Corinne vence su timidez

Corinne vence su timidez y se convierte en una gran sumisa.

CORINNE VENCE SU TIMIDEZ

Corinne llevaba mucho tiempo atraída por los relatos de dominación deseando ser una verdadera perrita, hace tiempo contactó con un Amo de otra ciudad, quería ver hasta donde sería capaz de llegar de momento y si le gustaba quizás buscase uno de su misma ciudad pero era muy tímida. El Amo comenzó con cosas suaves, primero la hizo que se fuera desnudando delante de un gran espejo comportándose como si fuera una putita, acariciándose lentamente todo el cuerpo y metiendose de vez en cuando dos de dos en la boca semejando a una polla.

Lo hizo poco a poco se fue despojando de la ropa, primero de una blusa blanca que solía usar cuando estaba en casa, debajo no llevaba sujetador por orden expresa del Amo, luego fue bajando poco a poco la cremallera de los pantalones hasta retirarlos y al ver su cuerpo desnudo y bailando con un baile sensual y sumamente erótico notó como su coño empezaba a humedecerse lentamente. Corinne es de pelo castaño, suave y llegándola por los hombros, lo llevaba recogido en un pequeño moño que soltó dando libertad al cabello, unos hermosos y profundos ojos azules que la daban un aire mezcla de inocente y de pícaro cuando sonreía, labios carnosos, pechos pequeños con unos pezones también de reducido tamaño color café claro, el culito un culo duro, pequeño y respingón y un sexo con poco vello de color castaño.

Se comenzó a masturbar, su Amo sabía que a esa hora estaría cumpliendo la orden porque así se lo había marcado él. Entonces la llamó. La dijo que la había concertado una cita con un Amo de su misma ciudad, la cita era en un café de un centro comercial, habría mucha gente y así su Amo pensó ella se atrevería a acudir a la cita por lo público del sitio y la calentura que suponía que tendría en ese momento.

No se equivocó. Ella acudió se vistió como el otro Amo la ordenó en un sms. Faldita plisada, blusa blanca y las braguitas rojas que había comprado recientemente. Se veía que sabía muchas cosas de ella. Eso la excitó todavía más, no había podido correrse porque su Amo se lo había prohibido, ahora se la iba a ceder y entregar a otro Amo de manera real y no sabía Corinne si sería capaz de todo. Se presentó a la hora de la cita, llegó al café y miró desde donde no podía ser vista pero el Amo había intuido su comportamiento y la estaba esperando fuera pero para mantener la tensión la envió otro sms ordenándola que fuera al baño a quitarse las bragas y que las guardase en el bolso, luego iría a la mesa y se sentaría de tal forma que su piel estuviera en contacto con el taburete y las piernas ligeramente abiertas.

Ella cumplió punto por punto con la orden y cuando se quitó la prenda intima pudo comprobar como el rojo brillante a la altura de su coñito se había convertido en un ligero tono granate por su humedad. Se sentó y de repente alguien la tapó los ojos con las manos y la susurró al oído:

Perrita, eres más guapa todavía de lo que me había dicho tu Amo en la lejanía.

Ella se sintió halagada y sintió una punzada de excitación en su chocho pero no cerró las piernas. El Amo se sentó al lado y pidió dos coca-colas. Mientras esperaban la acarició por los muslos y llegó a su conejito y vió como sus dedos resbalaban por él. Cuando llegaron los refrescos cogió uno de los hielos, estaban en un punto del local donde había riesgos de ser vistos pero no en exceso como para que la chica se sintiera cohibida. Con el hielo fue subiendo por la piel de la muchacha, la chica tenía 24 años pero se notaba que encerraba un volcán, Cuando el hielo llegó a la vulva el Amo de un solo movimiento lo enterró en su vagina y la hizo que apretase los músculos pélvicos para que no se cayera.

Pagó y la mandó que le acompañara, ella iba como sabía y la habían enseñado, un paso por detrás y con la cabeza gacha y afortunadamente el hielo se había derretido pero ahora parecía que se había orinado encima tal era la humedad que llevaba en las piernas. La abrió la puerta del coche y ella entró, él hizo lo mismo no sin antes haberla hecho subirse la falda hasta sujetarla con las manos a la altura de la cintura y quedar todo su coño al aire.

Condujo por la ciudad hasta salir de ella y entrar en una urbanización privada, ella descendió del vehículo y detrás de él, Antonio la hizo que se pusiera las braguitas allí mismo en plena calle y a la vista de cualquiera que pudiera pasar por la acera. Ella hizo amago de protestar pero no lo hizo. Entraron en la casa y la hizo ponerse a cuatro patas y que le descalzase y lamiese los pies. Corinne cumplió de manera sobresaliente, empezó por el dedo gordo metiendoselo integro en la boca y comportándose como si lo que mamaba era una pequeña polla, siguió por todos los dedos hasta lamer la piel de la planta de los pies y el empeine.

La colocó un collar de perra y sujetándola de la correa la hizo acompañarle al baño donde la hizo sentarse en un pequeño taburete y que se desnudase de cintura hacia abajo. Cogió un poco de espuma de afeitar y la enjabonó todo el vello púbico, ella estaba tan sumamente caliente que no protestó. La rasuró todo el conejito y luego la pasó una crema contra la irritación y la hizo que se vistiera de nuevo.

A él le entraron ganas de orinar y orinó en la taza pero luego la ofreció la polla que ella limpió hasta dejarla limpia y reluciente pero también muy dura. La condujo hacia el salón y se sentó en un sillón mientras la indicaba que pusiera en marcha el DVD y la instruía sobre que película poner. Puso una porno de sadomasoquismo en la que una chica colgaba del techo y un hombre la azotaba las nalgas hasta ponérselas muy rojas.

El la hizo que de pies se quitase las braguitas y se las diera a él y viera la película de rodillas a sus pies. La película hizo que el Amo tuviera una gran erección, se había sacado la polla de los pantalones y estos los había tirado a un lado, la cogió del pelo y poniéndola contra la mesa que tenía delante la penetró de una sola vez en el coño follandola de manera brusca.

Ella al principió gritó de dolor pero luego se convirtieron en gemidos de placer estallando en un gran orgasmo que hizo que se relajase tremendamente. El Amo notó esto y descabalgándola se la metió de nuevo pero en el culo, esto si que hizo que chillase más. Su Amo entonces se la sacó después de follarla durante un buen rato hasta que cesó de chillar. Pensaba castigarla por los chillidos.

La hizo arrodillarse y sujetó sus manos a la mesa y cogió la fusta y la dio dos fustazos por cada grito lo que hizo que las nalgas de Corinne cogieran un color como el de las cerezas. Posteriormente la condujo a la ducha y se metió él también, la hizo que le jabonase todo el cuerpo, ella obedecía de manera alegre y se entretuvo en jabonar la polla de su Amo que cobró vida de nuevo e hizo que Antonio la hiciese apoyarse sobre la pared y la penetró esta vez lentamente follandola cada vez más rápido hasta que cuando iba a correrse la ordenó arrodillarse y eyaculó en su cara. Acabaron de limpiarse y se fueron a la cama donde durmieron hasta la mañana siguiente. A partir de ese día Corinne vencida toda su timidez se convirtió en la sumisa y esclava de Antonio con sumo placer por entregarse y servirle.

Este relato asó como sus personajes, hechos, lugares etc son imaginarios pero va dedicado a una buena amiga pucelana que me inspiró el mismo. Espero que te haya gustado. Si queréis podéis escribirme, sobre todo mujeres a:

Picante100@hotmail.com