Corazón de tela VI
- Una chica está en su búsqueda y justo ahora está a punto de tomar la decisión más importante de su vida Le respondió una voz femenina, dulce y calmada.
Ser tragado por una aurora era lo más surreal, además de estar hipnotizados siguieron sintiendo dolor. Aquella espesa neblina los arropó y no de forma delicada precisamente. Sin embargo, cuando despertaron o tal vez, cuando salieron de la hipnosis se encontraban en una habitación completamente color naranja, en todas sus tonalidades. A primera vista parecía una habitación pequeña, pero luego de enfocar bien la vista, se notaba que era mucho más grande. Las personas que allí se encontraban también tenían tonalidades naranjas, como si se hubiesen restregado por las paredes cuando aún estaba recién pintado y caminaban de un lado a otro, murmurando cosas para sí mismos.
Al fondo de la habitación se encontraba un enorme letrero con un color naranja más fuerte y brillante que decía “ El salón de los arrepentidos”.
Raquel se levantó del suelo, el cual, curiosamente era muy blando y suave. Buscó a David con la mirada y lo encontró justo a su lado perplejo mirando todo.
¿El salón de los arrepentidos? – Preguntó David.
Debe ser una de las pruebas – Le dijo Raquel.
Caminaron por la habitación y se dieron cuenta que dos personas exactamente iguales a ellos, se dirigían en la misma dirección. Extrañados, caminaron más rápido y se dieron cuenta que solo se acercaban a un espejo.
- Que buena broma – Dijo Raquel.
Detallando el espejo enorme que cubría la pared, la habitación era mucho más pequeña de lo que pensaba.
Pero más allá de la ilusión que ofrecía el espejo, se dieron cuenta que ellos también estaban pintados de color naranja. Ahora sí que no entendían nada.
¿Recuerdas lo que dijo la anciana? – Preguntó David, haciendo pensar a Raquel – Tres pruebas para aligerar la mente y el corazón – Dijo respondiéndose.
¿Buscan algo en especial? – Preguntó un señor, cuya tonalidad naranja era más suave que la de los chicos.
Buscamos a una chica que está en la ciudad oculta – Dijo rápidamente Raquel, esperando que le dieran buenas noticias.
Bien, bien – Dijo el señor, que eran tan pequeño y gordo que parecía una naranja parlante – Primero deben desteñirse – Anunció, haciendo una seña para que se fijaran en su color.
¿Y cómo hacemos eso? – Preguntó confuso David.
Pues arrepintiéndose, claro – Respondió como si fuese lo más obvio del mundo – Están en el salón de los arrepentidos – Agregó soltando una risa.
¿De qué se supone que nos debemos arrepentir? – Preguntó otra vez David.
Cuando los sentimientos se contradicen, en la propia contradicción se produce luz – Dijo lentamente y se marchó.
Creo que nos quedaremos aquí para siempre – Anunció David desanimado, mientras Raquel seguía callada y movía sus ojos cómo analizando algo.
Creo… - Empezó a decir – Creo que sé de qué habla – Dijo – Tenemos que recordar cosas que hayamos hecho – Raquel se movía de un lado a otro – Que hayan estado mal y contradecir el sentimiento de ese hecho… Y arrepentirnos – Finalizó.
David comenzó a pensar – De niño le até las trenzas de los zapatos a un chico… - Pero la naranja parlante lo interrumpió.
- Eh chico, al espejo – Le señaló.
Entonces entendieron, las personas que murmuraban se encontraban pensando sobre que arrepentirse y las que estaban frente al espejo, eran las que ya se arrepentían. Notaba como pequeñas ráfagas de luz cambiaban las tonalidades del color naranja de las personas.
David se alejó hasta el otro extremo, dejando sola a Raquel frente al espejo. Se observaba y sentía vergüenza.
- Muy bien – Se dijo a sí misma – Cosas malas que haya hecho – E inmediatamente Sara vino a su mente.
- El modo que la traté estuvo mal, tenía miedo y preferí herirla a ella para mis beneficios. Que de beneficio no tuvo nada –
No debí hacerlo – Susurró. Una luz brillante la cubrió, golpeándola un poco por la fuerza y cayó al suelo de espaldas. Se levantó un poco mareada y notó que su color naranja había disminuido casi en toda su totalidad.
Hey chica – Escuchó decir a la naranja parlante - ¡Gran arrepentimiento! – Raquel estaba avergonzada, no era algo de lo que estaba orgullosa. Sin embargo, su pecho se sentía más aliviado, pero no completamente.
Visualizó a David, quien ya había sido alcanzado por unas cuatro ráfagas de luz y apenas llegaba a un tono parecido al suyo. Éste la miró y esbozó una sonrisa, seguido de un gesto de que todo estaba bien con la mano. Raquel volvió a mirarse en el espejo e intentó recordar sobre que más tenía que arrepentirse.
- Mi papá, a pesar de que estuvo a punto de pegarme y si no fuese por David – Raquel se giró para mirarlo y justo en ese momento una ráfaga de luz lo volvía a su color normal, blanco y rubio y luego era absorbido por el suelo. Raquel se espantó, debía apurarse y volvió su mirada al espejo – Estuvo mal gritarle, solo quiere lo mejor para mí, a pesar de que sea… En fin – Suspiró y dijo – No debí hacerlo – En seguida el haz de luz la alcanzó, miró como su piel se teñía de un color moreno. Se sentía pesada, muy pesada, como si un imán la llevara al suelo y luego sintió caer en un abismo, completamente naranja. Y otra vez todo oscuro.
Sara se encontraba acostada en una enorme cama de cristal, ubicada en el centro de una habitación de color blanco. En una de las paredes se encontraban tres grandes cuadros. El primero era de color naranja y en el centro dibujado con un color oscuro se encontraban dos manos juntas en forma de rezo. El que le seguía era de color azul y tenía dibujado un camino entre árboles y finalizaba con la separación de ambos, dejando ver dos caminos. Y el último era de un color granate intenso y en él estaba dibujada una rosa llena de espinas.
La muñeca aun no abría los ojos, pero estaba despierta y logró escuchar cómo su creador hablaba con alguien.
¿Cómo estas segura de que se salvará? – Se escuchaba decir con tono suplicante.
Una chica está en su búsqueda y justo ahora está a punto de tomar la decisión más importante de su vida – Le respondió una voz femenina, dulce y calmada.
Sara no pudo evitar sonreír – Mi Raquel –
Un estrépito inundó la habitación donde se encontraba ahora Raquel. Sentía su cuerpo magullado y una brisa que le soplaba en la cara. Abrió sus ojos poco a poco y vislumbró una sala redonda, completamente azul el techo y el suelo, pues no tenía paredes solo pilares que sostenían el techo, en su lugar se dejaba ver un hermoso bosque. Se levantó con mucha dificultad y vio a David sentado en un borde contemplando los árboles. Tenía una especie de uniforme de color azul, aunque distinto al color de la sala, este era un poco más oscuro. Bajó su mirada y se dio cuenta de que ella también vestía un uniforme igual. Giró en busca de un letrero que le indicara donde se encontraba y lo observó en unos de los pilares.
“El salón de las decisiones”
¡David! – Gritó. El chico se levantó rápidamente y fue hasta ella.
Hasta que por fin llegas – Le dijo sonriendo.
A diferencia del salón anterior, este se encontraba más vacío.
Creo que no hay muchos arrepentidos – Dijo Raquel mirando alrededor.
Es mejor que empezamos a caminar – anunció David – Hay que averiguar cómo salir de aquí –
Caminaron por el único sendero que se veía en aquel bosque. Se respiraba paz y tranquilidad en aquel lugar, por un momento Raquel pensó que era mejor quedarse allí y no seguir. A medida que iban avanzando, ese sentimiento de pertenencia crecía y crecía más, hasta que se escuchó un tintineo pasar sobre ellos. Y de no ser por ese ruido que interrumpió sus pensamientos, su destino hubiese sido distinto.
¿Qué fue eso? – Preguntó David agachándose un poco y mirando hacia arriba.
¡Detrás de ti! – Exclamó Raquel.
Una luz flotante color azul cielo se encontraba sobrevolando el sendero. La luz se fue disipando y pudieron ver a un pequeño hombrecillo con alas diminutas que les sonreía.
Ambos miraban a aquel hombrecillo impresionados, mientras este solo les sonreía y los saludaba con una mano.
¡A tomar decisiones! – Chilló con una voz muy aguda que molestaba – He llegado justo a tiempo - En ese instante, otro hombrecillo de un color azul más oscuro que el anterior apareció.
Casi haces que se pierdan – Regaño el recién llegado - Uno de ustedes vendrá conmigo – dijo el hombrecillo.
Raquel y David se miraron a los ojos y aceptaron. Si tenían suerte, podían volver a encontrarse al finalizar esa prueba. No tenían alguna otra opción, había sido así desde el momento en el que llegaron a Rusia, curiosamente, ahora debían tomar decisiones.
El hombrecillo de tono azul cielo se fue con Raquel hasta llegar a la separación del camino.
- ¿Y bien? – Preguntó el hombrecillo señalándole ambos caminos.
El corazón de Raquel latía fuertemente y cómo si la halaran tomó el camino de la izquierda.
¡El camino del corazón! – Anunció el hombrecillo.
No grites – Se quejó Raquel - ¿A dónde lleva el otro sendero? – Preguntó.
No tomes una decisión pensando a dónde te llevará otra diferente – Dijo el hombrecillo – Consejo de vida – Agregó sonriendo.
Raquel no le dijo nada, se quedó callada mientras caminaba recto y pensaba en lo que él hombrecillo acababa de decirle.
Llegaron a una fuente de cristal que despedía agua de un azul intenso.
¡Llegamos! – Chilló.
No grites, por favor – Volvió a quejarse Raquel.
Calla y escúchame – le reprochó el hombrecillo – Mi nombre es Gradko y soy uno de los muchos guardianes del gran salón de las decisiones. Mi deber es guiar a conseguir el camino correcto para la decisión correcta que tu tomaras – Anunció, señalándola – Esta fuente de color azul se irá aclarando a medida que tú te vayas acercando a la decisión correcta –
Ambos se quedaron en silencio unos segundos hasta que Gradko resopló - ¿Por qué estás aquí? –
Vine a buscar a una chica – Le respondió rápidamente, mientras el agua se coloreaba de un tono más claro.
¿Por qué? –
Porque le hice algo terrible y ahora está en peligro –
¿Por qué? –
Ella me tendió su corazón y yo… - Hizo una pausa – Me alejé de ella, por miedo –
Eso es terrible –
Lo sé, pero siempre la he querido –
¿Por qué tuviste que esperar a que le pasara algo malo? –
Por tonta, pero estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por ella – Dijo suplicante.
Nos estamos desviando – Dijo Gradko notando que el agua que había aclarado volvía a oscurecerse.
¿Estás enamorada? – Preguntó mirándola fijo.
Raquel se quedó callada un momento sin saber que responder.
Creo que estaremos aquí un largo tiempo – Volvió a decir, colocándose al borde la fuente y descansando sus alas.
No quiero perderla – Empezó a decir Raquel – Ella se volvió humana por mí y ahora está en peligro, no sé si pueda salir de este lugar, pero quiero intentar llegar para decirle cuánto lo lamento y decirle que siempre la he querido –
Eso no servirá de nada – Dijo con gesto aburrido Gradko – Prácticamente la estas matando –
Raquel se dirigió furiosa a él y lo tomó con los dedos del cuello, pues era muy pequeño - ¡Escúchame duendecillo tonto… v-volador! – Dijo titubeando - ¡La encontraré y le diré cuánto la amo! ¡Cueste lo que cueste! –
Gradko abrió los ojos sorprendido y mostrando una gran sonrisa, a pesar de que Raquel lo ahorcaba, le hizo señas para que mirara hacia la fuente. El agua estaba casi cristalina.
- ¡La buscaré y formaré una familia con ella y Joshua! – Gritó soltando al hombrecillo y corriendo lejos de la fuente. El agua se aclaró por completó y una ráfaga de luz salió desde su pecho, haciéndose más grande, mientras Raquel seguía corriendo a toda velocidad, hasta que la luz la hizo desaparecer.
Aún quedaba una última prueba por cumplir.
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@thundervzla
Gracias por comentar, últimamente había pensado seriamente en si seguir escribiendo o no, creo que estoy pasando por una etapa en donde me siento tan perdida conmigo misma que me desanimo fácilmente, pero ustedes bellos como siempre y con sus comentarios me animan a continuar. Así que GRACIAS.
Artwork (ID: 1368763) : Viendolo desde ese punto de vista, tienes mucha razón, en realidad TODA la razón. Gracias por el pequeño discurso, me acabas de aclarar un montón de cosas. Con respecto al capítulo, espero que te haya gustado. Muchas gracias por comentar.
*belen (ID: 1316262) : Me alegra y MUCHISIMO que hayas comprendido lo que realmente, y de forma sublime, se transmite en la historia . Uno siente deshacerse, es así. Un abrazo y gracias por leer.*
**aurora la diosa (ID: 1363822) : Muy curioso vagar así, una aventura bien interesante. Yo me animaría a hacerlo xD Espero te haya gustado este capítulo.****
*HombreFX (ID: 853437) : Gracias por leer :D*
*Gaby (ID: 1429777) : Me alegra mucho leer eso, así como sale a relucir en ti, lo hace en mí, gracias por seguir la historia. Espero este capítulo tambien te haya gustado.*