Creando un testimonio

El fiscal Edgeworth tiene que preparar el juicio por el asesinato de Mia Fey pero va a tener algún que otro problema a la hora de crear el testimonio de una de las testigos.

12 de Marzo 20:00- Despacho de Miles Edgeworth

Miles Edgeworth lee el informe de la autopsia que acaba de traerle Gumshoe. La victima es la renombrada abogada Mia Fey. Murió de un golpe en la cabeza con una pequeña estatua, tuvo el tiempo suficiente para poder escribir el nombre de la que supuestamente es la asesina: Su hermana Maya Fey. Todo esto lo vio una mujer desde la ventana del hotel Gatewater que está justo en frente del bufete de abogados Fey & Co.

Cerró el informe y se quedó mirando a la nada, la verdad que el juicio comenzaría en un par de días pero no se sentía nervioso. El testimonio de la testigo parecía muy sólido y con un poco de su maestría conseguiría el veredicto de culpabilidad.

Miró al reloj y vio que habían pasado varios minutos de las 8 de la tarde. No le gustaba esperar, pero no le quedó más remedio. Había quedado en reunirse con la testigo a las 8 en punto para dejar todos los puntos claros en su testimonio.

De pronto sonó la puerta, Edgeworth salió de sus pensamientos y vio como una joven mujer entraba en su despacho. Edgeworth la miró de arriba abajo disimuladamente le sorprendió la indumentaria que llevaba para ser tan de noche y sobretodo el color de sus prendas. La señorita tenía una melena que le llegaba hasta los hombros teñida de color rosa, piel blanquecina y ojos marrones. Llevaba una escotada chaqueta rosa con un par de botones en forma de corazón, tras esa chaqueta se notaban dos voluptuosos pechos que luchaban por salir a la luz. Un poco más abajo llevaba una corta minifalda blanca que tapaba poco más que su zona íntima. A un lado llevaba un corte que dejaba ver gran parte del muslo derecho. Para terminar, llevaba un par de zapatos de tacón del mismo color que su chaqueta con un decorativo corazón en cada uno de ellos.

  • Usted es la señorita May, ¿me equivoco?- Preguntó Edgeworth ofreciéndole asiento.

  • Así es.- Dijo mientras se sentaba frente al fiscal.

  • La he llamado para hablar con usted sobre el suceso ocurrido en el bufete de abogados Fey & Co. Me gustaría saber que es lo que vio desde el hotel Gatewater.

  • Como quieras guapo. –Dijo guiñándole un ojo.

  • Bien, cuénteme lo que vio.- Dijo Edgeworth un tanto nervioso.

April May comenzó a contar todo lo que vio, como asesina y victima discutían y finalmente Maya cogía la estatua del pensado y asestaba un golpe letal en la cabeza a su hermana. Mientras ésta contaba lo sucedido Edgeworth no podía evitar mirar de vez en cuando el escote de la testigo. Ella seguía hablando fingiendo no enterarse de las directas miradas que le lanzaba el fiscal.

Tras un cuarto de hora Edgeworth ya tenía un borrador del testimonio que tendría que emitir en el juicio. Se colocó junto a April y se lo entregó.

  • Señorita May, este es un

  • Llámame April. – Dijo guiñándole el ojo una vez más, cosa que ponía un tanto nervioso a Edgeworth.

  • Esto April… Este es un borrador del testimonio que le aconsejo que emita en el juicio. En el he agregado un par de detalles y eliminado alguna información que no es del todo precisa

  • Le noto un poco nervioso señor fiscal, porque no se sienta y deja que le haga un pequeño masaje. – dijo April con voz provocativa.

  • Señorita May lo mejor sería que siguiéramos con… - April le pone el dedo en la boca.

  • Ssssshh, le he dicho que me llame April. – La joven se levanta poco a poco y sienta a Edgeworth en la silla.

Comienza a masajearle lentamente en la espalda. Edgeworth opone un poco de resistencia pero poco a poco se va dejando hacer.

  • Relájese señor fiscal. Está usted muy tenso, ya verá como le gusta.

April colocó una de sus manos en el cuello del joven y comenzó a presionar varios puntos, Edgeworth cerró los ojos y una sensación de bienestar comenzó a expandirse por todo su ser. Notaba las experimentadas manos de April por su cuello, sus hombros, sus brazos… como poco a poco se iban acercando a su pecho. Empezó a desabrochar los botones de su camisa, cosa que puso a Edgeworth de nuevo en alerta. Una mano de April se acercó a su cara y comenzó a acariciarle una de las mejillas, con la otra mano continuó desabrochándole la camisa. Una vez soltó el último botón, el torso del fiscal quedó al descubierto, un torso muy trabajado con unos abdominales bien marcados. April se pasó la lengua por sus labios al ver lo que acababa de descubrir.

  • Veo que se cuida mucho señor Edgeworth.

Edgeworth fue a contestarle pero nada más abrir la boca sintió las calientes manos de April recorriendo cada centímetro de su pecho. Las manos de la joven se movían lentamente por el torso del joven. De pronto sintió un cosquilleo en los labios, no tardó en adivinar que eran los labios de April que le estaban pidiendo permiso para poder entrar. Edgeworth poco a poco fue abriendo la boca y sintió como la lengua de April se colaba en su boca buscando su lengua, Edgeworth no se hizo muy de rogar y pronto ambas lenguas se fundieron. April aprovechó ese momento para posar una de sus manos en el notorio bulto que había en el pantalón del fiscal. Comenzó a acariciarlo, la cremallera luchaba contra el miembro del fiscal porque no saliese de su jaula. Poco a poco April fue separando su cara de la de Edgeworth que se le notaba bastante excitado.

  • Señor Edgeworth, antes cuando estaba contándole mi visión de los hechos me he fijado de que no me quitaba ojo de encima. – April comenzó a soltarse los botones de la camisa y no tardó en dejar al descubierto un sujetador rosa que guardaba los pechos de la testigo.

Edgeworth estaba impresionado, esa blusa le había desatado su imaginación y la verdad que aquella realidad se asemejaba mucho a sus pensamientos. En ese momento Edgeworth tomó la iniciativa por primera vez, llevó sus manos a la espalda de la joven y de un rápido movimiento le soltó el sujetador. Se lo quitó de un tirón y los pechos de la joven salieron a la luz. Éste comenzó a masajearlos, su mano cubría con dificultad el pecho entero, April besó apasionadamente al fiscal, éste también la besó sin dejar de masajear ambos pechos. La joven abrió la bragueta y buscó dentro el erecto miembro del fiscal. Una vez fuera comenzó a masturbarlo con velocidad. Edgeworth comenzó a sentir un placer descomunal al notar el movimiento de mano de la señorita May. Así que comenzó a pellizcar con violencia ambos pezones, April no pudo reprimir un gemido al notar el trato que le estaba dando Edgeworth a sus pezones.

De pronto Edgeworth paró y llevó sus manos a la blanca minifalda de April, de un tirón se la dejó a la altura de los tobillos y con ambas manos bajó el tanga rosa que llevaba. Entonces vio que la señorita May tenía un pequeño triangulito rosa encima del coño, cosa que puso al fiscal como una moto.

Le dio media vuelta y la puso contra el escritorio, agarró su polla y la colocó en la entrada de la señorita May. Con un duro golpe de cadera el miembro del fiscal se hizo paso hasta el lugar más recóndito del coño de la testigo.

En ese momento comenzó a mover la cadera a un buen ritmo, April no tardó en ponerse a gemir. Los gemidos de ésta se mezclaban con el chapoteo del cipote del fiscal arremetiendo duramente contra el coño de la joven. Edgeworth de vez en cuando golpeaba una de las nalgas de April cosa que a ella la volvía loca. Estuvieron varios minutos en esa posición cuando de repente Edgeworth saca su polla del interior de la testigo y tras darle media vuelta la coge de las piernas y la levanta a varios centímetros del suelo. Entonces la pone contra la pared y comienza de nuevo a penetrarla con brutalidad.

  • Oh, señor fiscal. Va a partirme en dos. –Decía entre gemidos.

Edgeworth comenzó con embestidas más y más veloces, April no podía parar de gritar cosa que a Edgeworth le encantaba, se fijó en las voluptuosas tetas de la señorita May que no paraban de botar, acercó a su boca uno de los pezones y comenzó a mordisquearlo, la reacción de April no se hizo esperar.

  • Me corro, me corro, mee

La testigo soltó un grito que se escuchó hasta en el pasillo, por suerte no pasaba nadie en ese momento, entonces Edgeworth bajó a la joven y esta se puso de rodillas.

  • Veo que su amiguito aún tiene ganas de dar justicia. – Decía mientras se lo introducía en la boca.

April comenzó a chuparle la polla a una velocidad vertiginosa, se metía y sacaba el miembro de la boca a toda velocidad ayudándose con una de las manos a pajear el aparato. De vez en cuando la señorita May miraba hacia arriba y veía la cara de Edgeworth llena de un placer contenido que poco tardaría en aparecer. En ese momento April comenzó a meterse la polla entera en la boca y a mover la lengua con velocidad por todo el tronco. Edgeworth cada vez gemía más rápido, señal inequívoca de que estaba a punto de correrse. En ese momento April se sacó la polla de la boca y comenzó a menearla con velocidad mientras que se centraba en el capullo con la boca.

  • Eso es… si… si… vamos pequeña… ¡Aquí tienes tu recompensa!

En ese momento varios chorros de esperma golpearon contra la cara de April, después se introdujo el capullo en la boca donde Edgeworth siguió descargándose. April tragó sin dudarlo y comenzó a juguetear con el miembro aún erecto del joven. Se lo metía en la boca, le daba algún que otro lametón, etc. Edgeworth le dio un clinex para que se limpiara la cara y así hizo ella. Poco a poco comenzaron a vestirse.

  • Mañana tendremos que reunirnos de nuevo para terminar con el testimonio.

  • Como usted diga señor fiscal.- April le guiño un ojo y salió del despacho.