Contrincantes amantes
Historia de lo que podría pasar y que estaría bien que fuese posible.
El vestuario del Madrid estaba que explotaba con tanto nerviosismo ante el partido que se iba a disputar con el Atleti, y no era para menos la gran expectación que había despertado en los medios de comunicación y la presión constante de ser uno de los mejores equipos se respiraba por cualquier esquina. Al salir al campo entre los aplausos y los gritos, los dos equipos se verían cara a cara y se saludarían. Por fin, Figo podría estrechar la mano a Fernandito y Zidane a Jorge. No era solo la mano lo que cada uno de ellos quería estrechar. Llegó el momento, Figo miró fijamente a los ojos del muchacho que se sintió incómodo al notar como los ojos del portugués lo atravesaban y tuvo que desviar la mirada ante la presión, sintió también la mano fuerte como apretaba y se mantenía mas que en otras que había pasado como inadvertido. Luego Zidane cuando llegó a Jorge, éste le dedicó una maravillosa sonrisa abriendo sus labios carnosos y mostrando su preciosa sonrisa, y Zidane sintió solo deseos de llevárselo entre sus brazos al vestuario. Comenzó el partido Figo no quitaba ojo a Fernando y lo seguía con la mirada a todos lados, en uno de los momentos de protesta ante una falta a Roberto Carlos que permanecía en el césped se acercaron varios y Figo fue corriendo y se colocó justo detrás de Fernando que se defendía delante del árbitro, Figo se acercó lo agarró por la cintura y pego su cuerpo por detrás y le dijo que no insistiera. El muchacho calló de repente y miró hacia su contrincante y se ruborizó al notar como el cuerpo del portugués se pegaba por detrás de él notando como su pene se restregaba en su trasero que solo se ocultaba detrás de los meybas. Las miradas se volvieron a cruzar y esta vez Figo no disimuló lo que deseaba mientras Torres se zafó de sus manos para colocarse nuevamente. Aquella situación tenía a Figo más ardiente, eran pocos los que se le resistían y aquel tenía que ser una de sus presas. Cuando terminó el partido, Figo se acercó lo más que pudo al lado de Fernando y empezó el intercambio de camisetas, Figo se quitó la suya y se la dio a Torres que lo miraba sin saber que hacer y abrió sus ojos cuando vio el pecho perfecto del portugués y el vello que lo cubría, así que se quitó la suya y se la dio mientras Figo le miraba el pecho al muchacho, cuando la cogió entre sus manos se la llevó hasta la cara y aspiró el olor a sudor que Torres había impregnado en la camiseta en todo el partido, quedó tan cortado sin entender nada que se fue a los vestuarios. En el otro extremo Zidane corría hacia Jorge y éste lo vio como se acercaba y ya de lejos le dedicaba una sonrisa mientras se despojaba de su camiseta y lucía su pecho lampiño pero con unos pezones nada despreciables, el francés corría hacia el moderadamente y el canario observaba la musculatura que mostraba aquel campeón y la impresión que se llevó cuando al acercarse se despojó de la camiseta y dejó delante al descubierto su pecho bañado de vello mojado por el sudor. Zidane se acercó a Jorge y lo saludó con un abrazo pegando su cuerpo al del canario que sintió como le daba una palmada en su trasero. - Gracias Zidane, me hace mucha ilusión tener una camiseta tuya - Bueno, puedes obtener mas cosas si quieres., ya te llamaré. - ¡Ah! Vale De acuerdo Gracias. Jorge quedó desconcertado y se fue a los vestuarios, allí ya estaba Torres a punto de meterse en la ducha, y Jorge fue rápidamente y se desnudó colocándose al lado de Torres, hablaron del partido mientras se duchaban rápidamente, sentían vergüenza por sus compañeros y lo hacían lo más rápidamente posible, y además esa noche estaba la gente un poco suelta de manos - Oye, Fernando tengo que hablar contigo - ¿Sobre qué? - ¿Pues sabes quién me dio su camiseta? Zidane. - Ah, pues a mí Figo. - Hemos sido los más afortunados del equipo. - Bueno, ya. Pero no sé - ¿Qué te pasa? - Pues que encontré a Figo raro conmigo, no lo entiendo - ¿Cómo de raro, Fernando? - Nada, son tonterías mías. - Pues, Zidane me dijo que me llamaría, joder, estoy súper contento. Comenzaron a vestirse para ir a la cena con el equipo, y sonó el teléfono de Jorge, pensó que seguramente sería algún periodista o un tal Lui que le llamaba siempre después de los partidos para felicitarlo aunque no jugara. Pero no, cuando oyó la voz, se abrió los ojos y miró a Fernando que le preguntaba quién era, Jorge contestaba con monosílabos y al final dijo que de acuerdo. Cuando cerró el teléfono dio un golpe de alegría en uno de los bancos y le dijo a Fernando que después de la cena Zidane le había propuesto verse los cuatro, Fernando, Figo, Zidane y él en una disco de total discreción para charlar un poco, pero que no podíamos decírselo a nadie. Fernando no quedó muy convencido pero Jorge lo animó y le dijo que solo sería por poco tiempo, seguía receloso, pero al final accedió a acompañarle. Ya estaban en el portal del piso de Jorge y con algunos vinos de más, cuando se acercó un BMW negro deportivo con los cristales tintados y paró delante. Jorge miró que era Zidane quien conducía, así que rápidamente abrió la puerta. Fernando pasó a la parte de atrás donde estaba Figo y Jorge de copiloto. La música sonaba a toda mecha dentro del cochazo y se saludaron con golpes de mano. Jorge miró a Zidane. La verdad que cambiaba mucho, llevaba unos pantalones vaqueros muy ceñidos y desgastados en los muslos y la entrepierna y una camisa azul desabrochada dejando ver su vello en el pecho. Detrás, Figo tenía puesto unos pantalones de cuero negro que parecían a punto de reventar a la altura de los muslos y camisa negra de cuello grande. Llegaron rápidamente a la disco, bajaron y entraron por una puerta trasera donde ya los esperaba un segurata. Pasaron primero a un salón y luego se metieron en la disco que mantenía un tono de luces a todo ritmo sin que pudieras percatarte quien era el que estaba a tu lado. La gente abarrotaba la sala y Zidane se colocó detrás de Jorge que lo empujaba para acercarse hasta la barra pegando su cuerpo al redondo culo respingón, y detrás Figo hacía lo mismo con Torres pero con más descaro, ya que lo agarraba por la cintura y pegaba incluso sus muslos a los de él. Jorge no sabía que sensación le producía Zidane, pero se quedó sorprendido cuando en la barra vio como los vaqueros desgastados se amoldaban como un guante a sus muslos y a su entrepierna, no pudo reprimir una sonrisa cuando vio que el paquete del francés formaba una curvatura enorme en sus pantalones y luego miró al portugués que estaba apoyado en la barra y de igual forma estaba con muchos centímetros dentro de aquellos cueros. Riéndose se acercó al oído de Fernando y le dijo lo que había visto, Fernando miró y los dos muchachos se echaron a reír. Llegaron los chupitos, tres seguidos, y se los bebieron sin mediar palabras sino risas, luego unos combinados. Los muchachos estaban risueños y se acercaron a la pista, comenzaron a bailar, Jorge reía mientras movía sus caderas y su culo se movía de izquierda a derecha, a su lado Fernando hacía lo mismo. Los veteranos estaban muy calientes viendo la escena. Se acercaron a los chicos y les dijeron algo al oído y caminaron hasta un lado de la barra. Figo habló con uno de los camareros y le dejó la llave del una zona VIP que tienen para cuando los descubren los periodistas. Subieron unas escaleras, Figo abrió la puerta y cuando cerraron, la música seguía sonando también allí, incluso veían a través de un gran cristal toda la pista sin ser vistos. Los muchachos alucinaron con la zona VIP, miraron a los veteranos que estaban bailando y se acercaron a ellos riendo, estaban muy sudorosos, hacía mucho calor y Jorge se quitó la camisa, así que Figo y Zidane también, Fernando se retraía, hasta que Jorge se la quitó. Los muchachos miraban de reojo aquellos pechos fornidos, entonces, Figo dijo que no podía aguantar aquellos pantalones, se los quitó junto con las botas y quedó en calzoncillos. Zidane los animó a quedarse como Figo, y venga, Jorge no lo pensó y se los quitó también, Fernando le costó pero lo hizo. Seguían bailando y Zidane no quitaba ojo al trasero redondo y respingón de Jorge que se movía en aquellos slips a punto de estallar. Figo se acercó a Fernando y lo llevó hasta la luna de cristal donde se veía toda la pista con el pretexto de decirle algo y se colocó detrás mientras seguía el ritmo de la música y su polla se restregaba entre los slips del muchacho, metió uno de sus muslos por detrás y le separó un poco sus piernas y agarró su cintura. Fernando notó como la polla del portugués recorría prácticamente toda su raja, así que suponía que era muy grande. En el centro de la habitación Zidane había cogido a Jorge a modo de Tango y bromeaba bailando pegado a él mientras reía, una de sus manos estaba justa en la parte superior de su precioso culo y había metido uno de sus dedos dentro, mientras lo empujaba fuertemente hacia él pegándole su polla caliente y su pecho. Sus labios estaban muy cerca de los de él. Pronto Figo, se sinceró con Torres y le dijo al oído que lo tenía loco, pero Fernando no se inmutó y permaneció en la misma postura aunque sintió como su polla crecía también. Zidane, terminó por bajar un poco los slip de Jorge y dejó su culo medio al descubierto y le dio rápidamente la vuelta y siguió bailando pero pegado detrás, Jorge movía su culo calentando aún más al francés que bajo con suavidad sus calzoncillos y luego los de Jorge, hasta que quedaron desnudos, fue hasta el sillón y se sentó con la polla hacia arriba, Jorge no daba crédito mientras lo atraía hacia él hasta sentarse encima y besarlo, Zidane pasó su mano por detrás del culo y metió los dedos en el trasero de Jorge que se movía, luego Jorge lo reclinó a un lado y Zidane quedó acostado boca arriba, mientras el canario se acostaba encima sintiendo todo el cuerpo sudoroso debajo y como las manos recorrían su cintura, espalda y culo y la enorme polla se estrujaba contra la de él, parecía como si le quemara la zona del ombligo mientras lo apretaba cada vez mas fuerte hacia él. Zidane escupió en su mano y mojó el culo, luego Jorge lo hizo para mojar la polla del francés hasta que sin aguantar más, le metió la polla poco a poco por detrás mientras arqueaba la espalda para recibir la estacada abismal del francés. Cuando ya estuvo del todo dentro, Jorge comenzó a moverse despacio sujetándose en el pecho velludo, aquella polla parecía que le iba a salir por la misma boca, nunca había experimentado nada igual. Fernando se había apoyado con las manos en el cristal mientras cerraba los ojos y Figo dejaba al descubierto su precioso culo. Ahora si empezó a sentir la polla caliente del portugués que ya soltaba gotas y se las pasaba por la misma raja, movía su culo de un lado a otro y lo echaba hacia atrás, hasta en un ataque de furia, Figo coloca el mástil mojado en el agujero y lo atraviesa hasta el fondo, sujetándolo para que no cayera y llevándolo contra el cristal donde seguía la gente bailando, Fernando llevó su mano hacia atrás para alejarlo, pero ya era tarde, el portugués ya la tenía dentro y ahora terminaría de follárselo y cumplir su deseo de meses. Lo agarró fuertemente y comenzó a follárselo con fuerza, mientras el muchacho gritaba entre el ruido de la música, sentía como el sudor lo invadía por la espalda, y los pelos mojados del pecho de Figo se pegaban a su espalda. Ese dolor que sintió al principio, pronto se convirtió en una rutina que hacía que su polla no bajara la guardia, hasta que las embestidas terminaron en algo muy caliente que sintió dentro de sus entrañas. Figo sacó la polla del culo que quedó abierto asombrosamente y el chico se desplomó en la moqueta agotado. Figo se acercó, le cogió la polla, se la masturbó y pronto la leche de Torres fue a dar contra el cristal. Se acostó a su lado agotado, pero la polla del portugués seguía a punto de reventar. Se acercó nuevamente en la moqueta y Fernando lo miró con extrañeza sin poder creerlo, pero lo viró de espaldas y se la volvió a meter. Esta vez se colocó encima y se movía muy despacio con suavidad en cada metida, Fernando tenía los muslos muy abiertos y arqueaba la espalda para que entrara toda la polla de Figo que se acercaba a su cuello y lo besaba. Sacó su polla, la colocó en su culo y fue cuando se corrió en toda su espalda. Figo quedó agotado encima de Torres que observaba la escena de Zidane con Jorge en el sillón, el cual le sacó la polla del culo, se levantó, cogió a Jorge de la mano, lo llevó hasta el cristal, lo abrazó de frente, le levantó los muslos y lo apoyó mientras su polla se metió en su culo abierto y sus bocas se besaban como locos. Jorge se dejaba caer para que se metiera todos aquellos centímetros hasta el fondo hasta que dos espasmos fuertes terminaron en una monumental corrida dentro de Jorge que comenzó a correr por sus muslos y Jorge se corría sin haberse masturbado. Terminaron agotados los cuatro, oyeron que tocaban en la puerta y se miraron todos. Zidane miró por la mirilla, reconociendo a los otros jugadores que tocaban
Cuando Zidane se percató de que quien tocaba era Roberto Carlos, miró hacia atrás y lo susurró para que de fuera no se oyera, pero Figo, Jorge y Fernando estaban tan agotados que ni oyeron, encima con la música a tope que venía de la disco. Volvieron a tocar a la puerta con desesperación y Zidane se cubrió con una toalla y abrió un poco la puerta. Roberto Carlos lo miró y sonrió, le dijo que le abriera la puerta. Zidane la abrió con cuidado y entro el brasileño acompañado de un Casillas asombrado, viendo la escena que tenía delante. Zidane lo empujo hacia dentro y cerró la puerta rápidamente. Casillas miró a su derecha y vio el gran cristal que daba a la pista de baile y Figo lo tranquilizó diciéndole que ellos sí podían ver pero los de la pista no. Roberto Carlos llevaba una sonrisa maliciosa en la cara y se acercó hacia Fernando Torres que estaba tumbado desnudo boca a bajo, se sentó a su lado y observó el cuerpo del muchacho y la cara de inocencia que miraba la gente que estaba detrás del cristal. El brasileño le preguntó por el partido, mientras le dijo que su cuerpo estaba adquiriendo las proporciones de un buen jugador, pero que aún tenía que pasar por algunas pruebas. Pasó la mano por la espalda hasta llegar al bien proporcionado culo redondo y bajó por la raja caliente dejando allí su mano, pronto tuvo una erección y Zidane imaginaba la cara del muchacho si el brasileño mostraba sus atributos. La polla del brasileño era una de las atracciones del vestuario. Casillas se había ido hacia el cristal con una copa en la mano, estaba algo bebido y localizaba a algunos jugadores que estaban bailando en la pista. Llevaba puesto una camiseta ajustada blanca y unos pantalones algo apretados que marcaban sus muslos y su preciado culo. Zidane, que lo miraba sin pestañear, comenzaba a tener una erección, se levantó y fue hasta donde estaba el portero, se colocó detrás y le preguntó qué jugadores estaba viendo. El muchacho, algo cortado, buscaba con la mirada y los nombraba, mientras el francés pegaba cada vez más su cuerpo hasta que lo fue abrazando por detrás. Ahora Casillas notaba la verga dura y caliente detrás de él y una mano que desabrochaba su pantalón, hasta que éste, muy despacio, se fue hasta los tobillos. Luego Zidane metió su polla caliente dentro de los calzoncillos de Casillas. El muchacho cerró los ojos y sintió un pequeño desvanecimiento, pero se mantuvo. Sentía como el pecho velludo se pegaba detrás sudoroso, luego una mano bajaba sus calzoncillos hasta los tobillos y lo dejaban casi desnudo. Ahora la mano estaba en su culo y se metía por su raja con suavidad. En el otro lado, Figo estaba abrazado a Jorge, que miraba la situación, se separó de Figo y fue hasta Casillas, se arrodilló detrás y separó un poco a Zidane. Metió la lengua en su agujero con suavidad y el portero se estremeció de placer. Zidane lo besaba y estaba a un lado, se fue rodando hasta que quedó frente a él. Lo abrazó fuertemente pegando su polla a la de Íker, que estaba erecta. El muchacho estaba como inmóvil por la situación, Jorge seguía detrás arrodillado lamiéndole el culo, Zidane lo apretaba y le abría la raja para que pudiese lamer mejor el canario. En el otro lado, Roberto Carlos ya se había despojado de la ropa y Torres seguía boca a bajo mientras las manos del brasileño seguían acariciando su cuerpo juvenil, la polla del brasileño tomó medidas espectaculares, aquel miembro podía medir 25 centímetros y era gorda y dura, cuando Torres giró la cabeza a un lado, no podía creer que aquello estuviese dentro de los pantalones del brasileño. Por un momento se asustó, pero las manos del brasileño separaron los muslos con cuidado, acercó su cara y su lengua lamió el culo por todos lados. Tenía el agujero algo abierto, parte de la labor estaba realizada. Torres giraba la cabeza de vez en cuando para comprobar que lo que veía era cierto. Roberto cogió la mano del muchacho y la colocó en su polla caliente. En el primer momento la retiró, pero luego la agarró tímidamente hasta que comenzó a masturbarlo suavemente y cada vez con mas precisión. La polla seguía mas dura, el brasileño la llenaba de saliva, cogió al muchacho y lo puso encima de él abrazándolo y besándolo. Sus manos le apretaban el culo y corría por la espalda y por la raja. El muchacho estaba como en éxtasis y sentía su polla contra la del brasileño, que se pegaba contra su estómago y algunas gotas calientes que soltaba aquella tremenda polla. Roberto Carlos sacó su polla y se la puso entre las piernas llegando a rozarle la raja. Su cabezón lo dirigía hasta el agujero del muchacho hasta que quedó algo metida, empujó despacio y se fue metiendo poco a poco ayudando con las manos abriéndole el culo lo más posible. Fernando se aferraba fuertemente al cuello del brasileño mientras iba metiéndose aquella vara caliente que parecía no tener fin. Cuando estuvo dentro, Roberto Carlos la sacó suavemente y volvió a meterla hasta que comenzó a follárselo sin contemplaciones en aquel culo fantástico. Jorge seguía lamiendo el culo de Casillas. Zidane se apartó y fue a la parte de atrás para poder metérsela, acariciando la cabeza de Jorge le metió su polla en la boca, sintiendo un placer inaudito mientras se la chupaba. Con una mano acariciaba y metía sus dedos en el culo del portero, que permanecía inmóvil. Figo se levantó con su aparato en posición, cogió algo de crema, la untó abundantemente y se dirigió hacia el portero y, sin pensarlo, apartó a Zidane y le metió la polla a Casillas que arqueó la espalda soltando un gemido. El portugués comenzó el vaivén de meter y sacar mientras sus manos recorrían aquel cuerpo fibrado, le agarraba los pectorales y los apretaba fuertemente. Por una vez, Casillas llevó su mano hacia atrás y le agarró el culo al portugués para que la metiera más adentro. Jorge seguía chupando la polla del francés que no quería correrse hasta meterla en el agujero de Casillas. Roberto Carlos levantó a Torres y sacó su enorme polla de su culo, lo puso de pie y lo llevó hasta donde estaba el resto. Roberto hacía tiempo que quería probar el culo del canario, así que lo cogió por la mano y lo levantó, agarrándolo fuertemente por detrás y lo llevó hasta el sillón, reclinando su cuerpo, dejó su culo en pompa y metió salvajemente oyendo el aullido de Jorge que soportaba aquellos veinticinco centímetros de verga caliente. Para Roberto Carlos era uno de los mejores culos que había visto nunca. Zidane viró a Torres y lo colocó al lado de Casillas y se la metió por detrás. El muchacho parecía ya experimentado, se abrió los muslos y empinó su trasero recibiendo la embestida del francés que se lo follaba como loco. Jorge estaba a punto de correrse mientras el brasileño se la metía desaforadamente hasta que sacó su polla rápidamente y llenó de leche caliente todo la espalda, cuello y cabeza del canario que se derrumbaba corriéndose con su leche. Ahora era Casillas quien su leche iba contra el cristal, mientras Figo la sacaba y se corría en el culo redondo del portero. Zidane se la sacó a Torres y se la metió a Casillas, no quería dejar pasar la oportunidad, comenzó a follarlo como loco, Casillas se agarraba a lo que podía, terminó por tumbarlo en el suelo y encima le embestía con tanta fuerza que gemía y casi lloraba. Al fin dio una fuerte embestida y se corrió dentro del muchacho. Torres que aún estaba masturbándose miró hacia atrás y vio a Jorge que permanecía en el sillón derrotado. Se fue hacia él, y el canario con cara de asombro vio como su compañero de equipo lo cogía por la mano y lo obligaba a ponerle el culo hasta que se la metió. Torres resopló de placer, desde hacía tiempo deseaba metérsela, siguió algo torpe metiendo su polla y acariciando el cuerpo de su compañero y ahora sí que sintió que se iba a correr y quiso que se le quedara en las entrañas. Sin sacársela, le besó el cuello y lo acarició con cariño.