Cosas de la vida
Relato sencillo de una vivencia real
Me llamo Celia, tengo 28 años, soy morena y creo que soy el tipo de mujer que gusta a los hombres, mido 1.70 y delgada. Estoy casada desde muy joven, con León, un hombre bastante mayor que yo, pero me case enamoradísima. Todo fue maravilloso durante 2 años, tenía todo lo que podía soñar, pero poco a poco, la monotonía invadió nuestras vidas, él, un esclavo del trabajo, pasó de ser mi marido a ser mi padre, me daba todo, pero el aburrimiento lleno mi vida.
Empecé a entrar en chats para entretenerme, conocer otro mundo, pero no llegaba a satisfacerme; todo cambio el día que por casualidad conocí a Yosef, un solitario de Mali, que trabajaba en España varios años, pero que no se adaptaba a nuestro país.
Nuestra relación fue, desde el principio, de comunicación pura, con las reservas iniciales, por otro lado, lógicas, pero se desarrolló en una comunicación fluida, donde nos sincerábamos nuestras frustraciones, nuestras ideas, nuestros sueños y la que más me engancho, fue su respeto, poco usual en esos medios y sus nulas exigencias, lo más fue un intercambio de fotografías donde aparecía un chico negro, de unos 35 años, simpático, nada espectacular, pero guapo y bien formado.
Pasaron meses en que nos fuimos conociendo, hasta el punto que parecía que nos conocíamos de toda la vida, y los días que no contactábamos, sentíamos que nos faltaba algo .Un día, de forma muy tímida, me sugirió, que si me importaría que coincidiésemos algún día, la verdad es que era complicado, él vivía en Castellón y yo en Murcia , además…era algo que a mí me preocupaba, una cita así, me rompía mis esquemas, pero tome la decisión , la verdad es que mi marido , me da toda la libertad del mundo y mi vida laboral me permite movilidad, así que un día que León , emprendió un viaje de negocios a Sudamérica y yo no podía acompañarlo, por mi trabajo, quede con Yosef en un pueblito de Alicante, donde tenemos un apartamento, que nunca vamos y que en verano la alquilamos , así que en pleno mes de Octubre, estaba vacío. Quedamos en un bar , que aun esa época, tiene una terraza y allí me presente..pero me puse en otro, enfrente de él, con una cristalera, una media hora antes, no había pasado 15 minutos cuando lo vi presentarse, algo asustado, se sentó y allí permaneció con una Coca que apenas tocaba., miraba el reloj y cada segundo parecía más nervioso y decepcionado, así que me decidí y salí hacia él, yo llevaba una falda por encima de la rodilla y una cazadora ligera, con unas gafas de sol grandes. Al verme, su cara cambió radicalmente, por el alivio y el nerviosismo. Me saludó con un ligero beso en la mejilla y nos sentamos allí un buen ratito rompiendo el hielo y al final me invito a pasear por la playa, era tarde, y el sol se ponía, y tras comprar unas cositas en el súper del pueblo de al lado, fuimos al apartamento, pasando por el garaje. En el apartamento, nos tomamos de las manos y quedamos los dos mirándonos riendo como dos críos, hasta que me acerque a él y le da un beso suave en sus gruesos labios, él calló y me abrazo casi con desesperación, me deje llevar , me busco la boca y me beso con pasión, su lengua casi me ahogaba, sus manos me acariciaban la espalda y se pegaba a mi como si temiera que se escapase , le tranquilice y le lleve a un sofá y nos sentamos abrazados, le bese, le acaricie, todo suavemente, relajándolo , ayudándole a quitarse la sudadera y dejando mi cazadora en el suelo, las camisas se desprendieron como por embrujo y sus grandes manos se posaron en mis pequeños pechos, para pasar a besarlos, lamerlos, morderlos, parecía hambriento, me hacía daño……. Le tome la cara y le dije, tranquilo cariño, tenemos todo el tiempo del mundo, le acaricie el vello ensortijado de su pecho, toque sus pezones y quite el broche de su correa y el botón de su pantalón, pase mis manos por sus nalgas , por debajo de su pantalón y le besé sus pezones ..me embriagaba su olor, su sudor, él acarició mis muslos subiendo sus manos hasta mi braguita, deje caer mi falda a mis pies y la aleje mientras él se quitaba su pantalón, quedándonos los dos con nuestra ropa interior, volvimos a abrazarnos y rozamos nuestros cuerpos, nos acariciamos cada centímetro de nuestra piel, note en mi vientre la dureza de su miembro, que hasta entonces no había reparado, baje las manos hacia él , y bajando su calzoncillo emergió como un mástil un miembro, grande, erecto, desafiante…… me impresionó, solo estaba acostumbrada al de mi marido, una caricatura de ese, lo tome entre mis manos y lo acaricie, Yosef , rujío, se desprendió de la prenda y se dejó acariciar , esta vez totalmente relajado , me la lleve a la boca, la lamí, la besé , demasiado grande para mi boca, pero pude introducir un buen trozo en mi boca, el tomo mi cabeza y me ayudó a que mi cabeza se acompasase al movimiento de mis manos que frotaban su pene, después seguí con una mano y con la otra acaricie el vello rizado de su pelvis , y sus elevados testículos. Yosef gemía, cerraba los ojos, disfrutaba, hablaba con un vocabulario que desconocía , pero que me excitaba, es estaba supe excitado, me paro la cabeza , me miro con ojos febriles, y se quitó las braguitas, con una delicadeza hasta ahora desconocida en él, me levanto mi sentó en el sofá, él se arrodillo ante mí y colocó su cabeza entre mis muslos, miró mi sexo, totalmente depilado, me miró sorprendido, sonrió y se lanzó hacia él, sus boca taponó todo él, y su lengua empezó a explorarlo , su lengua encontró mi clítoris, lo lamió , jugo con él. La introdujo y buscó la parte trasera del clítoris, chupo, absorbió, mordisqueo… fue algo que jamás había disfrutado, mis manos acariciaban su cabeza , su espalda, un calor me subía hasta la garganta, se me nublaba la vista, le apretaba la cabeza hacia mi sexo…, no podía más…. El acariciaba mis nalgas, con sus callosas manos, tocaba mi orificio negro, yo… creía que me moría de placer… grite… y note como si me vaciara, el seguía, sorbía, chupaba, yo me abandoné, creía que me desmayaba; abrí los ojos y vi su blanca dentadura, en una sonrisa amplia y satisfecha, que se acercaba a mí me empezaba a besar y morder por mis pechos, cuello, cara…. Un vendaval que me envolvía, sus manos no paraban de acariciarme yo, le correspondía y amasaba su curtida piel, pasado un ratito, me levantó y como un autómata me dirigí con él al dormitorio, casi en volandas, abrazada a él, me depositó en la cama y volvió a sus besos compartidos con los míos, hasta sentir ese tótem rozar la parte interna de mis muslos , instintivamente, abrí mis piernas y me abandone a él , aproximo a mi vulva ese enorme pene, en ese momento , sentí temor, pero me tranquilizó , rozó mis labios externos con aquello y acarició la zona, empezó a entrar , suavemente, yo, notaba que me iba a partir en dos, pero entraba suave, despacio , todo acompañado de besos, caricias, así que le abrace y empuje hacia él, notando como ese apéndice se introducía dentro de mí, y permanecía dentro notando sus latidos y sintiéndome llena , sin un mínimo espacio empezando a moverse , al principio, lentamente y acelerando poco a poco….le abracé, era suya, mis piernas, abrazaron su cintura, para que entrase más en mí, él gemía, susurraba, me besaba, me mordía, yo le clavaba las uñas en su espalda , aquello fue eterno, maravillosamente eterno, querría que nunca acabase, pero de momento, mi cuerpo volvió a explotar mientras sentía una inundación en mi vagina , caliente, potente, a salvas, que hacían estremecerme , le abrace y no quería que saliese de mí , nunca, , pero ese miembro se separó suavemente de mi aunque el abrazo de Yosef permanecía y sus besos continuaron.
Fue un puente maravilloso, probamos todo, el sexo no tenía límites con nosotros, nos amamos, nos quisimos, nos unimos.
Hubo más encuentros, tan apasionados , tan lindos , fue una época maravillosa , arriesgamos , disfrutamos , pero todo tiene su fin , él debía volver a su país , yo, no quise seguirle , además , quede embarazada de mi marido , así..Que todo acabo, aunque aún, contactamos y recordamos, soñamos… volvemos a vivirlo, aunque esta vez, por la fría pantalla y la camp., ya no es lo mismo…pero fue tan hermoso aquello, que aún queda la pasión.