Conquistando a mi tía
Como llegué a cumplir un sueño de niñez, ocho años despues...
Todo comenzó mediante el morbo que siempre me había dado mi tía que se fue haciendo mayor conforme pasaban los años... De muy joven, yo siempre estaba en su casa porque mi primo y yo íbamos juntos al instituto, y por las mañanas iba a su casa, que me cogía de paso, para encaminarnos juntos a clase. Ya por aquel entonces, mi tía era una mujer de 36 años que estaba buenísima; una tetas enormes y un culazo que nos quitaba la respiración no solo a los chicos en edad pajillera, sino a la gran mayoría de los hombres del barrio. Ella se gustaba y vestía en casa con camisolas cortas muy por encima de los muslos y, casi todas las mañanas, me recibía sin sujetador por lo que podía ver, marcados, sus pezones en las camisetas mientras nos preparaba el desayuno a mi primo y ami que a nuestros catorce años siempre estábamos con la polla dura como un hierro.
Bueno, para no extenderme demasiado en la época anterior, diré que con el tiempo mi primo y yo nos distanciamos, básicamente porque al terminar el instituto, cada uno tomó un camino distinto... Por lo tanto la relación con mi tía también fue mas distante. De vez en cuando la veía por el barrio y nos dábamos dos besos, me preguntaba por como me iba y poco más... Por unos buenos negocios que hizo mi tío, su marido, su posición económica se convirtieron en una familia bastante adinerada y mi tía que no trabajaba nunca se apuntó al gym en el que yo estaba desde que volví del ejercito. Cuando al vi en el gym, por primera vez casi me da algo: sus shorts ajustadísimos a un culazo que me la ponía duro solo de verlo, esas tetazas aprisionadas en esa lycra; la verdad, no sé si estaba buenísima, pero el hecho del morbo causado desde la juventud hizo que mi polla saltara en mi pantalón.
- Tita, ¿haciendo deporte?- le dije mientras tocaba su hombro.
- Mariooo, ¿que haces aquí?- me dijo mientras me abrazaba notando sus tetazas aplastadas en mi pecho.- No sabía que habías vuelto de Iraq...
- Sí, volví hace casi tres meses, me quería pasar a ver al primo, pero también sé que está haciendo un masters fuera, ¿no?
- Sí, esta con su padre en Madrid, en viaje de negocios, ya sabes cosas de la ampliación de capital de la empresa familiar. Tu tío trabaja y tu primo aprovecha para completar su formación. Vaya, nene, parece que tu también has completado tu formación... Estas hecho un toro.
Hay que decir, que si bien mi estatura era normal, rondando el 1´78, mi cuerpo si era bastante musculado, debido a los tres años que pasé en el ejercito y a las duras sesiones de gym. Llegando a pesar los 80 kilos muy definido y de músculos muy marcados. La conversación fue muy amena y durante los siguientes dos meses coincidíamos los tres días que ella iba al gym, volviendo a entablar una confianza. Ella siempre acompañada de una amiga divorciada llamada Marina, que también estaba de muy buen ver, pero mucho más lanzada, quizás por su reciente estado civil.
Por supuesto, en esos dos meses mi tío volvió con mi primo, invitándome un día a cenar juntos. Reímos los cuatro, nos contamos cosas y todo en un ambiente increíble... La cosa que en los viajes que hacía mi tío, ella me pedía ayuda para que la ayudará a llevar la compra, si tenía alguna avería en casa etc... Así llegó el día en que cambió todo: como muchos días, al salir del gym, la acompañé a su casa, yendo en compañía, también, de su amiga Marina, que persistía en su táctica de acoso y derribo
- Mario, ¿por que no vienes esta tarde a mi casa, que tengo un tirón en la espalda y me ayudas a...?
- Marinaaa ¿quieres dejar en paz al chico? Serás guarra, no te aproveches de él...- dijo entre risas, pero con un tono que denotaba unos incipientes celos, por lo que queriendo ponerla a prueba, la interrumpí.
- Tita, no te preocupes... Marina, esta tarde me pasaré por tu casa si puedo- le dije galante poniendo la mano en su cintura y viendo como al cara de mi tía cambiaba de color a un rojo "enfado"
- Bueno chico, pues te espero ansiosa, compraré unos pasteles, jiji.
- Vale, Marina...- le dije despidiéndome de ella, ya en la puerta de la casa de mi tía.
Una vez se hubo marchado Marina, mi tía me recriminó:
- Desde luego, Mario, no me puedo creer que te creas lo que te dice esa tía... Un tirón dice...-decía mientras abría la puerta para invitarme a pasar como todas las tardes a tomar el café al que siempre me invitaba, como una rutina.
- Tita, no soy tonto... ¿Te refieres a que tu amiga quiere que le eche un polvo? Pues claro que lo sé...
- Ah, ¿Que lo sabes? ¿Y te parece bonito que, un chico de tu edad, tenga aventuras con una mujer de esa edad?
- Vamos, tía, no seas antigua... ¿Que problema hay? Si ella está divorciada y sólo busca una diversión de vez en cuando... Que no me voy a a casar con ella- le dije mientras me quitaba la camiseta y le daba un beso en la mejilla y me dirigía a la piscina de su casa. Siempre después del gym me metía un rato en la piscina y tomaba el sol mientras ella preparaba el café.
En esas ocasiones podía ver como ella desde la ventana de la cocina me miraba disimuladamente mientras tomaba el sol tumbado en la hamaca tras darme el baño. Con mis gafas de sol, podía mirar en su dirección sin que sospechará que la observaba. Sólo verla de espaldas mientras preparaba el café me ponía enfermo, porque nada mas llegar se quitaba la ropa y se ponía una de las "famosas" camisolas de mi niñez. Pero ese día cambió todo... De repente, aparece en la piscina, cosa que nunca hacía, con un bikini de color blanco que resaltaba el color de su piel de los rayos UVA del gym y que dejaba ver buena parte de la parte superior de esas tetazas que eran las absolutas protagonistas de mis pajas de pre adolescencia. Yo, por supuesto, parapetado en mis gafas de sol, me hacía el dormido, pero no dejaba de observar como se acercaba a mi con la bandeja de los cafés.
- Nene, ya están los cafés aquí...y te he traído pasteles...- el tono de su voz había cambiado por completo, incluso ese "nene", que solo utilizaba cuando tenía que pedirme un favor, había sonado mas morboso que nunca.
- Gracias, tita, pero no era necesario... Vaya, estas muy guapa con ese bikini,- dije haciéndome el sorprendido, como si no me hubiera fijado antes- ya era hora de que te dignaras a bañarte conmigo.
- Bueno, nene, he pensado que como no te importa compartir cama con Marina, por su edad, tampoco te importará compartir piscina conmigo, ¿no?- dije entre bromas, pero notándose visiblemente molesta por las atenciones que tenía para con su amiga.
- Jajaja, vamos tita ¿sigues enfadada por eso?... Que tonta eres...
- Ah!, muy bien....Es de tontas preocuparme por mi sobrino y porque no se mete en la cama de la primera que pille.- dijo, cambiando el tono de su voz hacía algo parecido a un enfado; los celos la consumían por dentro.
- Tita, si me lo pides, me quedo contigo, de verdad.... Esta tarde no tengo nada que hacer y me quedo contigo; si tú dices que es lo mejor para mí, lo haré- le dije acariciando su cara, ya que estabamos sentados en la misma hamaca.
- Bueno... Nene, no sé, no quiero que lo hagas porque yo te lo diga sino porque estés convencido de que no es buena idea acostarte con Marina- dijo bajando un poco sus defensas al sentir mi caricia.
- No, tita, lo haré porque tú me lo dices y ya está. No me enfado ni nada, pero no me pidas que entienda que es malo echar un polvo con una tía como Marina, porque no es así...- acercándome a ella- a ver, tita, ¿a ti te gustaría que te juzgará por tu edad? Eres una mujer tremenda que podrías acostarte con un chico de mi edad y darte una alegría.
- Pero que dices, nene...!! Soy una mujer casada y no estoy para jueguecitos de los tuyos.- me dijo molesta.
- Bueno, como digas, pero sólo te pido que pienses que no te gustaría que te juzgaran...- Dije para después guardar silencio unos segundos y concluir con la puntilla- Entonces tita, ¿quieres que me quedé, contigo?- acercándome más a ella.
Ella con la mirada fija en el suelo y jugando con la cucharilla de su café parecía una niña indefensa luchando con el morbo que nacía en su interior.
- Vete, anda... Échale ese polvo a la alegre divorciada- dijo intentando calmar la situación y mirándome a los ojos y cogiéndome de la barbilla, me plantó un beso en los labios- Pero ten cuidado, nene, se muy discreto, no quiero que te etiqueten en el barrio.
- Vale, tita...- le sonreí maliciosamente, mientras me levantaba.- ¿Nos vemos mañana en el gym?
- Tu madre me ha dicho que hoy estaban en el pueblo,¿por qué no te vienes esta noche a ver unas películas? Si no estas muy cansado de tu maratón de esta tarde, claro.
- Llamame luego, tita, y aquí estará tu sobrino favorito.- le dije mientras me dirigía a la puerta.
Por fin en la calle, intenté ordenar todos mis pensamientos; mi tía estaba dejándose querer, no sé si era por causa de los celos y por un interés real, pero el anzuelo que le había lanzado había sido efectivo. Ahora solo quedaba hacerla sentir más importante que su amiga y eso pasaba por no acudir a la cita con Marina. Ya sé que es una burrada perderme un polvazo con una madura de 47 años con ganas de guerra que echan de espaldas a cualquier chaval, pero intuía que lo de mi tía estaba al caer y, amigos, después de ver a mi tía en bikini os aseguro que muchos de vosotros habríais tomado la misma decisión.
Lo primero que hice fue llamar a Marina y poner una excusa tonta para faltar a mi cita, haciéndome prometer que no quedaba anulada sino pospuesta para otra ocasión, a lo que acepté. Después pasé la tarde en casa y, más tarde, tomando unas cervezas con unos amigos mientras esperaba la llamada de mi tía que, por fin a eso de las nueve de la noche, llegó.
"Nene, ¿te apetece venir esta noche?"
- Claro, tita ¿a que hora quieres que vaya?
"Pues si quieres, pasate cuando tu quieras, he alquilado un par de películas para verlas... ¿te vas a quedar a dormir?
(Zaaaaas! Toma garrotazo! Mi tía estaba segura de que sentía algo, habría pensado mucho en lo que le dije en la tarde sobre un chico de mi edad)
- Pues por mi perfecto, así me puedo quedar hasta mas tarde.
"Muy bien, te espero, nene, no tardes que no nos den las mil después viendo las películas"
- Ok, tita, me termino la cerveza que estoy tomando y voy para allá
En menos de media hora ya estaba en la puerta de la casa de mi tía que me recibió con una sonrisa y dándome un solo beso en la mejilla. Iba preciosa, con su pelo mojado de acabar de salir de la ducha, con un pantaloncito de pijama que marcaba ese culazo que tiene y una camiseta de manga corte que se le quedaba pegada a esos dos pechos de impresión que marcaban sus pezones en la camiseta... Esta noche, quería provocarme y quería que yo lo supiera.
- Pasa al salón; acabo de salir de la ducha, enseguida estoy contigo...- me dijo, denotando mucha alegría en su voz, lo que me hizo sospechar que había recibido una llamada de Marina para informar de mi falta de asistencia a la "maratón de esa tarde" como la llamó mi tía.
Yo esperaba en el salón de la casa, mientras preparaba todo para la sesión de video, viendo las caratulas de las películas que había alquilado mi tía: "El príncipe de Persia" y "Robin Hood". Vaya parece que mi tía viene aventurera, jeje , pensé. Preparé los aperitivos que había dejado en la cocina y las bebidas que había en el refrigerador. Cuando salió ella del baño con el mismo pijama pero ya con el pelo seco recogido en una coleta, se quedó sorprendida de que todo estuviera preparado.
- Vaya, nene, es la primera vez en años que me preparan la mesa cuando salgo de la ducha.- sonrió mientras me daba un beso en la mejilla- eres todo un galán.
- Bueno tía, ¿cual quieres ver primero?- le pregunté con las dos películas en la mano.
- Pues no sé, la verdad las que he cogido pensando en que te gustaran a ti, ademas me ha hecho gracia porque el protagonista de "El príncipe de Persia" se parece a ti mucho.
- Teniendo en cuenta que el tiene el pelo largo y yo rapado y que medirá casi 20 cm mas que yo...- repliqué.
- Bueno 20 cm no son nada...- dijo sin pensar el segundo sentido que tenía la frase y poniéndose roja como un tomate.
- ¿Que 20 cm no son nada? Jajaja, ufff tita, por dios que tiene mi tío entre las piernas.
- No seas guarro nene, jaja- rió ella también ante la broma.
Total, que vimos las dos películas, riéndonos de algunas escenas un pelín exageradas y bebiendo mientras charlábamos... A mediados de la segunda película mi tía acomodo sus piernas sobre las mías, y mis manos se posaron en sus rodillas, subiendo un poco casi hasta la mitad de su muslo; la acariciaba mientras miraba la pantalla, y ella no le daba la menor importancia. Se dejaba tocar y yo iba ganando confianza subiendo cada vez mas la mano hasta tocar la parte superior de su muslo. Mi polla iba creciendo dentro de mi pantalón y ella con las piernas encima, mientras no dejaba de mirar la pantalla, tenía que estar sintiéndola, pero se hacía la despistada. Así terminaron las películas y mi tía se levantó desperezándose:
- Bueno cariño, subamos a dormir que ya son las 2 de la mañana, te he preparado el cuarto de tu primo- me dijo mientras me tendía la mano. Yo cogí su mano y me levanté dirigiéndonos a la planta de arriba donde estaban las habitaciones sin soltar nuestras manos. Y en la puerta de las habitaciones se giró hacía mi y mirándome a los ojos me dijo:
- Me ha llamado Marina, para decirme que al final no habías ido a su casa, porque tenías un trabajo que hacer- me dijo con su mirada de agradecimiento mas sincera.- Gracias, Mario, por hacerme caso.
- No pasa nada, tita, pensé en lo que me dijiste y aunque sigo pensando que un polvo es un polvo, sabía que tu estarías mas cómoda si no hacía nada- le expliqué sin soltar su mano.
- Gracias, nene, de verdad- y cogiéndome la cara por las dos mejillas me dio un beso muy suave en los labios.-Buenas noches...
Así se dio la vuelta y se metió en su habitación. Yo hice lo mismo y me quité la camiseta y el pantalón quedándome solo con los bóxer negros que marcaban la gran erección de mi polla que iba a reventar... Me quedé de pie pensativo y aclarando mis ideas, con el sabor en los labios aún del beso de mi tía. Que cojones , pensé y me dí la vuelta dirigiéndome a su habitación que ya estaba a oscuras. Entré sigiloso y me metí en la cama directamente pegándome a su espalda, pues ella estaba de lado, dándome el culo. Directamente, mis manos agarraron su cintura y empecé a besarle el cuello... Ella se dejaba hacer pero suspiraba y decía palabras ininteligibles:
- Mar...Mario... Uffff, nene por favor, no me hagas esto.- decía entre suspiros, mientras notaba como mis manos subían por su vientre hacia esas tetazas que no cubría ningún sujetador por debajo d ella camiseta y mis dientes marcaban su cuello.
- Chisss, calla Susana- le decía yo, diciendo por primera vez su nombre de pila, lo que provocó un temblor en todo su cuerpo.
La girñe hacía mi, totalmente a oscuras y acerqué mis labios alos suyos; mi lengua buscaba la suya que pronto dejo salir de su boca, uniéndonos en un morreo de antología; ella me sobaba la espalda mientras yo me ponía encima y bajaba las manos a su culo. Mis manos se escurrían por su pantaloncito, entrando por la parte de atrás, acariciando el culo en todo su esplendor. Nuestras lenguas no dejaban de jugar dentro de nuestras bocas.
- Nene, fóllame, por favor... Quiero que me folles como nunca me han follado. Suspiraba fuera de sí totalmente.
- No, Susana, aún no- usaba yo el nombre de pila al saber lo que le excitaba que su sobrino la llamará así. Entonces empecé a bajar su pantaloncito dejándola solo con un tanga blanco precioso y bajando mi cara mientras besaba sus tetas por encima d ella camiseta su vientre, subiéndola, y llegando a su entrepierna.
- Neneee, por diosss...- gritaba ella abriendo las piernas a modo de aceptación ante lo que sabía que le esperaba.
Sin más preámbulos, dí un lametón fuerte en su coño por encima del tanga, a lo que ella respondió arqueando la espalda mientras expulsaba todo el aire de su pulmones; despue eché el tanga un lado y escupiendo en ese coño precioso y recortadito, empecé a hacerle una comida de coño brutal. Con energía. A fuertes chupadas que jugaban con sus labios menores, y con su clítoris que mantenía entre mis labios jugando con él, como si se tratará de un sabroso caramelo. Ella estaba fuera de sí mordiendo la almohada y dejando de vez en cuando escapar un grito ahogado. Mi boca no se cansaba de lamer y devorar ese coño, tantos años soñado. Mis manos abandonaron su entrepierna para sobar sus piernas y apretar su culo. Mi tía cogía con una mano mi cabeza aplastándome contra su coño, mientras con la otra mano se tapaba la cara y dejaba salir frases entrecortadas:
- Asíiiiii, nene... Síiii. Que bueno amor, sigue, sigueeee. Cómemelo, Dioooos, llevaban años sin comérmelo así de bien. Por diooooos.
A mi me hacía gracia lo religiosa que se había vuelto mi tía de repente. Pero yo no pensaba parar hasta no recoger mi comunión de ese coñito que empezaba a empaparse, a la vez que palpitaba anunciando la llegada de un orgasmo que ya se encargó de avisar mi Tía.
- Cariño, me corro, me... corrooooooooooooooo... Arghhhh...
Mi tía se corrió en mi boca y su coño parecía un río de tantos flujos que tuve que tragar; ella se puso tensa unos segundos, para después caer desmadejada sobre la cama y con la respiración agitaba, trataba de recuperar la compostura. Yo subí hasta su boca para compartir su sabor con ella en otro beso húmedo y con lengua. Y de paso dejar mi polla enfilada en la entrada de su coño que seguía palpitando... Mis brazos buscaron su coño y, poniendo la punta en la entrada, empecé a metérsela despacio pero sin pausa hasta el fondo... hasta que mis huevos chocaron con su pubis.
- Ummmm, Susana, que coño tienes, amor
- Que me hasces, madre mía me la has clavado hasta los huevos... Joder que polla tienes nene, soy tuyaaaa.... Dame fuerte amor- mi tía había perdido todo el recato que le quedaba y estaba totalemnet entregada a la fuerza de mis pollazos.
Mis baroso cogieron al peso sus piernas poniendo los tobillos en mis hombros, y empezando a subir el ritmo hasta el maximo echando todo el peso en mis piernas. Aguanté un ritmo endiablado durante cerca de diez minutos donde mi tía llegó a correrse dos veces...
- T...Titaaa, me viene, me voy a correr... No aguantó, jooooder- le gritaba ya al volver de explotar.
- Sí nene, córrete de una vez, por dios, que me estas matandooooo... - me decía mientras la voz se cortaba con otro orgasmo saliendo de lo mas profundo de sus ovarios.
Mis huevos ardían ante, lo que sentía, iba a ser la mejor corrida de mi vida así que, sin pensármelo dos veces, la saqué y apuntando a sus tetas, empecé a gritar como un poseso mientras tres cañonazos de leche salían de mi polla manchando sus vientre sus tetazas y su cuello. Nunca me había corrido tanto en mi vida.
Después, acerqué la polla a su boca y ella la recibió metiéndosela entera en su boca y chupándola para dejarla limpia, mientras no dejaba de jadear. Me dejé caer encima de ella pringándome el pecho de mi propio semen, pero me daba igual. Volvimos a besarnos como dos enamorados y nos quedamos dormidos así el uno al lado del otro y desnudos a la vez que ella acariciaba mi polla en una suave paja...
(Puede seguir las historias de Mario y Susana si les apetece, normalmente mis relatos serán historias de un solo capitulo, pero dependiendo de la aceptación de la gente del foro lo pensaré- Muchas gracias)