Control escolar, arquitectas de su propia b... 2

percibí un leve pero muy sugerente suspiro al notar que mi vista se fijó en sus pezones los cuales se erectaron un poco mas aunado al frío que se sentía.

Antes de que ella pudiera alcanzar las hojas que se le habían caído, yo ya las tenía en mis manos.

Como les mencioné en el relato anterior, era una tarde bastante fría, y no es muy usual que en mi ciudad, se presente este clima en pleno verano. Así es que Sashenka llevaba una blusa de tirantes sin mangas color verde limón, bastante ajustada, la cual hacía resaltar su color moreno claro muy firme (mi color de piel favorito) y sumamente sensual, así como también se le notaban el nacimiento de sus senos redondos, de tamaño algo grandes y sumamente parados al igual que sus pezones los cuales se alcanzaban a distinguir a simple vista ya que hacía frío y ellos eran el mejor ejemplo de que la nena en cuestión estaba sumamente fríolenta y urgida de calor; unos jeans color azul deslavados los cuales le quedaban a la perfección marcando un par de piernas largas e impresionantemente torneadas, y creo que lo mejor de todo un culo, pero que culazo, por dios que ha sido el mejor culo que he visto; definitivamente la chica estaba exquisita.

Su cabello le caía por la espalda, hasta llegarle a la mitad de la misma; color negro y ondulado; la estatura de esta nena aproximadamente 1.68, ojos negros, pestañas largas y quebradas, y cejas muy bien depiladas y arqueadas. Otro detalle que para mí resultó muy atractivo, es un pequeño lunar que mi musa posee en el cuello del lado izquierdo.

Aunque no lo crean, todo esto lo pude apreciar en los escasos 5 segundos que permanecí a los pies de Sashenka, simulando intencionalmente que no podía recoger las hojas, pero es que la verdad, me resultaba muy complicado abocarme únicamente a la tarea de agarrar las hojas, ya que teniendo a semejante belleza delante y tan próximo a mí, desviava mi atención a cualquier otro detalle que pudiera estar ocurriendo en ese momento.

Finalmente, al irme incorporando, noté como ella, apenas retrocedió escasos centímetros de mí con el pretexto de abrir la carpeta para poder colocar las hojas dentro de la misma, y digo que fue como un pretexto ya que percibí un leve pero muy sugerente suspiro al notar que mi vista se fijó en sus pezones los cuales se erectaron un poco mas aunado al frío que se sentía.

-¿Te has dedicado al modelaje? –le pregunté, al mismo tiempo que le daba la hojas.

Nuestros cuerpos quedaron sumamente juntos, y yo por mi estatura (1.82), logré percibir el rico aroma de su cabello, y entonces ella retrocedió rápidamente dándose la media vuelta para sentarse en la silla en la que había estado sentada hace algunos segundos. Bajo la mirada hacia las hojas y fingió no haberme escuchado, disimulando concentración, entonces se dispuso a ordenar sus hojas.

-Tendré que ordenar estas hojas nuevamente, para que pueda estudiar. –Me dijo- Mañana tengo un examen muy difícil y tengo que estudiar un chorro. –Continuó.

Yo, con una sonrisa maliciosa y pensando que podría existir alguna posibilidad de conquista y de rico y apasionado sexo, me dirigí hacia mi lugar buscando con la mirada a sus amigas quienes se encontraban hablando con uno de los catedráticos.

Me acomodé y acerqué mi silla hacia el escritorio.

-Te puedo ayudar si gustas –le ofrecí tratando de brindarle la mas inocente y amable de mis sonrisas. Entonces ella sin decirme nada extendió un tanto de hojas hacia mi mano y dirigiendo su mirada hacia mí comenzó a explicarme como tenía que ordenar aquél material de estudio.

Después de algunas indicaciones, intenté concentrarme en mi tarea, pero saltaba a mi mente el delicioso lunar de su cuello y aquél suspiro que desde el momento en que ocurrió, mi pene se había levantado dolorosamente ya que traía trusa y estaba todo doblado. Entonces bajo el escritorio procedí lentamente a colocarlo de tal manera que se pudiera estirar todo lo que quisiera; entonces se me escapó un leve hummmm, tras del cual ella levanto su rostro y me miro con una mirada llena de inocencia pero a la vez expresaba mucha inquietud cierta excitación.

-¿Qué fue eso? –me preguntó al tiempo que en su bello rostro se dibujaba una sonrisa de expectación por lo que le habría de responder. Entonces alcé mi vista hacia ella y acercándome intimidatoriamente, le respondí:

-Es que me puse a pensar en todo lo que sería capaz de hacerte si estuviéramos solos, chiquita. –le dije tomándole suavemente la barbilla con los dedos de mi mano izquierda, mientras que con mi mano derecha sostenía las hojas mismas que empezaron a vibrar tras un escalofrío que recorrió toda mi espalda provocando que mi pene empezará a latir

(continuará)

Es sumamente inquietante saber si les interesa seguir leyendo mis líneas, las cuáles he escrito con mucho entusiasmo y ganas de continuarlas, espero que cualquier emoción u opinión que deseen expresar, me la hagan saber para que continúe con esta serie. De antemano, muchas gracias.