Copa-cena-sexo

Varias amigas cenan, pronto el alcohol hace su efecto...

Marta relleno de nuevo su copa, ella sonreía. La noche se presentaba divertida, había salido con tres amigas. Hacia un par de años que no salían las 4 juntas.

Todas estaban muy guapas, ya sabes esa obsesión de las chicas de presumir mas ante sus amigas que otros chicos, pero Marta estaba realmente espectacular, sus duros pezones abultaban la tela de raso roja, recordaban la fría caminata que habían recorrido hasta el restaurante, se chivaban de la ausencia de sujetador y la perfección de sus pechos. Ella recordó como en alguna ocasión dudo de su sexualidad cuando compartían duchas en el instituto.

Las copas, las risas, mil bromas, comenzaron a desinhibirse. En la espera del segundo plato, surgió la pregunta:

¿ cual ha sido la situación mas excitante que habéis vivido?

Sonia como siempre se desmarco, pasaba de esos temas, todas sabían que a sus 30 era todavía virgen, y también jugaban a calentarla. Ella quería reservarse para Juan, pero a les encantaba, ver como con sus historias, humedecía las bragas que llevaba bajo aquel amplio vestido, seguro que mas de una noche después de aquellas quedadas le costaba dormir.

Marta la mas lanzada comenzó su historia:

Hablo de sus tiempos como universitaria, ella estudio en EE.UU., quiso unirse a las DELTA G, la asociación mas popular. Para incorporarse solo le hacia falta pasar una prueba, ella acepto sin miedo. Al llegar la noche estaban la 10 consejeras, todas vestidas con túnicas negras, sentadas en las sillas y formando una U, entonces una se levanto y con voz solemne le explico:

-debes bailar delante de nosotras, al ritmo de la música y despojarte de toda la vestimenta que te aleja de nosotras.

Una de las chicas le acerco una pequeña bandeja con un par de rayas, ella nunca lo había probado, pero no era el momento de negarse.

La música era de "9 Semanas y media", de algo valió la coca, se sentía totalmente desinhibida. Se comenzó a desnudar...

La idea da imaginar como Marta, dejaba caer aquel vestido rojo, ver la tela resbalar sobre la piel, dejando al aire sus voluptuosos pechos, aquellos duros pezones. Seguir viendo como el raso dejaba desnudo su sexo, cubierto por una mínima tanga también roja, sus muslos, y como sus pies empujaban la ropa...

Marta seguía su narración, una vez desnuda, ellas se acercaron, en corro, se desnudaron, y la obligaron a lamer sus pechos uno a uno, todas aquellas chicas desnudas, con aquellos cuerpos cuidados, depiladas y con sus jóvenes senos desafiando la gravedad. Ella se esmero, lamió con cuidado, se centro en sus pezones, mordisqueo, succiono,... Incluso alguna llego a gemir. Al terminar la tumbaron sobre la mesa, y la ataron. Entonces de nuevo le hablaron, ahora viene lo difícil, tendrás que soportar nuestras caricias durante 20 minutos sin correrte...

Era un restaurante, pero sentirse atada, y acariciada por 10 chicas desnudas, era la historia de Marta, pero ella podía sentir sus pezones rozando su cuerpo, aquellas lenguas lamiéndola, la humedad de sus besos, y unos diestros dedos jugando en su interior. Todas miraban a la narradora, pero ella notaba aquel entrar y salir, en su empapado coño.

Marta termino, por supuesto tuvo un descomunal orgasmo, seguido de varios mas que la dejaron muerta. Al despertar, desnuda en en salón, ya sin ataduras y con una delta dibujada en su pubis. Ella solo de escuchar aquellos hechos, casi llega.

Todas se rieron cuando Carmen comento el enorme tamaño de los pezones de Marta, era evidente lo mucho que le había excitado recordarlo.

Marta, colorada le paso el testigo a Carmen, y relleno de nuevo las copas:

Ella nos traslado a su gim, nos hizo jurar que no saldría de allí, nos aviso que esto le paso hace tres meses y su marido no sabia nada.

Fue el primer día de gim, hacia tiempo que no hacia nada y había cogido algún kilo de mas. El entrenador le aconsejo empezar por algo suave, un poco de carrera continua y probar el circuito de pesas.

Mientras corría en la cinta observo el panorama, un montón de chicos guapos, moviendo el cuerpo. Tras el cristal se veía a un grupo de chicas, haciendo aeróbic. Sus ropas ajustadas dejaban poco a la imaginación. Ella se fijo en cuatro chicos, todos debían ser del mismo equipo, llevaban todos las misma ropa, la miraban, comentaban. Eran bastante altos, rondaban el 1,90 y ninguno llegaba a los 25. Incluso uno de ellos se acerco a saludarla. Casada, feliz, no quería nada con ellos. Pero a quien no le gusta que le alagen y le suban el ego, además como ella reconoció, la subida de autoestima vino acompañada de una fuerte excitación.

Después de una hora, no podía mas, cansada decidió irse a la ducha. A toda velocidad se dirigió al vestuario, su vejiga no aguantaba mas. Entro desesperada al primer servicio que encontró. Alivio su desesperación y salió, el vestuario continuaba totalmente vacío, cogió una de las toallas que había junto a la entrada, y cerro la puerta de su ducha y bario el grifo. Se desnudo, cansada fue colocando su ropa sobre un taburete. Primero se quito sus zapatillas y calcetines, siguieron sus mallas, apareciendo un precioso culo, su tanga dejo salir a su cuidado coño, ni un solo pelo. Tras ello saco su camiseta y sujetador, los duros pezones evidenciaban su excitación. Acerco su mano al agua para comprobar su temperatura y dio un paso. El agua comenzó a caer por su pelo, como un cálido abrazo acaricio su cuello, hombros, sus grandes pechos se empaparon, los pezones reaccionaron aun mas ante el cosquilleo del agua. Ya empapada, descolgó el grifo y se lo acerco dejando que la presión, acariciase su suave coño, lanzando un pequeño gemido.

Con sobresalto reconoció un grupo de voces que acababan de entrar al vestuario, eran los chicos del equipo. Nooo! Se había confundido de vestuario, penso que pronto se irían y podría salir de allí. Escuchaba como hablaban de ella;

  • habéis visto a la nueva

  • joder esta buenisima, tiene unas tetas de impresión.

  • ya te digo, os fijasteis, sus pezones estaban durisimos. Me encantaría morderlos.

  • cállate, me estoy poniendo a 1000, que culo, y yo creo que no tenia tanga.

  • si, al agacharse se la he visto, negra. Pero que culo!!

Pronto su estado paso de nerviosismo a una tremenda excitación, casi sin querer introdujo sus dedos en su interior, moviéndolos en busca de placer. Sentada en el asiento, podía ver como sus ropas desaparecían y sus cuerpos húmedos por el ejercicio, marcaban unos músculos impresionante. Ver sus grandes pollas, esos culos perfectos bajo la ducha, fue junto a sus rítmicos movimientos y aquella conversación, los culpables de uno de sus mayores orgasmos.

Antes de que Carmen terminara de contar su peculiar aventura en el gim, se abrió la puerta y paso un hombre rudo de unos 50 años y con una fea cicatriz en el rostro, dio una rápida mirada y salió de nuevo a la calle, se acerco a un elegante mercedes, entonces entro una chica impresionante, vestida con un mono de cuero, tan ajustado que era evidente la ausencia de ropa interior. Por su abundante pecho y sus preciosas curvas parecía sacada de las paginas centrales de play-boy. Detrás de ella entro un hombre, vestido con un elegante traje negro, la camisa de seda roja y unos caros zapatos negros. Moreno, sus preciosos ojos verdes miraron al grupo de chicas, una mirada arrogante, dura, desafiante. Se quedaron clavados en la chica de la vista color coca-cola. El hombre, saco una sonrisa socarrona y ella se sonrojo. Era guapisimo alto, se intuía un cuerpo musculoso. El alcohol, las historias y el tío aquel, lo imagino empalmado bajo los pantalones. Saberse preferida ante la mujer de cuero se puso a 200.

El dueño del restaurante salió a saludarle, le hablo en italiano y le dio la mejor mesa. El se puso frente a ellas, la bella joven les daba la espalda. El cruce de miradas entre los dos era contaste y ella cada vez mas caliente. En un momento dado las chicas fueron al servicio, puso una excusa y se quedo en la mesa. Cogió su copa y la apuro, aprovecho la ausencía de sus amigas para iniciar un juego, abrió un poco sus piernas, dejando ver su tanga. La excitación del hombre era evidente, se sentía poderosa, el no podía dejar de mirarla, pero sabia que allí ella controlaba la situación, empapada decididio dar un paso mas, metió la mano bajo su falda separándose el tanga y presumiendo de su húmedo y depilado coño. Las chicas volvieron, el juego había terminado, solo deseaba llegar a casa y masturbarse con el recuerdo de aquellos ojos verdes entregados.

El camarero les invito a una copa, y mientras la tomaban ella, se sentía guapa, fuerte, como le había calentado.

Cuando terminaron pidieron la cuenta, ella se fue al servicio. Levanto su falda, bajo su tanga y se dio cuenta lo cachonda que estaba, no pudo reprimirse y al terminar se rozo suavemente el clítoris. Se coloco y salió, cuando se disponía a abrir la puerta, una mano la agarro del brazo, la empujo contra la pared y la tapo la boca. Era el, fuerte arrogante, se asusto, sintió miedo pero la excitación crecía al notar su fuerza. De su bolsillo saco una navaja y se la coloco en el cuello y la susurro

-no chilles o te rajo.

Inmediatamente la beso, vivió la pasión en su boca, el pego su miembro y la pared obligaba a conocer su dureza, le separo y le pidió de la dejara.

-estoy casada, déjame.

Pero su mirada era lujuria pura, el lo savia y la dijo:

-lo que eres es una puta, si una puta que me a calentado mas de la cuenta.

Según decía esto, metió la mano bajo su falda, rozo sus desnudos muslos. Cerro sus piernas, con fuerza el las separo.

  • puta, seguro que estas empapada. Je,je lo savia, eres una autentica zorra.

Al notar sus dedos, sobre su sexo lanzo un pequeño gemido. Noto como algo frío rozaba su pierna, era la navaja. Corto una de las gomas de la tanga, la cogio y tiro de ella para arrancarla. Noto como se rompía en su cadera quedando únicamente cubierta por la falda. Tiro al suelo su prenda y la empujo al servicio, puso sus manos para no golpear la pared, el desde atrás se abalanzó, sobre ella agarrando sus tetas, mordiéndole el cuello las orejas,

  • que puta eres

Ella notaba su miembro como el acero sobre su culo, volvió a pedirle que la dejara. Entonces levanto la falda, tocando su coño desde atrás, la palma apoyada en su trasero y los dedos tocando sus abultados labios y su duro clítoris. Su índice rozaba su botón dibujando círculos y de vez en cuando metía dos en su interior.

Dios que placer, estaba tan cercana a correrse. De repente los dedos comenzaron a entrar y salir cada vez mas deprisa.

-seguro que quieres que pare zorra?

No dijo nada, solo comenzó a tocarse su clítoris mientras el seguía.

La respiración aumentaba, comenzó a gemir y ya no paro hasta el dulce final.

Ella se sentó, desabrocho su pantalón, bajo sus bonitos calzoncillos y comenzó a besarle los huevos como solo sus labios sabían hacer, era evidente que a el le encantaba. Con suavidad lamía su glande, pronto fue la boca la que dio todo el placer, no paro hasta que el sujeto su cabeza avisando del final. Saco la polla y con la mano le agarro con fuerza y termino en su palma.

Nunca nadie, consiguió darme tanto placer, muchas mujeres en mi vida, pero nunca conocí a nadie con aquella pasión en la mirada y ese saber hacer en la amorosa batalla.