Corriendo, capitulo 3****

Quienes somos

Aunque el principio esté al final, sigue siendo el principio, y este es mi principio:

¿Quién eres?

-Soy Lucy

No te pregunté tu nombre, ¿Quién eres?

-… soy… una mujer

No te pregunté tu genero, ¿Quién eres?

-soy alguien de 23 años

No te pregunté tu edad, ¿Quién eres?

-soy alguien que busca respuestas

Todos las buscamos, y no te pregunte que buscas, ¿Quién eres?

-soy una persona atormentada por el pasado

No te pregunte que te atormenta , ¿Quién eres?

-soy de cabello negro liso, largo y despeinado, de ojos verdes y algo rasgados, de cuerpo delgado, piel blanca, y algo debilucha

No te pregunte por una descripción física ¿ Quién eres?

-soy alguien sigilosa, callada, intranquila, tenebrosa, sombría, y depresiva

No te pregunté por tus cualidades, ¿Quién eres?

-soy… soy… ¿Quién soy?

Corriendo, Capitulo 3: Quienes somos…

Al despertarme mi cabeza giraba un poco, vagos recuerdos de la noche anterior, que mas que recuerdos eran como imágenes sobrepuestas, unidas unas con otras, y la sensación de sus labios estrujando los míos.

Estaba en movimiento, en un auto, copiloto, al abrir los ojos escuché la voz de Anna

-buenas tardes dormilona- era amable, serena, calmada y me confundía tanto, la amabilidad en exceso nunca me ha gustado

-me siento mal- dije tocando mi estomago

-se llama resaca Lucy, y es perfectamente normal, mejor relájate un poco, aun falta un buen para llegar a la próxima ciudad

Subí los pies a la silla del auto y los sostuve con mis manos, intentando volver a dormir, pero entonces Anna habló de nuevo

-Lucy…

-¿mm?

-dime… ¿recuerdas algo de lo de anoche?-intriga, indecisión, falta de confianza

-No…

Mentí.

.

.

-Taz!- la puerta del auto cerrándose bruscamente, y yo abriendo los ojos de golpe, Anna baja del auto y al mirar alrededor observo una especie de pueblo, el sol esta ardiente, esta mañana parecía mas sereno, debí haber dormido por lo menos 3 horas, imito a Anna y bajo del auto, veo que se acerca a un garaje y da un par de golpes

-debe ser aquí- murmura Anna observando una hoja

-¿Qué hay aquí?

-compran compuestos de autos, un taller mecánico

-¿y en que seguiremos viajando?

-lo cambiaremos por otro no tan llamativo y por algo de dinero

Parecía una buena idea

A los minutos provocando un molesto ruido del metal corriéndose por pequeños rodillos, para que se asome un tipo con aspecto dejado, sin afeitar, facciones demasiado masculinas, y poco delicadas, mirándonos de arriba abajo

-¿ustedes que?- preguntó muy poco cortés

-intentamos negociar un auto –dijo Anna sin dejarse intimidar, aunque yo tampoco lo estaba, he sobrevivido a peores cosas como para asustarme de un gorila

-hey pedro!- escuché desde dentro del garaje

-hay dos zorra en la puerta, que están buenas, buscan “hacer negocios”-dijo con una ironía totalmente atacante

-hahahaha!!- se escuchaban unas horribles risas en el interior- éntralas que aquí las negociamos

-idiota, ¿nadie te enseño a respetar una mujer? –dijo Anna molesta

Y el tipo se posicionó frente a ella con los brazos cruzados y con la cabeza ladeada como con alguna deformidad, peor que su arrogancia, alguna vez había escuchado que cuando los animales se pelean, para intimidar al otro, intentan aumentar su masa corporal, algo como estirar el tronco, sacar pecho, y pararse totalmente erguido, tal como la bestia que teníamos al frente hacia.

-¿y me vas a enseñar o que?-respondió el tipo

-es perder el tiempo, ni siquiera debes saber leer, es mejor que sigas siendo ignorante- Anna con total tranquilidad dijo, para darle la espalda y emprender regreso hasta el auto, pero entonces aquel tipo la coge del brazo fuertemente, la atrae a su repugnante cuerpo, y la aprisiona, una imagen semejante a la escena de King-Kong cogiendo a la mujer por la ventana del edificio, con sus enormes garras, hace ademán de entrarla al garaje, pero Anna forcejea para soltarse, aunque la fuerza bruta del ogro este, es superior.

Entonces fue el momento preciso, de un movimiento rápido y limpio, saqué el revólver que tenía escondido dentro del pantalón, y le apunté,

¿Mencioné que siempre estoy a la defensiva? Pues, al ver el tipo de garaje al que Anna se acercó no me pareció excesivo cargarla.

Le apunté firmemente, sin dudar, y con toda seguridad de que no me asustaba disparar.

-suéltala ahora mismo- dije fríamente y el tipo abrió los ojos como platos, mis ojos no dejaban de observar al tipo que nerviosamente continuaba sosteniendo a Anna, por lo tanto baje la guardia, y fue cuando me percaté del filo de una navaja acariciando la piel de mi cuello, y una voz a un lado de mi oído

-baja el arma, preciosa- era una voz femenina, suave y calmada, pero no por eso la bajé y solo respondí

-dile que la suelte…

-¡Hey idiota! ¡Suéltala ya!- gritó la chica a mi espalda, y este obedeció automáticamente, entonces bajé el arma, y la navaja se retiró de mi cuello, pero entonces, Anna no quedando contenta, le lanza un fuerte codazo a la nariz del tipo, haciendo que este choque con la puerta del garaje

-¡maldita!- gritó este descontrolado, comenzándose a parar para acercarse a ella, pero la chica le gritó: “Entra de una vez, ¡joder! Y no causes mas problemas”

Y el tipo se entró rápidamente.

Y fue el momento de girarme a mirar a la chica, una pelirroja natural, de cabello abundante, ondulado, que caía sobre sus hombros, ojos verdes, mas que los míos, y la piel muy blanca, sin llegar a ser albina, pero que contrastaba perfectamente, vestía cómodamente, botines de soldado, pantalones muy pegados, una blusa un poco ancha, que caía perfectamente en su cuerpo, dejando al descubierto unos brazos delgados y firmes, y un abdomen plano, por alguna razón se veía femenina a pesar de vestir de esa forma, y realmente atractiva.

-ustedes no son de acá- afirmó

-estamos de paso-respondió Anna

-¿y que quieren?

-cambiar ese auto- señalando el convertible rojo

-¿robado?

Anna dudó, y ella sonrió

-sé a donde llevarlo

Ella se acercó a una gran motocicleta color negra, tomó uno de los cascos y se lo puso, encendió el sonoro motor, daba la impresión de un avión a punto de despegar

-síganme-dijo guiñándonos un ojo, Anna subió al auto y yo le seguí

La chica emprendió en su estruendosa motocicleta, y metros atrás íbamos nosotras

-¿Crees que sea prudente seguirla?- dije dudosa

-baja la guardia Lucy- respondió confiada mientras conducía

-Nunca…- dije metiendo el arma en mi pantalón

Después de un par de kilómetros, llegamos a una especie de tiradero de chatarra

La chica detuvo la motocicleta, y Anna el auto, salimos de este y fuimos con ella

-¿Qué es este lugar? Parecer el peor chatarrero de este lado del mundo- dijo Anna algo asombrada

-de vez en cuando la chatarra es útil- respondió la pelirroja sonriendo

Nos acercamos a una especie de cabina donde había un vigilante o algo así

-¿puedo ayudarles?- dijo una vez nos vio

-buscamos al dueño- dijo la chica

-un momento-

Tras un rato, el tipo nos permitió pasar diciendo que se encontraba dentro

Al entrar nos encontramos con múltiples escombros de metal, residuos de autos, pilas unas sobre otras, y el perímetro del lugar era incalculable, no parecía haber final.

Adentro había un tipo con un sombrero, típico pueblerino, pensé, la chica comenzó a hablar con el, y el nos pidió que le siguiéramos, que tenia justo lo que necesitábamos

Tras caminar entre montones y montones de autos destrozados, llegamos a una especie de cobertor gigante

-aquí hay todo tipo de modelos, pueden buscar tanto como quieran

Entonces comenzamos a caminar, entre cada auto, sin decidirnos muy bien, algo modesto y veloz, seria lo ideal, hasta que vi una bella 4x4 negra con algunos abollones, y rayones en la pintura, a mi me seguía pareciendo bella, llamé a Anna y estuvo de acuerdo, el convertible rojo, mas la mitad del precio de la camioneta, era el trato, el tipo aceptó.

Y terminamos por pasar cada una de nuestras cosas de nueva cuenta, a la camioneta, era mas espacio y mas accesibilidad, en la parte de adelante cabían 3 personas, y detrás de las sillas había un pequeño espacio, ideal para meter las maletas.

Estábamos terminando de arreglar cada cosa, hasta que un niño de unos 12 años se acercó, diciendo que necesitaba ayuda, pues su mascota se había caído a un agujero que habían hecho en la calle mientras realizaban una mano de obra en la misma, pero que no había nadie cerca, entonces lo seguimos unos50 metros, las tres consternadas por la situación, y de pronto escuchamos el estruendoso sonido del motor de la motocicleta de la chica pelirroja, al girarnos, nos encontramos con un chico subido en esta y a punto de arrancar, entonces salimos corriendo las tres tras este, dándonos cuenta de que solo fue una trampa para robar la motocicleta

-te vas a arrepentir, mocoso!- gritaba la chica totalmente molesta, que sin pedir permiso se subió de un brinco al convertible, y yo subí al copiloto, en ese momento arrancó el auto y Anna no alcanzó a subirse, pero la chica histérica, aceleró a fondo, íbamos a una velocidad preocupante, a un par de minutos de persecución,  y nos distanciaba unos10 metrosde la motocicleta, entonces levanté el capo del auto, y me paré por encima del parabrisas, apuntando con mi arma en manos

-¿le disparo al chico, o a la llanta?- pregunté

-¡da igual! Solo dispara!!-

Recordé las muertes de las que había sido responsable hasta ahora, algo que me perseguirá siempre, estoy segura, y aunque no hiciera gran diferencia, no quería matar al chico esta vez, y decidí dispararle a la llanta trasera de la moto, la cual era bastante gruesa

El chico gritó, cuando sintió la turbulencia, y comenzó a intentar disminuir la velocidad, pero para entonces el caucho negro se había consumido por el Rin de la moto, y esta se ladeó totalmente hasta tocar el suelo y patinar, a fin de chocar contra un poste de electricidad, destruyéndola

El chico quedó sobre el piso, y tras unos segundos comenzó a aponerse de pie débilmente, entonces mi amiga de nombre aun desconocido, detuvo el convertible por completo, se bajó de este, pisando fuerte el pavimento ardiente por el sol

Se acercó al chico, y lo puso de pié por completo amarrándolo por la camisa de este

-¿te creíste muy listo? A cuantas personas has visto que le resultan planes tan estupidos como estos!- gritó esta, moviéndolo de un lado a otro, como una ventrílocua, el chico solo agachaba la cabeza

-respóndeme algo, y te prometo que no haré nada- dijo esta una vez mas calmada -¿Por qué robas?

Y entonces por primera vez, el chico alzó su cabeza y fijo sus ojos en ella

-mi familia es pobre… y necesito dinero para comer- dijo sin mucha convicción

-patrañas!- gritó esta -¿Qué tienes en el cabello?- preguntó señalando su peinado todo en puntas, brillante y tieso

-¿eh? Es… es gel- respondió el chico

-el gel cuesta 5 pesos, pero el arroz cuesta tan solo 2 pesos, y la carne 3 pesos, ¿o a caso prefieres tener hambre que no tener gel?

El chico calló…

-búscate un futuro mocoso, no sabes ni donde estas…

Y diciendo esto, con una pinta totalmente heroica, como el súper héroe que al final del capitulo le enseña una lección al villano, regresó al convertible, y poniéndolo en reversa, en el ángulo ideal, dio un giro en U y regresó por el camino que nos fuimos, por el espejo me quedé viendo al chico, que después de unos segundos se agachó totalmente hasta el suelo cubriendo su cabeza con sus manos, y con espasmos de llanto

-¿y tu moto? –pregunté precavida

-eso ya no es moto… -dijo suspirando

-hm valla…

-buscaré un aventón por el momento, después comprare otra

-¿a donde necesitas ir?

-la capital… supongo

-entonces vente con nosotras

-¿A dónde van ustedes?

-a ningún lugar en especifico…

Estaba oscureciendo, y ya estaba aburrida de ver la carretera, y de dormir

-no dormiremos en movimiento ¿Verdad?- pregunté con desgano

-vamos a hacer un campamento- respondió la chica con algo mas de animo

-¿tienes carpa? –preguntó Anna sin despegar los ojos de la vía

-¿Quién necesita carpa? Eso es ñoño, veras como pasan buena noche sin necesidad de nada –la chica confiada sonreía

-no puedo dormir contigo- dije mirando su pálido rostro

-eh? Porque no?

-porque ni siquiera se tu nombre…

-eso se puede solucionar, ¿no?-dijo Anna mirando a la chica

-cierto, cierto, soy Kim, ¿ahora si?-sonriendo chistosamente

-supongo- dije sin responder a su amabilidad.

Y entonces estábamos en el bosque, en un … un… no se que sea, era como una carpa construida con ¿hojas? Y ramas, y Ham, esta chica es como la versión mujer de Bear Grylls,  y construyó todo esto en media hora, sin mencionar que encendió una fogata y trajo agua de algún lugar que aun no comprendo.

-esto es un poco raro…- comenté, sentada para calentarme cerca de la fogata, sobre un tronco, a un lado de Anna que bebía del vodka y se lo pasaba a Kim

-joder esta bueno!- comento Kim emocionada, ignorándome totalmente

-a que si! Lucy prueba un poco- me miró Anna fijamente mientras sostenía la botella de vodka en frente de mí, una imagen rápida, de ella muy cerca su rostro al mío, y sus manos recorriendo mi cuerpo, paso por mi mente, y entonces respondí que estaba bien así.

Y aun la noche no pasaba, los tragos se hicieron mas frecuentes, y las mejillas de Kim se sonrojaron ligeramente, era un hecho que estaba ebria, entonces se sentó en frente de Anna y yo, la botella estaba ya vacía, y cubriéndose con una manta comenzó a hablar

-es hora de las historias…

-¿historias de terror?- dije…como si no me bastara con la realidad

-les contaré la historia de mi vida, la historia que cuento siempre, cuando quiero reflexionar sobre la vida…

Anna se puso atenta y cruzó sus brazos observándola, en espera de la dichosa historia, no tuve más opción que imitarla.

--la única imagen que tengo nítida de mi familia completa esta ya tan disuelta que no quiero confiar en ella, porque leí alguna vez que con cada vez que recordemos algo, estamos recordando algo distinto, así que no describiré mas, y solo diré que tenía a mi padre y a mi madre, como cualquier familia completa.

Mi padre tenía un buen empleo, era piloto en una compañía de vuelos internacionales, de bastante prestigio en el país, mi madre estaba algo enferma, y había que suministrarle una droga, para evitar sus repentinos ataques epilépticos.

Sucedió un día, mi padre había sido seleccionado para volar una nueva clase de aviones, con mayor capacidad de pasajeros, era la primera vez que se iba a volar el avión que le correspondió a mi padre, y este tenia una gran falla en el motor, que no fue revisada ni chekada a tiempo, entonces mi padre, como cualquier otro vuelo normal, despegó de la tierra, pero por ultima vez, el avión alcanzada una altura superior, comenzó a presentar las fallas mecánicas, y a prenderse fuego, él perdió el control de la nave, y entonces fueron a estrellarse con una de las rocas gigantes del cañón por el que volaban.

El error había sido totalmente culpa de la compañía, por no haberlo chekado debidamente y no haberlo detectado, pero por ser una empresa de gran prestigio en el país, maquillaron la historia, haciendo creer que mi padre había sido el causante de todo, lo relacionaron con un suicidio por motivos personales, y lo hicieron ver como un criminal, que por querer matarse, mató a más de 100 personas con el…

Por lo tanto, nos convertimos en la familia mas odiada, mas discriminada, nos veían como criminales por un hecho falso, no teníamos derecho ni a una indemnización, ni pensión, ni nada…

Mamá estaba realmente débil, odio recordarla pálida, con grandes ojeras, y con movimientos lentos, aún así, por mi bienestar, por instinto de madre, salió a buscar un empleo, y así poder alimentarme, oh madre… valiente… tenaz… luchadora… - decía esto cerrando sus ojos, y sus lagrimas recorrieron sus mejillas blancas- en ningún lugar la querían aceptar, la miraban como la esposa de un criminal, por lo tanto una criminal mas, la rechazaron tantas veces, se burlaron de ella, y ella solo podía agachar la cabeza y soportarlo.

Días después, sus pastillas se acabaron, y me aterroricé al encontrarla serpentear sobre el suelo, una vez que entré en casa, tenía 8 años, y salí corriendo, por ayuda, por alguien, por alguna persona, que ayudará a mi madre, con lagrimas en los ojos, gritando ayuda, corría tras cada persona que veía pasar, no había un familiar a quien llamar, ni un amigo, solo podía esperar la bendita ayuda de un desconocido, pero nadie me prestó atención, “cosas de niños” escuché a una voz madura de una mujer, creía que jugaba, cuando me desesperaba en encontrar a alguien que por favor, salvara a mi madre… y nunca nadie llegó.

El seguro medico tampoco nos respaldaba, maldita estupidez humana!-con una molestia recordada empuñó las manos y golpeó sus propios muslos- al regresar a casa, resignada, decepcionada, mamá temblando sobre el suelo, yo corrí a abrazarla, a tratar de transmitirle algo de mi energía vital, pero fue inútil, ella tocó mi cabello, murmuró un “perdóname…” y murió…

Oh madre… me arrebataste las ganas de continuar viviendo mucho tiempo, quise morir para ir tras de ti y tras mi padre- sus ojos miraban el cielo, como si hablara directamente con ella- pero comprendí que… debía ser fuerte como tu, luchadora como tu, y debía sobrevivir, sola, y con el rechazo marcado en mi apellido, debía seguir en pié… mírame, ya lo he hecho!!- gritó- aunque ahora caiga por la ebriedad

Anna estaba totalmente conmovida, lo pude ver, y yo consternada, era la historia mas intensa que he escuchado… puede que la mía esté llena de sangre y tormentos, la de ella esta rodeada de una infelicidad crónica… y creo que ahora mismo la admiro.

Porque continúa aquí y entonces lo entendí

¿Qué quien soy?

Yo soy quien soy…

Y cada persona es quien es, porque su historia lo cuenta, y nadie tiene una historia igual…

Continuará… (Claro…)