Continuando con Rebeca...

Continuación de mi noche especial con mi hermosa sobrina...

Esta es la continuación de mi primer relato. La primer parte de este relato fue publicado tiempo atrás… http://todorelatos.com/relato/66985/

.el fuerte chillar del timbre de mi teléfono celular nos despertó súbitamente. Rebeca todavía medio aturdida con su ebriedad se escabullo al asiento trasero recogiendo sus ropas tratando de cubrir su casi desnudo cuerpo, rápidamente se puso su blusa abotonándosela esparcidamente y desenrollando su falda tapando sus muslos; yo, mientras tanto, un poco amodorrado y entre penumbras, trataba de localizar el teléfono el bolsillo de my saco "¡Bueno!" conteste medio alterado mientras miraba la hora en la caratula de my reloj. "Bueno" la voz de mi esposa resonó por el audífono del teléfono "¿Quépasa, porque estas alterado? ¿C ó mo esta Rebeca?" me pregunto con consternación. "No, no es nada" le respondí calmadamente mientras Rebeca con una expresión perdida miraba a su alrededor tratando de ubicarse.. "Es que no quería que el timbre del teléfono despertara a Rebeca" volteando hacia Rebeca restire mi brazo acariciándole su cara con la punta de mis dedos mientras le guiñaba un ojo sonriéndole amenamente "¿Porqué no me habías hablado?" mi esposa pregunto medio enfadada "¡Ya hace tiempo que dejaste a la niña aquí en casa y todavía no regresas!" viendo la caratula de mi reloj me di cuenta que ya había pasado casi una hora; pensando rápido le conteste "Es que Rebeca se puso mala y no quise dejarla sola" Rebeca somnolientamente acomodo su cuerpo recargándose sobre la puerta, el resollar rítmico de su nariz empanando el vidrio junto a ella, mientras yo seguí disimulando la conversación con mi esposa.. "¡Si, ya me lo imaginaba! ¿Y cómo sigue?" me pregunto ya más calmada "¿Pues como quieres que este?" le conteste mientras estiraba mi brazo acariciándole su cabello arreglándoselo y destapando el sereno perfil de su cara "Ya se le pasara" continúe con mi platica mientras admiraba el tranquilo e infantil semblante de Rebeca. ". . . es cuestión de tiempo, como ya lo sabes muy bien" le resalte a mi esposa haciéndola recordar su propia experiencia con el alcohol. Acaricie cariñosamente la cara de Rebeca rosando su tez con la parte anterior de mis dedos admirando su dulce expresión angelical.. "además no es nada peligroso, es solo una borrachera" .. Rebeca al sentir mi caricias entreabrió sus ojos fijando su mirada en la mía y sonriéndome tenuemente tomo mi mano con la suya guiándola hacia su pecho… los pezones de Rebeca se endurecieron a mi toque, haciéndola dar un fuerte y audible suspiro de placer, el cual fue escuchado claramente por mi esposa confundiéndolo por un pesar de ella "¡Ves! ¡No debiste de haberla llevado a su casa en ese estado!" me regaño creyendo que Rebeca se estaba quejando. Frunciendo la cara y maldiciendo lo acontecido trate de suavizar la situación "Lo sé, lo sé pero ya estoy aquí. ¿Qué quieres que haga?" . Rebeca mientras tanto comenzó a restirar su cuerpo sensualmente saboreando el deslice de mi mano sobre sus senos. Sorprendido y con una grata admiración voltee a ver a Rebeca encorvando su cuerpo, retorciéndose sobre el asiento, y empujando su torso contra mi mano. Un fuerte y placentero "¡Mmmmm!" "Oooohhh!" emanó de su garganta. Mi esposa pensando una vez mas que era un quejumbre de Rebeca exclamó "¡Mira nomas hasta aquí oigo sus quejumbres!" "¡Creo que vas a tener que quedarte con ella para que la cuides! ¡No me lo perdonaría si algo le llegara a pasar!" ¡Boquiabierta y mesmerizado trate de contener mi entusiasmo! ¡Rebeca estaba una vez más reaccionando a mis caricias, y mi esposa me estaba dando la oportunidad de quedarme con ella! Mis entrañas estallaron con infinito entusiasmo, mi pene comenzó a inflamarse casi de inmediato, y mis ganas por Rebeca a desatarse sin control alguno. "¡Pero ya iba de regreso! Nomas iba a recostarla y regresaría a casa" le respondí con mi mas pesante tono, mientras que por dentro de mi morbo empezaba a calcinar mis entrañas con el ardiente deseo de cogerme a Rebeca una vez más. "¡De ninguna manera! ¡Tienes que quedarte para cuidarla!". . . .

Unos momentos más tarde con Rebeca en mis brazos recargaba mi espalda pesadamente sobre la puerta asegurándome que cerrara apropiadamente. Pause por unos instantes escuchando atentamente por algún sonido divulgador o indicativo de que alguien más estuviera en casa. Por un largo rato escuche en silencio, nada se oía; solo el tic-tac del reloj en la pared resonaba rítmicamente haciendo harmonía con el trastabillar de mi corazón y mi alterada respiración. Era el fin de semana y sabía que mis cuñados estaban fuera de la ciudad, pero había la posibilidad de que alguien más pudiera estar en casa y la situación necesitaba un poco de cautela. ¡De un de repente un leve ruido me provoco un tremendo pánico haciéndome que el corazón se me subiera a la garganta y que el cuerpo me temblara de nerviosismo! ¿Cómo iba yo a explicar a Rebeca borracha, semidesnuda, y en mis brazos? Por fortuna el susto se me pasó rápidamente al momento en que oí el maullar del gato en la cocina. "¡Diablos!" maldecía entre dientes mientras recostaba a Rebeca sobre el sofá de la sala. Con los nervios de puntas, y totalmente alterado, rápidamente me dirigí a la vinajera de mi cuñado sirviéndome una copa de brandy para calmarme un poco. Copa en mano, cautelosamente recorrí el resto de la casa asegurándome de que en efecto estuviera vacía; ya satisfecho y más calmado mis pensamientos se tornaron una vez más hacia Rebeca regresando rápidamente hacia ella.

Parado frente a ella con mi mirada clavada en ella, mi cuerpo temblaba incontrolablemente con excitación, morbo, y lujuria al verla tendida, inerte, y deliciosamente disponible solo para mi, solo para mí..Básicamente salivando profusamente por ella y comiéndomela con la mirada. Aunque ya me la había cogido en el auto, aquí en la intimidad de la casa titubeaba con miedo; con miedo de desatar mi pasión sobre ella una vez más. No había nada ni nadie que me detuviera y con tantas ganas que tenia por ella, yo sabía muy bien que en la locura de mi pasión, una vez desatada, no iba a ver razón, cordura, o tregua alguna para ella. Las imágenes de su niñez se mesclaban una tras otra con imágenes de actos sexuales, desvaríos ilícitos, y desquicios desenfrenados con ella… y desgraciadamente los recuerdos de su inocencia estaban siendo sofocados por los demonios del placer carnal.. En ese momento, como apercibiendo la intensidad de mi mirada, Rebeca entreabrió sus ojos y sonriendo casi imprevisiblemente restiro su cuerpo sobre el sofá en una larga, erótica, y sensual manera terminando en una pose extremadamente sexual y seductiva como diciendo "¡Qué esperas tío! ¡Qué esperas!" Su falda ya se había remangado sobre su cintura exponiendo su pelvis mientras su blusa ya desabotonada hacia resaltar sus firmes senos. Su piel oscura, iluminada tenuemente por las penumbras, resaltaba majestuosamente como un suculento manjar sobre la tela blanca del sofá. Su delicioso y embriagante aroma era una hechizante mezcla de inocencia infantil con candencia de mujer, un aroma que diabólicamente penetraba dentro de mi ser derrumbando todo vestigio de cordura y de razón. Al verla así, en esa pose tan sugestiva, mi morbo por ella estallo como un demonio escapando del mismo infierno, y la bestia en mi se desboco como un caballo sin frenos erradicando cualquier forma de remordimiento de mi mente empujándome a una locura total por ella, por esa niña, por esa mujer, por esa puta … ¡Sí, sí por esa puta a la cual iba yo a coger, y a coger, y a coger …!

Despojándome completamente de todas mis ropas me hinque frete a ella y con manos temblorosas y enardecido con una tremenda excitación comencé a devorar su cuerpo rapazmente. Con desesperación hice trizas su blusa y desgarre la falda de su cuerpo dejándola totalmente desnuda. La reacción de Rebeca no tardo en materializarse y con gran satisfacción sentí su cuerpo reaccionar a mis arrebatos ondulando y restirando su cuerpo entregándose al gozo de mi furor sobre su cuerpo. Sentándola sobre el sillón jale sus caderas hacia mí abriendo sus piernas y desplazando my cuerpo entre ellas.. Posando mi verga sobre su clítoris procedí a tallarla sobre él, y empinado mi cuerpo sobre sus senos y comencé a lamerlos, mamarlos, chuparlos, y por supuesto a mordisquearlos vorazmente. Aprisionando mi cabeza con sus brazos Rebeca la apretó contra su pecho atizando mis desmesuradas caricias sobre sus senos y pezones mientras que con un ahínco descontrolado ella empujaba su pelvis de arriaba abajo tallando su clítoris frenéticamente contra la dureza de mi verga. Los jadeos y resoplidos efusivos de Rebeca no tardaron en manifestarse, ardientemente comenzó a serpentear, retorcer, y encorvar su cuerpo mientras continuaba tallando su clítoris con más y más intensidad. Cruzando sus piernas detrás de mi espalda Rebeca apretó su vulva contra mi endurecida verga apretando su clítoris en la parte posterior de mi palpitante falo. "¡Oooh Tío!¡Oooh Tío!¡Mmmff! ¡Mmmff!" Rebeca musito entre resoplidos y convulsiones al sentir la dureza de su clítoris restregándose contra la base de mi verga. Poniendo mis manos sobre sus glúteos la jale hacia mí arremetiendo mis caderas contra su pelvis exacerbando la presión de mi verga sobre ella mientras que por mi cuenta también comencé a tallar contra ella igualando su calenturiento ritmo y cadencia. El resonar del chasquido de sus jugos reverberó escandalosamente por toda la sala con cada uno de mis tallones siendo vehementemente acompañados con los furibundos resoplidos y gemidos de place de Rebeca. Fijando su intensa mirada en mi Rebeca afianzo sus manos a mis brazos y procedió a tratar de meterse mi verga en ella. Su intensa mirada y su suplicante semblante lo decían todo.. Con una sonrisa perversa comprendí su desesperante deseo y en vez de metérsela la sujete más firme y me apreté mas a ella.. Sus brazos temblaron, su cuerpo se arqueo y tirando su cabeza hacia atrás Rebeca atraganto aire mientras su cuerpo se cimbro incontrolablemente con los efectos de un orgasmo…. Jadeando incontrolablemente, con sus dientes apretados, y con un intenso mirar Rebeca me imploro "¡Métemela Tío! ¡Oooh Tío! ¡Mmmff! ¡Mmmff! ¡Métemela!" mientras se retorcía intensamente soportando las incontrolables sacudidas de su orgasmo. Completamente ofuscado con su delirante estado ignoré su suplicio y continúe atizándole su clítoris sin darle tregua alguna. Rebeca continúo trastabillando y serpenteándose y con cada onda de placer que invadía su cuerpo sus gemidos, convulsiones, y arrebatos se intensificaban más y más

Era increíble ver a Rebeca en el apogeo de su delirio, su angelical cuerpo era como una verdadera coreografía de placer, intensidad, lujuria, desenfreno, y entrega total a su erotismo sexual. El torcer de su cuerpo, sus gemidos guturales, la intensidad de su respiración, sus muecas faciales, la fragancia de su flujo sexual, lo fulminante de su mirada, el ímpetus de sus arrebatos… en fin todo lo de ella era una entrega total a su furia sexual. Y yo, completamente hechizado por esa fascínate me había ya en el precipicio de la locura sexual por ella "¡Cógeme! ¡Cógeme! ¡Mmmff! ¡Mmmff!" "¡Cógeme! ¡Cógeme!" La oí gritar sacándome del embeleso en que me encontraba, entre las barañas de su pelo sus penetrantes ojos me miraban mientras que entre sus dientes escupía saliva con la intensidad de sus berridos.. Por unos instantes fije mi mirada en ella y le sonríe. En esos instantes los dos fijamos nuestra mirada, nos penetramos el alma, y a través de nuestras pupilas nos entendimos…. Y con un semblante lleno de lujuria, morbo, y lascivia y con una mirada totalmente impúdica me dijo "Has de mi lo que tú quieras Tío" .. "¡Lo que tu Queras!" . . .