Cool Life, días para contar: (02) El día siguiente

Días para contar:Coque...y el día siguiente. Me sentía confuso acerca de lo ocurrido. Sin embargo todo transcurría con normalidad, hasta que él llegó a casa esa noche...

Dia 2 – Martes (tan sólo unas horas después de lo sucedido con Coque)

El despertador estuvo sonando durante lo que me pareció una eternidad, hasta que reuní fuerzas para apagarlo. Eran las 7:30 de la mañana, y tenía una clase a las 9. Sin embargo era incapaz de levantarme de la cama, estaba reventado y tenía una migraña que me estaba taladrando. Me incorporé y me quedé sentado en la cama frotándome la cara con las manos. ¿Qué había pasado la noche anterior?, parecía que todo hubiese sido un sueño, no lograba dar crédito a todas las imágenes que me venían a la cabeza: Coque y yo cenando, viendo la peli, y después...¡madre mía! Se la había acabado chupando como un loco!

Oí el agua de la ducha cayendo, Coque tenía clase también, y por lo visto había sido más madrugador que yo. Abrí la puerta de mi habitación y caminé hasta el salón. Me quedé unos segundos mirando a la nada y pensando en lo ocurrido.

Joder!, no sabía como actuar, no sabía que decirle, o si decirle algo, que es lo que pensaba él...

La puerta del baño se abrió y salió Coque con una toalla enrollada en la cintura. Estaba especialmente guapo esa mañana. Llevaba su pelo moreno y rizado todavía mojado, y barba de un par de días o tres que acentuaba sus facciones. Yo no llevaba más que unos boxer y una camiseta.

Buenos días! – dijo él - ¿qué tal has dormido? –

Pues bien, pero poco, estoy reventado -

Si yo también, estoy hecho mierda... Voy a hacer café, quieres? –

Sí vale, ahora voy a desayunar que me voy a dar una ducha a ver si me espabilo un poco –

Pase junto a el rozándole un poco y el mero hecho de hacerlo me excitó tantísimo que en unos segundos tenía una erección de caballo.

Me metí a la ducha completamente empalmado y puse el agua bien fría para tranquilizarme un poco.

Me vestí y fui a la cocina. Coque se había vestido también, llevaba unos vaqueros que dejaban ver tres dedos de su calzoncillo y llevaba puesta mi chaqueta verde y amarilla de adidas.

Bonita chaqueta – dije

Sí, se la quité a un pringao porque a mi me quedaba mejor jajaja –

Coque y yo acostumbrábamos a intercambiarnos algún jersey o alguna chaqueta de vez en cuando.

Ah sí? – le di una colleja – pues vamos a ver que es lo que el pringao encuentra por ahí –

Fui a su habitación, y elegí un jersey azul de levi’s y volví a la cocina:

¿qué te parece?, ¿a que estoy bueno? –

jajaja, no te engañes, es el jersey – dijo él

jeje, anda pasamé el café –

Desayunamos hablando de la universidad, los exámenes, y algún tema más sin importancia.

Bien, me dije, la situación era de aparente normalidad, Coque actuaba como si no hubira pasada nada, quizás fuese lo mejor...

voy a ir en coche – dijo Coque - ¿vienes?

No, que he quedado con Ruth en que me pasaría ella a buscar –

Ok, pues entonces me piro, ¿vendrás a comer a casa? –

Supongo, no tengo ninguna clase por la tarde – contesté

Vale, pues nada, el que llegue primero que haga algo de comida ¿ok?. Ala, luego nos vemos. Cuidame el jersey!! –

No te preocupes, que se lo daré al primer pobre que encuentre por la calle jeje –

Tiraaa, hasta luego! –

Ruth me pasó a buscar en su mini rojo, esta forrada!. Su familia es de mucho dinero, vive con sus padres en un ático que es una pasada. La conocí en clase y nos hemos hecho muy amigos, es la única de mis colegas de la universidad que sabe que me gustan los tíos; fue todo muy espontáneo, una noche de fiesta ella me tiró los trastos y acabé contándoselo, muy cómico.

Lo cierto es que desde que la conocí, siempre he pensado que si me gustase una tía, seguro que sería ella. Tiene el pelo largo castaño claro, unos ojos grises enormes, y unas pequitas en la nariz que le hacían parecer una niña buena. Es menudita pero tiene un buen tipo.

¿Qué tal niño? – así me llamaba ella

Bien, cansadísimo, pero bien, me quedé anoche hasta las mil viendo una peli con Coque y tal –

Por cierto, hablando de Coque, le acabo de ver salir de tu portal y está igual de bueno que siempre jeje –

Jajaja, pues además ahora esta casi casi libre –

Huy, pues cualquier día le ataco – dijo Ruth en broma

No si yo lo hago antes jajajaja – los dos reímos, aunque si ella supiera que ya le había atacado la noche de antes...

La mañana transcurrió sin contratiempos. Unas cuantas clases coñazo, un rato en la cafetería y finalmente volví a casa a la hora de comer.

Llegué a casa sobre las 3 de la tarde, y Coque no había llegado todavía, así que me puse a hacer la comida. Puse el último disco de Moby a todo volumen en la minicadena e hice espaguetis para los dos.

Eran más de las 3:30 y todavía no había llegado, así que le esperé. Finalmente a las 4 después de hacerle un par de llamadas perdidas me llegó un mensaje al móvil: "lo siento, se me había olvidado avisarte, me quedó a comer por ahí, ya te contaré".

Así que nada, recalenté los espaguetis que ya se había quedado fríos y comí viendo la tele.

Pasé la tarde en casa, estudiando un poco y viendo la tele. Coque no apareció en todo el rato.

Finalmente, sobre las 9, estaba yo tirado en el sofá cuando oí la puerta de casa. En aquel momento no sabía bien porqué, pero tenía ganas de verle y pasar una noche como las de antes, hablando en el salón sin más hasta las tantas de la madrugada.

Hola Hugo!, ya hemos llegado – dijo Coque asomándose al salón.

¿hemos?, pensé yo

¡Hola Hugo! – dijo Sofía - ¿Cómo estás? Hace un montón de tiempo que no te veía –

Bien, bastante bien, con la carrera que se me viene encima jeje, pero bien – contesté...lo cierto es que no me espera para nada que pareciera en aquel momento - ¿os quedáis a cenar? –

No, hemos cenado ya algo por ahí –

Ok, yo voy a prepararme algo – fui a la cocina y Coque vino tras de mí:

Tío, me ha llamado esta mañana. Hemos estado hablando y hemos pasado todo el día juntos, por eso no he venido comer, estoy supercontento, estamos tan bien ahora...

Jeje, ves como todo se iba a arreglar, si es que eres un paranoico...me alegro un montón en serio –

Gracias tío – me apretó el brazo cariñosamente, sonrió y se fue al salón.

La verdad es que me alegraba por él, se lo merecía, sin embargo, un sentimiento extraño apareció dentro de mí, en aquel momento no sabía lo que era.

Comí algo y volví al salón. Ellos estaban sentados en el sofá así que me senté en un sillón que hay al lado. No echaban nada interesante en la tele así que estuvimos viendo gran hermano.

Coque y Sofía estaban especialmente empalagosos. Estaban abrazados y no paraban de darse besos, reír entre ellos y decirse cosas al oído. Me sentí un poco desplazado, sin embargo era normal, había vuelto aquel mismo día y necesitan estar el uno con el otro.

Aburrido ya, opté por irme a dormir:

Bueno chicos, me voy a dormir ya, que estoy cansado y además os veo ocupados jeje –

Perdona si no te hemos hecho mucho caso, es la emoción de la reconciliación – dijo Coque bromeando

No te preocupes, os dejo solos para que os "reconciliéis" tranquilamente – dije irónicamente

Jeje, buenas noches! – dijeron los dos

Buenas noches – contesté

A los pocos minutos oí como entraban en la habitación de Jorge y cerraban la puerta tras de ellos. Alguien iba a mojar aquella noche jeje.

Recogí un poco la habitación y fui al baño a lavarme los dientes. La pared del baño daba al dormitorio de Coque y al entrar oí unos gemidos que venían de su habitación. Por lo visto se lo estaban pasando bien.

Entonces vi unos calzoncillos tirados al lado de la ducha, este Coque se dejaba siempre todo por ahí... Los cogí para dejarlos a la lavadora, sin embargo, al tenerlos en mi mano, casi sin darme cuenta me los acerqué a la cara...¡dios mío! Aquel olor me hizo rememorar como si lo estuviese viviendo otra vez la mamada que le había hecho a Coque la noche anterior. Al mismo tiempo que oía a Coque gemir en la habitación de al lado, y puesto que a su novia no se le oía pude suponer lo que ésta le estaba haciendo, y pensado que tan sólo 24 horas antes era yo el que estaba de rodillas entre sus piernas con su polla en la boca y sus manos en mi cabeza empujándola para que se la comiera más y más rápido, me hice una paja impresionante.

Y en aquel mismo instante, me hice una idea de que era aquel sentimiento extraño que me había abordado en la cocina...y es que una parte de mí no se alegraba tanto de su reconciliación con Sofía.

(Os prometo más sexo en el próximo relato jeje)