Conseguí follarme a mi madre

Después de contactar y y chatear mi madre accidentalmente, decidí lanzarme a mantener sexo real y al finas lo conseguí. Mantengo una relación de sexo con mi madre.

CONSEGUI FOLLARME A MI MADRE. Historia real.

Hola, me llamo Antonio tengo 22 años, hijo único y pertenezco a una familia acomodada. Mis padres se casaron muy jóvenes. Mi madre me tuvo con 20 años. Nuestra relación ha sido siempre muy buena. Se esforzaron para que así fuese.

Hemos sido siempre un ejemplo de familia liberal. Desde muy pequeñito he crecido viendo a mi madre paseando por casa muy ligerita de ropa. En tiempos de calor unas braguitas son su única prenda. De pequeño me acostaba todas las siestas con ella y le arrascaba su espalda desnuda hasta que se quedaba dormida.

Un día contemplándola semidesnuda me di cuenta que mi verga se me ponía dura, quizás había perdido la inocencia. No se, lo cierto es que tuve que ir al baño y masturbarme. Me pasó varias veces a lo largo de un tiempo. Estaba sintiéndome atraído sexualmente por mi mamita. Cosa nada rara pues es una mujer impresionante de la que tengo a todos mis amigos enamorados.

Un día de este mayo pasado me dijeron mis colegas que habían visto un anuncio en un foro; una madurita buscando chicos para cibersexo. Habían respondido a la llamada y descubrieron que era mi mami. Yo no me lo creí e incluso me sentó mal. Pero después de unos días dándole vueltas al coco descubrí que la idea me excitaba. Me imaginaba a mi madre desnudándose y tocándose mientras mis amigos se la machacaban contemplándola.

Decidí que me contaran todo y actuar como si mi mami sólo fuese una madurita salida con la que poder disfrutar un buen rato de sexo.

Me metí al foro y efectivamente, aunque en la foto que había publicada no se le veía la cara, la ropa era de mi madre, una minifalda vaquera que tantas veces le había visto puesta por casa y unas botas blancas. La agregué a mi msn y a esperar a que me aceptase. Me aceptó enseguida pero lo de poder contactar con ella fue tarea imposible durante algún tiempo. Cada vez que la veía encerrarse en su despacho, yo me metía en mi habitación y me conectaba a ver si había suerte, pero nada. A veces veía que también se conectaba desde el trabajo pero no conseguí llamarle la atención.

Hasta que un fin de semana me fui a un apartotel con mis amigos y de madrugada se me ocurrió conectarme y allí estaba ella conectada aprovechando que mi padre estaba dormido.

La saludé amablemente y me contestó. En ese momento me corrió un escalofrío por todo el cuerpo. Había contactado por fin con mi mamita y era muy probable que practicáramos cibersexo. Me quedé desnudo y me puse un albornoz. En ese momento entraron mis amigos y me dijeron:

Dios has contactado con tu madre, vamos a divertirnos un rato, está buenísima.

Les contesté:

  • Fuera, fuera de aquí, es la primera vez que contacto con ella y esta corrida no me la estropea nadie. Si queréis os conectáis después de mí.

Los hice salir de la habitación y conecté la webcam. La convencí para que ella también la conectase. Jamás se me olvidará, un bomboncito con una minifalda negra, unas braguitas rojas, unas medias de malla y unas botas negras, emitiendo desde el despacho de mi casa. Mi mami.

Se me puso la polla dura desde el primer instante. Empecé a machacármela mientras de daba órdenes.

Acaríciate los pechos.

Súbete la faldita.

Bájate las braguitas.

Acaricia tu concha.

Métete los dedos por la vagina.

Fue increíblemente excitante, estaba haciendo realidad un sueño prohibido. Estaba viendo como mi madre se desnudaba y se masturbaba para mí. Me mostraba su coño totalmente abierto para recibir mi leche.

La excitación llegaba al límite. En ese momento tuve la mayor corrida experimentada.

Dos días después del venir del viaje, subieron mis amigos a mi habitación y uno de ellos comentó:

Cada vez que vengo a tu casa y veo a tu madre con esas minifaldas, me sube la bilirrubina, te lo juro. Si es que se le ven las braguitas cuando sube la escalera.

Yo le conteste:

No te pases que es mi madre.

Pero no decías que te daba igual que jugásemos con ella, que por ti como si nos la follábamos. Que a ti también te ponía muy cachondo y que si pudieras también te la follarías.

Otro amigo contestó:

Pero que hiciste tú el viernes por la noche, no le diste un revolcón virtual. Pues no disfrutaste nada chico, te pusiste ciego. Déjanos que disfrutemos también nosotros de esas piernas y ese culito.

Vale, vale toda vuestra. Respondí.

Yo le metía a tu madre de todo menos miedo.

La vez que yo contacté con tu madre se metió un pene enorme de plástico y se lo metió hasta el fondo. Desde entonces me la imagino cabalgando sobre mi polla y cada vez que voy a mi casa me la tengo que exprimir.

Pues yo creo que voy a tener que ir a tu baño a machacármela pues mira como la tengo. He subido detrás de tu madre viendo como meneaba el culito y le he visto todas las bragas, estoy que no puedo aguantar más.

Pues tu mismo ya sabes donde esta el baño.

Y se fue de verdad al baño.

En ese momento vi a mi madre que cruzaba detrás de la puerta y deduje que nos había oído toda la conversación. Cosa que no me cortó para nada, pues había descubierto que su manera de vestir realmente denotaba lo marchosa que era mamá. Además me dio igual que supiera que el chico con el que había jugado era yo, por que no iba a ser yo y podían ser otros.

La tarde siguiente llegue a casa y saludé a mami que estaba sentada en el patio tomando el fresco de cara a la ventana del baño. Entré directamente a observarla. Y allí estaba ella con las piernas cruzadas y los muslos al aire. Ese trocito de tela vaquera que llevaba de falda era imperceptible cuando se sentaba.

Cerré un poquito la persiana para que no me viera pero hice demasiado ruido y miró hacia la ventana. Pensé en irme de allí pues podría haberme visto pero al observar que no se inmutaba seguí con mi intención, que no era otra que empezar a machacármela mirando sus piernas.

Pasó algo increíble, se abrió total y descaradamente de piernas, dejándome ver sus braguitas blancas. Nada que no hubiera visto yo antes, pero esta vez era de otra manera, pues la intención era distinta. Me había oído hablar con mis amigos y estaba dispuesta a complacerme. Abrirse de piernas para que yo me desahogara mirándola. Y eso fue lo que hice. De nuevo conseguí un placer inmenso nunca antes imaginado.

Esto me animo a pensar que por que no podía tener un contacto real. Nada más que la idea ya me tuvo varios días excitadísimo.

Hasta que un día después de comer estaba tan cachondo que me decidí y le comente a mamá que si no le importaba que me acostara con ella a dormir un rato la siesta y así no tendría que deshacer mi cama. Me respondió que sí.

Cuando fui a su habitación llevaba puestas unas braguitas negras transparentes, se le notaba toda su concha recién depilada. La vista se me fue hacia su rajita reaccionando mi pene y poniéndose muy, muy duro, cosa que no pasó desapercibida para mamá, que también se le fue la vista hacia mi paquete.

A si es que me acosté a su lado y empecé a rascarle la espalda, poco a poco fui bajando hacia su culito y empecé a rascárselo bajándole un poquito las bragas. Como vi que no se inmutaba empecé a excitarme cada vez más, seguí acariciándole los muslos y el culo. Al ver que seguía fingiendo estar dormida y me dejaba, me anime y lance mis manos hacia sus pechos acariciándolos suavemente. Se dio la vuelta y se puso boca arriba, para que pudiese acariciarla mejor. Le acaricié todo su cuerpo hasta llegar a los muslos, al no encontrar ningún gesto de desaprobación deslicé mi mano hacia su entrepierna, acariciándole su conchita por encima de las braguitas. Cada paso que daba me animaba al siguiente. Metí mi mano entre sus braguitas y me llevé una sorpresa tenía toda su vagina muy húmeda. No sabía si estaba dormida o no pero estaba pasándoselo muy bien. Le flote mi mano por su clítoris y me decidí a meterle mis deditos por su agujerito, en ese momento noté como abría un poco las piernas para que le entraran mejor. Ese gesto me excito sobremanera. Creí tener su aprobación para lanzarme sin ningún temor y eso fue lo que hice.

Comencé a lamerle sus pechos con la lengua, lentamente me baje hacia su clítoris y empecé a chupar sus jugos. Ella no podía aguantar inmóvil y tenía que contraerse de placer de vez en cuando.

Yo tenía claro que estaba fingiendo estar dormida pero que estaba excitadísima, en ese momento se le escapó un pequeño gemido.

Me encontraba totalmente enajenado de placer en ese momento y decidí poner la guinda final. Le bajé las braguitas y metí mi polla en su agujerito. Empecé a moverme brusca y rápidamente.

¡Estaba follando a mi madre!

¡Poniéndole los cuernos a mi padre!

Era la situación más morbosa jamás experimentada. Casi sin que le saliera la voz de la boca me decía; más, más, más.

En es momento grité fuertemente, me estaba corriendo con la polla metida en el agujerito de mi mamá. Noté como un torbellino de leche salía de mi pene inundando su vagina.

Era la primera vez que follaba a mi mamita y jamás podré olvidar el placer que yo sentí.

Cuando me hube vaciado, y los dos nos habíamos corrido, me lancé hacia su boca introduciendo mi lengua a lo que me respondió. Y Después de un morreo nos fuimos a lavarnos.

Nos volvimos a tumbar en la cama desnudos a charlar sobre lo que había pasado, como contacté con ella, lo que piensan mis amigos, lo atraído que me sentía desde siempre por ella.

Y pasado un rato comenzamos otra vez los juegos sexuales y estuvimos follando toda la tarde.

Edipo sabia lo que quería y que no había ninguna fuente de placer como esa.

Hasta a aquí he podido contar lo de más ya os lo podéis imaginar.

Esta historia es real y reciente. No es un relato inventado para excitar a nadie. Y esta contada por uno de sus protagonistas. Asea yo. Antonio.

Si lo desean pueden contactar conmigo en ellechero@mixmail.com prometo contestar todos los e-mail y si me lo piden les mando fotos de mi mamita. Están hechas hace unos días en una sesión que hicimos ella y yo con la ropa que llevaba para recrear de nuevo la historia. Un saludo. Hasta siempre.