Corneando en Barcelona

Un fin de semana muy especial. Contiene Dominación, Infidelidad consentida y mucho morbo.

Emputeciendo

Yo mismo me sorprendí de lo cabrón que puedo llegar a ser.

Marzo del 2012, se presentaba un fin de semana muy interesante, nos íbamos a Barcelona a celebrar la despedida de soltero de uno de los amigos. Dos días alejados de la mujer y de los hijos.

Me llamo Ernesto, tengo 34, soy alto y estoy bastante bien físicamente, practico mucho deporte pero sobre todo me considero muy morboso e imaginativo. Me encanta disfrutar del sexo, experimentar, jugar con situaciones picantes, conocer a gente con la que poder compartir todas estas fantasías.

Llegamos en tren a la ciudad condal el viernes por la tarde,  tras dejar las maletas en un hotel que habíamos buscado para la ocasión, nos encaminamos al barrio del Borne, donde hay un montón de bares para cenar alguna cosita antes de entrar en materia.

Entramos en uno que tenía en la barra unas tapitas que quitaban la luz de los ojos, elegimos una tortilla de patata con un poquito de chorizo cortadito finito que le da un toque espectacular, además de muchas otras cosas.

En el bar, cenando, había una pareja, tendrían sobre los 40 años, charlaban muy animadamente. Yo no dejaba de mirar a la chica, era una morena bastante alta, con un pelo largo rizado muy bonito. Se le adivinaban unos pechos grandes y muy bien puestos, era muy guapa. Su acompañante era un hombre alto, bastante bien físicamente. Hacían muy buena pareja.

Me encantan estas situaciones, en las que disimuladamente vas observando a la gente, sin que mis amigos se den cuenta. Siempre he sido muy discreto en mis infidelidades. Nunca le he contado nada a ninguno, más que nada por respeto a mi mujer. Yo tengo una vida muy feliz junto a ella, pero tengo necesidades que no puedo satisfacer a su lado. Por tanto, simplemente quiero disfrutar, sin hacer daño a nadie.

Seguimos con la cena, risas, comentarios. Yo de vez en cuando miraba a la chica, hasta que en una de estas ocasiones, nuestras miradas coincidieron. Me encanta aguantar la mirada, que sea ella quien rompa la primera conexión. Así fue, tras unos segundos mirándonos fijamente a los ojos, fue ella la que bajo la vista un poco avergonzada.

Después de esa primera mirada, continuaron otras muchas, y en una de esas levanté mi copa de vino al mismo tiempo que vocalizaba: “Guapa”.

Ella miró a su marido que continuaba ajeno a nuestro juego, se acercó a él y le dio un beso en los labios, después le dijo algo al oído. Los dos me miraron y sonrieron. Yo hice lo mismo, los miré sonreí, alcé la copa de nuevo y continué hablando con mis amigos, sin dejar de pensar en ellos.

Muchas ideas pasaban por mi cabeza, se habrán molestado, serán liberales, les gustaría que entrara en el juego?

Ellos continuaban cenando, hablando muy animadamente. Nosotros igual. Mi cabeza no paraba de fantasear con la idea de follarme a esa deliciosa mujer delante de su marido. Así que decidí arriesgarme.

Me encaminé hacia los baños, y pasé por delante de su mesa, los saludé sonriendo con un buenas noches, sin llegar a detenerme.

Pero nada, ellos también sonrieron y continuaron hablando sin más, esperaba algún movimiento por parte de ellos pero no se dio.

Volví a salir, pasando de nuevo por delante suyo, simplemente mirándolos y sonriendo.

Mi grupo continuaba apurando las ultimas tapas y copas de vino en la  barra del local, habían decidido cambiar de sitio, así que cogiendo un posavasos de cartón que había sobre la barra, le pedí un boli al camarero, apuntando en la parte de atrás:

Ernesto

666 666 666

En bcna todo el finde

Tenéis alguna fantasía?

Cuando mis amigos salieron, me quede el último a propósito, y antes de salir por la puerta, me acerqué a su mesa para despedirme de ellos:

-“Perdonad que os moleste. Simplemente quería despedirme de vosotros. Ha sido un placer veros tan felices. Espero que no os moleste pero aquí os dejo esto. Buenas noches.”

Deje sobre la mesa el posavasos, como el pescador que lanza su caña al mar, me giré y salí por la puerta sin girarme para ver su reacción.

Continuamos con nuestra ruta gastronómica y decidí intentar olvidarme de todo y disfrutar de mis amigos. Comimos, bebimos y lo pasamos muy bien en algunos sitios. Después de cenar empezamos con las copas, no parábamos de acercarnos a las chicas, tontear, hablar, pero mi cabeza estaba en otro sitio, y mi mano siempre pendiente del móvil.

Sería sobre la una de la mañana, cuando en una de las miles de veces que había mirado mi móvil, tenía un mensaje nuevo de WhatsApp:

- Si tenemos fantasías, muchas….

Mi corazón dio un vuelco, al leer el mensaje, y rápidamente contesté iniciando una conversación:

- Me alegro mucho, si queréis, podemos cumplir alguna…

- Nos has gustado físicamente, especialmente a mi mujer, y nos has sorprendido con tu atrevimiento…

- No me gusta desaprovechar oportunidades….

- Bien, te cuento, siempre he fantaseado con  ver a mi mujer disfrutar de otros chicos, conoces la Razmataz?

- Por su puesto….

- Estaremos allí dentro de un rato, localiza a mi mujer y pasadlo bien, yo os estaré observando…

- Bufff, que morbo¡¡¡¡¡ Allí estaré

Estaba algo alejado de la discoteca en cuestión, así que sin despertar ninguna sospecha me perdí de mis amigos y cogiendo un taxi, me dirigí al sitio en cuestión.

La Razmataz es una sala de Barcelona, hacen muchos conciertos de diferentes tipos de música, y cuando no hay ninguno es una discoteca, con muchas salas y rincones donde perderse y encontrar algo de intimidad.

El taxi me dejó casi en la puerta, había un poco de cola para entrar, pero en unos minutos y tras pagar la entrada ya estaba dentro. Aún había poca gente, así que no me sería muy difícil encontrarlos.

En la sala principal no estaban, así que subiendo por una de las escaleras me dirigí a la parte de arriba. Allí había otra sala también bastante grande, y junto a la barra allí estaban los dos charlando.

Me acerqué decididamente y me presenté:

- Buenas noches pareja, me llamo Ernesto, tengo 34 años, estamos aquí de despedida de soltero, espero que no os haya molestado mi atrevimiento de antes….

- Hola, ella es María y yo me llamo Alberto, para nada nos ha molestado, si no, no estarías aquí….

Le estreché la mano a él y le di dos besos a ella. Me contaron que estaban casados, que tenían varios hijos sin especificar el número, que eran liberales y que muchas veces habían hecho tríos, siempre con chicas,  e intercambio de parejas.

Hace tiempo que tenían la fantasía de que ella ligara con algún chico en una discoteca, pero nunca se atrevieron a dar el paso. Hoy con todo lo del restaurante, tenían la ocasión perfecta.

Sólo había la condición de que él estaría presente en todo momento, por lo demás me dijo que hiciéramos lo que quisiéramos.

Yo les conté un poco mis preferencias sexuales, les dije que me encantaba ser dominante, tratar a las mujeres como verdaderas zorras, siempre y cuando ellas estén de acuerdo y se exciten verdaderamente con ello. Utilizar vocabulario muy subido de tono, proponer ideas y situaciones muy morbosas.

Todo esto se lo conté con los dos mirándome fijamente, ella se mordía el labio inferior con los dientes y el con la boca abierta.

Los dos se miraron fijamente a los ojos y se empezaron a comer la boca con verdadera pasión. Se separaron y el se alejó dándome dos golpecitos en la espalda:

- Pasadlo bien….

María iba vestida con un trajecito azul estampado muy ceñido, de manga corta y minifalda, llevaba unas medias negras, y unas botas con algo de tacón.

Ella estaba sentada en un taburete, con un codo apoyado en la barra. Tenía las piernas cruzadas y estaba apurando los últimos tragos de un gin-tonic.

Me puse depie delante de ella, acercándome mis labios a su oreja y empecé a decirle:

- Eres una putita viciosa, seguro que te has mojado cuando he contado que me gusta ser dominante, verdad zorra?

- Si, cabrón, es mi fantasía….el cornudo de mi marido no le gustan este tipo de cosas.

- Muy bien zorra, pues a partir de ahora vas a obedecerme en todo, si tienes alguna duda o no me haces caso, me voy y te quedas mojada como una perra.

- Buffff, no sabes lo empapada que estoy.

Nada más terminó de pronunciar estas palabras, mi mano se apoyo en su rodilla, y poco a poco la fui subiendo hasta su coño. Se lo palpe levemente por encima de las medias y del tanga. Ya se notaba su humedad. Al mismo tiempo que la miraba a los ojos y acerqué mis labios para darle el primer beso. Con fuerza, haciéndole notar mi excitación.

Retiré la mano para no empezar a dar el espectáculo antes de tiempo. Y dejándola un poco de lado le pedí su bolso.

Ella me lo dio sin rechistar, al mismo tiempo que con la mirada buscaba a su marido en la parte opuesta de la sala mirando atentamente. Abrí e bolso y empecé a husmear en su interior. Saqué su cartera y se la di, para que no pensara que pudiera ser un ladrón aprovechado.

Pañuelos de papel, un par te tampones, toallitas húmedas, preservativos, el móvil, maquillaje…y algunas otras cosas totalmente inservibles.

- No tendrás la regla, verdad?

- No, siempre los llevo por si acaso….

- Bien zorra, y los preservativos? También los llevas por si acaso? O el cornudo de tu marido te folla con condón?

- Pues nunca se sabe….jejeje -dijo sonriendo-

- Y sí, me folla con condón

Rápidamente, en mi cabeza se agolparon un montón de ideas, me tomé unos segundos para ponerlas en orden y acercándome de nuevo a ella le dije:

- Muy bien perra, escúchame atentamente y obedece sin rechistar.  Vas a entrar en el baño, te vas a quitar el tanga, y vas a hacerte un agujero en las medias dejando tu coño completamente al aire. No te pases con el agujero, que no se te vea. No quiero que la gente sepa lo puta que eres. También te quitaras el sujetador, quiero esas tetazas libres para meterles mano cuando quiera. Después cojeras un preservativo y mete el móvil dentro. Te sientas en la taza, te pajeas lentamente. Antes de salir te lo metes completamente en tu coño, no quiero que te limpies, sales con el olor a coño en tus dedos. Que no se te caiga. Cuando salgas, antes de venir aquí, vas a tu marido, le das el tanga empapado, le explicas que tienes dentro del coñito, y le dices que de vez en cuando te haga una perdida.

- Bufffffff, eres un verdadero hijo de puta!!!!!!

- Ahhh, una última cosa, pídele que venga y que nos pague unas copas, que tengo sed.

- Ahora vengo cabrón.

Se levantó, completamente roja de excitación e intentó besarme. Yo la paré cogiéndola de la barbilla y le dije:

- Las putas no besan en la boca, vete y obedece zorra!!!!!

Me miró caliente como una perra y se fue al baño.

Tengo que decir que su móvil era un Nokia C2, de unos ocho centímetros de largo por cuatro de ancho, perfecto para estar dentro de su coño.

Tardó unos cinco minutos aproximadamente cuando la vi salir caminando lentamente del baño. Iba marcando sus pasos, uno detrás del otro, moviendo su culo descaradamente, varios chicos con los que se cruzó se giraron descaradamente para admirar su trasero.

Pasó por mi lado sin apenas hacerme caso y se encaminó hacia su marido. Yo no me perdí de talle de la morbosa escena. Se acercó y le metió el tanga dentro de su bolsillo, y acercándose a la oreja le dijo lo que llevaba dentro de su coño, le paso los deditos por la nariz para que oliera su aroma de perra y dándole un beso volvió a mi lado.

Se había olvidado de las copas, así que llamé al camarero. Pedí una copa para mi y otra para la zorra y le dije que lo pagaría aquel señor de allí. El camarero miró extrañado, pero enseguida el cornudo se acercó a pagar las consumiciones.

Después de servirnos las copas, yo me senté en el taburete con las piernas abiertas, puse a María delante y empecé a besarla lentamente en los labios, mientras mis manos recorrían su espalda, disimuladamente pase una mano por sus pechos y empecé a pellizcarle levemente uno de sus duros pezones.

Ella jadeaba, estaba caliente como nunca antes en su vida lo había estado. Deseaba ser follada cuanto antes, pero yo quería alargar al máximo su excitación. Cogí su mano y se la lleve a mi polla, me la agarró por encima del pantalón notando su dureza.

-Menuda polla se te ha puesto, cabrón. No sabes las ganas que tengo de que me folles.

- Todo a su tiempo zorra, no te precipites y disfruta de este momento. Quiero que lo recuerdes toda tu vida. Quiero que recuerdes el día que un desconocido te hizo toda una puta…

En ese justo momento echó su cabeza hacia atrás, emitiendo un gemido. El cornudo de su marido estaba llamándola y el móvil vibraba en el interior de su coñito mojado. Ella bajó de nuevo la cabeza y volvió a besarme mientras juntaba las piernas con fuerza para notar más aún la vibración.

La muy cerda se había corrido. Yo puse una mano entre sus piernas y la subí hacia su coño. Tenía todas las piernas mojadas y su coño era un manantial. El móvil volvía a vibrar y yo empecé a pasarle mi dedo despacito por todo su clítoris. Al mismo tiempo se pegaba mucho a mí abrazándome fuerte. Notaba sus duros pechos apretados a mi cuerpo.

Después de estar un rato así, decidí que era hora de bailar un poco.

La discoteca ya casi estaba llena, había mucha gente, y con la música y la débil luz que había era un sitio ideal para continuar calentándola.

Nos pusimos en el centro de la pista, estábamos rodeados de gente. No parábamos de besarnos y de sobarnos. Un par de veces le saqué las dos tetas fuera del vestido para morderle los pezones. Más de un aprovechado le sobó el culo varias veces.

A ella no le hubiera importado mucho que se la follaran allí mismo, cuantos más mejor, pero no era esa la idea, así que tras estar un buen rato allí en el centro, decidí que era hora de irnos a algún sitio más tranquilo.

Se lo dije, y también le pedí que buscara al cornudo para comentárselo.

Salimos ella y yo abrazados por la cintura. El cornudo iba detrás cargando con las chaquetas y su bolso. Una vez en la calle caminamos un poco y en un portal oscuro nos paramos. Dirigiéndome a su marido le dije:

- Vete a por el coche y nos recoges aquí. Y tú, pedazo de zorra, arrodíllate, sácame la polla y empieza a chapármela como si fuera lo último que fueras a hacer en tu vida .

Ella muy obediente se puso en cuclillas, abriendo las piernas y empezó a desabrocharme la bragueta. Me sacó la polla y empezó a chupar con maestría. Estaba muy empalmado por toda la excitación de dentro. Habían sido unas horas muy calientes y mi polla necesitaba descargar.

- Eso es zorra, cométela toda…

Le quité las manos de la polla y empecé a follarle la boca. Le sujetaba la cabeza fuertemente y le metía pollazos que le llegaban hasta la garganta. Aguantaba mi polla en el fondo de su boca unos segundos y después la sacaba completamente llenándole toda la cara de babas. Repetí la operación varias veces hasta que note que iba a descargar toda mi leche.

- Muy bien puta, vas recoger toda mi leche en tu boca, y cuando llegue el cornudo de tu marido con el coche la escupes sobre la luna delantera, para que vea lo zorra que eres. Luego le pides que baje la ventanilla y le besas.

Estas palabras se las dije mientras chupaba mis huevos y yo me pajeaba fuertemente, hasta que noté  que la descarga era inminente y apunté la punta de mi polla hacia su boca.

Fue una corrida inmensa, los primeros disparos de leche dieron en sus ojos, en su frente y todos los siguientes en el interior de su boca.

Pocos segundos después, su marido llegaba con el coche, un Mercedes 4x4, negro y con tapicería de cuero. Ella rodeó el coche, se dirigió al lado de su marido escupiendo todo lo que llevaba dentro sobre la luna. Acto seguido metió la cabeza dentro y lo besó con verdadera lujuria.

-Mira como han dejado a la puta de tu mujer, con la cara llena de leche. Te gusta lo puta que me esta haciendo Ernesto?

-Eres una verdadera zorra. – Contestó su marido-

María y yo entramos en la parte trasera del coche. Le dije al cornudo que nos llevara a un sitio tranquilo, quería follarla cuanto antes, también le dije que nada de poner el limpia parabrisas, que se deleitara con la lechada que le había soltado en la boca de su puta.

Puse a la zorra abierta de piernas en el medio de los dos asientos traseros, le quité el vestido por la cabeza empezando a lamer y pellizcar con fuerza sus dos pezones. Su marido arrancó el coche, y sin dejarnos de vista se fue perdiendo por las calles dirección a Montjuic.

Bajé una de mis manos y empecé a acariciarle el coño, estaba mojadísima. De sus labios vaginales sobresalía el nudo del preservativo que recubría su teléfono móvil. Tiré de el y salió fácilmente. Estaba recubierto de flujo blanquecino causado por sus numerosos orgasmos. Lo sopesé unos segundos en mis manos y abriéndole la boca con la mano se lo metí dentro para que saboreara su propio coño.

Ella no dejaba de gemir, tenía las manos sujetando sus piernas para permitirle la máxima abertura. Yo introducí mis dedos anular y corazón en el interior de su coño y empecé a follarla con los dedos hasta que se corrió como una verdadera cerda, logré que sacara un chorro de flujo espectacular que llegó hasta la palanca de cambios del coche, mientras su marido no dejaba de insultarla:

- Menuda cerda viciosa tenía en casa y yo sin darme cuenta…eso es cabrón hazla gozar, demuéstrale lo cabrón que puedes llegar a ser.

En unos minutos nos encontrábamos aparcando en una calle totalmente desierta, había poca luz.

Le dije a su marido que bajara, que echara los asientos delanteros a tope hacia delante, para dejarnos el máximo espacio posible en la parte trasera del coche.

La puse de rodilla en el suelo, y abría la puerta trasera:

- Muy bien Alberto, sácate la polla y empieza a pajearte, voy a partirle el culo a la zorra de tu mujer…

- Cabrón, nunca me lo han follado, sólo me han metido deditos alguna vez…

- Pues disfruta cada instante, una zorra como tu debe follar por todos los agujeritos, verdad cornudo?

- Hazle lo que quieras, es toda tuya – contestó el marido mientras se pajeaba frenéticamente-

Me puse un condón de los que llevaba María en el bolso y se la metí despacito en el coño, empezando a bombear fuerte, paraba de vez en cuando y se la sacaba de golpe dejándola al borde del orgasmo y volvía a empezar.

Ella jadeaba, disfrutaba viendo a su marido loco por la excitación y los celos pajearse con furia.

Repetí la operación varias veces, follándola cada vez con mas fuerza y parando, en una de estas le escupí en el culo y le metí dos deditos. Estaba muy dilatada y preparada para ser follada por el culo por primera vez.

Se lo hice despacio, metiendo la punta y sacándola, le volví a escupir y otra vez dentro, hasta que presionando entró toda de golpe.

Ella soltó un gemido:

- Eso es cabrón párteme el culo!!!! ves cariño como si se puede, a partir de ahora o me lo follas tú o tendré que llamarlo muy a menudo para que me lo parta.

- Eso es zorra disfruta , le dije yo aumentando el ritmo

Su marido no iba a tardar en correrse, le dije que se corriera sobre el asiento de su coche, que su puta lo lamería todo dejándolo impecable, y así lo hizo soltó una descarga impresionante de leche, llenando tanto el asiento como el respaldo de chorretones de leche.

Cogí la cabeza de María y la obligue a limpiarlo con la lengua, al mismo tiempo que notaba que me iba a correr de nuevo.

Aceleré el ritmo y finalmente le di dos estocadas muy fuertes descargando toda mi leche dentro del preservativo, al mismo tiempo que ella alcanzó un memorable orgasmo, su primero por el culo mientras su lengua recogía los restos de leche del cornudo de su marido.

Nos recuperamos un poco, y antes de despedirnos aún le di las últimas instrucciones.

Saqué el preservativo de su culito y haciendo un nudo, se lo metí en la boca:

- Zorra, vas a tener el condón con mi leche en tu boca hasta que llegues a casa y el cornudo te vuelva a follar. En el momento que te folle el culo por primera vez, mastícalo fuerte hasta que lo rompas y te tragues toda mi leche .

Me vestí, me despedí de ellos dándoles las gracias por todo el morbo experimentado aquella noche. Ellos igual, estaban aún un poco alucinados con todo lo que habían hecho, seguramente necesitarían algunos días para digerirlo todo.

Me dejaron cerca de donde estaban mis amigos y continué un rato más de fiesta con ellos.

Al cabo de unas semanas, Alberto se puso en contacto conmigo, dándome las gracias por haber sacado la puta que llevaba dentro su mujer, y me invitaba a volver a follarla cuando quisiera.

Sin duda lo haré.

Espero que os haya gustado. Espero recibir vuestros votos y muy especialmente vuestros comentarios. Podéis poneros en contacto conmigo en skype: guillemon35 o por mail: [email protected]

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