Convertido en Putita por mis vecinas
Un chico con la ayuda de sus vecinas termino siendo una putita muy ganosa.
Por asares del destino llegue a vivir con una vecina, que por mantener a sus hijas lejos de mis hormonas de adolescente me volvió una hija más.
Cuando me paso esto tenia 18 años. Era un chico de 1.70 y peso 55 kilos, tengo los ojos cafés y la verdad un poco patán. Me encantaba hacer maldades a cuanta mujer se me paraba enfrente. Mi vida era bastante cotidiana, hasta que un día por cuestiones de tiempo mis padres tuvieron que viajar por trabajo.
Como había hecho una tremenda fiesta la ultima vez que me quede solo en casa, ellos decidieron que no me quedará solo y me iba a quedar con una vecina muy amiga de mi mama. La señora era muy amable y buena persona, pero había algo que no me gustaba y era que sus 5 hijas eran demasiado fresas. Dos de ellas ya estaban casadas, pero las otras tres eran a mi gusto demasiado aburridas. Las típicas chicas correctas que todo lo hacen bien. Su única cualidad, para mi gusto, es que estaban buenísimas, las describiré:
Lucia: Tenia 18, era alta, media 1.74 güera de ojos cafe claro y un trasero de campeonato. Era la chica deportista de la familia, hacia gimnasia y un poco de Tennis. Tenia excelentes notas y la verdad era muy dulce.
Karla: Ella tenia 18 años igual que yo. Era castaña y muy delgada, media 1.60, era muy estudiosa y un poco geek. La típica chica que juntaba anime y esas cosas. A veces hacia cosplay y se veía espectacular. Lo que contrastaba con su inocencia o eso era lo que creía.
Jimena: Con 18 años era la más despreocupada de todas, aunque no por eso mala estudiante. Media 1.60 igual que su hermana y era muy voluptuosa para su edad. Su pelo rizado, nariz finita y curvas linda a pesar de corta edad, le daban una seguridad impresionante.
Debo confesar que al llegar a su casa fueron muy lindas conmigo, pero en mi rebeldía yo fui de lo peor. Les hacia maldades, escondía sus cosas y luego las trataba mal. Curiosamente eran muy lindas y ellas no decían nada, hasta un día que inicio todo. Lucia tenia una competencia importante de tenis en el parque donde jugaba, fue por verla hacer un berrinche que escondí su maleta. Como tenían prisa, ella y su mama se fueron con otro cambio de ropa y raqueta en una bolsa de plástico.
Ya que se fue, por pura curiosidad abrí la maleta. Cuando comencé a sacar las cosas encontré una playera blanca, una faldita tableada, calcetas, un sostén deportivo y unas braguitas de algodón. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando las tome con mis manos. Su suavidad era indescriptible, mi lado morboso se apodero de mi. Me imagine a lucia con esa ropa puesta, sin poderlo contener tuve una erección enorme, estaba muy caliente me desabroche el pantalón y me masturbe con las braguitas. La sensación de morbo era excitante, me estaba matando a paja cuando escuche que se abría la puerta.
¿Que estas haciendo? Me dijo Karla con una cara picará que fingía sorpresa. No supe que decir, ella se me fue acercando... estaba confundido no sabia que hacer. Ella puso un dedo en sus labios en señal de silencio, con su otra mano tomo mi miembro y empezó a masturbarme. La verdad no tarde ni 5 minutos y me vine. Fue en ese momento cuando escuche el abrir de la puerta de golpe y un grito que nos paralizo el corazón a los dos.
Par de cerdos ¿Qué hacen? - grito Denisse una de las hijas ya casadas de la vecina. Karla se puso nerviosa, Denisse la mando a su habitación y cerro la puerta. Se abalanzo contra mi y me soltó una bofetada. Llorando le suplique que parara, ella se detuvo le pidió a su hermana que volviera nos sentó en un sillón. Mi corazón latía a mil por minuto, no sabia que hacer. Denisse me jalo del brazo hacia el baño, me sentó en retrete.
-¿Así que te gusta hacerle cosas a mi hermana verdad? - Dijo Denisse con furia. - Yo no fui, ella empezó - le dije con el corazón en la boca.
-
Eso no es verdad, ella es muy inocente
- me dijo mientras llamo a Karla. Mi cara se desencajo totalmente cuando Kar, con lagrimas en los ojos, le dijo a su hermana que yo la había obligado.
Denisse como fiera me golpeaba, me dijo que iban a acusarme de violación y mandarme a la cárcel.
Fue tal mi desesperación y miedo que me hinque a pedirles perdón, suplicarles que no lo hicieran. Con lagrimas en los ojos les dije que haría lo que fuera por que eso no pasará.
De pronto Denisse saco de su bolsillo una navaja y la puso junto a mi entrepierna. Estaba que moría el rostro de mis abusadoras cambio por completo, me levantaron y consolaron.
-No pasa nada, lo único que necesitas es ponerte en nuestro lugar.- dijo Denisse mientras se reía de mi al notar mis nervios.
- Ahí te lo encargo, que no se salga.- le dijo Denisse a Kar mientras salia del baño a toda prisa. Karla tomo una actitud altiva hacia a mi y me miraba con desprecio. Denisse llego a los segundo y me avento un bulto de ropa.
-¿Así que te gusta la ropa de mis hermanas?, pues ahora la usarás.- dijo mientras yo veía que lo que me había lanzado era el contenido de la maleta de tenis. Insistí en que podía usar esa ropa, suplique, pero ella me dijo que si no lo hacia cuando durmiera Karla iba a cortarme mi hombría con la navaja. Fue después de una tanda de golpes y amenazas que accedí.
Lo primero que me hicieron poner fueron las braguitas, la mismas bragas con las que me había masturbado ahora estaban llenando de semen mi culo. Aunque debo admitir que la suavidad era una sensación extraña. Tener el culito chicloso, era una sensación morbosa, después me pusieron el bra, las calcetas y la playera tipo polo blanca que era muy ajustada.
- Es hora de que vayas a la sala, les digas a mis hermanas que siempre quisiste ser una niña y les muestres a todas tu nuevo estilo- Dijo Denisse riéndose.
-Estas loca yo nunca haría eso- dije tratándome de defender. Pero ellas me advirtieron que mi ropa estaba afuera y que si no lo hacia un día mientras durmiera Karla me iba a dejar sin pene.
Con todo el miedo del mundo salí, baje las escaleras y ahí estaban todas, no solo las niñas sino también la amiga de mi madre. Todas me vieron asombradas, estaban en shock.
Denisse rompió el hielo de manera irreverente: Miren a quien nos encontramos tratandose de poner la ropa de Karla. Trate de esconderme tras de la puerta, pero Denisse me saco a empujones, estaba llorando, pero las chicas me abrazaron y me dijeron que me veía preciosa que no fuera tímida y que todas me iban a ayudar a ser libre.
Trate de decirles que no quería hacerlo, que me habían obligado, pero Karla les dijo que era muy tímida y que por eso lo negaba. Todas le creyeron y dijeron que me apoyarían.
No te preocupes preciosa ahora debemos ponerte un nombre muy femenino y enseñarte a ser toda una chica. dijo Jimena mientras me hacia dar vueltas para que viera como veía.
“ Vamos a dejarla linda dijo Karla mientras me tomaba de la mano y me llevaba al baño.” ya en el baño Karla y Jimena me hicieron desnudarme. Me untaron crema por todo el cuerpo y comenzaron a depilarme. Quería librarme, pero dos cachetadas y la navaja en mi espalda, me orillaron a resignarme a mi suerte. La sensación de tener mi cuerpo depilado fue muy extraña las chicas se burlaron de lo pequeño que se veía mi pene.
Jimena me puso cinta de aislar en mi miembro y lo recorrió hacia atrás después me hicieron ponerme una panty; fue impresionante ver como no se notaba mi pene. Quede anonadado, simplemente no pude contener las lagrimas y empece a llorar.
No llores es normal tener pena, pero es lo que siempre has deseado sentencio Karla mientras por la espalda apretaba la navaja contra mi cuerpo. Me pusieron un sostén deportivo, una blusa ajustada y una toalla. Me maquillaron y después me pusieron una peluca.
Me hicieron verme al espejo el reflejo me devolvió una chica, casi en todos los sentidos.
Si no estuvieras tan plana serias una chica hermosa. Dijo mientras me obligaba a modelarle y pasaba sus manos por mi trasero. Eso puede arreglarse dijo Jimena mientras sacaba de uno de los cajones un sostén que tenia un relleno en las copas, me hizo subir la camiseta y me lo ajusto.
Vaya de verdad si fueras mujer serias una chica hermosa. Dijo la mama de las chicas, quien me obligaba a pararme derecho.
¿ Ahora como le vas a decir a tu novia que eres una mujercita? Dijo Lucia, mientras me toqueteaba.
P ues que ahora no serán novios y serán amigas. Comento Jimena mientras todas soltaban una carcajada que me hizo sentir humillado.
No sé preocupen ya le marque, viene en camino le dije que su novio tenia algo importante que decirle; grito Karla mientras me sujetaba de las manos y las demás me sometían. Ahí estaba yo acorralado y denigrado, pensando en que iba a decirle a Sofia, pues aunque nuestro noviazgo apenas llevaba unos meses, yo la quería mucho.
¿Porque me hacen esto, si yo no les hize nada? Dije llorando y dolido.
¿No, nos has hecho nada? Dijo Lucia con ojos de furia.
Si desde que siempre nos has maltratado a pesar de que nosotras hemos sido muy buenas contigo. sentencio Jimena con una frialdad de miedo.
N o creas que no nos hemos dado cuenta de como te masturbas con nuestras cosas o nos ves lujuriosamente; dijeron las chicas. O como tenemos que alzar tus cosas y limpiar la casa mientras tu andas de patán, pero eso se acabo, a partir de ahora vas a aprender a ser y vivir como nosotras.
Y lo primero que harás es dejar ese baño impecable, dijeron mientras me aventaban un cepillo, una escoba y me encerraron en baño.
Fue después de limpiar el baño, cuando me quede viendo el espejo. El reflejo me devolvía a una tía buenísima, la verdad me la pase un rato incrédulo en que esa chica era yo. La verdad era muy excitante al grado que comencé a tocarme, estaba excitado, quería masturbarme baje la braguita saque mi miembro y me la empece a jalar.
Estaba en el éxtasis, cuando la puerta se abrió. Era Sofia mi novia.
¿Que es esto? Dijo con lagrimas en los ojos.
Déjame explicarte, le dije mientras me ponía de pie.
No me toques, me das asco pervertido, degenerado infeliz, dijo mientras me golpeaba. Y me dijo que me odiaba.
Chicas gracias por dejarme saber la verdad, les estoy agradecida, dijo Sofia abrazando a Karla y a Lucia.
No se nos hacia justo que jugará contigo, por eso te avisamos, dijeron las chicas.
No te deseo el mal, pero me hubieras dicho. De verdad te deseo que seas muy feliz, dijo Sofia mientras me acariciaba la cabeza.
Me puse a llorar e intente explicarle, pero no me dio tiempo simplemente dio la media vuelta y se fue.
El resto de la noche me la pase llorando, al amanecer era un trapo sin voluntad que ni siquiera podía pensar, momento que usaron mis vecinas para aprovecharse.
Moria de nervios de camino a la escuela.
-No te preocupes- vas a estar, todo mundo va a adorarte ya lo veras. Dijo Lucia mientras se burlaba de mi.
- Seguramente tus amigos estarán muy desencajados por tu verdadero yo - dijeron las 3 al unísono. Mientras se adelantaban corriendo a la escuela.
Con toda inseguridad entre a la escuela, la chamarra me protegía de que mis compañeros vieran como iba vestido, lo que de momento me hizo sentir seguro.
La escuela es como cualquier otra escuela de monjas de clase media, una escuela muy grande que iniciaba en kinder y terminaba en preparatoria. Tenia algunos patios y salones medianamente equipados.
Tenia muchísimos alumnos en diversos salones, a los que se les asignaba un grupo de acuerdo a varias características. Al ser tanto alumnos el bulling no era cosa extraña y debo confesar yo era uno de los
más manchados, me encantaba hacer todo tipo de cosas, sobre todo a las niñas a quienes a veces les escondía la cosas, o jaloneaba las faldas para que lloraran.
Durante la mañana me dedique a lo que nunca había hecho en la escuela, estudiar tenia muchísimo miedo de que me descubrieran que traía puestos los pantalones ajustados, la playera pegada y el chaleco ajustado que mis vecinas me habían hecho usar con la amenaza de cortar mi aparato y compartir las fotos en las redes sociales.
La verdad no había mucha diferencia, el uniforme para niñas y niños era similar: playera tipo polo blanca ajustada con unos filos rojo y azul en el cuello, chaleco; falda o pantalón según el sexo. Lo problemático era que al esconder mis ropas de niño, mis vecinas me habían orillado a usar sus pantalones, playeras y chalecos que me quedaban ajustados y se notaban a leguas que eran de mujer, por lo que me puse la chamarra más grande que encontré.
A pesar de los nervios todo iba bien, por unas horas logre hacerme invisible.
El dÌa había transcurrido con naturalidad cuando sin querer una compañera tiro su café caliente sobre mi chamarra, al quemarme no recordé que traía puesta la ropa de chica y sin pensarlo me quite la chamarra.
Mira nada más, no puedo creerlo. Se escucho la voz de una de las compañeras. Trate de volverme a poner la chamarra, pero una de las niñas de mi salón me quito la chamarra. Trate de taparme con mis manos, pero era inútil: Ahí estaba yo vestido con una playera justa, chaleco cortito y unos pantalones tan ajustados que parecían leggins. Una nalgada interrumpió mis pensamientos.
Vaya se ve buenísimo el mariconcito, dijerón.
Si y para acabarla viene más pegadita que nosotras, dijo otra de mis compañeras. Un golpe en el estomago me doblo y caí en el piso.
No sé que dolía más, si el puñetazo o escuchar a todo el salón gritar al unísono: Puto, puto...
Más me tarde en darme cuenta que mis compañeros me estaban cargando... algunos me toqueteaban y pasaban su dedo por mi trasero. Las chicas me hacían una burla terrible, los chicos no se a donde me llevaban, pero imagine lo peor.
Atrás cabrones, ya estuvo bueno se escucho grito. Me quede helado al ver quien me estaba defendiendo. Era Berenice la hermana de Sofia mi ahora ex novia, una chica más pequeña que yo y quien iba a con un prefecto.
Mis compañeros de salón me dejaron en el piso y corrieron. El prefecto y Sofia me ayudarón a levantarme.
Tranquilo pequeño Dijo mientras me ayudaba a levantar. Bere era de esas chicas que a pesar de ser bonitas era muy ruda.
Tenia unos ojos cafe preciosos, media 1:65, era muy blanca, su cabello era castaño y estaba amarrado con una cola de caballo.
Pero lo que más impresionaba de Bere era su carácter que era muy explosivo y de armas tomar.
Muchas gracias Bere, le dije mientras me sacudía el polvo.
No te preocupes, es normal cuando empieza a decirle al mundo como eres en realidad.
Le comente que esto era una broma de mis vecinas, pero no creyó el argumento.
El prefecto me llevo con la directora quien me regaño por mi atrevido estilo de vestir,
la maestra me dijo que era prácticamente imposible que pudiera volver a ese grupo por lo
que me iba a mandar a segundo año en lo que la situación mejoraba o hablaba con mis tutores.
La directora al ver mi ropa sucia y rota; me dijo que debía cambiarme, trate de ocultar las braguitas
y el corpiño que tenia puesto; pero al verlas la directora cambio el uniforme que me presto por un chaleco de chica y una playerita blanca del uniforme que me quedaba aun mas corta que la anterior.
Intente decirle que yo quería ropa de chico, pero ella me dijo que si ya había tenido el valor de ir
vestido asÌ, tenia que seguir. La directora le ordeno al prefecto que me enviará al segundo F a tomar
las clases del resto del dÌa.
El segundo F, además de ser el grupo donde estudiaba Berenice,era el grupo de los raros. Nerds, tartamudos, y chicas con diversos problemas de adaptación estaban ahÌ. Mi reputación de chico guapo y popular quedo por los suelos, más cuando recorrí el pasillo que llevaba a los salones, con el uniforme de chica. Los chicos hombres de mi salón y otros me agarraban a insultos y proposiciones sexuales.
Humillado llegue al salón, los alumnos de ese grupo eran bastante raros. Llegue y seque mis lagrimas me senté tuvimos una clase de biología. La maestra fue muy linda, me dio la bienvenida al grupo. No sé que fue pero empece a poner atención a la clase, de pronto comprendía todo y debo decirlo mis compañeros, aunque raros, me trataban bien.
Se notaba que que en ese grupo no había ambiente tan pesado ni competitivo como el mío. Me sentía a gusto, fue en la siguiente clase que llego Bere, al principio fue muy amigable me presento a todos, quienes me saludaron muy bien. después fuimos al patio y comenzamos a platicar.
Ella me comento que ese grupo estaba lleno de víctimas de Bullyng, muchos de ellos por situaciones como la mía. Trate de convencerla de que yo no quería vestir de chica, y que todo había sido una trampa de mis vecinas.
De pronto sentí una cachetada que casi me tira la cabeza. extrañado voltee a verla.
Mira no creas que no supe la sorpresa que se llevo mi hermana contigo. Y menos como te atrapo en la casa de las chicas. Si fueras muy hombrecito no te hubieras dejado hacer las cosas que dices que te hicieron. Me dijo con una seguridad y aplomo mucho más fuertes que cuando me defendió de los chicos de mi grupo anterior.
Pero es verdad fue una trampa. dije con lagrimas en los ojos.
Otra cachetada me llego.
Ya te dije que te calles. Debes aceptar que te gusta y que tu eres el culpable de dejar llorando a mi hermana. Además yo siempre lo sospeche, desde que te vi con esa pinta de galán súper que en el fondo eras un mariconcito afeminado. Iba a defenderme, pero el miedo a una nueva cachetada me detuvo.
Que bueno que ya no dijiste nada. A partir de ahora vas a obedecer y nada de contradecirme ¿Esta claro? dijo Bere mientras me jalaba el cabello por la nuca.
Si Bere. dije llorando.
Muy bien, que bueno que obedezcas, con el tiempo sabrás que es lo mejor. Dijo ella con mucha autoridad.
Es hora que conozcas a mi grupito de amigos, dijo mientras me tomaba del brazo y me guiaba hacia dentro del salón de nuevo.
El grupo de Bere estaba compuesto por varias chicos y chicos, no sobra decir que ella era la dominante y todos hacían lo que ella quería. Me fue presentando a todos, quienes muy amables me saludaron y fueron muy cordiales conmigo.
Tomamos algunas clases y todo fluyó con normalidad hasta que tuvimos hora libre. Fue en ese momento que Bere me hizo ir hacia un grupito compuesto de tres niñas.
Es hora que te presente con toda la pandilla, veras que harás muy buena química.
La primera que conocí se llamaba Renata, era una chica gordita un poco más ruda en apariencia que Bere.
Las otras dos eran Maria José y Maria Fernanda, unas chicas súper tímidas, platicamos un rato hasta que Bere les pidio a las chicas que me platicarán su historia para que se me fuera quitando el miedo.
Maria Jose y Maria Fernanda me dijeron que ellas habían sido chicos, pero ahora habían decidido ser nenas. Y que no tuviera miedo aceptarme como soy. Mi primera impresión fue no creerles, pero una de ellas acerco mi mano a su entrepierna y pude saber que lo que decían era verdad. Estaba impactado, ellas me comentaron que desde pequeñas tomaban hormonas para ser niñas y ahora lucían como unas increíbles adolescentes. Yo las escuchaba con mucha atención, fue Bere la que interrumpió.
El problema es que tu lo hiciste de un día para otro dijo Bere riéndose.
Las otras chicas se rieron y me pidieron que no le dijera a nadie. Desde luego prometí no hacerlo.
Termino la hora libre y en ese grupo tocaba educación física, debido a que ese grupo no era nuevo para mi no llevaba uniforme. Me presente en el patio y le dije al maestro que no podía tomar clase, a lo que se negó me mando a la dirección donde la secretaria de la directora me vio y me dijo:
No te preocupes; Denisse -una de las hijas casadas de mi vecina- dejo ropa de educación para ti.
P uedes cambiarte en el baño de la dirección, ingrese con la bolsa creyendo que mi castigo había
terminado.
Cuando abrí la bolsa, la decepción se apodero de mi: unos converse, unas calcetas largas, otra playera polo ajustada y un mini short de educación física eran las prendas que Denisse había decidido que usaría. Trate de evitarlo y decir que la ropa estaba maltratada y que no me quedaba, pero la secretaria de la directora me desaíro.
La directa dijo que si no hacías deportes ibas a reprobar el año, sentenció la secretaria quien al no dejarme opción me volvió a meter al baño y me dijo que no saliera hasta ponerme las cosas.
Resignado me puse las cosas, la playerita era igual de ajustada que la que traía, las calcetas eran largas y también tenían las rayas azul con roja del colegio, el short era pequeÒo, me marcaba todo el trasero, trate de acoltar mi paquete hacia atrás para que no se notará·. Debo admitir que lo único que no me gustaba eran los tenis, yo acostumbrado a los tenis enormes, con estos tenis de suela tan delgadita me resultaba incomodo caminar por lo que daba pasos muy cortitos y lentos.
Afortunadamente ya estaba depilado lo que hizo que el espejo del baño de la dirección me devolviera una imagen de mi que no conocía. La verdad del cuello para abajo y exceptuando que era muy plano, si parecía una niña. Esto me desconcertó y provoco un morbo impresionante. Estaba sumergido en esta reflexión cuando se escucho el toquido de la puerta diciendo.
Apurate te vas a perder tu clase, dijo la secretaria de la directora del otro lado de la puerta. Salí del baño con mucho pudor y vergüenza, la verdad me sentía muy incomodo. Al verme la secretaria, me dijo que aguardara.
El problema de las niñas especiales como tu, es que siempre son muy inseguras. Dijo mientras me acomodaba la blusa, el short y me subía las calcetas. Intente explicarle que todo era una trampa de mis vecinas, pero dijo que afortunadamente Denisse le había explicado la verdad a la directora. Asi que admitelo y camina derechita, que veo que andas un poco jorobada.
No me quedo más remedio que ir a la clase. Ahí iba yo con mi nuevo uniforme preparándome para el bulling que me iba a hacer. El profesor no dijo nada, Bere me llamo y me junte con su grupito. Debo decir que a pesar de lo incomodo de la ropa, todo fluyó bastante bien, jugamos al resorte, y varias cosas por el estilo. La verdad fue muy agradable, el profesor nos reunió.
C omo actividad para este mes, necesito que preparen una coreografía para evaluar lo aprendido durante clase. El profesor nos dijo que no podíamos escoger compañeros, que él iba a seleccionar equipos. El profesor hizo equipos de 5 personas, a mi me toco con Bere, Maria Fernanda, Maria José y Luisa, una chica que era muy divertida. La verdad lo estaba pasando muy bien, por un tiempo se me olvido lo que traía puesto.
La siguientes clases, siguieron sin novedad, a la hora del receso, me la pase dentro del salÛn pensando en todo lo que había pasado. La verdad no sabia como había llegado hasta ese punto. Bere y Maria José interrumpieron mi introspección.
¿Como te sientes? pregunto Maria José con sinceridad.
Raro, le dije afligido y con un poco de pena.
No te pongas nerviosa, a todas nos pasa lo mismo. Deberías de ver cuando mis papas lo supieron, dijo ella riéndose.
Me canse intentar explicar que todo había sido un engaño, solo me resigne a sonreír y preguntarle como se había convertido en nena. Ella me comento que cuando iba en la secundaria unos chicos lo violarón, lo cual la hizo ver a los hombre superiores a Èl y después de mucho sufrimiento decidió tomar hormonas para poder vivir como mujer.
Su madre la acepto, sin embargo su padre se fue de la casa y les pasaba a Maria José y su mami una pensión. Desde entonces su mama la apoyaba en todo, y comenzó a trabajar para pagar el tratamiento de Maria José. Me contó que al inicio fue doloroso y que ahora empezaba a disfrutarlo y que era muy feliz.
¿Y en donde trabajas?, le pregunte para cambiar un poco de tema la conversación. Me dijo que en un Bar de deportes donde era de esas meseras que vestían con blusas escotadas y shorts diminutos. También me comento que el ambiente laboral era increíble, le gustaba mucho y se llevaba muy bien con sus compañeras.
¿Y pagan bien? le pregunte. Ella me dijo que si que ahora que estuviera lista ella me ayudaría a conseguir una entrevista para trabajar.
¿Y crees que me contraten? l e pregunte con extrañeza.
Con ese cuerpecito tan bonito que tienes y unos ajustes yo creo que si. dijo mientras se reía. Termino el receso y las clases se dieron de manera normal.El timbre sonó y salimos de la escuela, volví a ponerme mi chamarra enorme aunque estuviera manchada. Me fui corriendo a casa de mis vecinas.
Al llegar solo estaba Paty la mamá de mis vecinas. ¿Cómo te fue? me dijo Patty con mucha naturalidad?
Bien le conteste, desanimado. Tirando mi mochila en el piso con cansancio, trate de irme a mi habitación pero Paty me detuvo.
Espera un momento, dijo Paty mientras me detenía del brazo con suavidad.
Necesito que sientes, dijo mientras con total obediencia accedí. Y le pregunte si necesitaba algo.
Denisse me comento lo que estabas haciendo con mi hija, eso es algo que no puedo permitir
dijo Paty.
Fue una trampa lo juro, ya aprendí la lección no lo vuelvo a hacer. Le dije suplicándole.
Mis hijas son un poco juguetonas, pero lo que hiciste no lo puedo tolerar. dijo en un tono muy serio.
Juro que no lo vuelvo a hacer le dije con lagrimas en los ojos, hoy tuve la experiencia más humillante
de mi vida. Te lo suplico me portare bien.
E so es lo que quiero a partir de ahora este será tu nuevo look hasta que te levante el castigo. Aprenderás a obedecer. Hemos escondido tu ropa y no podrás usar ropa de niño sin mi permiso , dijo Paty.
Pero no puedo es muy humillante, le dije llorando.
Es tiempo que aprendas a no hacer esas marranadas, vivirás como una niña, a partir de hoy serás tratado como una chica más hasta que yo diga ¿Está claro?
Llorando le dije que no lo hiciera, pero al final con lagrimas en los ojos y mi hombría herida tuve que aceptar. Ella me dijo que era lo correcto y que tenia que empezar con mis labores desde ya. Me llevo a la cocina y me puso frente al fregadero.
Ahora que eres nena también tendrás varias labores de la casa y así fue como me encomendó lavar los platos, hacer los baños y limpiar los pisos. Y ahí estaba yo, lavando los pisos, con un minishort, una playera ajustada y ropa interior de chica como toda una nena.
Estaba terminando los pisos cuando llegaron Lucia y Jimena.
¿Cómo te fue preciosa?, me dijeron las chicas mientras me veían llorar y limpiar los platos.
Te ves como todo un mariconcito jejejeje, dijo Jimena mientras pasaba sus dedos por mi trasero.
Q ue bueno que ya toda la escuela sabe que es tan poco hombre, que se viste como nena, remato Lucia y se fueron las dos rumbo a su cuarto.
Termine de limpiar los piso y Paty me permitió subir a mi habitación. Afortunadamente no tenia Tarea.
Era tarde y no había comido nada, baje a buscar algo de comida intentaba prepararme algo y Paty me lo impidió. No volverás a comer como antes es parte de tu castigo me dijo. Mientras me servia una pequeña porción de zanahorias hervidas y un cuarto de lata de atún.
Es muy poquito le dije mientras veía el plato con extrañeza.
Tienes que acostumbrarte ahora debes cuidarte más para estar delgado, dijo.
Pero voy a morir de hambre, le dije.
No morirás nosotras las mujeres por estar lindas para los hombres siempre nos quedamos con el gusanillo me dijo. Ahora ve a lavar ese uniforme .
No tengo que ponerme la ropa esta escondida , comente.
Subimos a la recamara de las chicas y Paty saco ropa para mi. Me la puso sobre la cama, cuando la vi volví a llorar. Eran unos jeans súper ajustados, con una playera polo azul cielo, braguitas blancas y unos flats.
Intente suplicar por mi ropa, pero no funciono, resignado tuve que ponerme la ropa que habían elegido para mi.
Debo confesar que, a pesar de lo corto, la ropa era un poco más cómoda que el short de educación física. Pude limpiar lo que me faltaba de la casa sin dificultad. Al terminar mis quehaceres como Paty me había pedido fui a decirle que si necesitaba algo más. Ella me felicito por haber hecho las cosas tan rápido, me dijo que fuera a ver a las chicas, pero antes me pidió que le hiciera una reverencia como toda buena mariquita. No quise discutir más y con la hombría por los suelos hice una afeminada reverencia con un muy agudo "si señora".
Llegue al cuarto de Lucia y Jimena, quienes impactadas me barrieron de arriba a abajo.
Mira nada más que bonito te ves, dijo Lucia mientras ella y su hermana se burlaban de mi.
Ya nos dijo mi mama que te vas a estar vestido asÌ todos los días. Quien pensaría que de
ser un patán terminarías convertido en una putita adorable, mira hasta tus flats combinan,
pedazo de marica, dijo Jimena mientras me rodeaba con una actitud que me daba miedo.
Se los suplico déjenme en paz, dije mientras lloraba.
Ay si, ahorita si suplica el mariconcito, pero antes muy bravo ¿no? Ahora ya ves que siente una chica cuando un puerco como tu la acosa, y eso no es nada, no imaginas lo horrible que es cuando los hombres se te quedan viendo con actitud morbosa.
Tengo una idea, ¿Porqué no vamos a tomar un paseo para que todo mundo vea el look de este mariconcito? dijo Lucia.
Si vamos, intente negarme, pero entre las dos y Paty me obligarÛn a ir. A empellones, me subieron al carro y llegamos a una plaza. Nada más llegue a la plaza y sus afirmaciones fueron ciertas... todo mundo se me quedaba viendo, trate de evitarlo pero no había forma. Las chicas que me veían solamente se reian, los chicos me proferían insultos como puto y cosas asÌ.
Ellas se la pasaban diciéndome cosas como te ves preciosa, que hermosa se te ve esa playera, te voy a regalar una bolsa... la verdad era muy humillante. Todo empeoro cuando caminando por la plaza y de pronto vi a Sofia de caminando de la mano de un chico.
Trate de evitarla, pero Lucia y Jimena la saludarÛn de inmediato ellos se acercarón. Cuando Lucia me vio su mirada fue como un témpano de hielo.
Mira te presento a mi nuevo novio, me dijo Sofia mientras el chico me estrechaba su mano.
Sin nada de ganas estreche la mano del chico.
Él es mi ex novio el que resulto una nena, mira. ¿A poco no es un lindo mariquita? dijo Sofia mientras el chico sólo se reía.
Mu... mu...,mucho gusto dije nervioso.
Ay mira ya se puso nerviosa ¿a poco no es adorable? dijo Jimena mientras una lagrima escurría de mi mejilla.
No te pongas nervioso, este no es para ti putito... dijo Sofia mientras cachondamente abrazaba y besuqueaba a este chico.
Yo iba a comenzar a llorar más fuerte, pero Sofia me puso una bofetada... ya vas empezar te odio . Dijo Sofia mientras se iba con su nuevo macho.
Mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas de nuevo, Lucia y Jimena me abrazaron y me susurraron al oído: no llores, esto apenas se pone divertido.
Las chicas me fueron jaloneando hasta una tienda de ropa, nos acercamos y una dependienta nos pregunto que necesitábamos.
Buenas tardes ¿Puedo ayudarles en algo? dijo la dependienta con un tono muy amable. Era una chica
rubia muy menudita de unos 20 años a lo mucho.
Estamos buscando ropa para este mariconcito, dijo Jimena mientras me aventaba hacia el frente.
Claro que si tenemos todo lo que necesitan aquí. Felicidades que bueno que te animaste a ser tu misma, dijo la señorita con profesionalismo.
Estaba muerto de pena y no podía decir nada, pero Jimena me hizo hablar.
¿Como se dice mariconcito? pregunto mientras jalaba mi cabello.
Muchas gracias señorita, dije sollozando a la dependienta. Quien puso una sonrisa en la boca.
Me alegra que estén educandote bien, las jotitas como tu tienen que ser bien educadas, dijo con
tono de falso profesionalismo. ¿Como que tienes en mente para ella?, le dijo la dependienta a Jimena.
S i quiero algo, para que este putito hermoso, pueda andar en la calle, pero que todo mundo sepa que es un mariconcito afeminado. ¿Tu que nos sugieres? dijo Jimena a la dependiente.
No te preocupes, se ve bastante mariconcito, pero podemos ayudarlo a que se vea más dijo la dependienta.
Lo primero que debemos hacer es buscarle una cinturilla, para que se le marquen más sus curvas.
¿Ya esta depilado? pregunto la señorita quien se llamaba Ariadna.
Si ya esta depilada, te puedo llamar ¿Ariadna?. Pregunto Jimena a la señorita.
Claro ¿Tu Cómo te llamas? ,le pregunto la señorita a Jimena.
Jimena y ella es mi hermana Karla, le dijo a la dependienta señalando a su hermana que estaba embobada con unos vestido.
¿Y el mariconcito tiene nombre? p regunto la empleada de la tienda mientras buscaba algo en unos cajones.
Si se llama Brenda y es su primer día vestido como lo que es en realidad, dijo Karla mientras me ponía una nalgada.
Que lindo nombre , dijo mientras le mostraba a Jimena y a Karla una cinturilla.
¿Qué opinan? Esta diseñada para marca una cintura espectacular, dijo Ariadna mientras mostraba a las chicas la cinturilla blanca.
!Esta genial! dijeron las chicas ilusionadas.
Pueden pasar al probador, en lo que se la miden yo les conseguirse más para su hermoso mariconcito ; dijo Ariadna.
Las chicas me tomaron del brazo, pero Ariadna las detuvo.
¿Putito lindo, no se te olvida algo? Dijo la dependienta con una maliciosa sonrisa.
De inmediato supe que significaba aquello, y como no quería más problemas hice lo que se esperaba de mi: una femenina reverencia y agradecerle a Ariadna.
Las tres chicas rieron, mientras Ariadna les dijo que por mi femenino gesto me regalaría una sorpresa.
Las chicas me llevaron al probador mientras Ariadna les pasaba montones de ropa, terminaron eligiendo una cinturilla, una blusita tipo polo color rosa, unas pantis que levantaban las pompas, unos pantalones súper ajustados y unos flats.
Esta muy bien, pero le faltan los accesorios dijeron las chicas, Ariadna trajo unos aretes, unas pulseras y un dije de corazón rosa, me pusieron todo. La verdad si no fuera por que no tenia peluca ni tampoco pechos si hubiera parecido una chica. La imagen que me devolvía el espejo comenzaba a gustarme, al notarlo las chicas me ofrecieron una peluca la cual me puse de buena gana. Después del maquillaje la verdad si parecía una chica adolescente.
¿Te esta gustando verdad mariconcito? Dijo Karla con la sonrisa de alguien que había logrado su objetivo.
Pues parece que si mira la erección que se carga dijo Jimena.
No lo había notado, pero la verdad me estaba gustando como me veía de pronto me estaba dejando llevar y lo peor de todo me encantaba. Fue en ese momento que mis captoras me dieron una bolsa, me hicieron pagar la ropa y me sacaron de la tienda.
Caminaba por la plaza con mi nuevo look y me empece a sentir muy cómodo.
La ropa se apodero de mi más tarde en darme cuenta que en comenzar a disfrutarlo, ahí andaba yo con mi bolsita y mi outfit de niÒa caminando al lado de Karla y Jimena, había quedado de esperar a que la tienda cerrara, para pasar por ella e ir a un café.
La sensación de que los chicos me vieran como una chica bonita me ganaba, la verdad comencé a sentirme muy a gusto, incluso coqueteaba. Fue al ver esto que las chicas me decían que lo admitiera que me gustaba ser mujer, que me veía hermosa y que si quería podíamos ir a comprar más ropa. Algo se apodero de mi, porque de pronto les dije que si.
¿Y como que ropita te gustaría comprar precioso? me dijo Jimena.
No lo sé, solo sé que me gusta mucho vestirme así , dije enchido de alegría.
Podrías ser una faldita y una blusita como que la traes, pero necesitas más busto corazón dijo Jimena.
Las chicas me volvieron a llevar a la tienda de Ariadna, al vernos ella noto mi felicidad y se puso muy contenta.
Me abrazaron me volvieron a meter al probador.Ahora me hicieron ponerme unas bubis de silicona, y un sostén. Nunca me había sentido tan bonito en mi vida, no sÈ como, pero en verdad me gustaba sentirme tan femenina. Me encantaba el peso de mis ahora nuevos senos, era delicioso ese baiben que movía mi cuerpo levemente cuando me movía o giraba.
Ariadna cerro la tienda y nos quedamos adentro, ella nos comento que podíamos quedarnos. Estuvimos platicando con ella. Yo le dije que a pesar de todas las cosas feas me había hecho, le debía agradecer por su ayuda la verdad me sentía muy contento.
Ella me corrigió, diciendo que debía de hablar de mi en femenino. Al principio pensé que seria demasiado, pero ya como estaba vestido, pues no me quedo más remedio que aceptar. Lo cual hice de excelente gana.
Mil gracias Ariadna, nos has ayudado mucho, dijo Jimena mientras se me dibujaba una sonrisa de pavo real que no podía con ella. Ella me dijo que era normal, que muchas veces había visto a muchos chicos florecer y sacar a flote la hermosa mariquita que vivía en ellos. Al preguntarle si era cierto ella me dijo que una de las chicas que trabajaba en uno de los locales de comida rápida que había en la plaza era una mariquita como yo.
Le dije que si era cierto y ella me comento que si quería podía decirle que saliendo del trabajo viniera para que la conociera. Desde luego le dije que si, estuvimos un rato platicando y joteando cuando alguien toco la cortina de la puerta.
Ya llego , dijo Adriadna mientras abrió la puerta del local, mi sorpresa fue mayúscula cuando enfundada en un uniforme de dependienta de restaurante de comida rápida llego Marifer mi compañera del colegio que era trans.
Al verme se puso a llorar de la emoción, me abrazo, el contacto de sus pechos rozando los míos, fue una experiencia llena de morbo. Ella me comento a diferencia de Maria José, desde pequeña siempre quiso ser mujer, sus padres la apoyaron y comenzó a hormonar desde que era muy pequeña. La verdad me sentía en las nubes, cuando me percate ya actuaba con ademanes y gestos de chica.
Estuvimos todos muy a gusto en la tienda, de pronto Ariadna nos invito a su casa. Nos fuimos en su carro. La casa de Ariadna era el sueño de cualquier obsesionado de la moda, su mamá trabajaba en vestuario para películas tenia racks llenos de ropa, repisas llenas de pelucas, y mesas llenas de escritorios.
Estuvimos platicando un buen rato cuando a Karla se le ocurrió una gran idea. Se adentro en la bodega de la casa de Ariadna y salió vestida de conejita de playboy.
¿Que opinan? dijo mostradores ante todas en posee sexy y moviendo el rabo de algodón que tenia en sus trasero.
!Te ves hermosa! vengan vamos a disfrazarnos todas, dijo Ariadna. Corrimos entre las cosas... Ariadna se disfrazo de cuero negro, Lucia de Bailarina de Can Can, Marifer iba a escoger algo, pero Ariadna la detuvo.
Tengo algo increíble para las dos, dijo Ariadna nos llevo de la mano hacia un mueble diferente.
Tu serás una colegiala hermosa, le dijo Karla a Marifer mientras le daba una faldita roja tableada, calcetas largas una blusa blanca, ajustada de manga corta y unos tacones negros de unos 15 centímetros.
Marifer estaba extasiada, rápidamente se quedo en ropa interior y comenzó a vestirse. Se le veía contenta; muy a gusto, se ponía la falda y la blusa con una satisfacción en la cara que no
podía con ella.
Ariadna y Lucia le dieron unos retoques. Se veía preciosa y lo mejor se veía feliz. No sé si me deje llevar por la situación, pero me deje vestir por ellas.
A ti te toca este, serás una marinerita sexy, dijo Ariadna. Me pusieron unas medias, un liguero, una playera polo a rayas azul marino, una falda azul, unos tacones de color rojo y un gorrito de marinera.
Las chicas me retocarón la verdad me sentía en las nubes, el espejo me devolvía la imagen de una chica delgada, de buenos pechos, ojos grandes y bonitos.
Estas preciosa Brenda me dijeron las chicas mientras estaba en las nubes modelando mi hermoso look, pronto ya me encontraba haciendo una replica muy femenina del saludo militar la verdad me sentía sexy y hermosa.
¿Te gusta preciosa? me pregunto Ariadna.
Si la verdad me siento toda una mujercita, le respondí con alegría. De pronto ella se puso muy seria.
Mira hermosa, tu eres muy bonita y todo, pero nunca serás una mujer real, siempre serás un mariquita. Muy linda, pero al fin y al cabo un mariconcito afeminado. ¿Entendiste?
¿Pero...? le dije...
Ella puso su dedo en mi boca, igual que Karla pidiendo que me callará.
Tu nunca serás igual que nosotras es hora de que sepas cual será tu lugar, dijo.
Dirigiendo el dedo indice al piso, y sin decir palabra, Ariadna puso a Marifer en el piso en posición de perrita. Ariadna se acerco a ella levanto un poco la falda, dejando expuestas las braguitas de Mafer; le dio una nalgada que mi amiga sumisamente acepto, con un gemidito y una sonrisa.
Ya viste, las mujeres somos superiores a ustedes las mariquitas, por ello deben obedecernos, d ijo Ariadna.
Pero... pero... dije intrigado.
Te lo volveré a demostrar, dijo Ariadna mientras bajaba la braguita de Mafer dejando al descubierto su lindo trasero. Lo acaricio y paso sus dedos justo por la rayita... Mafer gemía como toda una puta, su respiración se agitaba, los dedos acariciaban su ano. Mafer no sé podía controlar gemía como una gatita en celo, Ariadna comenzó a preguntarle cosas como ¿Quién es tu papi? Mafer le decía que ella y ronroneaba no se podía controlar.
Ariadna metió el dedo en el ano de Mafer y ella gozaba de lo lindo, Ariadna hacia movimientos circulares y Mafer no paraba de gozar. Estaba en el éxtasis como una bella putita. Se notaba que gozaba de lo lindo. Solita se arrimaba a los dedos de Ari como una putita ganosa. Fue despues de unos minutos, que vimos como se convulsionaba de placer y llegaba al éxtasis. Al llegar al orgasmo, Mafer se volteo mostrándole a Ariadna su frente, mostrando el aparato de castidad que tenia aprisionado a su pene.
Ariadna lo retiro, del aparato escurría una gran cantidad de semen. Ari dio el apartito a Mafer quien comenzó a chuparlo como si se tratará un rico manjar. Simplemente estaba muy feliz.
Ves ese el papel de ustedes los mariquitas... dijo Ariadna.
Intente debatir, pero simplemente no pude, un golpe de Karla me hizo arrodillarme. Más tarde en tratar de levantarme que ellas me amarraron ahí estaba yo en posición de perrita. Intente zafarme pero no pude, más tarde en tratar de incorporarme que pronto vi como se me acercaba Mafer.
La imagen era desconcertante, Mafer y yo con el culo al aire, nuestros traseros se rozaban. yo estaba amarradita. De pronto sentí algo escurrir por mi culito, Karla me dijo que era lubricante. No me podía mover, de pronto comencé a sentir algo muy extraño, Lucia me estaba metiendo un dedo como lo Ariadna lo había hecho con Mafer. La sensación fue extraña, pero no me dolió, era muy agradable, la verdad estaba disfrutando cada milímetro de los dedos de Lucia. Karlita mientras me susurraba al oído.
Goza mariquita, goza, decía mientras yo me mordía los labios del placer no había sentido algo tan rico. Era muy deli la verdad lo estaba gozando.
En ese momento Marifer se paro frente a mi, no tenia su aparatito puesto su polla estaba frente a mi. No sé que me paso ni que pasaba conmigo, pero como toda una puta cuando lo restregó me lo metí a la boca. Me encantaba la sensación de sentirme llena. Estaba en el cielo era bien rico.
Ahí estaba yo, el chico que hace días ligaba y tenia novia, estaba comiendose una polla mientras una mujer le metía un dedito en el culo. Yo no paraba mama ese tronco pequeñito como una perra viciosa.
La verdad me retorcía de placer. El pene de Mafer era muy suavecito no era como el mío, era delicado y precioso. Mafer gozaba, se le veía en su cara, después de un rato senti su semen llenarme mi boca. La verdad daba un chorro de asco, pero algo me poseía y lo trague todo.
Aunque no te guste, tienes que fingir que te encanta mariconcita, me dijo Karla. La verdad me encantaba estaba extasiado, pero aun no tenia un orgasmo. La verdad estaba ardiendo estaba que no podía con la calentura y para rematar Karla saco su dedito.
No lo saques, suplique con lagrimas en los ojos. Las chicas se rieron y yo me sorprendí ¿De verdad me estaba sucediendo esto? de un momento a otro me gano la pena el pudor o no sé que, pero me sentía incomodo, preocupado, acomplejado me puse a llorar.
¿Que tienes? dijo Karla mientras me veía llorando en el piso...
No te preocupes es normal, seguramente esta impactado, dijo Mafer mientras me tomaba de la barbilla.
No llores, veras lo maravilloso que es ser mariquita, comenzaras a disfrutarlo, dijo mientras me acariciaba mi trasero con suavidad y ternura.
La verdad sus caricias provocaron un escalofrío en mi cuerpo, ella se percato de que mi piel estaba chinita. Y comenzó a mordisquearme mi oreja la verdad se sentía súper rico. Fue en ese momento cuando las chicas, comenzaron a decir que deberíamos jugar algo nuevo. Pero que necesitábamos
usar algo. Fue en ese momento que con habilidad me pusieron un aparato como el que traía puesto Mafer y que solita se había vuelto a poner.
Este es un aparato que no permitirá que tu pipi funcione, debes aprender a manejarlo, dijo Ariadna mientras lo colaba y me acercaba sus pechos de manera provocadora. Y ahí estábamos Mafer y yo
feminizados viendo como aquella mujer se nos insinuaba de manera descarada. De pronto Karla y Lucia le seguían el juego, comenzaban a besarse y a toquetearse, se veían súper bonitas. La verdad estaba hirviendo, pero el aparato no me dejaba tener una erección lo cual era doloroso.
A partir de ahora deberás aceptar que no vas a volver a penetrar a ninguna chica, me dijo Mafer. La verdad estaba sufriendo muchísimo, quería tocarme o algo, pero el aparato no me lo permitía. La excitación me hacia enloquecer, no podía soportarlo, trababa de taparme los ojos o de voltear, pero Mafer no me dejaba. Me retorcía, mordía mis labios, estaba muerto de excitación. Lloraba y gemía, le suplicaba a Mafer que me quitará el aparato, pero ella no me dejo.
Le dije que no podía soportarlo, que me ayudará. Ella me dijo me quedara quieta, con suavidad empezaba a rozar mi trasero, despues paso sus dedos por mi trasero. Comenzó a tocarme y no supe cuando tenia un dedo de Mafer en mi culito, la verdad me no me dolía, estaba tan excitado que ni lo sentí. Mafer con habilidad empezó a acariciar mi próstata, lo que me provoco una oleada de placer gigantesca, cada vez que sus dedos rozaban mis próstata me sentía liberado. Después de una media hora cada vez que rozaba mi próstata, eyaculaba un chorrito, esto sin tener una erección. Fue al ver esto y escucharme gemir como una perra que las chicas se reían de lo lindo y se divertían
diciéndome mira, ya aprendo a correrse como putito. Ahora será toda una mariquita.
Fue después de múltiples caricias en mi próstata que me hizo sentir un orgasmo más grande. La verdad nunca había sentido un placer tan rico, estaba desconcertado. Exhausto y hecho un trapo, quede tirado en el piso despues de semejantes oleadas de placer, mi cara de éxtasis y mis gemidos me delataban me había encantado. Tenia una sonrisa de oreja a oreja, las chicas se fueron y me dejaron a solas con Mafer.
Le di las gracias por tan rico placer, ella me dijo que le daba gusto que hubiera otro mariquita en el grupo. Me comento que cuando Ariadna lo había descubierto lo ayudo a aceptarse y le enseño a comportarse como una mariquita. Que muchas veces extrañaba penetrar a alguna chica, pero que
la verdad estaba muy contenta. Que vivían juntas y que ella estaba al servicio de Ariadna como si fuera su mucama, que eso la ayudaba a sentirse muy femenina, que todo lo que ganaba en su trabajo se lo daba a Ariadna y que ella le daba el dinero suficiente para sus hormonas, su ropa y su escuela. Que era muy duro pero que estaba muy feliz.
Yo comencé a preguntarle sobre a que sabia un pene y si era igual de rico que los deditos. Ella me dijo que era muchísimo más rico y que seguramente me encantaría. Estuve reponiéndome un rato cuando Mafer se levanto, se cambio y comenzó a ponerse un uniforme de mucama que consistía en una faldita negra, una blusa con un cuellito blanco, medias, liguero y una cofia. Se veía preciosa y muy elegante. Le dije que se veía preciosa ella me dijo que si quería ayudarla, de inmediato acepte, ella me llevo a su cuarto, que estaba decorado como si fuera el de una adolescente. Abrió su closet y saco un uniforme idéntico. Un escalofrío de apodero de mi, moría de ganas de ver como me veía con ese uniforme puesto, pero a la vez sabia que me estaba dejando llegar y no iba a ver vuelta atrás. Mafer me tranquilizo, diciéndome que era lo mejor, que tenia que probar la delicia de sentirme deseada, bella y femenina.
Acepte sin chistar,me puse el uniforme de mucama, la verdad me veía y me sentía una de esas chicas sexis. Los senos se me marcaban a través de la blusa, el espejo me devolvía el reflejo de un trasero sexy, mis piernas enfundadas en esas medias me hacían sentir una chica bonita. La verdad estaba en las nubes, fue maravilloso. Como si fuera una experta, tome la charola que Mafer me dio y con determinación me dirigí a repartir bocadillos a mis amigas. Mis pasitos eran cortos, pues no
sabia usar tacones y menos tan altos.
Cuando las chicas me vieron se quedaron con la boca abierta, su cara fue de asombro. Se la pasaron alabandome la verdad estaba muy contento me sentía en las nubes, a pesar de todo asumí muy bien mi papel de mucama y continúe atendiendo a mis anfitrionas.
La verdad todo iba muy bien hasta que el timbre sonó, Mafer fue a abrir la puerta, todo fue desconcertante ahí estaba Sofia con su novio. La imagen era desconcertante, mi ex novia de melosa con su novio y yo vestido con un uniforme de mucama. Sofia y su novio se rieron de mi.
¿Como es posible que haya salido con esta marica? dijo Sofia mientras lagrimas escurrían de sus ojos.
Trate de disculparme, pero ella me dio una cachetada.
Las chicas me separaron y le dijeron a Sofia que no se enojará que ahora ella tenia un nuevo amor que si podía atender sus necesidades. Ella dijo que eso era cierto, trate de volverme a disculpar, pero las chicas me lo impidieron me dijeron que mejor ni hablara.
Les dije que yo quería mucho a Sofia y que no quería lastimarla. De pronto recordé que yo antes de dejarme llevar por eso tenia una novia y era como cualquier otro chico. Estaba arrepentido de estar vestido asÌ, me sentía culpable de gozar como había hecho y muy humillado le suplique perdón de rodillas a Sofia. Ella me dijo que solo había una forma de que aceptar· mis disculpas.
¿Cual haré lo que sea? le dije de rollidas y con lagrimas en los ojos.
Tienes que ser mi sirvienta una semana a partir de mañana, pero antes tengo que ver que ya nunca volverás a ser hombre. No quiero que ninguna chica pase la humillación que yo pase, dijo mientras me tomaba del cabello y me lastimaba. Estaba desconcertado, pero atine a decirle que si fue en ese momento que Ariadna dijo que eso podía arreglarse. De pronto ella trono los dedos y Mafer fue corriendo hacia ella.
Ella le pidió que fuera las cosas de la limpieza, supuse que me iban a poner a hacer cosas de chacha, pero cuando regreso Mafer la cosa fue muy distinta. Llego con una jarra de plástico, conectada a una manguera que tenia una especie de cánula al otro extremo. Mafer fue por una cubeta de agua. Yo no sabia de que se trataba, hasta que Ariadna y las chicas me pusieron en cuclillas juntos a un diván.
Esto es para que tengas tu colita bien linda preciosa , dijo Mafer mientras me introducía la cánula por ordenes de Ariadna.
Después conecto la jarrita, abrió una especie de llave y fue cuando tuve la sensación de un liquido extraño me llenaba, al principio era agradable, conforme más liquido entraba en mi cuerpo más incomodo era, pero después de esa tortura soltar el liquido en el water fue una verdadera delicia. No sin antes, me tomaron unas fotos con el vientre abultado como si fuera una mucama embarazada.
A pesar de la humillación la verdad era que no me sentía incomodo, me gustaba mi trajecito de chacha y haber tenido mi colita llena. Ese sentimiento de llenado se apodero de mi. De repente un calor desesperante se apodero de mi, moría de ganas. Un calor enorme se apoderaba de mi colita, se dilataba.
No sabía como apagar ese calor tan sofocante dentro de mi, me mordía los labios. Estaba demasiado excitado. Me puse en posición de perrita e intente tocar el culito con mis dedos, pero las chicas me lo impidieron me hicieron recargarme en el diván con el culo al aire.
Ya sabes que hacer... le dijo Ariadna a Mafer quien se puso detrás mío y acerco su cara hacia mi trasero y sentí su lengua lamer mi ano. Lance un gemido, esas pequeñas lamidas aminoraban mi calentura, me acercaba hacia la lengua de Mafer como una gata en celo. Mordía mis labios, no podía controlar la excitación era delicioso. Las suaves lamidas del inicio se convirtieron en chupetones, me abrazaba al diván tratando de no retorcerme del placer. Después de unos 5 minutos de aquella semejante calentura mi culito quería más.
Metemela, le imploraba a Mafer, mientras ella lamia mi culo. La sensación era deliciosa, Mafer le pidió permiso a Ariadna, pero ella se negó. Fue a un mueble que tenia y saco consolador con cabezas. Mafer se puso de un lado y Ariadna me metió el otro. Las dos como un par de putas nos tratábamos de un más en ese pedazo de plástico. Al entrar sentí un alivio, la verdad fue muy rico. Mafer también lo estaba disfrutando las chicas no paraban de insultarme, pero no me importaba. Ahi estábamos las dos como un par de mariquitas disfrutando de un plástico. Sofia no se quedo atrás y comenzó a seducir a su novio, quien no tardo en ponerla frente a nosotros y mostrarnos como lo hacia un macho de verdad.
La imagen era humillante, pero me hizo recordar que Sofia ya no era mi novia y que yo era a partir de ahora un mariconcito afeminado esclavo de las chicas. Después de unos cuantos mete y saca, Sofia le pidió a su novio que terminará en otro lado. El novio, fue hacia a mi y sin pensarlo se vino en mi cara. Fue muy humillante, pero la verdad me sentí afortunada y muy femenina. De mi boca salió un femenino gracias que las chicas disfrutaron riéndose. Era humillante, pero no me importaba, quería una polla en mi culo. Me quite el consolador y de un solo movimiento fui a chuparle la polla a Mafer. Ella gozaba de placer, la verdad no sabia tan rico, pero como buena puta me comportaba como si me encantará. Luego de unos minutos ella me agarro del pelo y de un solo golpe, me penetro. La sensación era deliciosa, sentía cada milímetro de su suave polla. Me encantaba apretar el culo y ver como ella se estremecía de placer. Minutos después y casi a la par, llegamos al orgasmo, la verdad era delicioso nunca me había sentido tan plena. Contraje la polla de Mafer con el trasero y se vino en mi... el sentimiento era delicioso, desde ese día descubrí que mi culito estaba hecho para dar y recibir placer. No volví a ser chico nunca más, pero esa historia se las contaré otro día...