Coplilla a mi polla
Coplilla graciosa de todas los nombres con que han llamado a mi polla.
Amigos y extraños, permítanme hablarles
sin vergüenza y con juerga
de todos eso nombres
con que citaron mi verga.
Siempre recuerdo arrascarlo,
cuando era bien chiquito,
y mi madre sulfuraba:
¡Nene!, déjate el pito
Y es que mi madre se encargaba
cual eficiente alguacila.
De no dejarme ni un segundo
que me frotase la pilila
Plátano o banana, la llamaba un vecino
que el cabrón se la pelaba
como acto mezquino.
Ante esta oda me evoca,
esa señorita bocabajo,
a la que sin entender muy bien
¿por qué? Yo le restregué el carajo
Verga, pito, pilila,
plátano, banana, carajo.
Sigan atendiendo, que
les sigo nombrando mi bajo.
Manubrio o instrumento, lo
apodaba un señor afeminado
al que le habría encantado,
sentirlo clavado.
¡Menudo mariquita de esos de amapola!
que con casi todo se asustaba,
menos cuando me observaba la pistola.
Dejando a un lado al personaje,
si, este puto celestino
al menos me presentó una rubia
que me comió el pepino.
Sin duda no olvidará aquella señorita,
nardo tan fuerte y poderoso,
ya que casi se me atraganta
por moverlo tan brioso.
Ahora que lo recuerdo siento pena,
y es que sin duda ese mástil,
era mucho para aquella nena.
Manubrio, mástil, pistola,
instrumento, nardo, pepino.
Aquí les dejó seis nombres
que desconocía mi vecino.
Pene o minga, son
dos formas ostentosas
a las que nunca recurriría,
si no es por buscar esposas.
Una cosa pediría,
ya que es un varapalo.
No se rían de mi historia
que todavía no clavé mi falo.
Eso es cierto señores,
y no es que no me agote.
Pero no encontré incauta
a la que meterle mi cipote.
Lo intenté de mil maneras,
y desde aquí me encomiendo,
a alguna interesada
para que conozca m miembro.
Pene, minga, miembro, falo, cipote.
Son nombres muy recurridos
para que nombren su palote.
Poco más quiero contarles.
Que para el final he dejado,
mis motes favoritos
si quieren citar mi rabo.
Señoritas y señoras, dejen un comentario.
¡Tranquilas! No les haré un hijo
mi única intención
es presentarle mi pijo.
Señores y despistados,
no me busquen paranoia.
Que nunca he querido,
que conociesen mi polla.