Convertido en mujer (parte I)

Javier es un chico que se verá obligado a convertirse en mujer si quiere estudiar Medicina. Su madre y su amiga Marta le convertirán en Mónica a pesar de sus reticencias.

Mi nombre es Javier, acabo de finalizar el Instituto y el curso que viene viajaré a Madrid a comenzar mis estudios en Medicina.

Actualmente vivo con mi madre Josefa en un pequeño pueblo la provincia de la provincia de León.

Por fin se había acabado el curso y podría cumplir mi sueño de viajar a Madrid a estudiar medicina. Ese día llegue a casa y mi madre todavía no había vuelto del trabajo, me duché, me puse el pijama y la esperé viendo la televisión. Media hora más tarde llegó mi madre y nada más entrar por la puerta noté que algo ocurría.

-Hola mamá! ¿Pasa algo? No traes buena cara.

-Hijo, tenemos que hablar, es sobre tus estudios en Madrid, ha surgido un problema.

-Mamá yo quiero estudiar Medicina en Madrid.

-Mira hijo, me han llamado esta tarde del Colegio Mayor, debido a las restricciones provocadas por la pandemia, no les quedan plazas libres. He estado llamando a otros colegios mayores y todos están en la misma situación, solo he encontrado plazas en un colegio Mayor femenino y me han dicho que es posible que mañana las completen.

  • Pero mamá, ¿que más nos da que se completen?

-Hijo, si quieres estudiar en Madrid, la única posibilidad que existe es que pases a ser una mujer. Podrás estudiar la carrera que siempre has querido estudiar.

  • Mamá eso ni en broma.

  • Piénsalo esta noche hijo, de momento he reservado una de las plazas que les quedaban y mañana tengo que ingresar el primer plazo de la matrícula para confirmar la reserva.

  • En ese momento me fui a la cama sin decir nada más.

Estuve toda la noche sin dormir, si quería estudiar Medicina no tenía otra opción pero no podía convertirme en mujer que iban a pensar de mi en el pueblo. Me levanté y me fuí con los amigos a pasar la mañana. Marta una amiga muy especial desde la infancia se vino a mi lado y me dijo: "Que te pasa Javi, te veo preocupado"

  • No te lo puedo contar Marta.

  • Javi, entre tú y yo no hay secretos, recuerda que lo prometimos hace muchos años.

  • De acuerdo Marta, pero no quiero que ninguno de nuestros amigos se entere.

Después de explicarle la situación, Marta sonriendo me dijo:

No te preocupes, hablaré con Josefa y entre las dos haremos de ti toda una mujer.

  • Sin darme tiempo a decirle más Marta ya había decidido que ayudaría a mi madre a convertirme en mujer para poder estudiar en Madrid.

Después de esta conversación nos fuimos los amigos a comer al campo y no hablamos más del tema. Cuando iba avanzando la tarde nos despedimos y cada uno nos fuimos a nuestra casa. Al abrir la puerta, me sorprendió que no estaban todas las vueltas de la llave echadas, mamá ya estaba en casa.

  • Hola mamá que haces tan pronto en casa

  • Hola hijo, me llamó Marta y me contó que ya habías tomado una decisión. Me alegra mucho que haya sido así, Marta está en camino y comenzaremos a realizar tu transformación en cuanto llegué.

  • Pero mamá.

  • No te preocupes hijo, Marta y yo te vamos a apoyar en todo y verás como todo sale bien.

A los pocos sonó el timbre, era Marta que venía con dos bolsas de viaje.

  • Hola Josefa, hola Javi, aquí vengo tal como dice, te traigo ropa mia para que puedas comenzar a ser mujer a partir de ya.

Y dicho esto comenzó a sacar todo lo que había traido: varias bragas, dos sujetadores, dos vestidos ajustados y cortos, una faldita de vuelo, una blusa blanca y un camisón. En la otra bolsa traía dos juegos de medias (unas negras y otras color carne) unos zapatos con unos 5 centímetros de tacón, unas bailarinas y unas botas.

  • Ahora en estas bolsas guardaré toda tu ropa Javi y me la llevaré a mi casa para que no puedas utilizarla, de momento con lo que te he traído tienes suficiente. Mañana iremos las dos de compras a León.

Marta y yo teníamos la misma altura y ambos estábamos delgados por lo que supuse que tendríamos una talla de ropa parecida.

  • En ese momento me di cuenta que ya me trataba en género femenino.

  • Por favor, quitate la ropa que llevas Javi... A partir de ahora vas a ser Mónica.

  • Mamá no me voy a quitar nada aquí delante de Marta y de ti.

  • Hija, si no lo haces tú lo haré yo.

En ese momento me di cuenta que mi madre ya me llamaba hija. No me quedaba otra opción que aceptar la decisión que habían tomado por mi.

Cogí y me empecé a desnudar primero me quite la camiseta y después me desabroché las zapatillas y me quite las Bermudas que llevaba, dejándome los calzoncillos.

  • Vamos Mónica que es tarde y Marta tiene que volver a casa.

Aunque éramos amigos desde la infancia, Marta nunca me había visto desnudo y en mi interior sentía una gran vergüenza porque había llegado el momento.

Me bajé los calzoncillos e inmediatamente me eché las manos por delante tapándome, pero Marta por un lado y mi madre por el otro me retiraron las manos.

  • Confía en mi, dijo Marta, a partir de ahora creo que Mónica va a ser mi mejor amiga.

Me llevaron al baño y después de darme una ducha me depilaron el cuerpo entero, después, Marta me dio un aceite por todo el cuerpo. Era la primera vez que Marta me acaricia así pero en ese momento ya no era Javi sino Mónica.

  • Encima de tu cama tienes el camisón que te ha traído Marta, ves a ponértelo dijo mi madre.

Me acerqué a la habitación y encima de la cama estaba el camisón y unas braguitas tipo bikini con la parte de atrás de encaje que permitían ver mis gluteos. Me puse el camisón, era un camisón de tirantes, corto, me tapaba poco más que las bragas y tenía un fino encaje en los bordes, además era traslúcido y se podían ver las bragas que llevaba puestas.

  • ¿Te queda mucho Mónica? Gritó Marta desde el salón. No tengo mucho tiempo.

Salí al salón y pude ver la cara de sorpresa y admiración de mi madre y de Marta.

  • Hija, que bien te queda, vas a ser la admirada por todo el Colegio Mayor.

  • Mañana pasaré a recogerte en coche, dijo Marta y nos iremos de compras a León durante la mañana.

  • Recordad que por la tarde tenemos que ir a la consulta de la doctora Muñiz, dijo mi madre.

  • ¿Doctora? Exclamé.

  • Si hija, es una experta en cambios de sexo y va a examinarte para ver si en los dos meses de verano antes de que comiencen la Universidad puede convertirte en la Mónica que todos queremos.

En ese momento me vine abajo, no iba a ser Mónica durante el curso universitario sino que mi vida iba a cambiar completamente para siempre.

Marta se despidió. Mi madre y yo cenamos juntos y me fuí rápido a la cama.

  • Mañana ponte el vestido azul que trajo Marta, usa el sujetador con relleno hasta que le demos solución a ese tema y te pones las medias color carne y los zapatitos que te trajo.

Yo sin contestarla me fuí a dormir.

Continuará...