Corriendo con recompensa

Situación morbosa mientras corría por la montaña, con un mujer mu especial...

Corriendo con recompensa

Esta historia contiene elementos de realidad y de ficción (sin nombres reales), con elementos de voyerismo e infidelidad, a veces el morbo se puede llegar a cumplir.

Sucedió este verano, durante la fase menos dura de la pandemia, antes de la maldita segunda ola.

Me llamo Fran , 35 años,  soy moreno (aunque me rapo por comodidad) , 1.85  , ojos oscuros, tirando a atlético ya que me gusta mucho correr por la montaña pero a fin de cuentas un tipo normal y corriente.

Estoy casado con Laura, 33 años morena, de pelo largo y lacio, ojos marrón claro, pechos normales y un buen culo digno de girarse por la calle para verlo, aunque ella interviene poco en esta historia.

Mi mujer tiene familia en mallorca y solemos veranear allí. Aunque este año había menos turistas, el calor seguía siendo sofocante y solíamos ir a menudo a las playas maravillosas que tiene la isla.

Como suele rezar el tópico, una vez casados la sexualidad empezó a mermar, y ella cada vez estaba menos interesada en el sexo con la consiguiente calentura permanente en mi cabeza, y más viendo el paisaje en la playa de extranjeras y lugareñas que más de una merecía un buen revolcón.

Una tarde de playa , mientras pensaba en esas calenturas varias, fruto de mi necesidad,  una mujer me llamó la atención; con disimulo, ayudado por mis gafas de sol , fui observando como se acercaba , de la mano de su pareja.

Iba por el paseo paralelo a la playa un hombre de unos cuarenta años , de apariencia normal aunque ya le asomaban canas y de la mano llevaba una mujer , de unos treinta y poco quizá, bastante alta y delgada, morena pelo corto, con gafas de sol que me impedían ver sus ojos, unas caderas apetecibles y pechos tirando a pequeños.

Me llamó la atención su andar despreocupado y su vestimenta más propia de una mujer más joven; Unos shorts vaqueros que dejaban ver la mitad de su culo, y lo que más me gustó de todo el cuadro; una camiseta de tirantes sin sujetador dejando bambolear sus pechos libremente , donde se intuían unos pezones bien duros y apetecibles.

Me la quedé mirando y me pareció ver que ella también lo hacía , sonriendo mientras pasaba, tan coqueta y sexy como despreocupada y segura de sí misma.

Esa noche estaba muy caliente, no me podía quitar la imagen de mi cabeza, y mientras dormíamos empecé a tocar los pechos de mi mujer y meterle mano en su coñito peludo que nunca le gusta despejar.

Mientras pellizcaba sus pezones y mordía su cuello, no logré que ella me correspondiera y evitaba que mi mano alcanzara su clítoris por lo que desistí cabreado, con una erección de caballo, pero no le mostré reproche alguno y miré de dormir con la imagen de la chica de la playa y esos pechos sugerentes que me moría por comer estrujar, aunque (pensaba) muy probablemente no volvería a verla en la vida ya que daba la impresión cuando la vi con su pareja que aparte de veraneando estaban de paso.

A la mañana siguiente como suelo hacer, me levanté temprano para correr, a pesar del calor horroroso.

Salí del pueblo y me dirigí a la montaña que suelo subir allí, 460 metros, nada del otro mundo pero preciosa al encontrarse junto al mar, permitiendo ver prácticamente la Isla de Menorca desde su cima. Una vez hice la cima, bajé por un camino trasero que se bifurca y te puede llevar a una cala espectacular o de vuelta al pueblo.

Como ya llevaba una decena de km cuando lo cogí , opté por volver al pueblo , viendo por el camino que mucha gente iba en dirección contraria para llegar a la cala que comentaba.

Llevaba ya un buen rato sin encontrarme gente, sudando la gota gorda, bajo un sol de justicia, poco aliviado por los pinos que poblaban los lados del camino y por la vegetación baja de ese camino rural , cuando vi movimiento más adelante.

Vi dos siluetas , una de las cuales agitaba algo en la mano y a medida que me acercaba fui tomando conciencia de lo que veía; la mujer del día anterior iba de la mano de su pareja, con los shorts estrechos y con las tetas al aire , agitando despreocupadamente su camiseta mientras andaba por el camino a la vista de cualquiera que pudiera pasar y la pudiese ver.

No podía creer lo que veía, por un momento me quedé a cuadros y cuando estaba pasando a su lado, al ver que sonreía, algo en mi interior hizo click y me detuve para mirarla fijamente , fascinado por esa situación morbosa.

A pesar de ir sudado como un cerdo y con los pertrechos de correr y a pesar del hombre que la acompañaba, le eché morro y les pedí si me permitían hacerme una foto con ella , para tener un recuerdo.

Ella se rio, y con un castellano con acento francés me dijo que de acuerdo y su (creo) marido dijo que ningún problema.

Mientras luchaba con mi mochila para sacar el móvil observé como esos pezones se ponían duros como piedras.

Le di el móvil a su marido y me puse al lado de ella.

-Yo:¿Puedo cogerte de la cintura?

-Ella:Si claro , como no .

Dijo sin dejar de reír, mientras su marido nos encuadraba. Al estar tan cerca vi que sus cabellos olían divinamente, y me excitaron , provocando que mi polla pasará a algo más que estar morcillona.

Al agarrarla de la cintura ella hizo lo propio a pesar de estar empapado en sudor y noté su cadera junto a la mía . Mientras nos sacaba fotos su marido, empezó a bajar su mano hasta mi culo , para mi (aún) mayor incredulidad, haciendo lo propio yo también  deleitándome de ese culito duro y bien puesto que tenía.

Si ya me sentía como una nube frente a esta situación, aluciné cuando escuche a su marido:

-Cógele las tetas, sin miedo así tendrás mejor recuerdo.

Mientras reía y seguía haciendo fotos. No me lo pensé dos veces y empecé a tocar esos pechos  duritos con esos pezones deliciosos. Noté que ella se iba excitando e iba apretando mi culo mientras jugaba con sus pezones y me decidí a morderlos y lamerlos mientras su marido seguía haciéndonos fotos.

-mmm que malo eres, me estás poniendo muy mala

-La que me está poniendo malo eres tú –dije .

-mmm , me estoy empando toda, compruébalo.

Le desabroché el short y le metí la mano  en las bragas, comprobando lo mojada que estaba y lo afeitado que tenía su coño, cosa que ayudó a excitarme aún más , y empezó a gemir más fuerte mientras mis dedos jugaban con su clítoris y le metía alguno en su chocho bien empapado.

Mientras tanto su marido no había dejado de hacer fotos y por el bulto de su pantalón se le veía excitado también.

Tenía muchas ganas de follármela, viendo que a su marido parecía gustarle también.

-Venid aquí , detrás de esos pinos estaremos más tranquilos -dije.

En todo ese tiempo no había pasado nadie por el camino pero por si acaso nos adentramos un poco en la vegetación para estar más tranquilos.

Una vez apartados de la vista del camino, le pedí el móvil que le había dejado a su marido y le pedí permiso para grabarla.

Ella estaba como una gata en celo, con los pezones que no se podían endurecer más

Mientras la grababa le dije :

-Desnúdate! Quiero ver todo lo buena que estás antes de follarte.

Ella obedeció traviesa bajándose los shorts y las bragas quedándose en bolas en medio del bosque.

Mientras su marido había empezado a sobarse la polla por encima del pantalón.

Al ver que tenía vía libre la empujé suavemente contra un pino y empecé a comerle la boca y el cuello mientras apretaba su culo con todas mis fuerzas, excitado por todo el morbo que me había provocado.

Al tocar su coño encharcado y oír sus gemidos no pude más y me quité la malla de correr, mientras la giraba de espaldas y metía un dedo en su culo , a la par que ella gemía aún más de excitación.

La recliné contra el árbol y le ensarté la polla que entró con facilidad y empecé a bombearla

-Si cariño sigue ufff rómpeme toda, me voy a correr mmmm si no pares no pares

-¿Te gusta mi polla? Pues hoy vas a tener una buena ración de ella.

Al poco de bombearla , noté como empezó a temblar y a chillar del orgasmo que había alcanzado.

-mmmmm siii siiii siiiiii oooooh.

Yo no paraba de bombearla pero ella me instó a parar un momento.

Mientras su marido se había sacado el pantalón y le acercó la polla a la boca mientras me hacía gestos de que volviera a penetrarla desde atrás.

Seguí follándomela mientras le comía la polla a su marido .

Estaba a punto de correrme al ver esas tetas moviéndose mientras se tragaba la polla y esa cara de puta viciosa que ponía , cuando empecé a meterle un dedo en el culo.

Ella empezó a gemir más fuerte, y entendí que tenía vía libre para jugar con su agujero.

Al notarla tan lubricada saqué la polla de su coño y se la metí en el culo,

--gmmmmmffffff mmmm   - gemía mientras la ensartaba.

Al poco su marido la agarró de la cabeza mientras se la metía hasta la garganta y se corrió entre jadeos llenándole la boca de su leche.

Cuando sacó la polla de su boca, ella empezó a lamerla y limpiarla mientras no dejaba de gemir por mis embestidas.

Su culo cálido acogía mi polla dándome un placer indescriptible, mientras la bombeaba sentía que me iba a correr,

-Estoy apunto no pares siiii, siii.

-sigue sigue, me voy a correr otra vez sii , no pares de follarme.

-Me corro, me corro aaah,

-Siii lléname de tu leche si, yo también ahhhhhhhhh

Cuando terminé de correrme saqué la polla de su culo viendo como salía mi leche de su culo .

Su marido estaba descansando mientras nos observaba . Me subí las mallas mientras ella se incorporaba y me sonreía, le volví a comer la boca y estrujar esos pechos por última vez, antes de despedirme.

Fue una experiencia alucinante, apenas tenía fuerzas para volver corriendo al pueblo pero lo hice de muy buen humor.