Cornudo por placer y por amor

Saray, una mujer muy caliente descubre el placer de follar con otros hombres delante de su marido y hacer así realidad el sueño de ambos. Juan, un hombre con mucha imaginación en el sexo, descubre por fin cuan placentero es ver follar a la mujer de uno mismo y le propone ir mas lejos.

Mi nombre es Juan.

Mi historia comienza después de divorciarme de mi primera mujer con la que viví casi 30 años y con la que solo tenía sexo tradicional y ocasional. Siempre me atrajeron determinadas prácticas sexuales y además siempre he estado abierto a cualquier cosa. Lo que no me ha gustado no lo he vuelto a hacer y ya está.

Después de tanto tiempo en el que el sexo no fue ni siquiera regular y ni mucho menos bueno, me divorcié.

Meses antes de ello había conocido a Saray por internet en una página de contactos. Ella era una mujer dulce, atenta, cariñosa y muy muy caliente!!

Quedamos varias veces y tuvimos sexo en varios encuentros.  Encontré y descubrí a una mujer distinta. Tan distinta que nunca pensé que pudiera existir. Puro fuego en la cama y un encanto como persona. Por resumirla de algún modo, era esa mujer que todo hombre deseamos en nuestra mente y que construimos a nustro gusto y placer, con la que hacemos toda clase de sexo y con un disfrute sin límites pero que sabemos que no existe y si existe, nunca la encontraremos.

Pero yo la encontré!!!

A los pocos meses de divorciarme se vino a vivir a casa.

Los tríos eran su fantasía. Y a su vez también la mia. Ninguno habíamos podido realizarlos. Bueno… yo si pero con una pareja. Eso no era lo mismo puesto que lo genial era hacerlo con la de uno mismo.

Siempre había soñado en tener una mujer tan caliente que no pusiera limitaciones al sexo. Creía, como antes he dicho, que eso solo existía en mi imaginación pero muchas veces la realidad supera la ficción. Y esta vez lo hizo pero con creces.

Cuando ella supo de mis fantasías y deseos quiso que la pusiéramos en práctica.

Cualquiera que tenga el placer y el deseo de ver a su mujer con otro hombre me entenderá. Es una sensación agridulce, que crece dentro y te quema. Que pone tu sexo duro solo con imaginarlo y que te lleva a querer hacerlo a toda costa. Es algo sublime y que cuando tienes un orgasmo pensando en cómo se la tiran otros tíos es la mejor sensación del mundo.  Es algo que los que lo sentimos así lo vemos como un sueño inalcanzable.

Pero hay veces que la vida te lo pone al alcance de tu mano.

Pensaba mucho en tríos y en lo que sentiría al verla con otro hombre. Y por fin llego un día en el que quedamos con un chico. Tanto me gustó que repetimos y ella cada vez lo disfrutaba más.

Hicimos varios tríos y experimenté el dulce remordimiento de verla follar con otro. Pero mi deseo era ir más lejos. A medida que la conocía y más nos enamorábamos, más deseaba que me fuera “infiel” con otro delante mío.

Y por supuesto… sin estar yo presente si llegaba el caso.

Hay quien dice que eso no es ser infiel y técnicamente llevan razón porque hay consentimiento por ambos. Pero lo diré así para entendernos.

Mi sueño y mi deseo por tanto, era cada vez más, verla con otro hombre. Había pasado de excitarme al pensar en un trío a desear verla con un hombre o incluso dos.

Un día en el que la calentura del sexo me podía y estábamos acariciándonos y masturbandonos mutuamente se lo dije susurrando.

  • Cariño me encantaría verte follar con otro hombre .

  • Pero si ya me has visto otras veces!!

  • Ya. Pero me refiero a que folles con él a solas. Es algo que me vuelve loco y cada día me excita más.

  • Y no te ibas a sentir mal sin participar?

  • Ufff. Al contrario. Me lo iba a pasar mejor que nunca

Saray al oír esto se puso tan caliente que con solo acariciarle el clitoris tuvo un orgasmo. Solo ver su cara con la calentura e imaginármela con otro hizo que yo también me corriese.

Habíamos terminado tan calientes que al día siguiente le propuse llamar a Jose e invitarlo un finde a nuestra casa.

Jose era un chico 7 años menor que Saray y le conocimos un año atrás cuando estuvimos unos días en Madrid.

Lo contactamos a través de una página de citas, quedamos con él para cenar y después lo que surgiese… y lo que surgió fue que nos fuimos los tres al hotel en su coche. Saray delante ( por indicación mía) y yo detrás. Mientras íbamos le susurré que se quitara el tanga. Llevaba un vestido negro corto y muy sexi y ella muy obediente se lo quitó.

Cuando Jose vio aquello, empezó a acariciarle la pierna y subir por el muslo hasta acariciar su raja totalmente depilada. Yo detrás con una erección brutal no me perdía detalle sin intervenir. Ella abrió las piernas y se dejó acariciar el coño por José que tenía un bulto en el pantalón exagerado. Y se dedicó a masturbarla con lo que el ambiente se puso ardiendo.

Entre caricias risas y morbo llegamos al hotel. En el ascensor vuelta a meterle mano. El se acercó y la besó en la boca. Yo cada vez estaba más caliente.

Esa noche hubo sexo y del bueno entre los tres. Fue la primera vez que tuve sexo anal con ella y disfrutó como una loca.

Pero con Jose lo paso de miedo. Tenía un pene gordo y grande aunque él era un tío bajito. Y a mi mujer le encantan las pollas grandes. Supongo que como a casi todas.

Se dedicó a lamerlo, chuparlo, succionarlo, acariciarlo y sobre todo a metérselo en su coño húmedo y lleno de deseo.

Yo estaba tan caliente que cuando me tocaba follarla tenía que sacarla porque sentía unas ganas locas de correrme. Ella a 4 patas y yo follandola por detrás le pedía que le besara. Y ella le besaba y alternativamente le comía la polla. Hasta que no pude más y me corrí dentro de ella.

Como ella seguía ardiendo y no se había corrido, Jose tomó el relevo y la folló a placer todo lo que quiso. En un momento dado le pedí que se quitara el condon y la follara a pelo. Sé que es una locura pero estando tan caliente no pude evitarlo. Ella, que seguía a 4 patas, lo oyó y se abrió más de piernas si cabe mostrándole a él su coño bien abierto. Jose se quitó el condon y su polla creció aún mas. Saray levantó su culito y agachó la cabeza mientras Jose la embestía por detrás. Al metérsela Saray empezó a gritar como una loca de puro placer hasta que ambos se corrieron.

Ella le pidió que le echara la leche dentro mientras me miraba con cara de perra salida con una expresión entre pidiendo permiso y diciendo “no querías cuernos? Pues toma cuernos bien puestos “

Fue una noche memorable en la que saboreé el dulce sabor de la infidelidad y de los cuernos. Me gustó ser un cornudo consentido y en ese momento decidí que quería mas.

Desde entonces no habíamos vuelto a saber de él.

Así es que cuando se lo propuse a Saray ella me miro con cara de zorra y me dijo que si.

Quedamos a través de wasat con el para ese viernes. Jose recordaba perfectamente aquella noche mágica llena de sexo y morbo.

El viernes Saray se arregló. Eran las 5 de la tarde y José no tardaría. Le pedí que se pusiera una blusa blanca semi transparente con los botones abiertos hasta el ombligo. Se le veían los senos cuando se movía.

También le pedí que lo recibiera con un buen beso en la boca.

Ella no estaba muy segura de hacerlo pero como también tenía ese deseo, aceptó.

Cuando al rato llamaron ella salió a recibirlo. Vivimos en un chalet por lo que estamos aislados.

Al entrar sonriente y verla a ella con su blusa abierta se pegó y la morreo bien. Saray dejó que la lengua de José entrara en su boca.

Yo desde lejos lo observaba. Ya estaba poniéndome caliente y la cosa aún no había empezado.

Después de saludarnos pasamos a través de la casa, a la parte posterior del jardín donde estaba la piscina.

Yo los dejé salir y vi como Jose la rodeaba con los brazos y la besaba.

Estuvimos charlando un rato hasta que decidimos bañarnos porque hacía un calor tremendo. Saray se quitó la blusa quedándose tan desnuda como Dios la trajo al mundo.

Morena de piel, con pechos pequeños y firmes, vientre liso y unas piernas que nunca se acaban… en ambos, en Jose y en mi, creó la misma sensación. Nuestros penes se izaron como las banderas al flamear el viento. Y lejos de disimularlo ambos nos desnudamos y fuimos detrás de ella al agua.

Juegos, tocamientos, caricias y besos hicieron subir nuestra temperatura. Ella se abrazaba a Jose y me miraba de reojo mientras le besaba y con una mano bajo el agua movía su polla arriba y abajo acompasadamente.

Nos salimos y en las mismas tumbonas empezó el espectáculo.

Jose empezó a comerle el coño a Saray mientras ella sentada me mamaba la polla haciéndome gozar como nunca. Después nos intercambiamos y José gozó de una mamada increíble.

Cuando ya nos tenia calientes se abrió de piernas dejó que Jose la penetrara directamente y sin cóndon.

Yo deje que me la siguiera chupando y sin esperar más me corri en su boca.

Después me aparté para saborear la escena. Saray ya se había centrado en Jose y se metía ese pollón una y otra vez. Lo vi a él como la cabalgaba y ella gritando de placer tuvo un orgasmo cómo nunca. Después saco su polla del coño y se corrió sobre su vientre.

Yo sin perder detalle me masturbe y volví a correrme viendo tan deliciosa escena.

Durante el resto de la tarde charlamos y tomamos copas desnudos los tres. Nos bañábamos y más tarde dispusimos un picoteo para coger fuerzas.

Durante la cena las manos de uno y otra desaparecían bajo la mesa mientras las copas de vino se vaciaban una y otra vez.

Una vez terminamos nos preparamos unas copas y relajados en el sofá nos dejamos llevar por el relax después del buen vino y mejor sexo de ese día.

Jose se quedó a dormir en la habitación de invitados y Saray y yo nos fuimos a la nuestra. Yo aún estaba caliente rememorando las escenas de la tarde en mi cabeza hasta que poco a poco me dormí.

Un susurro me despertó. De reojo mire el reloj y vi que eran las tres de la mañana. Abrí los ojos despacio y sin moverme y pude ver a Jose al lado de la cama susurrándole a Saray.

Ella se incorporó y me miro. Se dio cuenta de que estaba medio despierto y sin decir nada se levanto y agarrados de la mano se fueron a la habitación de Jose.

No me lo podía creer. Después de soñar mil veces con esa escena se iba a hacer realidad.

Oí desde mi habitación su cama crujir al echarse en ella. Yo estaba empalmado. Mi amor se había ido sola con otro hombre a su habitación. Sin mi. Solo ella y él. Iban a follar a solas.

El mero pensamiento hizo que tuviera una erección brutal. Pegué el oído pero aunque las habitaciones estaban cerca y las puertas abiertas solo escuchaba susurros Pero no entendía nada.

Así es que me levante despacio y me fui a otra habitación cuya puerta estaba enfrente de la de Jose y Saray. Me senté en un sofá y desde allí me dispuse a presenciar la escena mientras mi mano ya agarraba mi miembro masajeandolo arriba y abajo.

Cuando mis ojos se acostumbraron a la penumbra puede deleitarme con la escena que aparecía ante ellos.

Saray, abrazada a Jose y tumbados ambos de lado en la cama, le besaba con pasión. Jose tenía agarrado el culo de Saray con una sola mano mientras intentaba penetrarla sin parar de besarla. Ella abría sus piernas y el enorme pollon de Jose entró suavemente en su coño lo cual hizo estremecerse de placer a Saray.

Tengo que decir que era la culminación de un sueño cumplido. Solo quien disfrute de ver a su mujer con otro sabrá entenderme.

Mi mujer, el amor de mi vida, la dulce hembra que me ama, estirada en la cama con el cuerpo a disposición de otro hombre y tan entragada a él que Jose acariciaba sus pechos y pellizcaba sus pezones mientras bombeaba su coño a ritmo lento pero sin pausa haciendo deleitarse a ella y por ende a mi.

Yo estaba extasiado!!

Saray se separó de él y lentamente besó su cuerpo hasta llegar a su duro pene. Lo engulló y lamió sin parar. Entre sus labios, ese capullo se hinchaba hasta parecer reventar como un globo.

El gemía y ella no paraba. Después se dio la vuelta andando como una gata en celo y levantando su culo y arqueando su espalda hacia abajo le puso el coño abierto para que el la poseyera.

Jose la montó. Y digo eso porque me recordó a lo sementales que montan a sus hembras. Ella gimió de placer al notar dentro aquel descomunal aparato.

Y al girarse para mirarle a él, ella me vio. Su cara era un puro reflejo de placer y al ver como me masturbaba sonrió con esa sonrisa pícara de cuando deseaba a otro y sabía que me hacía disfrutar por ello.

Jose volvía a montarla sin condon. A pelo. Ella disfrutaba. Y esta vez si se corrió dentro de ella.

Entre gritos ahogados y jadeos el macho llenó de leche a esa hembra fabulosa que era mi mujer.

Mi sueño estaba totalmente cumplido. Era el tío más cornudo que podía imaginar y lo estaba disfrutando. Ella estaba entregada totalmente a otro y a mi se me caía la baba mientras entre estertores de placer salió mi leche a borbotones.

Me quede exhausto y medio dormido en el sofá y ellos debieron hacer lo mismo.

Cuando desperté un par de horas después los vi abrazados desnudos uno junto al otro. Como buen cornudo me fui a mi cama yo solo. Allí volví a pajearme ya sin apenas fuerzas pero con un morbo tan bestial que logré correrme pero sin apenas echar una gota de semen. Solo el placer de imaginarlos desnudos y juntos me hacía estallar.

A la mañana siguiente me levante antes que ellos. Al pasar por su habitación mire y los vi desnudos y semiabrazados.

Prepare un buen desayuno para reponer fuerzas.

Después los llame y bajaron. Agarrados de la mano y sonrientes.

Jose se sentó a la mesa y Saray acercándose a mi me dio un beso y me dijo:

  • Gracias cariño. No sabes la noche más fantástica que he pasado.

  • Pues cuando quieras repetirla no tienes más que llamar a Jose - dije yo

  • Ummmm. Claro que lo haré mi dulce cornudo !! No lo dudes. Y tú estarás presente para verme disfrutar con él.... o quizás no.... jajaja.

Yo me derretí oyéndola y sabiendo que estaba disfrutando del papel que tanto había deseado. Por fin tenía una mujer de la que además de estar enamorado y ella de mi, era una zorra y yo su cornudo que le permitriría hacer cualquier cosa que en cuestión de sexo me pidese.

La vida es bella y el sexo lo mejor de ella!!!:

-Por cierto cariño- me dijo.- he pensado que Jose se venga unos días a la playa para compartir vacaciones. Podíamos reservar una habitación para tres…

  • Joder cariño!! Lo que tú quieras.
  • Pues entonces hecho. Te vienes unos días con nosotros de vacaciones.

Y así nos preparamos para una nueva experiencia. Esta vez iba a superar cualquier expectativa. Y ambos teniamos seguro que podríamos llegar a donde quisieramos ya que el amor nos ataba definitivamente.

Pero eso lo contaré en el próximo relato.