Contener...probando estilos

Estaba cansada que los hombres al verte elegante, joven, guapa y con clase, te traten como una flor, quería ser dominada, que me partieran en dos, sentir el semen en mi boca, en mis pechos, en mi vagina y en mi ano. Quería ser sometida y hasta ahora nunca había sucedido, nadie me ha cogido ni medianamente como deseo cada noche, solo he sido de mi marido.

TANTAS VECES CONTUVE MIS GANAS, PERO HOY

Estaba cansada que los hombres al verte elegante, joven, guapa y con clase, te traten como una flor, quería ser dominada, que me partieran en dos, sentir el semen en mi boca, en mis pechos, en mi vagina y en mi ano. Quería ser sometida y hasta ahora nunca había sucedido, nadie me ha cogido ni medianamente como deseo cada noche, solo he sido de mi marido.

Los hombres se me acercan, y aunque no he sido infiel me mantengo, solo esperando que alguien en confianza se atreva a cogerme en condiciones, pero nunca tengo esa suerte. Y siempre por la educación o por el que dirán, callo mis deseos, no me atrevo a actuar como la cachonda que llevo dentro.

Esa noche seria diferente, llevaba caliente todo el día, viendo porno por Internet. Jorge, el candidato con el que no había podido salir las semana pasada, por que a la mera hora mi marido no fue a tocar, me había llamado para que fuera con el a cenar.

Elegí un vestido negro bastante elegante, por debajo de la rodilla, marcando todas mis curvas, con un gran escote, que baje algo más, para dejar casi al descubierto mis pezones. Me puse unas medias de liga, y un tanga negra. Me maquille, algo más escandalosa que de costumbre con los labios rojos. Pensé que para que me cogiera como una puta, debería parecerlo.

Cuando me vio, vi como su expresión denotaba su asombro. Lo bese en la boca impulsivamente, apretando mis pechos contra él.

Me monte en el coche, y no dejaba de mirarme mientras hablaba tonterías, creo que estaba nervioso. Me armé de valor y le dije, que no llevaba calzón. Era mentira, pero pensé que lo pondría caliente. Para mi asombro, Jorge metió la mano entre mis piernas, y se encontró con mi tanga, no paró y metió sus dedos en mi sexo húmedo.

Me había depilado entera, por lo que podía notar mi vagina suavecita, algo abultada por el deseo. Me tocaba el clítoris, estaba casi enloquecido, usaba la mano con maestría, me introducía los dedos y los movía con violencia. Yo gemía, le decía que estaba caliente, que esa noche seria su puta, que quería que me partiera el culo.

Tuvo que quitar la mano para cambiar el ritmo, yo me comencé a pellizcar fuerte los pezones duros como piedras.

Íbamos camino al restaurante y quedaban 20 minutos de trayecto, miré su paquete abultado y sin pensarlo, le abrí la bragueta y comencé a chupársela. La deseaba, quería lamerla, sorberla, chuparla, me la refregaba por los labios me golpeaba la cara, chupé y chupé todo el camino.

El casi no podía conducir, comencé a suplicarle que se corriera en mi boca, que quería su leche calentita, me cogió del pelo y comenzó a empujarme la cabeza hasta que su verga toco el fondo de mi garganta, yo me movía mas fuerte, y notaba en mi boca el sabor de su espumita y como le palpitaba, bien dura...

Cuando me di cuenta estábamos en el estacionamiento, me tiro del pelo para levantarme la cabeza y dijo que habíamos llegado. Yo le suplique que por lo menos se viniera, que no podía dejarme así. El comenzó a darme palmadas sobre el clítoris. Me dijo: - Vamos putita, ahora baja del coche que ya te daré lo tuyo.

Nos bajamos del coche, yo estaba colocándome el vestido bien, cuando me sorprendió con una cachetada, como estaba tan caliente, me excito.

-Te he dicho que te bajes del coche, no que te tapes

Me saco mis pechos y los mordió mientras me subió el vestido, yo miraba a los lados por si venia alguien y el me dijo que si viniera alguien le diríamos que se uniera a la fiesta.

Volvió a cojerme del pelo y me puso la cara en el cofre. El frío del metal me atravesó los pezones, comenzó a metérmelo violentamente sin soltarme el pelo. No podía creerlo, iba a explotar de placer, en mis labios solo decía duro, más duro, más duro....

Le pedí que se viniera en mi boca, pero el seguía empujando, golpeando los huevos en mi vagina abultada. Saco su verga y me quito la tanga. Yo le suplicaba que no parara. Para mi sorpresa, me metió el tanga en la vagina. Yo seguía inclinada, con las piernas separadas y los senos y la cara sobre el capo.

Comenzó a escupirme en el culo, mientras me abofeteaba las nalgas, no podía soportarlo, mi vagina latía con fuerza, quería su semen, su verga, ser penetrada...

Se agarro la verga y la condujo por mi ano. Yo me moví. No estaba preparada, nunca lo había hecho, me dolería, no quería...Me apretó la cara contra el cofre y lentamente me penetro el ano, con la otra mano tiraba de la tanga alojada en mi vagina.

SSSSIIIIIiiiiii, el dolor se mezclaba con el gusto, estaba a punto, no podía mas, cogió ritmo y empezó a hacerlo violentamente. Y con él, yo ha gritar de dolor y de gusto. Fue más rápido, y me metió la tanga en la boca para sofocar mis gritos. Se agarró a mis pechos, empujó y empujó como un animal. Hasta que me inundo con su semen.

Al notar el calor en mi ano, todo mi cuerpo comenzó a estremecerse, me vine como nunca lo había hecho, mientras gritaba ahogadamente pues tenia la boca tapada.

Saco su verga y me dijo: - Esto no ha acabado aquí putita, ahora límpiamela con la boca de rodillas.

Mi sexo seguía excitado, se la chupe como si de miel se tratara. Se la guardo, y me ordeno que me vistiera pero que la tanga se quedaba en el coche.

Aunque me parecieron horas, esto sucedió en diez minutos. Fuimos a cenar. Al caminar sin ropa interior, notaba mi culo dolorido, los labios de mi vagina se frotaban al andar, sobresalidos por la escena anterior.

Durante la cena no hable, estaba en una nube pensando en el momento vivido, tantas veces imaginado. Superaba mi imaginación. Estuve sumisa toda la cena, cumpliendo los deseos de Jorge, al que quería complacer con tal que volviera a poseerme de aquella manera.

Febrero 2009.