Convocatoria para damas de 160 lbs...

Hasta este momento yo aun no sabía de que se trataría la prueba, pero debo confesar que siempre me he considerado un fiel fetichista de los pies.

Convocatoria para damas de 160 lbs y + con pie de atleta .

Me encontraba sin empleo y con necesidad de dinero, cuando encontré en un periódico local un anuncio muy extraño que decía lo siguiente: "Se necesita persona con olfato muy desarrollado, sensible y resistente para trabajo médicos, de preferencia hombre joven de buena apariencia y manos suaves."

Este anuncio despertaba mi curiosidad y debido a que yo cumplía con todas las características buscadas en el anuncio, decidí presentarme a la cita.

Al llegar al lugar me di cuenta que se trataba de una clínica ortopédica especializada en estudios sobre diversas enfermedades relacionadas con los pies.

La recepcionista, me pidió que esperara en una pequeña sala en donde se encontraban al menos otros 7 postulantes al empleo.

Después de casi media hora de espera, pase a una especie de consultorio en donde se encontraban 4 médicos y dos enfermeras.

Los muros de el lugar eran de colores pastel, el piso extremadamente brillante y la iluminación muy clara, pero un olor un tanto extraño y enmascarado circulaba por la habitación. Un olor como el del liquido limpiador "Windex" después de un accidente culinario, como el del desodorante después de un partido de tenis, como el del talco sobre una tulla higiénica menstruada como el de la goma de mascar después de un buen cigarro, como el de debajo de la sotana de una monja.

Me ubicaron al frente de los doctores y se me pidió que me arrecostara en una camilla parecida a la que usan los mecánicos, de manera que mi cabeza quedaba a pocos centímetros del suelo. Rápidamente, deduje que se trataría de una especia de examen físico y aunque no dejaba de sentir un cierto temor, mi curiosidad era mas fuerte que cualquier otra cosa.

Sin hacerme ninguna pregunta, uno de los médicos dio ordenes a su enfermera de traer a la mujer que seria mi primera prueba del examen:

"Traiga a La Gorda Elisa y colóquela al frente del joven".

Y fue de esta manera como una mujer hermosa, de piel blanca, y cabellos rizados, entro al cuarto. Elisa tenia unas mejillas rosadas bellisimas y unas piernas blancas, rollizas y bien formadas, sus pantorrillas anchas, y unos amplios senos en donde me hubiese gustado morir y ser enterrado con ellos.

Pero también tenia una mirada triste y reprimida que era incapaz de ver hacia otro lugar que no fuera el suelo reluciente de la pieza.

Vestía una falda relativamente corta que resaltaba de manera discreta sus tímidas e impresionantes piernas saludables, una blusa muy sencilla y unos zapatos cerrados de cuero que parecían bastante viejos y usados. Se sentó justo al frente de mi en la posición que le indicaron los doctores, dejando sus zapatos en dirección de mi cara.

Hasta este momento yo aun no sabia de que se trataría la prueba, pero debo confesar que siempre me he considerado un fiel fetichista de los pies, ya que considero que es una parte muy linda del cuerpo. Era de suponerse que mi prueba estaría relacionada con los pies y esto me excitaba y me emocionaba mucho.

Luego el doctor que parecía liderar el grupo me dejo:

" Elisa no solo es una mujer obesa sino también tiene unos pies que sudan en exceso, produciendo un olor desesperante.

La razón por la cual tiene estos zapatos cerrados de cuero es porque son los únicos capases de encerrar el olor y esconder este enorme defecto en Elisa"

Que se escondería debajo de aquellos zapatos de fuerza?

Ninguna parte del cuerpo femenino merece ser prisionera!!

Cuando el Doctor le dio la orden de quitarse los zapatos y de colocarlos cerca de mi nariz, el olor intenso de sus pies ya comenzaba a invadir parcialmente la habitación. A cada cordón que Elisa desabrochaba, un ligero aroma parecía soplar el flequillo de mi pelo. Cada vez mas fuerte y cada ves mas excitante, los olores salían poco a poco por los pequeños espacios que iban quedando descubiertos en sus zapatos, circulando como un mágico recio matinal.

Por un momento cerre mis ojos para disfrutar aun mas de tan agradable y dulce aroma y al despertar de mi romántico suspiro, pude ver como ya uno de sus pies salía asustado de su zapato, mientras el talon de su otro pie comenzaba a asomarse tímidamente.

Eran un par de diminutas e invaluables piezas de colección, muy blanquecinos y friolentos que parecían haber sufrido mucho al interior de aquel calabozo de cuero en que se encontraban.

Los chicos dedos de sus pies se abrían como un recién nacido que abre sus ojos por primera vez, liberando paulatinamente su perfume afrodisiaco.

La esencia de la transpiración de sus pies instalado entre sus dedos, se exparcia por el cuarto y por mi cuerpo desembocando en mi corazón con la fuerza del Olimpo.

No era muy difícil enamorarse a primera vista de tan hermosa mujer que provocaba tanta ternura, excitación y amor.

Que abominable criatura había podido ser capas de esconder tan preciosos pies, dignos ejemplos de una exquisita belleza?

Que especie de bestia inescrupulosa podía encarcelar estos pequeños e indefensos pies y privarnos de tan exquisito aroma?

Que injusticia! tanto como para la Elisa como para los aficionados del máximo arte celestial.

Con todo el respeto que ella se merecía , me atreví decirle:

  • Pero que linda eres, y que graciosos y lindos pies tienes!

  • No tienes porque ser amable, puedes reír o salir corriendo como todos los otros, contesto ella

  • De que hablas? Lo que digo es realmente lo que siento

No tienes la cintura mas angosta que he visto, pero si el vientre mas suave y placentero que he visto

No tienes la estatura de una modelo, pero entre tus piernas apacibles y blandas seria tan grato adormecerse

No tienes la piel de anuncio de Cremas Pons, pero tienes los labios mas apetitosos y regalados del Universo.

No podrás ganar una competencia de atletismo, pero tus pies lucen ten sexis que pudieran llevarme a las estrellas en diez segundos.

  • Por favor no bromees.

Y antes que me lanzara con mi segundo grupo de halagos, me interrumpió el Dr. diciendo:" Haber si es cierto todo lo que dices, por que no tomas sus pies y le demuestras cuanto te gustan"

Obviamente que antes que terminara su frase yo ya estaba tomando los dóciles pies de Elisa en mis manos y suspirando su encantador aroma como todo buen catador de finas joyas humanas que soy.

Sus pulidos talones redondos y puros, sus quiebres caprichosos y arcos ligeramente pronunciados, sus dedos melodiosos y mansos que reían nerviosos ante la pasión de mi olfato atrevido, sus apacibles venas y su piel tersa que permanecía vigorosa ante cada una de mis inhalaciones profundas.

Yo trataba de tocarlos con el máximo de primor posible, pasando cuidadosamente por todo el esplendor de su forma, deleitando mis sentidos y desplazando cariñosamente mi lengua por cada escondijo y recoveco de sus adorados pies.

Mi emoción era evidente, pero mi objetivo era arrancarle un sonrisa al rostro triste de Elisa y regularmente echaba un vistazo a sus ojos con la esperanza de cambiar al menos por un momento su expresión.

Con tanta belleza en mi nariz, no me había percatado que la mayoría de doctores portaban protectores en sus narices y que todos se mostraban anonadados ante toda la pasión desatada en mi a raíz de aquellos dos inofensivos pies de Elisa.

Repentinamente, una sonrisa se deslizo por su carita redonda y fina. Fue entonces cuando la alegría vino a incorporarse a la pasión, ternura y amor que experimentaba desde hace un buen rato mi ser.

Era demasiada presión sobre mi pene que parecía estallar en su órbita y ante el sortilegio de estos diminutos pies que me habían hechizado por completo haciendo mi órgano reventar y desparramar su jubilo, termine rebalsando de deseo.

Pude presentir por los gemidos, los gestos en su rostro, y los temblores en sus venas que Elisa también había disfrutado mucho aquel momento y sobre todo que por fin ella había descubierto lo mucho que valía y lo bella que era.

"Si solamente tus pies habían sido capases de hacer tanto, imagina que no serás capas de hacer entera"

Después de pasar mi primera prueba fui sometido a otras tres de las que los contare en otra ocasión.

Gracias por leer mis relatos.

Balcop