Cornudo consentido

Por animar a mi mujer a realizar fantasías me acabe convirtiendo en cornudo y lo disfrute

Nuestra historia no es la típica historia romántica, nos conocimos teniendo pareja y una vida independiente cada uno, poco a poco fuimos congeniando y dándonos cuenta que nuestras parejas no nos daban lo que queríamos.

Para resumir, llego un día que dimos un paso a delante y rompimos con aquella vida típica y tradicional, y comenzamos una vida juntos, en poco tiempo acabamos viviendo juntos.

Como decía no soy tradicional en gustos, y hasta ahora no había podido cumplirlos, mi mujer (aunque no estemos casados nos tratamos como tal) se llama Belinda, aunque siempre todo el mundo la conoce como Chiqui.

Vivimos en una pequeña población al sur de España, ella es morena, tiene un atractivo y encanto natural cuando sonríe, es de esas personas que te va ganando con su dulzura, es un par de años mayor que yo, tiene 36 años, va mejorando con la edad. Tiene ese morbo de parecer madurita pero a la vez con cara de inocente, buena y no haber roto un plato en su vida…

Por todo esto, y por mis poco tradicionales gustos siempre desde que empezamos intentaba hacerla fantasear con verla con otros hombres haciendo cosas delante mía, y que desatara su lado más sensual y salvaje, incluso que rozara lo que se diría vulgarmente ser puta en la intimidad y no solo conmigo…

Sobre todo por la pinta de niña buena me daba aún más morbo que llegara el día de convertirla en “mi putita” y que aceptara todos mis retos y apuestas, siempre la intentaba picar con retos para calentarla y conseguir que hiciera cosas, pero a la hora de la verdad nunca se había atrevido porque decía que conmigo le bastaba…

Yo fantaseaba con compartirla, incluso le enseñaba fotos de otros hombres desnudos y le decía no te daría morbo hacer y dejar que te hicieran delante mía… y a veces todo esto se lo decía mientras estábamos en la cama y no podía evitar correrme de imaginarla…

Un día, harto de esperar a que se decidiera, sabía que de ella no saldría “ponerme los cuernos” decidí llegar más lejos y poner un anuncio en internet de que deseaba compartir a mi mujer, de entre montones de correos y fotos que recibí, elegí a un muchacho de mi edad, le dije que contaríamos que éramos amigos del instituto y que por motivos de trabajo él se fue de la ciudad y perdimos el contacto y que años después de casualidad nos vimos y lo invite a casa a cenar. Sólo le puse dos condiciones que eran el uso de condón, y que el culo de mi mujer era solo mío, el resto podría hacer lo que quisiera.

Una vez que nuestra historia quedo clara para que mi mujer no sospechara, a él le dije que con cualquier excusa saldría de casa durante la cena y ese rato tendría el para intentar tirarse o conseguir algo de ella, que incluso la idea de que la forzara un poco me ponía a mil… imaginaba que ella se resistiría pero que una vez que consiguiera que se mojara o metérsela ella se dejaría ir por el placer, la conozco perfectamente y sé que una vez que empieza no puede parar… solo tendría que superar esa primera resistencia que yo pensaba que pondría.

Llego el día y yo como siempre le pedía que en casa estuviera ligerita de ropa o incluso con vestidos y sin ropa interior, no tuve que decir nada, si se lo hubiera dicho quizá hubiera sospechado, pero como siempre con el buen tiempo ella iba así por casa. Salí al trabajo y me pase todo el día pensando en la cena, y con una calentura importante, todo el día empalmado de pensar que otro se iba a follar a mi mujer con mi consentimiento, me gustaba ser un “cornudo consentido”. Cuando salí de trabajar fui a un centro comercial a comprar algo de bebidas, para animar la cena, pensé que estaría mucho más receptiva si la emborrachaba un poco.

Llego la hora de la cena, me reuní con nuestro nuevo amigo y fuimos juntos a casa como si nos conociéramos de toda la vida, le comente que mi mujer ni sabía que venía nadie a cenar, porque si se lo hubiera dicho se hubiera vestido y yo quería que estuviera con su vestido o camisoncito y sin ropa interior…

Al llegar a casa, y como siempre al verla darle ir a darle un beso, me dijo al oído en todo cariñoso

-

Tú eres tonto, traes a alguien y no me avisas, para que no esté así

-

Perdona cariño, es que me he encontrado con este amigo que no nos veíamos desde el instituto y estaba feo no invitarle a tomar algo asique hemos ido a comprar algo de cena para que no tuvieras que hacer nada

-

Bueno pues por no avisarme ahora preparas tú la cena… o lo que hayáis traído que voy a cambiarme

-

¡Ni de coña! No eres capaz de quedarte así cenando y calentar un poco a mi amigo

-

Uff no me retes que sabes que me pone…

-

Si bueno, eso dices siempre y luego no eres capaz…

Así termino nuestra discreta conversación, se fue hacia él y dijo:

-

Perdona a mi marido que es un desastre y ni nos ha presentado, tanto amigo tanto amigo y ni presenta a su mujer….

Mientras se acercaba a darle un par de besos y se presentó como Chiqui, él le respondió con un par de besos y le dijo que se llamaba Carlos mientas se saludaban disimuladamente le puso la mano la en la espalda muy abajo casi rozando ya con el culo de mi mujer, a lo que ella ni reacciono, no sé si porque no se dio cuenta o porque seguía mi reto de intentar calentar un poquito el ambiente.

Me fui a la cocina a guardar la compra en la nevera y a preparar la cena, mientras le comente que le enseñara la casa a Carlos, aunque no veía lo que estaba pasando, me estaba poniendo entre nervioso y caliente por saber si en esa visita guiada habían tenido algún roce o acercamiento, intentaba escuchar para saber que estaría pasando, pero no se oía nada… empecé a imaginarme que quizá ya estaban dándole uso a la cama, o que mi Chiqui estuviera ya con algo en la boca… y en esos pensamientos los vi volver a la cocina hablando y riéndose como si se conocieran desde hacía tiempo, no sé si ella tonteaba con él o simplemente habían cierto feeling. Lo que no podía disimular al volver fueron sus pezones que empezaban a marcarse en el vestidito que llevaba ese día puesto, ¿habría pasado algo para que se le pusieran así? o ¿solo que le estaba dando morbo la situación?

Al sentarnos a la mesa procure que se sentaran los dos juntos y yo enfrente, con idea de que estuvieran mas cerca, incluso de que por debajo de la mesa el intentara tocarle disimuladamente por debajo del vestido, pero la cena transcurrió con normalidad, al menos yo no veía si tonteaban por debajo de la mesa, hablamos de todo un poco, Carlos nos contó que era de su vida, de su trabajo, e incluso entramos en temas picantes y personales para ver si mi mujer se iba calentando al oír ciertas cosas que nos contábamos como “grandes amigos”, mientras tanto seguíamos cenando y bebiendo. Siempre nos asegurábamos entre los dos que Chiqui tuviera la copa rellena.

Cuando fuimos acabando de cenar me adelante y puse unos cubatas para seguir animando a mi mujer y como estábamos bastante entretenidos se nos hizo bastante corto. Seguimos tomando copas con algo de música ambiente de fondo, yo no paraba de dar viajes a la cocina, al baño, con la excusas de dejarlos solos y darles intimidad a ver si Carlos iba progresando.

Al cabo de unas copas, les dije que no quedaban hielos para la bebida y que saldría a la gasolinera a comprar por las horas ya de la noche que eran, así que tardaría porque la más cercana estaba algo lejos; antes de irme empezamos a recoger la mesa, cuando vi a mi mujer ponerse a fregar los platos, le dije a Carlos que me iba que aprovechara que tardaría unos 15-20minutos con la excusa de ir a comprar. Él se fue hacia la cocina con lo que faltaba por recoger mientras yo salía por la puerta.

Me fui en coche en dirección a la gasolinera, cuando a los pocos minutos empezó a sonar mi teléfono pero al conduciendo no pude contestar. Cuando pare en dicha gasolinera vi que la llamada era de Carlos, pensé que me habrían llamado para que comprara algo más, devolví la llamada pero no me contestó, una mezcla de nervios y miles de ideas de que estaría pasando bombardeaban mi cabeza, estaba deseando volver pero a la vez no quería irme sin comprar lo que necesitaramos, asi que opte por llamar al móvil de Chiqui que supuse que tendría encima, dio varios tonos y no contestaban… al final descolgaron y se oia ruido como si hubieran puesto el manos libres porque se distinguia la música de fondo, y dije:

-

¿Cariño? ¿Hola?

-

Perdona, ahora no puede hablar… tiene la boca ocupada – Contesto Carlos

Sin que me diera tiempo a volver a hablar me colgaron. Me invadió un sentimiento muy raro, mi mujer no solo había dado el paso de ponerme los cuernos sino que encima me lo dijeron para que supiera lo que había provocado yo y encima me estaba perdiendo. Decidí arrancar el coche y volverme a casa sin comprar, lo más rápido que pude, no dejaba de pensar en lo que me encontraría, en si mirar, si participar o cómo reaccionar. Por fin llegue a la puerta de casa, me temblaban las manos al intentar meter la llave en la cerradura pero aun así quería hacerlo sin hacer ruido para entrar y poder ver la escena...

Cuando entre fui directo a la cocina y vi a Chiqui fregando los platos como si nada, y Carlos no lo vi parecía que estaba en el baño. Mi mujer al verme me dijo que me acercara, y me acerque a ella por detrás pegándome mucho y me dijo casi susurrando que ella había comprado hielos esa misma mañana asique me buscara una mejor excusa la próxima vez que quisiera entregarla en bandeja. Al decirme eso supe que desde un primer momento en la cena ella se dio cuenta que yo quería dejarlos solos, y no sólo no se opuso sino que me dejo ir, sabiendo que Carlos intentaría algo.

En ese momento volvieron a mi cabeza las palabras de la conversación telefónica, y metí la mano debajo de su vestido, a lo que ella me dijo:

-

Si buscas pruebas del delito, no están ahí. Están aquí… - me replicó mientras me daba un beso sacando la lengua.

-

Me lo he tragado todo… y por cierto, la próxima vez a ver si buscas a uno que me dure más… que ha sido metérmela en la boca y correrse, debe ser que le ha puesto cachondo que se la chupara mientras estabas tú al otro lado del teléfono – Me volvió a decir sin darme tiempo a contestar.

Mientras me decía esto me pasaba la mano por el pantalón y al notar mi calentura volvió a decirme:

-

Estas peor de lo que pensaba, si vas a explotar y eso que no has visto nada… ¿Esto te pone cachondo? Pues ven que vas a ver lo que has provocado… no me incitabas a ser una puta pues veras vas a tener lo que querías…

Yo aún seguía sin saber que decir, sentía que había por fin despertado su parte pervertida y ya se había descontrolado. Me cogió de la mano y tiró de mi hacia la puerta del salón, una vez allí me soltó y supuse que quería que esperara ahí. Entro donde ya nos esperaba Carlos sentado con su copa y con el móvil entretenido, le quito el móvil de la mano y se sentó encima de el sin mediar palabra, dándole la espalda, y empezó un movimiento restregando su culo por encima del paquete de nuestro amigo. Le cogió la mano y la metió por debajo de su vestido, a lo que Carlos no tardó en entender lo que quería y empezó a masturbarle con sus dedos primero por fuera, luego vi cómo se perdían varios dedos dentro de ella.

Siguieron así unos minutos hasta que ella noto en un su culo que su nuevo amigo estaba preparado para otro asalto, y sin previo aviso se levantó se dio la vuelta, le bajo un poco el pantalón, y sin desnudarse ni esperar más… como si la ansiedad se hubiera apoderado de ella, se remango el vestido y se sentó encima de él, todo fue muy rápido, al no llevar ropa interior como a mí me gustaba, no tuvo ningún impedimento y se fue ensartando muy despacito, mientras yo veía desde la puerta como desaparecía dentro su coñito poco a poco, mientras ella le rodeaba con sus brazos el cuello y empezaban a besarse apasionadamente.

Al poco Chiqui gemía y cabalgaba sobre la polla de Carlos pero ahora no era despacio, parecía más bien que iba a partirla en dos de las embestidas que se daban.

Él la cogió en peso rodeándose con sus piernas la cintura y se la llevo así al sofá, tanto ella como yo nos sorprendimos de ese movimiento que hizo el sin pensarlo y demostrando que estaba tan cachondo y desatado en plan salvaje que saco fuerzas para llevarla en volandas al sofá, y soltarla allí como si la empujara contra el para violarla, y sin mediar palabra le agarro fuerte las manos para como para que no se le escapara su presa, y empezó otra vez a meterla y sacarla casi por completo. Ya no era que se la metiera es que sacaba la polla por completo y volvía a ensartarla y a cada embestida mi mujer gemía mas como si a la vez de morbo le estuviera haciendo hasta daño, mientras ella gemia y el se la follaba muy salvaje, solto sus manos y le rasgo el vestido de un tiron para dejar sus tetas al aire, y dijo:

-

Desde que entre aquí y te vi con los pezones así estoy deseando hacer esto…

Empezó a lamerlos, y paro sus embestidas.

-

¿Qué haces porque paras? Sigue follandome por dios, que estaba a punto de correrme, no pares ahora… métemela ya…

Al oír esto yo no pude resistir más la calentura y empecé a tocarme. Carlos a su vez ya dejo de lamer, empezó a morderle fuerte los pezones, haciéndola incluso gritar mezcla de dolor y placer otra vez, volvió a empezar a embestirla metiéndosela hasta el fondo, con un pezón entre sus dientes, estirando su teta hacia arriba incluso. Con las mismas manos que le había arrancado el vestido minutos atrás, empezó a azotarle en el culo a la vez que su polla entraba entera dentro de ella y así estuvo unos minutos más, dándole azotes y embestidas hasta que entre jadeos grito que donde quería su leche y mi mujer contesto como se te ocurra sacarla te mato, pidiéndole que acabara dentro de ella.

En este momento reaccione y recordé que mis dos reglas eran condón y que el culo era solo para mí, y acaba de pedirle a un desconocido que se corriera dentro de ella. Pero en lugar de enfadarme me dio aún más morbo ver a mi mujer suplicando sentir la leche de otro dentro.

Cuando Carlos se quitó de encima ella respiro aliviada y como diciendo por fin un respiro, pero me vio tocándome, me pidió que me acercara, me cogió la mano y me la puso en su coñito y me dijo:

-

¿Esto es lo que buscabas antes? Pues ya lo tienes… disfrútalo

Sentir con mis dedos en su interior una mezcla de jugos, que ya no sabía si eran suyos o de Carlos, me dio aún más morbo si cabe, empecé a besarla y le dije al oído gracias por seguir todas mis fantasías, y me baje a sus muslos y empecé a jugar con mi lengua hasta que no pude resistir la tentación y seguí jugando con mis dedos entre tanto flujo interior y a la vez con mi lengua por fuera… vi como Chiqui parecía retorcerse supongo que de saber que su marido no solo le daba las gracias por follarse a otro y disfrutarlo, sino que encima estaba más caliente aun de ver que estaba con su lengua comiéndose todos los restos de lo que acaba de pasar.

Mientras seguía con mi boca comiéndole a mi mujer su coñito con las corridas de ella y su amante, yo aún seguía con el calentón más grande de mi vida, porque no me había corrido, y ella lo sabía, asique me paró, se levantó y me dijo:

-

Cariño demuéstrame que te ha puesto esto tanto como decías y córrete que lo vea…

Según decía esto se agachaba y empezaba a pajearme y a metérsela en la boca, empezando a mirarme cada vez que se la metía entera en la boca.

En ese momento volvió Carlos del baño y dijo chicos no es por interrumpir pero tengo que irme. Se acercó a darme la mano, mientras Chiqui seguía de rodillas chupando cada vez más rápido, al oir que se marchaba le sujeto del pantalón como queriendo decirle algo pero sin dejar de chupármela, y empezó a desabrocharle el pantalón a Carlos, se sacó mi polla de la boca y le dijo:

-

Tu no vas ningún sitio hasta que me folleis los dos a la vez, y me metas esa pedazo de polla en el culo

-

Tu marido no me deja - contestó Carlos

-

Tampoco quería que te corrieras dentro y mira como ha disfrutado… tu follame el culo que a él ya le recompensare yo luego – le dijo ella

Con las mismas se levantó dejándome a medias y se fue al cuarto a por la vaselina para que la lubricáramos bien. Volvió, me sentó en el sofá, y me dijo que le perdonara por dejarme a medias pero no quería que Carlos se fuera sin que se la metiéramos los dos a la vez.

Se sentó de golpe sobre mi polla que ya estaba para explotar después de tanto rato aguantándome, y con sus manos se abrió el culo y le dijo:

-

Carlitos ¿a qué esperas para partírmelo? ¿Tengo que volver a suplicar como para que te corrieras dentro?

Con todas las cosas que le había dicho Chiqui se calentó de pensar en metérsela por el culo, y volvía a tenerla mirando al techo. Cogió el bote de lubricante y se echó por su miembro, y también en el culo de mi mujer que ya estaba cabalgándome sin parar mientras esperaba y se abría el culito para recibir a su amante.

Carlos se paró con la punta en su culo y sin ninguna delicadeza se la metió hasta el fondo de golpe, y dijo:

-

¿No querías que te partiera en dos? Pues eso voy a hacerte…

Chiqui paro de cabalgarme durante un rato y solo se abrazó a mí y me besó, no podía moverse de la fuerza con la que nuestro amigo le estaba envistiendo y sujetando desde atrás, le apoyaba una mano en la espalda que la empujaba contra mí y a la vez le echaba todo su peso en cada embestida.

Mi mujer empezó a gritar desde prácticamente la primera embestida y notar ese pollón llenándole su culo, además de que aunque practicábamos el sexo anal, tener la mía también dentro y con las embestidas de Carlos hacia que casi se juntaran nuestras pollas por dentro de ella, yo no podía aguantar más y de verla inmóvil le quite las manos del culo, y en de abrirlo se lo cerré con mis manos para que se sintiera aún más ensartada y empecé a moverme lo poco que podía, y a besarla.

A los pocos minutos Carlos la sujeto del pelo y le dio un tirón hacia atrás de para quitarla de mi boca y acercar la suya y saco su lengua, y le dijo:

-

Putita quiero que la chupes como si fuera una polla…

Y Chiqui empezó a chupar su lengua fuera de sus bocas. Al ver esta escena que ya demostraba que mi mujer estaba fuera de sí y disfrutando y obedeciendo a todo lo que se nos antojara hacerle… no pude más y descargue toda mi corrida dentro de ella, al notarla y con todo lo que le estaba haciendo Carlos ella también empezó a gemir y gritar como nunca antes la había escuchado…

-

Cabrones me corro, como me estáis poniendo, se me junta un orgasmo con otro… quiero que os corráis los dos a la vez en mi boca y veros las caras…

Pero Carlos también acabo dentro de su culo al oírla así. Los tres llegamos al orgasmo casi a la vez. Saco su polla ya medio flácida del culo, se puso de pie en el sofá y le dijo:

-

Límpiamela como tú sabes

Mi mujer sin metérsela en la boca solo con la lengua para que yo lo viera muy de cerca le limpió los restos de semen.

Carlos volvió a insistir:

-

Debo irme que ya sí que llego tardísimo, para la próxima vez que vuelva a vuestro pueblo nos vemos

-

Yo no repito con nadie salvo con mi marido, prefiero probar a otros, lo siento- contesto mi mujer.

Nuestro amigo se marchó, nos quedamos abrazados en el sofá, comentando todo lo ocurrido, yo quería saber con pelos y señales lo ocurrido mientras yo no los veía.

Y sobre todo ya que había conseguido el despertar el lado pervertido de mi mujer no quería parar… Se nos ocurrirán nuevas ideas ahora que ella se presta…