Corriendo, capitulo 7***

Crees recordar algo, que en realidad no sucedió

¿Alguna vez has sentido que todo lo que creías conocer, y saber, resulta ser una mentira? ¿Alguna vez has confiado ciegamente en algo que tristemente termina por defraudarte? ¿Alguna vez has llorado simplemente por el hecho de sentir ese vacío en el pecho… esa lástima por si misma, esa sensación de que algo te falta… algo que te impide incluso sonreír sinceramente?

Yo lo he sentido tanto que si lo dejara de sentir sería aun más raro.

Corriendo, Capitulo 7: Falsos recuerdos

“Cada vez que recuerdas algo, cambias inmediatamente algún factor de ese hecho”

Detesté el momento en el que leí la anterior frase, solo porque lo decía Simon Freud, no significa que sea cierto… Aunque la mayoría de personas piensan que solo tiene validez las palabras de la gente importante, y admito que muchas veces es verdad.

Descubrí una vez que Anna tenía una cicatriz en su hombro izquierdo –“marca de nacimiento”- había dicho ella, pero a mi no me lo parecía, porque recuerdo claramente que cuando yo la conocí no la tenia. Es tan profunda, que parece de alguna quemadura, donde la piel se derritió y adoptó esa extraña forma, como de estrella de 4 puntas, y odié recordar una especie de venda sobre su hombro, un día que regreso después de casi 2 meses sin verla, a mi habitación, callada, se sentó sobre su cama, sin atreverse a mirarme, “volví…” dijo suavemente, y yo permanecí en silencio mirándola, talvez una forma de reprochar su inexplicable ausencia, y ella nunca se interesó en tratar de explicarla, nunca me dijo nada.

-Anna…- murmuré suavemente

-¿Qué piensas?-preguntó de inmediato, desviando su vista de la autopista para mirarme a mí

-recordaba cosas…

-¿Qué cosas?

-Tu cicatriz

Se movió en su puesto incómodamente, apretó su mandíbula y pude ver que sostuvo fuertemente el mando

-ya te dije que es una marca de nacimi…

-cuando te conocí no la tenias

-¿Cómo puedes saberlo? tenias 7 años

-¿recuerdas ese día que nos metimos sin permiso a la alberca del Sr. Gaspar?

-¿Cuándo nos dejaron sin salir en noche buena al encontrar la piscina llena de pop de perro?- dijo sonriendo un poco

-Ese desgraciado me las tenía que pagar… el punto es, que no tenías la cicatriz en ese entonces

-talvez no la notaste

-no te ofendas Anna… pero es imposible no notarla

-Lucy, estas siendo irracional

-y yo creo que me estas ocultando algo- dije con suspicacia

Ella solo suspiró y dejó de hablar

-¿En cuanto crees que lleguemos?-pregunté

-de5 a8 horas… -respondió

-Vale- me recosté en el asiento libre y cerré los ojos para intentar dormir

Ya sé que parece que creé un lío solo por un tema de hace mucho tiempo, pero con Anna tengo esta sensación de que me oculta cosas… de que maquilla historias, de que cambia hechos, de que es como una especie de madre, intentando censurar lo feo y triste para que no afecte la sensibilidad de sus hijos, pero aunque sea en modo de protección, odio estar ignorante a cualquier cosa que suceda, siempre he pensado, que la ignorancia es una dicha falsa, efímera, que trae consigo un sufrimiento peor, cuando avanzada la mentira, se descubre la verdad.

Comenzaba a hacer algo de frío e inconcientemente me abrigué con mis brazos, en ese momento escuché un estruendo que me asustó, y me hizo levantarme de inmediato, era algo que golpeó el parabrisas, al abrir los ojos, descubrí a aquella mujer deformada, con cabello enmarañado, ojos negros y boca cuya sangre caía sobre el vidrio haciéndolo empañar un poco, y la sangre rodar alrededor de este, mirando con odio a Anna, por primera vez ignorándome a mí, y abriendo y cerrando las manos sobre el vidrio

-¡¡Oh por dios!!- gritó Anna aterrada, con una expresión, de absoluto horror, y miedo en su rostro, la cabrilla del mando se giró toda hacia la izquierda, sin que la perpleja Anna se enterara, y el auto volcó inmediatamente, Ella seguía sujeta del vidrio como si fuera una especie de lagarto, y aprovechó el volcamiento del auto, para entrarse por la ventana del conductor, y acercarse a Anna por este, Anna solo temblaba, con los ojos muy abiertos y la boca inmóvil, y entonces me lancé a intentar defenderla, pero de un golpe me estampó contra el techo del auto, y por la gravedad caí hasta la parte de debajo de la cabina, entonces contemplé con horror, como posaba su mano en la frágil mejilla de Anna y de un movimiento brusco como quien lanza un frisbee, torció su cuello hasta dejarlo en un Angulo anormal, inundando el lugar con el eco del crujido de los huesos de su Columna vertebral partiéndose y chocando unos con otros, el rostro de Anna descansó en esa posición con la hemorragia saliendo de su boca, y los ojos abiertos, como una marioneta a quien le acaban de cortar las cuerdas.

Lancé un grito de agonía, comencé a llorar, escalé haciendo presión en mis piernas contra mi espalda y me acerqué a ella, la abracé sintiendo como su cuerpo se comenzaba a poner frío, y le dije en su oído aún sollozando: Lo ves Anna… ¿Por qué no me creíste?…

-¡¡¡¡LUCY!!!!!- un grito, es ella, abro los ojos, la observo, tan viva como siempre, con sus manos tibias sujetando las mías, y su rostro observándome con preocupación a centímetros del mío, me lanzo a abrazarla, estrecharla con fuerza a mi cuerpo, aprovechando esto que me pareció ser otra oportunidad para valorarla…

-Estabas teniendo una pesadilla, ¿Verdad?- preguntó suavemente a un lado de mi oído

-no estoy segura de que fuera una pesadilla, pero me alegra tanto que no fuera real

Comencé a besar sus mejillas tal como lo haría la hermosa Carmilla en su historia “ Como si unos cálidos labios me besaran, dejando un rastro que quemaba mi piel, hasta que amorosamente se dejaban reposar en mi cuello ” Como aquella hermosa mujer vampiro que devoraba sensual y tiernamente la sangre de su amada Laura, cada noche…

Lo hice así mismo, como queriendo absorber algo de ella, como queriendo poseer tanto como fuera posible, me enteré que estábamos en el automóvil, estacionadas, que se había hecho de noche, y que hacía algo de frío, pero mis besos tibios y jadeantes sobre sus mejillas y cuello, llegaron insinuantes ante sus labios y los absorbí y cuidé con vehemencia.

-Anna…- dije lentamente, ella se separó un poco de la piel de mi cuello para responder “¿Si?” y mirarme

-yo te… provoqué esa cicatriz en el hombro… ¿verdad? –dije cerrando los ojos con angustia

-no fue tu culpa… -respondió comprensiva

-así que fui yo –salió una lagrima de uno de mis ojos- ¿puedes recordar como lo hice?

-no te atormentes por eso Lucy… Fue algo que no pudiste evitar

-quiero saber como fue, por favor-la abracé con fuerza impregnando algunas lagrimas en su clavícula

-estabas en la ducha, lavabas tu cuerpo, el agua caía transparente y tibia, y yo estaba a unos metros de distancia, pero noté que el agua se había teñido de rojo, y estabas tu llorando aún bajo esta, preocupada corrí a ti, pero mis pasos te alarmaron, y entonces el cuchillo que estabas sosteniendo lo arremetiste contra mí, intentando darme en el corazón, pero suerte que estaba un poco agachada y alcanzaste a rozar mi hombro… solo fue un rasguño Lucy, no te preocupes por eso…  es igual a esas cicatrices tuyas en tus brazos, la misma herida que yo tenía aunque en mi hombro.

-¿Y?… ¿Por qué tiene esa forma?- estaba abrumada, lo admito, soy capaz de asesinar incluso niños, pero no pensé que a la persona que mas aprecio en el mundo pudiera hacerle daño

-fueron dos enviones, pero ninguno me logró realmente apuñalar- terminó de decir con una tranquilidad que me enloquecía

-lo siento tanto Anna…-dije sollozando, y cubriendo mi rostro, no sé porque no lo recuerdo, pero algo si sé…

Tomé la manga de mi chaqueta y la alcé hasta dejar ver mi brazo, vi la cicatriz perfectamente, era alargada, y cicatrizó con pequeñas rayas atravesándola, de la piel cosida, pero su cicatriz no era igual, entonces fruncí el entrecejo

-tu cicatriz es de una quemadura… -dije con determinación

-lo es… pero olvidemos ya eso, recuerda cuando huimos de ese lugar, y quisimos borrar todo esto que nos dolía… debemos hacerlo Lucy

-las cicatrices no se borran Anna…

Había amanecido de nuevo, abrí los ojos, y vi el rostro de Anna a centímetros del mío, y lo admiré unos minutos… su imagen se grabo en mi mente, les describiré detalladamente así que por favor imagine exactamente lo que le digo:

La forma de su rostro ovalada, la piel blanca, lisa y suave, una nariz egipcia, ojos grandes, oscuros y con unas bellas pestañas, unas delineadas y oscuras cejas que comienzan gruesas y terminan en una fina línea, pómulos altos, por ser delgada sus mejillas no son muy gruesas, la frente lisa y angosta, el cabello negro, liso algo despeinado que le da esa sensación interesante de rebeldía, y para terminar, unos labios gruesos, rojos y carnosos… que me moría ahora mismo por besar y lo hice, lentamente los acaricié con mis labios, y humedecí con mi lengua… eran tan suaves que me provocaba pasarme haciéndolo todo el día, pero abrió sus ojos y al posarse en mi rostro, sonrió de medio lado, y correspondió a mi beso

-valla forma de comenzar el día… -dijo incorporándose lentamente

Entonces al ella sentarse sobre la silla del medio, me senté yo sobre ella, y la continué besando

-¿con que… amaneciste hiperactiva?- con algo de burla que me avergonzaba un poco, me miró traviesamente

Y yo la miré con seriedad, haciéndole saber que no me causaba gracia, ella volvió a unir sus labios con los míos, y a acariciar mi espalda lentamente, hasta llegar a mis glúteos, apretarlos un poco, y aventurarse por en medio buscando llegar a la zona mas sensible de mi cuerpo, al sentirla posarse ahí me estremecí y apreté mi cuerpo contra el de ella, buscando calmar mis contracciones

-¿te gusta?- mi respiración estaba agitada, y no tenia ánimos de contestar a sus preguntas de pervertida, así que simplemente cerré los ojos y la abracé

-si no me dices lo dejaré de hacer- amenazó, deteniéndose momentáneamente, y mi cuerpo me exigió que la sensación continuara, así que moví mis caderas hacia los lados, para intentar sentir el frote, pero ella no se movía

-¡A-Anna!- protesté, pero ella hizo caso omiso

-dilo…- ¡ni loca!

Leyó mi rostro de “¡nunca!” y alejó su mano por completo

-joder… eres una pervertida- murmuré mirándola fulminantemente

-solo quiero saber si lo estoy haciendo bien-fingiendo inocencia

-solo hazlo. ¡Maldición!- dije casi como una orden, cogiendo su mano y poniéndola en el lugar en que estaba, intentando ejercer presión, pero no era suficiente

-solo tienes que decirlo…- dijo sonriendo con triunfo

-si, me gusta, ¿feliz?-dije molesta y a la vez avergonzada

-no…-se acercó a mi oreja y susurró haciéndome cosquillas con su aliento- di, que también eres una pervertida, y que te encanta todo lo que hago

-tampoco abuses idiota- eso ya era totalmente inaceptable, así que sin ánimos de continuar rogándole, me quité de encima sentándome en el asiento de al lado, entonces ella, sin darse por vencida y aun sonriendo, sostuvo mis pies y los puso sobre la silla, levantándolos para quitar el pantalón, y entonces inesperadamente, ante mi mirada de sorpresa, abrió un poco mis piernas y sobre la ropa interior depositó un beso de unos 3 segundos mientras de mi garganta salió un suspiro y luego se separó relamiéndose sus labios, dejándome acelerada y al borde del colapso

-¿quieres más?- preguntó sonriendo con malicia, y yo no atiné sino a asentir con la cabeza- pues, tendrás que decirme cosas muy malas para obtener más…

¡¡Joder!! ¡¡Que me tocó a la madre de las pervertidas!!!

-¿te quedas contenta si te digo que eres una perra?-respondí de muy mala gana

-igual de contenta que te tendrás que quedar tu- dijo ganando definitivamente con ese comentario y comenzando a abrir la puerta del auto para salir

-¡¡hey!!-grité-espera…

-Jajaja- salió burlándose de mí

Y entonces totalmente roja, casi saliéndome humo por las orejas, comencé a gritar como una loca:- ¡¡Esta bien!!! Anna, ¡¡tu ganas joder!! –Estoy segura de que me estaba escuchando- ¡¡Soy una maldita pervertida igual que tu!! Y quiero que me continúes besando… tu ya sabes donde… ¡¡porque me encanta!!!- no lo decía con euforia, para nada, ni con emoción, lo decía forzadamente, y al no escuchar una respuesta, pues saqué la cabeza por la ventana y alcancé a ver una niña y una señora de la mano, con pinta de ser gente del campo, caminando muy cerca de la camioneta, que me miraban con cara de “¿What The fuck?”

Y de la vergüenza me dieron ganas de meter mi cabeza en la tierra, y nunca sacarla de nuevo, entré la cabeza de la ventanilla, y me quedé del puesto del copiloto, cubriéndome la cara con las manos, y pasaron de largo la niña y la señora, en ese momento cuando ya iban adelante la niña se giró y me guiñó un ojo… joder, ¿Qué le pasó a la inocencia de la infancia?

En ese momento escucho unas carcajadas estruendosas, provenientes de Anna a un lado de la puerta, quien entra nuevamente, casi llorando de  la risa, y yo la mire tan feo como pude

-jajaja esta bien… con eso es suficiente- dijo y puso mis piernas de nuevo sobre el asiento y bajó mi ropa interior

-no… ya no quiero-dije fría y cortante, tratando de alejarla de mí, pero ella se acercó de todas formas

-veremos si en verdad no quieres…-dijo con malicia, y una vez fuera mi ropa interior, puso su lengua sobre mi clítoris, haciéndome brincar por la sensación y sostenerme del marco de la ventana con fuerza

-¿verdad que quieres?-dijo, y se sumergió de nuevo, esta vez haciendo maravillas con sus labios y lengua en armonía

-ahh!!! Siii…-dije sin control, moviéndome en un involuntario vaivén, con mis caderas presionando con mas fuerza, ella continuaba haciendo mil cosas, y yo sintiendo que me derretía, con mi otra mano tomé su cabello para sin pensar en que también debe respirar presionarla contra mí, ella no se opuso, y lo hizo con mas presión, pero sentía que el placer estaba a punto de desbordarse, y con un grito, comencé a tener un orgasmo provocado por sus labios, mis contracciones y temblores se hacían mas seguidos y fuertes, hasta que el momento terminó y caí totalmente inmóvil sobre el asiento, dejando de sostenerme y con la mano caída fuera de la ventana, ella se apartó de mi mientras limpiaba los alrededores de su boca

-¿Qué tal?-preguntó con picardía, y yo con mi respiración agitada solo cerré los ojos concentrándome en reunir energías para si quiera incorporarme…

Pasados unos minutos, busque mis prendas y las vestí nuevamente

-estuvo bien…-dije con una voz casi inaudible, y ella sonrió con satisfacción, repito, maldita pervertida.

-joder Anna, dijiste que llegaríamos en unas 5 u 8 horas, ¿Qué pasa que es esta hora y no llegamos?-pregunté aburrida, mientras hacia formas con mis manos acostada en el asiento

-estaba segura de que era por acá…-murmuró

-hey… no me dirás que no sabes donde estamos ¿verdad?-acometí con preocupación

-Lucy no te molestes conmigo… creó que tomé la carretera al sur, llevan al mismo lugar pero se tarda mas

-mejor preguntemos en el primer local de lo que sea que veamos

-está bien-dijo Anna manteniendo la vista al frente

Tras pasar algunos kilómetros, visualizamos una casa grande, bastante grande al borde de la carretera, para entonces ya había oscurecido, y estábamos bajo el crepúsculo del anochecer, estacionamos el auto a un lado, la casa de inmediato me trajo una sensación que no me gustó, talvez porque no era muy positiva, o porque se me hacia extraña, así que metí el arma en mi pantalón

-¿no exageras un poco?-preguntó Anna observándome

-es mejor prevenir que lamentar…-respondí abriendo la puerta de la camioneta

El camino que conducía al portal, estaba hecho de unas piedras extrañas, que no se sentían bien bajo mis pies, al visualizar de cerca la casa, me pareció antigua y… tenebrosa

Había un letrero <>

-para mi que es un motel de nombre bonito-dijo Anna riendo entre dientes

Pero a mi no me hacia mucha gracia, presentía algo desagradable aquí

Entramos hasta el vestíbulo, yo me quede observando alrededor, mientras que Anna llamaba al servicio, puesto que no había nadie para atender ahí

-buenas noches- dijo Anna con la voz fuerte, intentando ser escuchada pero nadie aparecía

Hasta que unos pasos se escucharon bajando de las escalas, una mujer con un aspecto algo anticuado, bajó con una gran sonrisa

-Oh! –Dijo con exagerada emoción- ¿nuevas huéspedes?-preguntó con excesiva amabilidad

-no realmente, la verdad es que buscamos llegar a la costa oeste, pero temo que nos hemos perdido en el camino… no estoy segura de que esta sea la carretera correcta ¿puede decirme si esta es la que conduce al sur?-preguntó Anna cortésmente

-OH querida, ¿de que forma te distrajiste para llegar a dar a este lugar? Estas de hecho al sureste y para llegar a la costa aún faltaran unos… -puso cara pensativa un momento-500 kilómetros, sí-dijo haciendo la boca pequeña, entrecerrando los ojos y asintiendo levemente con la cabeza-verás cariño, por estos sectores, suelen haber muchos lobos de monte por ahí sueltos, se han conocido en este año 15 ataques a personas, así que no te recomiendo que salgas por ahí a esta hora, ¿Por qué no te quedas un día en el hostal? Tu y tu amiga- me miró por un segundo

Pero por ese segundo, esa inquietante mirada se clavó en mi mente, de una forma tan desagradable, tan inquisitivamente me miró, que me hizo sentir culpable, por alguna razón, la sensación que mas se asemeja es la culpabilidad, Anna ni se enteró y siguió como si nada

-serán bien atendidas, y de paso descansan, para mañana emprender camino temprano- sonrió enormemente de nuevo la señora, en ese momento escuché un ruido… desvié la mirada, para observar bajo las escalas que se asomaba un pequeño rostro, pálido y con una seriedad alertante

-ah, ese es mi hijo-dijo la señora al percatarse de que lo observaba- a el… no le resulta fácil socializar con desconocidos, pero no se preocupen, no les hará daño

¿Daño? ¿Qué daño podría causar un niño? Habla de él, como si fuera un lobo más de las montañas

-¿y donde esta el personal de la recepción?-preguntó Anna

-no hay necesidad de eso preciosa, yo soy la dueña de este Hostal y aquí solo vivimos mi hijo y yo

Por alguna razón eso me alertó más

-esta es-dijo la mujer luego de abrir la cerradura de una de las habitaciones, parecía ese famoso pasillo lleno de puertas, donde al final se aparecen un par de gemelas fantasmas a un niño en un pequeño triciclo, para ese entonces, si viera eso no me habría sorprendido en absoluto

Entramos a una habitación bastante normal, con ninguna decoración excesiva, solo el tapizado, dos camas, una mesa, y el baño, no tenía ni siquiera calefacción y esa noche, se sentía terriblemente fría

Me senté sobre la cama que me correspondía, mientras observaba como Anna se lanzaba sobre la suya y suspiraba con comodidad

-nos hacía falta esto ¿eh?-comentó

-no lo sé… no confío en esta gente-dije

-oh vamos Lucy, tu no confías en nadie-respondió con una sonrisa

-en ti sí- la miré a los ojos al decirle eso

Sentí que no estaba a gusto, puesto que estábamos, demasiado lejos la una de la otra

-¿puedo…Hem, ya sabes, puedo…?

-“¿dormir contigo?”-completó

-si…-dije con algo de pena, sonrojada mirando hacia otro lado

-ven acá

Hizo un campo en la cama y yo brinqué hacia esta, acostándome junto a ella, mientras me abrazaba por la cintura y de esta forma tan cómoda comenzaba a conciliar el sueño

Era por la madrugada, tan temprano que aun estaba oscuro pero con la característica de que el frío era mucho mas penetrante, sentía algo en mi mejilla, abrí los ojos perezosamente, para observar a aquel niño junto a la cama, tocándome con sus dedos, como si observara algún espécimen raro, tan solo lograba ver su rostro, pero la oscuridad no me permitía ni siquiera ver sus ojos, y solo sentía sus dedos blanquizos y fríos contra mi piel

Entonces sentí que lo que estaba allí al lado mío, no era un simple niño

Continuaráaa~