Cosa de tres 2
Un nuevo encuentro entre los tres primos hace saltar chispas.
Un nuevo encuentro entre los tres primos encendió la mecha.
Era verano y los primos más mayores decidimos hacer una quedada para veros y recordar viejos tiempos de cuando nuestros abuelos paternos reunían a toda la familia a la mesa. La idea era de ir a un camping y pasar el día en la playa. Sol, agua, juegos, risas, música, alcohol, etc., que podría ir salir mal.
Llegamos el sábado por la mañana al camping y cogimos cuatro bungalows, éramos un total de doce en total. Dos de ellos se los quedaron las primas y los otros dos los primos. En cada bungalows podrían dormir cuatro personas, pero como éramos seis decidimos ir tres para cada lado. Los más jóvenes quisieron ir los tres juntos por lo que nos quedamos los tres primos de la misma edad juntos, cosa que no nos desagradaba para nada.
Cada grupo se fue a su bungalow para instalarse, no sin antes concretar que en una hora nos volveríamos a juntar para ir a la playa. Llegamos al bongalow y nos encontramos con una mini cocina, una mesa con cuatro sillas, un minúsculo baño y dos habitaciones con camas de matrimonio, eso quiere decir que dos compartiríamos cama y uno dormiría solo.
Como nos daba igual, lo echamos a suertes. El método utilizado fue con tres papeles pusimos en dos de ellos un uno y en el otro un dos, los doblamos y los metimos en una gorra, quien sacase los dos unos dormirán juntos. Cogimos los tres los papelitos y los abrimos a la vez, y casualidades de la vida a Ian y a mí nos tocó dormir juntos y a Mikel solo.
Una vez echo el reparto, pusimos nuestras cosas en las habitaciones, Ian y yo nos cambiamos en la habitación para ir a la playa, nos quedamos completamente desnudos el uno al lado del otro y no pude evitar ver su cuerpo, lo veía cambiado desde la última vez que lo había visto, estaba más desarrollado, sin llegar a marcar mucho sus músculos pero estaba fibrado y no pude evitar fijarme en su pene. Era más grande de lo que recordaba, aunque estaba en reposo debía de llegar a un buen tamaño bien duro. De tamaño debíamos de andar más o menos igual, pero el de él se veía más grande.
Ian se dio de cuenta que le estaba viendo y llevo su mano a su pene y lo meneo, yo levante la vista y cruzamos miradas, me sonrió mostrando sus dientes y me giño un ojo. Yo le sonreí tímidamente y aparte la mirada por la vergüenza que me acabada de dar. Nos pusimos los bañadores, Mikel ya estaba esperando por nosotros, cogimos la nevera con la comida y la bebida y nos salimos al encuentro del grupo.
Llegamos a la playa y el día paso de lo más normal, carreras en el agua, peleas en el agua, juego a las palas, cartas, momento de siesta, paseos por la orilla, carreras, saltos desde las rocas… Vamos lo que es un día de playa completo.
Cuando llegaron las nueve de la tarde, decidimos recoger e ir para el camping, nos duchamos de uno en uno, pues el baño no daba para más y una vez guapos sacamos las mesas para fuera y nos juntamos todos delante de los bungalows, preparamos las hamburguesas cada uno en sus cocinas para ir más rápido. Pusimos la comida en la mesa sacamos las bebidas y entre los recuerdos del pasado no parábamos de reír y el alcohol montamos una buena fiesta, aunque no muy alto para no molestar a los demás campistas. Fue una gran noche en grupo, pero le mejor viene cuando cada grupo se fue a su bongalow.
Voy a hacer una parada para describirnos un poco y que así tengáis una mejor concepción de nosotros. Los tres tenemos la misma edad, nacimos en distintos meses por un año de los ‘90s.
Ian, el mayor, pelo corto y moreno, oscuros, 182cm delgado algo fibrado, pero sin marcar mucho, piel morara, sin mucho vello corporal lo justo para hacerlo bien sexy. Labios carnosos y a su alrededor una barba de 3 días haciendo un cerco alrededor de su boca.
Yo, el mediano, media melena rubio, ojos castaños con toques verdes, 184cm delgado, culo redondito, piel blanca, con poco vello corporal y rasurado donde hay. Labios carnosos y afeitado.
Mikel, el pequeño, pelo corto y moreno, ojos castaños, 180cm cuerpo trabajado del gym (ancho, pero sin marcar, vamos, pecho palomo), piel entre blanca y morena, sin mucho vello corporal y completamente depilado. Labios normales Afeitado.
Al llegar al bungalow, fuimos uno detrás del otro al baño para asearnos e ir a dormir, cuando acabamos cada uno se fue a su habitación.
Yo: Que buen día pasamos y buen remate – dije entre risas (debidas a la chispilla que llevaba) y desvistiéndome hasta que me quedé en bóxer. Iba a coger le pijama y pregunte – te importa si duermo en bóxer hace mucho calor.
Ian: Si la verdad que cuando nos juntamos la liamos bien – él también estaba algo achispado acabando desvestirse me responde – Como si duermes desnudo, no me importa, de echo la noche esta como para eso.
Yo: Si claro eso es lo que tú quieres – me rio y le tiro el cojín que estaba en la cama a la cara y él también se echa a reír.
Ian: Sabes que si primito – en plan de cachondeo y burlón – Que diablo yo voy a dormir sin nada, si te parece bien – dicho eso se quita el bóxer y se queda completamente desnudo delante mía.
Yo: Que me va a importar – no puedo dejar de verlo – tu sabrás como quieres dormir, ahora te digo, ten cuidado donde apuntas con eso – señalo su pene que parecía que se estaba despertando.
Los dos nos echamos a reír y nos metimos en la cama. Nos quedamos en silencio y no sé si era por el calor, por alcohol o porque aún tenía ganas de fiesta que no me daba pegado el sueño.
Ian: Primo, ey primo – me dijo entre susurros – estas dormido.
Yo: Aún no, no me da el sueño.
Ian: Bien, bien – hizo una parada – Que sepas que te estoy apuntando – me dijo serio.
Yo: Qué dices? Aún te dura la borrachera – busco mi mano la cogió y la llevo hasta él.
Estaba tumbado de lado viendo hacia mi y había llevado mi mano hasta su pene que estaba totalmente duro, hizo que se lo agarrase bien y se tumbó boca arriba.
Yo: Estoy tocando tu pene? – él se echó a reír con lo que de por confirmada mi pregunta.
Ian: Me la meneas un poco.
Yo: Si claro – dije en sarcasmo – Y si quieres también te hago una mamada.
Ian: Pues eso tampoco estaría mal – echa una carcajada
Yo: Yo no tengo problema – hago una pausa – Pero estas seguro de lo que me pides?
Ian: Claro que si – llevo su mano detrás de mi cuello y me arrastro hasta quedar nuestras caras una enfrente a la otra – Quítate el bóxer y montamos una mini-fiesta – dicho esto me beso.
Estuvimos un rato largo besándonos, y nuestras lenguas empezaron a jugar entre ellas. De vez en cuando se escuchaba algún que otro chasquido y mientras mi mano tenía su pene agarrado con fuerza.
Me quité el bóxer, ya con mi pene totalmente duro y me volví a acercar a el para besarlo. Esta vez recorría con mi mano todo su pecho con suaves movimientos mientras que el llevo su mano a mi culo y tocaba con ansia mi nalga derecha.
Me dio una palmada en la nalga para indicarme que mi boca tenía que dejar la suya e ir para otra parte de su cuerpo. Le di un ultimo beso y me dirigí a su pene el cual estaba bien duro y babeando. Pase mi lengua desde la base hasta su punta, recogiendo el liquido que estaba soltando y repetí la jugada en dos ocasiones más.
La última subida me detuve en su glande y con la lengua empecé a hacer círculos. Él empezaba a gemir del gusto que estaba recibiendo. Cuando ya la tenia bien húmeda me la metí de un golpe en la boca. A él le enloqueció, que me agarro del pelo para que no la sacara aún. Cuando me la saqué, empecé a subir y bajar y él movía las caderas para ayudar el movimiento.
Estábamos en pleno apogeo, cuando de repente se abre la puerta de la habitación. Tras ella aparece Mikel que se hacía levantado porque no le entraba el sueño y se sentía solo en su cuarto.
Mikel: Pero que…!! – se queda viendo el panorama – Anda que avisáis capullos.
Ian: Surgió sobre la marcha, además pensé que ya estarías más que sobado.
Mikel: Eso no es escusa – entra en la habitación y se quita la parte de arriba del pijama – Para esto siempre se avisa, aunque se esté dormido.
Yo: si claro, que tu avisarías.
Mikel: Por supuesto – dijo todo ofendido.
Mikel se acabo de desnudar y encendió la luz para no perder detalle de nada. Y allí estábamos los tres desnudos con los penes bien duros y apunto de pasar una buena noche.
Mikel: Joder primos, pedazo pollas – nos las agarro a los dos – os las habéis medido alguna ves? Cuánto os mide?
Ian: Unos 19cm.
Yo: Yo casi, 18,5cm.
Mikel: Jolín, a comparación de las vuestras la mía es pequeña – dice apenado – 17cm raspados.
Yo: Pero son unos buenos centímetros – dicho esto me acacho y me la meto en la boca.
Ian: Eso es verdad – ríe – Ya que el te esta comiendo la tuya, tu continua con lo que estaba haciendo.
Mikel no tardo en ponerse manos a la obra, y cogió el pene de Ian con ganas y ansias.
Yo: Oye Ian, tu no vas a hacer nada? – dije indignado – O solo estas para que te la coman?
Ian: Tienes razón – se echa a reír – Trae para aquí esa polla.
Le acerco mi polla a la cara y me empieza a hacer una mamada. Estábamos los tres en circulo con las tres bocas ocupadas por nuestros penes. Era una gozada sentir como mi pene entraba y salía de su boca y su lengua pasaba por todos lados y mientas tanto tener otro dentro de mi boca.
Llego un momento que repetía los movimientos que me hacia Ian a Mikel e imagino que Mikel a Ian igual. Por lo que, si lo pensamos, nos estábamos haciendo una auto-mamada. Estuvimos así por unos minutos.
Ian: No voy a aguantar más. Mikel voy a llenarte la boca de leche.
Mikel: Avisa que me quito cuando sea.
Ian: Venga, no seas corta rollos y déjame.
Yo: Llénamela a mí. Cambiamos de posición.
Mikel y yo cambiamos de posición. Ahora yo estaba comiendo el pene de Ian, Mikel el mío e Ian el de Mikel.
Ian: Ya va, ya va – dicho esto Ian empezó a lanzar un montón de trallazos hasta mi garganta, conté un total de siete – A que gusto – gemía del placer que estaba sintiendo mientras le mamaba y se corría.
Me tragué toda su leche y después se la limpié con la lengua para no dejar una gota.
Ian: Eso tenias que hacer tu Mikel.
Mikel: Paso, no me gusta llegar a eso.
Ian: Soso – dijo haciendo un gesto con la mano – David, para agradecerte el favor ahora seré yo el que se coma tu leche – aparto a Mikel y empezó a mamarme. No tarde mucho en acabar y dispare también unos buenos trallazos a su garganta mientras gemía de placer. Cuando dio por acabado su tarea. Se apartó y me beso. Nuestras pollas tenían el sabor de nuestras corridas. Mikel se quedó embobado viendo como nos besábamos mientras se masturbaba.
Mikel: Eh! Y yo qué? – dijo estupefacto – A mi no me ayudáis a acabar?
Ian: Nada, por no querer comerte la leche.
Yo: No seas mano Ian – le hice una caricia y le guiñé un ojo – Que te parece si te comemos los huevos mientras te pajeas.
Mikel: Venga dale – se tumbo en la cama y abrió las piernas. Ian y yo nos acercamos y le empezamos a lamer los huevos y besarnos mientras el se masturbaba para acabar. No tardo paso mucho tiempo – Ahí va, aah! – lanzo toda su leche por todo su torso y del primer disparo le llego a la cara.
Yo: Buena corrida.
Ian: Si, lastima que nadie la vaya a disfrutar. Anda vete al baño y límpiate.
Mikel se levantó, fue al baño y escuchamos la ducha. Era lógico es la manera más rápida para limpiarte. Ian y yo nos quedamos en la cama tumbados recuperando las energías. Pues nos habíamos corrido, pero aún no teníamos ganas de acabar la fiesta.