

Me incorpore sonrojada, no esperaba a nadie más y tras nosotras un joven negro de cerca de 2 metros saludaba a Amber. No estaba preparada, me ruborizaba y los pezones se tensaban. ¿Quién era Raisa?

Mara este es Raisa, el jardinero de Paco.

Hola

Hola sita "Marha".

Raisa es un experto con las plantas, y sabe de mangueras….

Sita Amber!!!

Amber incorporada, recibía un beso en la mejilla de Raisa, hacía ademanes expresivos acerca de las habilidades de nuestro visitante. Yo cortada, no sabía que hacer o decir. Raisa me miraba con curiosidad. Por segundos me calibraba, sabía que era yo y que andaba buscando. Del rubor y el temor pase a la exhibición y el deseo.

¿Marah e nueva?

¿Mara eres nueva?

.

Raisa no la calientes.

Yo no problema sita Amber. Yo solo miro!

Tú miras y penetras Raisa. Vete a regar

Adió sita Amber. Ta bueno Sita Mara

Amber se rio, "que puta eres". El olor de Raisa, su entrepierna, me ponían cachonda.

Yo no….

Tu no, ¿Y tus pezones qué? Vente a bañar que te refresques.

Era cierto, los pezones, enhiestos, dolorosos, marcaban las telillas del bikini, el pene, apretaba la entrepierna. Amber se zambullo. Me levante de la tumbona y me lance al agua. Comenzamos a salpicarnos. Chillaba como una adolescente en un juego infantil. Me gustaba verme la piel y el bikini mojados. Amber me arrinconó. Me gire contra la pared. Note sus pechos en mi espalda. Sus manos buscando mis pezones. Separo la telilla de las cazoletas. Pellizcaba mis pezones. Me gire buscando su boca. Se la comí.

Mírate los pechos niña. Mírate los pezones.

Amber!

Te gusta mirarte. Te lo digo. Te acostaste puta. Te levantaste niña. Y te gusta serlo

Ummm.

Ves al negro y lo quieres. ¿Ya no me quieres?

Busque su entrepierna y se separo. "Descansa niña que tendrás trabajo". "Disfrútate sin sexo". Salimos de la piscina, Nos secamos. Raisa regaba el jardín; el agua y la manguera, su torso y sus brazos musculados. Macho joven. Volví a la tumbona con mis ensoñaciones. Amber fue a la casa. Trajo la cámara Polaroid. Me enfoco tumbada. Disparo una foto.

El papel se revelaba lentamente, dibujaba contorno y contraste. Al principio no supe reconocerme. Tumbada con un bikini de lazos estampado se encontraba una adolescente morbosa. Una nueva foto me mostro mis nalgas pequeñas y rotundas, remataban mis piernas y conformaba con mis caderas una fruta apetitosa. Llego Paco. Volví a turbarme. El sabor de nuestro desayuno. Salado. Yo quería más.

¿Cómo están mis chicas?

Paco, vamos a comer.

¿Tanta prisa?

La Mara esta cachonda. Más vale que coma y planteamos la tarde.

¿Otra vez niña?

Amber exagera!

Nena que te ibas a comer a Raisa!

Eso es lo querías tu!! –Quise defenderme-.

Anda Mara vete a cambiarte y vamos a comer.

Busca en nuestro armario y ponte algo seco.

Me incorpore y fui para la casa, Amber y Paco se quedaban, tras ellos se acercaba Raisa. Quería olerlo y no delatarme. Me gire y camine, sentí la mirada de Raisa en mi espalda, en mis piernas, en mi culo.

Alcance nuestro cuarto. Fisgar el armario olvidado desde la llegada. Toda una sorpresa. Había tanta ropa. En un cajón, un bañador gris metálico de cuerpo entero, cadera alta, casi tanga. Los pechos con aros para realzar busto en un escote pronunciado. La talla quizás algo pequeñas. En el cajón inferior pelucas, todos los tonos, cortas, larga, media melena. Cogí una peluca pelirroja y el bañador gris. Fui el baño. El espejo me hablaba. Yo la miraba insolente, quitándome el bikini. Entre en la ducha. Me enjabone. ¿Cuántas envidiarían mi cuerpo? Al secarme di la espalda al espejo. Me puse la malla rápidamente. Ajuste los aros del sostén reteniendo la carne. Haciendo pechuga. La entrepierna luciendo ingles y culo. Me alise el pelo, me ajuste la peluca. Me gire.

Bravo niña. -Amber me había espiado-. Mírate.

Guarra.

Se dice perra.

El espejo claudicaba. ¿Qué duda podía tener? Una pelirroja de medía melena. Orgullosa y soberbia. Desafiante. Amber me tendió unos taconazos grises. Los calce. La malla gris oscura, rendía un escote discreto. Unos pechos asomaban dibujando un valle de deseo. El vientre liso, Las ingles limpias, Un montecito en la entrepierna. Al girarme, las nalgas desafiaban. El pecho incitaba, el culo rotundo reclamaba la escena. Mujer joven pidiendo guerra.

¿Te gusto?

Nena, algo te hace escoger lo mejor.

¿La peluca?

Basta ajustarla. Secarte el pelo.

¿Un pareo?

Pareo y maquillaje..

Me quite la peluca, Frote mi pelo con la toalla. Amber me tendió su estuche de maquillaje. Sombra de ojos, rímel, pintalabios suave. Amber me ajusto la peluca. Aquella joven pelirroja, estaba algo más seductora.

Hazme otra foto.

La cámara está en la piscina.

¿Con las fotos?

Allí se quedaron.

No quiero perderlas, voy por ellas.

Vente pa la cocina.

Amber, me dejo ir. Camine ajustando el pareo a las caderas. Al llegar a las tumbonas, la cámara y las fotos no estaban Las habría cogido Paco. En un rincón apilando la manguera estaba Raisa. Me fui para él.

¿Raisa?

Si

¿Raisa has visto la cámara?

Si sita Marah.

¿Y la cámara? ¿y las fotos?

Si sita Marah.

Raisa se hacía el simpático sordo. Caminando hacía él, olía su anzuelo. Yo quería picar. Me apoye en un muro. Raisa se irguió y dejo la manguera. "¿Etah fotoh sita Mara?" Raisa las tenía. Al mostrarlas me arrinconó un poquito más. Le mire y me incline. Quise tocar su pecho. Me recogió con sus labios. La primera vez que sentía la lengua de un hombre joven. Una de sus manos, aquilato mi culo, y acarició mi entrepierna. Luego, cogió uno de mis brazos y lo guió a la suya entrepierna. Aquello era poderoso aun estando dormido. Se separo y sonrió. "Nos veremoh sita Mara".

Salí sonrojada, con las fotos en la mano. "Ese hombre debía ser mío!".

En la cocina esperaban Paco y Amber. "Caramba con la niña y su talle". Me ruborice. ¿Me habrían visto?

Te digo Paco, que sabe y está madura. - ¿hablaban de mí?-

De verdad quieres servir la ensalada.

Ensalada y postre Paco! Especiada y picante.

¿Qué habláis?

Del menú. ¿Quieres ensalada de la casa? ¿gazpachito? ¿consomé?

Algo rico. –contesté ingenua-.

Pepino, zanahoria, huevo duro, esparrago, berenjena, apio, plátano y un café calentón como "desayuno" –bromeo Amber-.

Calla Amber que vea la niña, -Paco acaricio mi pecho, mi mano a su entrepierna-.

Envidia que tienes.

Comimos. Bromas y dobles intenciones. Frases veladas. Ingenua desconocía el juego. Despistada, solo pensaba en Raisa. Seguro que era algo más que "jardinero". "Tenemos una propuesta Mara". Jardinero y manguera… esa entrepierna. "¿Nos oyes?". El pecho que tengo, Como llevarme este bañador. Como follarme al negro.

Niña deja los sueños y atiende.

¿Eh?

Que tenemos plan para la noche y para la tarde.

¿Sí?

Antes de comer hablamos de hacerte dos regalos.

¿y eso? –me sonroje queriendo al negro-.

Dos regalos con dos condiciones –dijo Amber-.

¿Difíciles?

Nada se regala. Pero son cosas que necesitas –tercio Paco-.

¿Cuáles?

Vestuario y experiencia. Espera un momento.

Paco se levanto y fue al recibidor. Amber me sonreía. Me acarició la cara y beso mi boca. Sabía que su lengua en mi boca, vencía resistencias. "si tu lo quieres, esta noche lo gozas, si tu lo quieres, esta noche te inicias". Yo quería mis regalos y aceptaba lo que fuera. Vestuario y experiencia. ¿Podría negociar la inclusión de Raisa? Esa manguera. Regar plantas. Brazos y músculos. "Ábrelos!".

Paco había llegado con tres bolsas voluminosas. Tiendas caras. Como quinceañera en mañana de reyes abría las cajas. Unas botas de caña alta y flecos camel. Minifalda strecht a juego, sobre la rodilla. Camisola pirata blanca de talle alto. Cinturón pirata. Cazadora corta. Colgante de plata con mi nombre. Todo aquello debía valer mucho. Estaba feliz.

¿Puedo ponérmelo? ¿Qué tengo que hacer?

No, no puedes. Tienes que aceptar todo el juego.

Que sí!!! Decidme la condición.

Las condiciones. Y te falta un regalo.

¿Cuál?

Paco me deslizo una postal publicitaria. Una foto de Raisa. ¿Show erótico? Querían que verme follando con él. Me sonroje, revelando mi deseo.

¿Dónde firmo?

Tranquila y escucha. Escucha a Paco.

Los regalos son este vestuario completo que vale un huevo, y una sesión exclusiva con Raisa. – Sentenció Paco calibrando mi impresión-.

¿Cómo la de anoche?

Más o menos –adelanto Amber-.

¿Más o menos?

Las condiciones son que el vestuario debes lucirlo en la calle con Amber, en zona de puterío. Si quieres follar con Raisa, lo harás en público en un local que yo tengo. Ambas condiciones van unidas.

.Donde firmo!!!

Te dije Paco que está madura.

Mara, te lo aclaro más. Queremos verte hacer la calle con Amber. Luego tras un par de horas, vendréis a mi local, en momento punta, con un centenar de viejas mariconas y durante treinta minutos follarás con Raisa.

. ¿pero pueden conocerme?

Raisa la manguera africana –provoco Amber-.

Quien sea amigo de tu familia y te vea será amigo de "nuestra familia" y le vemos. – sentenció Paco-. Además con vestuario y maquillaje te ¿te conocen por tu casa?

Y si me para la poli y me pide documentación.

Es can da lo!! –choteo Amber-.

Mara la policía para a las putas cuando busca. ¿Te buscan aquí? ¿tienes amigos de la familia aquí?

.

Si te levantas clientes el dinero "pa ti". – Amber lo puso más provocador-.

.

Estaba callada. Me ruboricé. Las venas del cuello contaban mis pulsaciones. Era muy fuerte lo que pedían… "Tic Tac, Tic Tac"… "Coño Amber deja a la chiquilla". La ropa era bonita. Aquellos dientes. El colgante precioso. Yo quería uno así. Sus manos. ¿Quién de la familia? Su miembro necesitaba dos manos. ¿Quién de los amigos? Su pecho. Nuestra familia.

Acepto!

Esa es mi puta.

Bien Mara. Tenemos jornada apretada. Hay que vestirse y ensayar-.

¿ensayar?

Te creerás que follar en público se improvisa.

¿ensayar donde?

Ha dicho ensayar Mara. No ha dicho follar.

Mara, vas a tener un sobeteo con Raisa, para fijar posturas. Es fácil e imprescindible.

¿Con está ropa?

Esto es un regalo personal. Lo de Raisa es espectáculo y morbo. Con otra.

Vente niña al cuarto.

Al levantarnos y girarme, me cruce con la mirada de Raisa. Silencioso, estaba apoyado en la pared calibrando mi cuerpo. "Ta buena Mara". En nuestro cuarto sobre la cama un vestuario escueto.

Unas sandalias de tacón con múltiples hebillas de cuero. Una extraña braguita de cuero, con una decena de hebillas sobre el bajo vientre y cremallera desde el culo a la entrepierna. Un corpiño también de cuero, con una hilera de hebillas de la cintura a los pechos. El contorno de los pechos rematado con aros rígidos, haciendo una yunta invertida, escote invertido. En el centro del pecho, en el pico del escote, dos cadenas con pinzas pesadas.

Me despoje de mi bañador gris. Amber me ayudo con las sandalias. Me puse las braguitas mirando sus hebillas. "Venga niña!". Con un movimiento rápido, separó mis testículos del pene. Luego fue abrochando las hebillas capturando el pene contra el bajo vientre. Me puse el corpiño. Recogimos la carne de los pechos sobre los aros. Al presionar, se conseguía el efecto de un mayor desarrollo. Las hebillas del corpiño marcaban la silueta. Amber sonrió. Clic y clic, note las pinzas tirando de los pezones. Dolía y excitaba. "Vamos".

Llegamos al salón. Raisa me esperaba con un braguero de piel. Me coloco una gargantilla de piel con un gancho.

Atiende niña. -El tono de de Paco era severo-.

Si.

Estarás encadenada por el cuello en un escenario pequeño. Los focos no te van a dejar ver más que a Raisa y el suelo.

Raisa te va a calibrar como esclava en venta. Boca, brazos, piernas, azote al culo. Axilas y pezones, azote al culo. Te saca fuera y tirón a los huevos. Te dolerá. Tirón a tu polla y beso a tu boca. Te soltara llevando tus manos a su cuerpo, pecho, y entrepierna. Intentarás besarle y te dará bofetón.

Eh

Bofetón.

Te arrodillas y muerdes su braguero, Bofetón.

Eh

Se fásil sita Marah!!

Bofetón, y con boca suave lames braguero. Raisa tira de collar y suelta braguero. Su polla la coges con dos manos.

Eh

Eh y te la comes entera! Trabaja su polla hasta que empale. –me mordí el labio-.

Esa cara la quiero.

¿Así? –repetí el gesto-.

Que puta eres.

Bueno mamada y te dejas guiar, tirón de collar, cachetes y bofetón. Con sus manos, te relaja el coño.

¿sin crema?

¿Tú quieres sangrar? Raisa lleva crema y tú deberás relajarte.

Entrareis a lo perro, hasta que tire y te ponga en un banco. Allí boca arriba te abres de piernas y Raisa te entrará.

¿Y?

Te cogerás de las caderas, y te levantará a pulso. Entonces te clavará. Por lo que vimos ayer si no te agarrotas no habrá problemas.

¿Y si me agarroto?

Por eso ensayamos.

Te tendrá así hasta verte a tope. Entonces te la sacara arrojándote al suelo. Busca de inmediato su polla.

¿Por?

Porque se ha de correr en tu cara. Le sobarás la polla hasta decir basta. ¿Podrás?

¿Y si me corro antes?

Vas a querer correrte pero no podrás. Las hebillas van a cortar el flujo de tus huevos. Eso si, puedes orgasmar lo que gustes, dos, tres, las veces que quieras. El público lo quiere. Quiero que chilles como ayer.

Yo lo hice cuatro –tercio Amber-.

Que perra eres!!!

Veremos cuanto orgasmas tú!! No se te olvide, chupetéale la polla. Raisa está rico y está sano.

No parece difícil.

No lo es. Ahora ensayar!!!

No espere la orden. "Vamo perra Mara". Sentí la autoridad de Raisa. Me deje llevar. Sus gestos, su beso, su lengua. Bofetón, Cachete. Bofetón. Sentí la punzada en los testículos. El pene apretado. Me metí en el papel. Bofetada, arrodillada. El sabor de la piel del braguero. Me sorprendí el pene. Necesite las dos manos. Pesaba. Me la comí morcillona y la vi crecer. Mire a Raisa. Note su placer. Giros, tirones, sus testículos. Mis pezones, tirones de cadena. Su polla. Cuatro patas. Toda una perra. Mirada atrás. Cremallera. Embestida. Suave e intensa. No cabía más. Embestida…Chille. Y a la mesa, Enculada. Mordí mis labios, me gire a buscarle. Rugí. A pulso a su pecho. Empalada. Su olor a macho. Mi olor a perra. Empalada, cabalgada. Intensa. Las piernas abrazadas a su espalda. Despojada de su miembro. A devorar. "Quieta sita Mara". ¿Es que no se corre?

Mara esto es un ensayo.

¿Eh?

Habéis marcado las posiciones solo en diez minutos. Raisa no va a correrse. Y a lo que veo tú llevas un par de orgasmos.

Mira la perra –chisteo Amber-.

Quiero más!!! –me sorprendí exigiendo-.

Pues espera a la noche.