Corazón de tela VII
El salón de los valientes
Sintió una vez más su cara chocar contra el suelo, seguido de un quejido de dolor que salió de su boca. Cada vez se sentía más liviana. Esta vez no se le hizo difícil levantarse, parecía que la gravedad era menor, pues cuando se levantó, sintió su cuerpo elevarse por un segundo en el aire y volver a bajar.
La habitación donde se encontraba era blanca, tan limpia y brillante que lograba inquietar un poco a Raquel. Notó que había varias columnas de un color granate intenso y un letrero colgaba de una de ellas.
“El salón de los valientes”
La habitación estaba totalmente vacía, a excepción del centro. Desde el suelo se levantaba una pequeña columna de color blanco y sobre ella había una rosa llena de espinas.
Rodeó la columna, pero no había nada más allí. Observó una puerta que no había notado antes y caminó despacio hacia ella. Al entrar, se dio cuenta de que llevaba a una habitación exactamente igual, pero esta era totalmente blanca. En una esquina había una silla de cristal y a poca distancia de la silla, estaba una cama igualmente de cristal, pero sobre ella yacía un cuerpo.
Y Raquel lo reconoció.
- ¡Sara! – Se acercó a ella de inmediato y la vio. Su respiración era muy suave, casi ni se sentía, su piel estaba más pálida, parecía desmaterializarse y eso lo notó cuando al intentar tocarla su mano traspasó su piel.
Y no pudo contener las lágrimas, la estaba perdiendo y al parecer ya no había vuelta atrás. Sentada en el suelo, con su cara hundida entre las sábanas sollozaba sin intención de detenerse.
Siempre he dicho que una persona que llora es más valiente que una persona que se niega a hacerlo – Aquella voz hizo que Raquel despegara su cara de la cama y levantara la mirada. Sus ojos enrojecidos se posaron en una mujer que estaba sentada en la silla de cristal. Vestía de blanco un vestido largo que le tapaba los pies y ondeaba como olas de mar, igual que su cabello, del mismo color que su vestido y de piel pálida. Sostenía la rosa que había visto antes y a su lado, la rosa se veía de un rojo más intenso. Notó como una de las espinas caía al suelo y luego posó su mirada en la mujer.
Son tus miedos – Dijo la mujer cuya voz era dulce y celestial – Justo ahora estás enfrentando uno – Agregó señalando a Sara.
¿No es real? – Preguntó confusa Raquel.
Lo es, de alguna manera, para ti – Le respondió – Te enfrentarás a tus miedos – le explicó señalándole las espinas que aún quedaban en la rosa – Y cuando esta pequeña rosa esté libre de ellos, serás libre –
Raquel se limpió, con la manga del uniforme que vestía de color granate, las pocas lágrimas que aun escapaban y se levantó del suelo, poniéndose de pie.
¿Cómo lo haré? – Preguntó.
Peleando – Anunció la mujer.
Con un movimiento de su mano, una de las paredes se desvaneció, dejando ver a su ex novio, pero no era como lo recordaba. Debía medir alrededor de cinco metros de altura, vestía un chaleco de cuero negro, un pantalón más abajo de la cintura, Raquel no entendía porque le gustaba usar los pantalones así, con gruesas cadenas que iban desde su bolsillo trasero hasta el delantero, de ambos lados y zapatos llenos de púas inmensas.
Yo no le tengo miedo a este idiota – Le dijo Raquel a la mujer.
Tuviste miedo de que pensara que tú y Sara tenían algo. Enfréntalo – Le dijo suavemente esbozando una sonrisa.
Esto no sería un enfrentamiento de palabras, ni de negocios, ni de averiguar quién tenía la culpa. Esto era una pelea de verdad.
El chico lanzó un grito que hizo que Raquel se erizara de miedo. Lentamente sacó una de las gruesas cadenas y notó una enorme hacha que hizo girar para atacarla.
- ¡Muévete! – Gritó la mujer.
Raquel de un salto esquivó el golpe y se dio cuenta de que aún tenía la gravedad a su favor. En realidad no era la gravedad, porque solo funcionaba con ella. La razón era que a medida que pasaba las pruebas su cuerpo se había ido aligerando. Si tenía suerte, al terminar esta, se iría volando con Sara a casa.
- Sara – Raquel giró a mirarla y seguía allí inmóvil y transparente. Su visión se vio nublada cuando un enorme puño la lanzó fuera de la habitación.
Con un poco de esfuerzo se levantó y analizó la situación. El inmenso chico era extremadamente lento, eso sería una ventaja pero ¿Cómo podía golpearlo? No tenía tanta fuerza. Un golpe de ella haría reír a su ex novio y lo último que quería era verlo, troglodita como estaba, riéndose de ella.
Entonces recordó a Hércules. Ella no tenía la fuerza de Hércules, sin embargo él había logrado vencer a un cíclope sin su fuerza.
Buscó rápidamente una soga con la mirada, pero solo estaba un terreno vacío.
- ¡Necesito una soga! – Gritó Raquel a la mujer que seguía sentada observando la pelea.
Con el mismo movimiento de mano una soga apareció detrás de su enorme ex novio.
- ¡¿Qué tanto te costaba hacerla aparecer aquí?! – Le preguntó histérica señalando el suelo cerca de ella, pero no le respondió.
Raquel corrió hacia la primera habitación donde había aparecido. Era una tontería alejarse más de la soga y la mujer de blanco la miraba confundida por el mismo pensamiento. Sin embargo, Raquel solo buscaba una distracción.
Cuando entró a la habitación, se aferró a una esquina hasta que el ruido de una pared derrumbada la alertó que ya el chico estaba allí. Lo miró con malicia, pues había caído en la trampa. Haciendo uso de su ligero cuerpo, corrió por las paredes, mientras el chico se acercaba torpemente a ella, hasta salir del campo de visión de su ex novio. Llegó donde estaba la soga, la tomó e inmediatamente corrió hacia la habitación de nuevo.
Ató un lado en una de las columnas derrumbadas y empezó a dar círculos alrededor del chico, amarrando sus pies, luego corrió hacia el lado contrario y haló con todas sus fuerzas.
El chico se desplomó sobre la columna donde antes había estado la rosa, dándole en un punto exacto de la espalda que lo dejó delirando.
Raquel se acercó caminando a él victoriosa, se subió a su pecho y le dijo – Sara me hizo sentir algo que tu no, idiota – y de un puñetazo, el chico se desvaneció.
Del otro lado, varias espinas caían de la rosa.
Muy bien – Dijo Raquel – Ya he vencido uno de mis miedos – volvió a decir jadeando y señalando las espinas en el suelo.
Y te felicito por ello – dijo haciendo una pequeña reverencia – no todos tenemos el valor para tal cosa – agregó.
¿Qué sigue? – Preguntó con la respiración un poco más calmada.
¿A qué más le temes? – Preguntó curiosa la mujer.
A mi p-papá – dijo nerviosa.
Bien – Le dijo la mujer levantándose de la silla y acercándose a ella – Entonces, enfréntalo – Y con su dedo índice tocó la frente de Raquel, haciendo que la chica cayera de espaldas al suelo.
Raquel despertó en su habitación, desorientada, se levantó, sintió marearse y caer de rodillas al suelo. Se dio cuenta que traía su pijama y la luz del sol que entraba por la ventana se notaba cansada, como si el sol se estuviese muriendo y con la poca intensidad de luz, notó que las casas y las calles estaban completamente destruidas. Con ello se dio cuenta de que aquello no era real.
Con las piernas temblorosas caminó hasta la puerta y bajó las escaleras apoyándose de la pared. Un olor a café impregnó sus sentidos.
¿Papá? – Preguntó nerviosa. Y es que ¿Quién no lo estaría? La última vez que lo vio no fue exactamente agradable.
Raquel – Dijo sonriente separando la taza de café de su boca.
Raquel lo miraba con miedo y se acercó lentamente hasta tomar asiento en la barra americana. Entendió que ese enfrentamiento no era como el anterior. De solo pensarlo, se le oprimía el pecho, a pesar de todo lo que había pasado, no era capaz de golpear a su papá, aunque él si lo intentara.
¿P-podemos hablar un momento? – Preguntó más nerviosa.
Claro – Le respondió con la misma sonrisa, dejando el café y el periódico que leía a un lado.
Es sobre Sara – Dijo temerosa, esperando su reacción.
Su mirada se volvió sombría de inmediato y afuera el sol se apagó, dejando una completa oscuridad. Dentro de la casa, la luz era muy tenue, por lo que la figura de su papá se veía más tenebrosa aun.
- Papá escúchame por favor – Suplicaba Raquel.
La casa empezó a temblar suavemente, mientras su padre seguía mirándola enojado y respirando fuertemente. Algunos objetos de la cocina empezaron a elevarse en el aire. Raquel miraba la escena con terror. Vio como los objetos se iban hacia ella, pero no podía moverse, estaba paralizada de miedo y antes de que fuera atravesada por cuchillos y vajillas, un cuerpo se fue sobre ella, tirándola al suelo.
¡David! – Exclamó la chica - ¿Qué haces aquí? – Preguntó.
Estoy enfrentando mis miedos – Le dijo con la respiración agitada – Levántate – le ordenó.
Corrieron por el pasillo hasta la habitación del papá de Raquel y se encerraron allí.
Va a matarme – Decía Raquel agitada – Por dios, va a matarme –
Tienes que intentar hacer que te escuche – Dijo David, pegando su oído a la puerta que acababan de cerrar para intentar escuchar algo afuera.
¡Va a matarme idiota! – Le gritó para ver si así terminaba de entender.
Si no lo enfrentas no habrá servido de nada venir aquí y no verás a Sara – Y dio justo en el punto. Raquel reaccionó ante el nombre de su muñeca.
Escuchó los pasos de su papá acercarse lentamente hacia la habitación, haciendo vibrar todo el lugar.
- ¡Papá! – Gritó desde la puerta - ¡Debes escucharme! – Pero su papá no tenía intenciones de ceder.
De un estruendo destruyó la puerta. Los chicos dieron varios pasos atrás y David desde donde estaba le indicaba que intentara hablarle.
- Debes entender, la quiero conmigo – Pero aquello no mejoraba la situación.
Los escombros de la habitación empezaron a levitar, temblorosos y Raquel viéndose derrotada y a su muñeca desaparecer en su mente se desesperó.
- ¡ESCUCHAME! – Gritó con todas las fuerzas que podía tener en ese momento. Su padre quedó estático, sorprendido de que su hija le gritara de esa manera - ¡Mamá habría hecho que me escucharas! –
El tema de la madre de Raquel no era nunca tocado por ninguno de los dos. Su papá comenzó a llorar, haciendo que los objetos que habían permanecido en el aire, cayeran al suelo estrepitosamente. Su papá cayó de rodillas con la mirada perdida y Raquel se acercó a él.
Lo abrazó con fuerza y le dijo – Ella me hace feliz, así como mamá te hacía feliz a ti – casi en susurro – déjame ser feliz – le suplicó – estoy a punto de perderla papá y no quiero que eso pase.
Su papá le respondió el abrazo – Sálvala – le susurró – Queda muy poco tiempo – Y con un beso en su mejilla, desapareció.
Otra vez una ráfaga de luz alcanzó su pecho y el de David y desaparecieron también de aquel lugar.
Al llegar a la habitación blanca, Raquel corrió hacia la cama. Sara estaba totalmente transparente.
¡Hay que hacer algo! – Gritó desesperada Raquel a la mujer que estaba sentada.
Ya has hecho todo lo posible – Anunció la mujer, jugando con la rosa entre sus dedos a la cual aún le quedaban un par de espinas – Solo falta una cosa – Se levantó de la silla y se acercó a ella - ¿Qué estas dispuesta a sacrificar ahora? – Preguntó señalando el pecho de Raquel, cuyo corazón brillaba como una linterna debajo de la piel y del uniforme color granate que ahora lucía desteñido – Tienes mucha valentía y amor allí – Le dijo.
Daría mi vida por ella – Dijo fríamente, mirando a la mujer, quien la miraba sonriente.
Con su mano extrajo la esencia roja intensa del pecho de Raquel, haciendo que la chica cayera de rodillas al suelo, junto a la rosa sin espinas. Ya había enfrentado todos sus miedos. Lo último que escuchó fue el eco del grito de David corriendo hacia ella y un “Si un corazón nadie puede vivir”. Raquel no podría vivir, le había dado su corazón a Sara.
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@thundervzla
Siempre he dicho "La cantidad de gente maravillosa que uno se encuentra en la red y en la calle pocas veces" Gracias, no quiero ponerme sentimental pero, les agradezco de corazón... Los ánimos, las amenazas (Tu sabes quien eres tossamx tos xD) y la comprensión.
samx (ID: 1402222) : Gracias y oye no hace falta la violencia jajaja. Te resumiré la historia: Escribo desde que tengo uso de razón, en la escuela siempre me elegían para concursos de historias y eso, no recuerdo si lo hacía bien o no, pero a mis 12 años ya había leído los 7 libros de Harry Potter y el estilo de redacción y eso que tengo viene de Rowling, aprendí de ella. Por cierto, este mes empecé a leerme los libros de nuevo y es como si fuese la primera vez xD Viciosa modoON
*Gaby (ID: 1429777) : Sii porque MUJERES, aunque la situación no ha mejorado, no puedo dejar que me afecte tanto. Ustedes son amor, yo siempre sonrío con cada comentario que me dejan. Así que gracias, saludos :D*
**Neizreciv (ID: 1428509) : Muchas gracias, estoy en el proceso de recuperación xD****
*leti88 (ID: 1340212) : jajaja genial genial, espero te haya gustado.*
*kiojin (ID: 1428454) : Espero te haya gustado, justo ahora estoy exprimiendome el cerebro para continuar, porque aunque se como va a terminar todo, los ánimos me juegan sucio.*
**Artwork (ID: 1368763) : Gracias por entender y digo que tienes toda la razón, porque la tienes xD Escribir me hace huir de la rutina que llevo y que no me gusta, debo aclarar, pero últimamente prefiero pasar un día entero en la cama como zombie que sentarme y escribir. Este capítulo tiene días en mi blog por eso lo subo rápido, pero el que sigue está aun en proceso, me ha costado un poco, igual gracias por entender la situación, espero que algo me ilumine y quedarme sin huellas dactilares escribiendo xD****
**Alexandra (ID: 1431923) : Ojalá y este tambén te haya enganchado, gracias por leer :D**
**aurora la diosa (ID: 1363822) : Gracias y esas pruebas son para que sea seria xD Mi novia no quiere que acabe nunca jajaj, quiere que escriba eso para siempre y por siempre xDD**
***HombreFX (ID: 853437) : Muchas gracias, espero este también te haya gustado.***
****chapis (ID: 1377535) : Definitivamente eres un claro modelo a seguir. Gracias por tus palabras, no creo que deje de escribir, necesito sacar toda esta imaginación loca que corre en mi xD Solo que estos días me ha costado un poco, por problemas externos, pero de seguro pasa rápido, tranquila xD Muchas gracias por leer y comentar, espero te haya gustado este capítulo. Saludos.******