Corazón puro 6
La historia sigue.
Corazón puro 6
Garve no podía dejar de llorar, nos miraba como si lo que estuviere viendo no pudiera ser verdad, no solo no estaba solo. La chica que tenía delante era Rina, su sobrina. Rina miraba con mucho detenimiento a Garve, su cara le sonaba, sabía quien era, pero no lo recordaba bien.
Garve desplegó sus alas para que Rina viera que era un dragón antiguo, ella también las desplegó, no eran tan grandes como las de su tío, pero todo llegaría, Rima empezó a andar en dirección de Garve y se detuvo al ver su collar. Ella tenía otro igual, entonces recordó quien era. Era su tío Garve y de un salto le abrazo, Garve abrazo fuertemente a su sobrina y lloraron de alegría los dos.
Yo miraba a ceros que estaba sonriente, cuando salvo a Rina, pensó que en un futuro ella seria quien salvara a su amigo. En cierta forma así había sido, la expresión que Ceros veía en Garve la volvía a reconocer después de tanto tiempo.
Garve se acercó a nosotros y nos dijo que quería presentar a Rina a las chicas.
• Me gustaría presentar a Rina a las chicas – dijo Garve.
• Muy bien, pero espera que las traiga.
• ¿Estás segura Astartea? – dijo Ceros
• Si, la casa de Selene ha quedado destrozada, aquí hay sitio para todos.
Active mis llamas, enseguida llegue a la casa de Selene. Por lo menos de lo que quedaba de ella. Coloque mis manos sobre los hombres de Selene y Sigrid sin avisar y nos tele transportamos. Cuando llegamos a mi casa y vieron a Rina, las dos sonrieron. Después miraron la casa y Selene me pregunto.
• ¿Esta es la casa donde vivías con tu madre?
• Así es Selene.
• Es muy bonita – dijo Sigrid.
• Pues es para vivir todos.
La casa tenía dos pisos, en la parte de abajo había un gran salón con una cocina, en la parte de arriba las habitaciones con los baños. Tendríamos que compartir las habitaciones, yo dormiría con Rina, Selene y Sigrid y en la última Garve y Ceros.
Una vez escogidas las habitaciones, Sigrid y Selene se presentaron debidamente con Rina, esta las abrazo con una sonrisa en el rostro. Todos necesitábamos descansar y curarnos las heridas, el que más Garve. No podía evitar mirar hacia el suelo avergonzado, se preguntaba si su sobrina sabría las atrocidades que había comentado.
Ceros lo miro y le dijo.
• No sabe nada, la he mantenido al margen.
• Gracias, amigo.
• Tenemos tres generales que vencer, dámelas venciéndolos.
Esas palabras animaron a Garve que sonrió por primera vez, entonces empezamos a hablar de los generales, yo dije que el más débil era Azazel. Entonces Garve me saco de mi error.
• Te equivocas Astartea, Azazel es el más temible de los tres generales que quedan.
• ¿Por qué?, él es el más débil físicamente.
• Eso es verdad, pero ganes el combate o pierdas el resultado es el mismo, quedas destrozado para siempre.
Me quede mirando a Garve y este sentándose en el sofá empezó a contarnos, Azazel no solo tenía el poder de poder escudriñar tu corazón. Tenía el poder de destruir el recuerdo de la persona que más querías, llenando ese vació con un dolor indescriptible.
Si la persona que más querías estaba viva, ese amor que sentías por ella moría. Había subestimado a Azazel de una forma vergonzosa, la persona que lo venciera lo haría pagando un alto precio, yo mire a todos y lo decidí. Esa responsabilidad recaería sobre mí.
• Yo lo aré.
• ¿Qué es lo que dices Astartea? – pregunto una preocupada Selene.
• ¿Estás segura de que estas lista para despedirte de ella? – pregunto Ceros.
• ¿De quién? – pregunto Garve.
• De mi madre.
Garve se quedó mirando a Astartea, aquella mujer le dejo marcado de por vida. Ante ella tenía a los seres más poderosos del mundo y no se amilanó ni un poquito, planto cara sin poderes, sin destreza en combate, pero teniendo muy claro lo que hacia. Ella protegía a su hija y lo haría ante cualquier enemigo.
En el rostro de Garve vi tristeza, pero sobre todo Admiración, Garve se levantó y cogiendo su espada se arrodilló ante mí y me la tendió, descubrió su cuello y me miro. Sus ojos decían que estaba dispuesto a purgar sus culpas con su vida, yo cogí la espada y la tire contra la pared.
Después cogí del cuello a Garve y lo levante del suelo, le mire con una mirada severa y le dije.
• ¿Quieres purgar tus pecados?, ¡pues ayúdame a derrotar a mi padre!
Garve no decía nada, solo asentía con la cabeza mientras que de sus ojos salían lágrimas. Rina se levantó y abrazo a su tío, yo miré a todos y les dije.
• Garve, ceros, vosotros os encargaréis de Dentalion y Asmodeus.
• ¡Bien!
• Selene, Sigrid vosotras tenéis que abrirme un camino para llegar hasta mi padre.
• ¡Así lo aremos!
• ¡Por último, Azazel es mío!, ¡lo derrotaré!
Decidimos pasar el siguiente día en familia, solo nosotros, sin guerras, sin demonios ni dioses. Queríamos tener un día feliz antes de la batalla final, Garve pregunto a Rina si sabía volar. Esta le dijo que no, que nadie le había enseñado, Garve sonrió y le dijo que había que poner remedio a eso.
Garve hizo concentrar su poder a Rina, me dejo totalmente asombrada, no tenía destreza ni experiencia en combate, pero esa chiquilla tenía un aura de combate temible. Se notaba de quien era sobrina, no tenía control sobre su transformación, Garve fe lo primero que le enseño.
Una vez que podía transformarse a voluntad, empezaron con las clases de vuelo. Menos mal que la piel de los dragones era casi indestructible, los primeros intentos terminaron con una pobre Rina estampándose contra el suelo. No se dio por vencida y siguió intentándolo hasta que sus pies dejaron de tocar el suelo, nunca he visto una sonrisa tan llena de satisfacción.
El rostro de Garve denotaba un profundo orgullo por su sobrina, lo siguiente que intento enseñarle Garve fue a controlar su aliento de fuego, ese poder sin control era muy peligroso. La pobre Rina intentaba soltar su aliento de fuego, lo único que conseguida era soltar un poco de humo o una llama irrisoria.
Le dijo a su tío que le mostrara su aliento de fuego para ella hacerse una idea, Garve eligió una gran roca y lanzo su aliento de fuego, lo reconozco, me impresionaba de sobremanera cada vez que la utilizaba. En Rina empezó a crecer una gran frustración, su tío le dijo que controlar ese poder le costo mucho tiempo.
Decidimos hacer un descanso para comer, Rina se acercó a un prado que había detrás de mi casa, cogió una de las flores y la olió. De repente empezó a hacer los característicos gestos cuando vas a estornudar, Una llama increíblemente gigantesca e intensa salió de su boca, derritió una pequeña montaña que había cerca de donde ella se encontraba.
Todos la miramos asombrados mientras ella se reía, en un futuro esta chiquilla sería una guerrera de cuidado, Mire al lado contrario y veía a Ceros y Sigrid conversando, las miradas que se echaban el uno al otro eran tan intensas que me hacían estremecer, los dos se levantaron y empezaron un pequeño combate, Sigrid desplegó su aura de combate, era impresionante, pero cuando Ceros desplegó la suya, Sigrid se quedó blanca.
Siempre se me olvidaba que yo era la única que conocía el verdadero poder de Ceros. Sigrid se recuperó enseguida, se acercó a Ceros y echándole los brazos al cuello le beso, Sigrid estaba totalmente colorada, ver el verdadero poder de Ceros no la asusto, la puso totalmente cachonda.
Sigrid se acercó a su hermana y le dijo que irían a las aguas termales a relajarse un poco, claro, claro ahora se le llamaba así, mire a Selene y tuve que taparme la boca con las manos, si me llega a pillar riéndome me abría lanzado un rayo o algo. Aunque tenían cientos de años, Sigrid no dejaba de ser su hermana pequeña
Yo me acerque a su espalda y la abrace, después le bese en el cuello arrancándole un gran suspiro.
• Tu hermana ha tenido una buena idea.
• ¿Estas hambrienta he?
• Yo siempre estoy hambrienta de ti Selene.
Se dio la vuelta y me beso con tal intensidad que me temblaron hasta las uñas de los pies, dejamos a Garve entrenando a Rina, Ceros y Sigrid habían desaparecido. Yo la llevé a un sitio que solo mi madre y yo conocíamos. Era un cráter de un antiguo volcán, en él crecían las flores más bonitas del mundo, nos tumbamos en la mitad de este y dimos rienda suelta a nuestro amor.
Selene se fue desnudando, no lo hizo deprisa. Se deleitaba con mis miradas y gemidos que iba haciendo. Cada poro de mi piel gritaba, todo mi cuerpo respondía a los estímulos que mis ojos estaban percibiendo. Selene acercó su coñito a mi rostro para que pudiera percibir el olor de este y supiera lo caliente que le ponía mi cercanía.
No pude evitarlo y metí una de mis manos entre mis piernas, si su coñito estaba encharcado, el mío parecía una inundación. Selene colocó su coñito sobre mi boca y me dijo.
• Come, sáciate.
No lo tuvo que decir dos veces, mi lengua empezó a jugar con su hinchado clítoris, las manos de Selene se colocaron sobre mi cabeza y apretaban esta contra su entrepierna. Nunca me cansaré de su sabor, me pasaría el resto de mi vida así. Selene llevó sus dedos a sus pezones y empezó a pellizcárselos.
Me dio envidia y lo primero que hice fue separarme de su coñito y subir hasta que mi boca compartió su sabor con la suya, Selene me relamía todos los flujos que no había podido tragarme, después fui descendiendo hasta meter uno de sus grandes pezones en mi boca, no se puede explicar con palabras lo que se siente al tener uno en la boca.
Se lo lamí, lo mordía, succionaba, todos esos contrastes hacían que Selene gimiera con más intensidad, mientras yo me entretenía con su pezón, ella se masturbaba con una intensidad brutal. Cuando le llego el orgasmo tuve que sujetarla, casi perdió hasta el conocimiento.
Se tumbó a mi lado, su respiración estaba agitada, pero su mirada era de una persona muy satisfecha. Cuando se recuperó, me miro con una mirada que me dio hasta miedo. Casi me arranco la ropa, abrió mis piernas y se zambullo entre ellas y digo zambullirse porque mi coño estaba que parecía un rió a punto de desbordarse.
Su maestría con la boca estaba fuera de cualquier duda, solo ella conseguía que sintiera esa gran placer. Mientras me estaba comiendo enterita, posaba su mirada sobre la mía, su mirada era puro fuego, no tarde mucho en correrme. Estaba tan caliente que no pude aguantarme más.
Las dos nos sentamos sobre la hierba y entrecruzamos las piernas, esta postura era muy especial para mí, sentir el contacto de otro coñito con el tuyo era una sensación única, mirar a la mujer de la que estás enamorada y verla gemir era increíble.
Al final alcanzamos el orgasmo, las dos nos echamos sobre la hierba y estuvimos recuperando el aliento abrazado y mirando al bonito cielo, cuando regresamos, Ceros y Sigrid ya habían vuelto, las dos hermanas se miraban, pero no había malos gestos. Todo lo contrario, había una complicidad brutal entre ellas. Pareciera que se lo decían todo con la mirada.
Fue un día estupendo, ya anocheciendo encendimos una hoguera, yo abrazaba a Selene, Ceros a Sigrid y Garve hablaba animadamente con su sobrina, delante de esa hoguera había todo lo que queríamos proteger, yo después de la muerte de mi madre pensé que jamás volvería a querer a nadie, que vivía solo para la venganza.
Ceros jamás había sentido amor por nadie, él era una herramienta en manos de mi padre, que la utilizaba cuando más le convenía. Al conocer a Sigrid algo había cambiado dentro de él, él no lucharía por venganza, sino por proteger ese sentimiento que había indo creciendo en su interior por Sigrid.
Selene pensó que ella no era más que un contenedor, su cometido era proteger los poderes antiguos y lo tenía que hacer en soledad. Cuando me conoció, se dio cuenta de que su vida era más que eso y también tenía hueco para ser feliz.
Garve, el dragón antiguo más poderoso, el guerrero que lo perdió todo, incluso su humanidad. Mi padre se aprovechó de eso y le convirtió en un arma sanguinaria, por suerte no pudo destruir la bondad que había dentro de él. Esa bondad protegió a Sigrid y Ceros, ahora tenía a su sobrina y estaba segura de que eso le haría ser más fuerte, tenía algo muy importante que proteger.
Rina, la más joven del grupo, inexperta en el combate, pero con una mirada como la de su tío, pensó que estaba sola en la vida y el destino le había devuelto a su tío. Si llegaba el momento sé que no tendría miedo a luchar, todos esperábamos que ese momento no llegara nunca.
Estuvimos un rato más mirando el fuego de la hoguera hasta que el fuego se fue extinguiendo poco a poco. Después todos no fuimos a descansar.
EN EL INFRAMUNDO
• Sois unos inútiles, tres generales ya han sido derrotados.
• Lo sentimos mi rey – dijo Azazel.
• Dentalion, Asmodeus, vosotros guardaréis mis espaldas.
• ¿Y yo mi rey? – pregunto Azazel.
• Tú destruirás a mi hija y a los demás.
El rey demonio confiaba en los poderes de Azazel, eran los poderes más dañinos de todos, las cicatrices que dejaban en el adversario no se curaban en la vida, sabía que seguramente sería derrotado, pero el rey del inframundo tenía esperanzas de que los dejara suficientemente debilitados para que él pudiera dar el golpe de gracia.
LA CASA DE ASTARTEA
Todos dormían cuando unos guerreros empezaron a rodear la casa, intentaron entrar en esta, pero los glifos que Ceros habían colocado les impidieron el paso. Todos despertamos cuando notamos el poder de Azazel, nos colocamos las armaduras y salimos a su encuentro.
Sigrid se quedó dentro de la casa protegido a Rina, Azazel nos miró a todos. Después de escudriñar nuestros corazones, empezó a reírse como un loco. Mando que toda su tropa nos atacara, eran más débiles, pero su número era mayor. Además daba la sensación como que por cada uno que matabas aparecían dos más.
Selene creyó un gran tornado, lo lanzo contra los guerreros de Azazel, una vez que los levanto sobre el aire, concentro un gran rayo que los pulverizo a todos. De estos salía una sombra y se volvían a regenerar, desde cuando mi padre tenía guerreros inmortales.
• ¿Qué te ocurre Astartea sorprendida?
• ¿Desde cuándo mi padre tiene guerreros inmortales?
• En realidad no lo son, están ligados a mi vida, si queréis matarlos tendréis que acabar conmigo.
Hay estaba su plan, quería obligarnos a atacarle, de todas formar esos guerreros creaban un muro infranqueable delante de Azazel, Ceros y Garve se pusieron manos a la obra. Desplegaron sus auras de combate con tal intensidad, que los guerreros no podían evitar el tener que retroceder.
Garve hincho su pecho y desplegó su más potente aliento de fuego, eso nos abrió un paso hasta llegar a Azazel. El primero en atacarlo fue Ceros, este paro en seco. Me imagino que Azazel habría utilizado la figura de Sigrid. Ante la duda de Ceros, Azazel lo ataco hiriéndolo de gravedad.
Cuando fue a darle el golpe de gracia yo decidí utilizar mi ilusión diablita, de la palma de la mano lanzaba un rayo que golpeaba el sistema nervioso central del enemigo, con este golpe le hice ver que salía victorioso de esta lucha.
Eso me dio el tiempo suficiente para lanzarme contra él y clavarle mi espada en la mitad de su pecho, según iba penetrando más en él. Notaba como los recuerdos de mi madre iban desapareciendo y siendo sustituidos por una oscuridad fría y muy dolorosa.
La primera vez que me curo una herida al caerme jugando, la vez que fuimos a comer un helado por mi cumpleaños, las tardes que pasábamos en casa y ella me leía un libro… lo peor de todo fue sentir que el amor que sentía por mi madre iba desapareciendo, eso me estaba destrozando y no pude evitar gritar mientras lloraba amargamente.
En ese momento dudé, tuve tentación de sacar la espada. Entonces una voz empezó a sonar en mi interior. Era la voz de mi madre me decía que no solo herede el monstruoso poder de mi padre, ella me lego su bien más preciado su corazón puro. Ella habitaba en ese rincón de mi corazón, la única persona que podía acceder a ese sitio era yo. Sus últimas palabras fueron.
• Hija yo jamás desapareceré de tu lado, siempre me encontrarás dentro de tu corazón, no dudes y acaba con ese ser malvado.
La vi, vi el rostro de mi madre que me miraba con una sonrisa, entonces clave mi espada en el pecho de Azazel con todas mis fuerzas, este pego un agónico grito. Cuando la espada traspaso su cuerpo, lo hizo con tanta fuerza que destruyo la roca donde había clavado a Azazel.
El cuarto general había caído, no nos dio tiempo a celebrar nada porque el rey del inframundo en persona vino a recoger el cuerpo de Azazel, venía escoltado por Dentalion y Asmodeus.
• Veo que tu madre te lego algo más que ese bonito rostro, pronto nos veremos las caras hija.
• ¡Lo estoy deseando!
Continuará.