Continùa el fin de semana juntos
Sigue el relato de ese fin de semana inolvidable. Diego sigue ampliando los límites de su morbo (y también del mio)...
Luego de ese tercer polvo con Diego, fue como que ambos quedamos más satisfechos (por decirlo de alguna forma). El parecía haber descargado buena parte del morbo que tenía acumulado y yo me había quedado con una sensación de satisfacción y por otra parte también de molestia. Eso de tener sexo luego de haber acabado fue una sensación nueva para mi, y sobretodo al principio me costó entrar en calor. Aparte de eso mi cola quedó resentida por lo que recuerdo que sentí que me resultaría difícil volver a tener sexo ese día.
Luego de ahí estuvimos matando el tiempo hasta que se hizo la noche. Recuerdo que fuimos a sacar una película, compramos comida y algunas cervezas. Miramos la peli en el sofá mientras comíamos. Vale decir que nuestra relación seguía siendo de amigos, con el “pequeño detalle” de que teníamos sexo. Nunca nos dábamos la mano o besos, ni hablábamos como si fuésemos pareja, sino que en ese sentido la relación era la misma. Podríamos decir que nuestra relación era puramente sexual, más allá de nuestra amistad. Cuando terminó trajo sus juegos de compu al living y como ya habíamos hecho otras veces empezamos a jugar mientras tomábamos. Al rato comenzamos a aburrirnos de los juegos y de alguna forma se fue cargando el ambiente nuevamente. Una vez más empezó ese juego en donde yo iba descubriendo esa faceta de el más bien dominante y en la que yo por decirlo de alguna forma me sentía cómodo. Me dijo que tenía algo pensado para jugar. Si bien eso me generaba excitación, también sabía que las cosas que el tenía en mente en general iban un poco más allá de lo que yo tenía pensado. Aún me chocaba el tema de haber usado un bikini, aunque admito que la situación me dio morbo. Ver mi cola con una tanga era algo que me calentaba, sobretodo sabiendo el morbo que le generaba a Diego. La sensación de la tela metida entre mis nalgas era algo especial.
Me pidió que me ponga nuevamente la tanga y me quede solo con eso puesto. Me dijo que me cambie delante de el, cosa que acepté. Mientras me sacaba la ropa me decía que eso le recordaba a los vestuarios en el club y que le daba mucho morbo. Me gustó sentir que compartíamos ese morbo. Me calentaba mucho eso. Cuando estaba desnudo me pidió que me ponga de espaldas a el y que me fuera subiendo la tanga lentamente, cosa que hice. Me empezó a tocar la cola, acariciando a modo de cosquillas sobre mi raya. Vi que ya la tenía bastante parada. No dejaba de llamarme la atención que parecía que el estaba constantemente excitado. Luego con el tiempo fui descubriendo que era algo normal en el. Cuando pensé que iba a seguir, me dijo “sigamos jugando a la compu, pero vos quedate parado asi tengo tu colita para mirar mientras jugamos”. Asi lo hicimos, ya que mientras el jugaba sentado en el sofá, yo jugaba parado a su lado con mi cola a la altura de su vista. Obviamente no duramos ni 5 minutos asi ya que el paró de jugar y me empezó a tocar. Esta vez lo hizo sobre todo mi cuerpo. Recorría mis piernas hasta mis tobillos y volvía a subir. Le excitaba que yo fuera lampiño.
En ese momento empezó a meter sus dedos por debajo de la tanga tocándome mi ano, pero enseguida lo paré ya que realmente aún me dolía. El me dijo, me gustaría hacer algo parecido a lo que hicimos la última vez. Yo le dije que me dolía un poco la cola, pero el me dijo que no pretendía penetrarme sino que era otra cosa.
Me dio intriga saber que tenía en mente. Se lo pregunté pero me tuvo un rato jugando a que era una sorpresa. Nos paramos frente a frente y me agarró de la cola apretándome hacia el. Quedamos frente a frente y mientras agarraba mis nalgas se empezó a frotar contra mi. La tenía ya bien parada y yo poco a poco también fui entrando en calor. Se refregaba contra mi moviéndose como si me estuviera penetrando. Los 2 empezamos a frotarnos nuestras vergas cada vez más paradas. Ahí se acercó a mi oído y dijo “quiero que te masturbes y acabes sobre mi pija. Luego quiero que me la chupes hasta dejarla limpita. Después de postre te tomás mi lechita. Si bien algo de esa idea me daba asco, me calentó su imaginación y que estuviera dispuesto a saciar todo su morbo en mi.
Sin decir nada metí mi mano por dentro de su pantalón agarrándole su verga y el se rió sabiendo que estaba aceptando su propuesta. Lo empecé a masturbar acariciándole sus huevos mientras lo hacía. Tenía su verga muy parada y caliente. No dejaba de causarme una sensación extraña ese hermoso pedazo de carne. Me daba morbo y orgullo (por decirlo de alguna forma) tenerlo para mi. Suavemente bajé sus pantalones y mientras hacía eso el me agarró mi pija que se asomaba fuera de la tanga. También estaba parada y tenía esa sensación como de dolor de cuando uno ha hecho tenido sexo varias veces en poco tiempo. Me empezó a masturbar y luego fue bajando su mano hasta mis huevos para luego seguir hasta mi ano. Lo hacía con suavidad y a medida que avanzaba hasta mi cola iba despegando la tanga de mi raya. Eso me calentaba mucho. Me saqué la tanga y ambos quedamos desnudos. Me arrodillé frente a el y empecé a pasar mi lengua por la cabeza de su verga. Estaba mojada con líquido preseminal. Recuerdo que tenía algo de olor y estaba muy dura y más caliente que otras veces. Jugué con mi lengua un par de minutos pasándola suavemente por su cabeza. Luego fui metiendo la cabeza en mi boca con suavidad, repitiéndolo varias veces. Solo su cabeza. Eso lo calentó mucho. Me dijo “acabá vos porque a mi no me falta mucho”. Luego de que me dijo eso me paré y me comencé a masturbar.
El mojó sus dedos con abundante saliva y empezó a jugar suavemente con mi ano. Sin meterme ningún dedo jugaba y eso me calentaba más y más. Le pedí que jugara con mis huevos y empezó a hacerme cosquillas con la punta de sus dedos. Eso me volvió loco y luego de un par de minutos sentí que me estaba por correr. El se dio cuenta ya que se agarró la pija y la puso horizontal diciéndome “acabame arriba de la verga”. Mientras que con una mano se la agarraba con la otra acariciaba mis huevos. Yo sentí que me corría pero fue un orgasmo largo ya que sentí por varios segundos el cosquilleo y que el semen estaba por salir pero demoré unos segundos más de lo común en eyacular. Fue como su hubiera sido un orgasmo en cámara lenta. Recuerdo que no eyaculé mucho (era mi tercera eyaculación del día), que era más espeso de lo normal y bien blanco (como si fuera concentrado). Parte cayó sobre la cabeza de su verga, la mayor parte en el tronco y algo en el piso. De todas formas no fueron más de 3 chorros. En ese momento quedé muy cansado y sentía que me temblaban las piernas.
Cuando se dio cuenta que yo ya había terminado agarró suavemente mi cabeza y la bajó como para no dejarme tiempo a arrepentirme. En ese momento sentía mucho rechazo ya que recién había eyaculado pero el apoyó su verga sobre mi cara y no tuve otra opción que seguir. Primero me metí la cabeza en mi boca. Fue muy extraña la sensación de estar probando mi propio semen. Alguna vez ya lo había hecho jugando solo, pero hacerlo de la pija de Diego era nuevo. Recuerdo que tenía un sabor algo distinto al semen de Diego, era más salado y con un gusto fuerte. Chupé su verga 3 o 4 veces hasta sacar todo mi semen de ella. Recuerdo que me quedó entre mi labio superior y los dientes y tuve que usar mi lengua para limpiar mi boca y tragarlo. Sentí un rechazo muy fuerte por toda esa sensación pero todo eso calentó mucho a Diego que empezó a gemir. Luego ayudado por mis dedos fui juntando el semen que había quedado en el tronco de su verga y lo fui chupando suavemente hasta tenerlo en mi boca. Mientras lo hacía le acariciaba la verga con mis labios. Recuerdo que me costó mucho tragarlo e hice un gesto de asco (y hasta alguna arcada). El seguía gimiendo y apoyó con fuerza su verga en mi boca para que me la metiera. Aún quedaba semen mio en su verga y cuando pensaba en como tragarlo el empezó a dar embestidas y sentí el primer chorro de su semen caliente dentro de mi boca. Fui un chorro grande y pesado. Mientras intentaba tragarlo sentí un segundo y tercer chorro. Evidentemente la situación lo había calentado ya que gemía con fuerza mientras eyaculaba. A esa altura todo era muy raro ya que tenía semen de el y mio en mi boca y definitivamente lo estaba tragando todo ya que seguía saliendo semen de su verga. Noté alguna diferencia entre los 2 sabores y texturas, ya que el de el era más líquido y no tan salado, aunque un poco agrio por decirlo de alguna forma. Luego de unos 30 segundos aún daba embestidas cada vez más espaciadas en las cuales salían chorritos cada vez más pequeños de semen. Cuando evidentemente había terminado sacó su verga de mi boca y se tiró en el sofá. Yo aún tenía algo de semen en mi boca y me quedó un gusto muy fuerte. Aún con una sensación de rechazo fui al baño a lavarme. Recuerdo que escupí varias veces en la pileta antes de darme varios buches con abundante agua.