Cornudo Consentido

Alina enseña a su cornudo consentido cómo se la follan

Habían dejado a la niña con sus padres para disfrutar de una noche en pareja, Manuel la estaba follando lentamente. Alina gemía y se retorcía con los manoseos de su novio y su polla entrando y saliendo del coño, desde atrás con el pijama solo descubriendo el trasero como a ella le gustaba. Se besaban con pasión y acabaron en un buen orgasmo los dos juntos.

Ya separados en la cama, tumbados el uno al lado del otro, comentaban.

-          Cariño, desde que estamos más “liberales” siempre estás cachonda. Me tienes seco

-          Bueno, ya lo dicen, es la segunda juventud en la que te sueltas....

-          Ya pero me sabe mal no darte lo que necesitas...

-          Cariño- Le besó dulcemente.- Contigo tengo más que suficiente, me haces gozar como una jovenzuela. Esto es...solo morbo y juego. ¿No te gustaba verme con otros? ¡Tú mismo me lo dijiste mil veces!

-          Verte, lo que es verte, casi nunca te veo. Y porque me lo cuentas que sino...

-          ¡Ai, mi cornudo cachondo!- Le acarició la cara y le volvió a besar- ¿Y las corridas que tienes cuando te lo cuento qué? A mí me pone muy cachonda follar sin amor y contarte cómo me joden...Y a ti también te pone muy cachondo- Le agarraba la polla que volvía a estar dura.- Yo sé que te gusta verme putita con otros...ya verás...

Agarró el portátil que tenía en la mesita, lo abrió y clicó en el Skype. Allí tenía varios hombres con los que había tonteado por webcam, y en concreto había uno que estaba de muy buen ver, aunque no recordaba su nombre, que supo vivía en el pueblo de al lado. Estaba conectado y empezó a chatear como otras veces, él no tardó en pedirle sexo por cámara. Alina le dijo que no podía, que estaba con su novio, y él, graciosillo, le dijo que no era celoso. Activó la llamada y se vieron los tres, primero al hombre pareció darle corte que estuviera Manuel presente pero poco le importó, se sacó la polla y empezó a meneársela en el lavabo diciéndole a Alina que se quitara el pijama.

Manuel estaba muy excitado, como ella. Le levantó la camiseta para que pudiera verle las tetas y le metió mano en el coño, que lo tenía muy mojado. “Qué ganas de follarte” escribió con la mano libre. “Vístete y vente” le respondió ella acercando las tetas a la cámara. “Es broma ¿no? ¿Y tu novio?” Añadió el interlocutor “Él solo mira, vente” Escribió la dirección y él cerró el portátil a toda prisa sin despedirse.

-          No creo que venga- Dijo Manuel, metiéndole los dedos muy hondo y besándola- Huele a que se ha rajado y que solo quería paja por cámara.

Estuvieron magreándose un buen rato, ya iba a desvestirla para darle otro repaso a ese coño cuando sonó el timbre. Manuel se había sorprendido y ella le dijo que fuera a abrir. “No no, es tu invitado, ve tú” Le contestó subiéndose los pantalones. Ella se volvió a poner la parte de arriba del pijama y se acercó a la puerta, miró por el visor y observó al hombre con el que había hablado, nervioso, a punto de volver a timbrar. Abrió la puerta.

-          Joder, pensaba que era una broma ya- Dijo. Tendría los cuarenta años pasados, vestía un tejano sencillo y una camisa arrugada de cuadros, tenía el pelo corto y negro y una barba bien adecentada; nunca se habían visto las caras.

-          Pasa....- le dijo Alina muy excitada porque no dejaba de mirar sus pechos bamboleando dentro del pijama.

Lo hizo entrar y pasar hacia el dormitorio, donde Manuel estaba tumbado en la cama aún. Ambos hombres se miraron con extrañeza, era raro para cualquier persona aquella situación y no sabían qué hacer. La que impuso orden fue Alina.

Primero se subió a la cama de rodillas y poco a poco se acercó a su novio, le sacó la polla y se la metió en la boca ante la atónita mirada del hombre. Continuó haciéndole una paja y besándole, para susurrarle al oído que se desnudase y se quedase encima de la cama a un lado. Volvió hacia el hombre sentándose en la cama frente a él.

-          Te has quedado muy serio, por internet parecías más...juguetón

Alina le desbotonaba la camisa. Tenía una ligera mata de pelo cubriendo el pecho, la espalda ancha y algún quilo de más en el estómago, pero se dejaba ver con gusto. Él empezó a tocarle los hombros. Manuel se había desnudado a la espera de los acontecimientos.

La mano se coló por el cuello hasta las tetas que masajeó unos segundos. Ella le desabrochó el tejano y se lo quitó, quedándose en calzoncillos. Tenía un buen bulto entre ellos, lo sobó lentamente notando como crecía. Tenía ganas de jugar, de ponerlos cachondos.

Primero se quitó la parte de arriba del pijama dejando al aire sus preciosas y grandes tetas, una 90C desde que parió, cosa que él no tardó en aprovechar y las manoseó tanto como pudo. Manuel no perdía detalle haciéndose una rica paja.

Después ella arrimó la cara al calzoncillo y paseó su lengua por encima de la tela. El capullo asomó por arriba y le dio un par de lametazos. Él quiso bajarse los calzoncillos para liberar su polla pero Alina se lo impidió. Se levantó para quitarse el pantalón y quedarse en bragas y se tumbó en la cama con las piernas colgando, haciéndole señas que se le acercase. Él se tumbó encima y empezó a comerle las tetas deliciosamente, después bajó al estómago y de ahí intentó bajarle las bragas, volviendo ella a impedírselo y negar con la cabeza. Ante la cara de extrañado que puso, Alina subió las piernas a la cama, bien abiertas, y le dijo que por encima de las bragas.

El hombre le pasaba la lengua por la tela ya empapada, notando los labios abiertos tras ella. Desprendía un aroma a hembra muy intenso. Intentó colarse por los lados pero ella no le dejaba, estaba muy cachondo y solo quería comerle el coño y follarla...y ella lo sabía. Manuel por su lado también ardía en deseos de verla ya follando, no entendía a qué jugaba su chica con tanto tonteo.

-          Niña, yo quiero follar ya, déjame comértelo un poco- Dijo indignado y al límite de lo cachondo que se puede estar.

-          O haces lo que te digo...o nada....Cómeme las tetas.- Le indicó, y él, algo desilusionado se le echó encima para comérselas. “Menos da una piedra” Pensaría. Mientras se las comía ella le acariciaba la espalda y el culo. Frotaba como un perrillo su paquete contra las bragas calientes y empapadas de Alina.

-          Tócamela un poquito ¿no?- Suplicó él.

Alina se mordió el labio mirándole con morbo. Paseó la mano por el culo hasta el paquete entre los dos cuerpos, pero pícara no metió la mano y le hacía una paja por encima de la tela. Dejó la sobada para meter un instante la mano por dentro de las bragas, rozarse un dedo en el coño y acercarlo a la boca del hombre.

-          ¿Quieres un poquito de esto verdad? Ven- Le dijo metiéndose en la cama cerca de su novio, tumbada de lado. Él se tumbó con ella agarrándole las tetas y frotando el paquete contra el culo. Alina tiró de las sábanas y quedaron cubiertos hasta el pecho

Manuel no podía ver lo que pasaba debajo de las sábanas, solo los pechos de su chica. Ya como quería ella, sin que su novio pudiera verla, bajó las manos para quitarse las bragas y se las dio a su novio que las tiró al suelo sin inmutarse. Se puso boca arriba y dejó que el hombre actuase por instintos; ni dos segundos tardó en llevar la mano al coño. Su novio aceleró la paja al ver a Alina gimiendo, las sábanas levantadas por sus rodillas y el movimiento de la tela entre ellas.

El hombre solo metía los dedos rápidamente, ignorando su clítoris. Le estaba comiendo las tetas cuando ella le apretó la cara hacia abajo para que se metiera a lamer dentro de las sábanas.

Manuel estaba disfrutando muchísimo de aquel espectáculo de insinuación. Veía a su novia con los ojos cerrados echada boca arriba, relamiéndose. Veía fuera de las sábanas el trasero del hombre, puesto de rodillas. Su espalda y lo que debía ser su cabeza se perdía entre las sábanas, moviéndose muy poco a poco entre las dos elevaciones formadas por las rodillas. Veía cómo su novia metía un brazo entre las sábanas para acompañar los movimientos de lengua en su coño y como la otra mano se coló en el calzoncillo del hombre. Estaba muy cachonda, se le notaba por lo desinhibida y lo poco que pensaba lo que hacía; Con dos ligeros movimientos hacia el lado puso su cabeza casi debajo del paquete del hombre, le sacó la polla, de buenas dimensiones, y comenzó a darle lametazos y a sorberle el capullo. Él al notar la cálida lengua de Alina, también se movió a un lado y bajó el trasero para que pudiera chupársela mejor.

-          Mmm...cómeme el coño...sí...muy bien...- Decía cada vez que se separaba de la polla para respirar.- Me voy a correr en tu boca, saca la lengua.- Soltó a la vez que se retorcía en un orgasmo exquisito

El hombre sacó la cabeza de entre las sábanas relamiéndose el bigote mientras Alina seguía dándole lametones a la polla y haciéndole una buena paja a la vez. Se arrodilló para que pudiera chupársela mejor y se quedó de frente mirando a Manuel. Ella se recostó de lado dando la espalda a su novio y siguió chupándole la polla. De entre las sábanas apareció el culo blanco desnudo de Alina muy cerca de su novio, que había aflojado la paja que se estaba haciendo para no correrse. No pudo resistirse y colocó la mano en su piel suave y tersa y dio unas caricias hasta que ella le quitó la mano mirándole con picardía sin soltar la polla del hombre.

-          No, no, tú solo mira- Le dijo. Echó la vista arriba, agarró la mano del hombre y la llevó a su culo para que él si lo toquetease. “Te voy a hacer sufrir cariño” Pensó.

Notaba la polla endurecerse en la boca. Alina dejó de chupársela para abrir el cajón y sacar un condón que colocó con maestría en su miembro, le quitó los calzoncillos,  se tumbó de costado bien tapadita e invitó al hombre a que se pusiera detrás. Ambos se cubrieron a conciencia, Manuel no podía ni verle las tetas a su novia que le miraba sonriendo. De ella solo obtuvo el brazo alargado para cogerle la mano que tenía en la polla que hizo que dejase de masturbarse y entrelazaron los dedos como colegiales cogidos de la mano por el parque

El hombre se acurrucó detrás de ella, notaba el calor de su cuerpo, el aliento en su nuca y las friegas de la polla en sus nalgas y entrecerró los ojos con el placer de los besos que le daba en la nuca y orejas apartándole su melena rizada. El hombre movía las caderas y se agitaba buscando metérsela; no era el amante más diestro que había tenido ni la mejor polla que la hubiera follado pero para el caso ya le servía. Echó el culo hacia atrás dándole más fácil acceso a su coño, y él con la mano encontró la entrada, apuntaló la polla y se la fue metiendo poco a poco.

-          Mmm...sí...que rico...-Susurró ella apretando con fuerza la mano de su novio.- Qué ganas de polla amor, está dentro de mí...

El hombre la estaba follando a buen ritmo y Alina estaba en la gloria, llevaría ya más de cinco minutos taladrándola sin parar; la había cogido con ganas. Manuel quiso soltarle la mano para seguir con la paja pero ella apretó aún más los dedos. Veía a ese hombre joder debajo de las sábanas a su novia, dejarse llevar como un semental besándola en la espalda y mordiéndole los hombros, bajando parte de la tela sin querer al agarrarse a las tetas para martillearla más rápido.

-          Dame un beso cielo.- Le ordenó a su novio que le comió la boca unos segundos.

Alina sentía un ardor intenso de tanta friega en su coño, y más en aquella posición con las piernas cerradas. Era su postura favorita y no la estaba disfrutando, hasta que cayó en la cuenta de lo que le estaba fastidiando el momento. Echó la mano atrás al culo del hombre deteniéndolo, lo apartó un poco de su trasero y le cogió la polla buscando la base, agarró la goma del condón y tiró hacia arriba liberándolo de aquel plástico horrendo.

Sacó el condón y lo tiró cerca de su novio, volvió a poner el culo respingón y el hombre con una cara de felicidad tremenda volvió a metérsela. Ahora sí que notaba carne y cómo sus flujos no se secaban con la fricción

-          Ammm...sí, ahora sí...mmm...cariño...mmm...lo siento pero mami quiere polla. Qué rico y calentito se siente....

Alina había llegado al punto de calentura en el que no pensaba y le daba igual todo, había cerrado los ojos y su novio se había escapado de su atadura, se estaba tocando el clítoris mientras la follaban. Manuel levantó las sábanas para ver cómo aquel hombre la penetraba una y otra vez.

Conocía a su novia, sabía que cuando las friegas en el clítoris eran desacompasadas iba a correrse en breve y en ese punto podía hacer lo que quisiera con ella porque no se enteraba de casi nada, sólo dejándose llevar por el placer. Le estiró del brazo para recostarla más en la cama sacándole la polla de dentro y el hombre le miró intrigado y algo mosqueado porque también se iba a correr, pero le duró unos segundos al ver cómo Alina se tumbaba bien boca abajo y levantaba el trasero mostrándoles su coño abierto, rojizo y empapado en flujo. Sus dedos seguían masajeando el clítoris y se paseaban rozando los labios recogiendo flujo para no dañarse, se metía dos dedos y volvía a frotar. Ante ese espectáculo el hombre se colocó de rodillas detrás y sin tener que cogerse la polla para encontrar la entrada se la metió de una estocada haciendo que gritara de placer.

-          ¡Joder! ¡Qué coño tienes!- Se le escapó decir al hombre, casi inaudible entre los gritos de placer de Alina

Alina estaba a punto de correrse. En un momento de lucidez entreabrió los ojos y buscó con la mano libre a su novio. Éste se la cogió con la siniestra mientras seguía haciéndose la paja y volvieron a entrelazar los dedos mirándose.

-          Mmm....ya....ya llego....ya llego...mmmmm...Sí.- Chilló Alina en un intenso orgasmo con el que casi le parte los dedos a su novio

Al notar cómo apretaba su interior el hombre sintió un enorme placer, sin saber dónde podía acabar optó por lo primero que se le ocurrió; Sacó la polla, se la agarró con fuerza y con un par de movimientos de la piel acabó corriéndose encima del culo blanquecino llenándole también de semen los pelos del coño abierto y palpitante que brillaban de sudor y flujo.

Alina estaba en esos segundos después del orgasmo en los que el cuerpo empieza a relajarse cuando notó el calor del semen irse escurriendo por los muslos y soltó la mano de su novio para limpiarse pero él se apartó con rapidez, empujó a un lado al hombre y se la metió en el coño sin miramientos.

-          No aguanto más cariño- La embestía tanto o más rápido que el hombre antes.

Conocedor del cuerpo de su chica echó la mano a su entrepierna y primero con suavidad para no dañarla por lo sensible que estaba, luego más rápido, masajeó su clítoris que aún seguía hinchado. La había pillado antes de que se le bajase el calentón y siguió gimiendo.

Alina arqueó la espalda apoyándose con los brazos en el cojín y dejó que su macho la follase como sabía. Manuel intentó evitar en un principio que su cuerpo tocase el semen del hombre pero al final desistió y se apoyó todo lo que podía para penetrarla lo más profundamente que daba la postura

-          Ah...sí...cariño... ¡fóllame! ¡Más! ¡Más!- A Manuel le dio tiempo a mirar al hombre como diciendo “Así se folla a mi hembra” para justo derramar el semen acumulado de la larga jornada de morbo que le había dado dentro del coño de su novia frotó más rápido el clítoris- ¡Papá me corro! Sí...-Chilló con fuerza y cayó rendida en la cama con el cuerpo inerte de su novio encima

Pasados unos minutos Manuel sacó la polla de su novia y del coño empezó a salirse una gran cantidad de semen. “Le he cargado bien los cojones” Pensó en sus adentros al girarse Alina para limpiarse con una toallita que no daba para tanto líquido, teniendo que sacar un manojo para retirar lo que salía de su interior y aprovechando para limpiar su trasero.

-          Bueno, yo como que mejor me voy.- dijo el hombre vistiéndose.- Me lo he pasado muy bien, si queréis repetir otro día

Alina asintió y aleteó la mano como diciendo “Ale, arrea, ya has cumplido. Puerta” y cuando se hubo marchado miró a su novio tumbado a su lado fumando un pitillo echando el humo hacia la ventana. Le cogió la polla flácida para acariciársela y sonriéndole le dijo.

-          Al final no te has podido resistir ¿Eh? ¿Te ha gustado?

-          Mucho. Eres una zorra de cuidado. – Apagó el pitillo en el cenicero que tenía en la cabecera, dio al interruptor y con las luces apagadas se acurrucó junto a su novia, con los cuerpos desnudos entrelazados y durmieron como bebés.