Convertido en mujer (parte V)
Se acerca el final de esta historia en la que un hombre es convertido en mujer
Convertido en mujer (parte V)
Abrí lentamente los ojos, no recordaba nada. Y en ese momento me vi en la habitación que había dejado las cosas y enseguida se levantaron Marta y mi madre de las sillas en las que se encontraban sentadas.
Hola dije... ¿Que hora es?
Hola Mónica. Todo ha salido bien descansa y no te preocupes por la hora. Has Estado 4 días sedada en la UCI para que no tuvieras dolores y hoy ya han decidido despertarte.
Entonces, ¿a partir de ahora tendré que mear sentada?, no se me ocurrió preguntar otra cosa.
Levantó mi madre la sábana y subió el cabecero de la cama para que pudiera ver.
Por fin Mónica y se le cayeron dos lágrimas.
Marta se abrazó a mi madre.
Enseguida entraron Nuria e Isa y les pidieron que saliesen un momento.
Ves como ha ido todo bien Monica? Dijo Nuria.
Y mientras yo le decía que si. Isa bajo la sábana me abrió de piernas y me hizo una cura en la zona vaginal.
Ya está prácticamente curado, puedes levantarte con cuidado a orinar sin necesidad de utilizar cuña. Si quieres te llevamos ahora.
Le dije que sí que tenía ganas y entre las, dos me acercaron al borde la cama, sentandome. En ese momento mire entre mis piernas y vi que ya era Mónica en todo mi esplendor.
Me agarraron cada una de un brazo y me sentaron en el wc. La sensación al orinar fue muy diferente a la que había sentido hasta ahora. Me levante y en seguida Nuria se acercó cogió un poco de papel higiénico y lo pasó por mi vagina para limpiarla.
La siguiente sorpresa llegaría cuando fui a lavarme las manos, me miré al espejo y vi como el tratamiento hormonal que me había puesto la doctora Muñiz ya estaba dando sus frutos y tenía dos hermosos pechos, aun no muy grandes pero nada que envidiar a los de muchas mujeres.
Me llevaron nuevamente a la cama y me tumbaron. Nuria me dió un beso en la frente y salieron de la habitación, enseguida entraron Marta y mi madre y les pedí que me echaran la sábana por encima.
Al momento llegaron la doctora Muñiz y el doctor Adanez.
- Todo ha ido perfectamente. Mañana a primera hora tienes cita con la psicóloga y en cuanto ella lo confirme te daremos el alta.
El doctor bajo la sábana y me inspeccionó la zona vaginal: Todo está en orden. La doctora al ver cómo habían crecido mis pechos sonrió y dijo, aun te crecerán un poco más, vas a ser la envidia de todas tus amigas.
Miré a Marta y puso una sonrisa cómplice, se acercó a mi y me cogió la mano.
Cuando se fueron los doctores, les pedí que me volvieran a subir la sábana.
- Aquí todo el que viene le gusta dejarme desnuda a la vista de todos y Marta y mi madre se rieron.
Al día siguiente Marta me dijo que tenía que ponerme algo para ir a la psicóloga que aunque fuera en el mismo centro, era diferente planta.
Hoy vas a ponerte un tanga, ya puedes llevarlos!!
A lo que yo respondí, no traje ninguno en la bolsa que me preparó mi madre.
Pero Marta puso una sonrisa pícara y sacó tres tangas de una bolsa y me dio a elegir. Elegí uno que era la mínima expresión un triángulito de encaje y un pequeño hilo por la parte de atrás. Marta sonrió con la elección que había hecho.
- Llamaré a la enfermera a ver si te pueden quitar la vía para ponerte el camisón. Enseguida vino Nuria y al verme con ese micro tanga me agarró me dio dos besos en la frente y dijo: Ole mi Mónica.
Me quitó la vía y dijo que ya no era necesaria. Por lo que ya tenía libertad para moverme.
Alcanzame uno de los camisones que traje en la bolsa le dije a Marta, pero Nuria que estaba saliendo de la habitación dijo: es obligatorio usar camisones de la clínica, no se pueden usar de fuera, ahora les pido que te traigan uno.
Nos quedamos esperando cuando apareció un enfermero con una musculatura digno de admirar. Marta se quedó sin palabras, yo estaba sentada en el borde de la cama solo con el tanga pero ya estaba acostumbrada a que me vieran desnuda aunque luego me di cuenta que era la primera vez que un hombre me veía así desde que era Mónica si exceptuamos al doctor Adanez.
El chico me sonrió al verme y me dijo toma el camisón que has pedido hermosa. Yo me ruboricé y el chico salió de la habitación.
El camisón de la clínica es de estos abiertos por detrás que solo se ata arriba en el cuello por lo que con el tanga que elegí y este camisón iba a alegrar la vista a más de uno cuando saliera al pasillo.
Para ir a la psicóloga me puse una bata de la clínica, me acompaño Marta hasta la puerta ya que mi madre se había vuelto al pueblo para ducharse y descansar un poco.
Toque a la puerta y una voz muy dulce contestó: Adelante
Buenos dias, me dijo la doctora Muñiz que tenía que venir a verla a las 10.
Así es Monica, soy Fátima tu psicóloga voy a tratarte mientras tengas alguna duda sobre tu persona. Por favor, para que tratemos más íntimamente tu caso, quitate la ropa y tumbate sobre el diván.
Ahí estaba yo otra vez desnudandome esta vez delante de Fátima.
Una vez en el diván estuvimos charlando más de una hora por los motivos por los que ahora era Mónica. Fátima vio que ya tenía interiorizado mi feminidad y solo me dijo que no tenía que pensar que esto era debido a la situación que se había dado con el Colegio mayor que no tenía que buscar excusas en ello y que como le habían indicado Marta y mi madre yo desde siempre había deseado ser mujer.
Me pidió que me pusiera solo la ropa interior antes de irme y cuando vio el tanga que llevaba no le quedaron dudas de que no necesitaba más sesiones, más allá de las rutinarias una vez dada el alta.
Me puse el camisón y la bata, nos dimos dos besos y salí.
Allí estaba Marta esperándome.
Marta, dice Fátima que le habéis dicho que siempre quise ser mujer.
Mónica, ya no hace falta que sigas engañándote ni buscando excusas, por fin, tu deseo se ha hecho realidad.
Esa tarde le pedí a Marta que me dejara un rato sola en la habitación y que aprovechara para tomar algo en la cafetería.
¿Sería cierto que desde siempre había deseado ser Mónica? ¿O la realidad es que me había convertido en Mónica por el deseo de mi madre de tener una hija? ¿Por que Marta desde un primer momento estuvo siempre a mi lado para que fuera Mónica?
Al día siguiente la doctora Muñiz me confirmó que podía volverme a casa, por lo que me puse uno de los tangas que había traído Marta, un sujetador de encaje con un buen escote ya sin necesidad de relleno y me puse un vestido negro con manga sisa y muy corto. Me puse unos pimkies para que no me hicieran daño los zapatos y me puse unos que tendrían por lo menos 7 centímetros, no me apetecía ir con las sandalias planas, quería mostrarme ante la gente.
Recogimos todo, llame a mi madre diciendo que no hacía falta que se acercara que ya nos veíamos en el pueblo y salimos Marta y yo de la habitación, al salir al pasillo oi unos silbidos me giré y allí estaban Nuria e Isa me abracé a las dos y se nos escaparon unas lágrimas.
- Estas preciosa Mónica, no olvides llamarme para quedar un día por ahí de fiesta.
Me di la vuelta y continúamos pasillo adelante, sabía que me miraban las piernas según me iba.
Nos subimos al coche y a partir de ese momento comenzaba mi nueva vida. A Mónica no la conocían en el pueblo y a partir de hoy había una chica nueva que iba a ser la envidia de todas.
Continuará...