Corazón de pedernal…. el final.

- No! ¡qué dices! Y perder el brillo de tus ojos, y resplandor de tu cuerpo? Caro se deleitaba, recorriendo con sus ojos el cuerpo de Nikky, El corazón le dio un brinco cuando ella le lanzó el bra justo a sus ojos- que ella desechó rápidamente como para no perder una fracción.

A veces el resultado de las acciones no importa, lo que importa son las acciones.

Disculpen la tardanza, la continuación la construí varias veces porque no deseo hacer una apología de los violadores, me reservo lo que haría con ellos, pero como este hecho, generó comportamientos, quise relatarlo de la manera más “opacada”?, bueno usted juzgaran.

Carolina y Victoria, casi al unísono de manera suave, como si estuvieran preservando a un niño de la mordida de una serpiente, le dijeron: Nikky suéltala por favor.

Todas estaban petrificadas, de verle el rostro a Nikky, que era tranquilizadoramente normal. Por favor Nikky suéltala,

Nikky solo miraba los ojos de Elizabeth, que igual la miraban a ella.  Flotando entre ellas un aire de violencia contenida.   La respiración de Elizabeth se hizo áspera y en su garganta comenzaron a formarse unos  gorgoteos extraños.

En ese momento entraba Sara también en el hall, donde se encontraban todas, y dijo:

Van a dejar por miedo que la mate, y se les acabe la gloria a todas?  Suéltala ya Nikky, suéltala, dio la orden con un grito que sacó a Nikky de su estado y retiro el brazo de la garganta de Elizabeth, quien se desplomó a sus pies. Nikky igualmente también se derrumbó al darse cuenta de lo que estuvo a punto de hacer.

-          Perdóname, mamá

-          Ufff, mamá? Decía Elizabeth con voz ronca, sobándose la garganta. Mamá? Vaya  saludo de bienvenida, dijo jocosamente Elizabeth.

Carolina fue junto a  Nikky y quiso levantarla del suelo, pero Nikky negó, como queriendo decir, espera aun no, y entonces también se dejó caer en el suelo al lado de Nikky, sosteniéndole de la mano. Y contemplaba a Nikky que se hallaba recostada contra la pared con los ojos cerrados.

-          Nikky- dijo Elizabeth, tu mujer no me interesa, simplemente tenia rato que no veía  a una mujer reposar en una cama, que no fuera una celda.   Parecía irreal. Quise comprobar que no era pintura.

-          Ujum, así dijo el zorro, las uvas están verdes.

-          No en serio Nikky, yo no vine a perturbar la vida de ninguna, Carolina me trajo aquí, porque creyó que tú tenías  el derecho a saber la verdad, y aunque  le pidió a Victoria que te contara, ella se opuso.

Vanessa tenía en ese momento a Vicky apoyada contra sí, no se sabe si para apoyarla en su cuerpo, o para no dejarle acercarse a Elizabeth.

-          Y por qué siempre me miras con odio, cuando juego al baloncesto?

-          Mirarte con odio, no sabes lo que es odio niña, no es fácil vivir en una cárcel de alta seguridad durante tantos años.  Vic me empezó a enviar fotos tuyas, videos, y dije, por lo menos la chica, es buena gente. Y quise verte de cerca, por eso todos los días de práctica, iba a verte jugar.

En eso Sara, pregunto:

-          Ya almorzaron?

-          Todas en coro contestaron NO, no hemos desayunado.

-          Ok, llamare al chef, para que venga a preparar lo necesario.

-          Sara, también, para  la noche, quiero algo especial.

-          Carolina, el notario solo viene hasta el lunes

-          Lunes? Porqué, busca otro.

-          No,  yo creo que es conveniente para el lunes, mira a tu alrededor.

-          Tienes razón, creo que ya no necesito médico. Ya me siento mejor. Nikky coloco su mano en la frente.

-          Aun tienes fiebre.

-          NO te preocupes Nikky, que ya la Doctora está aquí.

-          Doctora?

-          Celosa amor? Esta más buena esa médica, de rechupete.

-          No juegues Caro, mira lo que acabo de hacer por celos.

-          Amor, mira que ya me cedió la fiebre, pero para que estés tranquila, te digo que te amo tanto, pero tanto que me has puesto anteojeras para mirar otra mujer.

-          Jajaaja, si como no.

-          Vamos para que te atienda la doctora. Y Nikky se levantó de un salto, y tomó a Caro de las dos manos y la levantó, luego se volvió a Elizabeth y la levanto igualmente, y sostuvo aun sus manos, y le dio un beso en la mejilla,  y Elizabeth se sentía cohibida ante el gesto.

-          Perdóname mamá y se volvió a Victoria, y le dijo vienes? Quiero que me cuentes todo lo que tengo que saber. Ya sé lo más doloroso, y es que soy producto de una violación, no creo que haya más nada de lo que me cuenten,  que me haga más daño que eso.

-          Yo no apostaría por ello-  dijo suavemente Victoria y tomó a Vanessa de la mano y se aferró a ella,- acompañémosla Vane,- y musito despacio-  por favor no sueltes mi mano.

Y se fueron con Nikky y Caro a su habitación  todas, para poder contar lo que pedía Nikky.

......... flashback en el frio inglés

­­­Elizabeth, en atónita retrospectiva, se dio cuenta en los ojos de su hija, que ella  llevaba mucho tiempo en la destrucción  de su vida, con unas bases de un odio sin fin.   Durante mucho tiempo se había limitado a acrecentarlo,  reviviendo días tras días los momentos impactantes, que solo generaban en ella la adrenalina del odio mismo,  que le drogaba, adueñándose de sus acciones y de su vida misma.

No podía negarse, que habían sufrido una experiencia violenta, inimaginable para muchos, pero en ello,  le habían amputado todo rasgo de amor.        Al inicio en la cárcel había durado noches enteras llena de pánico, noches que se volvieron oscuras e interminables, rezando por morir.

Rememoraron aun mas, donde aún no las alcanzaban sus aterradores recuerdos,  momentos que sin darse cuenta, casi les hacían sonreír.

Se remontó cuando era una adolescente, y el padre de Elizabeth, le había alejado de sus amigos, enviándola donde sus abuelos, que eran propietarios, criadores y conocedores de los bellos y elegantes caballos de paso fino,  que  a ella ya no le parecía novedad.   La primera vez que  vio a  Victoria, estaba en uno de esos caballos, y atrajo su atención y la dejó maravillada, de ver la suavidad, armonía y rapidez de movimientos que le imprimía a su caballo, dándole su propio brío y fogosidad.  Se hacía una sola con su caballo, se le veía indiferente al fragor de la montura.

En ese momento el corazón de Elizabeth, tomó el ritmo isocrónico del paso fino del caballo, y el ritmo de su propio corazón ( ta…ca….ta..ca) lo asumió como del caballo.

Se acercó y observó cada detalle de tan hermosa jinete.

Un chica de aproximadamente de su misma edad o quizás más, que llevaba un sombrero vueltiao, de pares 27, de hilos de fibra palma, (sombrero típico de las sabanas de la Costa Caribe, hoy símbolo de la cultura de Colombia) un jean, una camisa blanca de algodón recogida al frente en un nudo, calzaba unas cotizas negras.

Elizabeth solo pensó que en Victoria a pesar de su corta edad se dibujaba la frase “jinetes o chalanes en mujeres de pulso firme”

En Victoria como chalan,  aunado al propio andar artístico  y grácil del caballo de paso, se notaba el dominio de las riendas, dando a su montura un mayor colorido que suscitaba en los presentes una gran admiración de ver tan magistral dominio.

Admiración que no llegaba a un hombre  alto y fuerte de mediana edad, de pelo que comenzaba a encanecer que se movía con asombrosa agilidad y ligereza lo que le daba  fuerza y dureza, y desde el cerco del  ruedo de entrenamiento, como si fuese su entrenador, le gritaba a la  figura objeto de la atención de Elizabeth, ocasionando exclamaciones contenidas de los espectadores que se agitaban de un modo casi imperceptible, ante la forma de exigir a la chalan.

-          Que te endereces- gritaba, más para lucirse ante el público que contempla, que por corregir, lo que ya era perfecto.

-          Hola, quien es ella?- le pregunta Beth a unos de los peones que observaba la fintas de Victoria.

-          A la niña Vicky, la hija de Don Jerónimo German-Ribon, y candidata en el  reinado de la ganadería. ( reinado típico de la costa caribe, donde van de candidatas los hijos de los grandes ganaderos, no tanto para ganar el trono, como para exhibir su poder político y económico, es mi humilde criterio)

-          Me dejas en las mismas, piensa que ya soy cachaca  y que no conozco de aquí nada. “Es muy joven para ese reinado”- pensaba Elizabeth.

-          Ese que le dice con gritos que se enderece, y usted ya es cachaquita,  aunque sus padres son costeños, pero usted es puramente cachaquita. (los costeños denominan así a las personas del interior del país)  Hasta el hablaó tiene.

-          Yo no sé de esto, pero yo le veo un paso perfecto tanto al caballo como a ella, en mi criterio es una experta chalan.

-          Si es un paso perfecto, de ambos, pero su padre nunca esta satisfecho, por eso le grita.- dijo el obrero.

-          Pobre, y delante de toda esta gente.

-          Jajaja, no crea tanta belleza, ahorita veremos como la niña Vicky no se aguanta. Jijiji. Yo creo que todos estamos esperando es la reacción de ella.

-          Por qué?

-          Es que la niña Vicky tiene malas pulgas igual que él. Y se forma cada espectáculo con esa niña.

Efectivamente  nada más termino de decirlo cuando Victoria, al igual que el caballo levantó aun mas  la cabeza, el caballo resoplaba por la nariz, como antecediendo las acciones de Victoria, quien pegándole con sus talones en los flancos y una palmada en la grupa , con abrupta presteza,   lo echó a trotar y luego correr, y  sin necesidad de recibir indicaciones, el caballo de paso fino, lo convirtió en un alazán pura sangre, haciéndolo pasar  por encima de la barda justo donde su padre se encontraba, lo cual le obligó a tirarse al suelo.  Causando la risa de todos los presentes, cuando Victoria remató la acción haciendo que el caballo se alzara en manos.

Luego detuvo el caballo y  empezó a recitar  un verso anisosilábico  del mio cid:

-          ¿Qué es esto, decid mesnadas? ¿Qué hacéis aquí alrededor?

Y caminando sobre el caballo, recorre alrededor del cerco, hasta cuando se encuentra, con Elizabeth, que la observaba, sentada arriba del cerco,  con divertida sonrisa en el rostro.

En su deseo de enfadar a su padre y escandalizar,  le dirige una sonrisa radiante a Elizabeth, quien portaba una gorra y unos mechones dorados escapaban por debajo,  acercándose en su montura y sin temor a la condena; le acomodó  unos de los mechones tras la oreja.

Elizabeth al ser tocada por Victoria, respingo, sin contención,  y sonreía aun más por saber que también había captado su atención, y Victoria aun en su intención de escandalizar,  empieza a declamar una rima de Becquer  a Elizabeth,

Es un sueño la vida,

pero un sueño febril que dura un punto;

Cuando de él se despierta,

se ve que todo es vanidad y humo...

¡Ojalá fuera un sueño

muy largo y muy profundo,

un sueño que durara hasta la muerte!...

Yo soñaría con mi amor y el tuyo.

“Tal vez esté perdiendo la razón”, comenzó a pensar Victoria al notar el respingo en Elizabeth, y que le dieron unas ganas enorme de besarla frente a todos, que retiró la mano con rapidez como si Elizabeth quemará.

-          Ya Victoria Paz German-Ribon, regresa a ese ruedo, a ensayar. Le decía su padre de mal talante.

Y Victoria se sonreía y empieza a declamar a Shakespeare, mientras miraba a Elizabeth y hace que su caballo camine hacia atrás alejándose del ruedo, hacia el establo,  mientras ella seguía gritando otro poema:

Como un padre caduco, que sólo se deleita,

viendo a su activo hijo, usar su juventud,

así yo, derrotado, por la mala fortuna,

tomo todo mi alivio de tu honradez y mérito…………………

Elizabeth la contemplaba alejarse, recostada sobre el cerco del ruedo, con una gran  cantidad de imágenes impropias en su cabeza.. Cuando escucha al obrero.

-          Le recomiendo, niña que quite esa mirada y aptitud, porque así como mira usted a la niña Vicky, acá se le denomina marimachos, y no nos gusta mucho.

-          Jajaajaja, no me interesa que no te guste. Si soy les,  te espanta eso.?

-          No mi niña, pero debería medirse o va avergonzar a sus abuelos.

-          Jajajaa, seguro que si. Voy a presentarme a la chica. Y corrió hacia el establo donde se encontraba Vicky, que aun a lomo acariciaba su caballo en recompensa del buen ritmo.

-          Ahí, le van a dar las doce- dijo el peón. Pero no conocía de Elizabeth Valencia Santamaria, la implacable fuerza para ejercer su voluntad.


-          Hola- dijo Elizabeth

Se hizo un breve silencio mientras Elizabeth, se regodeaba y observaba con curiosidad a Vicky.  Aunque obtuvo las fuerzas, para acercarse, se le notaba tensa en la forma como contraía sus músculos.  Lo cual hizo que Vicky mantuviera la vista fija en ella.

-          Hola, te ayudo a bajar?

Vicky la miraba con desdén, pues no sintió ningún placer ante ese gesto de cortesía,  bajó de su caballo como lo experta que era, además ella no quería ni esperaba tales favores de una chica, así le acabara de dedicar un poema.  “ La cachaquita es bonita, posee una facciones finas, sus ojos verdes resaltan alegres y maliciosos en su rostro, se habrá comido el cuento que deliro de amor por ella? ”- pensaba Victoria.

-          Hola, soy Elizabeth

-          Se quien eres.    José, llévate a Turco, decía Vicky, mientras dejaba su caballo en manos del peón para que le cuidará.

-          Me conoces?

-          Conocerte? No, he escuchado a mi padre decir pobres señores Santamaria, le llegó su nieta , la les renegada

-          Jajajaj. Y tu que piensas?

-          Yo? Porque tendría que pensar algo, creo que ya el tema de pobre niña rica y les esta reevaluado, y si escogiste vivir así, pues que te sea útil.

-          Vivir cómo?

-          Ah yo no sé, ni me interesa.

-          Jajaja, porque me dedicaste el poema?

-          Jajaja, niña, por fastidiar a mi padre, estabas justamente al lado de a quien se lo iba a dedicar

-          El peón? Estas enamorada del peón?

-          No, como se te ocurre, simplemente quiero que se escandalice, y me deje en paz con su deseos de que participe en ….. mucha explicación, no te interesa.

-          Jajaja, eres grosera ojos verdes, así que fui escogida para que tu padre se escandalice.   La próxima que hagas tus fintas y quiere que se escandalice, hazlo mejor.

-          No te parecieron buenos mis poemas? Dijo sonriéndose, te aburrieron, jajaja.

-          NO, no soy tan ignorante, pero yo de ti,  haría algo más espectacular para ahuyentar a tu padre y a la audiencia que te rodea.

-          Algo como que? Mirándola aun con desdén, ya en la puerta del establo.

-          Algo como esto y la atrajó así si y le dio un beso en los labios.

Lo que de manera violenta e instantánea hizo reaccionar a Victoria, lanzándole una sonora  cachetada. Y parte de las gente que aun se encontraba afuera incluso su padre lanzaron un ¡!!ohhh!!!!   y el obrero que pareciere que había apostado en favor de sus palabras aplaudió tal cachetada.

Fue el momento en que Victoria percibió las caras de asombro de su padre y su comitiva, y no sabia que les había asombrado mas si el beso o la cachetada, por lo que enseguida con travesura en sus ojos, jaló ella ahora a Elizabeth y le dio un beso, para escandalizar a su audiencia.

Su intención era apenas rozarle los labios, pero en cuanto sus labios se tocaron, la sangre de ambas se agolpó a cegarlas en pasión y borró el entorno de todo el teatro que Victoria quiso exhibir, y en su mente no cabía mas nada que la calidez de los labios de ambas.

Victoria, su beso intensificó y Elizabeth respondió abriendo sus labios a la exploración de su lengua, y sus cuerpos de ser tibios,  se hicieron calientes, con una tonalidad de  excitación, que  aceleró la respiración de ambas.

Para las personas que observaban,  fue demasiado largo el tiempo en que se entregaron a ese beso, mas aun su padre, que gritó

-          Victoria Paz, deja de jugar con el diablo.

Tal grito, interrumpió su trance y  Victoria  contempló un momento los labios de Elizabeth, enrojecidos por sus besos, y se miraron a los ojos cuya excitación los había vuelto del color del jade y Victoria pasándose la lengua por su labio inferior.

-          Si, ya entendí, efectivamente es algo mas efectivo, jajaja mira la cara de mi padre, hmmm y mira la tuya.

Victoria sabía que le gustaban las chicas, pero nunca había llegado a ella una tentación como lo representaba Elizabeth  y por ello aun lo negaba y reafirmaba.

-          No te lo creas Elizabeth Valencia,  no me gustan las niñas, y los niños menos aun.

Victoria se sentía arder, agitada por un torbellino de emociones y sensaciones que aún no sabía cómo denominar.

-          Ok Victoria German-Ribon, a mi si me gustan las niñas, y tu más.

Asombrada y maravillada, Elizabeth se tocó los labios. Su corazón martilleaba, su piel estaba húmeda, sus manos temblaban..

-          Ese beso fue….ufff,- lanzo un profundo resoplido….. Mientras defines que te gusta,  si chicos o chicas,¿ podemos seguir besándonos?

-          Jajaja, eres divertida.   Y acercándose a su papá le dijo:

-          Padre, no creo que a tu hija le acepten en ese reinado, acabo de declararme gay, ahí no aceptan eso.

-          Eso? Decía Elizabeth, este eso, le gustas, Victoria.

-          Victoria Paz, aléjate de esa chica, que lo que traerá son problemas- dijo su padre  con temor. Dejar de jugar con el  diablo, ya te dije.

Con la  esperanza de que su orden hubiese sonado decisiva, Jeronimo German-Ribon, se retiro casi corriendo,  mientras  oía a sus espaldas las palabras de Victoria.

-          Hmmmm, encontré tu talón de Aquiles padre, jajajaaj.  Luego dirigiéndose a quienes aun observaban dijo.

-          Ya tienen la comidilla del día, fuera de mi hacienda, salgan a decir que la hija de Jeronimo German-Ribon, se hizo novia con la nieta de los Santamaria.     Y tomó a Elizabeth de la mano.

-          Te acabas de condenar Victoria, lo que es mio, es mio y no lo suelto.    Pero tampoco soy el diablo.

-          No te creas tal jueguito. Elizabeth Valencia.  Y podrías ser,  porque el diablo se viste de mujer y de mujer hermosa.      Pero ya sabré que oración elevar para conjurar. Hace cuanto eres les?

-          Desde siempre, no te vuelves les, eres o no. Y yo soy.  Jjajajaaj,      Tal vez yo soy la respuesta a tus oraciones, me gusta tu mano en la mía, creo que es su lugar justo.

Y Victoria bajo su vista a las manos aun trenzadas,   “Soy una tonta", se reprendió Victoria, molesta consigo misma. “Ya conseguí enfadar a mi padre y espantar la gente chismosa.  No tiene caso que quiera besarle nuevamente, pero desde que le vi, mi cabeza baila al ritmo del deseo y  la pasión tiene voluntad propia y sus ojos me desafían a quedarme”.  Elizabeth ni  por un momen­to le apartó la vista.

Con ojos ávidos, su mirada recorría  la fisonomía de Elizabeth. Había visto chicas hermosas, pero ninguna como Elizabeth, desde los revueltos rizos dorados, que contenía una mezcla indefinida de varias tonalidades de rubio, que enmarcaban  su rostro, cayendo suave y ondulado hasta la altura de sus hombros, que le hacia querer tocarlo, aunque deseaba tocarla toda a ella, sus atributos femeninos, era una tentación para el tacto.

El placer de mirarla era demasiado cautivador para abandonarlo.    Permaneció donde estaba, dejando que fuera Elizabeth la que se acercara a besarla, porque en Elizabeth, también se veía aun las ganas contenidas..

-          ¿Victoria Paz?

-            ¿Si?

-          ¿Quieres ser mi novia?

-¿Qué? –Victoria se quedó con la boca abierta durante unos instantes, incapaz de reaccionar ante aquel cambio brusco de tema, y Elizabeth se acercó más a ella, y tomando su rostro entre las manos, mirándola fijamente con ojos seductores musitó:

-Probémoslo, ¿de acuerdo? –dijo Beth y Victoria no podía  articular palabra, sintiendo cómo la voz de Elizabeth se metía por sus venas, y aceleraba los latidos de su corazón. Y entonces se besaron, con una presión suave y seductora que las dejó paralizadas.

Ambas deseaban besarse, ambas lo esperaban, aunque no estaban preparadas para la dulzura que les embargó mientras se besaban.  Un beso, que no tenía nada de agresivo o pasional. Era el beso suave y tímido del primer amor.

Victoria a su pesar, reconoció que la atracción de los momentos anteriores no había mermado en intensidad, solo se le había agregado un ingrediente con el cual no contaba, un amor nacido de la pasión.  Durante unos minutos, se observaron en silencio.

Fue así como se vieron por primera vez Elizabeth Valencia Santamaria y Victoria Paz German – Ribon, la una enamorándose a primera vista, la otra cercada por el destino por desafiar a la autoridad paterna, eso pensaba ella, pero resulta que los hilos del destino ya estaban tejidos, ambas habían nacido para encontrarse y amarse y era su destino que se conocieran ya que para ellas estaba a punto de operarse un profundo cambio en sus vidas.

___

Era plena primavera, en momento que Elizabeth, y Victoria se hicieron novias, brindándose el tiempo de conocerse, hicieron de su  reciente pasión estrenada, las más lindas sinfonías de cuerpos.   Aprendieron mutuamente  que sus manos, sus labios, sus pieles eran los instrumentos que formaban los momentos lindos,  vivos y sensuales, que trasformaban  sus cuerpos en fuegos encendidos.   Así surgió su primera vez, su segunda y  sus muchas veces, en que hicieron el amor.

Siempre  vivieron sin dudas, o temores despojándose ambas de temblores de inexperiencias, entre besos, caricias y  susurros, sus bocas se volvían miel y disfrutaban sin control de ese sabor dulce y sensual de hacer el amor.

Sus destinos se hicieron uno,   su amor cambio profundamente sus vidas, se desarraigaron de sus hogares para vivirlo, su amor era tan intenso como su forma de vivirlo,  no había lugar, espacio o tiempo donde ellas con pasión desenfrenada no se demostraran su amor.

Al  Igual que sus cuerpos, sus corazones se entrelazaron, sus sentimientos se reflejaron en sus rostros, como si siempre estuvieran al borde de la sonrisa.    Hicieron de sus mañanas un canto de primavera, el contemplarse  al  despertar, hacía de ellas  la bonita poesía de la belleza de la vida.

Y así  para ellas en el tiempo,  sus ojos se hicieron de calma intensa en el sentimiento profundo del amor que se tenían.

Llego el invierno y con él las lluvias que presagian las tormentas, llegaban en sus fuertes gotas lagrimosas  plagadas de   intencionada desgracia.    Nadie nunca imaginó que sus vidas se irían al  sótano de la tristeza, donde nadie duerme, donde reinan  los odios y las pesadillas, donde solo te aguarda la soledad y el resentimiento.

Fernando Ibarra Sotomayor, llegó siendo un joven y prominente empresario a la hacienda de Don Jerónimo German-Ribon, y quedó impresionado de manera inmediata de las bellezas que saltaba  del retrato de  Elizabeth y Victoria.

Su cuerpo se tensó como depredador en caza, y exhibió una sonrisa cínica, en busca de la confianza de Don Jerónimo, que como infante le recomendó cuidar de su hija,  cuando viajara a ese país, y confiado entregó direcciones y señas, de sus niñas.

Gradualmente él gano la confianza de las jóvenes,  porque llegó como amigo de su padre, y empezaron a salir en compañía, se encontraban “casualmente” en las discos.  El lentamente les hizo el círculo, para luego asociarse con “amigos que tuvieran la misma necesidad de satisfacer hombrías con violencia.  Amigos que  solo con  fuerza se sintieran  hombres.

El  solo quería poseer a Elizabeth, pero  como ellas estaban ligadas, ambas correrían la misma suerte.  Fernando Ibarra espero el momento oportuno en la oscuridad de la noche, un día en que las  chicas salían de una disco y  caminaron en busca de su automóvil y saltando sobre Elizabeth primero le dijo:

-          Huele esto  Beth -le dijo, colocándole un pañuelo con cloroformo  en la nariz.

Elizabeth, forcejeando por no aspirar lo que, el maldito  sostenía con fuerza endemoniada sobre su rostro, se desvanecía,  luchando contra la inconciencia,  porque no sabía la suerte de Victoria.    Las lágrimas saltaban ya de sus ojos, ella queriendo escapar, pero su cuerpo no obedeció y sobre los brazos de  Fernando se desplomó.

-          Vamos chicos apresúrense súbanlas a la camioneta. Ya  ambas estaban semiinconsciente y asi  fueron llevadas fuera de la ciudad. Empezaban a despertar cuando Fernando Ibarra le decía a Elizabeth

-          Quiero probarte, quiero ser tu primer macho, quiero que sientas dentro de ti, un verdadero hombre,-

Y  en él despertaron aun más sus  bajos instintitos cuando a fuerza desnudó a Elizabeth, y vio la blancura de su piel, la hermosura de la lozanía, la belleza de sus senos, y contuvo el aliento al descubrir que ella lo miraba aterrada, y fue entonces cuando Fernando  saltó sobre  Elizabeth,  puso una mano sobre su boca para evitar que gritase y con fuerza la violentó,  el terror se apoderó de los ojos de Beth,  porque Fernando, había hecho de ella, una desgraciada víctima, donde él había saciado sus bajos instintos libidinosos

Estaban allí con un silencio espeluznante, con el terror en los ojos de Victoria,  que también había sido víctima de los otros dos, y la furia fría en Elizabeth, se apoderaba de su cuerpo cuando escuchaba lo que decían, en momento justo que violaban a Victoria :

-          No seas marica, vuelve y métesela, ¿donde vas encontrar mujeres tan ¿hermosas y gratis.

-          La muy perra me mordió- mira me saco sangre, sostenla un poco mientras yo la cojo otra vez.  Fernando Ibarra, quien ya había abusado de Elizabeth, se auto estimulaba, ante la escena, en espera, para también abusar de Victoria.

-          Con esta si podemos hacer fiesta, aquella me gusta, es suave, así que nadie más la toca, que no sea yo- dijo Fernando.

Algo se transformó en Elizabeth, cuando escucho el sonido impactante de una cachetada sobre el rostro de Victoria, los gritos de Victoria  que la ensordecían, y más aún impactante ver como los tres pretendían hacer del cuerpo de Victoria, los vejámenes colectivos.

Aun así, Victoria vio que Elizabeth, tenía la oportunidad de escapar y lanzo un grito:

-          Corre, por favor corre,

Elizabeth, ante la orden de Victoria obedeció de manera instintiva, porque los agresores se hallaban sobre  Victoria, prendidos como gavilanes en su presa, que no captaban lo que sucedía a su alrededor, y Elizabeth corrió tratando de cubrir pudo­rosamente su desnudez con sus manos.

Si corrió, cuánto? No lo sabe, pero se detuvo, y regreso portando en sus manos una piedra de tamaño considerable, que sin la adrenalina del susto quizás no habría podido elevar, y con ella regreso y la descargó justo en la cabeza de uno de los chicos que violentaba a Victoria, cayendo con la cabeza abierta sobre Victoria.  Fernando Ibarra, al ver  la  sangre huyó despavorido con el otro tipo.

Fue la noche más terrible de su existencia.

Luego ambas no podían mirarse a los ojos, la vergüenza, no les permitía siquiera darse el consuelo de la situación vivida, ambas pensaban que se habían fallado al no poder cuidarse, de los hombres depredadores, que lo hacen solo por el simple gusto, porque no tienen justificación alguna.

Victoria se sentía triste y menoscabada, Elizabeth se sentía indefensa y con  terror,  mentalmente se acusaban “que hice? , coquetee con alguno y no lo percibí?, que ropa me vestí, alguno sonreí? que hice que me vieron como presa, que hice por dios?

….

Elizabeth estaba hecha un ovillo en el sillón de la sala de espera de medicina legal, que no sabía dónde se encontraba, solo seguía aferrada a la mano de victoria, que se dejaba apretar la mano, sin quejarse, porque ya no era aferrarse, ya Elizabeth se estaba excediendo al asirse de ella, a medida que apretaba la mano, con más fuerza cerraba sus ojos, sencillamente era un gesto de negación.

Aunque ambas tuvieron que ser atendidas clínicamente, Victoria tuvo que  permanecer en la clínica, mucho más tiempo,  estuvo bajo el cuidado de su padre, con reclamos  y culpas  de Elizabeth y de parte de él, porque reconoció en uno de los agresores a Fernando Ibarra.

Cuando Victoria y Elizabeth, se volvieron a ver a los ojos, se miraron detenidamente, pero ya no se reconocieron, algo se había roto, algo que no se podía reconstruir.

A partir de ahí Elizabeth, optó por cargar consigo un arma, que le generaba algo de seguridad.     Lo vivido ocasionó  que llevara su vida a extremos de vida social, en compañía de vino, whisky y ron,   mujeres diferentes cada día, y una Victoria preocupada todos los días, con las mismas preguntas: ¿donde estabas, con quien estabas, porque llegas tarde?. Preguntas que luego de repetirse tantas veces, hasta  a la misma Victoria le parecían sin sentido.

Así pasaron los días y sus noches que se volvían pesadilla,  Elizabeth  a veces solo  se quedaba mirando dormir a Victoria, sin poder consolarse mutuamente,  sin abrazos, sin palabras, solo vivían juntas, sin ser compañía.    Hasta que un día Elizabeth despertó con las molestias, que indicaban que de aquella noche llevaba un fruto,

-          No es justo,  Santo Dios, no es justo., gritaba en el baño, y Victoria solo la miraba vomitar.

-          Tomaste mucho?

-          No, anoche no,

-          Entonces algo comiste, que te hizo daño.

-          No seas estúpida…. Que comí¨? Violación comí eso, y lloraba desconsoladamente, estoy preñada de ese maldito.

-          Cielos-  Victoria, al inicio quedo impactada, ante la noticia, pero luego se alegro, Lo afrontaremos juntas Beth.

-          Me acompañaras a hacerme un aborto?

-          NO!!!, como se te ocurre, es un ser indefenso, como pretendes que atente contra tu hijo.

-          Victoria, definitivamente tu si cambiaste, hasta tonta te volviste, es hijo del maldito. No quiero este engendro. No quiero, no lo quiero y  tú no puedes opinar, yo soy la única que tiene autoridad  sobre mi cuerpo.

-          Beth, espera tómalo con calma, ven aquí, permíteme tocarte.  Y la toma en sus brazos, con miedo que saliera huyendo, la calmaba, como calmaba sus potros cerreros, con palabras dulces y suaves toques en su piel. Tu sola no viviste eso.

-          Lo sé Victoria, lo sé, ¿tu crees que puedo olvidar tus gritos, tus ojos?, no seas estúpida, se lo que viví, Por eso me tienes que ayudar por favor, acompáñame a hacerme un aborto, no me atrevo a ir sola.

-          No Beth, yo quiero que ese hijo que llevas dentro de ti,  sea la alegría de los días y el motivo por el que nuestros pies caminen.  Beth, yo te amo. Tu aún me amas?

-          Que tiene que ver mis sentimientos, con lo que llevo dentro?

-          Si me amas algo, así sea un poquito, no dañes la criatura.  La tenemos juntas si? Mírala como un renacer de ambas.

-          Renacer de ambas, jajajaja,  ¿ sabes cómo me siento?, como si estuviera en arena movediza,  quieres morir pero a su vez no lo deseas, y caminas entre ambos pensamientos, buscando cual va ser el final de todo.  Sabes cuantas veces en mi cerebro he encontrado la respuesta y sin embargo como cobarde que huye vuelvo a caer en las garras del dolor.     Sabes cuantas veces grito al cielo, por favor Dios regresa el tiempo, que solo sea una pesadilla, pero si es una pesadilla, pero de la que no despierto, cada vez que te veo Victoria, me veo huyendo.  Tengo tanto miedo, tanto, y lloraba desconsoladamente- y ahora esto.     Por favor ayúdame, por favor no me pidas tenerlo, y se mordía el labio hasta hacerse sangre.

-          Por favor Beth, ya lo amo, no me lo quites.  Te aseguro que no te molestara, yo los cuidare a ti y al bebe.  Es el resurgir de la vida,  por favor, permítemelo cargar, Por algo Dios no los dio, porque va ser nuestra felicidad.

-          Por favor victoria, esto no es producto de Dios,

-          Ya no quiero escucharte. No sé cómo harás pero yo también tengo derecho sobre ese bebe, eres mi esposa Beth, yo también puedo decidir. Decía Vicky con impaciencia.

-          Decidir una mierda Victoria, es mi cuerpo.  Es fácil para ti decirlo, tú no lo llevas en tus entrañas.

-          Así es Beth, y según dijeron, nunca llevare uno en mí.  Ya no puedo tener hijos.

Beth, aún se mordía los labios, y se quedó callada mirando a Victoria, que se le humedecían los ojos.

-          Victoria, porque nunca has llorado? Como puedes estar tan serena ante todo lo que ha pasado. Porque? ¿ cómo haces para estar asi?.  No me has permitido siquiera consolarte, como te comportas, parece que hubieses salido de la clínica, porque te sacaron las amígdalas, muda, y tan serena.   Llora fuerte, saca tu furia y tu tristeza, que ya toda esta situación está corroyendo nuestras almas.   Solo en la noche cuando gritas, sé que fue cierto, lo que en mi mente no me deja dormir.    Si ya sepultaste todo, porque quieres tener un recuerdo de ello en mí y ahora en esto que crece en mí?   Piénsalo Victoria, este bebe y yo misma,  te recordara eternamente, lo que quieres enterrar.

-          Ok Beth, dicen que entre tinieblas también hay luz, ese bebe es la mía, y está en ti que pueda salir de la furia que me tiene impávida.  Quiero cuidarlo, cómprale cosas, oír su llanto, quiero vivir, por Dios no lo comprendes, ya tu no quieres  acercarte a mí, entonces déjame tener ese bebe.  Siempre te he amado Beth, y lo sabes, te amare, no importa que sucede con  nosotras. Siempre estaré para ti, haría cualquier cosa por ti -dijo con voz lenta y cautelosa-. Excepto eso. Te quiero tanto que no podría lastimar nada que fuera tuyo, y este bebé es una parte de ti.

-          Vicky…..

-          Yo lo cuidaré.     Ven Elizabeth, quiero hacerte el amor, cierra los ojos, por favor  no los abras, déjate guiar por mi voz, Elizabeth esta noche será el primer día de nuestro hijo, lo concebiremos con amor, y Elizabeth se sonreía, piensa  que seré la primera mujer que dejara preñada a su esposa,

-          Ya vas asegurada Vicky ya se gestó jijiji,

-          Bueno piensa mientras le daba besos tiernos sobre su rostros sus senos su vientre, piensa que es mi hijo,¿ atentarías contra él?

-          No todo lo tuyo lo amo, hasta tus caballos, los amos porque son tuyos,

-          Bueno Elizabeth ese hijo que portas en tus entrañas es mío, mío.

-          Este hijo es tuyo, cuando nazca será enteramente tuyo, más si es niño, Vicky creo que odio a todos los hombres.  Quiero sentirme bien, pero no puedo, nunca puedo cerrar mis ojos, nunca puedo dormir.

Fue la primera vez que volvieron hacer el amor,  y lo hicieron con una devoción asombrosa, tan suavemente que no indicara posesividad alguna, se tocaron como si fueran piezas de porcelanas.  Volvieron a sentirse amadas, humanas, aunque solo fuera durante el tiempo en que se hicieron el amor.

Luego de aproximadamente cuatro meses después,  Elizabeth, volvió a salir ahogar sus penas, en alcohol, dejando a Victoria con la beba, cuando se tropezó otra vez con Fernando Ibarra, él había  entrado en la disco en la cual Elizabeth bailaba como poseída, y nada más fue ver la alta estatura cruzar el umbral de la sala de disco, con su cabellera de fuego encendido, que Elizabeth, quedo detenida, en medio del baile, y primero se escondió entre la gente, sin dejarse ver, siguiendo los pasos de Fernando Ibarra.

Instintivamente se tocó el tobillo donde acostumbraba ahora cargar su arma, sin embargo sintió la adrenalina de la cacería.

-          Maldito, hoy me la pagaras.  Pagaras  haberme arrancado mis sueños, que no pueda mirarme a un espejo por vergüenza, que no pueda mirar a Victoria porque no supe defenderla, me pagaras hasta lo que no me has hecho.

-          Tu que reniegas ahí, y no bailas? Tu estas rara Beth, desde que peleaste con Victoria.

-          Yo no he peleado.

-          NO? Y porque no está contigo, si ustedes eran uña y mugre.

-          Está atendiendo a su hija.

-          Ok, tu sabrás que es lo que haces.

-          Si, ahorita vengo, voy a saludar un amigo.

Fue justo en ese momento que Elizabeth, empezó como loca a disparar contra Fernando Ibarra, quien la vio en el espejo del bar, reflejada apuntándole, y pudo esconderse solo con rasguños de bala que dejo sangre por doquier.   Esa fue la situación que aprovechó Fernando Ibarra, para que su familia pudiera ocultar lo que hizo, acusar a Elizabeth y enviarle a pisar una cárcel.

Dicen los juristas que no se sabe cómo  solo quedo en los registros investigativos, el testimonio de ellas, que relataban los hechos, pero no había a quien culpar.  Solo Elizabeth quedo en la maraña de engaños, cargando con culpas falsas.

El presente.

Nikky, lloraba inconsolablemente, suave pero con lágrimas  copiosas,  vio a Caro que  tenía una expresión consternada de ver la infelicidad en el rostro de Nikky,.

-          Que triste, ¿verdad Caro?, nacer una así.

-          Nena, la vida todo lo compensa, yo te daré toda esa felicidad que tú tienes derecho a disfrutar.

-          Es triste, Caro, pero yo de niña no fui infeliz, tuve una familia hermosa.

-          Gracias a Dios.

-          Volviéndose hacia Victoria y Elizabeth, que tengo que hacer para compensarlas, por todo lo que pasaron, no, no, mal expresado, quiero ser parte de sus vidas, y poder…

-          Nikky ,  amor shhhhhhhh, ve y abrázalas.

Nikky se levantó y primero fue donde Victoria, quien aún se hallaba aferrada de la mano de Vanessa,  Nikky la escogió primero a ella no se sabe si por ser que era a quien conocía de antes,  o porque le parecía que era quien más había sufrido, o porque no se necesita parir para ser madre, y Victoria la amo y crio  hasta que su  padre, intervino, demostrando que era su padre y que Victoria no era nada de ella.  Por más que dijo, nadie le creyó e hizo que la deportaran al su país, perdiendo todo contacto con Nikky.

-          Vicky,?- puedo ser tu hija?

-          Nikky, tu eres mi hija, siempre te he amado,

-          Si?, ven ayúdame con Elizabeth, para mí no es fácil, acercarme donde ella.

-          Ella no es mala Nikky, es alguien que no supo superar el dolor, y su brillo se opacó, pero quizás tú puedas ayudarle a recuperar algo de su luz.

-          No es fácil, pero ambas se acercaron a Elizabeth, que las miraba y fue ella la que llego hasta donde ellas.

-          Saben que ustedes tienen un gran parecido, de casualidad son madre e hija?  Y Elizabeth, solo les permitió que le tomaran de la mano.

-          Ese tatto Elizabeth, es impresionante, dijo Nikky. Que significa? Preguntó para llenar el espacio del silencio incomodo que se sentía.

-          NO es relevante, tal vez las dos lágrimas.

-          Lagrimas?- dijo Victoria.

-          Si,  esas lágrimas representan dos personas importantes en mi vida,  que perdí en mi condena  y que no se pueden recuperar, porque la vida me también me condeno a estar sin ellas. Y si no puedo derramarlas en la realidad, por lo menos que queden en mi piel por siempre.   Pero ya suficiente drama,  vamos a comer algo. Que desfallezco, eliminando el alcohol.

Asi todas se fueron a almorzar y luego después de ello, se reunieron,  en un salón íntimo, y el ambiente se  fue “normalizando”, entre bromas, y miradas.

-          Caro no tomes vino, que te recetaron antibióticos.

-          Ni un poquito? Para celebrar amor.

-          Hay, se me olvidaba decirles, Caro y yo nos vamos a casar.

-          Que?!!!, dijo Vanessa.  Cuando?

-          Era hoy, pero ahora será el lunes.

Victoria, miro a Vanessa, porque  estaba impresionada con la noticia, porque la sabía enamorada de su hija.

-           Puedo darte un beso de despedida? Pregunto Vanessa, ahí delante de todas.

-          Despedida?

-          Si de soltera

-          Un pico tierno, ok mirando a Caro, para ver si le permitía el beso a Vanessa.

Vanessa se levantó, tomo a Nikky,  la acerco hacia si, le puso la mano en la nuca, para que Nikky no retrocediera y se posesionó de los labios, con pasión inusitada, que Nikky ante la falta de aliento abrió su boca, tratando de tomar aire y Vanessa se apropió de la cavidad con su lengua, justo en ese momento  Caro  grita.

-          Vanessa!!!!!! Maldición contigo ; A veces creo que tú la besas más que yo. Te he dicho que no toques a mi mujer.

-          Tú siempre objetas Carolina Ferrer, dijo sonriendo- simplemente estaba felicitando a la novia.

Carolina llego justamente donde se encontraban  y tomo a Nikky y la acerco y la coloco detrás de ella, como preservándola;   Nikky se sonríe,  pensando que ya esto lo había vivido, y que Vanessa se gozaba en fastidiar a Caro.

Nikky detrás de Caro, le dice suavemente al oído,

-          Caro, esta vez me dio beso francés.

-          Que carajo, ¿te gusto? Se volteo mirando a Nikky,

-          Hmmmm, déjame meditarlo, a lo que Caro enarco su ceja en desconcierto de verle la sonrisa a Nikky,

-          Carajo te burlas de mi,

-          Jajajaja, Caro me fascina verte, pero tu besas mucho mejor, disculpa Vane, pero yo creo que tengo a la experta, mejor dicho ella en besos es un 11, y tu Vane, estarás llegando a un……… jajajajaja si te vieras la cara Vanessa Fernández, tu besos que Victoria los califique. Y Vanessa se volvió hacia Victoria, quien sonreía,

-          Piel Canela; mi escala no es como la de Nikky, y tú sabes cómo califico yo tus besos.

-          Nikky, si ella, no llega hacerte feliz, no importa con quien este yo, recurre a mi, yo te librare de ella.

-          Vanessa ya suficiente compórtate. Porque me haces esto – decía Caro, que se sentía hervir de la rabia.

-          Porque siempre me preocupare por ella.

-          La amas?

-          Sabes que si.

-          Y  donde queda Victoria,  en todo esto?

-          Victoria? más bien pregúntale donde quedo yo ahora que Elizabeth está aquí y con todo ese drama, que estas tu pendiente de ella y ahora Victoria.

-          Vanessa estas  celosa de mi mamá? Pregunta Nikky

-          Celosa un comino, pero ahora tú te casas, tus mamis se juntan y yo quedo en la puerta.   Nikky, enseguida borró  la sonrisa del rostro al ver a Vanessa, que en verdad se sentía desplazada. Y miro a Victoria y Elizabeth, no Vanne, tú vas a ser feliz, así como yo lo soy con Caro. Verdad Vicky?.  Ahí,  en ese momento, Nikky decidió más por Vanessa, que por la propia Elizabeth, o quizás decidió que Vicky se podía brindar una oportunidad y que su amiga Vanessa era la apropiada para ello.

-          Mi piel canela, quieres ser parte de mi vida? O quieres que te deje pasar? – pregunto Vicky.

-          Más bien es;  Vicky? Quieres que yo sea parte de tu vida?

-          Oh mi chica xena, a veces hay que hacer grandes cambios, para poder vivir, yo si deseo que hagas parte de mi vida. Ya queda por tu cuenta decidir.

-          Nosotras también seremos felices Vicky, asi como lo es Nikky y  Caro.

-           Si Vanessa, asi será……  tranquila Nikky, que Vanessa, será como la apertura de esperanza, ella lo sabe, ya lo hemos conversado.  Solo le damos tiempo al tiempo. Tu no te preocupes, que yo te cuido bien a tu amiga.

-          Jajaja, eso no lo dudo.

Aparte Sara y  Elizabeth contemplaban tan singular cuarteto, y decía Sara:

-          Con el amor no se razona

-          Si, afirmo Elizabeth, No dejes que te queme

-          Por qué se construye muros así como tu?

-          Hmmm

-          Creo q estas contemplando la puerta a tu futuro, ven con tu familia, o quédate sola gozando de la hiel del odio: Mira lo que te espera, miralas.  Tu hija amada de manera enorme por una gran mujer como Carolina Ferrer.   Tu amaste así,  una vez a Victoria, permítele que continúe su caminar y que pueda volver a sentirse amada, sin sentirse culpable,  y tú sabes que solo lo hará,  si te ve a ti tranquila, sin estar presa, sin odios en tu mirada.    Que es lo que tanto resientes? Si ya las hijas de Fernando Ibarra, han hecho que su padre se entregue a la justicia.      Sabemos que lo vivido es indescriptible, pero no puedes quedarte en ese momento reviviéndolo  todos los días, gozándote en el dolor.

-          Gozándome?

-          Si, miralas a ellas son raíces, para seguir creciendo, no muros, para verte aun presa. Solo son la fortaleza para seguir creciendo.

-          Jajaja, que eres doctora corazón?

-          No, jajajaa, si tengo un gran corazón, pero parece que nadie lo ve.

-          Eres les?

-          Jajaja No.

-          Hmmm, va ser lento, pero se puede.

-          De que hablas?

-          Llegar a tu corazón.

-          Jajajaja, prueba a ser normal otra vez.

-          se puede?

-          no tengo ni la menor idea.

-          Pero da tu mayor y mejor esfuerzo, que todas ellas te sostendrán.

______

El verdadero final.

Caro siempre se las arreglaba para hacerla reír. Cuando llegaba a casa, cansada y eno­jada después del trabajo, Caro sonreía y se mostraba comprensiva  y escuchaba sus lamen­tos. Rara vez discutían.

-          El solo hecho de que firmaras, esa cesión de bienes a mi nombre, todos cambiaron la manera de mirarme.  Me fastidia toda esa corte de lambiscones.

-          Jajajaaj, Es que me gusta que tú me mantengas.   Además me gusta verte en vestido sastre, y tener que quitártelo.   Aunque a veces prefiero que me hagas un striptease.

Caro se sonreía sensualmente mientras miraba a Nikky desnudarse delan­te de ella, desabrochán­dose lentamente la camisa blanca de algodón dejando que la camisa le resbalara por los hombros, la cogió al vuelo con la mano derecha y la hizo girar por encima de la cabeza.    Caro sonreía de felicidad ante semejante espectáculo de amor.   Apagó la luz?  Dijo Nikky.

-          No! ¡qué dices! Y perder el brillo de tus ojos, y resplandor de tu cuerpo? Caro se deleitaba, recorriendo con sus ojos el cuerpo de Nikky,  El corazón le dio un brinco cuando ella le lanzó el bra justo a sus ojos- que ella desechó rápidamente como para no perder una fracción.

Justo en ese momento, se escuchó el llanto de un infante.  Enseguida Nikky suspendió el recorrido de su striptease, y caro se irguió de donde se hallaba sensualmente recostada, y dijo-

-          La nena esta llorando,

-          Caro deja que la atienda la niñera

-          No!!!, me gusta atender a mis niñas espérame y las traigo.

-          Te vas a perder de este striptease?

-          hmmm, —qué le voy a hacer. soy nueva en este papel de madre,  creo que debo preocuparme

-          Caro las gemelas van a cumplir dos años, no eres nueva como madre, las estas malcriando. ¿vas a traer ambas? solo llora una. Nikky se rie de verle el gesto  jajajaj, vamos a traerlas, que duerman con nosotras, pero no todas las noches puedes hacer eso caro, dicen que eso las malcria.

-          Y podemos darnos el lujo de malcriarlas, daré mi vida para que ustedes tengan todo lo que necesiten y lo q no también.

-          Amor pero acabas de renunciar a trabajar, te tengo que mantener yo.

-          Bueno si lo que te he dado no alcanza para que ellas puedan ser abuelas, te tocara que salgas arar las tierras y mantengas tus mujeres.   Porque  yo no apartare los ojos de ustedes, ni dejare que otra cosa me distraiga.

-          Jajajajaaj, te amo,

-          Ves que la niñera ni se mueve.  Deja llorar a mi hija-. Caro, se levanto de un salto, se coloco la bata encima de su cuerpo, - yo traigo ambas-  trajo luego consigo una beba pelirroja, como de dos años, que hacia pucheros y luego llegó con una beba rubia que dormía plácidamente   y las acostó al centro de su cama, para contemplarlas y se miraba mutuamente. Caro adoptaba una actitud protectora junto a ellas.

Nikky se sonreía de ver la forma como Caro miraba a las bebas, como cuando las cargó por primera vez, con un amor especial que salía por sus ojos, aun  cuando siempre lo quisiera   controlar, se desbordaba de ella, y en su mirada se leía.   Caro aun  no daba crédito que pudiera tenerlas para ella.

-          Son iguales a ti, amor  eres tu en miniatura, esta beba pelirroja que ahora duerme, me mira con travesura y me gana, esta otra beba me mira mas allá como mirándome el alma y querer entrar a mis pensamientos.

-          No las signes amor, no las signes, están muy bebas.

-          amor ellas serán les, porque no hay nada mas perfecto para el alma,  que el cuerpo y el alma de una mujer, así que lo incentivare en ellas no solo con nuestro amor, sino que les hablare que solo las mujeres pueden complementarte.

-          Estas loca Caro,  déjalas dormir.

-          Son perfectas verdad? las amo tanto que a veces quisiera apretarlas tanto tanto para protegerlas. Y a veces me provoca  hasta  morderlas. Será normal?

-          Y a mí me amas?

-          Y volviéndose hacia a ella, mirándola con el alma en sus ojos azules, saliendo de ellos ese amor reposado, que se sabe propietario y seguro de ese otro amor, mostrando en sus ojos, ese   amor que no guarda secretos, se sonríe, le da un beso tierno, suave, cálido, seguido de muchos besitos más,  que en ellos iba el alma, su corazón y su vida y suavemente le dice te gusta oírme decir que te amo. Te amo Nikky  con toda mi alma, eres mi complemento,  eres la alegría de mi vida,  eres quien me abrió las puertas a la vida,  son ustedes mi vida.      Te amo por darme el fruto de tu vientre, te amo porque siempre puedo decirle al mundo  con propiedad que conozco lo que es felicidad, te amo porque enciendes mi pasión, te amo porque eres mi joya preciosa que enciende en mí como pedernal para echar chispas y encender juntas un fuego.

-          Si Carolina Ferrer, me gusta oírte decir que nos ama, y ahora exijo que nos los digas a las tres,  pero me gusta también gritarlo, Carolina Ferrer te amo que seas nuestro corazón de pedernal, y ante el grito de Nikky las bebas despertaron llorando. Jajaja Y ahora como vas a hacer para complacer tres mujeres exigentes?

-          Ya me daré mis mañas, pero creo que llorar no es malo, para las bebas,  les aumenta la capacidad pulmonar, ven dame un beso, y tomó a Nikky por los hombros, y la acerco para besarle, de manera apasionada.

Fin.

Gracias, a todas y todos los que me siguieron en este relato, aprendí mucho, aunque aun  me falta por aprender.      A veces uno inicia caminos que no saben dónde te llevaran, me paso con el relato, quise que fuera algo sencillo y rápido, y resulto que termine en un drama o tragicomedia, aun no sé cómo clasificarlo,  pero lo importante es que me divertí en hacerlo.  Quise brindarles a todas y todos,  algo que les hiciera reir, soñar, sufrir. No se si vuelva a intentarlo, de pronto,  reposo por siempre en  las mieles de la lectura, ideas no me faltan, pero es estresante, no poder subir a tiempo.  Gracias por acompañarme este tiempo, y gracias por su tiempo al  leer mis relatos.  Gracias.  Les quiero...Buena mar para todos.