Così fan tutte

¿Será esto el porno feminista del que hablan por ahí...? Una pequeña reflexión sobre el amor/sexo desde el punto de vista femenino; chicas, ya me diréis si se acerca a vuestro punto de vista.

Sé que una página porno no es el lugar indicado para estos culteranismos, porque la sangre se concentra en determinada parte y no riega bien el cerebro, pero lo tengo que citar:

Così fan tutte

. Aparte de una obra de Mozart, es italiano, viene a significar "Así actúan todas". Todas, son las demás, no yo, y todavía no sé si eso implica que voy camino de la santidad o es que simplemente soy medio gilipollas.

El así es algo más difícil de explicar porque significa muchas cosas. Significa, por ejemplo, auto engañarse, pasar por alto, perdonar, mentir, a veces incluso emborracharse. Así puede llegar a ser, según el caso, obviar la mentalidad infantil que les hace pensar en los videojuegos cuando tú, nada virtual y con necesidades reales, estás ahí a su lado, o pasar de viejos verdes para los que no existes si tu escote no luce un par de globos aerostáticos. Por no hablar de los niñatos adictos al porno que se piensan que una garganta profunda es la mejor manera de entrar en contacto, o aquellos, y esto que cada cual lo interprete a su manera, que se van cuando tú todavía no has echado a andar. Incluso también puede significar compadecer a aquellos que parece que están y son pero les tiemblan las manos cuando tienen que acompañar los movimientos de tu cadera.

Y lo siento si has leído hasta aquí y te sientes estafado porque esta no es una historia al uso. Me gustaría poder contarte una. Una bien sucia, o asquerosamente limpia porque transcurre en la ducha entre pompas de jabón, fluidos tibios y posturas imposibles más propias de acróbatas chinos. O tal vez una en la que se intercambian los papeles y mientras él plancha yo lo miro y acabo poniéndome más caliente que el pico de una ídem y acabamos follando sobre la encimera, pero... me parece que el realismo mágico ya pasó al olvido. Quizás algo más clásico, del tipo chica conoce chico, o chica conoce chica, o chica conoce al amigo del chico, o chica con chico conoce al chico de la chica de su chico y acaban, felices los cuatro, perreando dentro y fuera de la pista de baile. O acaso una de amores platónicos, o mucho mejor presocráticos, ¡dónde va a parar!, en la que te levantan los pies del suelo y sosteniéndote en el aire sientes abrasándote el fuego que ni el agua ni mi propia lluvia podrá sofocar. ¿Dónde estás mi Anaximandro?

A riesgo de parecer pedante (¿qué culpa tiene una de tener cierta cultura y/o carecer de polla con la que pensar?) seguiré con la filosofía. Así que si yo digo, que va, que va que va, yo leo a Kierkegaard, él sabe que me tiene que hacer reír, no importa cómo (al igual que los buenos cantantes tengo más de un registro), durante un rato y luego dejar las bromas o los dramas, lo que toque en cada momento y de un pollazo decidido y oportuno borrarme la sonrisa o enjuagarme las lágrimas y hacerme morder el labio. Debe preocuparse por lo que pasa alrededor de mi cintura al menos tanto como por sus abdominales, tiene que escucharme más allá del ajá, ajá con la cabeza gacha y la mirada perdida en la pantalla de su móvil. Tiene que ser duro, estar duro, o blando, no importa, el chocolate me gusta tanto en tableta como en mousse, y sobre todo ponerse duro, no hace falta decir dónde, ¿verdad?. Debe aguantarse mis días, y las broncas y los ya no te quiero, porque si siento que merece la pena tendrá la recompensa de mis reconciliaciones. ¿Tanto pedir es?

Y a cambio yo, alta, bajita, guapa, fea, del montón, gordita, esmirriada, obesa, sensata, loca, impulsiva, feminista, libre, sumisa, compartida, multiorgásmica, frígida, realista, pasota, pesimista, mentirosa, te ofrezco mi verdad.