Cosas de campamento adolescente (2)
Las aventuras de Iban, Raúl y Jorge continúan...
COSAS DE CAMPAMENTO ADOLESCENTE (II)
En este relato se continúan las aventuras de Iban, Jorge y Raúl. Yo soy Iban, tengo 16 años, pero cuando paso todo esto tenía 15 (el año pasado), ocurrió en un campamento de verano... en fin leed el anterior relato.
En fin, después de la "aventura" con Tamara, Ruth y Marta, nos habíamos quedado satisfechos, y no imaginábamos lo que nos iba a suceder. A medida que iba avanzando el campamento íbamos teniendo mas confianza con los monitores, sobre todo con Alba, nuestra monitora. Era la típica tía 10, unas tetas grandes, un culo perfecto, rubia, un poco alta, 1,78 mas o menos... y mulata.
Los días iban pasando relativamente tranquilos, baños, talleres, deportes... bueno, lo típico de estos campamentos. Durante estos días tuvimos varios "escarceos" con Tamara, que era la mas "viciosilla" de las tres chicas. Uno de los días ocurrió algo inesperado. Era después de comer, cuando tenemos tiempo libre. Hacía mogollón de calor así que Jorge, Raúl y yo decidimos ir a la poza "secreta" que conocíamos para darnos un baño. Íbamos a esa porque durante el tiempo libre no nos podíamos bañar, por eso de hacer la digestión. Fuimos andando alejándonos un poco del campamento hablando de nuestras cosas, acercándonos a la poza. Cuando estábamos mas o menos cerca, nos pareció ir un ruido. Rápidamente nos callamos y pusimos atención. Mas que un ruido parecía un gemido. El sonido provenía de "nuestra" poza. Nos fuimos acercando sin hacer ruido, quedando sobre la poza, escondidos detrás de unos árboles que había allí. La imagen nos dejo alucinados: nuestra monitora, Alba, se estaba masturbando delante nuestro.
Alba iba en bañador y se estaba pasando las manos por todo el cuerpo. Cerró los ojos y con una mano se sobaba las tetas mientras con la otra se frotaba el coño por encima del bañador. Eso nos estaba poniendo a mil y a todos se nos notaba un bulto considerable en los pantalones. Poco a poco se quito la parte de arriba del bañador y se empezó a pellizcar los pezones con ambas manos mientras no paraba de gemir. Después de estar un ratito así se bajo lentamente el bañador hasta la parte inferior de los muslos y con una mano empezó a acariciarse los labios.
Eso ya nos puso demasiado calientes, y Jorge, que se supone que era el mas tímido de los tres se sacó su verga completamente parada y empezó a masturbarse. Obviamente, Raúl y yo hicimos los mismo pajeandonos frenéticamente.
Pero nuestra sorpresa fue mayúscula cuando apareció Ricardo (nuestro monitor junto con ella) y le dijo algo al oído mientras sonreía pícaramente. Inmediatamente Alba apoyó sus manos en la roca que tenía detrás suyo y Ricardo sacando su polla tiesa, sin ningún "preámbulo", se la metió de un golpe. Empezó a bombear frenéticamente, como si fuese un animal en celo, ni siquiera en las pelis porno que habíamos visto los tres se follaban a nadie de esa manera. De todas formas a Alba no parecía disgustarle, más bien al contrario, estaba gimiendo el triple que antes. Después de estar unos cinco minutos así, Ricardo saco rápidamente su polla del coño de Alba y empezó a masturbarse frenéticamente mientras Alba se agachaba un poco de manera que sus tetas quedaban a la altura de la polla de Ricardo.
Yo no aguante más y empecé a correrme soltando un par de chorros contra el árbol. En ese momento es cuando Ricardo soltó varios chorros de lefa que fueron impactando en las tetas de Alba, menos uno que le dio en la mejilla. Eso fue demasiado para mis dos compañeros. Jorge se corrió abundantemente, incluso uno de los disparos fue a parar a la verga de Raúl, al que no le importo lo mas mínimo, siguió masturbándose esparciendo toda la leche de Jorge por su polla. Eso provocó que su mano se deslizase muy fácilmente por su tranca, lo que ocasionó una gran corrida. Algún latigazo incluso fue a parar al río, increíble.
Inmediatamente después nos fuimos repasando los mejores momento de lo acababamos de ver. El día por lo demás transcurrió sin incidentes, eso sí, nosotros ahora mirábamos de otra forma a Alba, de lo cual creo que se dio cuenta.
Al anochecer nos esperaba otra sorpresa. La tienda de campaña en la que dormíamos era de 7 plazas en las cuales estábamos Raúl, Jorge, Tamara, yo, y otras 3 personas que no vienen a cuento. Terminamos las actividades nocturnas y nos metimos a dormir a la tienda. Estuvimos hablando un rato hasta que la gente se fue durmiendo. Nos quedamos despiertos Raúl, Tamara y yo, que dormíamos juntos quedando Tamara entre nosotros dos.
Estábamos hablando bajito cuando de repente Tamara mete la mano en nuestros sacos de dormir y se dirige a nuestra entrepierna. Empezó a sobarnos el paquete.
-Vaya, parece que a Raúl se le pone antes dura.- Tamara.
Cuando juzgó que nuestras pollas estaban bien duras, nos empezó a masturbar. Yo levanté un poco la cabeza para ver (medio en sombras porque era de noche) a Tamara pajeando con una mano a Raúl y con la otra a mi. Raúl tenía una cara de placer indescriptible. Nosotros no quisimos perder el tiempo y cada uno metió una de sus manos en el saco de Tamara. Los dos apartamos un poco las braguitas y empezamos a tocarle el coño. Le tocábamos el clítoris, los labios, todo. Nuestras manos se encontraba explorando los mismos sitios.
Tamara empezó a convulsionarse y nosotros notábamos nuestras manos de estar húmedas a estar completamente mojadas por los jugos de Tamara. Yo empecé a correrme, pringando la mano de Tamara de mi semen, por no hablar de mi saco, que quedo con una considerable mancha blancuzca. Tamara sacó su mano y empezó a pasar su lengua por ella, saboreando mi leche. Eso calentó muchísimo a Raúl que le susurro:
-¿Quieres mas leche? ¡¡Toma un poco de la mía!!
Raúl acercó su tranca a la cara de Tamara y esta sin dudarlo se la metió en su boca. Yo conozco a Raúl y se perfectamente la cara que pone cuando se corre, y por la cara que estaba poniendo, tenia que estar corriéndose como un campeón. Eso quedo demostrado un poco mas tarde cuando de la comisura de los labios de Tamara empezó a gotear semen, el que no había podido tragarse.
Después de eso nos dimos las buenas noches y nos fuimos a dormir.
Al día siguiente hacía un calor espantoso. Después de las actividades de la mañana y fuimos a comer y llego el tiempo libre. Era el mediodía, y si de por si había salido un día extremadamente caluroso, a esas horas era algo realmente insoportable. Así que para refrescarnos un poco decidimos ir a ducharnos. Las duchas era el único "edificio" que había en todo el campamento. Como no nos podíamos bañar en el río porque lo llenaríamos todo de jabón, pues estaban las duchas, algo que por otra parte era más cómodo (y más higiénico).
Así que nos dirigimos hacia allá. Llegamos y nos desvestimos y nos dirigimos a la duchas en pelotas. A las duchas les faltaba en muchos casos la cebolleta, con lo cual salía mas bien un chorro de agua. Eso tuvo su efecto en Jorge, porque se le puso la polla algo dura.
-¡¡Coño Jorge, pero que te pasa por ahí abajo!!- Iban.
-¡¡¡Que pasa, te calienta vernos en pelotas en pillo!!!-Raúl.
-¡¡Anda y que os den por culo!! Mirad lo que hago.-Jorge.
Y sin más miramientos se empezó a sobar la polla. Cuando se le puso dura comenzó a masturbarse sin ningún pudor. Raúl y yo nos miramos a la cara, entendiéndonos perfectamente. Nosotros dos también nos empezamos a masturbar. En eso estábamos cuando de repente escuchamos la voz de Alba:
-¿Pero que tenemos aquí?-Alba.
Nos dimos un susto de muerte. Intentamos taparnos como pudimos, pero era imposible taparnos las trancas duras solo con las manos.
-Tranquilos, no hace falta que os tapeis, no me voy a asustar. ¿Qué creeis que es la primera que veo?
-Eso seguro que no. Yo creo que se la debiste ver bastante bien a Ricardo mientras le salía toda la lefa. Lo vimos todo- Raúl.
-¿Cómo?-Alba.
La cara de Alba era todo un poema. Estaba completamente perpleja, no sabía que decir. Aunque reacciono muy pronto con una propuesta que nos dejo atónitos.
-Bueno podemos hacer un trato. Vosotros os callais y yo os ayudo a bajaros esas cosas duras.-Alba.
Sin siquiera esperar nuestra respuesta se desnudo en un santiamén. Obviamente nosotros no perdimos tiempo. Yo me puse de rodillas y empecé a pasar mi lengua por su culo. Jorge también se puso de rodillas y empezó a pasar su lengua por sus labios vaginales, mientras Raúl de pies le comía las tetas a Alba, dando pequeños mordisquitos en sus pezones, amasando con las manos sus pechos, pasando la lengua por los pezones.
La polla de Raúl estaba a la altura del ombligo de Alba. Jorge iba haciendo recorridos con su lengua. Bajaba por sus muslos, subía de nuevo a la vagina de Alba. En uno de estos recorridos en los que estaba subiendo empezó a lamer el piercing que tenía Alba en el ombligo. "Sin querer" le dio un lengüetazo a Raúl en su polla. Raúl se la cogió con una mano y prácticamente se la metió en la boca a Jorge, que se la empezó a lamer como si fuera una piruleta. Jorge iba alternando la vagina de Alba con la verga de Raúl.
-Creo que te toca a ti Alba- Yo.
Alba se puso de rodillas entre nosotros tres y se metió la polla de Jorge y la mia a la vez en la boca mientras con una mano masturbaba a Raúl. Yo notaba la lengua y la saliva de Alba recorrer el tronco de mi polla a la vez que notaba las palpitaciones de la tranca de Jorge. Estuvimos así un rato hasta que Alba dijo:
-Hay una cosa que siempre he querido hacer. Vosotros simplemente haced lo que os diga.
Siguiendo sus instrucciones, Raúl se tumbó en el suelo. Alba fue sentando suavemente sobre su polla, que estaba completamente tiesa. Después le mandó a Jorge que se la metiese por detrás, pero con mucho cuidado. Jorge le metió primero un dedo para ir dilatando, lo que parece que le gusto bastante a Alba por los gemiditos que emitía. Después de eso Jorge poco a poco se la fue metiendo a Alba por el culo. Yo le puse a Alba mi tranca a la altura de su boca y pronto se la metió de un bocado. Se empezaron a mover sincronizadamente, de manera que con los empujones de Jorge en su culo Alba apenas tenía que hacer esfuerzos para comerme la polla. Poco a poco el ritmo fue creciendo hasta que Raúl y Jorge estaban embistiendo a Alba, que no paraba de gemir. Se mantuvo el ritmo así un ratito, durante los cuales Alba tuvo dos orgasmos.
Hubo un momento en el que no podíamos aguantar más el orgasmo y ella o notó:
-Chicos correros en mi boca que me encanta.
Según terminaba de decir eso Jorge estaba a un lado de la cara de Alba y yo al otro, pajeandonos frenéticamente. Raúl, con ayuda de Alba, había puesto su gran polla entre las tetas y se movía muy rápido.
El primero en correrse fue Jorge. Su primer disparo fue a parar a mi vello púbico y el resto a la mejilla de Alba, que sacaba la lengua para recoger lo que pudiese. Después me vine yo. Con gemidos que eran casi gritos. Mis chorros fueron a parar por toda su cara: frente, mejillas, labios...
Una vez más, la corrida de Raúl fue la más espectacular. Empezó a soltar chorros de leche abundantemente. El primero fue a parar al pelo de Alba, el segundo se estrelló contra su cara y con los siguientes mas pequeños embadurnó las tetas de Alba de leche.
Nos tumbamos en el suelo de la ducha para descansar. Un rato mas tarde Alba se duchó (que para eso había ido) y nosotros nos largamos sin creernos todavía lo que había pasado.
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