Conquistando a papa

Como conseguí conquistar a papa y que me diera placer.

Hola a todos, mi nombre es Samantha o Sammy como me llaman todos, tengo 25 años y me encanta el sexo. Me encanta masturbarme y me vuelvo loca cuando veo una buena verga. También me gusta ver porno y leer relatos que me pongan cachonda para luego meterme bien los dedos, pero lo que más cachonda me pone es fantasear con papá. Solo con pensar en su verga mi coño chorrea.

Les cuento un poco como soy, mi cabello es moreno al igual que mis ojos. Soy más bien bajita y con buenas curvas y tengo dos tetas bien grandes que vuelven locos a todos. Vivo con mis padres y además tengo un hermano mayor, que ya está casado. El principal protagonista de esta historia es mi padre. Es un hombre de 52 años, de estatura media, pelo negro y un cuerpo bastante bien cuidado para su edad, lo que más me gusta de él, su pasión por el sexo, la cual yo heredé.

Desde niña había escuchado a mis padres follar, oía como mi madre gritaba de placer con la verga de papá y eso hacía que mi chochito empezara a mojarse. Cuando fui más mayor, pillé a mi padre viendo porno, en más de una ocasión y cada vez que lo veía ir al baño a masturbarse, me volvía loca, me iba a mi cuarto a meterme los dedos como una loca.

Con los años, la pasión entre mis padres se fue perdiendo, a mi madre ya no le apetecía y el cada vez que podía se iba al baño, más de una vez pensé, que pena de verga, con lo que me gustaría a mí que me follara.

Esta historia ocurrió hace 3 años, estaba cansada de masturbarme pensando en papá y se me ocurrió que podía hacer algo, pero no sabía el qué.

Una tarde, fui a preguntarle sobre un aparato que no me funcionaba, él estaba con el ordenador y no me vio llegar, estaba viendo porno, un hombre maduro se estaba follando a una chica joven. Cuando me vio se sobresaltó y me dijo:

-          Puta mierda de internet que siempre están sacando estas mierdas.

-          Pues el hombre tiene buena verga, no me importaría que me rompiera el coño, además papá, ¿no te gustaría follarte un coñito joven? Seguro que es delicioso.

Sin más me fui a mi habitación y a los pocos minutos lo escuché ir al baño. Me aseguré de que mamá estaba en el salón viendo la televisión y que no se estaba enterando de nada, me acerqué al baño y escuché a papá gemir mientras decía, oooh si nena ayuda a papi a sacarse la leche, eso me desconcertó, papá se masturbaba pensando en mí. No lo dudé, sin más entré, ahí estaba papá, de pie, con su verga bien dura, mirándome como si estuviera loca, me acerqué y comencé a masturbarlo, su verga era enorme, unos 22 cm y bien gorda, mi coño chorreaba, me moría de ganas de metérmela, me levanté la camiseta empecé a acariciarme mis pezones, papá alargó la mano y comenzó a tocármelos él.

-          Vamos nena, ordéñame la verga, estoy a punto de correrme.

-          Claro papi, vaya verga más rica tienes.

-          Ohhh si, lo haces genial!

Mi mano cada vez iba más rápido, mi coño chorreaba deseoso de que lo cogieran y mis pezones estaban duros y sensibles con ganas de que los mamaran. Papá no pudo más y se corrió en mi mano, tras intentar ahogar un gemido de placer. Sin decir nada, me cogió la mano con el semen y empezó a untarlo en mis pezones, luego hizo que me comiera el resto. Continuó con masaje en los pezones, que estaban blancos del semen. Se sentó en la WC y me acercó a él, comenzó a devorármelos. Chupaba y chupaba como un niño pequeño hambriento y eso me volvía loca.

-          Oooh si papi, mámame las tetas, mama tu leche.

-          Joder nena, que tetas tienes.

Me metí un dedo en mi coño y comencé a frotarme el clítoris, el seguía como loco comiéndome las tetas, hasta que oímos un ruido.

-          Papi sigue, me corro ya.

-          No nena, está mamá.

-          ¡Quiero correrme! ¡Y quiero tu verga!

-          Vete a tu habitación y te haces un dedo, ya verás que rico.

Así hice, me fui a mi habitación, no sin antes papá darle una buena lamida a cada uno de mis pezones. Me masturbé toda la noche pensando en lo que había pasado.

Al día siguiente, ninguno de los dos dijo nada, al contrario, actuamos como una familia normal. Yo estaba un poco decepcionada, pensaba que lo que había pasado el día anterior, supondría algún cambio entre papá y yo.

A los dos días se volvió a repetir la misma situación, pillé a papá viendo porno, esta vez no se sorprendió, simplemente me miró y me dijo:

-          Vaya follada le está metiendo el viejo a la chica, le tiene el coño inundado de leche.

-          Uff sí, me gustaría que me cogieran con una verga como esa y me den una buena follada. Solo de pensarlo me chorrea el coño.

-          Tu eres un poquito puta, ¿no?

-          Acaso no te gusta papi. ¿quieres ver como tengo el coñito de mojado?

Para provocarlo más, me metí dos dedeos en el coño y cuando los saqué se los di a chupar, lo cual hizo con mucho gusto. Sin más metió su mano en mis pantalones y comenzó a masajearme mi chochito, que pedía a gritos que lo follaran. Empezó metiéndome un dedo en mi agujero, después dos, yo estaba muy excitada y me acariciaba mis pezones.

-          Nena, sé que eres muy putita y que te gusta calentarme, pero si quieres que sigamos no puedes gritar o mamá se enterará.

-          Si papi, te juro que no gritaré, pero no pares.

-          No mi niña. Se buena y méteme tus preciosas tetas en la boca, quiero mamártelas. mientras te follo.

-          Si cómemelas, que rico ummm.

Durante unos minutos papá me follaba con sus dedos y me iba mamando las tetas, mi orgasmo no tardó en llegar y como pude me corrí en silencio.

-          Aaayyy papi que rico.

-          Nena, me has dejado la mano llena de tus flujos, hazme un favor, sácame la verga, que me voy a limpiar tus flujos en ella y después te metes debajo de la mesa y te pones a mamarla.

-          Si papi, me muero de ganas de comértela.

Y así hicimos, empecé a mamarle la verga llena de mis flujos a papá. Era maravillosa, casi no me entraba en la boca, pero aun así se la mamé un buen rato.

-          Joder nena, que bien mamas, eres una experta. Quiero correrme en tu boca.

-          Claro papi, dame tu leche.

Y tras varios minutos más mamando, se corrió en mi boca. Me comí todo su semen, volvía a estar cachonda y quería que papá me follara.

-          Papi, vuelvo a tener el coño empapado. Quiero que me folles con tu verga.

-          No mi amor, eso es imposible, está mamá.

-          Bueno, pero podemos esperar a que se duerma o algo y me follas. Necesito tu verga ya.

Los días pasaron y yo me volvía loca, no conseguía la verga de papá, muchas tardes le sacaba la leche, para luego ponérmela en las tetas y que el me las mamara, como habíamos hecho antes, pero eso solo servía para ponerme más y más cachonda.

Pasaron los días y llegaron los días previos al periodo, normalmente cuando me venía el periodo, estaba más cachonda de lo habitual y mis pezones mucho más sensibles hasta el punto de no poder ni tocármelos. Uno de esos días papá me dijo:

-          Mi amor, me sacas la leche y me dejas mamar tus tetas.

-          No papá, si quieres te la saco, pero nada de mamarme las tetas, me va a venir el periodo y me duelen mucho.

-          Vaya mi niña, yo tengo un remedio. Se lo hago a mamá cuando le duelen, ¿quieres que te lo haga?

-          Bueno, vale. ¿Qué es?

-          En 5 minutos te espero en el sofá.

Hice lo que me dijo papá, fui al salón y me senté en el sofá entre sus piernas, me dijo que apoyara la cabeza en su pecho y que estirara las piernas, después nos tapó con una manta.

-          Mi niña, ¿ya estás sangrando?

-          No papi, todavía no.

-          Mejor. Ahora relájate y por favor no hagas ruido, mamá nos puede oír.

Metía las manos por debajo de mi camiseta y con las palmas comenzó a masajearme de una forma dulce y delicada mis pezones.

-          ¡Papi me duelen!

-          Tranquila, ya verás como se te pasa. Los tienes muy hinchados mi amor.

Siguió con el masaje, el dolor fue desapareciendo y dio paso al placer. Estaba muy cachonda y solo quería que me follara.

-          ¿Te gusta cariño?

-          Si papi, me gusta mucho. El problema es que mi chochito está muy mojado.

-          Tranquila mi amor. Eso lo soluciono yo. Tu sigue disfrutando.

Noté como se movía buscando algo. Una de sus manos, dejó mi pezón para meterse en mis pantalones. Llevaba algo más, que pretendía meterme en el coño.

-          ¿Papi, que tienes ahí?

-          Es un consolador mi amor.

-          Pero mami lo puede escuchar.

-          No mi cielo, no tiene vibración ni nada, solo te lo voy a meter. Espero que tu coñito pueda con él, es muy grande.

Y así lo hizo, con una mano me acariciaba los pezones y con la otra me follaba lentamente el coño.

-          Ufff papi esto es delicioso, me voy a correr.

-          Sigue así mi niña, córrete.

Mientras papá seguía follandome, yo le saqué la verga. Primero se la acaricié, pero me moría de ganas de hacerle una buena mamada. Como pude bajé la cabeza y comencé a chupársela. Unos minutos después sonó el teléfono, escuchamos a mamá hablar en la otra habitación, mientras tanto, papá se guardó la verga y yo me coloqué la ropa, quedando el consolador dentro de mi coño. En ese momento llegó mamá y al vernos en el sofá tapados con la manta y viendo la tele, no sospechó nada. Nos contó que un familiar había tenido que ir al hospital y que iría a pasar la noche para cuidarle. Puse cara triste y de preocupación, pero era la excusa perfecta para follarme a papá.

En cuanto mamá se fue, papá me miró con lujuria, me hizo levantarme del sofá y comenzó a besarme.

-          Estamos de suerte mi zorrita, tenemos toda la noche para follar. ¿No me decías que querías mi verga? Pues va a ser toda tuya.

-          Si! Follame, necesito tener tu verga en mi chochito.

-          Tranquila mi amor, te voy a reventar tu dulce chochito.

Me llevó a su habitación, ya que la cama era más grande, me tumbó y comenzó a desnudarme a medida que pasaba su lengua por todo mi cuerpo. Cuando llegó a mis pezones, que seguían muy sensibles, pero ya no me dolían, se los llevó a la boca como un loco. Empezó a chupar y a estimulármelos, era una sensación increíble, yo empecé a gemir, era la primera vez que podía gemir mientras estaba con papá.

Cuando se cansó de mis pezones continuó bajando, hasta llegar a mi coño, ahí seguía el consolador que él había utilizado antes, comenzó a mamarme mi coñito mientras seguía follandome el coño. De repente paró y me miró:

-          Nena, tenemos un problema. No podemos follar, no tengo condones. Con mamá no tengo problema, me puedo correr dentro ya que se toma la píldora, por eso no uso condón.

-          No te preocupes papi, yo también tomo la píldora, puedes correrte dentro de mí.

-          ¿En serio? No eres un poco joven.

-          Ayy papá, no eres el primer hombre con el que tengo sexo. Mantengo relaciones desde hace unos cuantos años.

-          Seguro que nadie te ha follado tan bien como lo voy a hacer yo, te voy a llenar el coño de leche mi amor.

Continuó comiéndome el coño mientras me lo follaba con el consolador, yo cada vez gritaba más y más fuerte, hasta que no aguanté más y me corrí.

-          Aaaah siiii papiii!!! ¡Que rico lo mamas!

-          Joder nena, que manera de correrse, ¿quieres más?

-          Si papi, necesito que me des tu verga.

Sin hacerme esperar, me puso a mamarle la verga. Estuve como 10 minutos mamando, hasta que me agarró por el pelo y me frenó.

-          Zorrita mía, sé que te gusta mamar, pero si seguimos así me voy a correr. ¿No quieres que te rompa tu coñito?

-          ¡Si! ¡Por favor follame ya!

Estaba tan cachonda que no esperé a que él me la metiera, me senté a horcajadas sobre él y comencé a pasar mi coño a lo largo de su polla. Mis flujos caían sobre su duro miembro, mojándolo por completo, ya no podía más, levanté me culo y de un golpe me la metí, quedando toda su verga enterrada en mi chorreante coño.

-          ¡Joder si! ¡Que gusto! Vaya verga más grande tienes papi.

-          Eres una autentica puta nena, me encanta como cabalgas sobre mi verga.

Seguí follándome a papá, el tumbado y yo encima engullendo su polla en mi coño, no quería parar nunca. Me incliné sobre él y comenzamos a besarnos, después le metí mis tetas en la boca. Era la mejor sensación del mundo, su verga rompiéndome el coño, mientras su boca me comía los pezones. Tras más de 30 minutos follando, un fuerte orgasmo se formaba en mi interior.

-          ¡Papi, no aguanto más me corro!

-          ¡Aguanta un momento mi niña y córrete conmigo! ¿Quieres que papi te llene el coño de leche?

-          Si papi, necesito tu leche ya.

-          ¡Vamos nena ahora córrete! Aaaahhh

-          ¡¡Si!! ¡¡Papi me corroo!! Aaaaahhh!

-          Joder nena, vaya corrida que me has dado, tienes el coño blanco de tanta leche.

-          Si, estoy notando como me escurre por la pierna.

-          Espera, que le voy a hacer una foto.

Tras hacerme la foto, se tumbó a mi lado, nos besamos un buen rato, mientras él con sus dedos, jugaba con la leche en mi coño.

-          Papi, si sigues así, me voy a correr otra vez.

-          Vamos a hacer una cosa, te voy a poner un poco de semen en tus pezones y te los voy a mamar hasta que te corras.

-          Sabes, eres el primer hombre que conozco que le gusta chupar su semen.

-          Eso fue cosa de tu madre. Se ponía cachonda cada vez que me veía hacerlo. La verdad es que no está mal, aunque solo he probado el mío.

Papá volvió a colocar su mano en mi coño lleno de semen y a meterme los dedos mientras me mamaba las tetas.

-          Ummm que rico lo que me haces. Aaaaahh!!!!!

-          Otra vez te has vuelto a correr mi niña, mira como tienes el chochito, lleno de lefa de papi y de tus flujos, estás chorreando.

-          Límpiamelo.

-          Encantando.

Papá volvió a meter su cara entre mis piernas, comiéndome el coño lleno de flujos, me volví a correr y el siguió chupando hasta que me dejó bien limpia.

-          Nena, porque no te metes mi polla en la boca y me la pone bien dura para darte otra buena follada.

-          Claro papi, lo que tú quieras.

-          Esta vez voy a ser yo quien se ponga encima de ti, quiero tu coñito solo para mí.

Y metiéndome la verga en mi coño, volvimos a follar como salvajes. Esta vez se corrió en mi boca y antes de que me lo tragara, me volvió a sacar una foto. Nos pasamos toda la noche despiertos, dándonos placer, perdí la cuenta de las veces que me corrí.

-          Papi, que noche más maravillosa.

-          Si nena, hacía tiempo que no follaba como hoy.

-          ¿Vamos a seguir follando mas veces?

-          Claro cielo, pero cuando mamá no esté, mientras mamá esté en casa te podré meter los dedos y tu sacarme la leche y poco más.

-          ¿Te imaginas que mami se une a nosotros? Estaría genial.

-          Ojalá, pero mami últimamente no quiere sexo. No te voy a negar que veros comiendo el coño me volvería loco, pero dudo que ella quiera.

-          Bueno, si ella no quiere mejor, más verga para mí.

-          ¿Quieres que te la meta otra vez nena?

-          Si papi, dame tu verga…

Espero que les haya gustado, muy pronto seguiré escribiendo mas.