Creacion de una sumisa (1)

Ana de no saber nada de sumision a ser captada para ser iniciada como sumisa en un periodo que durara varios capitulos.

CREACION DE UNA SUMISA(I)

Ana volvió del trabajo a la casa que compartía con unas amigas. Era cajera de un supermercado. Cuando regresó estaba su compañera Maria con su novio aunque ellos decían siempre que solo eran amigos su comportamiento era de más que amigos. El chico sabía algo de ordenadores y Ana le comentó que a ver si no le importaba mientras ella se duchaba y Maria hacía algo de cena echarle un vistazo porque últimamente hacía cosas raras.

El chico dijo que se lo miraría inmediatamente y que no se preocupara que seguramente era por exceso de información. El chaval encendió el ordenador y se puso a la tarea. Descubrió en una carpeta que parecía que Ana había intentado esconder bastantes fotos de temática sado y dominación. En todas había una sumisa por lo menos que obedecía a un Amo o Ama y cumplía todo lo que la ordenaban. Fernando pensó entonces como sacar provecho de la información pero primero se aseguró y cuando entró en el historial de internet vió que también había visitado varias webs de los mismos temas o relacionadas con ellos.

Maria que estaba haciendo la cena dijo que tenía que salir a por algo de pan que se había terminado. Entonces todo se desencadenó. Ana salió de la ducha con una toalla cubriéndola el cuerpo. Cuando llegó a la habitación donde estaba el ordenador vió como Fernando ya había terminado y como fondo de escritorio había seleccionado una foto en que una chica completamente desnuda se arrodillaba y besaba los pies de un Amo. Ana sintió que se mareaba por ver su secreto desvelado pero se recuperó y el miedo se empezó a combinar con excitación. Se estaba poniendo cachonda con lo que la estaba ocurriendo. No podía creérselo.

Entonces Fernando la ordenó que hiciera lo mismo que en la foto. La estaba probando a ver si de verdad era una sumisa o solo una chica que se ponía como una moto cada vez que veía ese tipo de escenas. Ana dudó e hizo mención de salir de la habitación. El chico la dijo que si salía no volvería a proponérselo nunca pero ella a la que su coño mandaba en esos momentos se arrodilló a los pies del chico y los besó. Ella estaba en esta postura cuando oyó las palabras de Maria:

Así que eres una zorrita sumisa, mejor así no tengo que buscarle a mi Amo otra sumisa. Abre bien las piernas y eleva el culo que tus dos agujeritos estén bien expuestos.--- la ordenó Maria ayudándola con la posición.

Ana obedeció y luego cuando la mandaron levantarse se quedó de pies con la cabeza gacha y esperando ordenes. Maria se había acercado al Amo y de pies con las piernas ligeramente abiertas dejaba que Fernando la soltase los pantalones a la altura del coño y dejase al descubierto los dos agujeros de la chica y jugase con ellos comprobando su humedad. Esa abertura en los pantalones era algo que a Ana siempre le había sorprendido pero nunca se había atrevido a preguntar. Ahora sabía que Maria era switch y bisexual.

Ana desde hacía un par de años había sentido una pulsión sexual también hacia las mujeres pero solo en una ocasión se había enrollado con una pero no había pasado mas allá de cuatro besos y caricias. Ahora iba a ser la sumisa sexual de su amiga. La dieron la noticia de que su otra compañera de piso lo iba a abandonar y Fernando iba a venir a vivir con ellas con lo que eso significaba. De momento Ana tenía que terminar la cena y servirla. Cumplió con su cometido y se retiró a la cocina, allí la ató Maria a la mesa con una correa de perra y la puso dos cuencos en el suelo, uno con agua y otro con comida. Ana intentó protestar pero enseguida la otra chica las cortó con un par de puntapiés dirigidos a su culo.

Cuando acabaron de cenar Maria la hizo que fregase mientras ella se sentaba en el salón con el Amo. Cuando acabó fue al salón y arrodillándose a sus pies lamió los pies del Amo y de Maria. Maria la anunció que en compañía del Amo irían a una fiesta en un selecto club. Ahora se debía de duchar, prepararse y acompañarles. Maria se encargaría de vestirla y de comprobar que iba bien limpia en todos los sentidos y vestida acorde a la situación que iba a vivir.

Ana fue a la ducha. Primero mojó todo su cuerpo con abundante agua. Con champú enjabonó durante unos segundos su corto cabello y con el gel de ducha se jabonó en todos los rincones incluso íntimamente. Por último se aclaró con abundante agua y llamó a María para que procediera a su inspección. Ana inclinó su cuerpo hacia delante apoyándose en la pared mostrando sus dos agujeritos. Maria se puso un guante de látex y puso algo de vaselina en sus dedos y palpó hábil y delicadamente los dos orificios de Ana. Luego la hizo salir de la ducha y la secó con un gran toallón de algodón. La perfumó y maquilló con elegancia pero sin exagerar.

Cuando Ana salió desnuda a la habitación encima de la cama tenía una braguita blanca que cuando se la puso comprobó que tenía dos agujeros. Uno a la altura de su vulva y otro de su ano. Luego Maria la sacó de uno de los armarios un vestido largo negro de tirantes. Ana se lo puso y se miró al espejo cuando la dejaron hacerlo y comprobó que el vestido llevaba una pequeña tira de velcro entre sus piernas. Ana ya estaba lista. La ataron sentada en una mesa y taparon sus ojos. Ahora Maria debía de prepararse. Ana creyó que había pasado una eternidad cuando fue liberada de sus ataduras y conducida en el ascensor hasta el coche donde se sentó en el asiento de atrás.

La quitaron la venda de los ojos y vió como el Amo iba vestido con una camiseta negra pegada al torso y unos pantalones de cuero. Maria iba con otro vestido, negro también, pero debajo se veía al abrir las piernas que llevaba unas braguitas rojas. Al de un cuarto de hora aproximadamente llegaron a un club situado en las afueras de la ciudad. Era un local con una entrada bastante discreta. Entraron, las dos chicas fueron a un cuarto aparte. El Amo fue a la habitación principal y saludó a otros Amos que estaban con sus sumisas y a alguna Ama.

Las nuevas sumisas, tal era el caso de Ana, iban a ser expuestas en una pasarela como la de los desfiles de modelos. Ana le atraía la sumisión no ya por la parte sexual o sensual del tema sino porque deseaba sentirse entregada a alguien. Le gustaría que fuera también su pareja pero era un poco difícil. Hoy al haberse entregado a sus amigos se había sentido muy bien y muy excitada. Maria la peinó pegando su pelo con gomina para darle un efecto mojado. Desnuda como estaba la maquilló un poco los pezones. La hizo abrir las piernas y retocó el vello púbico recortando algún pelo rebelde, tenía poco vello, solo una pequeña tira.

Colocó un collar en su cuello y ató una correa al collar para pasearla por la pasarela y comenzó el desfile. Ella fue la tercera en ser mostrada. Maria la paseaba y la chica miraba al público con vergüenza pero con cara de obediencia como su amiga la mandaba. Luego fue puesta en la misma fila que las otras cuatro sumisas que iban a ser subastadas esa noche. Las pujas no consistían en dinero. No querían mezclar el vil metal en aquellos juegos sino consistían en cesiones de sumis@s o estancias en mazmorras o casas en distintos lugares o cualquier cosa que se les ocurriera.

Ana fue adjudicada a una Ama madura que había acudido al evento con un sumiso moreno al que hacía llevar unas lentes de contacto de un azul que destacaba tanto que daba miedo a veces. Iba a pasar la noche en casa de su Ama. Fue conducida por Maria a una celda donde esperar a su Ama para esa noche. Allí se sentó desnuda, la espalda recta, el collar de posesión que la había regalado Fernando y las manos atadas a la pared a dos argollas por encima de su cabeza.

Continuará...........................

Este es un relato imaginario pero si queréis podéis escribirme sobre todo mujeres a:

Picante100@hotmail.com