Correctivo en la comisaria

Un hombre que avasalla a las mujeres en plena calle, con piropos machistas, recibe un severo correctivo por parte de una mujer autoritaria. (FEMDOM)

Sorprendentemente, no fue difícil convencer en aquella ocasión a la jefa, después de unos escasos minutos de conversación, Elen , Emili, Yoli, Susis y  Ani, obtuvieron la merecida recompensa, podrían descansar el fin de semana siguiente, pero como no podía ser de otra manera la señora pepa no se quedo sin su tajada.

El fin de semana librareis, puedo aplazar el espectáculo preparado o incluso no asistir, la verdad es que en ese pueblo no íbamos a sacar ni para unas tangas, sin embargo este fin de semana tenéis que portaros bien, este domingo asistiréis al la fiesta de mi amiga Maite y actuareis toda la tarde, ya fuisteis una vez  y sabéis que es como estar en  casa ya, sabéis tertulia, copitas, baños en la piscina y dar conversación a los pesados de turno, sobre todo al señor de Albacete que os metía billetes de euros en la tanguita, menudo chollo, espero que venga,  depuse os relajáis en la piscina del chalet con toda la peña, así  que manos la obra y a trabajar.

Entramos en el chalet de Maite

Maite era una mujer de carácter, aunque bajita, era corpulenta, en su trabajo era tremendamente eficaz, era coordinadora de la policía local, en un barrio conflictivo de Madrid, tenia una energía infinita y mandaba, sabia mandar, cuando era cuestión de interrogatorios ni el mas chulo resistía a sus incesantes ataques dialécticos, capaces de desmoronar al mas chulo. Mandaba con tal autoridad  que en algunas ocasiones hasta el propio jefe delegado del gobierno le había tenido que llamar la atención por protestas recibida en diferentes hojas de reclamaciones, la ultima la de un hombre soltero de 29 años de edad al  que se le acusaba de intimidar a mujeres con piropos grotescos y despectivos, piropos entre comillas, por que este tipo de piropos resultaban arcaicos hasta en plena época franquista.

Maite ni corta ni perezosa, no solo lo tuvo mas del tiempo estipulado en la ley, si no que lo tuvo desnudo, solo con un tanga y unos enormes tacones que Maite guardaba para ciertas ocasiones, zapatos de tacones del 44, aquel insensato, machito antes de ser sometido al castigo, aparecía ahora como un afeminado esbelto, escultural, perfectamente depilado por la señora carmen, funcionaria del Ayuntamiento, gorda y corpulenta con una fuerza descomunal y perfectamente coordinada con doña Maite, para imprimir castigos, a aquellos que se lo merecían, perfectamente conscientes que ese tipo de cabrones no serian castigados por la ley, esa ley que según ella, protegía al infractor y ignoraba a la victima. El machito no fue ni forzado, después de la intimidación a la que fue sentido por Doña Maite, se dejo desnudar y femiizar por Carmen.

Aquel machito después de pasar primero por el interrogatorio de la doña Maite y después por las manos de doña Carmen , implacable en inflexible con este tipo de mamarrachos, era presentado ahora, ante el publico de la comisaría, como una espectacular drag Queen, o maricona de alto Stan Ding sensible y llorona,  calladita con rimel en los ojos, las funcionarias todas coordinadas, lo piropeaban , le nalgueaban

Amenazado con ser expedientado por agredir a una funcionaria, cosa que era totalmente falsa, el machito era ahora una dulce flor de invernadero, a quien además para más honra la estuvieron sirviendo cafés por todos los despachos, la oficina  relucía como el oro y es que el machito, bajo estrictas ordenes de doña Maite, aquel hombre de 1,80 elevado a mas de 2 m con los tacones caro cruz, represento también durante un tiempo el papel de sissy maid slave, trabajando duro frente las miradas de todos los que pasaban por allí, tanto funcionarios de policía como civiles que tramitaban asuntos particulares en una oficina abierta al publico.

Después de ser liberado de la comisaría, con el culito lleno de moratones,  el machito estaba desconocido, el severo castigo al que fue sometido, había surgido efecto.

En el chalet fuimos recibidas por la madre de la anfitriona, si Doña maite era una mujer de carácter, su madre todavía lo era mas. Ataviada  con todo lujo de detalles, nos esperaba en la puerta del chalet, al bajar del coche nos dio dos besos a cada una, tratándonos en todo momento con suma delicadeza a pesar de sus constantes alusiones a nuestra feminidad o mas concretamente nuestra exagera y escandalosa.

Poco nos importaban sus comentarios y mas sabiendo que la mujer no daba para mas y además no era esa su intención, era la típica mujer mayor de educación franquista pero adaptada en parte a los tiempos modernos, sus constantes risas al vernos los culitos al aire no eran para nada insultantes, además resultaba hasta graciosa, a pesar de sus años era una mujer corpulenta y fuerte y esto lo padecía finita, la afeminada mas bajita,  que cuando caía en manos de la señora no podía escapar, la señora la agarraba por la cintura  y se la manejaba como quería haciendo inútil los esfuerzos de finita para escapar de sus bromitas, al final después de haberle sobado el culito y darle mil pellizcos , la cogia en brazos  y la tiraba a la piscina, resultaba gracioso ver a la finita corriendo desesperada para escapar del gracioso acoso de la Doña Irene.

La señora Irene se partía de la risa cuando veía el cuerpo moreno de finita en contraste con el culito blanco, la verdad es que llamaba la atención

“No te preocupes finita que con este sol se te va a poner el culito negro”

Con diplomacia pero a la vez con cierto tono imperativo nos dirigió hacia una habitación para que nos cambiáramos

Es hora de que os pongáis comoditas, aquí os podréis cambiar cómodamente

Entramos en la habitación de matrimonio, teníamos además un aseo que nos permitió maquilarnos y pintarnos para la ocasión, al cabo de un momento entro la señora, momento en que la mayoría ya estaban con la tanguita puesta, con toda naturalidad nos abrazaba y nos acariciaba el trasero, nos palmeaba

Bueno ya estáis aquí, ahora a divertiros

Venga venga preciosas que dentro de nada ya esta llegando la gente

Poco a poco fuimos saliendo hacia el comedor, nos sentamos en la sala que daba al jardín, una vista maravillosa hacia toda una plantación de cítricos con las montañas del mediterráneo en el fondo.

Perfectamente feminas , con la indumentaria típica de una ……….

CONTINUARA