Convención de trabajo
Y ahí de pie mi compañero de trabajo sintió mucho placer
Hace algunos años, en la empresa donde trabajaba, organizaron una convención a la que invitaron algunas personas de otras ciudades, en una de éstas a donde me tocaba viajar con alguna regularidad, había un compañero de trabajo que era además de guapo, muy coqueto, yo no le prestaba muchoa atención porque era casi su jefe y lo menos que quería era enredarme en un romance con él.
Como Ustedes saben lo mejor de las convenciones de trabajo llega después que se terminan las conferencias, porque casi siempre, ofrecen una fiesta donde además de licor, hay baile y todo esto se presta para situaciones muy interesantes.
El compañero que era muy coqueto, también vino a esta convención, de mi ciudad, fuimos una muy buena amiga y yo cuando; llegamos a la fiesta, nos encontramos de frente con nuestro compañero el cual nos saludó muy efusivamente y cuando me abrazó, sentí su cuerpo caliente y una corriente deliciosa recorrió mi cuerpo.
Cuando mi amiga y yo nos sentamos, ella me dijo “definitivamente ese negrito no inspira sino ganas”, yo me sonreí pues no quería que ella adivinara lo que hacía poco me había generado el abrazo que él me había dado.
Mientras estábamos en la fiesta, yo ya me había tomado unos cuantos tragos y me sentía un poco mareada, salí entonces a tomar aire fresco y me encontré con mi compañero que por cierto además de guapo, era muy sexi; cuando él me vió, se vino a donde yo estaba y empezó a coquetearme, yo trataba de desviar el tema, pero mientras más lo hacía, él se me acercaba más y más y en un descuido mio me dio un beso muy apasionado, se me acercó tanto que sentí su paquete durito, esto me calentó demasiado pero me contuve porque como les dije, yo era casi su jefe.
Cuando regresé al salón donde estaba la música, él se me acercó para que bailáramos, yo antojada como había quedado, acepté, él bailaba delicioso, se me pegaba mucho y yo sentía su paquete duro y pegado a mi pierna pues yo era más alta que él; cuando hablaba con mi amiga, ella me decía: “definitivamente ese negrito está muy rico y mira como lo tiene” yo medio le contestaba algo porque a esas alturas de la fiesta yo ya estaba muy arrecha y ella con esas palabras no hacía sino hecharle leña al fuego.
Cuando la fiesta se acabó, varios de los compañeros, mi amigo el coqueto y yo nos fuimos a caminar un poco, el lugar donde estábamos era muy frio pero el licor que habíamos consumido nos había calentado y entonces el frio no importaba. Nos sentamos un rato en el prado y seguíamos conversando y tomando licor, mi amigo el que me tenía caliente, me miraba y en sus ojos adivinaba las ganas contenidas y eso me calentaba aún más.
El frio hizo de las suyas y me dieron ganas de ir al baño, estaba muy oscuro pero no podía contenerme más, me paré y me fui sola a buscar donde podía orinar, cuando salí del baño, en un rinconcito muy oscuro me estaba esperando mi compañero, yo me acerqué a preguntarle si algo le pasaba pues podría estar borracho y de pronto yo en algo podría ayudar.
El se dio vuelta y casi sin darme cuenta, empezó a besarme apasionadamente, yo no me aguanté más y respondí con calentura a esos besos, nuestras lenguas metían más y más en la boca del otro, entonces el tomó mi mano y la bajó a su entrepierna, sentí la entrepierna más dura y más arrecha que ustedes se puedan imaginar, él gimió de placer con mi contacto y yo sentí como mi cuquita se mojó aún más al sentir esa arrechera.
El movía mi mano arriba y abajo y entonces yo no aguanté, bajé su cremallera y metí mi mano entre sus bóxer, sentí entonces como su pene se puso más duro y a pesar del frio que hacía en ese lugar, estaba caliente y a reventar de ganas; de repente sentimos unos pasos que se acercaban y entonces suspendimos un momento las ganas que teníamos.
Los dos estábamos a reventar, nos movimos un poco para buscar más oscuridad y fue ahí cuando mi compañero metío sus manos entre mi blusa y sintío como mis pezones estaban duros y empezó a lamerlos con su lengua traviesa, quería meterse mis senos en su boca, yo me mojaba y me calentaba más y más, mientras él hacía eso, yo movía mi mano arriba y abajo en ese miembro lubricado y caliente, mis movimientos iban aumentando más y más, él se estremecía.
Lo recosté contra un muro mientras se bajaba sus bóxer, su miembro saltó a mi vista, era relativamente grande, se veían una venas brotadas que me arrecharon y no aguanté, me arrodillé frente a él, lo cogí y ahí de pie como estaba, le hice una paja lenta pero con muchas ganas, mi mano subía y bajaba, mientras tanto mi boca se fue acercando y mi lengua no aguantó más, empecé a recorrer la puntica y a sentir un líquido delicioso que empezaba a salir, lo saboreaba y él me pedía que se lo chupara más y más y yo obediente, le hacía una paja arrecha que terminaba en mi boca ansiosa.
Con una mano pajeaba a mi compañero de trabajo y con la otra la metí entre mi vagina para sentirla muy mojada, calientica y muy deseosa de placer; me concentré más en lo que le hacía a mi amigo y obtuve mi recompensa, sentí como su pene se estremeció dentro de mi boca y brotó un líquido rico, caliente y muy abundante, salió un poco de mi boca y yo presurosa, pasé mi lengua por mis labios y sentí la delicia que me había regalado esa noche de placer.
Después de esto nos reunimos con nuestros otros compañeros, él se sentó al lado de mi amiga la que le llevaba ganas; lo que pasó después entre ellos será tema de otro relato que después compartiré con ustedes.