Cosas que no se oyen
Cómo puede una persona enamorarse de otra sin haberla visto...
Cosas que no se oyen
Me había despertado, como todas las mañanas, caminé por mi habitación a oscuras, recorrí el salón para llegar a la cocina, abrí la nevera y cogí una vaso de leche, lo metí en el microondas, y cuando sonó el "ting", ya lo tenía en mis manos todavía frías cogí una cucharada de café y me lo bebí lo más rápido posible.
Cogí mi palo, y empecé a oír, toc toc toc, caminaba y así abrí la puerta de mi piso, lo cerré con llave, y esperé por el ascensor. Abrí la puerta y Mario, mi vecino, saludó amistosamente como siempre, eran las nueve de la mañana, o eso me pareció "oír", entré en el oscuro ascensor e intenté como pude darle a la planta baja, pero siempre con mi bastón, toc toc toc.
Al llegar a la calle, escuché y percibí tantos ruidos, tantos Un niño estaba llorando porque su madre no le compraba algo, un señor adulto caminaba tranquilamente leyendo el periódico, una chica joven hablaba con su amiga sobre un chico Aquellos sonidos que todos los días escuchaba, pero a los que no le podía poner "color".
Como siempre, fui caminando, toc toc toc toc toc toc pasaron los minutos llegué a aquellas oficinas donde se encontraba mi trabajo, subí por el ascensor, y cuando entré por la puerte, toné aquel diario saludo tierno de mis compañeros, sobre todo el de mi amigo Marcos. Toc toc toc, busqué mi despacho, y lo topé, me senté en mi silla de metal, aunque bastante cómodo, y encendí mi jornada. El teclado braile estaba siempre ahí, encima de la mesa de madera de pino duro, mudo, pero siempre conmigo, un compañero que a veces resultaba un amigo de consuelo...
Acabé mi jornada, pero algo raro pasó, Marcos, con su voz suave, tierna y agradable, me invitó a su casa a comer, él era un hombre de 30 años, o al menos, así lo recordaba Me encantaba su mano, su mano pura, fuerte y pulcra, siempre que me la daba para ayudarme a caminar cuando no tenía mi palo como apoyo Me gustaba su voz era especial, muy distinta al de los demás Era mi mejor amigo. Pero como decía, me invitó a ir a su casa a comer Yo solía comer solo, en mi casa, con música Jazz puesta Pero no me pareció una mala propuesta, y sonriéndole como pude, le dediqué una afable y amistosa mirada que yo sentía, pero que no podía ver.
-Entonces, ¿te gustaría venir?
-Por supuesto, ¡si me invitas!-dije amablemente.
Sin darme cuenta, había olvidado mi palo, mientras entraba en su coche aparcado en el garaje de las oficinas, y le dije que iba a cogerlo, pero él no me dejó, y con su tono caballeroso, le di la razón sabiendo que debería ir a por él. El coche se puso en marcha, y empezó a conducir. Silencio. Silencio. Ese silencio me ponía incómodo, no podía soportarlo. Y al parecer Marcos se dio cuenta, y me preguntó:
-Bueno, tengo aquí algunos de mis CDs.. a ver.. ¿te gusta el Jazz?
-Sí. -Esa había sido mi respuesta, algo disimulada..porque quería decir Sí!, Me encanta ..pero me pareció algo bruto
-Vale, pues pondré este..La verdad es que no sé muy bien quien es el autor..
Y el lector empezó a escanear, y los altavoces empezaron a cantar, y así empezó a sonar una bonita canción con un toque romaticón que no conocía Llegamos, o eso me pareció porque el coche se paró, y la música consigo. Se oyó un portazo, era de su lateral, intenté bajarme, pero antes de que yo mismo pudiese salir, ya estaba Marcos, allí, cogiéndome de la mano ¿Ya lo he dicho, os que me gusta tanto su tacto? Su mano firme, un tanto áspera, libre de vello Entonces, cogiéndome de mi mano, me llevó hasta su casa como si fuera un palacio. Los olores de pureza, me hacían sentir bien, olfateaba un aroma a pino, a césped recién cortado, a primavera Todo era perfecto, como en un cuento de hadas pero al llegar, una voz extraña, era un chica, parecía ser bastante simpática.
-Hola Marcos!- dijo la chica, oí un chasquido como si fuera un beso, entonces un silencio y supuse que se habría ido
-Adelante, ¡Estás en tu casa!- expresó Marcos, con un voz juguetona Su casa tenía un aroma a a él, un aroma especial, un aroma semejante a eucalipto .
Entramos, un maullido se escuchó, parecía un gato que me rozaba la pierna, calentándome dulcemente, parecía muy vivaz
Parece que le caes bien a Miau , no suele tratar así a desconocidos.
¿ Miau ?
Sí, jeje, parece gracioso, pero es que a los gatos les gusta que les llamen en su lenguaje ¿no?
Sonreí sin decir nada más, puesto que parecía que la voz de Marcos hacía un decrecendo ... Entonces, me llevó hasta un supuesto salón con su brazo "cruzado" con el mío, me apoyó sobre una silla cómoda, y luego "me quitó su brazo para ser libre de mí".
- Ahora vuelvo, te voy a preparar algo especial- me agradó escuchar esto, y luego me dio un beso en la mejilla Sorpresa!... ese gesto ya fue especial para mí mi cara se abochornó, lo notaba, estaba alterado
Se dirigió a la cocina, ya que oí el ruido de unas sartenes, y empezó a preparar la comida, olía bien, por no decir que yo mismo tendría mucho hambre
Continuará (?)