Corrida Virtual
Luego de una intensa charla por videollamada, las cosas suben de todo hasta el punto de ser suya...
Recuerdo que era un domingo por la mañana, me desperté con una sensación extraña, sabía a qué se debía pero creo que aún no estaba lista para poder darle un nombre, miraba el techo, sentía la sensación de mis sábanas entre mis muslos, mi abdomen estaba un poco descubierto, mi ropa interior estaba un tanto mojada, estaba tratando de volver en sí y el saber qué había pasado, en ese momento tomo mi teléfono y estaba un mensaje suyo, ¡claro, fue su culpa! Pensé inmediatamente y recordé lo que había pasado un día antes, Raul, me había hecho sentir a distancia un placer indescriptible, en la madrugada, comenzó a contarme sobre sus experiencias sexuales, hicimos una videollamada lo cual, comenzó como un juego, pero obviamente iba escalando de nivel, me prometió tener el mejor orgasmo de mi vida, ¿será eso por videollamada?, él no tenía filtro, tenía un poder en sus palabras que me hacían morderme los labios cada que lo escuchaba hablarme, más cuando me hablaba de lo rico que se lo hacía a su ex novia.
No sé por qué me prendía que me contara como le metía su puño completo a ella, creo que yo era la que quería sentir eso, él me prendía tan sólo de verlo- te contextualizaré- nos veíamos en una reunión de empresarios todos los miércoles, justo cuando lo saludaba me decía “quisiera que estuvieras arriba de mí ahorita”, “ desde aquí puedo ver lo apretado de tu pantalón, quiero metértela toda”, “Me masturbaré debajo de la mesa cuando pases al frente”, cómo no prenderme sí él se esforzaba siempre en sacar mi sexualidad a flote. Regresando a aquel domingo por la madrugada, recuerdo que me empezó a dar instrucciones para tener un sexting exitoso y mojado, su voz era mi debilidad y lo sabía ocupar a su favor, sentirme dominada por él, me mataba, me tenía a sus pies, yo tenía en ese momento un sueter a la mitad de mis hombros, era negro, pero a través de el se podía ver la curvatura de mis senos, se notaba un poco el encaje negro de mi brassier, sabía que eso lo prendería, tenía una falda color gris, abajo una tanga color negra que ya estaba bastante mojada, se sentía como marcaba mis nalgas de lo apretada que me quedaba, le mostré como estaba vestida, un poco de mi tanga podía visualizar cuando abrí de forma espontánea las piernas, me dijo “quiero quitarte con los dientes esa tanga y lamerte tu vagina”, comenzó a darme instrucciones sencillas, “siéntate, sube lentamente tu falda, has de lado tu tanga y pon una almohada entre tus piernas, que toque tu clítoris, que lo roce un poco” procedí hacerlo, había leído por ahí que masturbarte con una almohada era lo más rico que se puede hacer, en este momento lo comprobé, mi clítoris se estaba poniendo duro, y sentí como me mojaba más, mi tanga negra de encaje estaba ya empapada y eso que aún no comenzábamos, “Quiero que recorras con tus dedos tu cuello, coloca tu cabello detrás de tu oreja, mírame a los ojos y dime que eres mi puta” soy tu puta y quiero que me la metas toda” le dije.
Él me respondió “ ¿eso quieres?, chúpate tus dedos comienza a bajar lentamente tu sueter, moja tus pezones con tu saliva, hazlo como si yo te los estuviera apretando, aprieta tus senos y enséñalos a la cámara”, justo eso hice, en mi mente sólo pensaba “ya quiero meterme los dedos, estoy muy prendida, sentía como mi clítoris estaba caliente y sentía pulsaciones, ya quería venirme, en ese momento, él comenzó a quitarse la camisa, le dije que se quitara poco a poco su pantalón, pude observar cómo se asomaba su pene, realmente quería metérmela en la boca y mamársela, veía como algo salía de él, ya estaba prendido, le dije que sólo observara, me coloqué más atrás de la cámara, me coloqué en cunclillas y metí mi mano en la falda, él no alcanzaba a ver, pero se imaginaba lo que estaba haciendo con mis dedos, salivé mis dedos y los introduje de nuevo, me acosté, me abrí de piernas, hice a un lado la tanga y volví a meterme los dedos, primero metí 2, luego 3 y 4 a la vez, los metía y sacaba, se escuchaba que estaba mojada, jugaba con mi clítoris mientras apretaba mis senos, él comenzó a masturbarse, lo apretaba y movía su muñeca de arriba abajo mientras miraba como yo me lo hacía, me dijo “ponte en cuatro”, aún tenía la falda pero eso hacía que mis nalgas se vieran más grandes, me dijo que metiera mis dedos en mi ano y otro en mi vagina, anal no me gusta pero decidí intentarlo, mientras la almohada estaba en mi clitorís, fue la mejor sensación, el escupia en su pene y siguió subiendo la intensidad del movimiento de su mano mientras se masturbaba, me dijo” eres mi puta” quiera meterte toda mi mano en este momento, ponerte en cuatro, meterte toda mi verga, hasta que grites y me implores que te lo saque, no lo haré, te haré mía, tanto que llorarás de lo rico que te lo esté haciendo, te pegaré a mí, que sientas como se pone dura mientras está adentro, que tus gemidos sean tan fuertes, sentir el vaivén de tu cadera, golpeando tus nalgas en mis piernas, que mis testículos choquen con tu vagina… después hincarte, amarrarte las manos y las piernas, que te pongas enfrente de mí, jalarte el cabello y abrirte la boca, que me escupas la verga y te la metas toda, hacer que te ahogues, sentir como entra y sale, sentir rico por dentro, como está caliente. Ya estábamos a punto de venirnos, yo seguía masturbándome y él también, ya no podía aguantarlo, ya me estaba viniendo, le dije “ya me voy a venir”, él me dijo “ imagina que me vendré en tu cara” en eso vi como salió todo el semen de su pene, yo sentía el orgasmo venir, a la par tuve un squirt, vi como sus ojos se veía el placer, a mí me temblaban las piernas y sentí como mi vagina se contraía.
Nos miramos a través de la computadora, yo no lo podía creer, y justo había tenido el orgasmo más rico, él sin duda había cumplido su cometido, hacerme suya…
Aquel domingo por la mañana recordé todo lo rico que había sentido en la madrugada, tomé el teléfono, entré a su conversación, tenía un mensaje y decía: “¿lista para que pase por ti y te la meta toda?” obviamente le dije que sí, si había logrado hacerme terminar a través de una pantalla, cómo será tener su verga de verdad adentro de mí…
Pero eso, es para otro relato.