Corina la pillina, a todos se la empina

Corina es una joven y atractiva mujer, que tiene una vida sexual plena con su pareja pero que descubre junto a su nuevo cliente lo que el mundo del intercambio de parejas puede proporcionarle. No os perdais esta lujuriosa historia.

Corina la pillina, a todos se la empina.

Corina es de esa clase de chicas que no te puedes quitar de la cabeza una vez que la conoces: alta, morena de pelo largo y rizado, piel blanquita y una cara preciosa, siendo su increíble sonrisa su punto más excitante y sensual para cualquier hombre que tenga el honor de contemplarla. A todo ello hay que unir su forma de ser, un carácter alegre y extrovertido que muchos pueden mal interpretar o ¿no? Además de estas características que le hacen irresistible, adorna su cuerpo con piercings y tatuajes que la hacen más atractiva aún si cabe ¿Qué donde los tiene? Poco a poco lo iréis descubriendo.

Pero Corina no es perfecta chic@s, tiene novio, un guapísimo ejecutivo de 28 años con un cuerpo cuidado y unos dotes naturales para el sexo como pocos quedan, digamos que nadie le pone tan cachonda como su novio Sergio.

En cuanto a su profesión, es segunda encargada en una cadena de supermercados en el sur de Madrid, aunque por su experiencia y buenas maneras laborables, podríamos decir que es la auténtica jefa de la tienda.

Su historia comienza a finales del mes de junio, cuando el calor ya hizo su aparición al sur de la capital, la tienda de Corina está muy próxima a una comisaría por lo que es muy habitual que vayan a última hora policías y chicos de gimnasio a comprar productos para su dieta.

De entre todos ellos, destacaba uno, Raúl un muchacho algo más joven que Corina, de unos 23 años, 1.85 de estatura y un cuerpo fuerte y fibrado, machacado de horas y horas de gimnasio y acompañado de una dieta severa. Era la primera vez que el chico entraba en la tienda y no tardo ni 5 minutos en tener a todas las trabajadoras revoloteando para verle de cerca. Raúl fue a comprar después del gym y entró con ropa de entrenamiento: pantalón corto ajustado y mini camiseta de tirantes muy ceñida a sus poderosos pectorales.

El joven cogió una cesta y se dirigió a la zona de charcutería dónde compró pechuga de pavo light y unos yogures desnatados, se quedó mirando los murales y no daba como las claras de huevo, iba de un lado para otro y nada, ¿dónde estarían las dichosos claras? Fue a los yogures y tampoco, hasta que se decidió a preguntar a una trabajadora que portaba el teléfono de la tienda. ¡Si! Era Corina.

-       Perdona, ¿las claras de huevo?

  • Pues de estar, están en la charcutería.

-       Vengo de allí y nada.

  • Espera voy contigo.

Corina acompañó al muchacho a la charcutería y comprobó como este decía la verdad.

  • Pues no quedan, se han agotado Es uno de los productos que todos los chicos cachas compráis mucho y mira me habéis dejado sin nada.

-       Pues es una pena, porque es un producto indispensable para mi dieta diaria.

  • Buah… no te obsesiones porque además ya mejor dudo que puedas llegar a estar. De todas formas mañana tendremos de nuevo, pásate.

-       Si lo haré, vendré mucho por aquí, soy nuevo en la zona y voy al gimnasio de ahí atrás.

  • Pues estaremos encantados de atenderte, sabía que eras nuevo, no me olvidaría de un chico así, mira como tiendas a mis compañeras de revolucionadas, es sí tapate un poco chico la próxima vez que luego no me rinden.

Raúl se puso rojo como un tomate, se sorprendió del descaro con el que le habló Corina, estaba acostumbrado a intimidar a las mujeres por su físico, pero Corina era diferente.

Fueron pasando las semanas y Raúl iba cada día a comprar a la tienda, y de paso aprovechaba para tontear un poco con Corina, él tenía claro que la tenía en el bote, pero lo que él no sabía es que no le sería tan fácil, ya que ella era así con todo el mundo, simpática por naturaleza.

A las dos semanas mientras hablaban, Raúl se lanzó y le dijo a Corina si quería ir a tomar algo a una terraza, que hacía unas noches geniales para tomar una cervecita y echar unas risas a lo que Corina le contestó con un rotundo NO.

Raúl no se lo podía creer, era la primera vez que una chica le rechazaba y más con esa rotundidad, ¿cómo podía ser? Tenía claro que ella le tonteaba, que le miraba de arriba abajo, que le observaba disimuladamente el paquete que marcaba su estrecho short y que cuando se daba la vuelta sus ojos se clavaba en un firme y duro culo.

El joven se obsesiono con Corina, no podía dormir, la deseaba, ella estaba las 24 horas en su mente y ocupaba sus sueños más eróticos. Se la imaginaba desnuda, haciendo el amor en los lugares más morbosos y no podía impedir decir su nombre mientras se corría.

Corina, era una chica super morbosa, le encantaba el sexo y solía jugar con su novio Sergio vía WhatsApp. Una mañana de tantas, Sergio le estuvo mandando fotografías y videos calientes masturbándose y ella le daba mucho morbo verlo en el curro, se ponía super cerda viendo aquel durísimo pollón largo y gordo que aún parecía más enorme en fotografía.

Corina no podía evitar mojar sus braguitas ante semejante excitación, se subió a los vestuarios decidida a masturbarse cuando oyó por megafonía:

-       Señorita García acuda a línea 10.

Corina acudió corriendo empapada de la excitación.

-       Corina, hay alguien encerrado en el baño y no puede salir.

  • Joe, ya se ha quedado un idiota dentro, voy a ver.

Corina cogió la llave e intentó abrir la puerta sin acierto, estaba atascada, probó de varias maneras pero no había forma de abrir la dichosa puerta.

-       No te preocupes que te vamos a sacar.

Siguió intentándolo, hasta que la vez que giró la llave acompañó el movimiento con un empujón y ¡guala! Se abrió la puerta. Solo quedaba saber quien era el torpe que se había quedado encerrado.

Corina se adentró en el baño y…. No se lo podía creer era Raúl, que se estaba más rojo aún que aquella vez que Corina le sacó los colores.

-       Lo siendo Corina, pensarás que soy un inútil, ¡qué vergüenza!

  • No te preocupes hombre, la puerta iba un poco mal, lo raro es que con lo cachas que estas, tenga que venir una chica para sacarte.

Corina le miró de arriba abajo mientras le decía eso. Raúl llevaba una ropa más ceñida de la habitual, de hecho llevaba mallas, ya que había salido a correr por la mañana. Corina no pudo evitar fijarse en su paquete, su novio le había dejado super cachonda y aquel paquete la llamó poderosamente la atención.

-       Pero chico, como marcas ¿no?

  • Bueno lo normal, no se, me sonrojas.

-       ¡Anda! Si te encanta provocar, si no, no irías así.

  • Pues a ti no te provoco mucho, de hecho no quieres ni tomar una copa conmigo.

-       No es eso Raúl, yo contigo tomaría una copa y las que fueran, ¡qué bueno estás hijo!

Raúl se excito muchísimo al escuchar esas palabras de Corina, y Corina no pudo evitar ver como crecía aquel bulto cuyas mallas poco dejaban a la imaginación.

-       Creo que tu cosita está revoltosa, jeje.

  • ¿Ves cómo la pones?

-       ¿Yo? Si no he hecho nada.

  • Corina, me encantas, no dejo de pensar en ti y me muero por pasar una noche contigo.

-       Tú también me pones mogollón, de hecho ahora mismo te cogería y me encerraría aquí contigo, pero no es posible.

  • ¿Por qué?

-       Bueno… ahora que lo pienso, un material así no sería bueno desperdiciarlo.

Raúl se puso aún más cachondo, su polla parecía que se iba a salir de las mallas.

  • Pues quedemos esta noche, cenita, masajito y….

-       Vale, podemos quedar esta noche.

  • Mmm, no te arrepentirás.

-       Eso espero, pero hay un detalle que no te he dicho aún, el motivo por el cual no me he lanzado nunca es porque tengo novio y estoy enamoradísima de él. No tengo secretos ni él los tiene conmigo, quedaremos para follar, pero él estará también.

  • Uff ¿un trio? Nunca hice uno y no sé… no me imaginaba esto. Me has dejado de piedra. Ahora entiendo que no entraras a mi juego.

-       Jejeje! Claro, en otras circunstancias te hubiera follado el primer día, pero yo sin mi novio y su consentimiento no hago nada de nada.

  • Eiiii no sé, no sé que decirte.

-       Mira yo te dejo mi número, te lo piensas y cuando lo tengas claro me mandas un WhatsApp.

  • Ok, me parece perfecto.

Ambos se despidieron con un beso en la mejilla, no sin que Corina le dijera unas últimas palabras.

-       Sería una pena que con una herramienta como la que marcas, no le echaras un par de huevos…

Los días pasaron y Corina no recibía noticias de Raúl, no ponía evitar mirar cada noche el móvil y meterse en la aplicación de WhatsApp para comprobar si Raúl estaba conectado, deseaba con todas sus fuerzas ese primer saludo, no dejaba de imaginar como seria ese trio con dos hombretones para ella sola, dos penes erectos deseosos de adentrarse en cada uno de sus agujeros, la idea la ponía cachonda perdía. Tanto que cada noche cuando hacía el amor con Sergio no podía evitar cerrar los ojos e imaginarse las dos pollas penetrándola sin parar.

Una noche, 5 días después del incidente en el baño, como cada noche Sergio se acercó a Corina con ganas de guerra, un besito por el cuello, lametazos en el lóbulo, una mano que se pasea por sus pezones, la otra que se planta en su entrepierna… Sergio sabía mejor que nadie como poner a Corina perraca perdida, poco a poco fue subiendo la temperatura, el tanga de Corina empezó a mojarse y ésta no dudo en agarrarse a la polla de Sergio que en ese momento ya estaba dura como una piedra.

-       Uff que cerda me pones, ¡que polla!

  • Te pone ¿eh? Pues tú a mí ni te lo imaginas, tienes un coñito increíble, te lo voy a comer todo.

Sergio se fue a los pies de la cama y comenzó a lamerla los muslos, las ingles, se acercó a su clítoris pero no lamió, la quería hacer sufrir y subió hacia su ombligo, pezones, cuello de nuevo.

-       Cómemelo ya. ¡Cabrón!

  • Que ansiosa eres. ¡Toma!

Chupaba y chupaba su clítoris, a Corina eso le volvía loca, solía decir eso de “Qué boquita tienes” la lengua envolvía su abultado clítoris y sus dedos de adentraban a la vez en su chochito, estaban los dos cerdos perdidos.

-       Ahora me toca a mí.

Corina se hizo una coleta y se dispuso a chuparle la polla a Sergio como tanto le gusta, le encantaba sentir su piercing de la lengua en la punta de su capullo mientras le hacía una buena paja.

Los dos estaban cachondísimos y Corina agarró la polla de Sergio que estaba más gorda y dura que de costumbre y se la hincó de golpe en el fondo de su coño, la polla estaba a punto de reventar de dura y Sergio la daba más y más fuerte, de una postura de otra, pero todas con una penetración profunda como tanto le gusta a Corina.

-       Amor reviéntame, reviéntame, fóllame como a una puta.

  • Sí, eres mi puta, que no se te olvide nunca.

Sergio la puso a 4 patas y le empezó a dar despacio, poco a poco, hasta que la dijo.

-       Te vas a cagar, te voy destrozar zorra.

La daba cada vez más fuerte, parecía que la iba a partir en dos, Corina gritaba de placer y Sergio emocionado la agarra del pelo con fuerza.

-       Así cariño, así, trátame como a una puta

  • Como no, eres una puta.

Los huevos de Sergio golpeaban su culo con violencia.

-       Joder que cerda estás, serás guarra.

  • Sii estoy  muy cerda, me está encantando.

-       Se nota mucho, ¿qué pasa que te imaginas a ese tal Raúl aquí con nosotros?

  • Siii, aquí follándome el culo, mientras a ti te la chupo o me das por el coño. Cariño quiero su polla en mi culo, no se la he visto pero aparenta ser larguísima.

-       Pues imagínale aquí y corrámonos.

Ambos llegaron a su punto máximo de excitación, Sergio la golpeaba con tanta violencia que parecía una violación y Corina no ponía parar de gritar.

-       Joder me corro Sergio, me corro!!!!!

  • Vamos dámelo, córrete en mi polla.

-       Me corro!!!!!!!

Corina soltó un espectacular orgasmo llegando incluso a salir un pequeño chorro de orina del placer y Sergio llenó el coño de Corina de leche caliente.

Ambos quedaron exhaustos y se fundieron en un romántico abrazo hasta el día siguiente.

A la mañana siguiente, Corina estaba de mañana, no volvia a ver a Raúl desde el día del baño y llegó a pensar que seguramente no le volvería a ver, probablemente el chico se asustaró de semejante proposición.

Llegó la hora del desayuno y Corina fue a la taquilla a por una pieza de fruta y ¡mik mik! Era un whatsApp, sacó el móvil del bolsillo y era Raúl. No se lo podía creer que pondría.

-       Hola Guapísima! Mira lo he pensado mucho esta semana y qué demonios, la vida hay que disfrutarla y puede que sea la experiencia más excitante de mi vida. Estoy convencido y acepto quedar con vosotros.

Un escalofrío recorrió la espalda y entrepierna de Corina, era una sensación de alegría y excitación por un lado y de miedo por otro, no olvidemos que era el primer trio de Corina y Sergio, la imaginación está muy bien, pero esto se iba a convertir en realidad.

  • Me alegro un montón, uff solo de imaginármelo empapo las bragas, ¿puedes este sábado por la noche?

-        Sí, por supuesto el sábado a las 23:00 estaré en vuestra casa, ya me mandas la dirección por mensaje.

  • Ok guapo, un beso

-       Besosssss.

Era martes, aún quedaba toda la semana por delante y Corina no podía esperar, cada día se imaginaba la escena, todas las posibles variantes y no podía evitar tocarse a todas horas.

Cada noche, cuando hacía el amor con Sergio no podía evitar pensar en el trio, en Raúl, en su cuerpo, en aquella polla que casi rompe las mallas. La espera se hacía eterna.

Por fin llegó el sábado por la noche, Corina le envió por la mañana la dirección a Raúl.

Corina se puso impresionante para la ocasión, un mini vestido negro ajustadísimo, se alisó el pelo y se maquilló para la ocasión, tal es así que se compró un perfume carísimo para rociarse por cada cm de su cuerpo. Estaba espectacular y lo más excitante vino cuando...

-       ¿Sergio puedes abrocharle la cremallera del vestido?

  • Claro amor

Sergio le bajó la cremallera, pero no pudo evitar que se le fuera la mano para tocarla el culo y de paso meter la mano en el interior del vestido.

-       Joder si no llevas bragas

  • ¿Te gusta?

-       Joder, me has puesto to cerdo.

  • Ummm ya veo, vaya pollón.

Sergio también supo que ponerse, tejano ajustadito, marcando su hermoso trasero y una camisa entallada, como perfume usó el que tanto le gusta el Corina, aquel que usaba allá cuando se conocieron hace ya 2 años.

Eran ya las 23:00 y no podían esperar, los nervios invadieron ambos cuerpos.

-       Donde estará este tío, estoy cagada Sergio

  • Yo también estoy nervioso cariño, pero todo irá bien.

¡DIN DON!

-       Ya está aquí.

Corina salió corriendo a abrir la puerta, cuando abrió se llevó una gran sorpresa.

-       Hola Raúl ¿Quién es ella?

  • Hola Corina, Laura esta es Corina, Corina esta es Laura,  mi novia. Me costó una semana pensarlo pero reflexioné lo que me dijiste y yo también soy como tú, con la verdad por delante, si tú no puedes engañar a tu chico yo tampoco a la mía. Así es que, si queréis esto conmigo, ella también se tiene que unir a la fiesta.

-       Eiii, me deja un poco trastocada, no me lo esperaba, no sé qué decir.

Sergio se acercó a la puerta.

  • ¿Qué pasa?

-       Vaya que sorpresa, ¿es tu novia?

  • Si se llama Laura.

-       Yo Sergio encantado. Pues que pasen cariño que se pongan cómodos en el salón y vamos sacándoles algo de beber ¿Os apetecen unos cubatas?

  • Sí, 2 ron con limón. Gracias Sergio

Corina y Sergio se metieron en la cocina mientras que la pareja esperaba en el salón, los dos iban guapísimos, Raúl como siempre marcando músculo y Laura era una chica no muy alta, rubia, pelo largo liso,  ojos verdes, con curvas, y dos pechos que parecían balones de nívea.

-       Cariño te juro que no sabía nada de esto.

  • Amor no pasa nada, podemos pasarlo incluso mejor ahora.

-       Pero es que yo no estoy segura de que quiera verte con otra mujer.

  • Eso lo piensas ahora, tomémonos unos cubatas, riamos un poco y veras como todo fluye. Además estás guapísima no lo desaprovechemos.

-       Vale cariño, me has convencido.

Sergio y Corina se fueron al salón con los 4 cubatas en la mano, y comenzaron una conversación que duró al menos 2 horas, lo estaban pasando genial, al principio los temas eran forzados, incluso había silencios forzados, pero poco a poco el diálogo fue más fluido y las entrecortadas palabras dieron paso a las carcajadas. Lo estaban pasando genial las dos parejas, parecían entenderse de maravilla.

De repente y con toda naturalidad Raúl poso su mano en el muslo Corina, ésta se acaloró, su cara enrojecida así lo dejaba claro y Sergio se percató y empezó a hablar con Laura.

-       Y tu Laura ¿a qué te dedicas?

  • Estudio enfermería y los fines de semana para sacarme un dinero para mis gastos, sirvo copas en un pub del centro. ¿Y tú?

-       Soy Directivo de la misma empresa de Corina.

  • ¿A si? Pues con traje debes estar imponente, también te cuidas mucho como Raúl.

-       Bueno… Yo no tanto, no tengo tanto tiempo, pero hago lo que puedo.

  • Pues a mí me encantas así, mucho más natural.

-       Tú también estás de muerte, tienes un cuerpo….

Corina se llenó de celos, era la primera vez que veía que tonteaban con Sergio en sus narices y éste además entraba en el juego.

-       Pues a mí me encantan el cuerpo de Raúl, cuando le vi en mallas con eso tan duro, me tuve que contener.

  • Pues no haberlo hecho, yo te hubiera dado permiso, la verdad que mi novio la tiene muy grande, ¿y el tuyo?

-       Dile que te la enseñe si quiere.

Sergio hizo un gesto con la mirada a Laura para que llevara su mano a su bragueta, Laura parecía toda una experta y con un solo movimiento le desabrochó el pantalón. Sergio estaban super excitado, estaba empalmadísimo, tanto que le sobresalía la cabeza por el bóxer.

-       Uff madre mía, que gorda, cariño mira que pollón tiene Sergio.

  • Si la verdad, que calza bien, lo vas a pasar muy bien cariño.

Corina se llenó de fuerza e hizo lo propio con Raúl.

-       Vamos a ver eso que he intuido pero no he llegado a ver.

  • Es toda tuya.

Corina desabrochó el pantalón de Raúl y sacó su polla fuera, la tenía también muy dura ya fruto de la excitación del momento.

-       Uff sabía que tendrías un pollón, madre mía Laura vaya dos ejemplares tenemos.

  • Uff si, no sabría decantarme vamos a ponerlas juntas y comparamos.

Ambas cogieron al macho de la pareja contraría y juntaron sus vergas, la de Raúl era algo más larga, pero la de Sergio era bastante más gorda, algo que Laura no pudo callarse.

-       Uff Raúl, Sergio la tiene más gorda eh!, madre mía que ganas de tenerla dentro de mi coño.

  • Pues ya sabes aprovecha, que yo me voy a follar a Corina con todas mis ganas, con ese vestido que lleva me ha puesto super cachondo.

Corina estaba muy celosa, veía como Laura se comía con la mirada a Sergio y éste a su vez no podía parar de magrear sus enormes tetas. Llena de rabia y excitación, se puso de rodillas y empezó a comerle la polla a Raúl con unas ganas, que parecía que lo hacía desde hace semanas.

-       Uff Laura, como la chupa Corina, dila que te de unas clases ehh, madre mía que boca.

Sergio alucinaba viendo como su novia se comía la  polla de Raúl con tanta ansia, llegó a metérsela casi entera, algo que le produjo arcadas. Sergio estaba super cachondo, era una mezcla de celos y morbo, algo similar a lo que le pasaba a Corina, cuando Laura hacía la propio con su novio.

Sergio no paraba de tocar aquellos pechos enormes, los magreaba, pellizcaba sus pezones rosados y erectos como dos pitones y comenzó a comérselas como si no hubiera comido en dos días. Laura se puso cerdísima mientras pajeaba la polla de Sergio con fuerza.

-       Joder como comes, madre mía que boca tienes.

  • Si, pues espera a que la use para comerte otra cosa.

Sergio la dio un empujón, la tiró al sofá, la arrancó el vestido como si de una violación se tratara, la echó el mini tanga rojo que llevaba a un lado y comenzó a comerla el coño, como sólo él sabe hacer. Intercambiaba su lengua con sus manos.

-       Dios!!! Joder como lo haces, pero como puede ser… uff Corina cabrona que suerte tienes ¿no?

  • Si la verdad que la tengo, pero no te acostumbres mucho solo lo hace porque yo le dejo hoy, pero Sergio es solo mio.

-       Si si lo sé, pero hoy déjale que me haga suya…

Sergio comía y jugaba con el coño de Laura, tenía el clítoris enorme, era impresionante como se lo había dejado, y Laura ya no podía más.

-       Fóllame Sergio, quiero sentir una polla así de gorda dentro de mí.

Sergio obediente acercó su capullo al agujero húmedo de Laura y metió la puntita, Laura pronunció un grito.

-       Ai! Despacio Sergio uff la tienes muy gorda… poco a poco.

Lo cierto es que el coño de Laura no era como el Corina, era muy estrechito, profundo, pero estrechito, se notaba que el pene de Raúl no le había dado suficientemente de sí.

Poco a poco Sergio supo hacerse hueco y cada vez las embestidas eran más profundas y rápidas, la puso con las piernas sobre los hombros, a 4 patas de lado, él encima, y la daba más y más.

Mientras, Corina le chupaba la polla a Raúl, que estaba super excitado por el espectáculo.

-       Joder Corina, como folla tu novio, es un máquina eh.

  • Si la verdad que si, pero yo te sacaré partido a ti también.

Raúl se puso como una moto, empezó a besar a Corina, le comía el cuello, los lóbulos, sus lenguas se entrelazaban, la mano de Raúl se deslizaba al mismo tiempo por el cuerpo de Corina, lo recorría la madreaba las tetas, el culo y se dispuso a meter la mano por dentro del vestido.

-       Mmm no llevas bragas, tu si que eres una buena zorra.

Raúl se agachó y comenzó a comerla el coño, lamía y lamía.

-       Siiii me encanta tu coño que sabor más bueno, Uii que tienes ahí, uff un conejito tatuado, me encanta, joder me has puesto aún más cerdo.

Raúl empezó a introducir su lengua dentro del coño de Corina, que estaba super húmedo, y con mucho disimilo paso la punta de su lengua por su ojete.

-       Mmm me encanta tu culo, ¿me dejarás follartelo?

  • Depende de cómo me pongas de cachonda, pero tienes un pene perfecto para ello, larga y no muy gorda, creo que va a ser todo un placer.

-       Ven aquí que quiero probar ese coño tan apetecible que tienes.

Raúl puso a Corina a 4 patas e introdujo su polla, entró toda a la primera, de un golpe, Raúl se quedó perplejo alucinado, eso no le pasaba con Laura.

-       Joder que coño, es increíble.

  • Cariño, es normal que te entre de golpe, con el pollón de Sergio tiene que tener el coño dado de si ya, a mí me están taladrando, me siento llena.

Raúl golpeaba más y más fuerte, a Corina le gustaba, pero no era como con Sergio, digamos que la polla de Raúl bailaba un poco en ese coño tan ancho y profundo.

-       No te preocupes Raúl tu dame fuerte, me puedes dar todo lo fuerte que quieras, no me harás daño, que se note este cuerpo de futuro bombero.

Raúl se vino arriba, y comenzó a darla con todas las ganas, la estaba destrozando, sus huevos golpeaban fuertemente su culo, es cierto que no se sentía tan llena como con Sergio, pero el hecho de que fuera tan larga hacía que pareciese que tocara fondo.

-       Uff me encanta tu coño Corina, tu culo no debe ser menos y seguro que me da aún más placer al ser más estrecho.

Raúl sacó su pene y se puso a comerle el culo a Corina, su lengua lamía y se introducía en su ano, Corina lanzaba suspiros de placer.

  • Venga fóllame el culo, cabrón

Corina cogió un bote de lubricante y se lo dio a Raúl para que lo usara. Esté se lo untó en el culo y en su glande, mientras con la otra mano le iba introduciendo un dedito, de ese dedito pasó a 2.

-       Esto ya está listo.

Acercó su punta al ojete y comenzó a meterla poco a poco, Corina soltó un par de chillidos de dolor, deslizó sus deditos a su coño y comenzó a tocarse, el dolor se iba, dio paso al placer. La estaba encantando, no creía que se podía disfrutar tanto del sexo anal, con Sergio el dolor era prácticamente insoportable, lo hacía por él, pero con Raúl sentía placer, el grosor de su polla era perfecto para tal fin.

-       Mira cariño como disfruta Corina, y tú no te dejas, ya te vale.

  • Uff no sé cómo la puede gustar eso, imagino que no la follas tú el culo ¿no Sergio?

-       Pues la verdad que si lo hago.

  • Joder la tienes que destrozar, ya tienes tu respuesta cariño, ya sabes porque tu polla no la duele.

Raúl se picó, ya era la tercera o cuarta vez que su novia dejaba claro que era un polla “espaguetti” y que la de Sergio era increíble.

-       Pues Laura, me encanta follarla culo, es mucho mejor que un coño, asi es que ponte las pilas…

  • ¿Que quieres decir?

-       Nada nada tu a lo tuyo.

  • Laura tranquila, vamos a darle una lección a tu novio, voy a follarte el culo a ti también.

-       Pero, Sergio no voy a poder, me vas a matar.

  • Tranquila lo prepararé muy bien.

Sergio cogió lubricante y se lo puso a Laura en el ano, jugó y jugó con él, comprobó que era super estrecho, estaba muy muy cerrado y eso que gastó medio bote de lubricante. La cosa iba a ser muy complicada.

-       Laura, te tienes que relajar, mira lo que hace tu novio ¿no le quieres dar una lección? Aguanta y veras como lo que al principio es un castigo se convierte en placer.

  • Sergio follamelo y no pares da igual que te diga que pares, tu no pares nunca.

Sergio se puso a cien y colocó su capullo en el culo de Laura, empujó un poco pero no entraba ni un cm.

-       Sergio, reviéntame joder olvídate de si me haces daño o no, tu rómpelo.

La hizo caso y dio un fuerte empujón, introduciendo su punta por completo.

-       Dios!!!!!!!!!! Que dolor, no puedo Sergio, me quema

Sergio siguió y dio otro empujón con todas sus ganas, logró meter más de la mitad de su polla y Laura dio un grito que se debió de escuchar en toda la Comunidad.

Corina y Raúl pararon de inmediato y se giraron.

-       Sergio para, la vas a hacer daño de verdad y me va a tocar pasar la noche en urgencias con ella.

  • Tu calla, sigue follándola el culo y disfruta, que este me lo va a dejar para que te entre sola la próxima vez, ¿no quieres tanto darme por culo? Pues lo vas a tener siempre que quieras.

Raúl muy excitado continuó y Sergio siguió a la suyo.

-       Laura tócate el coño mientras.

Le hizo caso y acariciaba su clítoris a la vez que era salvajemente follada, pasaba el tiempo y el dolor era menor, llevaba incluso a disfrutar… cuando de repente.

  • Joder Sergio, creo que me voy a correr

-       Sí córrete puta.

Sergio se puso más bruto y comenzó a darla más fuerte, como si de su coño se tratara.

  • Ahhhhh me corro joderrrrrr, cabrón.

El ojete de Laura se abrió entero y Sergio aprovechó para meterle toda, su grito fue aún más fuerte e intenso que antes.

-       Joder, que corrida, que gusto me has dado, uff impresionante.

Sergio comprobó el estado del culo de Laura, estaba enorme, con algo de sangre y restos de flujo acompañados de heces.

-       Mira como le dejado el culo a tu novia, ya podrás follarla cuando quieras.

  • Gracias tio, pero el de tu chica es alucinante.

-       Oye Laura y tú ¿con el suyo no juegas?

  • Alguna vez se lo he propuesto pero no se deja, dice que es de maricones.

-       ¿Ahh si?

Sergio se acercó a Raúl y a Corina.

  • ¿Qué como vais?

-       Uff cariño super cerda con ganas de correrme

  • Bien tio, ya me queda poco, este culo traga como nada.

-       Yo también tengo ganas, pero tu chica ya no puede más, pobrecilla sufrió mucho con el anal. De hecho sufrió tanto, que creo que se merece un sacrificio por tu parte.

Sergio agarró los brazos de Rául, este aparentemente estaba más cachas que Sergio, pero la fuerza de Sergio era superior ya fuera por la edad o por la excitación del momento.

-       ¿Qué coño haces tio?

  • Dice tu chica que eso de que te pete el culo es de maricones, pues a mí me encanta que Corina que me lo haga, eso me convierte en maricón y los maricones ya sabes lo que hacemos.

-       Tú estás loco.

Raúl intentó liberarse sin éxito, la fuerza de Sergio era impresionante, multiplicada por el hecho en sí.

-       Laura trae el lubricante y échaselo en el ojete.

  • Ni se te ocurra Laura, hijo de puta para.

Sergio le soltó una hostia fuerte en la cara

-       Aquí mando yo, niñato creído.

Laura fue obediente, le iba a hacer pagar todo lo que había sufrido anteriormente.

-       Unta también en mi capullo.

La polla de Sergio y el culo de Raúl estaban perfectamente lubricados y Sergio dio un fuerte empujón.

-       NOOOOOO!!!!!!!!! Hijo de puta!!!!

  • Uiii tanto gimnasio y menuda maricona, no grites tanto.

-       Dale bien duro, que sepa lo que es.

La polla de Raúl perdió la erección, Sergio le tenía perfectamente agarrado contra el suelo y le daba más y más.

Corina estaba a punto de correrse así es que le pidió a Laura que la comiera el coño mientras su novio reventaba al suyo.

-       Uff que culito tienes Raúl, es una maravilla, más tragón que el de tu novia, para no ser maricón menudo ojete.

  • Hijo de puta te voy a matar después.

-       Anda si en el fondo de gusta, menéatela un poco mientras.

Raúl no podía con el dolor, llegó a soltar un par de lágrimas.

-       Jejeje lloras como una niña ¡nenaza!

  • Cariño, no llores, aprende de Sergio, eso si que es un hombre.

Raúl veía que se iba a desmallar del dolor, así es que agarró su polla y empezó a masturbarse, era la única forma de paliar el dolor.

-       Así, cáscatela campeón.

Comenzó a notar placer, su polla volvió a estar erecta, le iba gustando más y más, lanzó hasta un par de gemidos.

-       Uff le esta encantado al maricón, joder si se le ha abierto más el ojete.

  • Joder me corro Sergio, revientame.

-       Venga pues yo también.

Corina al presenciar al espectáculo, se corrió en la boca de Laura.

Raúl se corrió en el suelo del salón y Sergio hizo lo propio dentro de su culo.

Laura y Corina fueron rápidamente al encuentro de los dos, Corina abrió el culo de Raúl, estaba super ditado, y salía semen de su interior. Ambas lamieron la corrida de Sergio que salía a borbotones del culo de Raúl.

-       Joder tio me has roto el culo, pero la verdad que me ha encantado al final. Cariño llevabas razón no es de gays.

  • Pues claro tío, solo queríamos darte una lección, nada más.

-       No me enfado de verdad, ha sido todo increíble.

  • Pues como hemos disfrutado tanto, la próxima vez nos cambiaremos las tornas, quiero probar tu polla en mi culo, no debe ser muy dolorosa.

-       Te vas cagar cabronazo, me vengaré.

Los cuatro se rieron a carcajadas, se tomaron un par de copas más y Raúl y Laura se despidieron.

-       Bueno cariño que te ha parecido.

  • Tuviste una gran idea Corina.

-       Uff como me puso ver como le sodomizabas.

  • Jejeje si estuvo genial.

-       Bueno cariño vámonos a la cama, estoy destrozada, pero antes fóllame, que como tu polla no hay dos. Además quiero fantasear como será la próxima vez que quedamos y Raúl estrene tu culito.

  • Qué juguetona eres.

CONTINUARÁ.