Contacto de television

Un joven ansia experimentar cosas nuevas antes de cumplir sus dieciocho años. Este es el principio de su verano...

Manel acababa de cumplir los diecisiete años. Era su ultimo verano antes de cumplir la mayoría de edad y quería aprovecharlo al máximo.

Una noche cualquiera, ocuparon una vez mas la casa de uno de sus amigos, aprovechando que se encontraba sola, para volver a pillar una borrachera de campeonato, como ellos le llamaban.

Dieron las cuatro de la madrugada cuando la imaginacion ya se había apagado por ese día. Se encontraban sentados, mareados, rodeados de un humo denso y sumersos en un casi completo silencio, excepto por alguna risa o comentario que soltaba alguno de los cuatro amigos en alguna ocasión. Manel estaba ausente, con el mando de la television en la mano, cambiando de canal como si en aquellas horas fuese a encontrar algo interesante en la television... Y e aquí la sorpresa, que lo hizo. Un típico canal con imagenes eróticas y mensajes desesperados de gente buscando contacto físico a través de la television. El silencio se iba rompiendo cada vez mas a medida que los mensajes, casi todos de hombres, iban apareciendo cada uno mas bruto y extraño que el anterior. David, el dueño de la casa, saco su teléfono móvil para empezar a mofarse de la gente con llamadas con tono humoristicas.

-Hola, e visto tu mensaje en el canal tv rincon, eres Pablo?... - Dijo intentando cambiar al máximo su voz a algo que ni asomaba ser voz femenina.

-Si, que edad tienes? pareces joven por tu voz...

-Tengo 23 años. - Tapando la boca de Juan, que entre el alcohol y el humo le costaba aguantarse la risa de los nervios. -Estoy muy húmeda... Quieres que vaya ahora mismo para que me hagas lo que te plazca?

  • Claro. - No se lo pensó dos veces - Ven a mi casa... Si quieres paso a buscarte.

-Bien. Calle Ruiseñor numero trece. - Entre las ganas de explotar a carcajadas y la rapidez con que lo soltó, era casi imposible entenderle.

-Numero trece? - El ansia y las ganas asomaban hasta en su tono de voz.

A David se le ilumino la cara, le parecía imposible que hubiera caído, por su voz y lo fácil de la broma... - AGARRAMELA QUE ME CRECE!!! - Soltó de un grito mientras los otros tres explotaban de risa y le gritaban despectivos sin cesar. Mientras David colgaba el teléfono se escuchaba al señor del teléfono gritando lo hijo de puta que eran.

Entre las risas, Manel vio en la pantalla un mensaje proveniente de una mujer. Ante la duda de si seria realmente una mujer, o un hombre mas haciéndose pasar, cogió su teléfono con disimulo y guardo en la memoria este numero. Mas tarde llamare… pensó.

Dos horas mas tarde, Jorge y Francisco ya se habían marchado a sus casas. Manel se quedo a dormir en casa de David y estaban fumandose un cigarro en el sofá comentando que harían al día siguiente. Una vez David se fue a su habitación a dormir, Manel cogió el teléfono y en cuestión de segundos ya estaba llamando a su nuevo contacto.

-Quien es? – Una voz dulce y cálida sonó por el auricular, para sorpresa de Manel no era un hombre, o era uno con una imitacion muy lograda. Manel se quedo en silencio durante unos segundos en los cuales la mujer repetía una y otra vez la pregunta… Quien es?

-Hola, eh visto tu mensaje en tv rincon. Como te llamas?

-Gabriela, y tu?

-Manel de barcelona. De donde eres gabriela? – Empezaba a ponerse nervioso, sus intenciones no eran simples…

-De sant boi… Tienes una voz muy juvenil, que edad tienes?

-Diecisiete. – No pensó en cambiar su edad, salio casi al instante que escucho su pregunta, pero se arrepintió pensando que alomejor podría ser un impedimento para el encuentro que tenia ganas de tener. – Espero que no sea un problema…

-No tranquilo, de momento solo busco pasármelo bien. Yo tengo treinta y cinco, espero que no sea un problema para ti… Puedo enseñarte mas cosas que una de dieciocho. – Su ultima frase salio entre vergonzosa y haciéndose notar. Manel se quedo en silencio asimilando lo bien encaminada que iban sus intenciones al parecer.

-Estamos relativamente cerca, algún día podríamos quedar y conocernos en persona. – Los nervios hablaban por el, no caía en cuenta que era una voz que hacia escasos minutos que había escuchado por primera vez… Sus hormonas estaban actuando por el, y el se dejaba llevar sin mas.

-Porque esperar a otro día? Vente ahora mismo si quieres verme en persona – Picara como ella sola.

Manel se colapso entre los nervios y ruidos que se escuchaban del cuarto de David, parecía que iba a salir de su cuarto.

  • Ahora imposible, tengo que dejarte, mañana sin falta te llamo y quedamos. – Colgó y se acostó sin mas para cuando David se asomaba por el pasillo al comedor.

  • Hablabas con alguien o acabas de apagar la tele?

  • No tío, vas muy ciego, ves a dormir anda.

-Bagh, buenas noches.

-Buenas noches. – Intento coger el sueño mientras se calmaban las palpitaciones de su corazón acelerado, por los nervios. Sentía como si quisiera salir de su pecho… Hasta que al final consiguió dormirse.

El sol en la cara le despertó de una manera brusca. Estaba empapado en sudor y sin su camiseta, aunque no recordaba cuando se la había quitado. Estiro todo su cuerpo para desperezarse y se levanto del sofá hacia la cocina, a preparar un par de cafés antes de despertar a David.

-David, despierta cabrón!! Hoy nos vamos a la playa.

David era un perezoso, así que media hora mas tarde, cuando su café era el único que quedaba en la mesa y ya estaba mas bien frio, apareció por el pasillo.

-Que dices tio… Como has dormido? – Se sentó ignorando el café y empezó a liarse un porro.

-Bueno, para la calor que hace, tampoco me puedo quejar. Prepara las cosas que nos vamos ya, si no no aprovecharemos nada el tiempo tío. – A la vez que lo decía cogía el peta y le daba un par de caladas. – Voy a casa a coger las cosas y prepararme. Quedamos en media hora en la estación, Jorge y Fran ya están avisados así que tu veras. – Lo dijo levantandose y caminando hacia la puerta sabiendo que si le daba mas coba, ya podía olvidarse del día de playa. Abrió la puerta y se fue escuchando a David decirle: “ tío, el peta”.

Media hora mas tarde estaban Jorge, Francisco y Manel en la estación esperando a David que llego con sus vente minutos de costumbre tarde y marcharon a la playa.

Cada hora que pasaba Manel se ponía mas nervioso sabiendo que esa noche si todo iba bien, tendría fiesta privada por primera vez en su vida, y vaya ganas que tenia… Tantas que el día se hizo eterno, pero por fin, llego la noche.

Acababa de pegarse una ducha y antes de salir del cuarto de baño, de secarse bien siquiera, ya estaba llamando a su nueva amiga.

  • Hola Gabriela. Te dije que te llamaría, te pillo en mal momento?

-No, tranquilo, como me dijiste que te llamabas?

-Manel… - Esa pregunta no acabo de gustarle.

-A si perdona, soy muy mala recordando nombres. Te lo has pensado bien? Vas a venir a verme hoy? – La picardía volvía a asomarse por el auricular.

-Solo tengo un impedimento.- Contesto Manel. –No tengo moto ni manera de ir hasta alli… Me preguntaba si tu tenias coche y vendrías a por mi.- Dejo caer vergonzoso.

-No tengo, pero mira, un taxi te traería por menos de quince euros, si quieres incluso, podrías coger uno y cuando lleges me llamas que yo te lo pago y tu pagas el de la vuelta.

Manel exploto de los nervios, se levanto de la silla, y apunto en una hoja la direccion que Gabriela le iba diciendo. Colgó, no sin antes dejar claro que quería ir con calma pero tambien sus intenciones e inmediatamente llamo a dicho taxi para que viniera a buscarle.

Cogio una botella de ron de casa, un par de porros por si caian, un par de condones y los quince euros que le traerian a casa de nuevo, y salio escopeteado a su porteria a esperar que lo viniesen a buscar. Mientras el taxi llegaba y no, se fumo dos cigarrillos imaginando como podría ser ella, aunque la verdad esque le importaba poco, mientras cumpliera dos requisitos minimos, cara bonita y no mas alta que el, aunque era dificil esta segunda. Despues de vente minutos eternos, apareció el taxi. Sin querer tardar ni un segundo, se monto cuando apenas acababa de parar del todo, y le dio la direcion.

-Que de juerga? - Soltó el taxista. Era un señor de unos cincuenta y tantos años con ganas de seguir viviendo una vida de adolescente.

-Si, a ver como se plantea la noche - sonrio de los nervios mirando a la ventana viendo las farolas pasar. No hico ni caso a las preguntas e intentos de sacar conversacion del taxista, estaba imaginado las infinitas maneras posibles que tenia Gabriela de ser.

Despues de unos diez minutos, el taxista le aviso de que estaban llegando al destino. Manel se seco las manos, empapadas de sudor, en el pantalon. El taxi estaciono, y el abrio la puerta y miro hacia los lados. Ahi estaba ella, una mujer morena, tanto que tenia un toque tropical, una minifalda que dejaba poco a la imaginacion, unos pechos generosos y sobretodo, una cara que incitaba al pecado y no muy alta. El se corto, la miro y sonrio sin poder decir nada en ese instante, ella le devolvio la mirada y se acerco a la ventanilla del taxista, se agacho y tubo una conversacion con el de unos escasos dos minutos mientras le pagaba el trayecto y de inmediato el taxi desaparecio y ella se acerco a el.

-Hola Manel. - Los dos besos que le dio rozaron el extremo de sus labios y no hizo mas que empeorar su estado. - Vaya que chico tan alto... - Manel sonrio .- Vamos hacia arriba.

Ella se adelanto y Manel se limito a seguirla sin quitarle ojo a ese culo que se movia delante suyo, abrio la porteria y le dijo - Vivo en el primero, vamos por la escalera.

Sin mas empezó a subirlas y Manel desde atras se estaba volviendo loco al ver las dos nalgas de Gabriela asomandose timidamente por el borde de la minifalda. Al llegar a su casa, le invito a sentarse en el sofá mientras le sacaba una copa para beberse el ron que había traido.

  • Bueno Manel, que hace un chico tan joven y guapo como tu buscando numeros en la television en vez de estar buscando compañia mas de tu edad?

-No se - con tono timido - no es algo que suela hacer, pero vi tu numero y sin mas lo apunte...

  • Bueno alomejor lo podemos pasar bien y todo. - Le guiño un ojo. Empezaron a hablar de hobbys, de su vida profesional, de sus gustos de musica, eso si, siempre con salidas de tono que iban encendiendo poco a poco un fuego dificil de controlar y mas con el alcohol haciéndose notar cada vez mas en ambos. Hasta que salio el tema de los tatuajes. Manel llevaba una rosa tatuada en el cuello, hacia la parte trasera de la oreja, y ella al verlo, le pregunto si tenia alguno mas.

-No... me encantan y se que acabare con mas, pero de momento no me decidido por ninguno mas... Y tu? llevas algún tatuaje?

-Si claro, me encantan, quieres verlos? - Dijo acercandose un poquito a su lado.

-A verlos - Salio de su boca al instante.

Gabriela empezó a bajarse un lentamente una manga de la camiseta k llevaba, tenia unas estrellas en el hombro. Manel por supuesto puso cara de que le encantaban sus tatuajes, pero en verdad estaba rezando porque tubiera alguno en alguna zona mas comprometida. Despues le enseño un duende que tenia en la ingle, bajando un poco la minifalda y el tanguita que tenia, dejando al aire, disimuladamente, una pequeña parte de su vagina. A Manel le costo controlarse para no lanzarse a tocar, le miro y ella le miraba sonriendo con cara de estar jugando con el. Por ultimo le dijo...

-El ultimo mas tarde te lo enseño si te lo ganas.

-Va anda, no seas así... - Le miro a la cara intentando poner cara de pena sin exito alguno - Tiene pinta de ser el mejor, quiero verlo ya...

Ella le miro, mordiendose un labio y pensando en que hacer, pero en poco mas de diez segundos, estaba levantandose la camiseta, dejando al aire su torso, con un sujetador negro bastante ajustado y ahy estaba, un pequeño tribal con forma de sol en pecho. Ella no le quitaba ojo a Manel, aunque este no disimulara mucho para sudar del tatuaje y fijarse en el sujetador y su contenido.

-Te gusta? - Pregunto, como si no conociera la respuesta.

-Me encanta...

-El tatuaje o mis pechos? - No dejaba de morder su labio, algo que alteraba mucho a Manel.

-Ambas, por supuesto... - Sin mas, una mano se lanzo, y con un dedo resiguio el tatuaje, como si fuera algo nuevo para el, algo que nunca hubiera podido tocar. Poco a poco el dedo empezó a hacer circulos por el pecho, hasta que acabo colandose un poco dentro del sujetador, lo bastante como para poder tocar el pezon, que estaba duro como una piedra. Casi como un acto involuntario al tocarlo, se lanzo a lamer el pezon mientras con la mano bajaba el sujetador hasta dejar el pecho al aire. Ella miro al techo mientras dejaba salir un suspiro y se coloco sentada en las piernas del joven Manel, quitando su sujetador y dejando sus tetas al aire a la altura de su cabeza. Manel sentia un ardor en su cabeza y una presion en su paquete que crecia segun el movimiento "alante-atras" de la cintura de Gabriela se intensificaba.

-Cuantas veces te lo has montado con amigas tuyas?...

Manel dejo por un instante de mordisquear suavemente el pezon para contestarle. - La verdad? es mi primera vez... - No sabia si era por el alcohol o por lo excitado que estaba pero no le importo soltar la cruda realidad. Ella se rio mientras levantaba su culo de la entrepierna de Manel y se arrodillaba delante suyo. Le empezó a desabrochar el cinturon, despues el pantalon, y mientras agarraba y sacaba el pene de sus calzoncillos le dijo...

-Tranquilo, yo te voy a sar a probar todo lo que quieras... - Comenzo a relamer el pene... Manel estaba tan excitado y nervioso que le costo horrores no irse a los cinco minutos de que empezara la felacion.

El sofá se convirtio en un escenario de una pelicula porno de las mas movidas, hasta que se quedo pequeño y demasiado caliente y decidieron transladarse a la habitación, donde la cama seria algo mas comodo. Nada mas entrar ella se avalanzo al colchon poniendose a cuatro patas. La vista para Manel era increible, ya había eyaculado tres veces y su herramienta seguia en plena forma, a pie de guerra.

-Vamos, metemela... - Y allí fue el... Se sentia un campeon tirandose a aquella madurita mientras ella le rogaba, entre gemidos, mas y mas.

Despues de diez minutos en esta postura, decidio cambiarla... La agarro de la cintura y la giro bruscamente dejandola boca arriba, cogió sus suaves piernas y se las coloco por encima de sus hombros y empezó a darle marcha. A ella parecía que le encantaba, empezó a gritar como una loca, cosa que a el le hizo preveer el punto final. Le aviso sin mas y ella se arrodillo sacando su lengua, preparandose para recibir su eyaculacion. No le apartaba la mirada a Manel mientras lo recibia, y dejo caerlo por sus pechos mientras los frotaba con las manos. Cuando el extasi bajo, Manel se dejo caer en la cama para recobrar el aliento y cuando la respiracion se calmara encenderse su merecido cigarro. Ella fue al lababo para limpiar su pecho y su cara, y al regreso se tumbo a su lado.

-No esta mal para ser tu primera vez.- Dijo ella sin retirar su mirada del techo. El sonrio y agarro su cara girandola hacia el para besar sus labios. Los dos se quedaron parados cuando sus labios se separaron. Acababan de tener dos horas casi sin parada alguna, de lo mas sucio posible, pero era la primera vez en toda la noche que sus labios se encontraban. La habitación fue invadida por un incomodo silencio, hasta que Gabriela lo rompio.

-Manel, he disfrutado mucho esta noche, pero va siendo hora de que te vistas y vuelvas a casa. Mi marido va a volver del trabajo en nada.

-Marido? no me habias comentado nada...

-Habria cambiado algo? Tampoco te tapado las fotos del comedor ni nada por el estilo... - No pudo quitarle razon alguna. El venia buscando una noche para recordar y la había tenido con crezes así que no podía quejarse de nada. Se levanto y recorrio el piso buscando su ropa y sus pertenencias mientras ella llamaba al taxi que lo llevaria de vuelta a casa. Fue un momento un poco incomodo para el... Una vez todo estaba en los bolsillos, se dirigio a la puerta con ella atras suyo, desnuda y sin mediar palabra alguna. Gabriela agarro el pomo y empezó a abrir la puerta intentando empezar una frase para despedirse, cuando el cerro la puerta, la agarro de ese culo que tanto le había gustado y empezó a besarla mas fogosamente que antes. Una vez acabo Manel salio de la casa con un seco " hasta otra" y bajo las escaleras al portal, donde tendría que esperar la aparicion del taxi. Se apollo en una de las paredes de fuera del portal, hecho mano a un cigarro que aliño, y se quedo mirando la gente que salia a sus trabajos con los primeros rallos de sol. Mientras esperaba, dos hombres entraron en el portal, uno de unos cinquenta y otro de unos treinta y dos aparentemente. Manel dejaba escapar el humo por su nariz mientras reia levemente imaginando cual de los dos seria el pobre engañado. El taxi llego, y una vez dentro y en marcha, el taxista no paraba de mirarlo de reojo por el olor a sudor y de mas que desprendia Manel. El se limito a mirar el paisaje pasar y pensar en solo tres cosas... Volveria a tener un encuentro con Gabriela o algo que se le pudiera parecer? Deberia compartir con, almenos, su mejor amigo David esta experiencia o mejor guardarsela para el? y porque demonios se sentia tan extrañamente bien...